Oraciones de gratitud e intercesión

  • Soacha, Colombia– La gente se emocionó hasta las lágrimas cuando la delegación de visitantes internacionales del Congreso Mundial Menonita intercambió historias y bendiciones con miembros de la Iglesia Menonita de la Resurrección de Soacha, Colombia, el 18 de mayo de 2014.

    La delegación, conformada por personas de dieciocho países, se dirigía a Bogotá desde un centro católico de retiros en Fusagasugá, donde se habían reunido durante cinco días para las reuniones del Comité Ejecutivo, del Comité de Jóvenes Anabautistas, más un representante de cada comisión y algunos integrantes del personal del CMM.

    Miembros de la congregación de Soacha compartieron historias sobre su ministerio entre personas desplazadas por la violencia en sus comunidades. Cantaron y danzaron, compartiendo comida con la delegación en las instalaciones del Comedor pan y vida, abierto a la calle y al público.

    Extendieron sus brazos para bendecir a los visitantes internacionales que respondieron con sus propias historias, resonando así con aquellas historias que habían escuchado. Rainer Burkhart, de Alemania, les pidió a los integrantes de la delegación que extendieran sus brazos para retribuir la bendición, mientras oraba en alemán, oración que luego fuera traducida al inglés y español.

    “Muchísimas gracias por venir”, exclamó Adaia Bernal, líder de la congregación de Soacha. “No pierdan contacto con las comunidades de base, que constituyen el cable a tierra de la iglesia.

    El desafío de crear redes

    El desafío permanente de ayudar a vincular a las comunidades afines al anabautismo de todo el mundo, constituyó el tema prioritario en la agenda de la reunión del Comité Ejecutivo. A fin de fortalecer su capacidad de establecer vínculos a nivel mundial, el Comité dio inicio a sus reuniones con una capacitación sobre idoneidad, habilidades, y aptitudes interculturales.

    El Comité aceptó la membresía en el CMM de dos iglesias nacionales: la Iglesia de los Hermanos en Cristo de Sudáfrica y la Asociación de Iglesias de los Hermanos Menonitas de Alemania (Arbeitsgemeinschaft Mennonitischer Brüdergemeinden in Deutschland).

    Tras la ratificación de dicha decisión por el Concilio General del CMM, la membresía total del CMM sumará 103 iglesias nacionales en 57 países, con alrededor de 1.3 millones de miembros bautizados.

    Reinaba entusiasmo en las reuniones respecto a la Asamblea Mundial 2015. Integrantes del personal informaron que están encaminados los preparativos de la Asamblea del 21-26 de julio en Harrisburg, Pennsylvania, con la participación prevista de 7.000 a 10.000 personas. La inscripción comenzará a mediados de agosto de 2014.

    César García, Secretario General del CMM, expresó su entusiasmo por el tema principal de la Asamblea 2015, “Caminemos con Dios”, anunciando que dicho tema, junto con la historia del camino a Emaús en Lucas 24, serviría de marco general para la planificación programática del CMM durante los seis años posteriores a la Asamblea.

    Según César, el tema destaca que el camino cristiano se hace al andar. “Aún no hemos alcanzado la meta. Es un proceso. No hemos completado aún nuestro conocimiento de Dios. Necesitamos ser transformados continuamente.”

    También enfatizó que, “caminamos juntos. Nos necesitamos mutuamente para poder llegar a la verdad. Resistimos la tentación de alejarnos unos de otros cuando no coincidimos con algo”.

    Domingo de la Fraternidad Mundial y la ofrenda de un almuerzo

    A fin de ayudar a financiar el ministerio de creación de redes, el CMM solicita un aporte “proporcional justo” de las iglesias miembros de cada continente. El aporte de cada iglesia miembro se relaciona con su capacidad de dar, en base a su riqueza relativa y a su número relativo, valorándose todos los aportes.

    Para ayudar a las iglesias miembros a que logren sus metas respecto al aporte proporcional justo, el liderazgo del CMM promueve la propuesta de instar a los miembros de las congregaciones a donar anualmente el equivalente de un almuerzo en su contexto local.

    El CMM ya promueve el Domingo de la Fraternidad Mundial en enero de cada año, convocando a las iglesias anabautistas de todo el mundo a celebrar la hermandad anabautista mundial. Algunas congregaciones ya recogen una ofrenda para el CMM el Domingo de la Fraternidad Mundial. Sea que ayunemos juntos, comamos juntos u ofrendemos juntos, la donación del valor local de un almuerzo por miembro en el Domingo Mundial de la Fraternidad Cristiana, es una manera fácil para que la comunidad mundial asuma el compromiso colectivo de su vida fraterna.

    Comunicado del CMM por Ron Rempel

  • Estrasburgo, Francia – “Sigo inspirado por nuestra labor conjunta,” comentó John Rempel de Toronto, Ontario, uno de los participantes menonita en la segunda reunión de la Comisión de Diálogo Trilateral (católicos, luteranos, menonitas) sobre el Bautismo realizada del 26-31 de enero de 2014.

    El tema general del diálogo, el cual se extenderá por cuatro años, es “El bautismo y la incorporación en el Cuerpo de Cristo, la Iglesia.” El tema de este año fue “El bautismo: la gracia de Dios en Cristo y el pecado del hombre”.

    “Todos son tratados por igual a pesar de que somos, por lejos, la confesión más pequeña,” señaló Rempel. “Estamos tratando de replantear los temas en términos del siglo XXI, no sólo del siglo XVI.”

    Comentó además, “Me encuentro luchando en forma especial con dos aspectos de la reunión de este año. Estoy descubriendo cuán importantes son los sacramentos para los luteranos y los católicos como una expresión de la iniciativa de Dios: Dios trabaja de forma misteriosa a través de la oración y el agua, ya sea que respondamos o no. Y sin embargo, no puedo entender la iniciativa de Dios en el Nuevo Testamento, sin la respuesta del ser humano hacia la gracia.”

    “Al mismo tiempo nuestros socios de labor temen que pongamos tanto peso en la decisión humana como para creer que la iniciativa de Dios es trasladada a un segundo plano. Los participantes son conscientes de que sólo a través de la obra del Espíritu Santo será posible que este diálogo nos acerque más a la mente de Cristo.”

    Los participantes menonitas que presentaron sus ponencias sobre el tema de este año fueron Alfred Neufeld de Paraguay y Fernando Enns de Alemania. Luis Augusto Castro Quiroga de Colombia y Gregory Fairbanks de los Estados Unidos y el Vaticano presentaron sus ponencias desde un punto de vista católico. Friederike Nüssel de Alemania presentó su ponencia desde la perspectiva luterana.

    De acuerdo a un comunicado conjunto, la comisión también continuó estudiando los ritos bautismales de cada tradición cristiana participante, prestando una atención especial en esta reunión, a la tradición luterana, en particular en lo que concierne a la contextualización de los ritos bautismales en la región africana. La comisión comenzó sus días de labor con oración y reflexión conjunta sobre los textos bíblicos relacionados al bautismo.

    «Siempre me sorprende,” comentó Fernando Enns, “lo mucho que aprendemos sobre nosotros mismos cuando se nos pide explicar nuestras convicciones teológicas a otros. El desafío que se presentó durante esta reunión fue trazar el entendimiento menonita del pecado (el pecado original, el pecado actual, el libre albedrío) y la salvación. Nos hemos referido a las Escrituras bíblicas, a los escritos anabautistas, a las confesiones menonitas y a las experiencias del punto de vista personal y congregacional. Hacer esto en presencia del otro, muestra de forma inmediata en qué puntos nuestro razonamiento no es tan obvio como nos parece. Es una experiencia maravillosa para poder profundizar en la comprensión de nuestras propia tradición.”

    Enns añadió, “Esto parece ser cierto también para nuestros socios de diálogo luteranos y católicos. Sus voces son tan diversas como las nuestras, las de los menonitas. Y de vez en cuando escuchamos frases como ‘No debemos limitar a nuestro sistema de sacramentos, la habilidad de Dios para sanar y salvar.’ Para mí, esta cita habla de la actitud humilde y prudente que debemos tener al expresarnos en términos teológicos cuando estamos juntos – en compañerismo ecuménico – durante nuestros encuentros en este diálogo trilateral.»

    La reunión fue organizada por la Federación Luterana Mundial y tuvo lugar en el Instituto de Investigación Ecuménica en Estrasburgo. El Instituto también organizó una recepción donde los miembros de la comisión se reunieron con los representantes de las comunidades católicas, luteranas y menonitas locales en Estrasburgo.

    Además de los mencionados anteriormente, Rebecca Osiro de Kenia y Larry Miller de Francia también formaron parte de la representación menonita. La representación católica contó con la presencia de William Henn de los Estados Unidos e Italia, Luis Melo de Canadá, y Marie-Hélène Robert de Francia. La representación luterana contó con Theodor Dieter de Alemania, Peter Li de Hong Kong, Kaisamari Hintikka de Finlandia y Suiza, y Sarah Hinlicky-Wilson de los Estados Unidos y Francia. Kenneth Mtata de Zimbabue y Suiza asistió a la reunión de forma parcial, en sustitución de Musa Biyela de Sudáfrica.

    La tercera reunión de la comisión trilateral se llevará a cabo en el mes de febrero de 2015 en los Países Bajos, de la cual el Congreso Mundial Menonita será el anfitrión, y en donde se discutirá el tema «Bautismo: Comunicando Gracia y Fe». Está previsto tener una cuarta reunión en 2016, después de la cual se espera que la comisión presente su informe final a la Federación Luterana Mundial, al Congreso Mundial Menonita y al Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.

    Comunicado del CMM

    Co-secretarios de la comisión (desde la izquierda): Gregory Fairbanks, Kaisamari Hintikka , Larry Miller. Foto: Eleanor Miller

  • Kinshasa, Rep. Dem. del Congo– En julio de 2012 Sidonie Swana Falanga se enteró de algo que le parecía increíble. La Communauté Mennonite au Congo (Iglesia Menonita del Congo, CMCo), con cien años de existencia, había aprobado la ordenación de la mujer.

    “No sabía si era un invento, una mentira, un sueño o una expresión de deseo”, comentó en una entrevista reciente.

    Cuando un informe tras otro confirmaba que durante su Asamblea bianual, los líderes de la iglesia efectivamente habían decidido ofrecer el sacramento de la ordenación a las mujeres, Swana relató que sus dudas se transformaron en “una pequeña alegría y a la vez una pequeña tristeza, porque habían tardado demasiado”.

    Según un líder, el tema que había sido puesto a votación en siete asambleas anteriores, fue finalmente aprobado.

    Durante la celebración de su propia ordenación un año después, Swana manifestó que su alegría se había convertido en “inmensa y plena”.

    Este sentimiento se hizo eco en muchos de los más de mil menonitas congoleses que se reunieron en Kinshasa, capital de la República Democrática del Congo, el 22 de setiembre de 2013, al celebrar el hecho de que Swana y Fabienne Ngombe Kidinda se convirtieran en las primeras mujeres ordenadas al ministerio de CMCo. En dicha ocasión, también fueron ordenados dos hombres.

    “Éste es un día muy especial para la Iglesia Menonita”, proclamó en su alocución, Adolphe Komuesa Kalunga, presidente de CMCo.

    “La puerta está abierta para Uds.”, les expresó a las mujeres en la Asamblea. “La barrera ha sido derribada.”

    Eric Mukambu N’yamwisi, pastor de Kinshasa, dijo que las ordenaciones significaban una inmensa alegría. “Comencé a abogar por la ordenación de la mujer cuando tenía 25 años y ahora tengo 52. Nos llevó tiempo explicarle esto a la iglesia.”

    Otra mujer de la misma denominación, Bercy Mundedi, fue ordenada el 6 de octubre junto con cuatro varones, en Kalonda, provincia occidental de Kasai.

    Los cultos de cinco horas de duración en Kinshasa y Kalonda incluyeron presentaciones corales, instrucciones para los candidatos y sus congregaciones, alegres danzas y entrega de obsequios. Los sermones y comentarios de las personas presentes se centraron en los fundamentos bíblicos y sociales para el liderazgo de la mujer.

    Respuesta a la ordenación de la mujer

    Los líderes dentro y fuera de CMCo han expresado tanto su fuerte apoyo como su preocupación respecto a la decisión de la iglesia de ordenar a la mujer.

    “Hemos estado ejerciendo discriminación de género. Eso no es bueno para la iglesia”, dijo Paul Kadima, pastor de Kinshasa. “Ahora hemos llevado a la práctica Gálatas 3:28. En la iglesia somos todos iguales.”

    Robert Irundu, presidente de la juventud de CMCo a nivel nacional, cree que le llevó tiempo a la iglesia poder aprobar la ordenación de la mujer, “porque CMCo quería estudiar la declaración de Pablo que requería que la mujer permaneciera en silencio en la asamblea. Pero la Biblia también establece que no hay distinciones entre el varón y la mujer.”

    Otros fueron más francos. “Muchos de nuestros pastores eran muy conservadores, dijo el Hno. François Shopo, en la reunión en Kinshasa.

    Anastasie Tshimbila, instructor del Instituto Bíblico de Kalonda, dijo que la decisión tomada en 2012 ha generado controversias en la región de Kasai, donde CMCo tiene su oficina central, porque, “algunas tradiciones tribales son muy opresivas hacia las mujeres”. Agregó que algunos programas de radio con llamadas telefónicas en vivo expresaron al aire mucha oposición. Pero también muchos apoyaron la decisión. Las mujeres la recibieron favorablemente.

    Madeleine Musaga, mujer menonita y diputada nacional en representación de Gungu, provincia de Bandundu, dijo en la ceremonia en Kinshasa: “Este es un día sagrado para mí, al ver que se honra a la mujer. Las mujeres deben mantener las cabezas en alto y los varones deben respaldarlas. Las mujeres estamos luchando por acceder a cargos en la política que impliquen la toma de decisiones, y también debemos hacerlo en la iglesia.”

    Charlotte Djimbo Ndjoko, miembro de la Iglesia de los Hermanos Menonitas que vive en Kinshasa, dijo que las mujeres ordenadas recientemente, “han luchado conjuntamente con los varones durante años para lograr la ordenación de la mujer, quien ha sido mal vista por ellos. A Dios gracias que ha llegado la hora en que estos varones reconozcan que la mujer tiene un lugar en la iglesia, en el ministerio pastoral y la evangelización. Estamos muy felices. Les daremos nuestro apoyo como hermanas menonitas, e invitamos a otras mujeres y jóvenes a sumarse”.

    El proceso hacia la ordenación de la mujer

    CMCo fue la última de las tres comunidades menonitas del Congo en ordenar a la mujer. La Communauté des Églises de Frères Mennonites au Congo (Iglesia de los Hermanos Menonitas del Congo) ha ordenado a las mujeres desde el año 2000. Communauté Évangélique Mennonite (Iglesia Evangélica Menonita del Congo) ordenó a una mujer por primera vez en julio de 2012, durante los festejos del 50º aniversario de la iglesia.

    Swana, de 59 años, obtuvo un título en Teología en 1995 y ha realizado tareas pastorales desde hace mucho tiempo, junto con su esposo, el pastor Léonard Falanga. Ha organizado a las mujeres que han estudiado teología, habiendo enseñado sobre este tema y procurado persuadir a los pastores y líderes de la iglesia de que la ordenación de la mujer se basa en principios bíblicos sólidos.

    Ngombe, de 63 años, obtuvo un título en Teología en 1998 y se ha desempeñado como pastora adjunta en varias iglesias de Kinshasa desde 2005.

    Las tres mujeres estudiaron en la Universidad Protestante de Kinshasa, conocida actualmente como la Universidad Cristiana de Kinshasa. Mundedi, de 47 años, se graduó en 1996.

    Mundedi dijo que las mujeres de su congregación en Nyanga, Kasai Occidental, la animaron a estudiar Teología. “Comencé a predicar en la escuela cuando tenía catorce años”, comentó. Después de finalizar sus estudios teológicos, regresó a Nyanga y se desempeñó como capellán en la escuela, “en gratitud a aquellos que me convocaron primero”.

    En el 2005 empezó a enseñar en el Instituto Bíblico de Kalonda, donde es profesora junto con Anastasie Tshimbila y cinco varones. Actualmente, hay cuatro mujeres inscriptas como estudiantes en Kalonda, en un programa de tres años posterior a la escuela secundaria, que ha formado a muchos pastores de CMCo.

    Seis menonitas de América del Norte, incluyendo a tres mujeres ordenadas –Sandy Miller y Paula Killough de la Red Menonita de Misiones de Elkhart, Indiana, EE.UU., y Amanda Rempel de Newton, Kansas, EE.UU.– estuvieron presentes en las ordenaciones en Kinshasa y Kalonda, invitadas por los líderes de las iglesias del Congo.

    “La presencia de esta delegación es una señal del amor que existe entre los menonitas”, afirmó Swana.

    Se invitó a las tres mujeres estadounidenses a unirse a los pastores de CMCo para imponerles las manos, y orar por las mujeres y los varones que estaban siendo ordenados.

    Si bien la lucha por la ordenación de la mujer fue por momentos larga y agotadora, Swana expresó que, “reconocemos que todo se hace a su tiempo, como está escrito en Eclesiastés 3”.

    De acuerdo a los líderes de la iglesia, dos mujeres más de CMCo, Mubi Mutemba y Mundombila, serán ordenadas en Kananga, Kasai Occidental, en noviembre.

    Artículo por Nancy Myers, escritora freelance asignada a la Misión Intermenonita de África, y Charlie Malembe, periodista menonita en Kinshasa.

    Bercy Mundedi pronuncia la bendición después de ser ordenada en Kalonda. Foto de Charlie Malembe

    Fablienne Ngombe Kidinda recibe un alzacuello de Adolphe Komuesa, presidente de CMCo, durante su ordenación en Kinshasa. Foto de Nancy Myers

  • Mi nombre es Rut Arsari Christy y soy de Indonesia. En mi país de origen asisto a una iglesia menonita llamada GITJ Kelet, la cual es parte de la iglesia Gereja Injili di Tanah Jawa, miembro del Congreso Mundial Menonita. La influencia de la cultura y la religión de los holandeses es muy fuerte, porque Indonesia fue colonizada por los holandeses. Hay muchos edificios, tales como casas, hospitales e iglesias, que fueron construidos por los holandeses. Mi iglesia es una de las iglesias que fue construida por ellos. Debido a los holandeses también hay muchas iglesias menonitas en Indonesia.

    En este momento estoy sirviendo con el programa ¡YAMEN! en Colombia. Trabajo con la Iglesia Menonita de Teusaquillo en Bogotá. En mi iglesia, GITJ Kelet, cuando me encontraba con la gente solía decir “selamat pagi”, que significa buenos días. Ahora es diferente. Tengo que decirles “buenos días” y darles un abrazo cada vez que los veo en la iglesia. Al principio fue bastante difícil, pero ahora ya me acostumbré.

    El choque cultural está presente casi todo el tiempo. Hay una gran diferencia entre mi iglesia y la iglesia de Teusaquillo. Hay algunas tradiciones que tenemos en mi iglesia que no encuentro en la iglesia de Teusaquillo. Un ejemplo de esto, es la tradición de cómo se celebra el Domingo de la Fraternidad Mundial. En mi iglesia celebramos el Domingo de la Fraternidad Mundial trayendo cosas a la iglesia. Traemos alimentos, bebidas, frutas, vegetales, cosas electrónicas, etc. En primer lugar, tenemos un servicio como de costumbre, y luego tenemos una subasta de las cosas que trajo la gente. El dinero de la subasta se utiliza para las necesidades de la iglesia.

    Este año, 2014, fue la primera vez que celebré el Domingo de la Fraternidad Mundial en Colombia con la gente de la Iglesia Menonita de Teusaquillo. Me sorprendí bastante, ya que no se hizo ninguna cosa o actividad especial. Se tuvo el servicio dominical como de costumbre y el pastor compartió con la iglesia que era el Domingo de la Fraternidad Mundial. Fue muy diferente a lo que se acostumbra a hacer en mi iglesia. En Indonesia mi madre solía hacer pasteles (tortas) y galletas para la subasta. Mi madre y yo solíamos estar muy ocupadas preparando el pastel (la torta) el día antes de la subasta.

    Este año, ni siquiera me acordé que el día siguiente era el Domingo de la Fraternidad Mundial hasta que el pastor de la iglesia, que también es mi “padre” anfitrión, me dio algo para leer durante el servicio ese domingo. Cuando leí el papel, era un artículo sobre “Undhuh-undhuh”, que es el nombre de la subasta que se hace en mi iglesia el Domingo de la Fraternidad Mundial. Tuve que leer el artículo sobre Undhuh-undhuh en dos servicios en la iglesia de Teusaquillo.

    Estaba muy nerviosa porque era la primera vez que hablaba en frente de la congregación. Me sentí aún más nerviosa porque el artículo estaba en español. En ese momento todavía pensaba que mi español no era muy bueno. Sin embargo, después de leer el artículo, muchas personas me dijeron que lo había hecho muy bien. Dijeron que habían entendido claramente lo que dije, porque hablaba muy claro y que mi acento español también era muy bueno. Estaba muy feliz de poder presentarles algo sobre la cultura de mi iglesia en Indonesia.

    Espero tener otra oportunidad para hablar sobre la cultura de mi iglesia en frente de la congregación de la Iglesia Menonita de Teusaquillo. A pesar de saber de que me voy a poner nerviosa otra vez, estoy contenta de poder compartir algo sobre mi iglesia, GITJ Kelet.

    Artículo de Rut Arsari

  • Estados Unidos – Lo que comenzó como un seminario para mujeres en los Estados Unidos ahora se ha compartido en Asia y América Latina y además cuenta con invitaciones recibidas de Kenia y Trinidad.

    Sister Care es un programa patrocinado por Mujeres Menonitas EE.UU. que equipa a las mujeres a continuar con su propia jornada de sanidad, para identificar la gracia de Dios en sus vidas y para caminar con otras personas de manera compasiva que ayuda a transformar la pérdida y el dolor.

    El manual de Sister Care fue desarrollado por Carolyn Heggen, psicoterapeuta y maestra, y Rhoda Keener y Ruth Lapp Guengerich, co-directoras de Mujeres Menonitas EE.UU. El manual está disponible en inglés y español. Alrededor de 2.500 mujeres han asistido a los talleres; 500 fuera de los Estados Unidos.

    Heggen dice: “Es con gran humildad que ofrecemos compartir Sister Care con nuestras hermanas a nivel internacional. Ellas nos han enseñado tanto sobre el valor y la perseverancia, de vivir la vida con esperanza y dignidad frente a los desafíos que muchos de nosotros sólo podemos imaginarnos. Pero nosotras contamos con los recursos de la educación, del tiempo libre para crear y escribir, y de la tecnología que muchas mujeres carecen.”

    Keener añade: “Mujeres Menonitas EE.UU. está profundamente tocado por las peticiones de recursos de capacitación de liderazgo de Sister Care de parte de nuestras hermanas a nivel mundial. Invitamos a las mujeres a tomar lo que les es útil, contextualizarlo y reproducirlo para uso de sus iglesias y comunidades.”

    En el último año el seminario Sister Care ha sido compartido en los siguientes lugares: en la conferencia All India Mennonite Women en Orissa, India; Tansen y Katmandú, Nepal; Ciudad de Guatemala; Chihuahua, México; y Bogotá, Colombia. Se ha programado un taller para el mes de noviembre en Santa Cruz, Bolivia.

    Según Cynthia Peacock de India, «El impacto del taller Sister Care dirigido por Rhoda y Carolyn ha sido tremendo. Veo cambios en la forma de pensar, la actitud y las medidas valientes de las mujeres que pueden verse como valiosas creaciones de Dios que hay que respetar, utilizar sus dones, y ser respetadas en el hogar y en el lugar de trabajo. Un ejemplo es que las mujeres están buscando la forma de compartir sus historias de dolor y sus heridas, de forma cuidadosa, pero intencional, deseando que la iglesia tome conciencia de esto y haga algo al respecto. Más mujeres se están viendo a sí mismas de una forma diferente y entienden que Dios las ama tanto como a los hombres y quiere para todos una vida de plenitud y de alegría.”

    Olga Piedrasanta de Guatemala reflexiona en lo siguiente, “Uno de los principales problemas para las mujeres en las iglesias es su contexto de vida, que incluye la violencia doméstica, la pobreza y la violencia urbana – que afecta a la familia, la iglesia y el empleo. Las mujeres tienen que ayudarse unas a otras a ser más fuertes en vez de estar sumidas en estas dificultades. El entrenamiento de Sister Care incluye el desarrollar habilidades de cómo ayudarse unas a otras de forma constructiva como hermanas cristianas.”

    Ofelia García de México y Piedrasanta recibieron entrenamiento en Guatemala para liderar el taller en Chihuahua, con mujeres de varias conferencias y culturas, incluyendo a hermanas hispanas, alemanas, e indígenas Tarahumara.

    Este taller se realizó en Chihuahua cinco meses después del asesinato de la pastora Josefina (Chepina) Rempening Díaz en Cuauhtémoc, México, y fue de ayuda para curar el dolor. Las sesiones sobre la pérdida tocó a las mujeres de una manera muy profunda. Sintieron tanto la pérdida de una pastora como la pérdida de su sentido de seguridad. “Desde la muerte de Chepina no había llorado ni hablado como lo hice hoy. Gracias. Es de mucha sanidad,” comentó una participante.

    Las líderes del taller de Chihuahua iniciaron un nuevo ejercicio enfatizando cómo Jesús ayudó a la mujer samaritana a quitarse la máscara. En grupos, las mujeres respondieron a las siguientes preguntas, ¿qué máscara llevo puesta y qué escondo detrás de ella? Luego, una por una, cada mujer se quitó la máscara y recibió la confirmación de las demás.

    Este ejercicio se repitió en Colombia con Heggen y Elizabeth Soto Albrecht de EE.UU. como facilitadoras. Martha Lucía Gómez y Olga Beatriz Londoño de Colombia reflexionaron en lo siguiente: “La dinámica de las máscaras nos ayudó a ver nuestro interior y a enfrentar la realidad que muchas veces queremos negar. Fuimos desafiadas a buscar la sanidad y a no camuflar el dolor y a vivir nuestras vidas y relaciones con transparencia.”

    Después de los talleres en Guatemala y en Colombia, participantes de 12 países llevaron 1.500 manuales a casa para sus congregaciones y comunidades y están liderando talleres. Phyllis Groff, obrera de Misiones Menonitas del Este en Guatemala, está traduciendo el manual al Kekchi.

    Linda Shelly, de la Red Menonita de Misiones, ayudó a Mujeres Menonitas EE.UU. en colaboración con el Movimiento de Mujeres Teólogas Anabautistas de Latinoamérica, el grupo anfitrión de cada uno de los talleres de Centro y Sudamérica. Olga Piedrasanta ayudó con la coordinación en Guatemala, Ofelia García en México, Alix Lozano en Colombia, y Lizette Miranda está trabajando en la planificación para Bolivia. Manjula Raul presidió el comité anfitrión en India; en Nepal los seminarios fueron coordinados por Tansen Mission Hospital y United Mission a Nepal. Los gastos de Mujeres Menonitas EE.UU. fueron financiados por donaciones designadas para ese motivo y por subvenciones.

    Las ideas, la energía y el amor han fluido en cada país. Heggen dice: “A medida que compartimos y aprendemos juntas sabemos que nos fortalece a todas.”

    Mujeres Menonitas EE.UU.

  • El 18 de enero de 2014 nuestra hermana Leonor de Méndez descansó en la paz del Señor. Esta líder latinoamericana de Guatemala sirvió en el Comité Ejecutivo del Congreso Mundial Menonita durante la década de los 90. El siguiente escrito que ella nos dejó relata un poco de su experiencia en su paso por el Congreso Mundial Menonita. Es nuestra oración que Dios continúe levantando mujeres latinoamericanas que sirvan a nuestra comunidad global siguiendo este legado. – César García

    “Allí es donde predicarás”. dijo la mujer que había venido a recogernos a Mario y a mí al aeropuerto, señalando el estadio de Winnipeg. Cuando recibí la invitación a predicar en la Asamblea 12 del Congreso Mundial Menonita en 1990, no tenía idea de la magnitud del acontecimiento. Pensé en unas 300 personas. Mi experiencia pastoral no me había preparado para un auditorio de 10,000 personas, pero me hizo sentirme completamente confiada el pensamiento de que aunque esas personas eran de diferentes culturas, razas y lenguas, estábamos unidas por nuestra fe y nuestro amor hacia Jesús.

    Linda Shelly hizo un fantástico trabajo al traducir mi sermón del español al inglés. No sé cómo me fue, pero lo que sé es que no solo prediqué sino que compartí mi vida. Sentí la necesidad de darme a mí misma a toda esa gente por la que había orado aun sin conocerla. Era el primer encuentro con la iglesia menonita mundial, una gran multitud que compartió el compañerismo en Cristo escuchando atentamente. También llevo en mi memoria y oraciones a Jack e Irene Suderman, quienes nos hospedaron en su hogar de Steinbach y compartieron su cálido amor menonita con nosotros. A todos ellos transmito mi eterno amor y aliento.

    “Nos veremos otra vez en India” era un estribillo que escuché con frecuencia. La Asamblea 12 en 1990 concluyó con la Cena del Señor. Hubo un tiempo durante aquel culto en el que sentí que el Espíritu Santo se movía para hacernos más enteramente uno en nuestra diversidad. Mi segunda convicción fue que nuestra comunidad menonita en Guatemala no estaba trabajando sola para Dios. Eramos parte de algo y de Alguien; y ese sentimiento de pertenencia todavía está en nosotros.

    Una Asamblea es un gran encuentro después del cual todos regresamos a nuestros hogares a continuar con nuestra misión, pero siempre mantenemos la esperanza de que nos volveremos a reunir para renovar la visión y el compañerismo.

    Mi siguiente experiencia fue en Puerto Rico, donde tuve el honor de ser elegida miembro del Comité Ejecutivo del Congreso Mundial Menonita. Ese nombramiento fue muy importante para las mujeres centroamericanas. Era la primera vez que una mujer centroamericana representaría a América Latina en el Comité Ejecutivo del CMM. ¿Podemos considerar mi participación en la Asamblea 12 como una señal de que espacios ministeriales y pastorales se están abriendo para el sexo femenino?

    Contrastes dolorosos. Antes de la Asamblea 13 en la India, la agenda incluyó un viaje preparatorio a África, con escalas en EE.UU, Europa y Brasil. Durante aquel tiempo, mientras viajaba por una ciudad europea, me vi frente a frente con los grandes contrastes económicos que existen entre las ciudades europeas y la ciudad de Calcuta y algunas de nuestras ciudades centroamericanas. Todavía no comprendo el misterio del sufrimiento humano. Por qué no pueden todos los seres humanos vivir en las mismas condiciones de dignidad?

    Una cosa es cierta. Aquellos que viven en condiciones de abundancia, lo mismo que aquellos que viven en la adversidad, son llamados por el Espíritu Santo a seguir a Jesús con fidelidad y llevar a cabo de manera extraordinaria nuestra vocación como Iglesia de Jesucristo.

    Cuando partí de Guatemala hacia Canadá, Europa, África e India, salí con una pequeña imagen mental de mi comunidad menonita y de mi propio papel ministerial. La iglesia de nuestro Señor va más allá de lo que nuestros ojos pueden ver y nuestras manos tocar. Trasciende barreras de raza, idioma y cultura. Dios está edificando el cuerpo de Cristo en todas las naciones, y nosotros somos partes de ese divino proyecto.

    Leonor de Méndez, Guatemala

    Leonor de Méndez y Milka Rindzinski Gulla. Leonor solía decir que Milka fue su voz y sus oídos en las reuniones del CMM. Leonor no hablaba ni entendía inglés, entonces ellas siempre se sentaban juntas.

  • Desigualdad económica: Examinemos nuestro compromiso común en pos del Shalom

    Como comunión mundial de iglesias afines al anabautismo, compartimos el compromiso de procurar el shalom. En dicha búsqueda, creemos en la necesidad de intentar alcanzar la justicia y de compartir nuestros recursos, sean materiales, económicos o espirituales. Nuestra enorme diversidad implica llevar a la práctica este compromiso de muchas maneras. En el número de abril 2014 de Courier/Correo/Courrier, líderes de toda nuestra hermandad –promotores del shalom y seguidores de Cristo–relatan cómo los anabautistas abordan las problemáticas relacionadas con la desigualdad económica y las brechas de riqueza en nuestras comunidades.

    Cristo, ejemplo de misión

    La enciclopedia define “desigualdad económica” como la diferencia entre individuos y poblaciones en la distribución de bienes, riquezas o ingresos. El término se refiere generalmente a la desigualdad entre individuos y grupos en una sociedad. De modo más polémico se podría afirmar que la desigualdad económica en una sociedad no es accidental. De hecho, a cierto nivel, dicha desigualdad es el resultado de actitudes humanas como la codicia y el egoísmo.

    Más allá de sus causas, la desigualdad económica es real. En la India, la desigualdad está profundamente arraigada, y afecta a gran parte de la sociedad. Y este sector sufre por ello.

    No es fácil responder por qué la mayoría en una sociedad sufre la desigualdad económica. Habría algunas teorías. Los factores varían según el lugar, momento histórico y sociedad; el factor determinante en una situación puede no serlo en otra.

    De todos modos, ésta es la realidad: la desigualdad económica ha dejado actualmente a muchos en una situación apremiante: falta de vivienda, hambre y pobreza, dificultad para acceder a la educación y atención médica. Los que sufren esta situación no tienen los mismos privilegios que los que están en las altas esferas de la sociedad, y su presencia frecuentemente pasa desapercibida por las élites. Los ricos se hacen más ricos, los pobres más pobres. En consecuencia, la brecha entre estos dos grupos crece rápidamente de modo alarmante.

    La Biblia tiene mucho que aportar sobre la desigualdad económica y la brecha entre ricos y pobres. En el Antiguo Testamento, por ejemplo, Dios crea el mundo perfectamente y le dice al pueblo que mantenga una sociedad justa y equilibrada (Génesis 1:10, 12, 18, 21, 25). Pero la humanidad se rebela contra Dios y su voluntad, y el pecado ingresa al mundo (Génesis 3:13-19). La actitud de Caín en Génesis 4 es un ejemplo fundamental de cómo el pecado le suma miseria e injusticia a la historia humana, las que han sido transferidas de generación en generación hasta el presente.

    La pobreza también muestra su rostro atroz en el Antiguo Testamento. Dado que los pobres siempre serán parte de la sociedad (Deuteronomio 5:11), Dios ordena a su pueblo que sea generoso con ellos. El Antiguo Testamento nos recuerda la gran preocupación de Dios por la suerte de los pobres. No cumplir con su mandato genera la ira de Dios (Ezequiel 16:48-50; Isaías 1:16-25).

    El Nuevo Testamento centra la preocupación de Dios en la desigualdad y ordena el cuidado de los pobres y oprimidos. Por ejemplo, Jesús se identificaba con los pobres cuando decía: “el Hijo del hombre no tiene dónde recostar la cabeza” (Mateo 8:20). Optó por la gente común –los pobres, los oprimidos, los sufrientes– como principio fundamental de su ministerio (Lucas 4:18-19). Le enseñó al joven cómo podía seguir a Jesús renunciando a las riquezas terrenales y cuidando de los pobres (Mateo 19:21). Echó a los prestamistas del templo y condenó su avaricia e hipocresía (Marcos 11:15-17). Y abundan muchos ejemplos más. Claramente, una parte del ministerio terrenal de Cristo se centró en desafiar las normas de la sociedad y exponer sus injusticias.

    En su visión de la primera iglesia, el Nuevo Testamento también brinda quizá el ejemplo más claro de un estilo de vida que lleva a la práctica la justicia e igualdad entre las personas. En Hechos 2:42-47, se describe a la primera iglesia como un lugar donde se compartían las posesiones y recursos entre sí, donde las comidas eran motivo para confraternizar, y donde el crecimiento espiritual iba de la mano con la satisfacción de las necesidades físicas.

    Como Hermanos en Cristo y menonitas, nuestro legado anabautista también brinda una perspectiva en cuanto a nuestra responsabilidad a la hora de ayudar a los pobres y necesitados. En los inicios del movimiento anabautista, los creyentes practicaban la obediencia en los asuntos económicos. H. B. Musser, líder de los Hermanos en Cristo en el siglo XIX, manifestó: “Creo que el deber de la iglesia es ayudarnos mutuamente ante las pérdidas sufridas. . . . Creo que ese deber nos corresponde, porque las Escrituras dicen: Ayúdense mutuamente a llevar sus cargas.” Nuestro trasfondo anabautista nos enseña claramente –de acuerdo a las Escrituras– que la iglesia tiene un papel vital en reparar la brecha entre los ricos y los pobres, y en promover la justicia y la igualdad en la sociedad.

    ¿Cuál es la naturaleza de dicho papel? La Biblia nos dice que la iglesia debe ser la sal de la tierra y la luz del mundo (Mateo 5:13-16); debe ayudar a las viudas y los huérfanos (Santiago 1:27); debe procurar la transformación –no sólo del corazón de los individuos, sino de las estructuras injustas y opresivas de la sociedad. De hecho, en tanto la iglesia forma a los creyentes en la fe, los creyentes a su vez procurarán la justicia en su propia vida, en su familia y en la sociedad en general. Aunque enfrente desafíos, la iglesia debe ser la voz que le recuerda a la sociedad la preocupación de Dios por la justicia y la rectitud.

    La Iglesia de los Hermanos en Cristo de Odisha, India, procura crear justicia e igualdad de dos maneras. Primero, enseñamos la Palabra de Dios. Segundo, implementamos proyectos en relación a la educación, generación de ingresos, salud e higiene, mejoras en la agricultura, asistencia y rehabilitación. Nuestro objetivo a largo plazo es mejorar las condiciones socioeconómicas de nuestras regiones locales.

    Específicamente, una manera de implementarlo es a través de la labor de las Castas Programadas (Scheduled Castes, SC) y las Tribus Programadas (Scheduled Tribes, ST), en los ocho distritos del estado de Odisha. Constituyen dos de los grupos más empobrecidos de la sociedad india, e históricamente han sido reconocidos como personas marginadas. Muchas personas de SC y ST viven de manera muy precaria. Tienen ingresos bajos; a veces cuentan con una sola comida diaria. Les sugerimos a los miembros de nuestra comunidad que compartan la carga de estas personas. Por supuesto, no es una tarea fácil fomentar equilibrio, igualdad y justicia; se trata de un proceso largo y continuo. Pero perseveramos, confiando en el Espíritu para que nos provea de fortaleza y capacidad.

    Consideramos que nuestra misión refleja la misión de nuestro Señor Jesucristo: los pobres pueden serlo económicamente pero son ricos en espíritu, en fe, en obra y en acción (Santiago 2:5). Esta oportunidad de servir a otros y procurar justicia ha sido brindada por Cristo, quien, siendo rico, se hizo pobre por causa de ustedes, para que por su pobreza fueran ustedes enriquecidos (2 Corintios 8:9).

    Bijoy K. Roul, Odisha, India.

  • Bogotá, Colombia– El Congreso Mundial Menonita ha designado a tres representantes regionales para promover los vínculos con iglesias miembros e iglesias miembros asociadas en Asia y el Pacífico. Los representantes iniciarán su labor el 1 de septiembre.

    El anuncio fue comunicado por César García, Secretario General del CMM. “Contar con estas personas para vincular iglesias miembros en una extensa región, servirá para fortalecer nuestra identidad e interdependencia como cristianos anabautistas.”

    La propuesta para designar a tres representantes a tiempo parcial, se elaboró en el Caucus de Asia, y fue apoyada por el Comité Ejecutivo del CMM en la reunión de mayo de 2013.

    Los tres representantes son: Timothius Adhi Dharma, de Indonesia; Cynthia Peacock, de la India; y Kyong-Jung Kim, de Corea del Sur.

    Adhi Dharma es Secretario General de la Iglesia Cristiana Muria de Indonesia (Persatuan Gereja-Gereja Kristen Muria Indonesia, GKMI). Fue uno de los escritores del Proyecto de Historia Menonita Mundial sobre Asia. Como representante del sudeste de Asia, se encargará de promover los vínculos con las iglesias de Indonesia, Australia/Nueva Zelanda, Myanmar, Singapur, Filipinas, Vietnam y Tailandia.

    Cynthia Peacock prestó servicios como trabajadora social con el Comité Central Menonita durante 38 años, antes de jubilarse en 2006. Es presidente de la Comisión de Diáconos del CMM. Como representante de Asia del Sur, se encargará de promover los vínculos con las iglesias de la India y Nepal.

    Kyong-Jung Kim colaboró con el Centro Anabautista de Corea durante los últimos once años; también es miembro activo de Jesus Village Church, y comparte el liderazgo de dicha iglesia. Como representante del noreste de Asia, se encargará de promover los vínculos con las iglesias de Japón, Corea, Taiwán y Hong Kong/China.

    Comunicado de prensa del CMM

    Foto: Adhi Dharma

    Foto: Cynthia Peacock

    Foto: Kyong-Jung Kim

  • Para muchos jóvenes en el mundo actual la movilidad y la flexibilidad son necesarias: asistir a la universidad en otra ciudad, encuentros interculturales durantes los viajes, ampliar horizontes personales. Y en alguna parte, entre todo esto, está esa “característica menonita” que moldea parte de lo que eres.

    Estas experiencias describen perfectamente mi realidad. Proveniente de una pequeña localidad y de una iglesia menonita aún más pequeña, he aprovechado todas las oportunidades posibles para ver algo del mundo. Esto me ha llevado a varios países en Europa, Israel/Palestina, Siria, Jordania y los EE.UU. Cuando me pidieron que viajara a Corea del Sur estaba sumamente emocionada, pero ¿cuál era la razón del viaje? Era para asistir a la 10ª Asamblea General del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) del 30 de octubre al 8 de noviembre de 2013.

    Después de investigar un poco, me enteré de que iba a ser delegada de la iglesia menonita de Alemania en una reunión mundial cristiana, que se lleva a cabo cada siete años, para discutir asuntos teológicos y seculares. ¡Acepté el desafío!

    En el proceso de preparación me di cuenta de que, para mí personalmente, era más difícil de lo esperado descubrir qué era exactamente lo que yo, como joven menonita de Alemania, podría contribuir al movimiento ecuménico mundial. Descubrí que lo que había moldeado mi fe era un colorido conjunto de influencias, provenientes de una gama de tradiciones de fe e iglesias. En la Asamblea del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) pude apreciar la sensibilidad que había hacia las diferentes confesiones y denominaciones, sus especialidades y tradiciones, lo que fue toda una experiencia nueva para mí. En este contexto y junto a otros menonitas, se me hizo más claro que el compromiso teológico a la no violencia y las consecuencias reales que se derivan de ella es lo que nos define como iglesia de paz.

    Los menonitas fueron factor desencadenante del último gran enfoque programático del CMI, que fue la década para superar la violencia del 2001 hasta 2010. Algunos menonitas, que han participado en el movimiento ecuménico por más tiempo, compartieron conmigo su experiencia de recibir consultas de varios colegas por sus puntos de vistas sobre varios asuntos. Tuve la impresión de que a pesar de contar con una membresía muy pequeña, la tradición menonita es de mucho aprecio para el CMI y para las personas en general. El hecho de que la paz y la justicia ahora son asuntos centrales en el CMI demuestra de que lo que históricamente siempre han sido temas de los menonitas, son ahora (¡y que también lo han sido antes!) temas centrales del cristianismo mundial. Esto también se puso en muestra cuando se juntaron y oraron la oración lema de la Asamblea: “Dios de vida, condúcenos hacia la justicia y la paz.”

    Uno de los momentos más impresionantes y conmovedores para mí, fue cuando un joven surcoreano se unió a una de nuestras reuniones de paz de nuestras iglesias (junto a participantes cuáqueros y de la Iglesia de los Hermanos). Pronto se convertiría en una persona que por motivos de conciencia objetaría el servicio militar en Corea del Sur debido a sus creencias en la no violencia. Lo que se ha convertido en algo normal en Alemania, objetar por motivos de conciencia, en Corea del Sur todavía sigue siendo castigado con prisión por 18 meses y discriminación de por vida. A pesar de estas consecuencias, este joven coreano se puso de pie y compartió sobre su vida y su compromiso a vivir de acuerdo a sus convicciones, pidiendo nuestro apoyo y nuestras oraciones. Desafortunadamente, este joven no fue escuchado por toda la asamblea y por ciertas iglesias, incluyendo las de Corea, que no ven la necesidad de cambiar el status-quo. Aún así, podemos orar por aquellos que sufren por sus creencias y de este modo luchar por la paz y la justicia.

    Ahora bien, este mega-evento parece estar muy lejos todavía y los que leen esto podrían preguntarse qué implicación tiene esto para ustedes. El resultado de la Asamblea del CMI servirá de guía para el trabajo de programación del CMI para los próximos 8 años: ¡Nosotros, los creyentes, estamos en una peregrinación en pos de la justicia y la paz! Esto incluye a los creyentes de todo el mundo, los que son parte del CMI, y los que no lo son. Cualquiera sea la razón que lo llevó a leer este blog, anímese a conocer a otras personas en su contexto y a hablar con ellos sobre cuál es su papel en la hermandad mundial cristiana y cómo se puede contribuir a un mundo más justo y pacífico.

    Cuando asistí por primera vez a la Asamblea del CMI vine con una pregunta en mente, “¿Qué puede hacer este CMI por mí?” En su lugar, me di cuenta de que el CMI no sólo está haciendo algo por mí sino que también por cada uno de nosotros, los miembros de la familia de Dios, que forman la iglesia mundial y que en conjunto son un impacto. Espero con ansias viajar con ustedes en este peregrinaje.

    Por Lydia Funck

    * Los puntos de vistas expresados en la sección de Testimonios expresan las convicciones de fe y las experiencias de los autores y no reflejan necesariamente las opiniones del Congreso Mundial Menonita.