En una reunión de oración, una persona integrante del personal del Congreso Mundial Menonita oró para que la presencia de las personas anabautistas reunidas en Alemania para las reuniones del Concilio General dejara una huella. Aunque la oración era dejar tras de sí la fragancia de Cristo, también habrá un recuerdo vivo de la visita del Congreso Mundial Menonita.
El Comité Ejecutivo, las Comisiones, el Grupo de Trabajo de Cuidado de la Creación, el personal y el Comité YABs participarán en una ceremonia de plantación de árboles en Schönblick, Schwabish-Gmund, Alemania, después del almuerzo del 23 de mayo del 2025.
“Desde 1999, el CMM ha creado recuerdos imborrables de las reuniones del Comité Ejecutivo. Hemos plantado un árbol en honor de la creación de Dios y de la Iglesia universal”, dice César García, secretario general del CMM.
“Sirve de recordatorio de la importante crisis a la que actualmente se enfrenta la creación y del llamado de Dios a cuidarla. Algunos de estos árboles han prosperado y ahora dan sombra, gestionan el agua y aportan belleza a quienes pasan por allí”, afirma César García.
La directora de eventos internacionales, Liesa Unger, trabajó con el anfitrión de la reunión, Schönblick, para obtener permiso para plantar un árbol en los terrenos. El jardinero del centro cristiano de retiros seleccionará la variedad de árbol y el lugar de plantación para que todo salga bien.
“Como el roble chortitza de las personas menonitas de Ucrania o los árboles de olivos que aprecian los hermanos y las hermanas en Palestina, los árboles son a la vez prácticos y ligeramente místicos. Literal y figurativamente, enraízan la memoria en un lugar, mientras que fomentan la vida”, dice Henk Stenvers, presidente del CMM. “El CMM atesora la tradición de plantar un árbol en las reuniones del Comité Ejecutivo por estos beneficios. Esperamos que estos árboles prosperen durante muchos años, como testimonio de la abundante y buena creación de Dios, un recuerdo de las diversas personas que forman la iglesia de Dios en la tierra y un recordatorio de nuestra responsabilidad de cuidar esta creación.”
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Raíces en crecimiento
Para conmemorar nuestros 100 años de congregaciones anabautistas uniéndose como una corriente de agua viva, invitamos a las congregaciones a plantar un árbol.
Tigist Tesfaye, secretaria de la Comisión de Diáconos, comparte que, “la fe se vuelve menos como una ecuación matemática y más como un organismo vivo. Un árbol puede ser un monumento, un marcador de la historia. También es una señal de cuidado por la creación, sumando biodiversidad y hábitat. Un árbol es un regalo para la comunidad, ya que proporciona sombra, estabiliza el suelo y recicla el agua.”
En 1997, el entonces secretario general Larry Miller sugirió que se plantara un árbol cada vez que se celebrarán reuniones del Comité Ejecutivo. No siempre ha sido posible, pero el CMM ha echado raíces en al menos ocho lugares desde entonces.