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Inspiración y reflexión
Perspectivas
El culto durante y después de la pandemia
- Confiar siempre en Dios
- Avanzar hacia lo desconocido, saboreando la bondad ahora mismo
- Una pausa en la presencia de Dios a la hora del almuerzo
- Lecturas en medio de la creación
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Secretario General
De la Redacción
“Cuando la música se desvanece, todo desaparece…” Esas palabras iniciales de “The Heart of Worship”, un popular canto de adoración de 1997 escrito por Matt Redman del Reino Unido, resuenan con las experiencias de la pandemia. Experimentamos el despojo de los rituales, espacios y/o de personas que parecían claves para el culto. Debido a las restricciones, a la prudencia o incapacidad, todos hemos tenido que analizar cuál es la esencia de nuestra adoración. ¿Qué forma parte integral de nuestro encuentro con Dios como comunidad?
Fue una especie de momento kairos: una interrupción no planificada e imprevista; una oportunidad para hacer nuevas preguntas y descubrir respuestas inesperadas; un tiempo para analizar y cambiar o reafirmar nuestros valores; un momento para dotarnos de nuevas perspectivas, nuevas
modalidades para nuevos días.
A pesar de los desafíos, como menonitas anabautistas de todo el mundo, no dejamos de adorar. “La fuerza de nuestras relaciones no se encuentra en la secuencia de los cultos, ni en el tiempo que se invierte. La fuerza que sostiene la vida de una iglesia y su relación proviene de la bendita presencia del Espíritu Santo, el cual ha sido derramado en nuestros corazones”, escribe José Rafael Escobar Rosal.
Encontramos maneras de reunirnos como una comunidad que adora, incluso sin estarpresentes físicamente . Afirmamos la naturaleza profética de la adoración, poniendo de manifiesto nuestra época y recordándonos nuestra solidaridad mutua. “La fuerza que le da vida y profundidad a las relaciones es sin más la gracia y el amor del Espíritu Santo de Dios, el cual se hace presente por la sinergia que produce la conjunción de nuestra esperanza, fe y presencia haciendo viva la comunión que trasciende el tiempo, la distancia y el lugar”, señala Escobar.
En este número de Correo, además de la enseñanza sobre la naturaleza de la adoración del “hermano Rafita” (véase páginas 3-5), conocemos historias de Guatemala, Canadá, Francia, Rep. Democrática del Congo y Corea del Sur. A pesar de los desafíos de la pandemia, y/o debido a ellos, nuestras iglesias nos cuentan cómo sus comunidades innovaron maneras de reunirse unas con otras y de encontrarse con Dios.
Con la crisis de la pandemia mayormente superada, nuestros ritmos de trabajo y de reunión se restablecieron. Sin embargo, descubrimos que no somos los mismos que éramos antes. Nuestra adoración ha cambiado y continúa cambiando junto con un mundo que cambia rápidamente, incluso mientras continuamos siguiendo a nuestro eterno Señor Jesús.
Este número marca también un cambio en el cronograma de Correo. Fiel al espíritu caracterizado por nuevas modalidades para nuevos días, este año publicaremos cuatro números de Correo: se enviarán dos por correo postal de manera habitual, y dos solo por correo electrónico, aprovechando nuestra nueva comodidad respecto a los espacios virtuales, a fin de reunirnos por medio del texto, superando las barreras de tiempo y geografía. Favor de reenviar el presente número a los miembros de su iglesia que aún no se hayan suscripto a la edición electrónica.
Karla Braun, redactora jefa de Correo y escritora para el Congreso Mundial Menonita. Reside en Winnipeg, Canadá.