Oraciones de gratitud e intercesión

  • Sunday morning

    Rut es el único libro en el canon bíblico que lleva el nombre de una mujer extranjera. El libro se centra en Rut, una moabita, y en su suegra Noemí, quienes regresan a la tierra de Judá. En los primeros cinco versículos de este libro, se pueden encontrar calamidades, desplazamientos, esterilidad, muerte y supervivencia. Comienza con una hambruna en Belén, una crisis que obligó a Noemí, a su esposo Elimelec y a sus hijos a emigrar a Moab. Luego, los hijos de Noemí tomaron esposas moabitas. Según cuenta la historia, los tres hombres de la familia murieron en dicha tierra extranjera. Sobrevivieron tres mujeres: una madre israelita y dos nueras moabitas.

    Nuestra familia anabautista mundial también enfrenta estas dificultades hoy en día. La pandemia de COVID-19 nos obligó a posponer la Asamblea del CMM en Indonesia. Estos últimos dos años, hemos sido testigos del horror de la muerte a causa del virus furioso, un horror cuyo final no podemos visualizar hasta el día de hoy. Durante los picos de la pandemia, nos enterábamos de muertes todos los días. Ciertamente, contamos con buenas vacunas, pero el problema no ha terminado. Todavía se producen nuevos brotes en diferentes países, los cuales provocan escasez de alimentos y necesidades diarias. El virus nos separó de nuestros seres queridos y nos aisló unos de otros.

    En el libro de Rut, las tres mujeres vulnerables y privadas de sus derechos están en las fronteras de tierras extrañas, paradas en la zona fronteriza entre Moab e Israel. Moab sigue siendo una tierra extraña para Noemí, por lo que decide volver a Belén. Pero la tierra de Judá es una tierra extraña para Orfa y Rut. Estas viudas sin hijos no pueden saber si encontrarán un lugar seguro, o un hogar en una nueva tierra.

    Noemí les advierte a sus nueras que no la sigan a Belén. Ellas deben regresar a su tierra natal para encontrar maridos. Orfa cedió ante Noemí y se despide de su suegra con un beso. Rut, sin embargo, persiste en seguir a Noemí dondequiera que ella vaya.

    Noemí, Orfa y Rut somos todos nosotros. Actualmente, muchas personas viven como estas viudas vulnerables. EstEl compromiso de Rut con su suegra se describe de manera asombrosa: Rut se aferra a Noemí (1,15). El verbo hebreo (dâvaq) expresa el compromiso más profundo de Rut. La misma palabra se puede encontrar en Génesis 2:24 para describir la unión de un hombre con una mujer en matrimonio. Al dejar a su padre ya su madre, el esposo se une a su esposa y los dos se vuelven una sola carne. Rut elige así ser “una sola carne” con su suegra por encima de su familia de origen. Al aventurarse a una tierra extraña y a un pueblo desconocido, Rute libro describe ampliamente los problemas compartidos por nuestra familia anabautista: mujeres y niños que viven sometidos al trauma de la violencia doméstica, los terribles efectos del cambio climático, las hostilidades hacia los inmigrantes, la injusticia hacia las personas con discapacidades o hacia quienes son minorías de género, y las consecuencias del colonialismo. Al concluir la Asamblea de Indonesia 2022, estaremos listos para partir de la isla de Java. Pero, ¿adónde volveremos?

    El regreso de Noemí con su nuera Rut no es solo una historia sobre la supervivencia de dos mujeres de poco valor. De hecho, esta historia puede verse como una de las más grandes historias de reconciliación de la historia humana. En la Biblia, la historia de Moab y los moabitas está llena de escándalos y malicia. Para los israelitas, los moabitas eran paganos hostiles y, por lo tanto, tenían prohibido ingresar a las reuniones religiosas de Israel, incluso hasta la décima generación. Las esposas extranjeras podían ser expulsadas de entre los israelitas según los libros de Esdras y Nehemías.

    Sin embargo, el libro de Rut presenta una historia diferente. Eunny P. Lee, biblista, opina que Rut ofrece “una visión alternativa de una comunidad solidaria”. Moab es, por lo tanto, “un espacio teológicamente evocador, el límite de la tierra prometida”, un espacio liminar donde “tienen lugar las negociaciones culturales y la (re) construcción de la identidad”. Para Noemí, regresar a su lugar de origen implica una negociación de su identidad y destino. Junto a su nuera Rut, una viuda estéril de Moab, el desafío podría ser más intenso. El compromiso de Rut de seguir a Noemí muestra la valentía profunda para romper los límites de etnicidad y raza, nacionalidad, religión y edad. La reconciliación no puede lograrse cuando no existe el compromiso de traspasar fronteras.

    El compromiso de Rut con su suegra se describe de manera asombrosa: Rut se aferra a Noemí (1,15). El verbo hebreo (dâvaq) expresa el compromiso más profundo de Rut. La misma palabra se puede encontrar en Génesis 2:24 para describir la unión de un hombre con una mujer en matrimonio. Al dejar a su padre ya su madre, el esposo se une a su esposa y los dos se vuelven una sola carne. Rut elige así ser “una sola carne” con su suegra por encima de su familia de origen. Al aventurarse a una tierra extraña y a un pueblo desconocido, Rut rechaza el estatus de mujer de poco valor basada en la definición patriarcal heterosexista de la familia y la maternidad.

    Pero hay más en esta historia. Este vínculo poco convencional entre dos mujeres se da entre suegra y nuera, una relación que a menudo se caracteriza por la tensión y la rivalidad en muchas culturas. En algunas culturas asiáticas, esta relación puede ser francamente opresiva. Las primeras palabras de Rut demuestran su carácter independiente: una mujer marginada que muestra fidelidad y solidaridad con otra mujer. Si la fidelidad y la solidaridad están presentes entre nosotros, la semilla de la reconciliación se ha sembrado en medio de nosotros.

    Al concluir la Asamblea de Indonesia 2022, ¿adónde irá nuestra familia anabautista mundial?

    Sí, debemos seguir a Jesús superando las barreras creadas por las estructuras humanas que nos separan de nuestros vecinos. Recuerdo un evento en mi adolescencia, a través del cual fui llamado al ministerio de la Palabra. En 1993, David W. Shenk de Eastern Mennonite Mission visitó mi iglesia local GKMI Kudus y dio un mensaje. En el pasado, el cristianismo se extendía de Occidente a Oriente. Hoy, la misión ha cambiado de rumbo. Occidente, dijo Shenk, también necesita misioneros de Oriente, rompiendo así las barreras entre Occidente y Oriente.

    El viejo paradigma de la misión cristiana, centrado en la evangelización y la fundación de iglesias, no puede ser suficiente. Difundir el evangelio no debe significar simplemente ofrecer las buenas noticias a los no creyentes. La meta de la misión cristiana debe ser vivir plenamente en una nueva familia, un parentesco en el que se pueda experimentar la presencia bondadosa de Dios en todos y entre todos. En los evangelios, esto se llama el reino de Dios. De hecho, en Cristo encontramos nuevos hermanos y hermanas de todo el mundo. Somos todos amados por el Señor y, como lo expresa el pastor Saptojo Adi de GITJ en un himno, nos reunimos “ya sea del Occidente o del Oriente”. Como tal, vivir en una nueva familia debe animarnos a revisar nuestro ministerio. El ministerio debe significar un compromiso de vivir plenamente las buenas noticias con aquellos marginados del poder.

    Hoy en día, no solo estamos llamados a celebrar juntos nuestra fe, sino a desmantelar las prolongadas consecuencias del colonialismo occidental, resultado de la doctrina del descubrimiento de las Américas, la imposición de la esclavitud a los pueblos de África y los genocidios de los pueblos indígenas. Hoy en día, la migración a tierras extranjeras debido al cambio climático, la guerra y la pobreza está presente en muchas partes del mundo. Dichos inmigrantes son vulnerables a los nuevos entornos. A menudo, se enfrentan a la intolerancia y la hostilidad atroz del país de acogida mientras intentan asimilarse a nuevos contextos y culturas. Hoy en día, los jóvenes que unen esfuerzos nos desafían, creando conciencia global sobre la crisis climática. Según Rebecca Osiro, vicepresidenta del CMM, en Kenia los jóvenes de las congregaciones locales saben que el cuidado de la creación debe comenzar con ellos.

    Hoy en día, las mujeres siguen viviendo en una sociedad altamente patriarcal y sexista. En tanto las sobrevivientes de abuso sexual denuncian valientemente la falsedad e hipocresía de los líderes religiosos, estrellas del entretenimiento, héroes del deporte y políticos, tenemos el desafío de alzar la voz junto con dichas sobrevivientes. Debemos revisar nuestro discipulado a través de la “sabiduría de las mujeres” en su lucha diaria, “en la lucha”, según Elizabeth Soto Albrecht. “A través de la mirada de la mujer”, escribe el teólogo Darryl W. Stephens, “se nos recuerda que lo personal es político, que la pacificación pertenece tanto al hogar como a la guerra y que las buenas noticias de Jesucristo no proclaman ni sufrimiento ni docilidad sino liberación y justicia”.

    Hermanos y hermanas en Cristo, mientras esperamos con interés la próxima Asamblea General en Etiopía 2027, sigamos juntos a Jesús. Proclamemos el evangelio de la paz liberadora, derribando las barreras y traspasando las fronteras establecidas por los poderes injustos para aislarnos unos de otros. Que encontremos un hogar dondequiera que la luz de Cristo nos lleve, un hogar compartido con aquellos que el mundo considera de poco valor. Amén.

    ‚Äî‚ÄØNindyo Sasongko, docente de la Universidad de Fordham, teólogo residente de la Fraternidad Menonita de Manhattan y miembro del Grupo de Trabajo para el Cuidado de la Creación del CMM. Oriundo de Indonesia, se desempeñó como ministro de Gereja Muria Kristen Indonesia (GKMI).


    Este artículo apareció por primera vez en Correo/Courier/Courrier en Octubre de 2022.
  • “Sabemos que somos parte de una comunidad más grande, pero compartir este domingo nos lleva a vivirlo de manera concreta”, dice Sylvain Lavoué, vicepresidente de la junta directiva de la Église Protestante Mennonite (Iglesia Protestante Menonita), Villeneuve le Comte, Francia. La iglesia celebró el Domingo de la Fraternidad utilizando los testimonies y videos del recurso para el tiempo de adoración proporcionado por el Congreso Mundial Menonita.  

    “Escuchar los versículos de la Biblia leídos por nuestros hermanos y hermanas en Burkina Faso fue rico en emociones. Era como si estuviesen asistiendo a la celebración con nosotros”, Veronique Lavoué, Église Protestante Mennonite (Iglesia Protestante Menonita). 

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    Foto: Église Protestante Mennonite creó un tejido trenzado con telas en el taller mensual Ecocreatif de los sábados. Los congregados de 6 a 62 años formaron la palabra “esperance” (esperanza) para decorar el edificio de la iglesia. “A través de esta tarea, los participantes del taller se sintieron más involucrados en el culto. Siempre es un desafío involucrar a los niños para que se sientan parte de la iglesia mundial”, expresa Veronique Lavoué.   

    “Agradecemos al CMM por guiarnos en la maravillosa y bendecida celebración del Domingo de la Fraternidad Anabautista Mundial. Esto seguramente nos ha unido y animado a crecer como una familia anabautista mundial”, afirma Ashish Milap, pastor de Bethel Mennonite Church, Balodgahan, India.  

    En Bethel Mennonite, el culto dominical celebró el cumpleaños de la iglesia anabautista-menonita. Traducido al hindi, “How Mennonites came to be” (Cómo surgieron los menonitas), se compartieron testimonios y oraciones del paquete para el tiempo de adoración, junto con canciones de la Asamblea.  

    Ashish Milap, parte del coro internacional de Indonesia, eligió las canciones más sencillas. “Agradezco al coro de mi iglesia que con mucho trabajo el sábado aprendió canciones en diferentes idiomas para enseñarlas a la congregación el domingo”: “Cantai ao Senhor” en portugués, “Siyahamba” om Xhosa; “Dalam Jesus Kita Bersaudara” en indonesio y “Kwake Yesu nasimama” en swahili. “Los miembros de la iglesia dijeron que disfrutaron aprender y cantar canciones nuevas en diferentes idiomas”. 

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    Foto: Bethel Mennonite Church, Balodgahan India

    Unas 3.000 personas de seis congregaciones de IEIMA en Cafunfo, Angola, se reunieron para celebrar juntas el Domingo de la Fraternidad Anabautista Mundial. Nueve pastores de toda la provincia fueron ordenados durante el culto. “El Señor fue glorificado por medio de las canciones, testimonios y ofrendas”, comenta Daniel Canganguela, dirigente que preside de la Iglesia Evangélica de los hermanos Menonitas en Angola (IEIMA). 

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    Foto: El Presidente de la Comisión de Ordenación, el Rev. Antônio Panzo (izquierda) entrega el certificado al nuevo ordenado Andre Mukanishi (derecha).  

    Celebrar el Domingo de la Fraternidad Anabautista Mundial es muy importante porque nos vuelve a conectar desde nuestras bases como una iglesia relacionada con el anabautismo”, señala el Rev. Ndaba Nyathi, pastor en la Iglesia Central de los Hermanos en Cristo en Bulawayo. “La iglesia disfrutó todo el programa de orar unos por otros y animarse mutuamente en los desafíos sociales y espirituales. Nuestra fe de estar en una familia mundial se refresca a través de la Palabra y los puntos de oración. 

    La reunión de 2003 aún se recuerda por la aceptación mutua de hermanos, incluso de diferentes culturas y colores. Dejó el mensaje de amor y paz entre los Hermanos en Cristo. La oración y la adoración juntos trajeron un avivamiento”. 

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    Foto:  Iglesia Central de los Hermanos en Cristo en Bulawayo

    Iglesia Del Dios Viviente Rama, parte de la Convención Menonita de Nicaragua, celebró el 498 aniversario del movimiento anabautista con los materiales para el tiempo de adoración del Domingo de la Fraternidad Anabautista Mundial. 

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    Iglesia Del Dios Viviente Rama, Nicaragua

    Los pines en el mapa representan a las congregaciones que celebran el Domingo de la Fraternidad Anabautista Mundial. ¿Falta su iglesia? Comuníquelo a: info@mwc-cmm.org

    Álbum de fotos del Domingo de la Fraternidad Anabautista Mundial 2023

     

  • Sábado a la noche

    En África, cuando hablamos de celebrar, desplegamos una alegría vigorosa y libre, cantos bulliciosos y sinceros, bailes animados al son de la música y de los tambores, ululando, silbando, zapateando y batiendo palmas. ¡La celebración significa un corazón alegre! Celebramos cuando hay amor, alegría, paz y felicidad.

    En el sur de África tenemos un concepto llamado Ubuntu, que quiere decir: “Soy porque tú eres… una persona es una persona debido a otras personas”. Este concepto abarca todo tipo de valores tales como el amor, el respeto, la unión, el perdón y la bondad, entre otros. Creo que el concepto de Ubuntu es muy afin al cristianismo, porque dice: “Así pues, hagan ustedes con los demás como quieran que los demás hagan con ustedes” (Mateo 7,12a, DHH). Al fin y al cabo, este es el camino de Jesús.

    Habiendo dicho eso, Ubuntu no siempre funciona a la perfección. Vivimos en un planeta enfermo, donde las personas están quebrantadas, dolidas y abatidas como individuos, como familias, como iglesia y comunidades; también como naciones y de manera global. El amor, la paz y la alegría están muy lejos de muchos de nosotros en una sociedad llena de dolor. Las contiendas abundan dentro y fuera. Hay una gran necesidad de reconstruir las relaciones destruidas.

    La historia del hijo pródigo siempre ha sido una excelente ilustración de cómo abandonamos el consuelo de la bondad de Dios y seguimos nuestro propio camino según lo que nos indique nuestro corazón. Cuando chocamos contra una pared tras otra y empezamos a sufrir, entonces entramos en razón con la intención de volver a casa, procurando el perdón y la reconciliación. Y en definitiva, nuestro amoroso Padre, siempre espera sacrificar un ternero engordado y convocar a la celebración y al júbilo.

    Quisiera compartir un testimonio, que podría ser un reflejo de lo que sucede en las familias, en las comunidades, en cualquier nación y también en todo el mundo. Aunque sucedió hace mucho tiempo, he sido testigo de acontecimientos similares todo el tiempo en familias y en mi comunidad.

    Esta es la historia de una hija pródiga, espiritualmente, y un padre pródigo.

    Me crié en un hogar que aceptaba profundamente al Señor Dios, un legado de mi abuelo paterno y fomentado además por mi devota madre. La vida era buena. Mi padre era brillante, muy respetado, tenía un trabajo muy bueno y bien pago que permitía cuidar bien a su familia. Pero en mi juventud, las cosas empezaron a cambiar. El pecado había estado agazapado a la puerta, y como dice Pedro, el enemigo siempre ronda como león rugiente buscando a quien devorar (1 Pedro 5,7).

    Mi padre se alejó de casa; luego, a su regreso, decidió echar a mi madre de su hogar conyugal. Yo era la hija mayor de la familia; empecé a ver sufrir a mis hermanos a manos de la nueva mujer traída al hogar. Estaba fuera de casa en la universidad la mayor parte del tiempo, pero seguía recibiendo informes inquietantes y estresantes sobre cómo abusaban de mis hermanos. Entonces, decidí llevar un pequeño diario donde anotaba cada acción negativa cometida. Cada vez que escribía algo sentía más amargura y el resentimiento generaba una dureza fría dentro de mí. Los agravios registrados llenaban páginas y páginas. Mi corazón estaba lleno de veneno y crecía cada vez el muro de hostilidad hacia el hombre al que había amado y reverenciado como padre.

    Fue necesario que un tío, al que yo respetaba mucho, tratara de disuadirme de sentir tanta amargura. Me recordó el mandamiento que conlleva una promesa: “Honra a tu padre y a tu madre, para que vivas una larga vida en la tierra que te da el Señor tu Dios” (Éxodo 20,12, DHH). Me ablandé un poco, pero todavía pensaba en la venganza. El siguiente fin de semana correspondía a la Pasión de Cristo. El viernes asistí a un sermón en el que el pastor realmente dio en el clavo al enfatizar las palabras de Jesús cuando colgaba de la cruz. Él dijo: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lucas 23,34a).

    No era la primera vez que escuchaba esta Escritura, pero ese día me atravesó el corazón. Jesús fue herido por mí y fue clavado en la cruz por mí. Jesús me perdonó. Entonces, ¿quién era yo para guardarle un profundo rencor a mi único padre que me trajo a este mundo? ¿Qué quería decir cuando decía la oración del Señor?: “Perdónanos el mal que hemos hecho, así como nosotros hemos perdonado a los que nos han hecho mal” (Mateo 6,12, DHH). Lloré, me arrepentí y pedí el perdón de Dios. No podía procurar el perdón de mi padre, ya que me había vuelto grosera e irrespetuosa con él, lo que influyó negativamente en los hijos que yo intentaba amparar.

    Cuando regresé a la residencia, saqué el vil diario, trituré las páginas e hice una fogata afuera. Mientras el viento se llevaba las partículas de hollín, sentí que la pesadez desaparecía del corazón y de los hombros. Qué dulce alivio. Cuando llegaron las vacaciones, procuré el perdón de mi padre. Fue un encuentro tanto de la hija pródiga como del padre pródigo, y nos regocijamos por la reconciliación. Desde ese momento nos convertimos en los mejores amigos, e incluso cuidé de mi padre cuando estaba con cáncer terminal hasta que falleció. Cristo es nuestra paz… Él “destruyó el muro que los separaba y anuló en su propio cuerpo la enemistad…” (Efesios 2:14, DHH).

    Es bueno tener el amor de los miembros de la familia, que no depende de los sentimientos y las circunstancias. Ese amor debe ser como el de Dios, que dice: “Pero ¿acaso una madre olvida o deja de amar a su propio hijo? Pues, aunque ella lo olvide, yo no te olvidaré. Yo te llevo grabada en mis manos…” (Isaías 49,15-16, DHH). Este es un amor profundo, insondable, sin profundidad ni amplitud ni altura.

    Las personas no están realmente separadas por raza, credo o color. Estamos separados por el pecado que crece y se pudre, propagándose como un cáncer dentro de nuestros corazones. En cualquier país de África, las personas están separadas por barreras étnicas y tribales. El mal prospera cuando las personas se enfocan en sus propias agrupaciones tribales a expensas de aquellos que son considerados extraños. Lo mismo se aplica en cualquier otra parte del mundo. Necesitamos a Cristo, el Gran Reconciliador. La Palabra dice, “… el que está unido a Cristo es una nueva persona. Las cosas viejas pasaron; se convirtieron en algo nuevo. Todo esto es la obra de Dios, quien por medio de Cristo nos reconcilió consigo mismo y nos dio el encargo de anunciar la reconciliación”. La Palabra continúa diciendo: “Cristo no cometió pecado alguno; pero por causa nuestra, Dios lo hizo pecado, para hacernos a nosotros justicia de Dios en Cristo” (2 Corintios 5,17. 18. 21 DHH).

    Es cuando creemos y vivimos en Cristo que experimentamos el amor, el perdón y la alegría de la reconciliación. Los que antes considerábamos enemigos y extranjeros, se convierten en “…miembros de la familia de Dios…” (Efesios 2,19c).

    En conclusión, realmente no hay amor, gozo y paz o cualquier otro don espiritual cuando la gente vive en pecado. El pecado engendra soledad y contienda. Solo en Cristo podemos celebrar juntos el verdadero amor, el perdón y la reconciliación. ¡Aleluya!

    —Barbara Nkala, líder con experiencia en Educación y en el ámbito editorial. Se desempeña como Representante regional del Congreso Mundial Menonita (CMM) para el sur de África (2016-2022).


    Este artículo apareció por primera vez en Correo/Courier/Courrier en Octubre de 2022.
  • Viernes a la mañana

    Dios vio todo lo que había hecho, y en verdad, era muy bueno. Esto es lo que nos relata Génesis cuando Dios había creado el cielo y la tierra.

    Dios celebra la bondad de toda la creación.

    ¿Aún sigue siendo cierto? ¿El “muy bueno” aún existe en estos tiempos difíciles?

    ¿Dónde está cuando una madre tiene que ver con horror cómo los soldados matan a sus hijos? ¿Dónde está cuando las mujeres son violadas, cuando los terroristas atacan los pueblos? A veces, este “muy bueno” parece hundirse y desaparecer en una profunda oscuridad.

    Me desempeño como diácono en el Congreso Mundial Menonita. Visitamos a las personas para acompañarlas y expresarles que el cuerpo mundial de la iglesia está allí con ellos. Visitamos a la iglesia cuando celebra con alegría, como en la inauguración de un nuevo edificio. También visitamos a personas que sufren, como en la Rep. Dem. del Congo, en Burkina Faso. Y he descubierto que sí, la belleza de Dios todavía está allí, morando entre nosotros en estas horas oscuras.

    En la República Democrática del Congo, una delegación de diáconos del CMM visitó algunas de las iglesias cuyos miembros habían abierto sus hogares a las personas desplazadas que huían de las zonas de guerra en el este. Los visitantes escucharon historias de un horror inimaginable, a mujeres que habían sido obligadas a ver cómo mataban a sus maridos e hijos, a mujeres que habían sido violadas y apenas habían sobrevivido. Muchos de ellos se quedaron sentados en silencio, incapaces de contar lo que les había sucedido.

    Como visitante, ¿qué palabras de consuelo puedes brindar? Los visitantes a menudo se quedaban sentados, llorando, sintiéndose impotentes, sin palabras.

    Y fueron estas mujeres las que encontraron la fuerza y las palabras para consolar a sus visitantes que habían quedado anonadados ante estos horrores. Estas mujeres estaban paradas allí, consolando a quienes fueron a consolarlas. Veo la belleza de Dios Creador en ellas, en este abrazo profundo. El “muy bueno” de Dios resplandece en toda esta oscuridad.

    Nos visitamos mutuamente como los amigos de Job que fueron a visitarlo para compartir su dolor; se sentaron en silencio con él durante siete días y siete noches. Me senté con él compartiendo su oscuridad. Se sentaron con Job, quien luchó por encontrar la justicia de Dios, luchó por encontrar un Dios al que pudiera amar.

    Según su origen, la palabra diácono significa ‘actuar en lugar del que te envía’. Un diácono es la presencia de quien envía al diácono. Cerca de dichos enviados especiales están los ángeles que traen consigo la presencia de Dios, sacando a la luz el “muy bueno” de la creación. Sí, había ángeles presentes en estas visitas al Congo; y espero que a veces hayan entrado con los diáconos. Pero, en esos momentos de lágrimas sin voz, mientras quienes habían sufrido terrible violencia consolaban a sus visitantes, dichas mujeres eran los ángeles. Vi en sus rostros la bondad de Dios brillando en la oscuridad. Habíamos estado visitando las casas de ángeles.

    Así que entremos en estas casas de ángeles, en este mundo quebrantado, sentémonos con ellos compartiendo su pena, en silencio, a veces con lágrimas, y luego, tal vez mucho después, incluso con gritos de alegría. Celebremos la bondad de Dios visitando entre nosotros.

    —Jürg Bräker, secretario general de Konferenz der Mennoniten der Schweiz/Conférence Mennonite Suisse (Convención Menonita suiza), anciano y teólogo de Mennoniten Gemeinde Bern (Alttäufer). También integra la Comisión de Diáconos del CMM.


    Este artículo apareció por primera vez en Correo/Courier/Courrier en Octubre de 2022.
  • “Creo en el poder ilimitado de la oración”, escribe el líder de una iglesia miembro del Congreso Mundial Menonita en Myanmar. Se anunció que en enero 2023 iba a estar como invitado especial para la Hora de Oración en Línea. Sin embargo, no pudo compartir sobre la situación de su iglesia debido a un corte de Internet en todo el país. Por razones de seguridad no se menciona su nombre. 

    El líder de iglesia pide oración por Myanmar. 

    “A causa de la guerra la gente sufre hambre e incluso la muerte; los jóvenes están amargados, se vuelven ávidos por tomar las armas”. 

    “Sin embargo, gracias a la gracia de Dios, nuestra iglesia está viviendo el evangelio. El Cuerpo de Cristo está creciendo”. 

    La Hora de Oración en Línea es una reunión de oración bimensual de una hora en Zoom, abierta a todos los anabautista-menonitas para interceder juntos. Después de un breve enfoque en las Escrituras y repasar los puntos de oración, los participantes se unen a pequeños grupos por idioma (inglés, español, francés, hindi, indonesio). Al final, los líderes de grupo comparten los temas que surgieron en sus grupos. 

    En la reunión de enero, los líderes de grupos pidieron oración … 

    • Que la iglesia camine con los marginados y busque justicia; por la reconciliación con los pueblos indígenas en Canadá y en los Estados Unidos, y por las iglesias en México a las cuales se les pide refugiar a los migrantes. 
    • Por la reducción de la polarización política, la desigualdad de ingresos, la falta de vivienda y la seguridad alimentaria. 
    • Por la disminución de la violencia política en Bolivia, Perú, Brasil y Colombia; por los afectados por la guerra en Ucrania, Burkina Faso, Etiopía; para que las iglesias, en tiempos violentos, actúen sabiamente en el espíritu de paz.
    • Por las elecciones generales de Indonesia en 2024. 
    • Por los cristianos en India: los atacados por turbas en Chhattisgarh, India, los de Emmanuel Hospital Association en Fatehpur que fue objeto de vandalismo, y las organizaciones que luchan por operar sin la documentación de la FCRA.
    • Por los seres queridos y alumnos de los líderes cristianos que murieron en un accidente aéreo en Nepal. 
    • Por medidas sanitarias y atención médica en Malawi donde está aumentando la epidemia de cólera. 
    • Por recursos para mostrar el amor de Dios; por los esfuerzos misioneros de la Iglesia Menonita de Kenia en Somalia. 
    • Por unidad en medio de la diversidad, especialmente para aquellos que forman parte de una minoría. 

    La Hora de Oración termina con un pandemonio de gozo cuando amigos de todo el mundo se saludan de pantalla a pantalla en muchos idiomas. 

  • “La unidad en la conferencia fue más importante que cada posición personal”, afirma Paul Duck, líder de la iglesia Convenção das Igrejas Irmãos Menonitas (COBIM), miembro del CMM en Brasil. “Acordamos crear un camino o una carretera, no demasiado angosto, pero tampoco demasiado ancho donde ambos grupos pudieran vivir en paz”. 

    Durante las sesiones de capacitación en línea del Concilio General con el exsecretario general del Congreso Mundial Menonita (CMM), Larry Miller, Paul Duck compartió cómo la iglesia de los Hermanos Menonitas en Brasil aprendió a tener unidad. 

    Cada una de las 109 iglesias miembro del CMM tiene de 1 a 3 representantes en el Concilio General (según el tamaño de la iglesia). Sus reuniones en Indonesia se vieron interrumpidas debido a las infecciones por COVID-19 entre los participantes. Entonces, los delegados del Concilio General se reunieron por Zoom para capacitarse y compartir el 1 y 2 de diciembre del 2022. 

    “Nuestro proceso de toma de decisiones por consenso no es algo práctico para un grupo grande en un medio como Zoom”, declara César García. “Sin embargo, podemos usar Zoom para aprender y orar juntos, para seguir nutriendo nuestra comunión global”. 

    Larry Miller dirigió sesiones de enseñanza tituladas el CMM y la comunión y el CMM y el liderazgo. Ambos videos están disponibles en el sitio web del CMM. 

    Para ilustrar la “escucha receptiva”, Paul Duck contó una historia de la experiencia de su iglesia. 

    Algunas congregaciones de COBIM eran históricamente anabautistas y predominantemente alemanas. Otras eran brasileñas con fuertes influencias del pentecostalismo. Las marcadas diferencias entre los grupos parecían dirigirse hacia una división. 

    Sin embargo, los representantes de ambos grupos acordaron conversar juntos. Después de varios días, convinieron en “reconocer a Cristo los unos en los otros” (uno de los puntos que abordó Larry Miller). 

    “Comenzamos con las definiciones de lo que la Biblia enseña sobre el tema. Cada grupo tuvo la oportunidad de compartir sobre su comprensión y la vivencia práctica de los temas explicados”, relata Paul Duck. 

    Entraron en el proceso que Larry Miller nombró “aprender receptivamente unos de otros”. 

    Como resultado de las conversaciones, “los del grupo tradicional acordaron estar más abiertos al movimiento del Espíritu, mientras que los del grupo carismático acordaron que podían concentrarse más en la Palabra”, menciona Paul Duck. 

    La unidad dentro de la iglesia se mantuvo de manera pacífica, con apertura a la revisión continua de los entendimientos. 

    “Debe enfatizarse que la Palabra de Dios debe ser el punto de referencia para la unidad”, expresa Paul Duck. 

    “Según [el apóstol] Pablo, el plan de unidad de Dios es inmensamente más grande que el plan que nosotros podríamos tener en mente”, declara Larry Miller.

  • Nuevo personal se suma al CMM 

    “El anabautismo es un movimiento mundial. Sin embargo, ¿cómo creamos canales para la relación dentro de un cuerpo global, y cómo permitimos que la diversidad de este cuerpo moldee nuestras comprensiones de la identidad y teología “anabautistas”? pregunta Anicka Fast. 

    Es el comienzo de una nueva era para la Comisión de Fe y Vida en 2023 con Anicka Fast como secretaria a partir de abril. 

    Ella está adscrita a la Red Menonita de Misión como especialista en historia de la iglesia y misionología para África francófona. En ese cargo, imparte cursos de historia de la iglesia en instituciones teológicas francófonas en África occidental y central, asesora y capacita a historiadores menonitas africanos. La actualmente co-directora del CCM en Burkina Faso, estará adscrita al CMM a partir de abril sin dejar de ser una trabajadora de servicio del CCM. 

    Tiene un doctorado en teología (con un enfoque en la historia de la misión) de la Universidad de Boston (EE. UU.) y es investigadora visitante en el Centro para el cristianismo y Misión Global de la Universidad de Bostón e Investigadora en el Instituto para el Estudio del Anabautismo Global en Goshen College. 

    Con ciudadanía canadiense y holandesa, vive en Burkina Faso con su esposo y sus dos hijas. 

    “La Comisión de Fe y Vida ofrece un espacio para escuchar historias de cómo los anabautistas de todo el mundo han contribuido a la misión de la iglesia y han resuelto cuestiones de teología y práctica en sus contextos”, dice Anicka Fast. “Con otros miembros de la Comisión, espero explorar cómo estas poderosas historias pueden transformar nuestra identidad y renovarnos en nuestras relaciones entre nosotros y con la iglesia universal”. 

    John Roth renunció como secretario de la Comisión de Fe y Vida para servir al proyecto el Anabautismo a los 500 años, aunque continuará coorganizando eventos para Renovación 2028. 

    Ashisha Lal llega a la oficina de Kitchener como contadora y asistente de desarrollo después de completar un certificado de posgrado en administración de negocios globales en Conestoga College. Originaria de la Iglesia Menonita de Katghora, BGCMC, India, vivió por primera vez en Kitchener-Waterloo, Ontario, Canadá, en el Programa Internacional de Intercambio de Voluntarios (IVEP) del Comité Central Menonita en donde sirvió en una tienda de Segunda en Kent (2017-2018). 

    “Siempre he querido ser parte de difundir y compartir los dones del amor y la paz, ayudando a las personas a ver la esperanza a través de Cristo. Trabajar con el CMM me da la oportunidad de hacer eso en la comunidad global”, expresa Ashisha Lal. 

    Magali Moreno regresa al CMM en diciembre de 2022 sirviendo como coordinadora de redes y enlace de logística (GAPN, GAEN, GASN, GMF*). Rebekah Doerksen renunció como coordinadora de la GASN, GMF y GAEN en noviembre, y Andrés Pacheco Lozano renunció a la GAPN para asumir la presidencia de la Comisión de Paz. Magali Moreno, de Paraguay, se desempeñó primero en el CMM como directora de oficina en la oficina del CMM en Asunción antes de la Asamblea de 2009, seguido de un año en la oficina de Estrasburgo en un puesto administrativo, y ayudó con la transición de la secretaría general de Estrasburgo, Francia, a Bogotá Colombia. Ella se desempeñó como directora de registro para PA 2015. 

    En el pasado, he sido bendecida en muchos aspectos al conectarme con mi gran familia de fe, y volver a conectarme con ellos una vez más es sencillamente un privilegio”, afirma Magali Moreno. 

    “Los cambios traen nuevas oportunidades. Damos la bienvenida a los tremendos dones que estas mujeres aportan a nuestro equipo de personal”, expresa César García, secretario general del CMM. “John Roth dedicó muchos años a la familia mundial a través del CMM. Sabemos que continuaremos aprendiendo de él a través del proyecto el Anabautismo a los 500 años, y estamos agradecidos de continuar trabajando con Andrés en su nuevo rol como presidente de la Comisión de Paz”. 

    GAEN  Redes Anabautistas Mundiales de Educación 
    GAHN  Red Anabautista Mundial de Salud 
    GAHEN Red Anabautista Mundial de Educación Superior 
    GAPN  Red Mundial Anabautista de Paz 
    GAPSEN  Red Anabautista Mundial de Educación Primaria y Secundaria 
    GASN  Red de Servicio Anabautista Mundial 
    GMF  Fraternidad Mundial Misionera 
  • Timo Doetsch, pastor de jóvenes de Evangelisch Mennonitsche Freikirche, Dresden, Alemania, y miembro del Concilio General por Arbeitsgemeinschaft Mennonitischer Brudergemeinden in Deutschland (AMBD), entrevistó a Henk Stenvers, exsecretario de la Comisión de Diáconos y nuevo presidente del CMM.

    ¿Cómo fue su experiencia al dirigir la Comisión de Diáconos?

    He sido secretario de la Comisión de Diáconos durante diez años. Fue inspirador y siempre disfruté el trabajo. Aunque a veces era mucho, es maravilloso poder visitar tantas iglesias, a veces muy pequeñas, a veces en zonas bastante rurales.

    No solo se lleva a cabo la labor de la Comisión de Diáconos, no solo se transmiten saludos, digamos del Congreso Mundial Menonita, también se procura transmitir a las personas que puedan sentirse parte de la familia.

    Pero además, para mí fue personalmente enriquecedor. Cambió mi fe en el buen sentido. Supongo que me he vuelto más fiel.

    ¿Cómo comenzó la Hora de oración en línea?

    En el primer período del confinamiento en 2020, la Comisión de Diáconos se reunió con Comunicaciones del CMM. Mucha gente se vio afectada y pensamos que sería bueno organizar una oración en línea solo para orar sobre cómo sobrellevar la situación. La primera vez, se conectaron inmediatamente sesenta o setenta personas. La respuesta fue tan positiva que dijimos que lo haríamos de nuevo en septiembre. Aumentó a noventa el número de participantes, así que lo hicimos nuevamente en noviembre. Estuvo todo a cargo de Arli Klassen (coordinadora de representantes regionales), Karla Braun (del equipo de comunicaciones) y yo (de parte de la Comisión de Diáconos).

    Posteriormente, el CMM decidió convertirlo en un evento internacional oficial. Fue maravilloso organizarlo con todo el equipo técnico de la Asamblea, con Liesa (Unger) y todos los demás. Entonces, se convirtió en un evento fijo cada dos meses.

    Después de la Asamblea, el equipo técnico ya no estará allí pero ya hemos decidido que continuaremos.

    ¿Podría describir algunos de los proyectos de la Comisión de Diáconos?

    Lo primero que me viene a la mente es, por supuesto, el grupo de trabajo de COVID-19.

    La Comisión de Diáconos, junto con el secretario general, es responsable del Fondo de Ayuda de la Iglesia Mundial, a fin de que las iglesias miembros del Sur global soliciten dinero para proyectos. En 2020, en colaboración con el Comité Central Menonita, decidimos convertirlo en un grupo de trabajo de COVID-19, lo cual fue realmente exitoso.

    Apoyamos alrededor de 54 proyectos relacionados con COVID en muchos países. Desembolsamos más de USD500.000, aunque nunca le dimos a un proyecto más de USD10.000.

    Y la respuesta de las iglesias, de las personas, de los fondos, fue realmente alentadora.

    Entonces, al final, pudimos apoyar todos los proyectos que cumplieron con los criterios.

    Fue una gran colaboración, ya que el grupo de trabajo convocó a todas las diferentes organizaciones menonitas de ayuda a reunirse por Zoom, para informar lo que se estaba haciendo en relación al COVID-19, a fin de que también pudieran coordinar algunos de sus proyectos.

    Creo que fue maravilloso cómo el CMM llegó a ser la organización que conectara todas aquellas organizaciones que llevaban a cabo todos los proyectos.

    ¿Considera que hay un vínculo con las otras Comisiones?

    Hay un vínculo fuerte, especialmente con la Comisión de Paz. A lo largo de los años, hemos realizado varios proyectos juntos. Dos veces hicimos visitas [de solidaridad] juntos. Hemos redactado cartas conjuntamente cuando una iglesia nacional tenía problemas, especialmente relacionados con guerras o conflictos.

    Todos los meses nos reunimos con los secretarios de las Comisiones. Las discusiones son abiertas y hay muy buena cooperación.

    Está retirándose de la Comisión de Diáconos. ¿Cuáles cree que son los desafíos futuros y los temas clave para los diáconos?

    El bastón del pastor fue obsequiado a J. Nelson Kraybill en Pensilvania por Calvin Greiner, un predicador carismático que recorrió la ciudad anfitriona de la Asamblea 16, orando. “Después de varios viajes, Calvin Greiner se enteró de que los menonitas iban a realizar una Asamblea allí, y que un nativo de Pensilvania asumiría como presidente. ¡Entonces tenía sentido por qué Dios lo enviaba a Harrisburg tan a menudo!”, comentó J. Nelson Kraybill. En la foto: Hens Roesita Sara Dewi (intérprete: inglés-indonesio), Miekje Hoffscholte-Spoelder, Henk Stenvers, J. Nelson Kraybill. Foto: Nelson Okanya

    Por supuesto, el desafío del cuidado de la creación.

    Además, se ve que en cada vez más países hay violencia, división o polarización. En los próximos años, habrá más trabajo para la Comisión de Diáconos, especialmente con visitas de delegaciones con el fin de dar aliento; y también, para que las iglesias miembros sepan simplemente que son parte de la iglesia mundial.

    Por ejemplo, visitamos a los wounaan, un pueblo indígena que vive en la selva entre Panamá y Colombia. Muchos de ellos son Hermanos Menonitas. Tienen problemas con la tala ilegal en sus tierras. Nos pidieron que fuéramos, pero dijeron, muy seriamente: “No les pedimos que resuelvan nuestros problemas, porque no pueden. Les pedimos que oren por nosotros y le digan al mundo lo que está pasando”. De eso se trata exactamente.

    ¿Puede compartir uno de sus pasajes bíblicos preferidos?

    Esa es siempre una pregunta difícil porque depende de la situación. 1 Corintios 12 –sobre el cuerpo de Cristo– en este momento, para mí, es uno de los más importantes.

    También el Sermón del Monte, porque son pasajes claves para procurar ser pacificadores, trabajar por la paz, la reconciliación y para prestar atención a quienes tienen menos oportunidades.

    Y Filipenses 4,7: Existe una paz que no podemos entender y no necesitamos entender, pero que cuida nuestros corazones y pensamientos.

    ¿Puede recomendar un libro, una canción o una película?

    Jonathan Sachs, ex rabino principal de United Hebrew Congregations of the Commonwealth, ha escrito libros maravillosos sobre los libros del Torá, los primeros cinco libros de la Biblia. Fue realmente revelador leer acerca de la mirada que tiene la tradición judía sobre todas esas historias, que a veces nos parecen confusas.

    Será el nuevo presidente del CMM. ¿Qué pasa por su mente al respecto?

    Siento una gran responsabilidad. Sin embargo, después de cuatro años como presidente electo, no sé si estoy listo, pero comencemos. En el CMM, trabajamos en equipo: los miembros directivos, el Comité Ejecutivo, el personal, todos trabajamos juntos.

    Me siento honrado de estar en dicho grupo de presidentes.

    Usted proviene de los Países Bajos y, entre las iglesias del CMM, la iglesia europea es diminuta. ¿Cuál es su opinión al respecto?

    En el CMM es habitual no darle importancia al lugar de dónde uno proviene. Las personas no te eligen por el país de procedencia; te eligen porque te conocen.

    Creo que las personas me eligieron porque me conocen. He participado a nivel mundial desde 2003. Siendo miembro del Concilio General, llegué a ser secretario de la Comisión de Diáconos en 2012. A la vez he sido representante de Europa de 2014 a 2020, así que he estado en muchos lugares y he conocido a muchas personas de la iglesia mundial.

    El CMM es una plataforma en la que deberíamos poder hablar de cualquier cosa. Si no es por medio del diálogo oficial, entonces de persona a persona, con respeto, sin juzgar, sin dividir. Esto es importante, creo, si nuestro deseo de ser una iglesia de paz es real. Por lo tanto, no deberíamos resolver los problemas dividiéndonos. Aceptar que las personas provienen de diferentes contextos, comenzar a leer la Biblia juntos y tratar de explicar lo que uno lee y lo que ellos leen; luego, tal vez, se pueda llegar a una mejor comprensión.

    ¿Qué será importante para usted durante su presidencia?

    Pienso que una de las cosas que observamos más son los problemas relacionados con el liderazgo de las iglesias. Y creo que el CMM puede desempeñar un papel al tratar de brindar recursos a las personas para el liderazgo de la iglesia. Quisiéramos fomentar líderes que no estén pegados a sus sillas, sino que estén listos para ceder a otra persona sin entrar en conflicto. Estas cosas serán importantes.

    Ha utilizado la imagen de la catedral de la Sagrada Familia para la iglesia. ¿Podrías detallar más al respecto?

    Me gusta la idea de una catedral como la casa de Dios.

    Las personas que comenzaron a construir una catedral nunca la vieron terminada. Así que hay que tener mucha confianza para empezar a construir. Se cuenta que el arquitecto Antoni Gaudí realmente no quería terminarla; quería seguir con la construcción todo el tiempo.

    Creo que es un paralelo maravilloso. La casa de Dios nunca se termina. Es sólida, pero hay que seguir construyendo.

    Pero el otro aspecto es que cuando paseas por la Sagrada Familia, primero ves una parte que fue diseñada por Gaudí. Es desenfrenada, con todo tipo de imágenes interesantes. Das la vuelta y luego ves la parte que fue diseñada después de su muerte. Totalmente diferente. Y hay más partes diseñadas por otros arquitectos.

    Esta es una construcción muy diversa; y aun así, es una sola. Llega hasta Dios y nunca se termina.


    Este artículo apareció por primera vez en Correo/Courier/Courrier en Octubre de 2022.
  • César García, secretario general del CMM, expresa que, “confiamos en que es un gozo servir a la familia anabautista mundial, pero reconocemos que requiere esfuerzo. Estamos agradecidos por los funcionarios, el Comité Ejecutivo y los miembros de la Comisión que dedican tiempo voluntario y atención a este trabajo”.  

    De igual forma, da las “Gracias a J. Nelson Kraybill y Rebecca Osiro quienes terminaron sus servicios como presidente y vicepresidente respectivamente. Gracias a los miembros salientes del Comité Ejecutivo (Alexander Neufeld, Juan Veron Aquino, Paul Phinehas) y a los presidentes de la Comisión Joji Pantoja (Paz), Siaka Traoré (Diáconos) y Stanley Green (Misión) que han completado su servicio”. 

    Después de varios años de reuniones en Zoom, el Comité Ejecutivo (CE) se reunió en persona del 12 al 14 de diciembre de 2022 en Schoorl, Países Bajos, lo que permitió a los miembros existentes y nuevos reunirse cara a cara. 

    Debido a reuniones truncadas en Indonesia (ver “El Consejo General aprende sobre la unidad”), el Comité Ejecutivo tomó decisiones sobre temas pendientes de la agenda del Consejo General. El Comité Ejecutivo aprobó las proyecciones financieras y las propuestas de participación justa para 2022-2025. 

    Así mismo, se aprobaron el comunicado de la Comisión de Paz “Declaración sobre la Objeción de Conciencia”. 

    Por otro lado, las redes emergentes han estado operando durante varios años, sin embargo, el CE ahora aprobó su ubicación dentro de la estructura del CMM: 

    • Redes Anabautistas Mundiales de Educación (GAEN) bajo la Comisión de Fe y Vida 
    • Red Anabautista Mundial de Salud (GAHN) bajo la Comisión de Misión 
    • Red Mundial Anabautista de Paz (GAPN) bajo la Comisión de Paz. 

    El CE confirmó a quienes serán nuevos representantes del Concilio General en las Comisiones y a Andrés Pacheco Lozano como presidente de la Comisión de Paz. Anteriormente coordinador de la GAPN, Andrés es asistente de investigación de la Cátedra de Teología de Paz y Ética en la Universidad VU de Ámsterdam y docente delDoopsgezind Seminarium (Seminario Menonita Holandés). Andrés es codirector del Centro de Estudios sobre Religión, Paz y Justicia de Ámsterdam e investigador posdoctoral en el Centro de Teología de las Iglesias de Paz en la Universidad de Hamburgo (Alemania). Miembro de la Iglesia Menonita de Colombia, vive en los Países Bajos.  

    Nuevos miembros de la Comisión: 

    Diáconos  

    • Clemens Rahn (Asociación Hermanos Menonitas, Paraguay) 
    • Sue Park-Hur (Iglesia Menonita de EE. UU.)
    Clemens Rahn, Sue Park-Hur, Atsuhiro Katano, Desalegn Abebe, Francis Kamoto

    Fe y Vida   

    • Atsuhiro Katano (Nihon Menonaito Kirisuto Kyokai Kyogikai, Japón)
    • Desalegn Abebe (Iglesia Meserete Kristos, Etiopía) 
    • Francis Kamoto (Hermanos en Cristo, Malawi)

    Missión 

    • Felo Gracia (Communauté Evangélique de Frères Mennonites en Congo, República Democrática del Congo) 
    • Hyacinth Stevens (LMC, EE. UU.)  
    • Simon Okoth (Iglesia Menonita, Uganda)
    Felo Gracia, Hyacinth Stevens, Simon Okoth, Jorge Morales

    Paz: 

    • Jorge Morales (Iglesias Hermanos Menonitas de Colombia)  

    El personal del CMM continúa haciendo un acercamiento con los candidatos para completar las Comisiones de Diáconos y Paz, así es que el Comité Ejecutivo decidirá por correo electrónico sobre los candidatos finales. 

    Los siguientes miembros fueron confirmados a términos en el Comité YABs 

    • Asia: Kkot-Ip Bae (Iglesia Menonita de Corea del Sur) 
    • África: Isaac Nii Torgbor Gborbitey (Iglesia Menonita de Ghana) 
    • Europa: Gaëlle Oesch (Association des Églises Évangéliques Mennonites de France) 
    • América Latina: Valentina Kunze (Konferenz der Mennonitengemeinden en Uruguay) 
    • Norteamérica: Félix Diener Pérez (MC EE. UU.) 

    Ebenezer Mondez es el mentor del personal (2022-2028). 

    Kkot-Ip Bae, Isaac Nii Torgbor Gborbitey, Gaëlle Oesch, Valentina Kunze, Felix Diener Perez

     

  • Presentando a la familia global:

    Consejo de las Congregaciones de los Hermanos Menonitas en Uruguay

    Conferencia de ICOMB y Iglesia miembro del CMM 

    Durante el año 2022, apoyamos las actividades de las iglesias en sus aniversarios, recibimos nuevos miembros y realizamos bautismos; por ello damos gloria a Dios. En todas estas instancias buscamos fomentar la unidad entre los miembros y apoyar a los líderes.  

    Terminamos el año con gratitud a Dios preparando las actividades del campamento de niños, jóvenes y damas a realizarse en enero-febrero de 2023 en Villa Maranatha. 

    Como desafío para el próximo año vemos con alegría y esperanza la culminación del grupo “Proyecto Timoteo”, que ya está en su tercer año de formación de líderes. El deseo de abrir una nueva obra en Villa Maranatha es también motivo de oración, en vista del crecimiento del balneario, con una población estable, y la falta de iglesias en la zona. Les pedimos que nos recuerden en oración para lograr estos objetivos. 

    —Amelia Consentino, Noticias ICOMB  


    ICOMB
    La Comunidad Internacional de Hermanos Menonitas (ICOMB) está compuesta por 22 iglesias nacionales en 19 países. ICOMB también tiene miembros asociados en más de 20 países, y todos se encuentran en diferentes puntos del camino hacia la afiliación plena. ICOMB existe para facilitar relaciones y ministerios para mejorar el testimonio y el discipulado de sus iglesias nacionales miembro – conectando, fortaleciendo y expandiendo. 
  • Viernes a la noche

    Vengan a mí todos ustedes que están cansados de sus trabajos y cargas, y yo los haré descansar. Acepten el yugo que les pongo, y aprendan de mí, que soy paciente y de corazón humilde; así encontrarán descanso. Porque el yugo que les pongo y la carga que les doy a llevar son ligeros. (Mateo 11,28-30 – DHH)

    El mensaje de Jesús en este pasaje es tan actual y tan necesario hoy ya que, de una u otra manera, el mundo sufre dolor, muerte y consternación. Esta invitación que nos hace nuestro Señor es verdadera y generosa para todos y todas los que en estos momentos cargamos penas, dolores, angustias, miedos, culpas y tantos señalamientos. Hoy como nunca, las circunstancias de la vida tienen a muchos cansados, con grandes pesos en sus corazones que impiden vivir esa vida plena que Cristo nos ofrece en su palabra.

    Esta promesa de descanso es universal, abierta y cargada de gracia para todo aquel que acuda a la fuente que es Cristo Jesús, quien es capaz de librarnos de lo insoportable que puede ser la situación, el descanso ofrecido no está a la vista de los sabios y entendidos como lo dice el pasaje, sino que se plació el Señor en revelarlo a los niños, versículo 25 (aquellos que son como niños en toda su capacidad de expectación, inocencia y vulnerabilidad ) a estos los que hemos comprendido su mensaje de buenas nuevas, redención, reconciliación con Él, nosotros mismos y los demás que nos llama hacia este don carismático de reposo, confort, recreación que envuelve ese descanso mencionado en el pasaje debiendo transmitirlo los seguidores de Jesús a otros como señal de la protección de Dios.

    El pasaje nos invita a llevar su yugo, travesaño que conecta con Él pero que también nos conecta con el otro o la otra que necesita apoyo para hacerlo ligero y fácil de llevar. Este yugo nos une por amor, sin fingimiento, expresando interés real, empatía y disposición de compartir los unos con los otros, siendo como Dios con piel humana nuevamente.

    Es necesario que presentemos como iglesia delante del Señor a aquellos que han sido sorprendidos con miedos, culpas y vergüenzas para recibir sanidad y alivio; al contrario de aquellos que con furia presentaron a la mujer encontrada en pecado para que de la mano de Jesús recibiera muerte, juicio y lapidación, donde gustosos querían participar esos delatores (Juan 8, 1-11). Jesús los pone cara a cara con sus pecados y de una u otra manera recuerdan su naturaleza caída, muy humana y emprenden la retirada vencidos.

    Hoy ya no somos delatores que enjuician y separan sino terapeutas que llevan descanso y alivio a los que continúan en esas cárceles espirituales, recordando los diferentes momentos de la vida donde también transitamos por valles de sombras y muerte, siendo sujetos en otro tiempo a yugos de esclavitud con diferentes nombres, que también llevaban a la destrucción. Pero, Jesús se enderezó para mirarnos a la cara comprensivamente para luego inclinarse soltando nuestra vergüenza y con su dedo darnos liberación-salvación.

    La salvación ofrecida en ese momento histórico es la misma que inicia aquí ya con su palabra, Espíritu y esa presencia más viva que nunca en medio de nosotros, ellos y aquellos, partes del cuerpo de Cristo, signos palpables del Reino de Dios y su shalom.

    Tras dos años de pandemia, conflictos bélicos, étnicos, raciales en varios países, grandes migraciones y movilizaciones humanas, habemos muchos sobrevivientes, algunos más ilesos que otros. Sin embargo, muchos buscan sus últimas fuerzas para tratar de continuar después de haber perdido casi todo lo material para sustentarse, caminan con luto tras la pérdida de padres, madres, hermanos, hijos, perdieron estabilidad emocional, mental, hasta espiritual. Pueblos completos han sido arrasados y destruídos. La avaricia del hombre consume sin parar, se ha sembrado desesperanza en derredor.

    La iglesia también fue movida desde su cimiento, fue sacada de su tranquilidad que la mantenía alejada de muchas tristes y dolorosas realidades, obligada a replantearse su misión, a releer la palabra de Dios con otros ojos, a trabajar fuera de sus paredes.

    Romper los paradigmas

    Sin embargo es y sigue siendo un adecuado momento y oportunidad para hacer rompimientos de paradigmas que separan, señalan, dispersan y levantan muros entre hermanos.

    Permitamos al Dios de la paciencia y de la consolación darnos ese mismo sentir según Cristo Jesús, para que unánimes demos gloria a Dios (Romanos 15, 5-13), entendiendo ahora que no es nada menos que amarlo en los hermanos y hermanas, recibiéndonos, como Él nos recibió.

    Con amistad, hospitalidad, poniendo bálsamo en las heridas, moviendo la piedra donde antes había muerte, desatando vendas, podemos confirmar o estabilizar a todos aquellos a los que debemos salir al encuentro con los brazos abiertos, abundantes de esperanza y promesas hechas desde tiempos atrás, pero que tienen cumplimiento mediante hombres y mujeres que hacen la voluntad de Dios.

    Alegrémonos con alabanzas, cantemos hoy a su nombre en medio de todos los pueblos presentes, para que traiga llenura de gozo y paz en medio de la espera.

    Revistámonos de nuevas fuerzas

    Cindy Alpízar

    Sí, es tiempo de restitución del descanso, eso debemos proclamar hoy, a pesar de lo que hay o de lo que vemos, porque hace mucho tiempo no caminamos por vista (2 Corintios 5, 7), sino afianzados en los dichos de su boca. Jesús es nuestro Sabat, nos llama a detenernos, soltar la ansiedad, el dolor y abandonarnos en Él que sabe cuidar de nosotros. Ya no sigamos cansados por el camino sino que en su regazo revistámonos de nuevas fuerzas para así también brindar alivio de las pesadas jornadas a muchos y muchas que no saben ya que hacer. Pedimos al Señor en este momento que su paz gobierne nuestros corazones (Colosenses 3,15-17), ser un mismo cuerpo, siendo agradecidos por esa presencia que nos ha dejado.

    No abandonemos a los más pequeñitos, a los vulnerables, a los que fueron dejados en el camino. Señor, que tu palabra more en nosotros con abundancia, para que sabiamente y motivando a otros nos movamos a cuidarnos mutuamente, dando gracias porque hoy podemos decir “Ebenezer”, hasta aquí nos has ayudado.

    En este encuentro en este hermoso país, con tantos hermanos y hermanas con tantas y diferentes historias, celebramos la vida, celebramos nuestra fe, nuestra tradición anabautista-menonita. Pero no nos olvidemos que la vida es esto, encuentro: alteridad, que significa salir al camino del otro o la otra, descubrirle, encuentro con lo que es diferente impulsado por el amor, como lo hizo ese padre que día y noche esperó a su hijo lleno de esperanza por un reencuentro, sin importar las condiciones de aquel que decidió volver a casa.

    Para finalizar, en esta Asamblea, más que nunca, detengámonos a examinar nuestra fe y cómo la vivimos. Que Dios nos ayude a que sea promotora de vida, justicia, misericordia y mucha compasión. Que nuestras comunidades de fe, nuestros ministerios y nosotros mismos, podamos brindar descanso a los que siguen cansados y trabajados, haciendo sus cargas más ligeras y fáciles de llevar. Amén.

    — Cindy Alpízar se desempeña como pastora y administradora de la congregación Discípulos de Jesús los Lagos, en Heredia, Costa Rica, y de la iglesia nacional (Asociación de Iglesias Cristianas Menonitas). Su verdadera vocación y pasión es acompañar y asistir a las personas que viven en situación de calle.


    Este artículo apareció por primera vez en Correo/Courier/Courrier en Octubre de 2022.
  • Sábado a la mañana

    Cuando pensamos en las generaciones mayores, pensamos en quienes nos precedieron, aquellos sobre cuyos hombros nos apoyamos. Sin embargo, cuando pensamos en la solidaridad de nuestra relación con dichas generaciones, parece haber un vacío.

    Las relaciones intergeneracionales son de suma importancia; es muy valioso transmitir sabiduría de una generación a otra. Es así que podemos aprender de los errores de quienes nos precedieron, pero eso solo puede suceder si elegimos mantenernos vinculados. Un vínculo fuerte permite orientación, consejo y dirección. Las personas mayores han vivido experiencias y circunstancias que los jóvenes no han vivido, de modo que esta es la manera más acertada de compartir sabiduría.

    Zanjar la brecha entre una generación y la siguiente también es una forma vital de preservar los valores fundamentales de la iglesia y de pasar la posta a la siguiente generación.

    Desde una perspectiva bíblica, la solidaridad intergeneracional puede traer bendiciones o maldiciones. En Deuteronomio 28, hay una lista de bendiciones y maldiciones:

    “Si de veras obedeces al Señor tu Dios, y pones en práctica todos sus mandamientos que yo te ordeno hoy, entonces el Señor te pondrá por encima de todos los pueblos de la tierra. Además, todas estas bendiciones vendrán sobre ti y te alcanzarán por haber obedecido al Señor tu Dios. Serás bendito en la ciudad y en el campo. Serán benditos tus hijos y tus cosechas, y las crías de tus vacas, de tus ovejas y de todos tus animales. Serán benditos tu cesta y el lugar donde amasas la harina, y tú serás bendito en todo lo que hagas.” (Deuteronomio 28,1-6, DHH) “Pero si no obedeces al Señor tu Dios, ni pones en práctica todos sus mandamientos y leyes que yo te he ordenado hoy vendrán sobre ti y te alcanzarán todas estas maldiciones: Serás maldito en la ciudad y en el campo. Serán malditos tu cesta y el lugar donde amasas la harina. Serán malditos tus hijos y tus cosechas, y las crías de tus vacas, de tus ovejas y de todos tus animales. Y maldito serás tú en todo lo que hagas. El Señor te enviará maldición, confusión y angustia en todo lo que hagas, y en muy poco tiempo te destruirán por completo, por haberlo abandonado con tus malas acciones.” (Deuteronomio 28,15-20, DHH) “Todas estas maldiciones vendrán sobre ti, y te perseguirán y te alcanzarán hasta acabar contigo, porque no quisiste obedecer al Señor tu Dios ni cumplir los mandamientos y leyes ordenados por él. Estas cosas serán una prueba contundente contra ti y tu descendencia, para siempre, por no haber adorado al Señor tu Dios con alegría y sinceridad cuando tantos bienes te había dado. Tendrás que servir a los enemigos que el Señor enviará contra ti; sufrirás hambre, sed, falta de ropa y toda clase de miserias. El Señor te hará sufrir una dura esclavitud, hasta que seas destruido.” (Deuteronomio 28,45-48, DHH)

    En Deuteronomio 28, podemos ver cómo tanto las bendiciones como las maldiciones pueden pasar de una generación a otra. Algunos ejemplos hoy día incluyen, entre otros, los vestigios de colonialismo, racismo, injusticias, guerras, violencia, celos y asesinatos despiadados de personas inocentes o de grupos minoritarios.

    Podemos ver el impacto negativo que todas estas acciones han tenido en las diferentes generaciones y razas. Todos estos pecados provocan maldiciones que pueden destruir las relaciones intergeneracionales.

    Una generación podría preguntar a la otra: ¿Por qué no defendieron lo que era correcto? Cuando mataban a mujeres y varones negros, ¿por qué permanecieron en silencio? Durante la época del Holocausto, ¿por qué no defendieron lo que era correcto? Cuando la guerra estaba a punto de estallar, ¿por qué no hicieron oír su opinión?

    Hasta el día de hoy, mi pregunta a las generaciones mayores sobre las injusticias del pasado sigue siendo: ¿Por qué no defendieron lo que era correcto?

    ¿Cómo podemos estar seguros de que Dios nos bendecirá y bendecirá a los que vendrán después de nosotros? Al vivir la vida de obediencia a la que Dios nos ha llamado.

    ¿Cuáles son las acciones que podemos realizar para crear, nutrir o reparar las relaciones intergeneracionales?

    1. Arrepentirse

    Podemos pedirle a Dios que perdone a nuestros antepasados (padres y madres) por los pecados que cometieron a sabiendas o sin darse cuenta. Pecados que han acarreado maldiciones sobre su generación y las generaciones venideras.

    Según 1 Juan 1,9, “Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad”. (NVI) Debemos confesar nuestros pecados, lo cual incluye confesar los pecados de las generaciones que nos precedieron.

    Dios derramará una bendición sobre nuestras vidas y nuestras futuras generaciones. Está bien pedir perdón, sin embargo, es importante no mantener esas viejas costumbres ni seguir viviendo en pecado. Si hemos optado por seguir el camino de Cristo, entonces no hay lugar para la malicia, la violencia, el racismo o las injusticias.

    2. Orar
    Podemos buscar el rostro de Dios respecto al futuro de la iglesia. Podemos orar para que Dios zanje la brecha entre generaciones y para que se creen relaciones significativas. También podemos orar para que Dios revele la voluntad divina y su propósito para nuestras vidas. La Biblia nos anima a “orar en todo momento” (1 Tesalonicenses 5,17 DHH)

    3. Crear

    Podemos tener la intención de crear espacios para que interactúen diferentes generaciones y grupos de edad. Podemos procurar maneras de construir relaciones intergeneracionales a través de nuestras familias, la iglesia y nuestras comunidades. También crear programas de mentoría entre jóvenes y adultos mayores. “Así como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe está muerta si no va acompañada de hechos.” (Santiago 2,26 DHH)

    La solidaridad intergeneracional también puede fortalecer nuestra relación con Dios. “De padres a hijos se alabarán tus obras, se anunciarán tus hechos poderosos. Se hablará de tu majestad gloriosa, y yo hablaré de tus maravillas. Se hablará de tus hechos poderosos y terribles, y yo hablaré de tu grandeza. Se hablará de tu bondad inmensa, y a gritos se dirá que tú eres justo.” (Salmos 145,4-7 DHH)

    La fe se puede transmitir de una generación a la otra. Cuando reflexionamos sobre los maravillosos actos de Dios en nuestras vidas, podemos remontarnos a generaciones anteriores a nosotros. Solo podemos valorar la obra de Dios cuando haya buenas relaciones entre una generación y la otra. Compartir nuestros testimonios unos con otros puede fortalecer nuestra fe en Dios.

    — Makadunyiswe Doublejoy Ngulube, miembro de la Iglesia de los Hermanos en Cristo de Zimbabue y representante de África en el Comité de YAB (2015-2022). Actualmente vive en Canadá, donde se dedica fervientemente a la ciencia ambiental y a concientizar sobre la responsabilidad dada por Dios de administrar bien los recursos de la Tierra.


    Este artículo apareció por primera vez en Correo/Courier/Courrier en Octubre de 2022.