Al terminar mi mandato como presidente del CMM, mi corazón está lleno de gratitud a Dios y a la iglesia anabautista mundial. Esta iglesia con presencia en todo el mundo, se ha convertido en mi hogar; la Asamblea en Indonesia será una reunión, un encuentro de hermanas y hermanos. En un mundo quebrantado por la guerra y la pandemia, anhelo vincularme con personas generosas y pacificadoras, oriundas de cincuenta y ocho países
Los cristianos son “extranjeros y exiliados”, dice la carta de 1 Pedro, lo cual evoca a refugiados y desplazados de aquellas partes del mundo donde actualmente viven anabautistas, tales como Ucrania, la República Democrática del Congo y Venezuela. En otros lugares, anabautistas y otros cristianos enfrentan abusos y la quema de edificios de iglesias. Los primeros anabautistas sufrieron el martirio en Europa, y el martirio continúa en el presente.
En respuesta a estas crisis, los anabautistas de varios países abren sus hogares y billeteras para ayudar a las personas que buscan refugio. “Esperanza viva”, como la llama Pedro, inspira tal amor. La compasión ejemplificada por hermanas y hermanos anabautistas de todo el mundo, me inspira a ayudar a recibir a refugiados que llegan a mi tierra natal.
La alegría abunda en 1 Pedro, porque edificar una comunidad entre las personas que sufren genera esperanza. “Antes no tenían identidad como pueblo, ahora son pueblo de Dios”, se regocija el autor. Pedro escribió su carta porque los cristianos necesitamos la fortaleza que encontramos en la fraternidad, especialmente al enfrentar dificultades. Los anabautistas hoy día necesitamos aprender unos de otros y apoyarnos mutuamente.
¡Vengan a la Asamblea en Indonesia de manera presencial o virtual! ¡Súmense a las reuniones de oración en línea del CMM! ¡Contribuyan económicamente!
La participación en el CMM ha sido vivificante y me ha recordado que mi lealtad más profunda no es con una nación o una tribu, sino con una comunión mundial de personas que conocen a Jesús. Nuestra ciudadanía está en la Nueva Jerusalén, con personas que siguen al Cordero.
Gracias, hermanas y hermanos, por ser familia entre sí. Tal como Pedro les escribe a los “exiliados de la Dispersión”, que Dios les “restaure, sostenga, fortalezca y establezca”.
—J. Nelson Kraybill, presidente del CMM (2015–2022), reside en Indiana, EE.UU.
El Proyecto Anabautista Mundial* afirma: “El pentecostalismo es la expresión del cristianismo de más rápido crecimiento en el mundo, y los anabautistas no son ajenos a esta realidad”.
Los anabautistas de todo el mundo lo experimentan al practicar una expresión de fe que César García, secretario general del Congreso Mundial Menonita, llama “menocostal”.
Actualmente, muchos menonitas anabautistas combinan la teología Cristocéntrica y el énfasis en la construcción de la paz, con un enfoque espontáneo guiado por el Espíritu, que a menudo se asocia con el pentecostalismo y los movimientos carismáticos.
Sin embargo, la vitalidad de estas iglesias en rápido crecimiento también puede causar incomodidad cuando su expansión parece ocurrir a expensas de la propia familia.
¿Qué significa el crecimiento del pentecostalismo para los anabautistas?
“En el siglo actual, el pentecostalismo es lo más parecido a lo que fue el anabautismo en el siglo XVI”, escribe C. Arnold Snyder, en Historia y Teología Anabautista.
El anabautismo ha sido definido y redefinido por oleadas de renovación. En el siglo XVI hubo rebautizadores apasionados y arriesgados; avivamientos pietistas entre menonitas en lo que ahora es Ucrania; la influencia del avivamiento de África Oriental en la Iglesia Menonita de Tanzania y la Iglesia Menonita de Kenia en la década de 1930; el surgimiento de Jemaat Kristen Indonesia (JKI) al interior de un movimiento de oración juvenil; el florecimiento de la Iglesia Meserete Kristos de Etiopía en la década de 1980, pese a la persecución política.
“Los movimientos pentecostales, las renovaciones carismáticas atraviesan una experiencia similar a la que tuvimos como anabautistas menonitas. Compartir la relectura de la Biblia, la inspiración, la libertad, el gozo”, expresa Bernhard Ott, decano jubilado de Bienenberg, un instituto bíblico menonita de Suiza.
Pero “la apertura a lo que Dios está haciendo también está relacionada con la incertidumbre y a la falta de control”, agrega Bernhard. Un proceso de institucionalización presenta un desafío a la espontaneidad, para bien o para mal. Las olas de renovación anabautista fomentaron la teología, la capacitación, la reflexión crítica y, en el transcurso de dicho proceso, perdieron algo de apertura.
“El movimiento anabautista…fue perdiendo el entusiasmo que tenía al principio”, dice Pedro Calix, pastor menonita de Honduras.
¿Qué oportunidades ofrece el creciente movimiento pentecostal para los anabautistas?
Se presenta la gran oportunidad de replantearse la idea de volver a nuestras raíces carismáticas y abrirse a lo que el Espíritu Santo quiere hacer hoy en nuestras comunidades de fe, sin perder nuestra identidad anabautista”, afirma Pedro Calix
Neal Blough –profesor emérito de Historia de la Iglesia en la Facultad Libre de Teología Evangélica de Francia– comenta cómo el culto al estilo pentecostal sintoniza con las personas del Mundo Mayoritario más que las formas racionales del anabautismo de las corrientes suizas o rusas. Neal pertenece a una congregación urbana de Europa, pero influenciada por miembros procedentes de otras partes del mundo. “¿Cuánto es teológico y cuánto es cultural?”, pregunta. “El culto pentecostal y carismático es más físico, corporal, expresivo, dinámico, alegre, y esto concuerda con lo que conozco de la gente del Sur global.”
Para la iglesia de los Hermanos Menonitas de Brasil, el alejamiento de las congregaciones de la Convención Anabautista estancada y su acercamiento a los movimientos pentecostales de rápido crecimiento, llevó a que los líderes se dieran cuenta de que se abría una oportunidad.
“Podemos ver en las Escrituras que la iglesia primitiva fue guiada por el Espíritu Santo. Valoramos la Palabra de Dios. Sin embargo, no sabíamos lo que significaba ser guiados por el Espíritu Santo”, dice Rodrigo Justino, pastor de los Hermanos Menonitas de Brasil, quien actualmente estudia teología en Canadá. Se dio un punto de encuentro entre ambos movimientos a partir del aprendizaje, y ahora los Hermanos Menonitas de Brasil “no somos pentecostales, y no solo somos anabautistas. Somos una mezcla de ambos”.
“Los pentecostales aportan pathos; no son solo emociones asequibles, sino que también son los afectos. Los pentecostales recuperan una dimensión espiritual [a la ortopraxia]: es el poder de Dios, el poder del Espíritu que nos transforma; no es algo que hacemos nosotros mismos”, dice Bernhard Ott. “Podemos aprender mucho de ello.”
Los menonitas anabautistas son conocidos por su enfoque teológico centrado en en el correcto vivir (ortopraxia).
La ética puede convertirse en una carga sin el poder del Espíritu Santo; es necesario “el poder espiritual para la visión anabautista”, señala Bernhard Ott. Las perspectivas pentecostales pueden ayudar a los anabautistas menonitas a recordar nuestra teología del reino de Dios, que es “ya-y-aún-no. El poder de Dios está interviniendo ahora, no solo en el futuro”.
En la medida en que la iglesia sea un lugar de transformación social y una promotora de paz y justicia, será una señal del reino de Dios.
¿Cuáles son los desafíos?
Las iglesias anabautista-menonitas de América Latina tienen muchas influencias del pentecostalismo.
Entre los efectos negativos se encuentran que “su liturgia muchas veces está basada en pasajes bíblicos sacados de contexto; esto se puede ver en lo que se canta. Se hace mucho énfasis en la ‘guerra espiritual’ o en la teología de la ‘prosperidad’”, comenta Pedro Calix.
Rodrigo Justino señala que en Brasil los pentecostales “no se centran en criterios de autoridad, se centran en los dones. No pueden negar que la mujer tiene dones pastorales como profetisa, evangelizadora”. Sin embargo, el liderazgo “principal” de las iglesias todavía tiene un sesgo masculino.
Las iglesias pentecostales a menudo se basan en la espiritualidad de la persona fundadora; se construye una dinastía. “Puede haber un problema de aferrarse al poder”, señala Rodrigo Justino.
En Indonesia, la pasión del fundador de JKI por el servicio de oración dirigido por el Espíritu, ha impregnado el movimiento; sus raíces menonitas son menos evidentes, dice Rony Kristanto, pastor del sínodo “menocostal” de JKI.
El rápido crecimiento podría impulsar este problema de la fundamentación teológica. Es posible que los movimientos pentecostales crezcan “tan vastos como el océano, pero tan superficiales como un charco”, sostiene Rodrigo Justino. “Podrían convertirse en presa de otros movimientos. Nosotros [los anabautistas] podemos ayudar en términos de teología. Ellos pueden ayudarnos a discernir la voz del Espíritu, lo que significa vivir por la fe. Para iniciar algo, no se necesita tener dinero, estructura; sólo se necesita fe, valor para predicar. Todo lo demás lo hará el Señor entre nosotros. Esta es una gran lección.”
El pentecostalismo aún se caracteriza de alguna manera por la experiencia de la primera generación en cuanto a lo novedoso, a señales y prodigios.
“Todo movimiento protestante ha tenido este proceso cíclico”, afirma Neal Blough. Aquellos que integran movimientos nuevos necesitan pensar teológicamente, darse cuenta de que no son los primeros cristianos, observar cómo otros han transitado el cambio para volverse más estructurados y aprender de ellos.
Grupo Juvenil Fuego Ilimitado, 2019 Foto: Ebenzer Mondez
¿Qué dones podrían brindarse mutuamente los anabautistas –ahora un movimiento maduro– y el movimiento pentecostal, aún joven y en desarrollo?
“Pienso que el don de servicio, la solidaridad y el discipulado, la enseñanza”, responde Pedro Calix.
“Todos quisiéramos traer el reino de Dios a este mundo”, enfatiza Rony Kristanto.
“Los pentecostales tratan de materializar y manifestar la salvación a través de la sanación, la salvación y la bendición física… [algo que] sucede aquí y ahora.
Este testimonio de salvación y estas buenas noticias no están en el cielo, en el futuro, están presentes ahora. “El problema en Indonesia es que las personas no tienen seguro social, por lo que la sanación física es muy importante para ellas.”
Los primeras miembros de JKI siguieron este ejemplo. “Comenzó con la oración. Cada vez que abordaban un área [del ministerio], oraban por dicha área”, comenta Rony Kristanto.
“El compromiso social no puede separarse de la experiencia carismática del Espíritu Santo”, asegura. Los menonitas también trabajan con las personas pobres y oprimidas, pero los pentecostales ejercen su ministerio “no solo como trabajo social sino debido a la visión, la oración… la guerra espiritual”.
“Necesitamos cantar las canciones de los demás”, dice Neal Blough, haciendo referencia al trabajo de Janie Blough, que estudia y enseña alabanza. “Necesitamos cantarnos unos a otros, no solo inspirarnos en una sola corriente”.
El vigor del culto pentecostal nos da lecciones de vitalidad a los menonitas, pero la tradición anabautista ofrece la idea de que formar personas en el discipulado es un proceso más profundo que la música emocional y un sermón. “Los anabautistas menonitas tienen algo que ofrecer con respecto a la humildad y a la comunidad”, sostiene Neal. El discipulado y la ética también son correctivos útiles para un movimiento que tiende a ser demasiado individualista.
√âl observa un creciente compromiso ecuménico de los pentecostales, que procuran la experiencia de otras iglesias para que el movimiento en desarrollo logre mayor estructura.
Los anabautistas menonitas pueden ser un correctivo para los pentecostales a fin de que no solo consideren el prodigio y el poder, sino también la ética, cómo se vive, el testimonio de paz, dice Bernhard Ott. “La Palabra y las obras siempre han estado presentes en la teología y la práctica anabautista-menonitas. El movimiento pentecostal aporta la experiencia del poder de Dios. Este es un buen desafío… Los menonitas podrán hablar con los pentecostales si se vuelve algo demasiado unilateral.”
Claude Baecher, profesor de teología jubilado, nota un interés por la historia y la teología anabautistas en su región de Francia.
“Estar cerca, estar presente incluso fraternalmente con estas iglesias, me parece tan importante como nuestra participación en los círculos ecuménicos, lo cual tiene que hacerse con un sólido enfoque bíblico centrado en Cristo.
“Debemos evitar juicios (espirituales) demasiado rápidos y estar presentes con herramientas de enseñanza: historia anabautista, exégesis, ética, teología práctica, teología centrada en la paz, diálogo”, dice Claude Baecher.
Y con humildad.
En Brasil, al enfrentar una posible escisión de la iglesia –entre las iglesias de los Hermanos Menonitas más antiguas y conservadoras y las nuevas iglesias que siguen la guía del Espíritu–, el liderazgo de la iglesia encontró la manera de abrirse camino, aprendiendo juntos sobre la humildad. “Luchamos contra nuestro orgullo, contra nuestro resentimiento [debido a los miembros que se van]. Aprovechábamos las oportunidades y nos protegíamos de las amenazas”, explica Rodrigo Justino.
“Se trata de lo que Dios está haciendo en términos de gracia”, destaca Rodrigo Justino. Seguir a Jesús con humildad. “Cuando uno decide hacerlo, es hermoso. Es diferente que tú y yo, nosotros y ellos, empieza a ser nosotros. Trabajamos juntos.”
‚ÄîKarla Braun, editora ejecutiva de Correo y escritora para el Congreso Mundial Menonita. Reside en Winnipeg, Canadá.
* Perfil Anabautista Mundial (GAP, según las siglas en inglés), una amplia investigación trienal realizada en 24 convenciones miembros del Congreso Mundial Menonita (CMM). Consulte: https://mwc-cmm.org/es/stories/unaoportunidad-singular-para-lograr-mayor-unidad
Quizá los ‘menocostales’ –menonitas pentecostales– sean actualmente la mejor caracterización de la mayoría de los anabautistas del Congreso Mundial Menonita. La influencia del pentecostalismo en las congregaciones menonitas de todo el mundo es una realidad abrumadora. En su estudio de las iglesias del Congreso Mundial Menonita, Conrad Kanagy, Elizabeth Miller, y John D. Roth, precisaron: “Una de las diferencias determinantes entre los miembros del CMM del Norte global y del Sur global es la experiencia de los dones carismáticos del Espíritu Santo; los europeos y los norteamericanos son mucho menos propensos a identificarse con estas experiencias… El pentecostalismo es la expresión del cristianismo de más rápido crecimiento en el mundo, y los anabautistas no están ajenos a esta realidad”.
La influencia del pentecostalismo en nuestra vida nos ha impulsado a muchos hacia un diálogo interno entre la tradición anabautista y las nuevas tendencias pentecostales que surgen en algunas partes de mundo. En mi camino de fe, hasta ahora dicho diálogo se representa de la siguiente manera:
¿Creo en los milagros y en los dones del Espíritu como la profecía y hablar en lenguas?
Sí. Los he experimentado.
Además pienso que, como expresa Encanto (una película reciente sobre Colombia), las personas en sí son milagros de Dios. Las personas son más importantes que los dones que aportan. Según Jesús, al final del Sermón del Monte, puedes hacer todo tipo de cosas sobrenaturales, pero si no haces lo que Él dice, no lo conoces (Mateo 7,21-23).
También creo que la enfermedad y el sufrimiento son experiencias humanas cotidianas que Dios puede transformar con miras a nuestro bienestar y crecimiento. Dios no promete eliminar esas experiencias de nuestras vidas. En cambio, Dios promete acompañarnos para atravesarlas.
¿Creo que Dios quiere que prosperemos?
Sí, lo creo. La prosperidad económica es una de las muchas cosas en la que los seguidores de Jesús podrían progresar.
Sin embargo, tal prosperidad económica no es el resultado de una técnica especial de oración. No está relacionada con un deseo consumista individualista, y no es una recompensa que Dios da a aquellos que brindan sus diezmos para forzar la mano de Dios.
La prosperidad económica resulta de un estilo de vida sencillo, como consecuencia de vivir una vida que cuida la creación y es consciente de nuestra responsabilidad en la crisis ambiental.
Como comunidad conocemos la prosperidad económica. Sucede cuando los seguidores de Cristo comparten sus posesiones y necesidades. Los anabautistas entienden que, según el libro de Hechos, compartir económicamente en la comunidad del Espíritu es consecuencia de haber sido llenos del Espíritu Santo (Hechos 2,44).
Además de la profecía, los milagros y otras experiencias místicas, una vida generosa y la distribución de la riqueza tiene que ser fruto del Espíritu. Solo la presencia de Dios puede vencer la tendencia humana natural hacia el egocentrismo y la autosatisfacción. Solo la presencia de Dios supera el consumismo y el materialismo, creando una comunidad alternativa a la sociedad.
¿Creo que Dios empodera a los líderes con el Espíritu Santo? Sí, lo creo.
Cuando un líder ha sido lleno del Espíritu Santo, sirve a los demás y no busca reconocimiento, honor o puestos de poder. Un líder que sirve guiado por el Espíritu de Dios, resuelve los conflictos a la manera de Jesús y nunca toma la iniciativa de dividir el cuerpo de Cristo. Las divisiones y las luchas de poder nunca son el camino de un líder que sigue el Espíritu de Dios.
¿Creo en la construcción de la paz y la reconciliación? Sí, lo creo.
La vida guiada por el Espíritu es una vida de pacificación y justicia restauradora. Es posible ser un activista que promueve la justicia y la paz sin seguir a Jesús. Sin embargo, para serlo a la manera de Jesús necesitamos depender del Espíritu Santo y tener una sólida relación personal con el Príncipe de Paz, Jesucristo.
Estas son algunas reflexiones personales sobre mi compromiso de seguir a Jesús según la tradición anabautista, y de mi experiencia en tal sentido de acuerdo al contexto del pentecostalismo moderno en el continente americano. Pero claro, estas opiniones podrían cambiar porque seguir a Cristo implica movimiento y crecimiento. Asimismo, podrían cambiar cuando sean puestas a prueba y sometidas a la comunidad de seguidores de Cristo, la iglesia. Pese a su vitalidad, las creencias individuales nunca son suficientes para testificar una vida plena con el Espíritu. Solo una vida entregada a la comunidad de creyentes da testimonio de la presencia de Dios en nuestras vidas.
En este número de Correo, los diálogos internos abren el camino a las conversaciones interculturales entre anabautistas sobre la influencia del pentecostalismo en nuestra comunión mundial, y nuestra experiencia de vida en el Espíritu según nuestra tradición anabautista.
¡Que el Espíritu de Dios nos guíe a continuar descubriendo en la práctica las implicancias de seguir a Jesús movidos por el poder del Espíritu!
César García, secretario general del CMM, oriundo de Colombia, reside en Kitchener, Ontario, Canadá.
Esta serie de historias sobre la encuesta relacionada al cuidado de la creación, ha iluminado la importancia de temas como el cambio climático en la vida de los anabautistas de todo el mundo. Ahora llegamos a la última pregunta: ¿qué debe hacer el Congreso Mundial Menonita en respuesta?
El Grupo de Trabajo de Cuidado de la Creación está recibiendo sus respuestas como guías para elaborar actividades que ayuden mejor a las congregaciones a involucrarse con los problemas del cuidado de la creación.
1. El pedido más común fue enterarse más sobre el cuidado de la creación.
Las respuestas más comunes expresaron el mismo tema de diferentes maneras: la necesidad de enterarse más sobre temas ambientales. A menudo, se trató de un pedido de ayuda para aprender sobre el cuidado de la creación, ya sea a través de capacitación o recursos. Este fue el factor más común en las respuestas de África, Asia y América Latina.
“Todos los seres humanos aspiramos a vivir seguros en este planeta. Por lo tanto, sugerimos que el Congreso Mundial Menonita organice conferencias en línea y proporcione recursos escritos que hablen sobre la creación y la protección ambiental. Eso permitirá a nuestros miembros tener conocimiento del medio ambiente y les ayudará a vivir de manera sostenible en armonía con el medio ambiente”. —Cristiano Mafuta M. Ngoma, Igreja da Comunidade Menonita em Angola (Mennonite Church in Angola)
Los encuestados de América del Norte y Europa expresaron este tema de manera diferente. Hubo muchas solicitudes de escuchar historias sobre los impactos y las acciones que se llevan a cabo para el cuidado de la creación; especialmente, de parte de los más afectados por el cambio climático.
Los encuestados de todas las regiones expresaron el deseo de que la iglesia a nivel institucional sea más consciente del cuidado de la creación. Quieren que el Congreso Mundial Menonita y las iglesias miembros internalicen el cuidado de la creación para que sea parte integral de lo que hacen las iglesias.
“Necesitamos llamados de acción que coincidan con el nivel de la crisis en la que nos encontramos: ‘una emergencia climática’. Si no pensamos en grande y no somos más osados, en realidad podría generar más desesperación”. —Steve Heinrichs, Hope Mennonite Church, Winnipeg, Manitoba, Canadá
2. Algunos pidieron sugerencias sobre tomar acciones que sean relevantes para sus comunidades
Mia Handoyo
Los encuestados sugirieron que el cuidado de la creación depende de los contextos locales y que se necesita colaboración; las soluciones pueden diferir dependiendo de la ubicación. Debemos reconocer la diversidad de contribuciones que provienen de una variedad de comunidades y organizaciones.
“Trabajar con comunidades anabautistas mundiales. África puede contribuir mucho para abordar el tema del cambio climático y trabajar con nosotros”. —Desalegn Abebe, presidente, Iglesia Meserete Kristos, Etiopía.
“Colaborar con las iglesias para identificar diferentes problemas y recursos disponibles y luego incorporar a la comunidad local para resolver los problemas.” —Delphin Kapay, Communauté des Eglises des Frères Mennonites au Congo.
“Tal vez sería útil un Grupo de Trabajo de Cuidado de la Creación localizado. Las pautas para maneras de vida más simples y sostenibles a menudo se basan en lo que sucede en los países occidentales, lo que no es muy accesible ni factible en otras regiones”. —Mia Handoyo, GKMI Semarang, Indonesia. ‚Äã
Los pedidos de sugerencias específicas generalmente se enfocaron en acciones individuales, como plantar árboles o instalar paneles solares.
“Necesitamos alentar a los miembros de la iglesia a avanzar desde la adopción de medidas desde un nivel individual, hasta el del hogar, y al de comunidades más amplias. El solo hecho de hablar no producirá un cambio”. —Durga Sunchiuri, coordinadora del programa del CMM en Nepal por siete años
Durga Sunchiuri
“Lo más útil sería unos consejos breves sobre cómo tener en cuenta la ecología en la vida / la iglesia. Cosas prácticas que no toman mucho tiempo ni dinero, pero cuando todas las iglesias / familias las ponen en práctica, realmente marcarían la diferencia”. —Jantine Brouwer-Huisman, Algemene Doopsgezind Societeit
Además de las acciones individuales, varios encuestados pidieron acciones a nivel del sistema social, como comprometerse con las políticas gubernamentales por medio de la incidencia. Otros pedidos mencionados regularmente incluyeron la capacitación de líderes y la asistencia financiera.
“Quiero que mi iglesia y nuestra denominación asuman riesgos para ‘enfrentar al poder con la verdad’. Quiero que podamos respirar más profundo porque hemos tomado medidas sistemáticas significativas, en lugar de estar paralizados por la culpa. Quiero que nos alineemos con las personas de todas las religiones y formas de ver el mundo y llevemos a cabo un activismo serio para apoyar la creación y las próximas generaciones de seres humanos que corren un riesgo muy grave”. —Lisa Martens, Hope Mennonite Church, Winnipeg, Manitoba, Canadá
3. Hubo menos comentarios sobre otras estrategias de participación importantes
En una parte importante del mundo, el mayor obstáculo para la acción climática es cómo se ha politizado el tema. Varios de los encuestados solicitaron que el Congreso Mundial Menonita presentara una base bíblica y mundial para nuestra discusión que salve las divisiones políticas y atraiga a personas de diversos trasfondos.
“El cambio climático es un tema moral que debería preocuparnos a todos, no un tema político destinado a enfrentar a los ‘ambientalistas’ contra aquellos que se ganan la vida cosechando la tierra”. —Sarah Werner, Columbus Mennonite Church, Ohio, EE.UU.
Sarah Werner
La conexión relacional de las congregaciones estadounidenses con las iglesias anabautistas en contextos no occidentales afectados por el cambio climático podría superar la polarización. —Rodney Martin, Lititz Mennonite Church, Pennsylvania, EE.UU.
Las organizaciones que trabajan en temas ambientales han aprendido estrategias que efectivamente mueven a los grupos hacia la acción. A decir, la participación a través de las redes sociales, el empoderamiento de los jóvenes y el desarrollo de una fuerte voz de consenso, son estrategias efectivas para tomar medidas sobre el cambio climático; sorprendentemente, estos no se mencionaron con frecuencia. Asimismo, relativamente pocos pidieron ayuda para articular una perspectiva anabautista distintiva sobre el cuidado de la creación.
“Ayude a la Iglesia Menonita a pasar de la ‘la tranquilidad en la tierra’ a encontrar una voz de consenso para hablar y tomar medidas en torno al cambio climático. Este es un asunto basado en la fe”. —Heather Wolfe, Taftsville ‘Chapel Mennonite Fellowship’ (Fraternidad Menonita de la Capilla), Woodstock, Vermont, EE. UU.
Aunque las personas encuestadas mencionaron estrategias con poca frecuencia, esto no significa que no fueran importantes
En cambio, pueden representar áreas de oportunidad: métodos de compromiso para expandir nuestro impacto.
Miembros de Hope Mennonite se reunieron frente a la oficina de un ministro del gabinete federal para pedir una transición de energía justa.
Respuesta
El grupo de Trabajo de Cuidado de la Creación agradece a las más de 350 personas que compartieron sus historias, sentimientos e ideas sobre cómo podemos responder fielmente como comunidad al desafío de cuidar la creación. Esté atento a más historias, eventos y recursos a medida que el grupo de trabajo responde a este llamado colectivo para cambiar la forma en la que todos pensamos y actuamos sobre el cambio climático y otros problemas ambientales.
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√önase a nosotros en la Asamblea 17 en Indonesia, donde el cuidado de la creación se encuentra incorporado a una variedad de sesiones y actividades. El Grupo de Trabajo de Cuidado de la Creación lo invita a escuchar más historias de la encuesta y los planes del CMM para involucrar el cuidado de la creación en las siguientes sesiones:
“El cuidado de la creación y el CMM: Respondiendo como iglesia mundial”
¿Cómo debe responder el Congreso Mundial Menonita al clima y a otras crisis ambientales que están afectando a las comunidades a nivel mundial? Este taller presenta aprendizajes e historias que surgen de la encuesta reciente sobre el cuidado de la creación. Los miembros del Grupo de Trabajo de Cuidado de la Creación conducirán una conversación sobre cómo el CMM debería responder a estas crisis del cuidado de la creación.
“Pasos prácticos de la iglesia mundial para el cuidado de la creación”
Un panel que representa a iglesias de todo el mundo compartirá formas prácticas, desde la jardinería hasta acciones de incidencia, en las que se están involucrando el cuidado de la creación. Habrá tiempo para que los participantes y la audiencia del taller puedan hacer preguntas y compartir entre sí. Este panel es parte de una serie de talleres del Grupo de Trabajo de Cuidado de la Creación.
Les damos la bienvenida a una serie sobre problemas ambientales y la iglesia mundial.
Estas historias ilustrarán:
a) Cómo se ven los menonita-anabautistas afectados por la degradación ambiental,
b) Qué piensan los menonita-anabautistas sobre los problemas ambientales,
c) En qué maneras están respondiendo los menonita-anabautistas
Estas palabras de Jesús (Marcos 16,16), repetidas en el Pentecostés por el apóstol Pedro (Hechos 2,38) inspiran a los anabautistas y nos impulsan a actuar. El “bautismo” está en nuestro nombre, nuestra práctica es un sello fundamental en nuestra formación como grupo de seguidores de Cristo.
Pero, ¿cuál es nuestra práctica? ¿Aspersión, afusión o inmersión?
¿Cuándo tiene una persona la edad suficiente para tomar su propia decisión de seguir el camino de la fe?
¿Cuáles son las consecuencias del bautismo? ¿Es una afirmación personal de fe o un rito de membresía para convertirse en parte oficial de una familia de fe local?
Estas son preguntas que desafían a las iglesias anabautista-menonitas de todo el mundo, y existen diferentes respuestas influenciadas por factores contextuales.
Al remitirnos a las Escrituras, los textos nos muestran también la diversidad: encontramos tanto el bautismo espontáneo del eunuco etíope tras las enseñanzas de Felipe, y también el bautismo de un grupo intergeneracional numeroso de la familia de Cornelio. La iglesia primitiva siguió desarrollando prácticas y símbolos del bautismo más allá del libro de los Hechos.
El Congreso Mundial Menonita alienta a sus congregaciones miembros a recordar los primeros bautismos que dieron inicio a nuestro movimiento de fe: cada enero, celebramos el Domingo de la Fraternidad Anabautista Mundial alrededor del 21 de enero, recordando la valiente fe de Conrad Grebel, Felix Manz y Georg Blaurock, quienes se rebautizaron mutuamente en Zúrich en dicha fecha en 1525.
Este número de Correo comparte las presentaciones de los seminarios web de Renovación 2021, que se llevaron a cabo en línea en junio de 2021. Estas sesiones revisaron la historia anabautista y analizaron cómo aprendemos actualmente sobre el bautismo de otras tradiciones, incluso de católicos y luteranos con quienes discrepaban profundamente nuestros antepasados en la fe en 1525.
El bautismo para aquellos primeros creyentes no fue solo un acto de fe personal, sino también una rebelión contra los poderes políticos de la época. Al procurar reflejar la fe y el fervor de nuestros antepasados espirituales, ¿cómo los anabautistas de hoy en día hacen realidad los compromisos audaces?
¿Cómo nos enseña nuestro bautismo a dejar de lado el interés propio y procurar el bien de la comunidad por amor a los demás?
¿Cómo nos impulsa nuestro bautismo a resistir los poderes de la codicia y la denominación y, en cambio, llevar a la práctica los valores alternativos de la paz y la reconciliación en el ya-pero-aún-no-presente-reino de-la-familia de Dios?
Karla Braun, editora ejecutiva de Correo y escritora para el Congreso Mundial Menonita. Reside en Winnipeg, Canadá.
Exhortamos a la Iglesia en todos los niveles –ecuménico, denominacional y mundial– a que rechace las interpretaciones erróneas de la Biblia que justifican el maltrato a los pueblos indígenas. Renovamos nuestro compromiso de encarnar el espíritu de Jesús, según se expresa en el Sermón del Monte: “Bienaventurados son los pacificadores, porque serán llamados hijos de Dios” (Mateo 5:9).
Dentro de tres años –el 29 de mayo de 2025 –, miembros del Concilio General del CMM, invitados ecuménicos y muchos amigos de todo el mundo se reunirán durante todo el día en Zúrich, Suiza, a fin de conmemorar el quincentenario de los primeros bautismos que marcaron el comienzo del movimiento anabautista-menonita.
La Comisión de Fe y Vida del CMM está anticipando dicho evento a realizarse en Suiza, aunque sabemos que las celebraciones históricas son complejas.
Después de todo, el mundo anabautista es muy diferente hoy día que hace quinientos años. Actualmente, la mayoría de los anabautistas vive lejos de Europa, en Asia, África y América Latina, en contextos culturales que son muy distintos a los del siglo XVI.
Una mirada centrada en la historia puede convertirse fácilmente en un culto a los héroes, centrándose en figuras terrenales en vez de centrarse en Jesús, “fundador y consumador de nuestra fe” (Hebreos 12,2). Preservar la memoria histórica puede convertirse en una forma de nostalgia o en una defensa del peso muerto de la tradición y el statu quo.
Hace algunos años, la Comisión de Fe y Vida le pidió a uno de nuestros miembros, Hanspeter Jecker, historiador menonita suizo, que reflexionara sobre el lugar de la historia en el Congreso Mundial Menonita como comunidad mundial. Dicho documento, “La tradición anabautista: reivindicamos sus dones, prestando atención a sus carencias”, ahora es parte de una gran colección de recursos didácticos disponible en los tres idiomas oficiales en el sitio web del CMM.
Este documento corto empieza con una breve reseña histórica del movimiento anabautista y su transformación en una iglesia mundial. Luego define siete temas teológicos centrales que forman el núcleo de la “tradición anabautista”, temas que se podría esperar que estuvieran presentes en todos nuestros grupos miembros, aunque con diferentes énfasis y una diversidad de expresiones culturales.
Finalmente, el documento enumera de manera muy significativa, varias “carencias y deficiencias” de la tradición anabautista, reconociendo que nuestras fortalezas tienen también un lado oscuro que necesita reconocerse y confesarse.
“La tradición anabautista: reivindicamos sus dones, prestando atención a sus carencias”, le brinda una guía útil al CMM mientras nos preparamos para celebrar en 2025 los inicios del movimiento anabautista. Dicha celebración será una oportunidad para reafirmar las convicciones teológicas distintivas que nos unen. Y, a la vez, será una ocasión para la confesión y la transformación en tanto que compartimos una tradición que siempre se está renovando.
—John D. Roth, secretario de la Comisión de Fe y Vida, vive en Goshen, Indiana, EE. UU y es miembro de la Iglesia Menonita Berkey Avenue.
Tal como las cámaras del corazón, las cuatro comisiones del Congreso Menonita Mundial sirven a la comunidad mundial de iglesias afines al anabautismo, a través de las actividades de diaconía, fe y vida, paz y misiones. Las comisiones elaboran material para ser sometido a la consideración del Concilio General, orientan y proponen recursos a las iglesias miembros, y además propician redes o fraternidades afines al CMM que colaboran en temas de interés y enfoque comunes. A continuación, una de las comisiones comparte un mensaje desde la perspectiva de su ministerio.
En un lugar donde surgen manantiales en el desierto al este del río Jordán, un guía comentó que aquí es dónde Juan bautizó a Jesús, en “Betania al otro lado del Jordán” (Juan 1). Allí donde alguna vez los primeros cristianos fundaran iglesias, se encuentran erguidas modernas estructuras de madera.
Aquí, Juan llamó a las multitudes al arrepentimiento de sus pecados.
El arrepentimiento significaba un cambio de vida: quienes tenían abundante comida y ropa debían compartir, los recaudadores de impuestos debían ser honestos, los soldados no debían abusar de su poder (Lucas 3).
Jesús no necesitaba el bautismo para manifestar el perdón de los pecados. Pero “el arrepentimiento” también podía significar un cambio en el rumbo de la vida. Fortalecido en el bautismo por el Espíritu, Jesús se apartó de la vida privada para aceptar plenamente el llamado de Dios de proclamar el reino de Dios.
Jesús cruzó el Jordán allí donde alguna vez los israelitas cruzaran a la tierra que Dios había prometido.
Allí, Jesús enfrentó la tentación en el desierto, el rechazo en Nazaret, el acoso de los líderes religiosos y políticos y, finalmente, la cruz.
En el camino llamó a sus discípulos, sanó, perdonó, festejó, enseñó, amó y oró.
El bautismo fue costoso tanto para Jesús como para nosotros. Afortunadamente, pocos de nosotros encontraremos un final violento a manos de opositores. Pero el cambio de vida que sigue al bautismo implica que nos alejamos de una vida centrada en el ego, optando por la disciplina de seguir a Jesús. Las elecciones diarias de obediencia a Dios son el camino hacia una vida significativa. Jesús, “por el gozo que le esperaba, soportó la cruz” (Hebreos 12).
Los primeros anabautistas hablaban de un triple bautismo: agua, Espíritu y sangre.
¿A quién conoces que haya pagado un alto precio por cumplir con las promesas del bautismo?
¿Qué impulsos egocéntricos estás dispuesto a dejar atrás en las aguas del bautismo para seguir a Jesús con gozo y poder de resurrección?
J. Nelson Kraybill, presidente del CMM (2015–2022), reside en Indiana, EE.UU.
Historias de alrededor del mundo enseñan cómo respondemos, como comunidades de fe, a los desafíos del cambio climático.
Las 353 respuestas a la encuesta del Grupo de Trabajo para el Cuidado de la Creación contenían muchas historias de iglesias que se preocupan por la creación. Este mes, destacamos las respuestas que enfatizan cómo las congregaciones promulgan creativamente soluciones locales como respuesta fiel a las injusticias de la degradación ambiental.
El cuidado de la creación puede ser parte integral de la adoración y del estudio…
“La iglesia se ha comprometido con el tema [del cambio climático] sobre el hecho bíblico de que Dios es el Creador y [somos] quienes tenemos la mayordomía de los recursos que se [nos] han confiado.”—Francis Kamoto, pastor, Mpingo Wa Abale Mwa Kristu (Hermanos en Cristo) Malawi.
“Además de cambiar nuestra iluminación (a automática), comenzar un programa de reciclaje, etc., también estamos preparándonos para instalar paneles solares en el edificio de la iglesia.”—Rebecca Helmuth, ‘North Goshen Mennonite Church’ (Iglesia Menonia del Norte de Goshen), Goshen, Indiana, EE. UU.
Rebecca Helmuth
“La oficina central de la Iglesia Meserete Kristos envía un boletín quincenal en tres idiomas que incluye materiales devocionales basados en la Biblia que abordan las áreas temáticas de los cinco pilares del ministerio de la ‘MKC’ (por sus siglas en inglés). El cambio climático se aborda en el marco de un ministerio holístico y de construcción de paz”.—Desalegn Abebe, presidente, Iglesia Meserete Kristos, Etiopía.
“Hemos tenido sermones, clases y talleres para ayudarnos a comprender el alcance del cambio climático global y para desarrollar respuestas. Especificamente, nos hemos centrado en cambiar los hábitos alimenticios. También hemos incidido por legislación local y estatal para abordar el cambio climático”.—Rod Stafford, Menonita de Portland, Oregón, EE. UU.
Y puede integrarse en las actividades de la iglesia de otras maneras prácticas…
Una pancarta en la ‘First Mennonite Church’ (Primera Iglesia Menonita), Kitchener, Ontario, promueve la acción por la justicia climática.
Foto cortesía de Donna Bender
“Tratamos de minimizar la generación de basura durante los eventos de la iglesia (por ejemplo, usar platos en lugar de desechables). Usamos bombillas LED cuando es posible. Mantenemos la calefacción baja cuando la iglesia no está en uso. Tratamos de reducir la sal en las carreteras en el invierno”.—Eleanor Nash, ‘Rouge Valley Mennonite Church’ (Iglesia Menonita de Rouge Valley), Markham, Ontario, Canadá.
“Organizamos una conversación intergeneracional sobre el cambio climático; tenemos boletines trimestrales sobre el cuidado de la creación/cambio climático; celebramos un domingo anual de la ‘Season of Creation’ (Temporada de la Creación); somos anfitriones de ‘Wild Church’ (Iglesia Silvestre) de manera mensual; instalamos paneles solares; aislamos nuestro edificio; establecimos jardines de permacultura y compostaje in situ; y nuestras personas miembros escribieron un libro de cocina [‘Sustainable Kitchen’ (Cocina Sostenible)]”.—Heather Wolfe, Taftsville ‘Chapel Mennonite Fellowship’ (Fraternidad Menonita de la Capilla), Woodstock, Vermont, EE. UU.
Lo que ayuda a las iglesias a relacionarse con sus comunidades locales
“Nos comprometimos con ‘A Rocha‘ (La Roca, traducción del portugués) en una evaluación eco-iglesia. Cultivamos un huerto de vegetales para donarlo a nuestro banco de alimentos local. Este año, participamos en la ‘Season of Creation’ (Temporada de la Creación) durante tres domingos, tuvimos cultos de adoración afuera del edificio y despertamos nuestra contemplación de la naturaleza.”—Lori Matties, ‘River East Mennonite Church’ (Iglesia Menonita Rio del Este), Winnipeg, Manitoba, Canadá
“Excavamos una gran parte del lote de césped al lado de nuestro edificio y lo dividimos en parcelas. Cada verano, las personas miembros de la iglesia y las personas vecinas de la iglesia, plantan jardines para obtener alimentos.”—Karla Braun, ‘Crossroads MB Church’ (Iglesia Hermanos Menonitas Intersecciones), Winnipeg, Manitoba, Canadá
Las soluciones naturales como la plantación de árboles son buenas para el planeta y para nuestras comunidades
Tshims Mafuta
“Las personas ‘MB (Hermanos Menonitas por sus siglas en inglés) de Malawi trabajan para desarrollar una estrategia para combatir la deforestación y mejorar la gobernanza forestal. Se han iniciado intervenciones complementarias basadas en el sitio para abordar los impulsores del cambio climático, y al mismo tiempo ayudar a generar oportunidades de subsistencia para los hogares vulnerables”.—Bahati Mutabesha Safari, ‘Mennonite Brethren church’ (Iglesia de los Hermanos Menonitas) de Malawi.
“La iglesia siempre ha alentado sus miembros a plantar árboles, y hoy esas plantas dan frutos y protegen los hogares de los vientos. —Cristiano Mafuta M. Ngoma, Igreja da Comunidade Menonita em Angola
“[Como parte del Legado VERDE para planificar 5000 millones de árboles], las personas miembros de nuestra iglesia plantaron árboles en los recintos de su iglesia, espacios abiertos y tierras comunitarias”.—Desalegn Abebe, presidente, ‘Meserete Kristos Church’ (Iglesia Meserete Kristos), Etiopía.
Dedicar grupos al cuidado de la creación a menudo ayuda a las iglesias a participar de manera más eficaz
Wendy Janzen, Eco-ministra de la ‘Mennonite Church Eastern Canada’ (Iglesia Menonita del Este de Canadá), dio un sermón al aire libre en ‘First Mennonite Kitchener’ (Primer Menonita de Kitchener) en enero. Tuvieron una serie de sermones de un mes sobre el cuidado de la creación y regularmente mencionan el tema en el tiempo de oración.
Después de una serie de adoración sobre el cuidado de la creación para todas las edades, “Formamos un subgrupo de acción climática. Tuvimos una comida compartida vegetariana y compartimos recetas para animar a la gente a comer menos carne. Planeamos un evento de plantación de árboles. Instalamos paneles solares en el techo de la iglesia hace varios años e instalamos una estación de agua para promover el llenado de botellas de agua reutilizables”.—Donna Bender, ‘First Mennonite Church’ (Primera Iglesia Menonita), Kitchener, Ontario, Canadá.
Las personas jóvenes son fundamentales para catalizar la acción
“Hace unos años, un grupo de nuestros jóvenes fueron a sembrar árboles a la naciente dónde se abastece al pueblo de agua potable, y fue de gran impacto para la comunidad y para nuestros muchachos hacer conciencia de preservar y cuidar lo que tenemos”.—Omar Pérez Reyes, president, Asociación Iglesias Cristianas Menonitas de Costa Rica.
“Las personas jóvenes de la iglesia suelen aprovechar las sesiones de evangelización para concientizar a la gente sobre las consecuencias del cambio climático y cómo detener sus efectos”.—Thioro Bananzaro, presidente, Eglise Evangélique Mennonite du Burkina Faso.
Las iglesias pueden tomar acciones que impactan sistemas más grandes
“A principios de la década del 2000, participamos en un movimiento interreligioso y civil para rechazar un plan del gobierno que pretendia construir una central nuclear. Ese fue un tema controversial… pero se convirtió en un punto de encuentro para la creación de redes interreligiosas.”—Danang Kristiawan, ‘GITJ’ (por sus siglas en indonesio) Jepara, Indonesia.
“Nuestra iglesia se unió a otras organizaciones ciudadanas en la resistencia frente al proyecto mega minero de ‘La Colosa’ en Cajamarca, que pretendía ser la mayor mina a cielo abierto en Latinoamérica para explotar el oro. Hemos participado de iniciativas ciudadanas a favor del cuidado del territorio, del agua y de los recursos naturales.”—José Antonio Vaca Bello, Iglesia Menonita Ibague, Colombia.
Foto: José Antonio Vaca Bello
Todos estos pasos sirven como importantes actos de esperanza
“Durante un servicio religioso de Erntedankfest (Acción de Gracias), se invitó a las personas miembros de la iglesia a plantar un árbol de manzano en el césped de la iglesia. Juntos, nos paramos en el césped y observamos cómo los niños y niñas tomaban sus pequeñas palas y llenaban el hoyo donde estaba el nuevo árbol (una variedad tradicional). Este año en Erntedank, se presentaron tres manzanitas como primeras primicias. Se nos recordó la bondad de nuestro Creador que hace nuevas todas las cosas”.—Dora Schmidt, Mennonitengemeinde Enkenbach, Alemania.
Los niños y niñas cosechan manzanas de un árbol que plantó la congregación. Foto:Dora Schmidt
Respuesta
“Como organizaciones fundadas en la fe cristiana en la tradición anabautista, reconocemos la importante amenaza que representa el cambio climático para las comunidades globales, la justicia económica y las próximas generaciones. Tenemos el compromiso a explorar nuestro trabajo y misión en apoyo de soluciones climáticas sostenibles y justas”.
Les damos la bienvenida a una serie sobre problemas ambientales y la iglesia mundial.
Estas historias ilustrarán:
a) Cómo se ven los menonita-anabautistas afectados por la degradación ambiental,
b) Qué piensan los menonita-anabautistas sobre los problemas ambientales,
c) En qué maneras están respondiendo los menonita-anabautistas
El Comité Ejecutivo delega a los miembros directivos la responsabilidad de supervisar la vida y la labor del CMM entre sus reuniones anuales.
presidente/a y vicepresidente/a son elegidos/as por el Concilio General,
secretario/a general (de oficio) es designado/a por el Concilio General
tesorero/a es designado/a por el Comité Ejecutivo
Un miembro directivo debe ser miembro de una iglesia miembro del CMM, y debe contar con la aprobación de su iglesia miembro.
Miembros Directivos
Secretario General: César García
Congregación: First Mennonite Church, Kitchener, Ontario, Canada
«Estamos agradecidos por los dones que compartimos en nuestra familia de fe: misioneros que han ofrecido sus vidas para dar testimonio de Cristo; hermanos y hermanas dispuestos a servir a los necesitados; maestros que forman discípulos con el ejemplo de su vida y carácter; pastores que velan por las congregaciones locales; voluntarios que donan generosamente a la obra de Cristo; pacificadores que demuestran una manera nueva de resolver conflictos a la manera de Jesús. ¡Nuestra comunidad mundial es enormemente bendecida por Dios!»
Presidente: J. Nelson Kraybill
Congregación: Prairie Street Mennonite, Elkhart, Indiana, USA
«A través de las relaciones del CMM, he visto que existe mayor esperanza, fe más profunda y una comunidad cristiana más vivificante en personas cristianas de lugares con inseguridad material o política. El poder y la riqueza crean un falso sentido de autosuficiencia, en vez de crear la base de la confianza inquebrantable y el gozo de conocer a Jesús.»
«La genialidad del CMM es la hermandad y la creación de redes. Compartimos nuestras historias. Nos reunimos y descubrimos que somos uno. Hallamos fortaleza más allá de clases sociales, más allá del estatus. El CMM me da valor.»
Tesorero: Sunoko Lin
Congregación: Maranatha Christian Fellowship, Reseda, California, EE.UU.
«Servir a la iglesia anabautistamenonita mundial ha profundizado mi formación espiritual. Mi oración por la iglesia mundial es que Dios traiga paz, consuelo y esperanza a los miembros que sufren en la familia mundial anabautista-menonita afectada por el COVID-19. Esto ha causado una gran pérdida: no solo de vidas humanas, sino también graves problemas económicos en muchos países en desarrollo. ¡Dios, ten piedad!»
Presidente electo: Henk Stenvers
Congregación: Doopsgezinde Gemeente Bussum-Naarden, Países Bajos
«Lo que he aprendido al servir a la iglesia anabautistamenonita mundial es valorar la obra del Espíritu Santo en todas partes del mundo, en tantos contextos diferentes, creando una maravillosa y diversa comunión.»
El mes pasado vimos las actividades que las iglesias realmente hacen con el cuidado de la creación. Esta semana analizamos sobre qué les gustaría aprender más. En otras palabras, ¿qué más les gustaría hacer a las iglesias?
1. Las personas encuestadas están interesadas en aprender sobre varias áreas clave del estudio de la creación.
Las personas encuestadas creen que sus iglesias están más interesadas en dos categorías generales del cuidado de la creación.
En primer lugar, las personas quieren aprender más sobre cómo el cuidado de la creación puede integrarse más en la comprensión bíblica y sus prácticas de adoración (los elementos de color azul en esta tabla) (con la excepción de la oración, quizás porque esto no se ve como algo que se ‘aprende’).
En segundo lugar, estaban interesadas en lo que es más efectivo para vivir de una manera que reduzca los impactos en la tierra (los elementos que se muestran en verde).
Cuando se les pregunta qué recursos usan, la mayoría de las personas piensan en usar una variedad de escritos, incluidos los recursos en línea. Además, muchas personas destacaron 1) el papel importante de una variedad de organizaciones de cuidado de la creación al proveer buenos recursos, y 2) la importancia de sus recursos humanos: personas clave que están fuertemente motivadas y/o tienen experiencia en áreas que puede ayudar a la iglesia.
“Tenemos el recurso humano y técnico pues contamos con algunos profesionales que podrían ayudar en charlas y difusión de ideas y acciones que se pueden tomar,” dice Martha Moreno, miembro de la Iglesia Evangélica Menonita “Jesús el Buen Pastor”, Guayaquil, Ecuador.
2. Las personas encuestadas que reportan más impactos debido al cambio climático están más interesadas en aprender sobre el cuidado de la creación.
Para todas las categorías, excepto la oración, existe una fuerte correlación entre qué tan interesadas están las personas en aprender sobre un tema y cuántos problemas ambientales han notado en su propio contexto. Esto tiene sentido: es más probable que las personas que experimentan o son conscientes de los impactos ambientales se preocupen por estos problemas. Esto sugiere que las iglesias pueden motivar a los miembros aumentando su conocimiento. También sugiere que las iglesias querrán aprender más y más sobre estos temas a medida que los impactos de los problemas ambientales crecen.
¿Las personas que informan ser conscientes de los problemas ambientales en respuesta también participan realmente en más acciones?
La respuesta es sí, pero con una salvedad: esta relación es menos fuerte. En otras palabras, las personas que son más conscientes de los problemas ambientales estaban mucho más interesadas en aprender sobre los problemas, pero solo un poco más propensas a participar en acciones.
El trabajo con las iglesias debe proporcionar recursos para el aprendizaje, pero debe trabajar con miras a ayudar a las iglesias a traducirlos en acciones.
3. Las iglesias estaban algo menos interesadas en aprender acerca de las actividades públicas.
Este mes vemos una vez más evidencia de que las personas encuestadas estaban menos interesadas en participar a nivel cívico, como participar en la incidencia política o en iniciativas comunitarias (elementos morados y amarillos en el mapa a continuación). Sin embargo, estos intereses variaron más según la región, a decir, el interés en la promoción fue notablemente mayor en África y América del Norte. Las iglesias parecen estar más enfocadas en su propia iglesia o comunidades locales en lugar de comprometerse más ampliamente con el gobierno, las empresas u organizaciones.
Porcentaje de encuestados que expresan interés en aprender sobre temas relacionados al cuidado de la creación
Las comunidades de fe se hacen oír cada vez más a medida que reconocen su importante voz moral y cómo el trabajo conjunto crea cambios que multiplican las acciones locales. Como anabautista-menonitas, debemos considerar un compromiso más amplio como una oportunidad para compartir nuestra voz y realizar cambios de manera efectiva a nivel del sistema.
“Como iglesia, debemos asumir nuestras responsabilidades de enseñar a nuestros miembros a comprender el valor y la importancia de aprender más sobre la naturaleza y el cambio climático. Deberíamos aprender lo fácil que es cambiar nuestro estilo de vida y cómo creará peligro si no somos conscientes de ello. Algunos cambios en nuestro estilo de vida pueden tener un gran impacto en nuestro futuro”, dice Emmanuel Mahendra, Iglesia Menonita de Dhamtari, India.
Emmanuel Mahendra
“No se centre solo en la responsabilidad personal. El cambio individual es importante, pero no es suficiente. Necesitamos aprender sobre la naturaleza sistémica del mismo”, señala Kyle Penner, pastor de Grace Mennonite Church, Steinbach, Manitoba, Canadá.
Como ilustran las dos citas anteriores, las personas necesitan sentir que sus acciones son efectivas. Cuando ven los efectos de forma directa, o cuando sienten que la acción conduce a cambios sistemáticos más grandes, se animan a seguir adelante.
Es importante involucrar tanto el cambio de comportamiento individual como la incidencia sistemática. Somos más efectivos cuando trabajamos juntos como comunidad para trabajar fielmente en el cuidado de la creación en múltiples niveles.
Respuesta
¡Participar en el cambio sistemático es a menudo más fácil de lo que pensamos! Puede ser una forma clave de unir a las comunidades de fe de nuevas maneras mientras cuidamos la creación.
La incidencia puede ser parte de las prácticas espirituales de una iglesia y puede contribuir al crecimiento espiritual como parte de la consolidación de la paz. También puede ser una forma de amplificar las acciones que las iglesias están tomando en otros niveles.
Les damos la bienvenida a una serie sobre problemas ambientales y la iglesia mundial.
Estas historias ilustrarán:
a) Cómo se ven los menonita-anabautistas afectados por la degradación ambiental,
b) Qué piensan los menonita-anabautistas sobre los problemas ambientales,
c) En qué maneras están respondiendo los menonita-anabautistas
El 23 de septiembre del 2021, el secretario general de la ONU, António Guterres, dijo que el informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático era “un código rojo para la humanidad”. Sin embargo, Guterres se mostró esperanzado al afirmar que “no es demasiado tarde para actuar y garantizar que la acción climática contribuya a la paz y la seguridad internacionales”. Para Guterres, las naciones deben trabajar juntas porque la paz actual no puede separarse de los problemas del clima.
Para los cristianos, es necesario un marco teológico para relacionar los alarmantes problemas climáticos con nuestro compromiso con la paz. El relato de la creación proporciona este marco, en el que la existencia de la humanidad forma parte del hermoso ordenamiento del clima por parte del Creador.
En el Génesis, el primer libro de la Biblia, hay dos relatos de la creación. El primer relato del Génesis1 es famoso para muchos de nosotros. En él, el Creador hizo los cielos y la tierra en seis días. Este relato esboza la creación en frases ordenadas, poéticas y rítmicas, que pueden encontrarse en los rituales religiosos o en los servicios dominicales de la iglesia.
En este relato, el Creador vio que el desorden no era bueno y por ello separó la luz de las tinieblas, el agua de la tierra seca, etc. Estas separaciones prepararon la llegada de los seres humanos como la cúspide de la creación. En el sexto día, Dios creó a los seres humanos según la naturaleza, las plantas y los animales. Hombre y mujer creados al mismo tiempo a imagen de Dios.
Sin embargo, Génesis 2 cuenta la historia desde otro ángulo, invirtiendo el orden de la creación. Dios creó primero al hombre, luego a las plantas y a los animales. Y finalmente, Dios creó a la mujer como ayudante del hombre. La importancia del ser humano puede verse en como primero y último lugar de la creación. Pero aquí, la creación de los seres humanos, las plantas y los animales ocurre dentro de la historia de Dios preparando el clima. El texto dice que “aún no había ningún arbusto del campo sobre la tierra, ni había brotado la hierba, porque Dios el Señor todavía no había hecho llover sobre la tierra ni existía el hombre para que la cultivara. No obstante, salía de la tierra un manantial que regaba toda la superficie del suelo. Y Dios el Señor formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz hálito de vida, y el hombre se convirtió en un ser viviente” (Génesis 2, 5-7).
La lluvia y el manantial están, efectivamente, relacionados con el clima. La palabra para manantial aquí también puede significar vapor o bruma. Los manantiales de agua surgen de la tierra para inundar el suelo y regar la tierra seca. Y el vapor de la tierra llena el aire de agua y cae en forma de lluvia. Aquí se nos ofrece un hermoso relato del origen del clima. Y el primer ser humano fue creado a partir del polvo de la tierra, polvo húmedo, impregnado por la bruma que se elevó de la tierra.
Esto es lo importante: Más que un relato de principios humildes, la creación de los seres humanos en Génesis 2 retrata a los humanos como parte de la historia del clima. El Creador preparó el clima antes de crear a los seres vivos, incluidos los humanos.
Como primeros y últimos de la creación de Dios, los seres humanos son protectores no solo del jardín sino de toda la creación (Génesis 2, 15-17). Deben “labrar la tierra”, la misma tierra de la que surgió el ser humano. Pero también es la tierra húmeda, la tierra que dará frutos porque Dios la ha preparado ordenando el clima y con el trabajo de las manos humanas.
Aquí, el papel del ser humano es ser el mediador entre la tierra y su Creador. El ser humano es responsable ante el Creador de la conservación del suelo, porque su existencia depende de la tierra húmeda en la historia del clima. Como tal, los humanos no son solo emisarios de Dios en la tierra, sino también mediadores que llevan los gemidos de todas las criaturas al Creador.
Orar es el primer paso concreto a través del cual podemos practicar nuestro papel de mediadores en las calamidades climáticas actuales. Cuando oramos, volvemos a conectar nuestra hermosa pero fracturada tierra con el Creador. Al orar, conectamos nuestro deseo con los que anhelan agua y aire limpios, porque, en palabras de la académica y legisladora Maxine Burkett, los que “sufren más agudamente [el desastre climático] son también los menos responsables de la crisis hasta la fecha”.
Cuando oramos, Dios abrirá nuestros corazones a acciones concretas como individuos, comunidades de fe y legisladores por la paz y la seguridad de nuestro hogar común. Amigos, sigamos orando.
—Nindyo Sasongko es candidata al doctorado en Teología Sistemática en la Universidad de Fordham, Nueva York; teóloga residente en la Manhattan Mennonite Fellowship, Nueva York, y miembro del Grupo de Trabajo de Cuidado de la Creación, Congreso Mundial Menonita.