Oraciones de gratitud e intercesión

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    Así como las partes del corazón, las cuatro comisiones del CMM sirven a la comunidad mundial de iglesias afines al anabautismo, en las áreas de diaconado, fe y vida, paz y misiones. Las comisiones preparan materiales para la consideración del Concilio General, brindan guía y proponen recursos a las iglesias miembros, además, propician redes y compañerismo en relación al CMM trabajando juntos en temas de interés y enfoque común. A continuación, una de las comisiones comparte un mensaje de la perspectiva de su ministerio.


    En los últimos años, los anabautistas han sido identificados por distintivos como la construcción de la paz, la vida sencilla, la comunidad y el discipulado. Sin embargo, creemos que una característica esencial, clave en el comienzo del movimiento anabautista, fue su ferviente abrazo a la misión.

    Aunque continuamos acentuando la importancia del discipulado, hemos silenciado el compromiso apasionado, incluso sacrificado, con respecto al evangelismo que distinguió a los primeros anabautistas. Durante el último medio siglo, particularmente en el norte, ha habido una preocupante renuncia al llamado misionero de la iglesia.

    En este contexto, la Comisión de Misiones del CMM concibió una visión para un libro: God’s People in Mission: An Anabaptist Perspective (El Pueblo de Dios en Misión: Una perspectiva anabautista).

    El centro de las convicciones teológicas/misiológicas, compartido informalmente entre los miembros de la Comisión de Misiones, despertó inicialmente interés en desarrollar un catálogo de esas convicciones que subyacen e influyen nuestros fundamentos y enfoques en la misión. El 24 de marzo de 2014, después de varios años de anhelar una declaración exhaustiva de las convicciones compartidas en cuanto a la misión, la Comisión de Misiones adoptó la declaración «El pueblo de Dios en misió en Dopersduin, Schoorl, Holanda. Es una recopilación de 10 convicciones con enfoque en las misiones que articulan lo que creemos conjuntamente sobre la misión en la comunidad anabautista mundial.

    Creemos que una exploración más profunda de estas convicciones, plasmadas en un libro, puede ayudarnos a pensar sobriamente sobre nuestra identidad esencial como el pueblo misionero de Dios. Esta es una necesidad urgente. 

    Esperamos que las reflexiones en cada capítulo sirvan de estímulo para las conversaciones necesarias y nos ayuden a alinearnos con los propósitos de Dios para la reconciliación de toda la humanidad además de la restauración del orden creado. Asimismo, anhelamos que por medio de estos intercambios seamos revitalizados por el Espíritu de Dios para la misión que trajo a Jesús a nuestro mundo.

    El deseo de la CM es que God’s People in Mission: An Anabaptist Perspective (El Pueblo de Dios en Misión: Una perspectiva anabautista) pueda reunir diversas voces y experiencias de los diferentes contextos de nuestra familia mundial del CMM. Varios de los fragmentos que hacen parte del libro fueron escritos en diferentes idiomas hablados por algunos miembros del CMM. Con el fin de asegurar una amplia accesibilidad, esperamos eventualmente, tener el texto disponible en los tres idiomas oficiales del CMM (inglés, español y francés).

    Así, una meta futura es hacer que el libro esté disponible en otros idiomas que también son hablados por diferentes miembros del CMM. Estamos trabajando arduamente para finalizar el libro antes de nuestra próxima reunión en Kenia 2018.

    Aunque la audiencia principal del libro es la familia mundial del CMM, creemos que los fundamentos bíblico-teológicos básicos y sus reflexiones contextuales pueden servir a un público más amplio. Esperamos que pueda servir a diversos grupos como un recurso de estudio y referencia para talleres, capacitación, clases de escuela dominical y seminarios, creando y promocionando espacio para el diálogo, la reflexión y los compromisos.

    Creemos que toda la comunidad del CMM necesita recuperar el entendimiento sobre la naturaleza misionera, la cual es inherente a la iglesia. Del texto bíblico entendemos que los propósitos de Dios encuentran su esencia y significado en la misión de Jesús, además, la obra del Espíritu Santo es impulsar esta misión a través de la iglesia. Dado que el anhelo de Dios es que todas las personas experimenten la salvación, la iglesia está llamada a estar en misión en cada continente hasta que Jesús regrese. Nuestra oración es que cada iglesia miembro del CMM sea transformada para los propósitos misioneros de Dios.

     Comunicado del Congreso Mundial Menonita por Stanley W. Green y Rafael Zaracho, presidente y secretario de la Comisión de Misiones del CMM

     

    Con el interés de fomentar la unidad dentro de la familia anabautista mundial durante las últimas décadas, la Colección de Literatura Anabautista-Menonita Mundial, abordó la identidad, la paz, la mayordomía entre otros. Este volumen será el octavo en la serie. 

     

  • Frontera Misionera: Nuestra meta es compartir cada año una frontera misionera con los miembros de las redes de GMF y GASN. Las ideas son para informar, aprender e inspirar sobre el trabajo y los desafíos que las iglesias anabautistas y las organizaciones enfrentan en un país en particular.


    Uruguay tiene uns superficie de 176.215Km². En el norte linda con Brasil, en el oeste con Argentina a través del Rió Uruguay y en el sur está el Rio de la Plata y el Océano Atlántico.

    En el año 2010 el país contaba con 3.500.000 habitantes, de los cuales la mitad vive en y alrededor de la Capital Montevideo.

    Dos gustos comunes entre la agente son el futbol y la política. Se dice que cada niño uruguayo nace con una pelota debajo del brazo. Las elecciones nacionales son obligatorias, lo que hace que el pueblo participa como ningún otro pueblo en la elección de sus gobernantes.

    En el comportamiento social y por ser un país pequeño, la gente guarda el estilo tradicional y conservador. Son tranquilos y gustan del vecindario. Son muy receptivos y buenos anfitriones para con el extranjero, por lo cual hay muchas colonias y poblaciones extranjeras en el país. En Uruguay no queda población autóctona de indígenas.

    Un creciente numero de hogares tienen solo uno de los padres, por eso un quinto de los hogares uruguayos está dirigido por mujeres solas.

    Desde 1916 existe la separación entre Estado e Iglesia. La libertad de culto está confirmada en la Constitución. 60% se consideran Cristianos, 24% no se consideran religiosos o son ateos, 12% son espiritistas, 1.8% judíos. De los que se consideran Cristianos 47% se consideran católicos y 6.5% evangélicos. Por lo menos la mitad de los que se consideran cristianos no participan en ninguna iglesia (Las estadísticas varían mucho). A raíz de la naturaleza laica del estado uruguayo, las festividades cristianas reciben oficialmente otros nombres, Semana Santa es Semana de Turismo, Navidad es Fiesta de la Familia. Muchas creen en Dios “a su manera”. Viven su religiosidad sin identificarse con ninguna confesión, algo que los hace victima facil del relativismo moral e inversión de valores. Tienen desconfianza de los aparatos religiosos. El componente de religiones sincrétistas con las religiones africanas posee creciente importancia.

    Esto le da a Uruguay un ambiente religioso muy diferente que el resto del continente. Muchas veces se ha tildado a Uruguay como el cementerio de los misioneros, ya que es difícil plantar una iglesia, obra para la cual se tiene que tener a disposición no menos de 5 años, pero generalmente más.

    Los primeros contactos evangélicos en el país llegaron con la ocupación inglesa en 1806, o sea con la llegada de la iglesia Anglicana. En 1839 hubo un primer intento metodista, que se confirmó recién en los años 1860. Desde 1857 comenzaron a llegar los valdenses. En esa época también comenzaron a venir más Luteranos. En 1911 se organizó la primer iglesia bautista y también los Hermanos libres. En 1926 la iglesia evangélica Armenia. Los primeros Mennonitas llegaron en 1948 de Alemania como refugiados de la Segunda Guerra Mundial y pocos años después se comenzó la labor misionera entre los uruguayos. Después llegaron inmigrantes y misioneros de muchos otros grupos.

    En las últimas decadas también han llegado a Uruguay grupos llamados evangélicos que en realidad apuntan a la recolección de dinero, pidiendo dinero para orar, sea por los enfermos u otras situaciones de la vida, juntando fortunas y dejando un testimonio pésimo para el mundo evangélico.

    Aunque se han hecho esfuerzos específicos de crecer y de plantar más iglesias, todavía existen zonas en el país que tienen muy pocas o ninguna iglesia evangélica, como es la costa del Río de la Plata desde Montevideo hasta Punta del Este y unos cuantos pueblos en el interior del país. De a poco el movimiento evangélico del país se está confirmando en manos locales.

    Como Menonitas hemos tenido varias comisiones misioneras para promocionar la plantación de iglesias, y hemos podido crecer algo en número y en congregaciones, pero aun tenemos dificultades en mantener nuestra identidad Anabautista y un esfuerzo unido de extensión.

    Al principio del siglo hubo un gran esfuerzo para plantar iglesias a nivel interdenominacional, algo que tuvo un auje, pero después muchos de los puntos conquistados nuevamente fueron perdidos.

    Los Misioneros que vienen al país tienen que contar con tiempo, tanto de parte de las congregaciones que los envían como para ellos mismos. Algunos se han tomado un año para colaborar con alguna organización paraeclesiastica para conocer el mundo uruguayo, tanto evangélico como secular. Otra recomendación es que ya conozcan el español o que lo aprendan aquí en el país, algo que les ayudará mucho en su integración, ya que Uruguay tiene sus propias expresiones. Discusiones sobre politica y futbol pueden ser muy intensas, por lo cual es bueno ser cuidadosos con ellas.

    El mundo evangélico en uruguay está dividido entre liberales y conservadores, que tienen una tensión importante entre ellos.

    Somos un país con un porcentaje de evangélicos bajo y nos cuesta lograr un crecimiento firme.

    Por lo cual les pedimos que oren por nosotros y por nuestro país Uruguay, para que el testimonio evangélico pueda crecer.

    Hermann Woelke

     

  • Frontera Misionera: Nuestra meta es compartir cada año una frontera misionera con los miembros de las redes de GMF y GASN. Las ideas son para informar, aprender e inspirar sobre el trabajo y los desafíos que las iglesias anabautistas y las organizaciones enfrentan en un país en particular.


    Trasfondo

    La República Democrática del Congo (RDC) es un país situado en África Central, habitado por cerca de 80millones de personas, pertenecientes a 500 tribus, viviendo en una superficie de 2.345.410 kilómetros cuadrados. El país experimento dos olas de evangelismo. La primera ola no produjo resultados apreciables. La colaboración de los misioneros con los colonizadores en la esclavitud, la falta del evangelio en lenguajes locales, los conflictos entre tribus, y las religiones tradicionales fueron algunas de las causas del fracaso. Sin embargo, en la segunda ola, hablamos de la era de organizaciones misioneras. La misión Bautista Americana (The American Baptist Mission “ABMFS”) fue la primera organización en lanzar su ministerio en 1878 en el Centro de Congo, en el oeste del país.

    Entre las sociedades misioneras que continuaron, se puede citar la Misión Interior del Congo (Congo Inland Mission “CIM”), una sociedad misionera fundada por Menonitas Americanos. El trabajo que CIM empezó en RDC en el siglo 19 ha resultado en cerca de 250.000 congoleses Menonitas pertenecientes a las tres diferentes denominaciones: La Communauté des Eglises des Frères Mennonites au Congo (CEFMC), la the Communauté Evangélique Mennonite (CEM), y la Communauté Mennonite au Congo (CMCo).

    Iniciativas Congoleses Menonitas

    Las Iglesias Anabautistas Menonitas en la RepúblicaDemocrática del Congo(RDC) predican un evangelio integral. Esta es la razón por la que se han establecido en muchos sectores, construyeron capillas, también colegios, clínicas y universidades. También están involucrados en la construcción de paz e iniciativas de reconciliación con el apoyo de que ha brindado el Comité Central Menonita (CCM) y Mennonite Brethren Missions.

    Además, los menonitas Congoleses están presentes de una manera activa en el evangelismo transcultural. Su testimonio va más allá de las fronteras, especialmente Angola, Congo Brazzaville y Suráfrica. En RDC, los Menonitas continúan plantando iglesias en otras provincias y alcanzando incluso personas resistentes o escondidas como los Pigmeos Batwa en el Bosque Ecuatorial. Cuatro Pigmeos Batwa han sido entrenados en el instituto bíblico y tres de ellos son pastores ordenados. Hay 32 iglesias establecidas y lideradas por ellos, incluso, departamentos misioneros están a cargo de este importante ministerio en las conferencias Menonitas, también, hay un programa, el cual ya se está moviendo por medio de oraciones, distribución de literatura cristiana y otros contactos, el cual está especializado en alcanzar ciudadanos chinos y/o empresarios extranjeros.

    Principales desafíos

    A pesar del dinamismo de las iglesias Congoleses Menonitas locales y los varios recursos naturales en el país, la mayoría de la población ha enfrentado pobreza, incluso menonitas, viven en áreas rurales por debajo de la línea de pobreza. Inestabilidad política, guerras, corrupción y el activismo de los religiosos no cristianos son el mayor de los desafíos que los ministerios cristianos y las iglesias están enfrentando en RDC.

    Mvwala C.Katshinga and John S. Fumana


  • Así como las partes del corazón, las cuatro comisiones del CMM sirven a la comunidad mundial de iglesias afines al anabautismo, en las áreas de diaconado, fe y vida, paz y misiones. Las comisiones preparan materiales para la consideración del Concilio General, brindan guía y proponen recursos a las iglesias miembros, además, propician redes y compañerismo en relación al CMM trabajando juntos en temas de interés y enfoque común. A continuación, una de las comisiones comparte un mensaje de la perspectiva de su ministerio.


    Comisión de Misiones

    El objetivo de la Comisión de Misiones del CMM es imaginar y construir una nueva comunidad de misiones mundial dentro del cuerpo de Cristo, que se extienda por todos los continentes. Buscamos una fraternidad que esté profundamente basada en el amor mutuo, organizada en torno a la sujeción recíproca y que participe sin restricciones de las relaciones económicas sin incurrir en paternalismos inadecuados ni en dependencias poco saludables.

    Buscamos esto no solamente como una demostración evangélica de nuestra unidad en Cristo, sino también por el bien de la misión de Dios en todo el mundo.

    La historia como guía

    La Biblia es la historia de las acciones amorosas de Dios en la creación y su propósito de redención en la historia. Como consecuencia de la rebeldía humana y el pecado, el mundo que Dios creó experimentó la distorsión y la destrucción. El temor, el orgullo, la codicia y la ambición egoísta nos han llevado al alejamiento de Dios y a la alienación entre los pueblos. La consecuencia de esta alienación es el odio, la violencia, la guerra, la opresión y la injusticia.

    Los propósitos de Dios, revelados en Jesús, son finalizar el odio y el temor, la pobreza y la injusticia para crear una nueva familia que incluya todas las culturas, idiomas y etnias.

    Después de la ascensión de Cristo, la iglesia fue constituida por el Espíritu de Dios para proclamar y para encarnar la buena noticia de que a través de la vida, muerte y resurrección de Jesús, Dios se está reconciliando con toda la humanidad y restaurando a toda la creación. La diversidad es el don de Dios para nuestro enriquecimiento.

    La fuente de nuestra misión.

    La promesa de Dios de bendecir a todas las naciones de la tierra es la fuente de nuestra misión. El propósito de Dios es crear un pueblo con personas atraídas desde cada raza y nación que reflejen su gloria a través de la unidad. De acuerdo al seguimiento de Dios, rechazamos los males del racismo y del orgullo etnocentrista.

    La misión de la iglesia de Jesucristo, por consiguiente, requiere que actuemos con justicia y misericordia y que nos involucremos con cada persona y grupo con dignidad, respeto y compasión en razón al valor que, para Dios, cada uno tiene. También nos demanda denunciar y resistir todo sistema y acción que oprima y explote a aquellos que son pobres, débiles o vulnerables. Creemos que la unidad es un regalo del Espíritu, no algo que nosotros originamos. Al mismo tiempo, vemos la preservación de nuestra unión visible como una expresión práctica de amor y una dimensión critica de nuestra misión. Cuando Jesús ora por la unidad de sus seguidores y les manda a que se amen unos a otros, es por el bien de la misión de Dios (“para que el mundo pueda saber que tu (el Padre) me enviaste‚Äù [Juan 17:23]).

    No hay una demostración más convincente de la autenticidad del evangelio que la de los seguidores de Jesús que estén reconciliados mutuamente y unidos en el amor por encima de las barreras de la etnia, el color, la raza, el género, la clase social, el estrato económico, la alineación política o el origen nacional. De la misma manera, hay algunas cosas que afectan significativamente la credibilidad de nuestro testimonio, como cuando los cristianos nos alienamos unos a otros y toleramos o intensificamos divisiones entre nosotros mismos.

    El reto de la diferencia

    Uno de los retos que enfrentamos dentro de la comunidad mundial es como tratar con nuestras diferencias. Nuestro canon bíblico nos da algunas pistas sobre como equilibrar la tensión entre unidad y diversidad. Una característica básica de nuestra Biblia es la mezcla de géneros y estilos literarios en tanto que se mantiene la coherencia. Contiene documentos legales, genealogías, notas históricas, relatos de viajes, etc, con variedad de autores, temas, géneros y épocas.

    Nuestra biblia permite que haya diversidad dentro de la unidad. La formación del canon es un testimonio de que bajo la guía del Espíritu santo, la iglesia primitiva eligió conservar los cuatro evangelios, cada uno con su tono peculiar y distintivo.

    Una imagen diferente acerca de la diversidad es un diapasón. Esta herramienta es usada para ajustar la orquesta (una variedad de instrumentos, sonidos y calidades) en un tono específico. La presencia del diapasón no borra o elimina las diferencias de los instrumentos musicales, sino que alinea los tonos para que estos instrumentos dispares puedan hacer juntos música hermosa.

    Como comunidades de fe, nuestra tarea es compartir sobre el amor redentor de nuestro Dios. Cristo es nuestro diapasón. Cuando estamos afinados con Cristo, es más fácil distinguir esas cosas que no son esenciales que nos separan. En vez de eso, trabajamos en el medio de la diversidad por el reino de Dios.

    Nos damos cuenta de que nuestro objetivo requerirá un compromiso inquebrantable con la honestidad y la solidaridad. En un espíritu de amor y perdón, debemos hablar honestamente entre nosotros sobre los obstáculos de una comunidad auténtica. El amor mutuo también requerirá solidaridad recíproca. Debemos estar dispuestos a compartir en las luchas y sufrimientos de los otros, además, estar atentos a ofrecer apoyo, oración y compañía en los retos que cada uno enfrenta para dar testimonio de nuestro del evangelio.

    Entonces, ¬øPor qué es importante el trabajo de la Comisión de Misiones?

    Importa porque como el cuerpo de Cristo, la iglesia es la buena nueva de Dios en un mundo herido y quebrantado. En su libro, El evangelio en una sociedad pluralista (The Gospel in a Pluralist Society*), Lesslie Newbigin describe la iglesia como un “signo, instrumento y adelanto‚Äù del reino de Dios. Ante un mundo que nos observa, somos llamados a través de nuestra unidad en el amor a compartir y ser un reflejo de la reconciliación que Dios ha logrado en Jesucristo. Ya no vivimos por nosotros, sino por el mundo que Dios ama y busca bendecir a través de nosotros (Génesis 12:3).

    ‚ÄîStanley W. Green y Rafael Zaracho, presidente y secretario de la Comisión de Misiones del CMM

    *(Eerdmans, 1989, p. 233)

    Rafael Zaracho

    Stanley W. Green