Unidos por un propósito común

Después de esto, miré y vi una gran multitud de todas las naciones, razas, lenguas y pueblos. Estaban en pie delante del trono y delante del Cordero, y eran tantos que nadie podía contarlos. Iban vestidos de blanco y llevaban palmas en las manos. (Apocalipsis 7,9 DHH)

La primera vez que vi una película de terror fue una noche en una iglesia. Tenía unos ocho años cuando mi madre me llevó al estreno de una película cristiana sobre el libro de Apocalipsis. Esa noche casi no pude dormir. Soñé que Cristo había venido por su iglesia y que yo me quedaba para sufrir lo que sería la Gran Tribulación.

Hay diferentes miradas sobre el libro de Apocalipsis. Algunas de ellas, bastante aterradoras, infunden temor a la gente. Otras, según la opinión de algunos predicadores, utilizan este libro como una bola de cristal para descubrir el futuro y explicar los acontecimientos respecto al fin de la humanidad. Innumerables películas y libros se han nutrido de dichas maneras de entender este tipo de literatura.

Otra opción es considerar el libro de Apocalipsis como la visión de Dios para la creación. Como tal, este libro muestra la voluntad de Dios para la humanidad y nos invita a vivir nuestro presente de acuerdo con dicha voluntad. A lo largo del libro de Apocalipsis se nos pide, se nos llama a ser señales del reino de Dios aquí y ahora.

Hablando de la visión de Dios, de la invitación de Dios, la declaración de visión del Congreso Mundial Menonita (CMM) afirma:

El Congreso Mundial Menonita está llamado a ser una comunión (koinonía) de iglesias afines al anabautismo, vinculadas entre sí en una comunidad mundial de fe para fraternizar, adorar, servir y testificar.

Según nuestra visión del CMM, la adoración es uno de los propósitos de ser un solo cuerpo, de disfrutar de una comunidad mundial de fe, de ser una comunión mundial. En ese sentido, coincide con el énfasis que el libro de Apocalipsis le da a la adoración en un ámbito multicultural. La frase “de todas las naciones, razas, lenguas y pueblos”, aparece varias veces en Apocalipsis en el contexto de la adoración. En el CMM, quisiéramos ser un anticipo del futuro de Dios al ser, aquí y ahora, una comunión mundial que adora a Dios en medio de la diversidad cultural y lingüística.

El tipo de adoración ejercida en una comunidad tan diversa debe estar centrada en Jesús. Esto nos permite valorar la diversidad multicultural sin privilegiar una cultura determinada, sino otorgando el mismo valor a todas las culturas e idiomas. Dicho tipo de adoración no suprime ni ignora las diferencias. Celebra la diversidad multicultural. Esa ha sido y sigue siendo nuestra experiencia, nuestro llamado y nuestro desafío en el CMM.

Dado que la adoración es un tema tan destacado en los círculos del CMM, este número de Correo (el primero solo en formato digital) la aborda desde diferentes perspectivas. Concretamente, se refiere a los desafíos y perspectivas de varios miembros de nuestra comunión mundial cuando el COVID-19 impulsó a sus congregaciones a volver a concebir el culto comunitario, una experiencia que también enfrentamos mundialmente debido a la imposibilidad de realizar encuentros mundiales en persona.

¿El culto en línea reemplaza las liturgias presenciales? Esta y otras preguntas que surgieron a raíz de la pandemia podrían ayudarnos a continuar nuestra conversación a fin de responder al llamado de Dios a adorar multiculturalmente y, al hacerlo, dar testimonio al mundo de un Dios que celebra y hace posible la diversidad cultural.

— César García, secretario general del CMM, oriundo de Colombia, reside en Kitchener, Ontario, Canadá


Correo Febrero 2023  

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