«Los aniversarios son un momento para detenernos y reflexionar: en ellos recordamos de dónde venimos, consideramos quiénes somos hoy y anticipamos dónde Dios nos está llamando a estar», declara César García, secretario general del CMM.
“La valentía de amar” es el tema del aniversario del Congreso Mundial Menonita en 2025.
Para obtener más información sobre el evento de conmemoración del CMM que tendrá un día de duración en Suiza o información sobre otros eventos de conmemoración a lo largo del año, visite mwc-cmm.org/anabaptism500.
Las actividades del día incluirán presentaciones corales, un panel de discusión, recorridos históricos a pie por el centro histórico de Zúrich, talleres y un juego interactivo para “encontrar la iglesia secreta”. La jornada se cerrará con un culto con invitados internacionales y ecuménicos en la iglesia de Grossmünster.
Puede viajar a Zúrich para participar durante el día como parte de un tour o por su propia cuenta. El culto de clausura se transmitirá en vivo en inglés, francés, español y alemán.
A lo largo del año, se realizarán eventos alrededor del mundo para celebrar y reflexionar sobre el movimiento anabautista y en lo que se ha convertido en la actualidad.
“Nos inspira la manera en que La valentía de amar nos mueve a actuar como Cristo hoy, tanto como hace 500 años. Las iglesias nacionales o las congregaciones locales podrían utilizar este tema para sus propios eventos en el 2025”, expresa Liesa Unger, directora de eventos internacionales del CMM.
Una colección de encuentros
Antes del evento, el Concilio General del Congreso Mundial Menonita (conformado por líderes de cada iglesia miembro nacional de todo el mundo) se reunirá para tomar decisiones y aprender. Después del evento, los jóvenes se reunirán para una Cumbre Mundial de la Juventud, la primera vez que dicho evento se lleva a cabo fuera de un año de Asamblea.
Dos aniversarios
El 2025 marca dos aniversarios para el CMM. Se cumplen 500 años desde que Conrad Grebel, Georg Blaurock y Felix Manz realizaron el valiente acto de «rebautizarse» unos a otros en Zúrich, Suiza, como expresión de su forma de entender la fe. Este acto se toma como el inicio simbólico del movimiento anabautista, que ha crecido hasta contar con unos 2.13 millones de creyentes en más de 80 países de alrededor del mundo.
También se cumplen 100 años desde que comenzó el Congreso Mundial Menonita. Su primer evento fue una conferencia: una reunión de líderes de iglesias Menonitas de Alemania, Francia, Países Bajos, Suiza y Estados Unidos. Estos líderes se preguntaron: “¿Cómo podemos mejorar la vida espiritual de nuestras congregaciones?”
“El cuidado de la creación” está adquiriendo una urgencia cada vez mayor.
Las noticias nos recuerdan a diario sobre los alarmantes cambios en nuestro clima. Estamos siendo testigos de una violencia terrible contra la amada creación de Dios, y cada vez somos más conscientes de que tanto compartimos el daño, tanto en el rol de pecadores como el de víctimas.
¿Cómo respondemos?
Nuestras respuestas seguramente variarán según el lugar donde vivamos, nuestros recursos, la profundidad de nuestra fe, nuestra teología y nuestra voluntad de responder al llamado del momento.
La pecaminosidad humana ha roto nuestra relación con Dios, con los demás y con la creación en toda su diversidad. Pero el Espíritu misericordioso y liberador de Dios está produciendo una “nueva creación” en y a través de Cristo (2 Corintios 5:17).
¿Qué nos está diciendo ese Espíritu en este momento?
El eslogan del CMM y el Cuidado de la Creación
No es de extrañar que el lema del CMM “Seguir a Jesús, vivir la unidad, construir la paz” haga eco de las Convicciones Compartidas. El Espíritu puede usarlo para ayudarnos en nuestra fidelidad ambiental.
Seguir a Jesús
El lema otorga el primer lugar a “seguir a Jesús”. El Jesús a quien hemos prometido seguir no es solo el sanador y maestro de los Evangelios, sino también el Cristo que crea y mantiene unida a toda la creación en su abrazo transformador y re-creador (Colosenses 1:17). No podemos seguir a Jesús sin participar del amor redentor del Creador por este mundo, ¡cada parte del mismo! No podemos seguirlo sin cuidado amoroso, sencillez y generosidad.
Vivir la unidad
El segundo punto es “vivir la unidad”. El centro de la oración de Jesús por nosotros como sus seguidores en Juan 17 es que seamos uno. ¿Con quién debemos ser uno? ¿Con quién debemos vivir la unidad?
La primera inquietud de Jesús es que seamos uno con él, como él es uno con su Padre (¡y el nuestro!) (Juan 17:21-23). ‚Äã‚ÄãLa unidad con Dios significa que compartimos el amor del Creador por todo el cosmos (Juan 3:16, 17). Nosotros también debemos ser la “luz del cosmos”, como afirma Jesús en el Sermón del Monte (Mateo 5:14, Juan 3:21).
Como cuerpo de ese Cristo creador y redentor, debemos participar como cuidadores, protectores y guardianes de la creación. Así como el Sabbath fue el gran acto de Dios de cuidado de la creación (Levítico 25), honramos el Sabbath cuando permitimos que la creación descanse de nuestra explotación incesante y descuidada de la riqueza de la tierra.
En segundo lugar, debemos ser uno con los demás, sin escatimar esfuerzos para mantener la unidad que crea el Espíritu (Efesios 2:18; 4:3). Encarnamos esta unidad en solidaridad activa con aquellos en el cuerpo de Cristo que están sufriendo los efectos de la crisis ambiental (1 Corintios 12:26). Esta solidaridad se extiende a toda la humanidad y se pondrá cada vez más a prueba a medida que aumente el impacto en las poblaciones vulnerables.
Vivimos esta unidad también al orar unos por otros para que tengamos el valor de dejar de dañar la creación y, por lo tanto, a los demás. Tenemos mucho que confesar, mucho que perdonar y mucho que cambiar a medida que caminamos en unidad como el cuerpo de Cristo.
En tercer lugar, el hecho de que Dios haya “reunido en Cristo todas las cosas, tanto las del cielo como las de la tierra” (Ef. 1:10) nos recuerda nuestra profunda unidad con toda la creación, una unidad de todas las cosas en Cristo. Nos regocijamos en la belleza y la abundancia de la creación, pero también compartimos el dolor de Dios cuando la creación sufre, especialmente cuando está en nuestras manos.
Entonces, confesamos y nos arrepentimos de nuestra negativa a escuchar el sufrimiento de la creación y de nuestro fracaso en vivir de acuerdo con el mandato que Jesús nos dio como discípulos, es decir, proclamar el evangelio de salvación a toda la creación (Marcos 16:15).
En cuarto lugar, no sólo estamos en unidad con Dios, sino que Dios está en unidad con nosotros. No estamos solos. El Espíritu, el aliento de vida que el Creador da a toda la creación, mora en nosotros, guiándonos, sosteniéndonos y fortaleciéndonos en nuestra determinación de ser fieles (Romanos 8:9-27; 1 Corintios 12; Gálatas 5:22-25; Efesios 4:4; Filipenses 2:12-13). No nos atrevamos a apagar o contristar a este Espíritu (1 Tesalonicenses 5:19) al dejar de participar del amor y el cuidado del Creador por nuestro hogar terrenal.
Construir la paz
El tercer elemento del lema es “construir la paz”. La palabra hebrea para paz es shalom, que significa sobre todo “plenitud” y “bienestar”. Shalom es la mejor descripción de ese primer Sabbath en el que Dios contempló la creación en toda su realidad material y la llamó “muy buena” (Génesis 1:25; 2:2-3).
Comprometernos a “construir la paz” es hacer todo lo que podamos para abandonar nuestros caminos ruinosos y participar como cocreadores con Dios en el “ministerio de la reconciliación” (2 Corintios 5:16-21, Colosenses 1:20), que incluye el cuidado de la creación en toda su diversidad. Construir la paz es trabajar para restaurar la creación a su plenitud, donde la paz y la justicia volverán a abrazarse y besarse (Salmo 85:10).
El fundamento de nuestra esperanza
Luchamos con preguntas inquietantes: ¿Hay esperanza para este mundo? ¿Podemos realmente marcar una diferencia con nuestros limitados conocimientos, energía y recursos? ¿O este mundo desaparecerá pronto, independientemente de nuestros esfuerzos? ¿En que deberíamos tener esperanza?
Las Convicciones Compartidas concluyen con estas palabras:
“Procuramos caminar en su nombre [de Jesús] por el poder del Espíritu Santo, esperando confiadamente el regreso de Cristo y el establecimiento definitivo del reino de Dios”.
“Esperar confiadamente” es una manera de hablar de esperanza. Sin embargo, esta esperanza en el futuro de Dios nunca debe ser una evasión de nuestra responsabilidad aquí y ahora. La esperanza nos impulsa a actuar ahora, donde estamos. Esta esperanza no es optimismo ni se basa en nuestra resiliencia o inventiva. Se basa plenamente en la fidelidad de Dios.
El amor que el Creador derrama en nuestros corazones a través del Espíritu (Romanos 5:1-5) nos empodera para actuar con esperanza como el cuerpo de Cristo que dio su vida para salvar este cosmos. Trabajamos con esperanza incluso mientras esperamos con fe. Toda la creación gime ansiosamente esperando que pongamos en práctica nuestra fe llena de esperanza (Romanos 8:22; Hebreos 11:1; 12:12-15).
Hoy podríamos, por tanto, reformular la frase final de las Convicciones Compartidas de la siguiente manera: “Procuramos caminar por el poder del vivificante Espíritu en el nombre de Jesucristo por medio de quien todas las cosas son creadas, redimidas y sustentadas, mientras esperamos ansiosamente y activamente el shalom que traerá el establecimiento definitivo del reino de Dios”.
Pidamos al Espíritu claridad y visión para ayudarnos a responder fielmente al desafío de nuestros días.
Comprometámonos a practicar el cuidado amoroso y la paciencia mutua mientras recorremos juntos este desafiante camino.
Apoyemos con oración al Grupo de Trabajo de Cuidado de la Creación y todos los esfuerzos para responder a la crisis que enfrentamos juntos.
√âsta es nuestra oración por la familia de fe del CMM.
Del Señor es el mundo entero, con todo lo que en él hay, con todo lo que en él vive. Salmos 24:1
De los líderes de la Comisión de Fe y Vida y del Grupo de Trabajo de Cuidado de la Creación.
Thomas R Yoder Neufeld, presidente de la Comisión de Fe y Vida, miembro de la Primera Iglesia Menonita, Kitchener, Ontario, Canadá.
Anicka Fast, secretaria de la Comisión de Fe y Vida, miembro de Doopsgezind Gemeente Bussum-Naarden, Países Bajos.
Doug Graber Neufeld, presidente del Grupo de Trabajo de Cuidado de la Creación, miembro de la Iglesia Menonita Community, Harrisonburg, Virginia, EE.UU.
Uno de los acontecimientos que congregan a la gente de nuestro pueblo son los velatorios y funerales.
El año pasado, la esposa de uno de los líderes de nuestra iglesia fue llevada a la presencia del Señor. Fue un momento difícil no sólo para el hombre, su familia y la iglesia, sino también para la comunidad. La comunidad se reunió todas las noches durante cuatro días antes del funeral.
El hombre que perdió a su esposa era pastor y un líder respetado. La muerte de esta querida mujer reunió a líderes de la iglesia y a personas que, de otro modo, no se reunirían ni celebrarían el culto juntas.
Hubo oradores y predicadores durante cada uno de los días, que procedían de diferentes iglesias y denominaciones. La unidad del cuerpo de Cristo se hizo realidad para muchas personas. Cristo fue enaltecido, y el velatorio se convirtió literalmente en una especie de avivamiento. La presencia de Cristo se hizo sentir cuando el Espíritu de Dios tocó a muchas personas que participaron en dichos servicios.
Los funerales suelen ir acompañados de duelo y dolor. En este caso, había señales de pérdida pero mayormente se celebraba la vida de alguien que anduvo con Jesús de manera ejemplar.
Un andar ejemplar
Testimonio tras testimonio fueron compartidos por personas que no formaban parte de la iglesia, expresando cómo esta hermana fallecida y este hermano (el esposo) habían influido significativamente en sus vidas.
En el funeral, una de sus compañeras de trabajo (la fallecida era maestra) dio un testimonio conmovedor. Cuando otras maestras se declararon en huelga para reivindicar lo que consideraban sus derechos, la fallecida nunca había participado, pues creía que para ella la enseñanza era un llamado. El bienestar de los niños y niñas era su prioridad.
Las personas que representaban a las madres y a los padres de familia también dieron testimonio de lo mismo, y de que a lo largo de los años, los niños y niñas a quienes enseñaba, casi siempre obtenían los mejores resultados.
Asistieron a su funeral muchas personas que no tenían absolutamente nada que ver con la iglesia, dando testimonio del amor y bondad de Dios y del valor de seguir a Jesús.
Permítanme señalar que los encuentros en velatorios son en cierto modo culturales y esperados. Sin embargo, fue la manifestación del Espíritu de la unidad de la iglesia y la realidad del poder transformador de Jesús lo que se experimentó en ese momento.
La gente sigue dando testimonio de aquel velatorio hasta el día de hoy. El poder transformador de Jesús hizo que este funeral fuera diferente a los demás.
Para nosotros los cristianos, y para muchas otras personas, el velatorio y el propio funeral hicieron revivir las palabras de Pablo en Romanos 14:7-9. Estas palabras nos siguen animando:
“Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí. Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos. Porque Cristo para esto murió y resucitó, y volvió a vivir, para ser Señor así de los muertos como de los que viven.”
Amén.
—Danisa Ndlovu, representante regional del CMM para África de Sur y obispo de la Iglesia de los Hermanos en Cristo de Zimbabwe.
Este artículo es una adaptación del discurso que presentó en Renovación 2024, “Siendo transformados, vivimos a Jesús”, el 6 de abril de 2024, en Brasil.
Indonesia
Hace veinticinco años que mi esposa y yo somos una pareja pastoral en una iglesia céntrica de Yakarta, que cuenta con una congregación de unas 250 personas. Disfrutamos mucho del llamado de nuestro ministerio a crecer junto con la congregación que guiamos.
Tenemos una hija que cursa actualmente el sexto semestre de medicina y se prepara para ser médica.
Desde nuestra época en el seminario, mi esposa y yo hemos sido mentores de más de 120 adolescentes. Les enseñamos a ser discípulos, de modo tal que muchos de los miembros activos de la iglesia hoy en día son aquellos adolescentes de quienes fuimos mentores.
Si me preguntaran qué cargo o función es el más significativo, sería ser padre de los muchos hijos e hijas adoptivos que hemos integrado a nuestro hogar y formado parte de nuestra familia. Atesoro esto más que todas las demás funciones que he desempeñado en nuestro sínodo o iglesia nacional, o incluso a nivel mundial.
Un hogar de puertas abiertas
Esta historia comenzó cuando mi esposa y yo aún éramos novios en un seminario de Salatiga.
Sentíamos el mismo amor por los niños y niñas y jóvenes, guiándoles para que conocieran al Señor Jesús y crecieran en todos los aspectos de la vida. Ambos nos dimos cuenta de que nuestra existencia se debía únicamente a la gracia de Dios; queríamos que otras personas también experimentaran la gracia de Dios.
Cuando nos casamos y nuestra hija tenía diez meses, Dios nos envió a un joven. Él no tenía madre ni padre y había sido rechazado por su familia. Tenía el cuerpo escuálido y un tímpano reventado debido a la violencia de su tío.
Un miembro de la congregación lo llevó a nuestra casa y esa noche aceptamos hacernos cargo de él. Se quedó con nosotros muchos años. Pudimos guiarle para que conociera al Señor Jesús.
Aquel joven cursó estudios de teología y de misiones, y hace diez años que sirve como misionero en el interior.
Desde entonces, Dios ha enviado a nuestra casa a muchos niños y niñas de diversas regiones y orígenes étnicos.
Aproximadamente 43 niños y niñas han pasado a formar parte de nuestra familia. En general, proceden de familias de escasos recursos de aldeas y zonas remotas que no tienen padre ni madre. Varios de ellos tienen necesidades especiales o padecen enfermedades como epilepsia que deben ser controladas por un médico.
Traer a tantos niños y niñas a nuestra casa no es cosa fácil. Desde el primer momento, nos comprometimos a utilizar nuestro propio dinero que al principio era muy limitado, incluso para las comidas diarias. Como pareja pastoral, no tenemos grandes ingresos. Se hizo difícil cuando el número de nuestros hijos e hijas adoptivos aumentó de cuatro a diez, luego a trece y después a diecisiete. Sin embargo, consideramos que es nuestra vocación sufragar todos sus gastos: comida, ropa y matrícula escolar.
Durante dos años comimos pescado salado casi todos los días (lo que hizo que mi mujer sufriera hipertensión). Pero nunca nos arrepentimos de haberlo hecho porque Dios nos brinda alegría.
A la manera de Dios
Lo más difícil no es cómo proveer alimentos, sino cómo educar a nuestros hijos e hijas a la manera de Dios, teniendo en cuenta sus diferentes contextos familiares y culturales.
No estamos creando un orfanato, ni siquiera una residencia para niños y niñas, sino que estamos integrándolos a nuestra familia. A menudo les decimos a nuestros niños y niñas que esta es su casa y esta es una familia, para que redescubran la calidez y la seguridad de una familia que nunca tuvieron.
Nuestro objetivo no es sólo permitirles perseguir sus sueños, sino educarles para que sean transformados por Cristo y que encuentren su vocación como discípulos suyos.
Cuando nuestra hija estaba en la escuela primaria, una vez preguntó: “Mamá y papá, ¿por qué traen tantos niños a nuestra casa? Nuestra casa está tan llena. Sería bueno que viviéramos los tres solos y que todo fuera mío”.
Sin embargo, cuando estaba en el último año de la escuela secundaria, escribió un ensayo para un concurso organizado por el periódico más importante de nuestro país.
“Fui hija única y debería poder disfrutar de esa bendición sin necesidad de compartirla con los demás. Pero mi padre y mi madre trajeron a muchos niños y niñas para que se criaran en nuestra casa, lo que significaba que tenía que compartirlo todo, incluso a mi padre y a mi madre. Al principio, me entristecí y me costó aceptarlo. Pero mi padre y madre eran personas muy amorosas que anhelaban que otros niños y niñas sintieran el amor de Dios y tuvieran un futuro. Permitieron que su vida se viera alterada para que pudieran ser árboles que dieran cobijo a muchas personas vulnerables. Hoy, mi casa está llena de familiares de toda Indonesia. Ahora entiendo que la vida debe compartirse. ¿Dónde está la belleza de la vida si sólo se vive para uno mismo?”
Lloramos al leer su reflexión, agradecidos de que ella también haya descubierto que el verdadero sentido de la vida sólo se encuentra cuando compartimos.
Resultó que ganó el concurso.
Actualmente, muchos de nuestros hijos e hijas se han graduado y siguen su vocación desempeñándose en el pastorado, en la misión, en el ámbito de la docencia y de la salud, y trabajando en los mercados. Si nos preguntan: “¿Cómo podremos retribuirles toda la bondad que nos han demostrado como padre, madre y hermana?”, siempre respondemos: «Retribúyanlo compartiendo el amor de Dios con los demás, para que no se quede sólo con ustedes. Esperamos visitarles y ver a muchos niños y niñas en sus familias.”
Por supuesto, hay una gran dinámica en todo este proceso, muchas alegrías y tristezas. Pero Dios ha permitido que nuestro sueño se cumpla.
Oremos para que nuestros hijos e hijas sigan siendo creyentes y discípulos fieles, sirviendo a Dios según sus dones y llamados.
¡Bendito sea el nombre del Señor!
—Agus W. Mayanto es Representante Regional del Congreso Mundial Menonita para el Sudeste Asiático. Él y su esposa Rosmaida han sido copastores de GKMI Cempaka Putih Jakarta en Indonesia desde 1999.
Este artículo es una adaptación del discurso que presentó en Renovación 2024, “Siendo transformados, vivimos a Jesús”, el 6 de abril de 2024, en Brasil.
Colombia
Llamados y escogidos para el propósito de Dios en la tierra
Dónde hay visión, hay provisión.
Cuando la intención es traer el cielo a la tierra, el respaldo de Dios es absoluto.
Hace treinta y tres años escuchamos un llamado para la evangelización y el crecimiento de la iglesia.
Oriundos del pueblo de Anolaima, comenzamos a participar en la iglesia menonita. En aquel entonces el pastor Pedro Stucky nos dio el aval para participar en el liderazgo y la dirección de esta comunidad. Por aquellos días, había una disminución de la membresía hasta el punto de querer cerrarla.
En el municipio de Anolaima nunca fue sencilla la evangelización debido a su trasfondo cultural. Iniciamos las tareas de evangelización en lugares fuera del templo. Queríamos predicar el evangelio donde estuvieran los perdidos.
Así que decidimos ir a las escuelas y colegios para predicarles a niños, niñas y jóvenes, brindándoles principios y valores bíblicos como herramientas.
También organizamos congresos de familias con el único propósito de que nos conocieran como una alternativa abierta y amplia, desarrollando una cultura del reino de Dios.
Creamos una escuela para empresarios y empresarias como modelo de autosostenibilidad.
Trabajamos en los parques, recuperando espacios como un ejemplo de servicio y de que es posible vivir mejor.
En aquellos días surgió de parte de Dios, la creación de un parque para evangelizar desde la naturaleza; de hecho, los cielos cuentan la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos (Salmos 19).
Entonces soñamos con un parque en medio de la naturaleza, recreando la Palabra para ayudar en las necesidades y dar las buenas nuevas de salvación.
Es un monte alto como faro en la oscuridad, que orienta y da luz al camino de quienes no lo tienen.
¿Por qué un parque?
No lo entendíamos, pero empezamos a soñar sin saber, sin dinero, pero con la intención de que este sueño era de Dios. En medio de una asamblea de cincuenta personas de la iglesia, usando un jarrón de arcilla como símbolo de nuestra intención, sembramos una semilla de girasol y dimos inicio al sueño de Dios de construir un parque a fin de crear un turismo de conversión y transformación.
Llevó tiempo pero logramos invertir en una propiedad. Ahorramos USD 30 000 y compramos para luego vender una propiedad de 6 000 m² en USD 45 000, y adquirimos un terreno de 51 000 m² por ese monto.
Cuando la visión es de Dios, la fe se convierte en la moneda que compra sin dinero, pues la dueña que cobraba U$S 75 000 nos honró sembrando el monto restante.
Dios siempre es fiel en proveer para sus propios sueños cuando los convertimos en los nuestros.
Hemos tenido que aprender a confiar en Dios y aprender que la obra es de él, y que nosotros tan solo lo acompañamos.
Un encuentro con Dios
IGLEPARQUE presenta momentos de la narración bíblica, en un entorno natural. Respetamos la naturaleza y aprovechamos la majestuosidad de colores, diversidad de aves y fauna que enriquecen el panorama bíblico.
En el transcurso de un año, atendemos entre dos mil a tres mil visitantes del parque, incluidos niños pequeños, familias y congregaciones, que transmiten de boca en boca para que otras personas vengan.
Nuestro propósito es alentar a los visitantes en su fe y en cada una de sus necesidades sentidas, sean emocionales o físicas, orientándolos y brindándoles luz en su camino, por medio del conocimiento de Jesucristo.
Trasmitimos un mensaje de paz, ya que este es nuestra misión como menonitas.
IgleParque es un espacio abierto en un ambiente natural, donde los visitantes se llevan una experiencia ilimitada con Dios, ya que los cielos de este proyecto rompen el límite que obstaculizan su encuentro con su Creador. La creatividad es el instrumento primario para una evangelización diferente, contemporánea pero con elementos bíblicos.
Para quien lo visita, el parque es una voz de esperanza ya que para cualquier necesidad hay una solución. Hay diecisiete espacios para compartir el consejo bíblico e interactuar con las buenas nuevas de salvación.
IgleParque es una bendición no solo para los visitantes sino para la propia ciudad, y a través de él, para hoteles, restaurantes y medios de transporte. Ha sido un punto de encuentro para visitas internacionales por la cercanía con la capital Bogotá, pues estamos a solo 70 km de distancia. Así que IgleParque se ha vuelto un lugar para visitar que abre la puerta a la evangelización.
Dios nos ha dado la estrategia para una evangelización sin límites. Se trata de un recorrido de dos horas que recrea la fe, la historia y la convicción para quienes tenemos la necesidad de Dios.
Estamos en un 60% de la construcción del parque, según la visión. Pero la comunidad está comprometida con terminar lo que Dios fielmente empezó con nosotros.
La pasión impulsa el trabajo
Durante más de diez años, hemos desarrollado el proyecto de IgleParque paso a paso. Es un proceso con altibajos, pero no perdemos el ánimo pues Dios nos ha dado su fortaleza. Estamos aprendiendo a construir mediante el poder de la Palabra, la fe y la perseverancia, haciendo posible lo imposible y visible lo invisible.
En el proceso Dios ha sumado a personas, una tras otra hasta convertirnos en un equipo y en una familia, con toda la pasión de convertir un sueño en hechos.
Aprendimos a construir con el modelo de Jesús sirviendo y administrando los recursos divinos, humanos y físicos, transformándolos con la creatividad y la bendición que Dios coloca en nuestras manos.
Esperamos ser inspiración, motivación y testimonio para el cumplimiento de la Gran Comisión de ir a todas las naciones y hacer discípulos desde la perspectiva de un evangelio pacificador (Mateo 28:19), pero sobre todo de fe en Dios y en su Palabra.
—Eduardo y Lucy Bautista, han servido en la comunidad de líderes de la Iglesia Menonita Anolaimo, Colombia, durante más de treinta años.
Uruguay
En estos últimos años que he participado en el Congreso Mundial Menonita y particularmente con los Jóvenes Anabautistas (o YABs), ha sido maravilloso vincularme con personas de todo el mundo y enriquecerme con sus perspectivas y formas de vivir su fe. Esto me abrió los ojos y me mostró a Jesús de una manera en que no lo había visto antes.
Hoy me gustaría compartir con ustedes un testimonio de cómo he visto a Dios actuar de una manera especial.
En Uruguay tenemos hermosas playas, y a la mayoría de los uruguayos les encanta tomarse tiempo libre durante el verano para ir a la playa.
Es un momento para desconectarse y descansar, pero también para la mayoría de los jóvenes, para ir a bailar. Y en la iglesia también es un buen momento para hacer algo interesante con nuestros jóvenes porque es enorme la presión para ir a bailar.
Por eso organizamos campamentos de verano: uno para adolescentes y otro para jóvenes adultos de nuestra convención menonita. Todos los años, alrededor de cuarenta adolescentes y casi cien jóvenes adultos asisten a nuestros campamentos, que se llevan a cabo en un lugar que queda justo al lado de la playa. (Esto es fantástico, ya que podemos ir a la playa al menos dos veces al día.)
Este es el segundo año que he dirigido estos campamentos con un amigo y ha sido una gran bendición.
Charlas profundas y edificantes
Durante el campamento, tuve varias charlas muy profundas y edificantes con algunos de los participantes, que muchas veces fueron de gran bendición para ambas partes.
Una conversación en particular captó mi atención. Una chica se me acercó una tarde y me preguntó si podía hablar conmigo. Estuve de acuerdo y nos sentamos en el césped a la sombra de uno de los árboles. Ella compartió conmigo parte de la historia de su vida y cómo últimamente había tenido muchas dudas sobre aceptar a Jesús como su Salvador porque no se sentía lista. Después de que escuchó los mensajes en el campamento, habló con nuestro orador invitado y algunas otras personas, llegó a la conclusión de que el evangelio es mucho más simple de lo que pensaba y quería dar el paso para aceptar a Jesús en su vida.
¡Tuve el gran privilegio de ayudarla a hacer esa oración! Y alrededor de un mes después recibí una invitación para asistir a su bautismo, lo cual fue un gran honor.
Hubo otra experiencia increíble en nuestro campamento juvenil. El primer día, el orador invitado transmitió la importancia de compartir con los demás lo que nos estaba pasando. A través de una actividad interactiva, nos mostró que todos estábamos pasando por cosas que nos desafiaban, que estaba bien no estar bien y que era bueno compartir esto con los demás para sentirse apoyado. Esto fue muy alentador para todos.
Compartir con los demás para sentirse apoyado
En especial, me sorprendió cómo un pequeño grupo de niños de entre trece y catorce años emprendieron acciones de inmediato. Todos los participantes debían levantarse a las 7:15 de la mañana para practicar deporte matutino. Pero desde ese día hasta el final del campamento, se levantaron a las 6:00 hs. Preparaban su mate, hablaban sobre sus desafíos y luego hablaban sobre la manera de fortalecerse mutuamente y lograr sus metas.
Ver los frutos de todo el trabajo previo fue asombroso porque antes de los campamentos, todo el equipo sentía oposición. Enfrenté muchos desafíos, luchando nuevamente con cosas que pensé que ya había superado. ¡Pero agradecemos a Jesús que siguió invitándonos a ver todo lo que estaba a punto de hacer!
Creo que Juan 10:10 es un versículo que refleja bastante bien lo que experimentamos: “El ladrón viene solamente para robar, matar y destruir; pero yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (DHH).
Durante estos tiempos difíciles, pude vislumbrar la vida plena y en abundancia que Dios ha preparado para nuestros jóvenes y jóvenes adultos, e incluso para mí.
—Valentina Kunze, representante de Jóvenes Anabautistas (YABs) para América Latina y miembro de la iglesia Konferenz der Mennonitengemeinden in Uruguay.
Este artículo es una adaptación del discurso que presentó en Renovación 2024, “Transformados, juntos vivimos a Jesús”, el 6 de abril de 2024, en Brasil.
La colaboración formalizada en 2020 entre el Congreso Mundial Menonita (CMM) y el Seminario Bíblico Menonita Anabautista (AMBS, por sus siglas en inglés) de Elkhart, Indiana, EE.UU., está abriendo las puertas para que personas de todo el mundo reciban educación pastoral y de liderazgo anabautista.
A través de programas existentes y de nuevas iniciativas, personas del pastorado y liderazgo eclesial están tomando cursos de estudios bíblicos y teológicos, ministerio e historia eclesiástica en sus países de origen, tanto acreditados como no.
César García, Ph.D., secretario general del CMM, describió la colaboración como una respuesta al llamado en 2003 a “compartir dones” entre las iglesias miembros del CMM. El AMBS pertenece a la Iglesia Menonita de Canadá and Iglesia Menonita de EE. UU. , dos de las 108 iglesias miembros del CMM.
A través del vínculo del AMBS con el CMM, el Seminario ha recibido cada vez más invitaciones de personas en el liderazgo de iglesias nacionales para apoyar la formación de líderes anabautistas en sus contextos particulares. Esto ha llevado a un mayor intercambio de dones, dado que, a su vez, las iglesias miembros del CMM y otras organizaciones anabautistas se han unido al AMBS. La campaña del Seminario, Formar Líderes Juntos también ha ayudado a financiar estas iniciativas conjuntas.
Por ejemplo, en octubre de 2023, Andi Santoso (M.A. 2022), director regional para Asia y Medio Oriente de la Red Menonita de Misiones (MMN, por sus siglas en inglés); Joe Sawatzky, Ph.D. (M.Div. 2005), especialista del Proyecto de Colaboración de Liderazgo Mundial del AMBS, y también de la MMN; y David Boshart, Ph.D., presidente del AMBS, fueron invitados a impartir un curso de tres días sobre liderazgo para unos treinta estudiantes de cinco convenciones anabautistas de la India. Cada convención envió a dos mujeres, dos hombres y al menos una persona joven para que se capacitaran y en el futuro enseñaran el material en su región.
“Previamente evaluamos el material con los líderes y luego lo revisamos en función de su pertinencia contextual, proporcionando unidades en el plan de estudios para que los capacitadores incluyeran material de casos de su contexto local”, dijo Boshart. “Dicho material ahora pertenece a estas iglesias para que lo utilicen y adapten de la forma que les resulte más útil en sus entornos.”
La coparticipación formalizada en 2019 entre el AMBS y el Seminario Meserete Kristos (MKS, por sus siglas en inglés, Seminario Menonita Etíope) de Bishoftu/Debre Zeit, Etiopía, también se ha fortalecido a través de la relación del AMBS con el CMM. Líderes del MKS y del AMBS crearon conjuntamente una versión personalizada de la Maestría en Artes: Teología y Anabautismo Mundial a fin de formar líderes para la Iglesia Meserete Kristos. Los estudiantes realizan una combinación de cursos virtuales semestrales y cursos presenciales intensivos de corta duración, adaptados al contexto etíope, e impartidos en el MKS por profesores del AMBS. El programa cuenta con 29 estudiantes; los primeros siete estudiantes se graduaron en 2023.
“Participar con las iglesias y líderes emergentes en su contexto particular fortalece a los miembros de nuestro profesorado, ya que así conocen y valoran más a la comunidad anabautista mundial, especialmente en el Sur global”, señaló Boshart.
—Annette Brill Bergstresser es directora de Comunicaciones del Seminario Bíblico Menonita Anabautista (AMBS, por sus siglas en inglés), una comunidad de aprendizaje ubicada en Elkhart, Indiana, EE.UU., en las tierras ancestrales de los pueblos potawatomi y miami. El AMBS ofrece educación teológica para estudiantes tanto en el propio predio como a distancia, y brinda una amplia variedad de programas de aprendizaje permanente, con el objetivo de formar a los seguidores de Jesucristo para ser líderes de la misión reconciliadora de Dios en el mundo. ambs.edu
Sobre la Comisión de Fe y Vida
Las iglesias anabautistas de todo el mundo viven su fe de manera diversa, abordando los desafíos y oportunidades locales en tanto que adhieren a las Convicciones compartidas.
La Comisión de Fe y Vida permite que las iglesias miembros del CMM reciban y brinden consejo sobre la fe y la práctica cristianas, así como sobre el testimonio anabautista en el mundo actual. Dicha Comisión alienta a las iglesias miembros del CMM a desarrollar relaciones de responsabilidad mutua con respecto a las convicciones que sostienen y en la vida que viven, a nivel local, internacional y transcultural.
“La Comisión de Fe y Vida es un punto neurálgico entre muchos, mediante el cual no ‘construimos koinonía’ sino que cuidamos, nutrimos y mantenemos la unidad que crea el Espíritu. Esperemos que, de alguna manera, no obstaculicemos sino más bien agilicemos las señales que el Espíritu vivificante envía a las distintas partes del cuerpo -o mosaico-, para mezclar metáforas”, expresa Thomas R. Yoder Neufeld, presidente de la Comisión de Fe y Vida.
¿Qué hace la Comisión de Fe y Vida?
Los miembros de Fe y Vida y algunos otros representantes del CMM han entablado un diálogo con la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas (WCRC, por sus siglas en inglés). Tras años de planificación, este proceso se puso en marcha en marzo de 2023, en Canadá.
Los miembros del Diálogo han colaborado en la elaboración de una declaración para el culto ecuménico ‘Zúrich 2025’ en Zúrich, Suiza. La misma incluirá puntos tales como los recuerdos del pasado, el lamento por la división y la persecución, la gratitud por los pasos dados hacia la reconciliación, el deseo de vivir en unidad, el compromiso con el testimonio común y la participación en pos de la paz y la justicia.
Durante el año pasado, Fe y Vida ha estado compartiendo historias sobre la incorporación a la tradición anabautista mundial y cuáles son los desafíos para la unidad en nuestras regiones tan diversas. Estas historias fomentan iniciativas para apoyar a las iglesias miembros a vivir la unidad en un mundo cada vez más polarizado.
En 2023, las Redes Anabautistas Mundiales de Educación (GAEN) iniciaron una relación con la Comisión de Fe y Vida, y dos de sus miembros pasaron a formar parte de la Comisión, a la espera de la aprobación del Concilio General en 2025.
“Las redes de educación son claves para transmitir los recursos de la Comisión de Fe y Vida a las escuelas miembros de GAEN, y para apoyar su objetivo de fortalecer la iglesia a través de la formación en la fe centrada en Cristo”, comenta Anicka Fast.
Planes para el próximo año
Con miras a la conmemoración de los quinientos años del anabautismo en 2025, Fe y Vida tiene previsto algunos talleres para las reuniones del Concilio General en Alemania, en mayo de 2025. El material de los talleres estará disponible para todas las iglesias después de las reuniones.
El enfoque principal de los talleres será el bautismo, tanto porque es el quincentenario del primer “bautismo de creyentes” en Zúrich, como porque Fe y Vida ha participado activamente en ayudar a las iglesias miembros del CMM a examinar el material que ha surgido del Diálogo Trilateral sobre el bautismo.
“Lo más importante es que quisiéramos animar a nuestras iglesias a considerarlo como una oportunidad para fortalecer y profundizar nuestra comprensión y práctica del bautismo, especialmente su relación con el fundamento de nuestro discipulado”, afirma Thomas R. Yoder Neufeld.
Además del bautismo, dos temas cada vez más urgentes serán competencia de la Comisión:
La unidad en la diversidad: Continuar trabajando para ayudar a nuestra comunión de iglesias a abordar los verdaderos desafíos de estar unidos en el contexto de una gran diversidad.
El cuidado de la creación: Frente a la presión apremiante que trae consigo la crisis climática, Fe y Vida considera la urgencia de ir más allá de las relaciones humanas. Los modos de vida sostenibles son una cuestión de fe y de vida.
“Procuramos la manera de ayudar a nuestra familia eclesial a comprometerse con la creación, según el mandato de Dios en Génesis 2:15, para que las personas la trabajen y la cuiden. Este año publicaremos un breve documento sobre este tema”, dice Anicka Fast.
“También hemos escuchado a los miembros de la Comisión enfatizar la importancia de producir recursos teológicos para la iglesia mundial que respondan a las necesidades sentidas, especialmente en el Sur global. En este marco, hay algunos debates apasionados sobre cómo vincular dichos recursos teológicos con los jóvenes y jóvenes adultos de hoy. Esperamos trabajar en ello en colaboración con GAEN y el Grupo de Trabajo de Cuidado de la Creación”, expresa Anicka Fast.
“En definitiva, ayudamos a las iglesias a ser fieles en el discipulado y a aprender a vivir con la diversidad. Dado que la iglesia es el proyecto de Dios de construcción de la paz, todo lo que hagamos para ayudar a la iglesia a ser más fiel es de hecho construir la paz. De tal manera, Fe y Vida lleva a la practica el lema del CMM: Seguir a Jesús, vivir la unidad, construir la paz”, afirma Thomas R. Yoder Neufeld.
“No vivan ya según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es perfecto.” Romanos 12:2 (DHH)
Renovación es el nombre que el Congreso Mundial Menonita le ha dado a una década de eventos regionales en torno a la memoria de los cinco siglos de nuestra existencia como comunidad de fe.
Nos aproximamos a estos diez años de conmemoraciones centrándonos en nuestra historia desde una perspectiva mundial, ecuménica y transcultural.
Estas palabras del apóstol Pablo nos ayudan a recordar el pasado y mirar hacia el futuro.
Expresamos gratitud a Dios por la herencia de fe que hemos recibido.
Pero también venimos ante el Señor con un espíritu de arrepentimiento y renovación, comprometidos a aprender del pasado y llegar a conocer más a Dios tanto aquí y ahora como en los años venideros.
Transformación
Consideramos cómo nuestra tradición anabautista ha entendido el discipulado como un proceso continuo de transformación.
En primer lugar: la transformación es un camino en el que renunciamos a ciertas cosas y asumimos cosas nuevas.
Implica movimiento continuo. Abandonamos lugares constantemente y avanzamos. Actuamos en contra del espíritu religioso que sostiene la certeza absoluta de las doctrinas, los dogmas y la ética; afirmamos la necesidad de renovar nuestra mente, y por lo tanto, estamos dispuestos a desafiar las creencias y la ética como lo hicieron nuestros antepasados espirituales en el siglo XVI.
En segundo lugar: la transformación en la Biblia nunca es una experiencia individualista.
Siempre es comunitaria. La hacemos juntos porque requiere diálogo e interdependencia.
La diversidad de posturas de nuestra comunidad nos permite corregir el rumbo en el proceso de transformación.
Centrados en Jesús
Nuestros hermanos y hermanas nos ayudan a descubrir aquellas cosas que necesitamos cambiar, renunciar o incorporar para llegar a ser como Jesús.
Y ello nos lleva al tercer comentario bíblico o componente de transformación: la persona de Jesús.
No cualquier cambio es válido. Como seguidores de Jesús, no podemos apoyar la transformación en cualquier dirección.
Para ser discípulos fieles, los cambios en nuestras creencias y ética deben hacerse para que lleguemos a ser semejantes al carácter y a la persona de Jesús.
Como señala Pablo, “hasta que todos lleguemos a estar unidos por la fe y el conocimiento del Hijo de Dios, y alcancemos la edad adulta, que corresponde a la plena madurez de Cristo”. (Efesios 4:13)
La transformación en unidad es un desafío que enfrentamos históricamente en el mundo anabautista.
Muy a menudo los movimientos de renovación han enfrentado el rechazo que producen las divisiones.
La transformación no siempre se ha dado en torno al carácter de Jesús.
Por eso hoy necesitamos recuperar la visión del Congreso Mundial Menonita: Quisiéramos ser una iglesia mundial en la que seguimos a Jesús, vivimos la unidad y construimos la paz.
Somos un cuerpo de más de diez mil congregaciones locales distribuidas en *110 iglesias nacionales que se encuentran repartidas por todo el mundo, con más de 1,5 millones de creyentes bautizados.
Nos necesitamos mutuamente para ser transformados a la imagen de Jesús.
Mientras damos gracias a Dios por las oportunidades de ser transformados, mantengamos también una actitud de arrepentimiento por nuestras divisiones.
Pidamos perdón por nuestra renuencia a cambiar.
Arrepintámonos de nuestro orgullo y de la actitud de juzgar el proceso de transformación de los demás, en lugar de participar en él con amor y paciencia.
Procuremos la renovación desde un corazón contrito que reconoce la necesidad de transformación continua.
Que juntos podamos ser transformados a la imagen de Jesús.
—César García, secretario general del Congreso Mundial Menonita, es oriundo de Colombia y reside en Kitchener, Ontario, Canadá.
*Número de iglesias miembros del CMM tras las reuniones del Comité Ejecutivo en Brasil, abril de 2024.
Países Bajos
Vivimos en una sociedad –en Europa Occidental– que ya no habla nuestro idioma. Hemos sido la cultura dominante durante siglos y siglos… ya sea católica romana, protestante o menonita. El lenguaje cristiano, la imaginería cristiana, las normas y los valores cristianos eran absolutamente dominantes en la cultura holandesa. Y en una generación, todo ello desapareció.
Por supuesto, antes tuvimos la secularización. Ha estado sucediendo durante algunas décadas. Y la aceptamos.
Nuestras iglesias siempre han sido pequeñas, nuestras congregaciones también. Eso nos gusta. Nos gusta el hecho de conocernos.
Pero, al parecer, hubo un punto de inflexión al que llegamos sin darnos cuenta. Algunos de nosotros ni siquiera lo reconocemos aún.
No se trata sólo de la secularización. Se trata de que desaparece una cultura entera con todas sus referencias, en un abrir y cerrar de ojos.
Pero esa es la cuestión: la gente que nos rodea ya no nos entiende ni entiende nuestra historia. Es como Pentecostés al revés. Hablamos y contamos nuestra historia, utilizando el mismo idioma que la gente que nos rodea. Pero nadie entiende lo que decimos. Las palabras que empleamos no tienen sentido, o incluso tienen otro significado para nuestros oyentes.
Nos despertamos en una realidad extraña, muy extraña. Incomprensible.
Esto es diferente a la decadencia. Este es un mundo nuevo.
Y me gusta.
Estamos más allá de intentar salvar lo que fue. Estamos más allá de intentar cambiar la marea. Estamos a punto de reinventarnos, nuestras iglesias, nuestra manera de contar historias. Estamos en el camino del descubrimiento.
No hay otra opción. Ni siquiera nuestro dinero podrá salvarnos ahora. Eso da mucho, mucho miedo.
Y me gusta.
Exiliados en nuestra propia tierra
Esto lo reduce todo a su mínima expresión. Incluso el Evangelio. Es necesario leerlo, estudiarlo, reencontrarlo. ¿Qué vale la pena? ¿Qué es verdad? ¿Qué es la tradición? ¿Qué historia? ¿Cuáles son las respuestas antiguas a preguntas aún más antiguas? ¿Y qué nos sigue hablando ahora, a nuestro corazón, a nuestra alma? Debemos escudriñarnos, escudriñar nuestros motivos, nuestras confesiones. No hay una salida fácil.
Y esa es la cuestión. Por ahora nuestro crecimiento debe medirse espiritualmente. No en números, sino en gentil sabiduría. En humanidad. En comunidad.
Es necesario que profundicemos. Debemos asimilar el hecho de que ya no nos sentimos como en casa en esta tierra, en este mundo, en este idioma, y lamentar esa pérdida.
Y la Biblia nos dirá cómo.
Ya lo hemos hecho antes. Una época, un lugar y una situación diferentes; el mismo problema. Estamos exiliados en nuestra propia tierra y continente: «Ríos de Babilonia», aunque seamos los únicos que quedamos que entendemos esta referencia (y no nos referimos a la canción de Boney M).
Y entonces encontramos nuevos caminos.
No le hablamos a la gente de nuestra fe. La vivimos.
Un mundo diferente
Muchos de nuestros jóvenes han conocido a la iglesia a través de AKC, nuestros campamentos de verano. En dichos campamentos no se pronuncia ni una palabra sobre el Evangelio. Pero en los campamentos creamos un mundo que es totalmente diferente de lo que estos niños y jóvenes adultos conocen en casa o en la escuela. Un espacio de sanación, sin presiones ni juicios. Un espacio donde aprenden que los caminos del mundo que nos rodea quizá no sean la respuesta definitiva.
No presionamos, no sermoneamos. Nos divertimos, sostenemos el espacio… y esperamos.
En un momento dado, sienten curiosidad. Empiezan a hacer preguntas: ¿Qué es tan diferente aquí? ¿Y cuál es la razón?
En la casa de la hermandad (broederschapshuis) donde trabajo, llega y se queda todo tipo de gente. No compartimos nuestra fe salvo que nos lo pidan. Pero les pedimos a todos que se reúnan, que trabajen juntos, que formen parte de nuestra comunidad mientras permanecen allí.
Al lavar los platos juntos, nos encontramos con Dios, o al menos con preguntas sobre Dios. En cada pregunta procuramos encontrar algo que podamos aprender.
Ya no tenemos respuestas. Pero las preguntas de la gente que no sabe nada de Dios ni de la fe nos muestran el camino.
Me conmueve cuando una persona joven voluntaria de nuestra broederschapshuis visita nuestra iglesia por primera vez, encuentra el valor para ponerse de pie y dar su testimonio: “Aquí descubrí algo. Aún no tengo palabras para describirlo, pero ahora vive en mi corazón”.
En nuestra situación, eso es un testimonio de fe. Porque es verdad: no tenemos palabras. Sin embargo…
Nuestro crecimiento no se centrará en los números, sino en ser humanos-con-Dios. Nuestra misión es nuestra propia búsqueda del Camino. Y al hacerlo, procuramos vivirlo plenamente.
La gente se da cuenta. La gente hace preguntas. Procuramos responderlas y fracasamos. Y eso es lo hermoso. Es lo que fomenta la conversación, impulsa el proceso de aprendizaje.
Creceremos desde el desconocimiento. Y dubitativamente, nos sentiremos bien con eso.
Demos gracias a Dios.
—Wieteke van der Molen, pastora y directora espiritual de la Iglesia Menonita Holandesa (Algemene Doopsgezinde Sociëteit); y codirectora de Dopersduin, una casa de la hermandad menonita y centro de retiros en Schoorl, Países Bajos.
¿Por qué la Iglesia Meserete Kristos es la iglesia menonita de más rápido crecimiento?
Etiopía es una nación multiétnica, multirreligiosa y multilingüe con más de 120 millones de habitantes, el segundo país más poblado de África. Situado en el noreste de África, Etiopía es un país sin salida al mar.
Las potencias europeas no colonizaron Etiopía. Sin embargo, los conflictos internos desgarraron el país y lo dividieron según criterios étnicos, religiosos y geográficos. Las guerras civiles arruinaron la economía del país. Los conflictos étnicos y religiosos dañaron los lazos sociales entre los diversos grupos de población y aumentaron el miedo. La intolerancia y la venganza forman parte de la vida del pueblo. Para algunas personas, la pobreza, la guerra y la familia son los símbolos de Etiopía.
Sin embargo, quienes perdieron la esperanza encuentran sentido y dirección a su vida cuando acuden al Creador del Cielo y de la Tierra. Cuando la gente cree en Jesucristo no sólo recibe la esperanza de vida eterna, sino también un nuevo punto de vista desde el cual observar sus difíciles circunstancias a fin de idear mejores mecanismos para afrontarlas.
Nuestra visión sobre el crecimiento de la iglesia
La Iglesia Meserete Kristos (MKC, por sus siglas en inglés) entiende el crecimiento de la iglesia de acuerdo a dos dimensiones.
En primer lugar, el crecimiento de la iglesia es el aumento numérico de sus miembros. Se espera que las congregaciones sumen nuevos creyentes todos los años, tal como se practicaba en la iglesia primitiva (Hechos 2:47).
El segundo aspecto es que el crecimiento de la iglesia se manifiesta en la madurez de la vida espiritual de los creyentes. Los creyentes que manifiestan el fruto del Espíritu en su vida y siguen los pasos de Cristo ejercen una influencia positiva en la sociedad. Cuando las personas comparten el evangelio con los demás a través de sus prácticas de vida, aumenta la posibilidad de que la gente responda positivamente al mensaje.
El crecimiento espiritual de los individuos creyentes y el crecimiento de la iglesia están vinculados.
Estrategias para el crecimiento de la iglesia
En las siguientes páginas, describiremos las diez estrategias/principios que ayudaron a la MKC a crecer rápidamente en la era poscomunista (1991-2024).
1. Oraciones fervientes
La MKC ha utilizado la oración como arma espiritual para vencer el poder del diablo y para liberar a las personas de la esclavitud de los pecados. En las oraciones, le hablamos a Dios y escuchamos cuando Dios nos habla.
En todas las congregaciones de la MKC, los equipos de oración oran por el ministerio de la iglesia, según los temas que se les asignan. Los equipos oran para que la iglesia venza el poder del mal que impide que la gente escuche y crea en el evangelio de Jesucristo.
Hay reuniones de oración que duran toda la noche en las que participan todos los miembros de la iglesia local. Las personas a tiempo completo del pastorado le dedican mucho tiempo a la oración. Las personas en el liderazgo de la iglesia oran antes de las reuniones de trabajo. Los creyentes oran creyendo que Dios les escucha y responde a sus oraciones según su voluntad.
En la sede central de la MKC, un equipo nacional de oración se reúne todos los meses durante un día para pedir a Dios que ayude a la iglesia a acercarse a los pueblos que no han sido convertidos por las buenas nuevas de Jesucristo.
Muchas congregaciones oran por la salvación de las personas a través del evangelio de Jesucristo utilizando diferentes enfoques.
Algunas congregaciones locales oran durante los servicios dominicales por los grupos étnicos que aún no han sido convertidos. Por ejemplo, la MKC Tabour, de la ciudad de Hawassa, en el sur de Etiopía, preparó carteles de varios grupos étnicos, y cada semana el cartel de uno de los grupos étnicos se coloca en la parte delantera del escenario de la iglesia. Toda la congregación ora por ese grupo étnico durante cinco a diez minutos.
2. Llamar a gente nueva a creer en Jesus
“Querido/a predicador/a, cuando termine su sermón, no olvide invitar a personas nuevas a aceptar al Señor.”
En cada congregación local de la MKC, después del sermón del culto dominical, el predicador o predicadora llama a personas nuevas a aceptar a Cristo como su Salvador y Señor. La MKC cree que el Espíritu Santo mueve el corazón de la gente y la convence de sus pecados para que se arrepienta y crea en Jesús. Por lo tanto, los predicadores y predicadoras son recipientes para que obre el Espíritu Santo.
Cada domingo muchas personas nuevas desean creer en Jesús. La congregación lleva a estos nuevos creyentes a la sala de oración para orar por ellas. Los evangelizadores anotan su dirección y su número de teléfono para poder hacer un seguimiento. Luego, se unen a la clase de nuevos creyentes para aprender las doctrinas cristianas básicas. Una vez bautizados, el departamento de evangelización los pasan al departamento pastoral para que se les brinde atención pastoral adecuada.
Cabe señalar que llamar a la gente desde el púlpito sin tener gente nueva (no creyentes) en la iglesia no tiene sentido. Las congregaciones les recuerdan a sus miembros que inviten y lleven al culto dominical a sus amistades, familiares o colegas.
El pastor Deneke Hussein, secretario general de la región de la MKC del sur de Etiopía, hace referencia a un encuentro reciente. Después del culto dominical, salió y vio a una mujer triste. Sintió la guía del Espíritu Santo para hablar con ella. La saludó y le preguntó: “Pareces estar triste, ¿qué ha pasado?” La mujer respondió: “Estaba desesperada con la vida y vine a la iglesia para escuchar la Palabra de Dios. Escuché el mensaje y me sentí animada. Sin embargo, nadie me habló.”
El pastor Deneke se dio cuenta de que el predicador no invitaba a la gente a pasar al frente para aceptar a Cristo como su Salvador y Señor personal. La llevó a la sala de oración y le pidió formalmente que aceptara a Cristo. La mujer aceptó a Cristo, se oró por ella y se la puso en contacto con la persona evangelizadora de la congregación para que le diera seguimiento.
Un pastor del oeste de Etiopía expresa: “Después de que una persona haya predicado el evangelio en un lugar donde se ha reunido mucha gente, no llamar a las personas que quieren creer en el Señor Jesús es como plantar una semilla y negarse a recoger el fruto después de que haya madurado.”
3. Seguir con números pequeños y en crecimiento
Foto: Liesa Unger
La política de la MKC establece que una congregación con más de mil miembros debe dividirse en dos congregaciones pequeñas. Desde un punto de vista práctico, las iglesias pequeñas (con menos de mil miembros) pueden brindar servicios eficaces a su membresía. Además, los miembros de la iglesia se conocen y pueden confraternizar de manera significativa.
Una iglesia madre nutre a la nueva iglesia filial para que se convierta en una congregación de pleno derecho. Luego, tanto la iglesia madre como la iglesia filial siguen creciendo para fundar otras congregaciones nuevas.
El pastor Sebrela Kedir, director del departamento pastoral de la MKC, afirma que cuando las congregaciones tienen una membresía numerosa no pueden prestar servicios pastorales adecuados a los miembros ni movilizarlos a todos hacia un objetivo común. “Una persona en el pastorado puede alimentar y proteger bien al rebaño cuando el número es razonable. Si la membresía de la iglesia es grande, algunos miembros se extravían.”
«Al mantener un número razonable, la MKC crece en calidad y cantidad. Los discípulos de Cristo comparten fielmente el evangelio con los demás”, comenta Sebrela Kedir.
4. La responsabilidad de compartir el evangelio
Quien haya experimentado la bondad de Jesús debe contarle a los demás lo que ha experimentado.
La MKC establece claramente que la iglesia existe para predicar el evangelio de Jesucristo a todas las personas y hacerlas discípulos de Cristo. Los Estatutos de la MKC mencionan la participación de los miembros de la iglesia en el ministerio holístico de la iglesia, sirviendo a la iglesia con los dones espirituales que les fueron dados, oraciones, asesoramiento/ consultoría profesional, trabajo, sabiduría y contribuciones financieras.
Antes de convertirse en miembros de la iglesia mediante el bautismo en agua, a los nuevos creyentes se les imparten enseñanzas sobre lo que la iglesia espera de ellos una vez que se conviertan en miembros de pleno derecho.
Uno de los temas tratados es el concepto de acercar a otras personas a fin de que crean en Cristo. Se espera que los creyentes nuevos acerquen a otros a Cristo así como alguien los acercó a ellos a Cristo. La iglesia les anima a compartir con otras personas la bondad de Jesús que han experimentado en su vida. Contarles a otras personas lo que Jesús ha hecho por ellos no requiere tener formación teológica.
5. Implementar un plan estratégico que tenga relevancia contextual
En toda la MKC se habla actualmente el mismo idioma: la Agenda 2819 es nuestra prioridad.
En el plan estratégico que la MKC preparó e implementó en 2022, la iglesia estableció la hoja de ruta para sostener el crecimiento de la iglesia. La misión de la iglesia fue revisada para definir a la MKC como una iglesia misional/evangelizadora. Afirma: “La MKC existe para predicar el evangelio a todas las personas y hacerlas discípulos de Jesucristo.”
Para inculcar esto en el corazón de los miembros de la iglesia, ésta preparó presentaciones sobre Mateo 28:19 ‚Äì Agenda 2819, y se llevaron a cabo sesiones de concientización en todas las regiones de la MKC. Esto impulsó a los líderes y miembros de la iglesia a enfocarse en predicar el evangelio y acercar a la gente a fin de creer en Jesucristo. El presidente de la MKC dedicó mucho tiempo a transmitir este mensaje a todas las congregaciones de la MKC para lograr los objetivos. El plan estratégico también estableció indicadores específicos para seguir el progreso de la iglesia en pos de la consecución del 10% de crecimiento anual de miembros.
El plan estratégico ha hecho que la iglesia movilice recursos para alcanzar los objetivos fijados. Sobre todo, los líderes de la iglesia se dieron cuenta de que existen para predicar el evangelio y hacer discípulos de Cristo a quienes crean.
El pastor Dessu Abebe, secretario general de la MKC de la región de Nekemte, afirmó que la dirección establecida por el plan estratégico es muy pertinente. Leyó el plan estratégico repetidas veces para poder interiorizarlo porque si no se implementa, la región fracasará.
“Convoqué a las principales personas del pastorado y al presidente del consejo de ancianos de todas las iglesias locales de mi región, para tres días de capacitación sobre el plan estratégico. Hice todo lo posible para ayudarles a entenderlo.” Subrayó que la capacitación por sí sola no bastaba para entenderlo del todo.
Cuando él se reúne con las principales personas del pastorado en sesiones de evaluación trimestrales, repasa el plan estratégico y los escucha para comprender sus desafíos, preocupaciones y éxitos. El pastor Dessu admitió que el plan estratégico es duro y exige mucho trabajo. Dos de los principales pastores de su región renunciaron porque reconocieron que no tenían la capacidad necesaria para implementar el plan estratégico.
La MKC de la región de Nekemte pudo identificar distritos en los que no había congregaciones de la MKC. “Fundamos iglesias en tres de dichos distritos. No pensábamos así antes.
El plan estratégico nos guió hacia dónde debíamos enfocarnos.” “El plan estratégico nos ayudó a ver el panorama más amplio hacia dónde se dirige la MKC y nuestro rol específico como iglesia local”, dijo Shambel Genene, pastor principal de la MKC de Asella. La iglesia estaba comprometida con la evangelización musulmana, incluso antes de que se introdujera el plan estratégico. Ahora, “ajustamos nuestras actividades evangelizadoras al plan estratégico de la iglesia para aportar nuestra parte a la consecución de los objetivos comunes”.
6. Ordenación de evangelizadores en las congregaciones
Cada iglesia local de la MKC debe tener por lo menos una persona evangelizadora dedicada a predicar la Palabra de Dios y a guiar a las personas a la fe en Jesucristo.
ace dos décadas, los evangelizadores realizaban la labor de pastorado. La MKC revisó las pautas del ministerio para liberar a la persona evangelizadora de la labor pastoral y así enfocarse en la evangelización.
Una persona evangelizadora en una congregación comparte las buenas nuevas de Jesucristo con la gente a fin de ser un modelo. También es responsable de motivar y preparar a los miembros de la iglesia para que participen activamente en la evangelización y el establecimiento de nuevas iglesias. Informa trimestralmente de sus logros en el ministerio de evangelización al pastor principal y al consejo de ancianos.
Ayalew Balcha se graduó del Seminario Meserete Kristos y es evangelizador ordenado de la MKC de Akaki. Afirma que las congregaciones necesitan evangelizadores que proclamen el evangelio a las personas no creyentes. √âl coordina el ministerio evangelizador de la iglesia local y moviliza a la congregación para la evangelización.
Tiene un equipo de evangelización ‚Äìun grupo de acción‚Äì que sale todos los meses a las calles y va de pueblo en pueblo, compartiendo las buenas nuevas de Jesucristo con todo aquel con quien se encuentre.
El año pasado, diecinueve nuevos creyentes que se acercaron a la fe de esta manera fueron bautizados y se convirtieron en miembros de la iglesia. “Estamos orando y trabajando duro para ganar más almas para Cristo este año”, dijo.
7. Movilizar los recursos localmente
“Nuestros recursos son las personas que tenemos en la iglesia.”
La mayoría de los miembros de la MKC no son ricas. Hay varias congregaciones en zonas rurales que se dedican a la agricultura de subsistencia. Debido al cambio climático, los conflictos, el estilo de agricultura tradicional, el acceso inadecuado a semillas mejoradas y fertilizantes y otros factores, no pueden mejorar sus ingresos.
La mayoría son agricultores muy trabajadores que contribuyen a la iglesia mediante diezmos, ofrendas, donaciones especiales y regalos de amor. Son pobres pero lo bastante generosos como para apoyar el ministerio de la iglesia.
Empleados y empresarios que tienen ingresos regulares pagan sus diezmos mensualmente.
Las iglesias locales también recogen ofrendas para la evangelización y para la misión de la iglesia. En algunas congregaciones, los grupos de estudio bíblico organizados por la iglesia contribuyen con dinero a los fondos para la misión de la MKC.
Birru Robele, uno de los líderes prominentes de la MKC, recauda las contribuciones mensuales de los integrantes de su grupo de estudio bíblico y las entrega a la congregación de Misrak Addis Abeba. Mantiene a más de 130 fundadores de iglesias en distintas partes del país con un salario mensual de unos USD 50.
Algunas personas no pueden continuar con sus trabajos después de creer en Jesucristo porque dichos trabajos son incompatibles con las enseñanzas de la Biblia. Entre estas personas hay mujeres que se dedican a la prostitución, y a la producción y venta de bebidas alcohólicas locales. Rehabilitarse y cambiar los medios para generar ingresos requiere dinero.
Bekele Bajira, pastor principal de la MKC de Bordi Nekemte, dijo que tres trabajadoras sexuales profesionales se acercaron al Señor gracias a la campaña de evangelización. Completaron la enseñanza cristiana básica y se bautizaron. Más tarde, las mujeres le contaron que no tenían comida porque habían dejado de trabajar. Cuando el pastor Bekele compartió sus historias con la congregación, los miembros aportaron dinero suficiente para ayudarlas a poner en marcha otros pequeños negocios.
“Si presentamos realmente las necesidades que hay que atender para hacer avanzar la causa del evangelio, los creyentes están dispuestos a dar lo que tienen”, señala el Pastor Bekele.
8. Utilizar el idioma de la gente
Foto: Liesa Unger
La política de la MKC establece que el evangelio debe predicarse y enseñarse en el idioma de la gente. Dado que el propósito de la iglesia es ayudar a la gente a escuchar el evangelio, creer en Cristo y convertirse en sus discípulos, se predica y enseña la palabra de Dios en el idioma que prefiere la gente. La gente suele abrir su corazón cuando escucha el evangelio en su propio idioma.
En una sociedad en la que la cuestión del idioma es delicada, permitir que la gente aprenda el evangelio en su idioma les ayuda a no asociar los ministerios de la iglesia con la política.
La MKC prepara y pone a disposición materiales de evangelización y de discipulado en varios idiomas. Animamos a los creyentes que sienten el llamado al ministerio a ser multilingües. Conocer varios idiomas abre la puerta al ministerio y al establecimiento de iglesias en diversas culturas.
El pastor Firew Lemma, del departamento de educación y capacitación de la sede central de la MKC, viajó recientemente a Tigray, en el norte de Etiopía, para enseñar a líderes de la iglesia. Habiendo aprendido el idioma de su familia, saludó a los participantes en el idioma tigriña y observó que sus rostros expresaban amabilidad y hospitalidad. Les sorprendió que hablara su idioma.
Hablar el idioma de las personas a las cuales servimos es esencial para comunicar el evangelio con claridad y entablar buenas relaciones, afirmó el pastor Firew.
9. Ubicar a fundadores de iglesias en comunidades sin iglesia
“Labrar la tierra con los bueyes de esa zona.”
La MKC recluta, capacita y ubica a fundadores de iglesias en contextos de su propia cultura. Dado que reconocen la cultura y ya han establecido vínculos, pueden compartir fácilmente el evangelio de Jesucristo con la gente.
La MKC designa a fundadores de iglesias en varios contextos, donde las creencias ortodoxas, musulmanas y tradicionales están muy arraigadas. Wendimu W/ Mariam, coordinador de misiones de la sede central de la MKC, afirma que los fundadores de iglesias en contextos donde predominan las creencias y prácticas tradicionales establecen más iglesias que las personas en otros contextos. En las comunidades que practican creencias tradicionales, si un líder destacado se acerca a Cristo, muchas de las personas de la comunidad le siguen y creen en Cristo.
En dicho contexto, “nuestros fundadores de iglesias oran y trabajan para acercar a Cristo a las personas guardianas de la comunidad. Una vez que se acercan a Jesús, acercar a otras personas a Cristo es fácil”, dijo Wendimu.
10. Seguir la guía del Espíritu Santo
La MKC enseña sobre el Espíritu Santo y que los creyentes deben ser empoderados para vivir una vida cristiana victoriosa y dar testimonio de Cristo. La iglesia anima a los creyentes a escuchar la guía del Espíritu Santo para discernir la voluntad de Dios en su vida. Las personas a tiempo completo del pastorado y los líderes de la iglesia oran para que los creyentes sean empoderados por el Espíritu Santo.
En el campo misionero, los fundadores de iglesias dependen de la guía del Espíritu Santo, lo cual marca la diferencia en sus esfuerzos.
Los fundadores de iglesias que oran por los enfermos y comparten la Palabra de Dios conforme a la guía del Espíritu, acercan más personas a Cristo que quienes no practican estas cosas. Cuando el evangelio se predica/comparte con poder (demostrado por la sanación de los enfermos, la recuperación de la salud mental, la liberación del miedo a los espíritus malignos y sentir la presencia de Dios), la gente tiende a creer en el evangelio.
Esto difiere de algunos hacedores de milagros de la TV. MKC no organiza congresos de sanación sino eventos para predicar la palabra de Dios. Allí, el Espíritu Santo realiza cosas según la voluntad de Dios.
Los fundadores de iglesias no se centran en los milagros, sino en ayudar a la gente a entender el evangelio. Los milagros ocurren cuando oran por las necesidades de la gente. Dios confirma el poder del evangelio liberando a las personas de cualquier atadura que les impida experimentar lo que Dios planea para su vida.
En conclusión, Dios atrae a la gente al Reino de Dios en medio de una intensa agitación política, social y económica en la Nación.
El crecimiento de la Iglesia Meserete Kristos es un buen indicio de que las condiciones terrenales no impiden la expansión del Reino de Dios. La magnitud y profundidad del problema en nuestro contexto podrían haber destruido la iglesia. Las fuerzas del mal que intentan crear obstáculos al evangelio en la tierra no lo han conseguido. El Dios sabio utilizó los múltiples sufrimientos para conducir multitudes a su Reino.
Dios realiza su obra. Nosotros, los hijos e hijas de Dios, debemos acercar el evangelio a la gente. Podemos participar en la Gran Comisión de Jesucristo aportando nuestro dinero, trabajo, conocimientos, tiempo, talentos y lo que tengamos como prioridad número uno. La razón principal del crecimiento de MKC es que hemos hecho de la Gran Comisión nuestra máxima prioridad y damos lo que tenemos por la causa.
Notas a pie de página
1. Estatutos de la MKC Parte II, Artículo 11(2), 2022
2. Estatutos de la MKC Parte II, Artículo 10(1), 2022, página 8.
3. Plan Estratégico de la MKC 2022-2026.
“100 años de evangelización en el Congo”. Del 4 al 11 de agosto, la Communauté des Églises des Frères Mennonites au Congo (Comunidad de Iglesias de los Hermanos Menonitas del Congo, CEFMC por sus siglas en francés) celebró el centenario de su iglesia nacional. La celebración en Kikwit -retrasada dos años debido a la pandemia- incluyó predicaciones, cantos, actuaciones de coros, una conferencia de personas en el pastorado y una reunión de evangelización e invitados ecuménicos e internacionales.
La iglesia miembro nacional del CMM comenzó en 1922, cuando el estadounidense Aaron Janzen inició una misión para los Hermanos Menonitas en la zona de Kikwit. En el 2024, la iglesia informa de 638 congregaciones con 98,519 personas miembro bautizadas.
Las principales lenguas de las personas miembro de la iglesia son el francés, el kikongo, el lingala y el swahili.
Rev Londa Charly (primera mujer ordenada de la CEFMC) habla en la Conferencia de personas en el pastorado.
El secretario general y representante legal Antoine Kimbala habla en la Conferencia de personas en el pastorado.
Personas invitadas de otras iglesias miembro nacionales del CMM participan en el evento: Rev. Siaka Traoré, (representante regional del CMM para África Centro Occidental); Rev. George Kaputu Nzila, evangelista de la CEFMC; Rev. Jean Felix Cimbalanga, presidente de la Communauté Evangelique Mennonite (Comunidad Evangélica Menonita, DR Congo; CEM, por sus siglas en francés); Robert Irundu Mutundu, secretario general de finanzas/administración de la Communauté Mennonite au Congo (Comunidad Menonita en el Congo; CMCo, por sus siglas en francés); Henk Stenvers, presidente del CMM; Rev. Daniel Nelson Canganguela, líder de la IAIMA (Hermanos Menonitas de Angola); Shadreck Kwendanyama, líder de la Iglesia de los Hermanos Menonitas de Malawi.
Henk Stenvers, presidente del CMM, habla en una sesión de una conferencia de personas en el pastorado de dos días junto con Nzuzi Mukawa como intérprete.
La celebración incluyó cantos, actuaciones de coros, una conferencia de personas en el pastorado y una reunión de evangelización e invitados ecuménicos e internacionales.