• Domingo de la Paz 2025 – Recursos didácticos

    Sermón Mateo 22:34-40 

    Vecina”, “Vecino”. Esta es una de las maneras en las que en Bogotá (Colombia) nos referimos a diferentes personas a nuestro alrededor. Desde quienes viven en nuestro edificio o en una casa cercana, hasta quienes nos encontramos en la tienda o en otros espacios compartidos o públicos. Puede ser que conozcamos bien a la persona, o que ni siquiera sepamos cómo se llama. Pero al llamarle “vecina” o “vecino” hacemos que la relación sea más cálida. Es una manera de ir más allá de lo distante, extraño e incluso conflictivo que puede ser el encuentro con otra persona. 

    Vecina/vecino es un término que denota cercanía o proximidad. En inglés, es este término de vecino/vecina, neighbour, el que aparece en Mateo 22:34-40. Mientras que en español y francés, el término “prójimo” es comúnmente empleado en este pasaje bíblico. Si bien el hablar de “prójimo” o “prójima” se deriva de la noción de proximidad, de quien está cerca o al lado, este término parece ser a veces demasiado abstracto o desconectado de nuestro diario vivir. Comúnmente, el término prójimo/prójima es empleado cuando hacemos referencia a un pasaje bíblico o cuando buscamos dar cuenta de las implicaciones éticas de nuestra fe cristiana, no cuando nos referimos a otras personas en nuestro diario vivir. ¿Qué pasaría si enfatizáramos la cercanía, calidez y cotidianidad que hacen parte del referirnos a otras personas como vecino/vecina (como pasa en Bogotá) para releer las implicaciones de este pasaje bíblico? 

    Este texto de Mateo es muy conocido. En principio el texto parece muy claro y contundente. Y, sin embargo, hay muchos diferentes énfasis que se pueden hacer o dar a lo que Jesús dice. 

    Uno de los énfasis del texto puede ser resaltar la interconexión entre la dimensión “vertical” y la dimensión “horizontal” de la fe; entre el amor a Dios y el amor a otros seres humanos, respectivamente. En su comentario sobre bíblico sobre este pasaje de Mateo, Richard B. Gardner5 argumenta que estos principios que Jesús presenta no son necesariamente nuevos. El amor a Dios con todo el corazón, con toda el alma y con toda la mente puede encontrarse ya en Deuteronomio 6:5. Mientras que el amor al prójimo como a sí misma(o) puede identificarse en Levítico 19:18.2 Lo que hace a esta respuesta de Jesús tan particular es la interdependencia entre estos dos mandamientos. Es imposible separar la dimensión vertical de la horizontal de nuestra fe. 

    Otro énfasis en la lectura del texto puede ser la interconexión entre cómo entendemos la fe y cómo la vivimos. No sería consistente que afirmemos amar a Dios y que actuemos con apatía ante el sufrimiento de nuestra vecina y vecino. Tampoco será muy lógico decir que creemos en un Dios de paz y justicia cuando seguimos actuando de formas opresivas o injustas hacia las y los demás. De hecho, Richard B. Gardner propone que una de las conclusiones que se podría sacar del texto es que el amor al prójimo es el área de acción en la cual que podemos corporizar o demostrar nuestro amor a Dios.3 La vida de Jesús es expresión encarnada del amor de Dios al mundo. A su vez, como humanos estamos invitadas e invitados a encarnar nuestro amor a Dios en el amor hacia otras personas—y hacia el resto de la creación. Nuestras acciones hacia el prójimo (especialmente hacia quienes han sido marginadas y marginados) son las que dan cuenta de nuestro amor a Dios. Por ello, no podemos separar cómo entendemos y cómo vivimos nuestra fe. 

    La respuesta de Jesús en Mateo 22 también puede servir como una clave de lectura bíblica. Sirve como lentes para ayudarnos a discernir sobre textos, leyes y mandamientos que pueden estar en conflicto o que son ambivalentes. Richard B. Gardner cuenta que de acuerdo con la tradición rabínica que data al siglo segundo, la Torá contiene aproximadamente 613 leyes (365 prohibiciones y 248 mandamientos).4 El que Jesús ubique al amor a Dios y al prójimo como los mandamientos más importantes hace que todo este gran número de leyes y reglas estén supeditados o tengan que ser leídos con estos lentes de amor a Dios y al prójimo. 

    Si bien estos énfasis son valiosos, este pasaje de Mateo 22:34-40 sigue siendo un texto cuya interpretación no termina. Nuestro mundo requiere constantemente que reinterpretemos qué quiere decir esto del amor a Dios y el amor al prójimo. Esto es particularmente cierto en tiempos en los cuales la emergencia climática, las elecciones de gobiernos de derecha, la reaparición de sentimientos xenófobos, y las violencias en nuestras sociedades, guerras y genocidio en nuestro mundo se han convertido en realidades a las cuales debemos enfrentarnos día a día. 


    ¡Qué pena vecina! ¡qué pena vecino!  

    Siguiendo la lógica de referirnos a otras personas como vecinas/vecinos en Bogotá, es común que empleemos la expresión “¡qué pena vecina/vecino!” cuando queremos pedir algo, cuando necesitamos ayuda de otra persona, o para excusarnos. 

    Vivimos en un mundo en el cual nuestras relaciones de proximidad y cercanía han sido profundamente distorsionadas y violentadas. En muchas ocasiones, hemos sido cómplices de esos daños. Por ello, debemos revisar cuidadosamente cómo hemos transgredido nuestras relaciones de proximidad, de “vecindad”. Tal vez, debemos confesar: perdón vecina, perdón vecino

    Flooding in the streets of Piura, Peru, after a heavy rainfall. Climate
change calls on us to love our neighbours.
    Inundaciones en las calles de Piura, Perú, tras unas fuertes lluvias. El cambio climático nos llama a amar a nuestros vecinos. Foto: Henk Stenvers

    Vivimos en tiempos en los que se ha normalizado sospechar de quien está próximo, bien sea porque tiene un bagaje diferente, o porque es es una persona migrante, desplazada, o marginada. No importa que viva cerca nuestro, que haga parte de nuestra misma sociedad o que provenga de un lugar, país o región aledaña, igual no le consideramos “vecina/vecino” sino como persona “extraña”, “hostil” e incluso “enemiga” o “criminal”. Muchas guerras en nuestra historia y en nuestro mundo actual han sido o son entre vecinos y vecinas. 

    Con la naturaleza, nuestras relaciones de proximidad también se han visto severamente afectadas. Hemos convertido relaciones de interdependencia en relaciones de domino y control. Vemos a la naturaleza simplemente como un “recurso” que pueden ser explotado y capitalizado. El cambio climático es una de las señales de los daños que hemos causado y que seguimos generando como seres humanos. Nuestra relación con nuestro espacio vital, con la tierra y las aguas, ha sido fatalmente herida. 

    Perdón vecina, perdón vecino… 

    En medio de estas realidades conflictivas, la pregunta del experto en la ley a Jesús sobre cuál es el mandamiento más importante parece tomar mucha relevancia. ¿Cómo encontrar guías y puntos de referencia en nuestra fe para lidiar con estas distorsiones? ¿Cuáles son las leyes que debemos seguir? ¿Qué hacemos si como humanidad contamos con marcos legales como el Derecho Internacional y como los DDHH y sin embargo gobiernos, poderes económicos y políticos deciden saltarlos impunemente? ¿Cómo hacemos si medidas que tomamos para limitar nuestra afectación al medio ambiente son revertidas por los gobiernos de turno? 

    Como en los tiempos de Jesús, el dilema no es sólo que existan miles de leyes y marcos de referencia éticos hoy en día. El dilema se agudiza por la existencia de realidades de opresión y violencia que hacen aún más urgente la necesidad de encontrar puntos de orientación, de re-conectarnos con elementos centrales de nuestra fe para discernir cómo actuar. 


    “Buenos días vecina”, “buenos días vecino”. 

    Cuando hablo sobre lo que es típico de Bogotá (Colombia) con personas que no han estado o vivido en la ciudad, frecuentemente viene a mi mente el saludar a otras personas diciendo “buenos días vecina” o “buenos días vecino”. Usualmente me toma unos minutos (y un par de ejemplos) poder comunicar cómo suena y qué quiere decir. Entre risas, nunca estoy seguro si termino por hacer un buen trabajo explicando el uso de “vecina/vecino” para referirnos a otras personas—¡incluso si esas personas no viven cerca de donde vivo yo!. Al leer una vez más el pasaje bíblico sobre el amor a Dios y a quienes están en nuestra proximidad (énfasis del término “prójimo” en español), trato de considerar conscientemente algunos posibles matices de este mandamiento cuando es leído a través del término vecina/vecino (énfasis que el texto tiene en inglés) y a cómo lo empleamos en nuestra cotidianidad en Bogotá. En ese sentido, la respuesta de Jesús es una invitación a re-pensar nuestras relaciones de proximidad. 

    Members of Comunidad Cristiana Menonita de Girardot, Colombia,
share bread with their neighbours – prójimo and vecino – on Pan y
Paz, “bread and peace Sunday.” Photo:
    Los miembros de la Comunidad Cristiana Menonita de Girardot, Colombia, comparten pan con sus vecinos —prójimo y vecino— en
    Pan y Paz, el «domingo del pan y la paz». Foto: Comunidad Cristiana Menonita de Girardot

    En un mundo en el cual barreras visibles e invisibles de segregación abundan, un mundo en el cual se promueve el utilizar a poblaciones marginadas como chivos expiatorios para dar cuenta de los problemas de una comunidad o un país, un mundo en el cual se estimula ver a la otra persona como enemiga, el llamar y relacionarse con alguien como vecina/vecino, con la calidez y proximidad que la expresión denota, es una acción contra-corriente. Es ir en contra del status quo. 

    Puede parecer que llamar a alguien vecina/vecino suene superficial, sea un código social, o simplemente una expresión que nos acostumbramos a usar en Bogotá. Y, sin embargo, al referirnos a otra persona como vecina o vecino lo que hacemos es crear un lazo de cercanía. Un lazo que no necesariamente existía antes. Esto hace que sea más difícil verle como extraña o enemiga. 

    Las relaciones de distancia o proximidad con las y los demás no son estáticas o rígidas. Pueden cambiar, y lo pueden hacer de formas sorpresivas. Incluso personas que se consideran extrañas o enemigas pueden convertirse en vecinas y vecinos. La parábola del buen samaritano (Lucas 10: 25-37), en la cuál Jesús ilustra quién es el prójimo, es un buen ejemplo de esto. Las personas samaritanas y judías no tenían la mejor de las relaciones en los tiempos de Jesús. Y, sin embargo, Jesús identifica en un samaritano, quien seguramente era visto como extraño (e incluso enemigo), el mejor reflejo de lo que quiere decir ser prójimo. 

    Creo que la respuesta de Jesús nos interpela justamente en ese sentido: a redibujar nuestras relaciones de amor y proximidad. Siempre hay otras personas a quienes podemos hacer nuestras vecinas y vecinos. Si tomamos la idea de que es en el amor a la vecina(o) en el cual nuestro amor a Dios se hace evidente, debemos siempre buscar enriquecer y nutrir cómo vivimos y expresamos ese amor. Por complejo que sea, cada nuevo día, contexto y realidad en la que vivimos con las y los demás es una nueva oportunidad para dar forma a y encarnar/corporizar ese amor a Dios. 


    ¿En qué le puedo ayudar vecina? ¿En qué le puedo ayudar vecino? 

    En Bogotá, es común que quienes trabajan en una tienda pregunten “¿en qué le puedo ayudar vecina/vecino?” a las personas que entran a la tienda o que parecen estar buscando algo que no logran encontrar. De esa pregunta, lo que me llama la atención no sólo es que nos llamen vecina/vecino sino que además ofrezcan su ayuda. En el mundo en el que vivimos, puede ser que nos sintamos mal por lo que les pasa a otras personas en el mundo, por lo que pasa a nuestras vecinas o vecinos. Pero puede ser que optemos por sentir simpatía con su situación a la distancia, siempre y cuando no afecte nuestra zona de confort. 

    Si asumimos que el amor al prójimo es el espacio en el que podemos expresar y dar cuerpo a nuestro amor por Dios, la invitación de amar al prójimo es un llamado a actuar en solidaridad, discerniendo lo qué podemos hacer y cómo podemos ayudar. El amor al prójimo no es sólo un tema de palabras, sino de acciones. No se trata de que siempre tengamos las respuestas o soluciones a los problemas. Ni tampoco de que decidamos por las otras personas lo que estas deben hacer. Actuar en solidaridad es un compromiso de caminar con otras y otros, a escucharles, y a discernir con ellas y ellos qué hacer—más allá de darle un like a un post de Instagram o compartir un video de TikTok

    En ocasiones la solidaridad puede ser expresada a través del activismo o participar en demostraciones y protestas noviolentas. En otras, se puede expresar en el reconocer y confrontar nuestros privilegios, y servir como aliados y aliadas en luchas que tienen muchas personas y comunidades. En otros momentos, puede ser que la solidaridad se vea reflejada en buscar crear espacios seguros y espacios valientes (brave spaces) para confrontar las diferentes formas de violencia que muchas personas han experimentado. La idea no es hacer un listado con todas las formas de solidaridad posibles. Estos ejemplos son simplemente indicaciones de cómo la solidaridad implica ir más allá de las palabras o simpatías. 

    El ser vecinas/vecinos incluye también una serie de responsabilidades y cuidados. En muchas ocasiones, es justamente en las relaciones de cercanía o proximidad en los cuales la violencia se manifiesta con mucha agudeza. No siempre se habla de esas formas de violencia. Y frecuentemente se silencia a las voces que buscan hacerlas explícitas. Violencias de género, violencia sexual, violencia que denominamos “doméstica”, entre otras, muestran cómo la cercanía como tal no es garantía de relaciones saludables o justas. Estos son ejemplos de cómo el pecado de la violencia y los daños profundos que ésta causa pueden expresarse en relaciones de proximidad. El hablar del amor al prójimo como expresión del amor a Dios nos recuerda de la increíble responsabilidad que tenemos por el florecimiento de las otras personas. Así que el considerar a la otra persona como vecina/vecino no es sólo una manera de expresar calidez, sino que implica también el comprometerme a ser responsable con su cuidado y bienestar. 

    Una vez más, es en el amor a nuestra vecina/vecino, prójima/prójimo, el espacio en el que encarnamos nuestro amor a Dios. 


    Al conmemorar este año los 500 años del Anabautismo, y al considerar que el tema elegido para tan importante tiempo ha sido “La valentía de amar”, es crucial volver sobre las implicaciones y responsabilidades que el amor a Dios y al prójimo tienen hoy. En un mundo en el cual la muerte o desesperanza parecen dominar, que sea la voz de Jesús la que nos recuerde qué debe estar en el centro de cómo entendemos y vivimos nuestra fe.

    Los delegados de YABs (representantes de su conferencia nacional miembro) exhiben sus banderas al final de sus reuniones en
    Alemania en mayo de 2025. Foto: Irma Sulistyorini

    Que sea este un tiempo en el que podamos pensar sobre a quiénes consideramos vecinas/vecinos y en quienes nos consideran así. Que este sea un tiempo que nos invite a tener la valentía para amar, para crear nuevos lazos y relaciones de proximidad con otras personas—incluso con quienes percibimos como improbables o incluso imposibles.

    Que sea este un tiempo además para nuevos inicios, para establecer nuevos compromisos de actuar en solidaridad con otras y otros, buscando su bienestar. Y que sea nuestro Dios de amor, quien nos ama tanto y quien nos invita a amarle en nuestras relaciones con las y los demás, con nuestro mundo, quien nos siga desafiando, inspirando y guiando en este camino. 

    Amén. 

    — Andrés Pacheco Lozano es el presidente de la Comisión de Paz. Originario de Colombia, vive en Ámsterdam, Países Bajos. Este recurso es una adaptación de un sermón que pronunció en la Iglesia Cristiana Menonita De Teusaquillo en Bogotá, Colombia.


    MWC member church Iglesia Evangélica Menonita del Perú hosted
“Celebrar, equipar, adorar” in Cusco, Peru 18-22 January 2025 to
mark 500 years of Anabaptism.
  • Mientras las personas delegadas del Comité Ejecutivo y del Concilio General del Congreso Mundial Menonita se reúnen para el culto, la fraternidad y el discernimiento, hay despedidas y bienvenidas. Las personas integrantes del Comité Ejecutivo y de la Comisión cumplen periodos de seis años.

    Los periodos son escalonados para garantizar la continuidad.

    Comité Ejecutivo 

    El Comité Ejecutivo es elegido por el Consejo General (CG) y se reúne anualmente. Dos personas integrantes de cada región continental son elegidas del CG por su caucus regional. Ellas representan no sólo a su iglesia nacional, sino a toda la región.

    Las personas integrantes del Comité Ejecutivo nombradas en Alemania desempeñarán sus funciones entre el 2025 y el 2031. 

    Asia

    Sipra Biswas, Bharatiya Jukta Christa Prachar Mandali, ‘India United Missionary Church’, India.  

    África

    Samson Omondi Ongode, ‘Kenya Mennonite Church’. Ha sido reelegido para otro periodo, habiendo servido del 2018 al 2025. 

    Europa

    Wieteke van der Molen, ‘Algemene Doopsgezind Sociëteit’, Paísos Bajos. Ha sido reelegida para otro período, tras haber ocupado el cargo entre 2018 y 2025. 

    Latinoamérica

    Omar Pérez Reyes, Asociación Iglesias Cristianas Menonitas de Costa Rica.

    Norteamérica

    Linda Dibble,  ‘Mennonite Church USA’. Ha sido reelegida para otro período, habiendo servido del 2022 al 2025. Ella había sustituído a un integrante de la junta directiva que no pudo terminar su periodo.

    “La reelección de las personas, quienes están disponibles para seguir sirviendo, es una afirmación de su sabiduría y discernimiento”, dice César García, secretario general. “Estamos agradecidos por su liderazgo y animamos a las personas delegadas del Concilio General a seguir en contacto con las personas de su Comité Ejecutivo entre reuniones”. 

    Especialistas de comisiones 

    El Comité Ejecutivo aprobó el nombramiento de nuevas personas especialistas, incluyendo al presidente de Fe y Vida, para cada una de sus Comisiones, su período será del 2025-2031. Las nuevas personas especialistas fueron recibidas por consenso en el Concilio General.

    En los nombramientos de las personas especialistas de las Comisiones, se tuvo en cuenta la disposición de las personas candidatas a formar parte de cada comisión, las cuestiones de equilibrio entre hombres y mujeres, las perspectivas culturales y eclesiales y las personas integrantes del CG que participan en las comisiones.

    Comisión de Paz 

    • Katerina Gea, pastora de la ‘Pasadena Mennonite Church’, California, EE. UU., es licenciada en estudios sobre la paz y fue una de las primeras movilizadoras comunitarias de la Coalición para Desmantelar la Doctrina del Descubrimiento. 
    • Alina Itucama, lideresa Wounaan de la Iglesia Evangélica Unida Hermanos Menonita, actualmente dirije un ministerio llamado Ministerio De Dama a nivel de la conferencia nacional en Panamá. 
    • SeongHan Kim, Corea del Sur, educadora para la paz, es representante del Comité Central Menonita en el noreste de Asia. 

    Comisión de Misiones 

    • Marianne Goldschmidt-Nussbaumer, miembro de la ‘Mission Mennonite’, Francia, anteriormente sirvió en Benín. 
    • Emerson Cardoso, miembro de la COBIM (Iglesia de los Hermanos Menonitas) en Brasil, forma parte del equipo líder de Multiply, capacitando a personas en el liderazgo de iglesias y obreras mundiales en países latinoamericanos y de habla portuguesa. 
    • Teguh Karyanto, pastor de la ‘GITJ’ Pesantenan en Pati, Java Central, Indonesia, sirve al sínodo de la ‘GITJ’ y enseña en ‘STAKWW’, del instituto bíblico de la ‘GITJ’. 

    Comisión de Fe y Vida 

    • Timothy J. Geddert, profesor emérito del ‘Fresno Pacific Biblical Seminary’ de California (Estados Unidos), es autor de varios libros sobre interpretación bíblica, eclesiología y ética. Ocupará el cargo de presidente.  
    • Cindy Alpízar Alpízar, pastora de Iglesia Menonita Jesucristo es el Señor en Costa Rica, es co-coordinadora del Movimiento de Mujeres Anabautistas haciendo Teología desde América Latina (MTAL). 
    • Jeremy Bergen, profesor asociado de Estudios Religiosos y Estudios Teológicos, fue director de Estudios Teológicos en la ‘Conrad Grebel University College’ en Ontario, Canadá del 2014 al 2021.  
    • Zaraí Gonzalía Polanco, escritora, evaluadora de pares y editora de varias publicaciones teológicas, radicada en Colombia, es doctora en teología por la Faculdades EST de São Leopoldo, Brasil.  

    Comisión de Diáconos 

    • Mary Soledad Cano, codirectora del hogar infantil Centro de Vida Infantil en Honduras, es licenciada en Teología Bíblica y tiene una certificación en transformación de conflictos. 
    • Walter Jakobeit, pastor de la ‘Evangelische Freikirche Mennonitische Brüdergemeinde’ de Neuwied, Alemania, desde hace casi 20 años.  
    • Deusilene Martins Milhomen de Carvalho, pastora de ‘Igreja Menonita do Gama’ en Brasilia, Brasil, coordina ‘Sister Care’ Brasil, donde enseña teología a mujeres. Representa a Brasil en el MTAL. 

    Debido a los cambios en el estatus de persona delegada de dos integrantes de la Comisión de Diáconos del Concilio General nombradas en Indonesia en el 2022, el CE también aprobó el nuevo nombramiento de Raúl Rincón, ‘Igreja dos Irmãos Menonitas de Portugal’, y Brian Maphosa, ‘Brethren in Christ Church’ Sudáfrica, para servir como personas delegadas del Concilio General en la Comisión de Diáconos. 

    Presidente y vice-presidenta

    Tras un debate sobre el envejecimiento y la distribución continental, el Concilio General aprobó la propuesta de reelegir a estas personas por un nuevo periodo cada una: presidente, Henk Stenvers, hasta el 2034; vicepresidenta, Lisa Carr-Pries, hasta el 2031.

    El Comité Ejecutivo comenzó a discutir sobre las personas, candidatas a las funciones de presidencia y vicepresidencia, en su reunión del 2023. “Debido al destacado ministerio que están desarrollando el Presidente y la Vicepresidenta actuales, el Comité Ejecutivo recomendó por unanimidad al Concilio General que renovara sus periodos actuales”, dice César García. Con sólo cuatro miembros directivos (presidencia, vicepresidencia, tesorería y secretaría general), es imposible tener una representación continental completa en este grupo de liderazgo. Para hacer frente a esta posible disparidad, el Comité Ejecutivo decidió crear una función ex-oficio que permita nombrar al líder del continente que falte.


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    EC Commission group
  • Diáconos 

    Las responsabilidades de la Comisión de Diáconos incluyen supervisar el Fondo de Ayuda de la Iglesia Mundial (GCSF), fomentar la oración dentro de la comunión anabautista (enviar el correo electrónico de la Red de Oración, organizar la Hora de Oración en Línea y colaborar con el presidente en las cartas pastorales), y las visitas de los diáconos. 

    Desde 2022 hasta finales de 2024, la Comisión de Diáconos aprobó veinte propuestas del GCSF por unos US$ 239.000 tras discernir y evaluarlas cuidadosamente. “El Fondo de Ayuda de la Iglesia Mundial demuestra que las iglesias de África, Asia y América Latina no están solas y que la comunidad de fe mundial se mantiene unida para compartir y apoyar”, afirma Tigist Tesfaye, secretaria de la Comisión de Diáconos. 

    A menudo, en colaboración con especialistas afines al CMM, los Diáconos envían una delegación a visitar las iglesias miembros con necesidades apremiantes para escuchar, compartir, orar y adorar con dichas iglesias. “Esto sirve para fortalecer la iglesia local y su vínculo con la comunidad mundial”, señala Tigist Tesfaye. 

    En 2024, junto con la Comisión de Paz, la Comisión de Diáconos visitó a 17 pastores de Myanmar en Tailandia. Los miembros también realizaron una visita informal a otras iglesias miembros en Tailandia. 

    Cada dos meses, la Comisión de Diáconos invita a todos los miembros a una reunión en línea. La Hora de Oración en Línea se realizó en cuatro idiomas (inglés, español, francés e hindi), con sesenta a ochenta participantes orando juntos en vivo. 

    Fe y Vida 

    Como Comisión de Fe y Vida, procuramos apoyar a las iglesias miembros del CMM al dar y recibir consejo –desarrollando así una responsabilidad mutua– sobre asuntos relacionados con la fe y con la práctica cristiana, y con la identidad y acción anabautista-menonita en el mundo actual. 

    Fe y Vida promovió la enseñanza, conversaciones y recursos mediante la publicación de la guía de estudio acerca del informe sobre el bautismo. Esta se distribuyó a los delegados del Concilio General con una invitación para que la promovieran, usaran y estudiaran en sus iglesias. Los miembros de la Comisión compartieron testimonios de sus bautismos en el sitio web del CMM a fin de despertar el interés en examinar nuestras convicciones en torno al bautismo. 

    La Comisión continuó debatiendo en conjunto y aportando recursos al CMM sobre cómo ser una comunión mundial, estar unificados y también respecto a inquietudes como el cuidado de la creación. 

    Cuando se invita al Congreso Mundial Menonita a relacionarse con otras comuniones mundiales, la Comisión de Fe y Vida es llamada a representarlo. Además de los diálogos con la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas, que produjeron una importante declaración de reconciliación para 2025, también enviaron a Anne-Cathy Graber para representar a los anabautistas en un sínodo del Vaticano sobre la sinodalidad. 

    Estructuralmente, las nuevas Redes Anabautistas Mundiales de Educación dependen de la Comisión de Fe y Vida. Estas redes emergentes de educación primaria, secundaria y teológica están aprendiendo juntas a capacitar a estudiantes para ser pastores y líderes en todo el mundo. 

    Comisión de Misiones 

    Reunirnos, en línea y en persona, fue una parte fundamental de la labor de la Comisión de Misiones en los últimos tres años. La reunión de 2023 en Harrisonburg, Virginia, fue algo decisivo para la Comisión de Misiones y sus dos redes, ya que tuvimos la oportunidad de reunirnos en persona para fraternizar y capacitarnos. Participaron unos sesenta delegados de las redes. 

    La Comisión de Misiones apoyó a la Red de Servicio Anabautista Mundial y a la Fraternidad Mundial Misionera al ofrecer numerosos seminarios web, que propiciaron oportunidades para el aprendizaje y la fraternidad. Su labor fue destacada en el número anterior de Correo

    Para 2025, esperamos publicar en Internet una bibliografía actualizada sobre Anabautismo y Misión, que estará disponible en el sitio web del CMM. 

    Comisión de Paz  

    Cada año, la Comisión de Paz elabora el material para el culto del Domingo de la Paz, que se comparte con las iglesias miembros del CMM de todo el mundo. Las fotos y los informes que las congregaciones envían de su celebración son un testimonio de nuestra labor en pos de la construcción de la paz. 

    La Conferencia Mundial Menonita de Construcción de Paz está patrocinada por la Comisión de Paz. Organizada por la Eastern Mennonite University en 2023, reunió a 160 teólogos, pacificadores, pastores, activistas y artistas de veinte países en Harrisonburg, Virginia, EE. UU. Participaron en conversaciones sobre teología y práctica de la construcción de paz anabautista-menonita, e intercambiaron opiniones respecto a la Declaración sobre la Objeción de Conciencia (publicada en 2022). 

    Miembros de la Comisión de Paz se sumaron a los Diáconos en una visita de solidaridad a Myanmar para animar a los pastores en tiempos de guerra. 

    La Comisión de Paz también ha participado con otros asociados en la elaboración de una vía para establecer conversaciones con los menonitas de Old Colony, que son parte de la familia de creyentes anabautistas pero que no forman parte de nuestra asociación formal como Congreso Mundial Menonita. Las inquietudes sobre las prácticas agrícolas han brindado oportunidades para construir la paz en conversaciones con otras organizaciones, con asociados del CMM y con menonitas de Old Colony

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    MWC commisions meeting