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Oraciones de gratitud e intercesión

  • Malaui 

    “Soy yao”, dice Madalitso Blessings Kaputa. En Malaui dicho grupo étnico es considerado musulmán. “Alguien se contactó conmigo.” 

    Chewa, yao, lome (los principales grupos étnicos de Malaui): todos ellos pueden ser parte integral de esta familia de Dios, dice Madalitso. 

    Como integrante del grupo étnico yao, él puede representar a la iglesia en las zonas musulmanas. “Existe una conexión, una relación, entre las personas musulmanas y la iglesia. Intentamos guiarnos por la idea de dejar que la comunidad musulmana yao se comprenda a sí misma. Somos parte de la familia de Dios. No imponemos. La iglesia trabaja unida.” 

    “Soy el testimonio vivo de la iglesia y de cómo los anabautistas viven con otras personas. Si yo no pudiera crecer de esta manera, sería difícil vivir en una comunidad musulmana. Procuro la paz. Comparto el evangelio de la paz.” 

    Las iglesias anabautista-menonitas de Malaui proclaman el evangelio con valentía y a la vez ofrecen ayuda y socorro, tanto a los miembros como a la comunidad. 

    Hay dos iglesias miembros del CMM en Malaui: Mpingo Wa Abale Mwa Kristu (Hermanos en Cristo) y la Iglesia de los Hermanos Menonitas de Malaui. En sus inicios, ambas fueron promovidas por evangelistas africanos. 

    Mpingo Wa Abale Mwa Kristu: como el llamado macedónico 

    Un pequeño grupo comenzó a reunirse para orar en 1983, en Blantyre. Se dieron cuenta de la presencia de la Iglesia de los Hermanos en Cristo (BIC, por sus siglas en inglés) en Zimbabue y quisieron vincularse con ella. Al orar, sintieron la inspiración de escribir una carta, invitando a los líderes de Zimbabue a visitarlos. 

    La iglesia BIC de Zimbabue recibió el llamado. En 1984, enviaron a los pastores Philemon M. Khumalo y Bekithemba Dube junto con sus familias. 

    Una comunidad comenzó a reunirse en Ndirande, un suburbio de Blantyre, el centro industrial y urbano del país. Pronto se estableció una segunda iglesia en Zombe. La iglesia fue inscripta oficialmente en 1986. 

    Los primeros líderes fueron Sani Selamani Chibwana, que convocó a los primeros amigos; Melawrie Fred Mbamera asumió la presidencia y Efraín Disi era el secretario. 

    La iglesia ha crecido y hoy cuenta con 75 congregaciones en las regiones del sur y centro del país. Está conformada por personas que integran varios grupos étnicos. 

    La iglesia tiene ministerios para jóvenes y mujeres. Hay proyectos de evangelización, ministerios para personas afectadas por el VIH/SIDA y otros ministerios de compasión. 

    La iglesia desarrolla plenamente su identidad anabautista promoviendo la paz y amándose unos a otros. Procuran vivir como Cristo nos enseñó en Mateo 5. “Necesitamos a Jesús ya que Dios es amor. Esto demuestra nuestra verdadera identidad”, afirma Madalitso. 

    Cuando los miembros de la iglesia se acercan con el evangelio y descubren que hay necesidades físicas, ellos ayudan a las personas: orando, acompañándolas, apoyándolas en procura de sanación o recursos. 

    También brindan enseñanzas de la Biblia y una comprensión cabal de la necesidad de tener fe en Cristo Jesús, no en falsas doctrinas. 

    “Podemos acercarnos a las personas no sólo por una vía sino también por doble vía: atender los aspectos espirituales e incluso los físicos”, dice Madalitso. 

    “Estamos presentes. Somos sal y luz, satisfaciendo sus necesidades como personas integrales por medio de un evangelio holístico”, él dice. 

    Desafíos 

    La pandemia fue sólo uno de los principales desafíos que afectó a la iglesia BIC en Malaui. El VIH/SIDA continúa separando a las familias. Es tan solo recientemente que ha disminuido una epidemia de cólera. El cambio climático provoca sequías y condiciones climáticas adversas. Hace poco, el ciclón Freddy arrasó el país, destruyendo viviendas, edificios de iglesias y arrasando jardines y cultivos, lo que resultó en la pérdida de pastores, miembros de iglesias y vecinos. La escasez de alimentos implicará precios más altos. La iglesia está orando sobre la manera de ayudar cuando no haya cosechas. 

    Pero la iglesia BIC no sólo se fija en los desafíos. Hay esperanza. 

    “Somos el intercesor en quien Dios ha confiado para dar amor a quienes no reciben amor”, dice Madalitso Blessings Kaputa. 

    “Aunque en la actualidad tengamos problemas de salud, la iglesia está presente para dar esperanza. 

    “Incluso ante desafíos como el cambio climático: Jesús nos brinda esperanza”, dice Madalitso. 

    Bautismo: un momento de alegría 

    “Si fuera como una taza de té, se le añadiría mucha azúcar a fin de demostrar que hay alegría”, dice Madalitso Blessing Kaputa, sobre un reciente evento de bautismo. 

    El bautismo en Malaui, un país mayormente rural, se realiza principalmente en los ríos o en el lago. 

    La mayor parte del tiempo hay un grupo numeroso de personas de pie, mirando y celebrando juntas. 

    Es un momento de hermandad, por eso a menudo hay comida. 

    Nada sucede sin el canto. Cantar forma parte de nuestra alegría. 

    A veces el bautismo se realiza después de meses o años de estudio. Pero otras personas se despiertan y dicen, “¡vamos!” y luego pasan a comprender su bautismo. En definitiva, no es el bautismo lo que trae la salvación sino lo que sucede en su corazón. 

    —Madalitso Blessing Kaputa, evangelista de la Iglesia de los Hermanos en Cristo de Malaui. 

    Leaders at the MBCM annual general conference.
    Líderes en la convención general anual de MBCM. Foto: Lyson Makawa

    Iglesia de los Hermanos Menonitas de Malaui: multiplicar iglesias 

    En 2009, un hombre proveniente de la República Democrática del Congo, estaba en el campo de refugiados de Dzaleka en el distrito de Dowa, Malaui, y vio la necesidad de fundar una iglesia. Safari Mutabesha Bahati (RDC), Onesime Kabula (Ruanda), Charles Isaiah, Chiza Sedata, Gems Mariamungu, Gemeya y sus familias fundaron una iglesia, que empezó a crecer. Se unieron personas de la República Democrática del Congo, Burundi, Etiopía, Ruanda, que hablaban francés, inglés, suajili, y otras personas más fueron participando. 

    Su fervor evangelístico los llevó más allá de los límites del campamento para fundar iglesias entre los malauíes locales. 

    Hoy en día, existen dos congregaciones en el campamento y hay sesenta que están dispersas por las zonas rurales del país densamente poblado. 

    La estrategia es que una congregación debería establecer otra congregación. Estas se constituyen en centros de entre siete y doce congregaciones en torno a un centro misionero, dirigido por un pastor principal, quien rinde cuentas al ejecutivo. Con este rápido crecimiento, no todas las congregaciones tienen un pastor capacitado formalmente. Pero tres veces al año, los pastores se reúnen durante una o dos semanas para recibir capacitación a través de los talleres de Capacitación en Liderazgo Misional de la Comunidad Internacional de Hermanos Menonitas (ICOMB, por sus siglas en inglés). 

    Existen fuertes vínculos de solidaridad regional y cultural en la sociedad de Malaui. La iglesia de los Hermanos Menonitas (HM) procura vencer las barreras. “En la iglesia existen todos estos grupos: nuestro lenguaje radica en que Jesucristo es nuestro líder. Lo que nos une es el evangelio”, dice Lyson Makawa. 

    Los HM se esfuerzan por fundar iglesias holísticas. La evangelización y el discipulado son prioridades. “Creemos en fomentar la formación de las personas que recién se han acercado a Jesucristo para que puedan crecer en madurez”, dice Lyson Makawa. Se anima a los nuevos creyentes a asistir a clases durante al menos un mes a fin de aprender los conceptos básicos antes del bautismo. 

    “También creemos en la fundación de iglesias por medio de la cual se lleve adelante el empoderamiento espiritual y también físico.” 

    Un ejemplo es el proyecto de costura que se inició en el campo de refugiados. A las mujeres se les enseña a coser artículos para la venta, y así puedan tener una fuente de ingresos. 

    Otro proyecto es la promoción de un sistema de agricultura con kits de baldes, en que el agricultor recibe una herramienta de riego y semillas para plantar hortalizas. 

    La iglesia también ha puesto en marcha una incubadora para polluelos para que los pastores críen pollos a fin de obtener alimento e ingresos. 

    Desafíos 

    Los pastores enfrentan muchas dificultades, desde la falta de educación y los viajes entre aldeas, hasta mantener a sus familias con pocos ingresos. Sus congregaciones esperan de ellos apoyo espiritual mientras que sus familias buscan apoyo financiero. 

    Aunque la mayoría de los pastores son hombres, hay una mujer que se desempeña como pastora. Hasta el 70 por ciento de los miembros de la iglesia son mujeres. Aunque las diferencias en las prácticas de fe entre esposos y esposas pueden causar problemas matrimoniales, a veces los problemas matrimoniales llevan a las mujeres a buscar alivio en la iglesia. 

    La iglesia HM no se libró de los efectos del Ciclón Freddy. Está centrando sus esfuerzos de ayuda en las personas mayores, las personas con discapacidades y aquellas que de otro modo no pueden mantenerse a sí mismas. 

    Reuniones de adoración 

    Una reunión del domingo a la mañana comienza con una oración, seguida de unos treinta minutos de enseñanza. Sigue el canto en varios momentos: alabanza animada con danza, adoración más contemplativa y presentaciones del coro. Durante la siguiente hora hay una predicación de la Palabra de Dios por el pastor o un anciano de la iglesia, o incluso de un pastor de otra iglesia. Después se recoge la ofrenda, seguida de la bendición. 

    Las congregaciones también pueden realizar cultos entre semana durante alrededor de una hora. 

    Las reuniones centradas en la enseñanza de la Palabra de Dios se llevan a cabo los miércoles, a partir de las 15 hs. 

    Las mujeres suelen reunirse los jueves. Estas son ocasiones para realizar tareas como decorar la iglesia o animarse unas a otras. 

    Los sábados hay reuniones para oraciones de intercesión. “Tenemos un Dios que responde a nuestras oraciones”, dice Lyson Makawa. 

    —Lyson Makawa, coordinador de desarrollo de líderes y capacidades de la Iglesia de los Hermanos Menonitas de Malaui. 

    Relaciones con otras iglesias 

    “Creemos que pertenecemos a la familia más amplia de anabautistas”, dice Lyson Makawa. “Pertenecer a las mismas raíces nos une.”  

    Las iglesias anabautista-menonitas de Malaui están vinculadas al cuerpo más amplio de Cristo en todo el mundo, así como entre sí. Tanto la iglesia ‚ÄòBIC‚Äô como la iglesia HM se relacionan con el Comité Central Menonita y trabajan en conjunto. 

    Los Hermanos Menonitas también han colaborado en el país con un grupo anabautista-menonita conservador en la publicación de material evangelístico. 

    Se sigue manteniendo una relación entre las iglesias BIC de Malaui y Zimbabue: A menudo se invita a zimbabuenses a las convenciones de las iglesias de Malaui, que en ocasiones brindan enseñanzas. Una delegación de mujeres de Malaui visitó Zimbabue en un proyecto educativo. 

    Siguiendo el ejemplo de su iglesia madre, la iglesia BIC de Malaui también está evangelizando en nuevas regiones. Se está llevando a cabo una planificación estratégica para llegar a la parte norte del país y también al vecino país de Mozambique. “La misión está en nuestros corazones”, dice Madalitso Blessing Kaputa. 

    Y la relación con otros organismos eclesiales les recuerda a las hermanas y los hermanos de Malaui que no están solos. “Lo que sea que esté sucediendo en el CMM, concierne incluso a la iglesia de Malaui. No lo damos por sentado: somos una familia”, dice Madalitso.  


    Correo 38.4

  • ¡Estás invitado! Únete a nosotros en Polinizadores Climáticos, una serie de seminarios web sobre el cuidado de la creación. Ver más abajo. 


    De enero a abril es la temporada de lluvias en Guayaquil, ciudad portuaria de la costa de Ecuador. Pero el año pasado, dice Sara Noemí Viteri Moreno, persona miembro de la Iglesia Jesús el Buen Pastor (menonita) de Guayaquil, apenas llovió. 

    Sara Noemi Viteri Moreno es ingeniera medioambiental y ayuda a dirigir el programa juvenil de su iglesia. 

    “Ha dejado de llover como antes”, ella dice, “y eso hace que haga más calor”. Sospecha que estas tendencias están relacionadas con algo más: la disminución de la cubierta arbórea en la ciudad. 

    “Cerca de la iglesia había unos árboles muy antiguos”, dice Sara Noemi Viteri Moreno. Pero hace unos cinco años, el ayuntamiento los removió.  

    Desde entonces, hay menos sombra y el aumento del calor es notable, dice Sara Noemi Viteri Moreno. No son sólo esos árboles. Por toda la ciudad se han talado árboles a medida que aumenta la población. “Esos árboles traían la lluvia a esta zona”, dice ella. 

    Con más de tres millones de habitantes, Guayaquil es la ciudad más grande de Ecuador, y está en constante crecimiento. Muchas de las personas recién llegadas son ecuatorianas procedentes de zonas rurales, pero la ciudad también ha ido recibiendo un número creciente de personas refugiadas de fuera del país, principalmente de Venezuela. 

    Desde el 2015, Ecuador ha recibido a más de 500,000 personas refugiadas que huyen de la agitación política, la violencia, la pobreza y, la inseguridad económica y social en Venezuela. En Guayaquil, muchas acaban viviendo junto a los ríos, bajo los puentes y en parques.  

    La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) , describe el cambio climático como un multiplicador de amenazas. Empeora las presiones sociales, económicas y medioambientales, provocando agitación social y posiblemente incluso conflictos violentos”. 

    La inmigración de personas refugiadas de Venezuela hace que destinos como Guayaquil estén cada vez más abarrotados. La gente tala los bosques y construye cerca de los ríos. Esto provoca problemas como derrumbes de tierra e inundaciones, dice Sara Noemi Viteri Moreno. 

    En la iglesia, “no somos muy conscientes de lo que está pasando”. 

    Sin embargo, se está apoyando a las personas refugiadas venezolanas. A lo largo de los años, el edificio de la iglesia ha servido de hogar temporal a familias en busca de trabajo y vivienda. Los feligreses han proporcionado a las personas recién llegadas colchones para dormir, alimentos para comer y ropa para vestir. 

    “La migración significa que hay más gente en un mismo lugar”, dice Sara Noemí Viteri Moreno. “Ya no hay lugares donde establecerse”. 

    “Esto forma parte del cambio climático. Es uno de los problemas por los que podemos empezar”. 

    —Sierra Ross Richer es miembro de la ‘Waterford Mennonite Church’, Goshen, Indiana, EE.UU. Es pasante en la ‘Anabaptist Climate Collaborative’. Historia de la ‘Lent Climate Pollinator Series: Global Anabaptist Stories on Climate Change’ de la ‘ACC’ (por sus siglas en inglés) se reimprime con autorización. 

    Haga clic aquí para ver las grabaciones de seminarios anteriores: 

    ¡Estás invitado! Únete a nosotros en Polinizadores Climáticos, una serie de seminarios web sobre el cuidado de la creación.

    Los miembros del Grupo de Trabajo sobre el Cuidado de la Creación del CMM de cada región organizarán una hora de narraciones, preguntas y respuestas. Los miembros de la iglesia de todo el mundo compartirán cómo les afecta el cambio climático y cómo responderán con acción resiliente y esperanza evangélica.  

    Otros artículos para el seminario web sobre América Latina

    Cada seminario web se llevará a cabo el martes a las 14:00 UTC (haz clic aquí para encontrar la hora en tu región). Haga clic aquí para inscribirse:

  • La Conferencia de los secretarios de las Comuniones Cristianas Mundiales se reunió en el Instituto Ecuménico del Consejo Mundial de Iglesias en Bossey, Suiza, del 30 de octubre al 3 de noviembre del 2023. 

    Para fomentar el entendimiento mutuo y familiarizar a las personas participantes con las áreas de trabajo de cada una, cada comunión presentó un informe. En las oraciones de la mañana y de la tarde se reflexionó sobre las guerras y los conflictos violentos que están aconteciendo en el mundo actualmente. Las personas participantes también recibieron tours guiados al Centro Ecuménico y a las Naciones Unidas. 

    “Al escuchar lo que Dios está haciendo en cada comunión mundial, identificamos desafíos comunes y tendencias actuales en la iglesia cristiana”, dice César García, secretario general del Congreso Mundial Menonita y presidente de la reunión. 

    “Al orar unos y por otros, alimentamos nuestro compromiso de seguir a Cristo”. 

    “Al profundizar en nuestras relaciones, somos testigos del don de la unidad en medio de la diversidad y de la diferencia, un testimonio tan necesario en las actuales circunstancias mundiales”, afirma César García. 

    El Rev. Dr. Ganoune Diop, actual secretario de la Conferencia de los secretarios de las Comuniones Cristianas Mundiales y director mundial de asuntos públicos y libertad religiosa de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, afirma: “Esta única reunión anual es un espacio en el cual distinguidas personas en el liderazgo de las comuniones cristianas mundiales entablan diálogos bilaterales y multilaterales, cada comunión compartiendo en sus propios términos sobre su vida eclesiástica y trabajo como testigos de la soberanía del Dios trino y de su propósito final de reunir al mundo entero (oikumene) bajo el señorío de Cristo”. 

    Cada año, desde 1957 (excepto 1960, 1961 y 1975), la Conferencia de los secretarios de las Comuniones Cristianas Mundiales reúne a representantes de diversas tradiciones cristianas. El Consejo Mundial de Iglesias fue anfitrión de la reunión en el 2023. 

    “Este grupo no firma resoluciones, no participa en una planificación estratégica común ni en un plan de acción. El enfoque se centra en las relaciones, en ser más que en hacer cosas juntos”, afirma el Rev. Dr. Ganoune Diop. “Relacionarnos nos ayuda a disipar prejuicios y a centrarnos en nuestra respectiva participación en lo que Dios está haciendo en el mundo”. 

    WCC news release with permission to reprint

  • 5 consejos para reducir la ansiedad  

    Desde guerras hasta desastres climáticos y una recuperación económica post pandémica más lenta de lo esperado, el 2023 ha sido un año desafiante. Mientras navegamos por estos acontecimientos mundiales y reflexionamos sobre su impacto en nuestras vidas, se acerca la Navidad. ¿Cómo acogemos las festividades inminentes (las cenas, las obras de teatro en la iglesia, las decoraciones festivas) cuando el mundo que nos rodea parece desmoronarse? ¿Cómo expresamos gratitud por la salvación cuando la muerte y la destrucción aparecen constantemente en nuestras pantallas? 

    Virgo Handojo, profesor de psicología en la Universidad Bautista de California y pastor de Jemaat Kristen Indonesia (JKI) Anugerah en California, Estados Unidos señala que, “este año ha traído una multitud de factores estresantes. Los factores estresantes pueden percibirse como amenazas, eventos neutrales u oportunidades de crecimiento: un desafío. Estos se vuelven abrumadores cuando se ven como amenazas a nuestra existencia, haciéndonos perder la perspectiva de lo que realmente importa”. 

    Para aliviar la ansiedad provocada por factores estresantes, Handojo comparte cinco consejos: 

    1. Distinguir entre lo que podemos y lo que no podemos controlar, y luego formular elementos procesables. 

    Priorice y realice cambios en las cosas que puede controlar, mientras ajusta las expectativas para los factores que escapan a su control. Aunque detener los desastres climáticos puede estar fuera de nuestro alcance, lograr un impacto positivo en nuestro microambiente (nuestros hogares, vecindarios o incluso contactar a funcionarios electos) está a nuestro alcance. 

    2. Establecer una rutina. 

    La incertidumbre añade estrés y puede provocar ansiedad. Desarrollar patrones regulares (como horarios de comida consistentes, horarios regulares de trabajo o escuela, ejercicio diario con el mismo grupo, tiempos de oración familiar y estudio bíblico semanal) ayuda a recuperar una sensación de control. 

    3. Especificar los factores estresantes. 

    La ansiedad surge de pensamientos irracionales; una anticipación que carece de claridad, especificidad y realidad la vuelve abrumadora. Al asignar un nombre al factor estresante, como identificar un aspecto concreto de una condición macroeconómica (por ejemplo, un aumento en las tasas de interés), podemos comenzar a elaborar estrategias y encontrar soluciones. 

    4. Bajar el volumen del mundo. 

    Esto puede implicar apagar la televisión, tomar un descanso de las redes sociales o establecer límites con las personas que contribuyen a sus preocupaciones, al menos hasta que haya desarrollado mejores mecanismos para afrontarlas. Esté en contacto con sus pensamientos internos, aquí y ahora. 

    5. Buscar ayuda. 

    Hablar con una persona de confianza puede resultar de gran ayuda. El simple hecho de ser escuchados puede asegurarnos que no estamos solos. Si compartir las cargas entre amigos no proporciona alivio, es una indicación de que puede ser necesaria ayuda profesional para evitar que la ansiedad se apodere de nuestras vidas y de nuestra alegría. 

    Virgo Handojo, además añade que “vivir en este mundo significa experimentar emociones tanto positivas como negativas. No conoceremos la felicidad sin haber experimentado la tristeza, ni el consuelo sin dolor. Lo que debemos recordar es que podemos entregar nuestras mentes y pensamientos a la mano de Dios, confiando en que Dios tiene el control”. 

    “También tenemos promesas de que Dios conoce nuestras necesidades, se hará cargo de ellas y estará con nosotros tanto en los días buenos como en los malos. Mateo 6:25-34, que aborda la preocupación y la ansiedad, enfatiza buscar primero el reino de Dios y su justicia, con la seguridad de que todas las demás cosas también serán provistas”. 

    La presencia y guía de Dios, tanto en los buenos como en los malos tiempos, son los regalos celestiales por los que podemos estar agradecidos en esta Navidad. 

  • El Congreso Mundial Menonita lamenta la pérdida de John A. Lapp, quien falleció el martes 7 de diciembre de 2023, a los 90 años de edad.

    John A. Lapp fue coordinador y coeditor del Proyecto de Historia Menonita Mundial del CMM. De 1997 a 2012, él y C. Arnold Snyder documentaron la plantación y el crecimiento de iglesias anabautista-menonitas en el mundo. También, trabajó con líderes anabautista-menonitas en cada país en la investigación, redacción y edición de cinco libros, uno para cada región continental. Aunque los libros tienen más de una década, las historias continúan instruyendo e inspirando. Arli Klassen, coordinador de los representantes regionales del CMM, expresa que “este fue su gran proyecto de jubilación y un gran regalo para el CMM y sus iglesias miembros”.

    John A. Lapp enseñó historia en Eastern Mennonite University) (1956-1969), se desempeñó como decano académico y luego rector en Goshen College (1972-1984), se desempeñó como director ejecutivo del Comité Central Menonita de 1985 a 1996 y fue honrado como director ejecutivo emérito en 2006. Durante su mandato, fomentó la relación del CCM con el CMM y jugó un papel decisivo en la “donación de jubileo” de $600 000 del CCM que se utilizó para iniciar el Fondo de Ayuda de la Iglesia Mundial del CMM.

    Henk Stenvers, presidente del CMM, cuenta “lo recuerdo como un hombre gentil, de voz suave y amable. Fue un honor conocerlo y continuar con su pasión para dar a conocer el impacto que ha tenido el movimiento anabautista en todo el mundo”.

    César García, secretario general del CMM, dice “el impacto positivo de John A. Lapp en nuestra iglesia global es enorme. Su ministerio como historiador, administrador de la iglesia y coordinador del Proyecto de Historia Menonita Mundial para el Congreso Mundial Menonita seguirá iluminando el camino de muchos de nosotros. “Los hombres sabios, los que guiaron a muchos por el camino recto, brillarán como la bóveda celeste; ¡brillarán por siempre, como las estrellas” (Daniel 12:3)”.

    A John A. Lapp le sobreviven su hijo John F. (Sandra Shenk) Lapp, sus hijas Jennifer (Robert) Lerch y Jessica W. (Phil Hertzler) Lapp; seis nietos; 2 bisnietos.

    Haga clic aquí para leer los 5 volúmenes del proyecto de historia.

  • La Tierra en toda su diversidad, vitalidad y abundancia es un don que ha sido eclipsado por el abandono, la explotación y el consumo insostenible.

    Los valores anabautistas, por el contrario, nos llaman a la mayordomía (cuidado atento), sencillez y dignidad de todas las personas creadas a imagen de Dios. En nombre del Congreso Mundial Menonita, el Grupo de Trabajo de Cuidado de la Creación (CCTF por sus siglas en inglés) se ha sumado al llamado interreligioso para un Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles. 

    “Para ser buenos guardianes de nuestra casa común, debemos actuar y eliminar gradualmente la producción de combustibles fósiles”, se afirma en la carta interreligiosa. 

    Se exige a los gobiernos que diseñen un plan global vinculante para 

    1. Poner fin a la expansión de cualquier nueva producción de carbón, petróleo o gas. 
    2. Eliminar progresivamente la producción actual de combustibles fósiles de manera justa y equitativa. 
    3. Garantizar una transición global justa hacia el 100% de acceso a la energía renovable a nivel mundial. 

    La carta, dirigida a los gobiernos nacionales de alrededor del mundo, se envió por primera vez a los líderes mundiales en la COP27. (Conferencia de las Partes de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2022 en Sharm El Sheikh, Egipto). Este llamado, iniciado en 2015 por los países insulares del Pacífico cuyas fronteras se están reduciendo rápidamente por el aumento del nivel de los océanos, intenta impulsar a las naciones a abordar la producción de petróleo, gas y carbón y negociar una transición justa hacia las energías renovables. 

    “Es importante que los anabautistas hagamos oír nuestra voz en apoyo de acciones para cuidar el planeta”, expresa Doug Graber Neufeld, presidente del Grupo de Trabajo de Cuidado de la Creación. “Alejarnos de los combustibles fósiles es una de las formas más efectivas de apoyar a nuestros hermanos y hermanas de todo el mundo cuyos medios de subsistencia se ven amenazados por el cambio climático”. 

    “Para los anabautistas del Sur Global, la producción y el uso de recursos naturales no renovables como los combustibles fósiles, el gas y el carbón plantean varios problemas éticos, incluidas nuestras responsabilidades para con las futuras generaciones. Tenemos el desafío no sólo de buscar energías alternativas sino también de garantizar que todos puedan disfrutar de la abundancia de los recursos naturales de manera justa. “Creemos que la creación de Dios puede satisfacer todas las necesidades humanas, pero no la avaricia humana”. declara Nindyo Sasongko, representante del CCTF en Asia. 

    “Toda la creación es obra del amor de Dios”, afirma Thomas R. Yoder Neufeld, presidente de la Comisión de Fe y Vida. “Apartarnos de nuestra imprudente explotación de los combustibles fósiles no sólo es beneficioso para nuestro propio interés humano, sino, lo que es más importante, la participación del amor de Dios por el mundo”. 

    “Los anabautistas creemos que los patrones humanos de avaricia, egoísmo y consumo excesivo son pecados que requieren arrepentimiento y transformación. Este es un trabajo espiritual y a la vez es un trabajo social. Este llamado a la no proliferación de combustibles fósiles pide a los gobiernos que utilicen su poder para reducir los efectos de estos pecados en los más vulnerables y en toda la humanidad”, explica César García, secretario general del CMM. 

    El CMM se une a cientos de otros grupos religiosos, desde el Movimiento Laudato Si’ (católico romano) hasta el Parlamento de las Religiones del Mundo, para pedir a los gobiernos que desarrollen e implementen un tratado de no proliferación de combustibles fósiles. 

    Haga clic aquí para …

  • Una perspectiva menonita sobre la libertad religiosa en 3 partes 

    “Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo” (Filipenses 3:20). 

    Estas palabras del apóstol Pablo son parte de una carta dirigida a una audiencia de la iglesia que probablemente incluía tanto a gentiles como a judíos. Algunos eran ciudadanos romanos y otros no. Sin embargo, Pablo identifica a todos estos cristianos, independientemente de su nacionalidad política, como ciudadanos de otro reino: el reino de Dios. 

    Una vez que decidimos seguir a Cristo, nuestra lealtad suprema cambia. Nos alejamos de cualquier otra cosa que exija nuestra obediencia y le damos lealtad a Jesús como nuestro último y único Señor. Nos convertimos en parte de una comunidad transnacional de otros que también dan su mayor lealtad a Jesús y solo a él. 

    Esa es una de las razones por las que el Imperio Romano a veces persiguió a los cristianos durante los primeros siglos de la iglesia. La iglesia afirmó el señorío supremo de Jesús, incluso por encima del emperador, lo cual era un delito castigado con la muerte. 

    Ser ciudadanos del reino de Dios nos convierte en embajadores y representantes de ese reino ante las sociedades y gobiernos donde vivimos. La ciudadanía en el reino de Dios nos otorga una nueva identidad como miembros de una comunidad transnacional. 

    En 2 Corintios 5:20 y Efesios 6:20 vemos esta misma idea de ciudadanía celestial y nuestro papel como embajadores del reino. 

    No me malinterprete. No estoy diciendo que haya algo malo en amar su cultura, su tierra, sus costumbres, su idioma y la gente donde creció. Dios no ignora ni suprime nuestra identidad cultural (ver Apocalipsis 7:9-10). 

    Pero como embajadores, nuestra lealtad exclusiva es hacia la nación de Dios y su rey, Jesús. 

    Como embajadores del reino de Dios, no creemos en líderes políticos que se presentan como salvadores porque nuestro único salvador es Jesús. 

    No apoyamos la idea de países “cristianos” porque la nación divina que representamos incluye ciudadanos de todos los idiomas y culturas y tiene embajadores en todos los reinos de este mundo. 

    La tendencia a confundir los sistemas políticos e imperios humanos con el reino de Dios ha sido un patrón trágico en la historia de la iglesia. A partir de la conversión del emperador romano Constantino en el siglo IV, los cristianos han identificado con demasiada frecuencia el reino de Dios con un imperio político. 

    Ya que el emperador apoyaba a la iglesia, la gente percibía a Constantino como un líder ungido, un Salvador que realzaría el reino de Dios en la tierra. Aprendió a utilizar símbolos cristianos para manipular la fe de los seguidores de Jesús con fines políticos. 

    Desde su reinado, muchos otros líderes políticos han gobernado en alianza con la iglesia, utilizando estrategias similares. Como resultado, muchos de los embajadores del reino de Dios perdieron el papel que les correspondía en la sociedad y terminaron apoyando políticas imperiales que contradicen las enseñanzas de Jesús. 

    Esa fue una dolorosa lección que los menonitas aprendieron desde sus inicios en el siglo XVI y a lo largo de su historia hasta el día de hoy. Entre los miles de mártires de nuestra tradición, la gran mayoría ha sido perseguida y asesinada por gobiernos de los llamados reinos o naciones cristianas. 

    Desde el principio de su historia, los menonitas vieron la necesidad de separar la iglesia del estado para garantizar la viabilidad de la misma. 

    Lamentablemente, en nuestra historia no siempre hemos mantenido esa visión. 

    En contextos como el colombiano, nuestras iglesias necesitan recuperar esta visión. A menudo, encontramos a personas hablando de Colombia como un país “cristiano” o promoviendo la aprobación de leyes que reflejan valores cristianos pero que resultan opresivas para las personas que no compartes las mismas convicciones. 

    Aunque los cristianos están llamados a promover la moralidad general en la sociedad, esto no puede lograrse imponiendo valores cristianos específicos a personas que no son cristianas, incluso si son una minoría. 

    Los valores cristianos son para los cristianos. Otros pueden practicar la moral cristiana solo cuando eso resulta de la persuasión y la conversación honesta. La práctica de los valores cristianos siempre debe abrazarse voluntariamente. La violencia surge como una respuesta natural a la opresión cuando ese no es el caso. 

    En otras palabras, la libertad religiosa es una condición para la posibilidad de una convivencia pacífica. La paz, otro valor menonita clave, está directamente relacionada con la libertad religiosa. 

    Hoy, 500 años después de nuestros inicios, la libertad religiosa sigue siendo una necesidad crucial en muchos países. La libertad religiosa sigue siendo un llamado a los cristianos que, en muchos lugares como mi país, terminan oprimiendo a las minorías en su búsqueda de poder político y privilegios. 

    Trabajar en pos de la libertad religiosa abre la puerta a la creación de nuevos mosaicos, nuevas sociedades donde personas de cada fe y de ninguna fe puedan ofrecer sus valores. Un nuevo mosaico donde a través de la conversación honesta y el consenso es posible la convivencia pacífica. 

    Este artículo de tres partes es una adaptación de una ponencia que el secretario general del CMM, César García, pronunció como orador destacado en el 9º Congreso Mundial de la Asociación Internacional de Libertad Religiosa (IRLA, por sus siglas en inglés). Partes de esta ponencia han sido extraídas del libro de César García What is God’s Kingdom and What Does Citizenship Look Like? (Herald Press, 2021). 

  • Hace algunos años, en mi congregación local en Colombia, una amiga me dijo: “Ay, César, ¡cómo te envidio! ¿Por qué?, le pregunté. “Trabajo en una empresa multinacional. Sufro mucho estrés debido a conflictos constantes y relaciones problemáticas con mis colegas y jefes. Pero tú, César, trabajas con pastores y líderes de iglesias. ¿Qué tipo de conflictos podrías tener?”  

    Sabemos que los conflictos entre líderes, la polarización y las divisiones son parte de todas las iglesias: locales, regionales, nacionales o mundiales. La ruptura de relaciones debido a desacuerdos parece ser la única opción cuando las diferencias son irreconciliables. Sin embargo, me pregunto si tiene que ser así. 

    La manera en que la iglesia maneja los conflictos debería ser distintivo de una comunidad alternativa. La iglesia es la comunidad que puede mostrarle al mundo que es posible manejar los conflictos sin división ni relaciones rotas. 

    Pero como anabautistas, sabemos que históricamente no ha sido nuestro caso. 

    Hace algunos meses leía un artículo en una revista menonita. El autor decía: “Estoy orgulloso de dejar esta iglesia ya que significa actuar con fidelidad. Ya sabes, cuando uno se ve obligado a sacrificar la doctrina o la ética, hay que irse”. 

    Por supuesto, esto es un dilema si hay que decidir entre la unidad por un lado o la doctrina o la ética por el otro. ¿Es necesario sacrificar la unidad para mantener una sana doctrina o una buena ética? Es así como hemos abordado los conflictos doctrinales y éticos en nuestra historia anabautista. Nuestra experiencia de fragmentación permanente nos ha llevado a espiritualizar la unidad o a dejarla para el más allá. 

    No obstante, el Nuevo Testamento se refiere a la unidad de los seguidores de Jesús como un don del Espíritu Santo que habrá de aceptarse, disfrutarse y mantenerse aquí y ahora (véase por ejemplo el libro de Efesios). 

    Hablar de unidad implica la existencia de diferencias y desacuerdos. 

    Por cierto, creo que la unidad y los desacuerdos no son opuestos. Tengo mis propias contradicciones. Hoy en día, no puedo estar completamente de acuerdo con todo lo que he enseñado durante mis treinta años de ministerio. Gracias a Dios puedo decir que he ido creciendo en mi vida espiritual, al seguir a Jesús y andar en sus pasos. 

    “No vivan ya según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es perfecto.” (Romanos 12:2 DHH) Renovarnos implica cambio, transformación y alguna contradicción interna con lo que solíamos creer, hacer o ser en el pasado. 

    Si los desacuerdos y las contradicciones son parte del cuerpo de Cristo, los conflictos también lo son. Esa puede ser una de las razones por la que los desacuerdos, las enseñanzas sobre el perdón y la resolución de conflictos entre discípulos son temas comunes a lo largo del Nuevo Testamento. 

    El problema, entonces, no tiene que ver con la existencia de los conflictos sino cómo los abordamos. 

    Las relaciones rotas y las divisiones no tienen por qué ser el resultado final de un conflicto. Si hay un desacuerdo profundo e irreconciliable entre los discípulos de Jesús, condenarse o excomulgarse unos a otros no es la única opción. ¿Por qué pensaríamos que nuestro hermano o hermana en Cristo no es un cristiano honesto porque no coincide con nuestra forma de pensar actual ni con nuestro grupo? 

    Los grandes desacuerdos pueden llevar a que nos distanciemos unos de otros por algún tiempo. Las posturas no reconciliadas quizá dificulten el trabajo conjunto. Pero ello no significa que debamos cuestionar el compromiso con Jesús de aquellos que no están de acuerdo con nosotros. ¿Podemos decir, “estoy totalmente en desacuerdo contigo, pero aun así respeto tu compromiso con Cristo”? ¿Podemos distanciarnos de otros creyentes sin condenarlos ni romper la relación? 

    Estas son algunas de las preguntas que quisiéramos abordar en este número de Correo. Que Dios nos guíe para encontrar respuestas bíblicas que nos ayuden a mostrarle al mundo lo diferente que es cuando abordamos los conflictos como miembros de una comunidad alternativa y por medio del poder del Espíritu Santo. Que Dios nos ayude a renovar nuestra mente respecto a cómo responder a los conflictos en la iglesia. 

    —César García, secretario general del Congreso Mundial Menonita, es oriundo de Colombia y reside en Kitchener, Ontario, Canadá.


    Correo 38.4

  • Indonesia

    La Iglesia Evangélica de la Tierra de Java (Gereja Injili di Tanah Jawa, GITJ), Indonesia, había estado en conflicto durante unos veintidós años. Esto se debió en gran parte a que un grupo (conformado por veinticuatro iglesias miembros) fue reconocido por el gobierno indonesio, mientras que el otro no (conformado por unas cincuenta iglesias).  

    Mientras duró el conflicto, muchas personas de las iglesias anhelaban la reconciliación.  

    Las iglesias invitaron al pastor Lawrence Yoder, de EE.UU., a fin de que colaborara en esta cuestión. Mediante su intervención personal se logró motivar a ambas partes para que aceptaran conversar entre sí, lo cual se dio en el marco de un retiro de pastores y una reunión del consejo general de la iglesia. 

    Luego, en 1999, cada grupo tuvo la posibilidad de enviar a un representante –Pudjo Kartiko y Hendro Soeradi– al Instituto de Verano de Constructores de Paz (Summer Peacebuilding Institute) en Eastern Mennonite University, de Harrisonburg, Virginia, EE.UU. A su regreso, comenzaron a trabajar arduamente con ambos grupos en pos de la reconciliación.  

    Con la ayuda del centro de paz de la Universidad Cristiana Duta Wacana, de Yogyakarta, las iglesias de ambos grupos decidieron reunirse para resolver sus diferencias y el conflicto resultante.  

    En dicha reunión, los dos grupos resolvieron realizar una Sesión General para procurar unificarse en un cuerpo único. Dicha Sesión habría de significar la reconciliación de los miembros del Comité Ejecutivo del Sínodo de GITJ.  

    En aquella Sesión General de 2000, se pudo definir el orden del día para un sínodo amplio de GITJ. En los siguientes dos años se esmeraron en lograr un Comité Ejecutivo del Sínodo unificado. 

    Actualmente, todas nuestras iglesias forman parte de un cuerpo único, y nos esforzamos por mantener el espíritu de unidad. 

    —Gereja Injili di Tanah Jawa (GITJ, Iglesia Evangélica de la Tierra de Java) 
    Este artículo es una reimpresión de Courier / Correo / Courrier 2004, volumen 19, número 3 


    Correo 38.4

  • Canadá

    La iglesia de los Hermanos Menonitas (HM) se originó en medio de cambios importantes entre los menonitas, en lo que entonces era el sur de Rusia. 

    Fue en 1860 que algunos miembros de la congregación menonita de Gnadenfeld, en el asentamiento de Molotschna, solicitaron a sus líderes reunirse por separado para recibir la comunión. Estos miembros no querían celebrar la comunión con aquellos que no habían experimentado la renovación y conversión pietista personal. Cuando los líderes se negaron a conceder su deseo, dichos miembros se reunieron por separado, celebraron su propia comunión y fundaron la iglesia de los Hermanos Menonitas (HM). 

    La razón para conformar la iglesia de los HM era el deseo de aquellos renovados mediante la influencia del pietismo luterano y bautista de establecer una iglesia que incluyera únicamente a personas de ideas afines. En cambio, las otras iglesias menonitas aceptaban las nuevas influencias pietistas, así como las prácticas y devociones históricas menonitas. La postura separatista de los HM y su proselitismo activo entre las iglesias menonitas crearon tensiones con dichas iglesias. 

    Después de un tiempo, algunos HM se sintieron descontentos con la brecha que había surgido entre su iglesia y la Iglesia Menonita, y encabezaron la creación de la Iglesia Menonita Allianz. Esta iglesia intentó servir de puente entre las dos, permitiendo devociones religiosas más diversas. 

    Tensiones entre las iglesias 

    La migración menonita hacia América del Norte en la década de 1870, tuvo una importancia de gran alcance. Muchos de los otros inmigrantes menonitas que habían venido de varias iglesias en Rusia, se unieron a la Conferencia General. Las tensiones que habían existido entre los Hermanos Menonitas y las otras iglesias menonitas de Rusia, ahora se trasladaban a la relación entre los HM y las iglesias de la Conferencia General. 

    En EE. UU., la iglesia de los HM continuó dirigiéndose a otras iglesias menonitas ya que la evangelización constituía su enfoque principal y tenía fácil acceso gracias al idioma alemán. Esto creó tensiones. En la década de 1880, la convención de los HM (con sede en Kansas) envió “misioneros” a la región de Winkler (al sur de Manitoba), que establecieron la primera iglesia de los HM en Canadá, lo cual generó más tensiones con las iglesias menonitas de la zona. 

    Los grupos de inmigrantes se separan otra vez 

    La inmigración de 20.000 menonitas a Canadá en la década de 1920, alrededor de un tercio de los cuales eran Hermanos Menonitas, inicialmente auguraba cambiar la dinámica entre los HM y otras iglesias menonitas. 

    La inmigración en sí misma requirió la cooperación entre grupos menonitas tanto en Canadá como en Rusia. En Rusia, el movimiento de emigración estuvo encabezado por B. B. Janz y C.F. Klassen, dos Hermanos Menonitas. En Canadá, estuvo encabezado por David Toews, presidente de la Junta Menonita Canadiense de Colonización y moderador de la Conferencia de Menonitas de Canadá, que ahora forma parte de la Iglesia Menonita Canadá. 

    Tras la inmigración, los miembros de los grupos menonitas y HM compartieron el culto en muchos lugares. Por breve período parecía que el trauma y las dificultades de la inmigración producirían la sanación de la división en la comunidad menonita. 

    Luego, sin embargo, las lealtades institucionales y denominacionales pasaron a primer plano. Los lugares de adoración dejaron de ser centros de culto comunes, y en cada comunidad se establecieron dos iglesias denominacionales. 

    Cooperación en MCC, servicio de objeción de conciencia 

    Sin embargo, también hubo ámbitos de cooperación. 

    Durante la Segunda Guerra Mundial, los Hermanos Menonitas, la Conferencia de Menonitas de Canadá y las conferencias menonitas suizas de Ontario presentaron una propuesta conjunta al gobierno federal: el servicio alternativo como su modalidad de servicio para los objetores de conciencia. 

    Posteriormente, los Hermanos Menonitas participaron en la creación del Comité Central Menonita (MCC, por sus siglas en inglés) de Canadá, en la década de 1960, y en el establecimiento de Columbia Bible College (Universidad Bíblica de Columbia) en Columbia Británica, a principios de la década de 1970. Este espíritu de cooperación continuó con el establecimiento de la Universidad Menonita Canadiense (CMU por sus siglas en inglés) en Winnipeg, en la década de 1990. 

    Entre las décadas de 1950 y 1960 se produjo el cambio de idioma utilizado en los cultos, del alemán al inglés, que permitió a los Hermanos Menonitas aceptar muchos de los énfasis del movimiento evangélico canadiense. El pietismo de los HM se transformó en evangelicalismo. Para algunos de los HM, la influencia del evangelicalismo se tradujo en vínculos más fuertes con los grupos evangélicos y una disminución del énfasis en la paz, el servicio y otros énfasis menonitas históricos. 

    Otros HM fueron influenciados por los impulsos de renovación de la “Visión anabautista”, asociada con el nombre de Harold S. Bender. En el marco de esta orientación, muchos se convirtieron en firmes promotores de cuestiones relacionadas con la paz y la justicia y apoyaron a organizaciones intermenonitas como el MCC. 

    Los Hermanos Menonitas también desempeñaron un papel importante en la creación y el apoyo a varias organizaciones de servicio intermenonita, tales como el banco de alimentos Canadian Foodgrains Bank y la sucursal canadiense de la Asociación Menonita para el Desarrollo Económico. 

    La situación actual 

    Desde los primeros años, las dos partes han avanzado hacia una relación en la que, aunque son algo diferentes, pueden aceptarse y aprender unos de otros. 

    —John J. Friesen, profesor emérito de la Universidad Menonita de Canadá. Este artículo fue adaptado de la revista Canadian Mennonite. 


    Correo 38.4

  • ¡Estás invitado! Únete a nosotros en Polinizadores Climáticos, una serie de seminarios web sobre el cuidado de la creación. Ver más abajo. 


    En un mapa de Iglesias Verdes de los Países Bajos, hay un punto verde para la congregación menonita de Aalsmeer. Otro punto representa a Arboretumkerk (anteriormente Doopsgezinde Gemeente Wageningen), situada una provincia más allá. 

    “Hace seis años, la iglesia (en Aalsmeer) pensó en (el cambio climático) y dijo: ‘tenemos que hacer algo’”, explica Leo Bakker, integrante del Comité de Sostenibilidad de ‘Doopsgezinde Gemeente Aalsmeer’. “Una de las primeras cosas que hicimos fue conectarnos a una red nacional de Iglesias Verdes”. 

    Esa red, Groene Kerken, incluye 410 iglesias en toda los Países Bajos. “Es una amplia red para todo tipo de iglesias de todas las denominaciones”, dice Leo Bakker. 

    Jan Joost Kessler, quien formó parte del grupo de trabajo sobre sostenibilidad de la ‘Arboretumkerk de Wageningen’, afirma que unirse a la Red de Iglesias Verdes fue también una parte importante de la respuesta de su iglesia al cambio climático. 

    “A la entrada de nuestra iglesia tenemos un cartel bastante grande que dice que somos una Iglesia Verde”, dice Jan Joost Kessler. “Así es fácil reconocernos”. 

    El sitio web de la Iglesia Verde ofrece una lista de medidas que las iglesias pueden adoptar. Para unirse a la red y solicitar un distintivo, las iglesias tienen que comprometerse a adoptar una nueva medida cada año. 

    Las acciones se dividen en seis categorías: creación y naturaleza; fe e inspiración; energía y clima; manejo del dinero; política y enfoque; y compras conscientes. Cuando una iglesia completa una acción en una de estas categorías, recibe un distintivo en el sitio web. 

    Entre las medidas adoptadas por la congregación de Aalsmeer figuran el cálculo de la huella de carbono de la iglesia, el cambio a fuentes de energía renovables, la organización de actos educativos, la publicación de un boletín con consejos de sostenibilidad, el uso de productos de limpieza no tóxicos y la organización de servicios “verdes” todos los años. 

    Arboretumkerk ha mejorado el aislamiento del edificio, ha instalado ventanas de doble acristalamiento, se ha comprometido a comprar productos de comercio justo y ha invertido su dinero en industrias responsables. 

    Cada dos años, las Iglesias Verdes de los Países Bajos se reúnen para conectar y para compartir historias. 

    “Es muy útil porque hay mucho intercambio y aprendizaje e inspiración”, afirma Jan Joost Kessler, que suele asistir a los eventos. 

    Ese es el objetivo de la red. 

    “Las Iglesias Verdes contagian a otras iglesias”, se puede leer en una declaración en el sitio web. “Ellas lideran el camino de la coexistencia alegre y sencilla y también suman a otras”. 

    —Sierra Ross Richer es miembro de la ‘Waterford Mennonite Church’, Goshen, Indiana, EE.UU. Es pasante en la ‘Anabaptist Climate Collaborative’. Historia de la ‘Lent Climate Pollinator Series: Global Anabaptist Stories on Climate Change’ de la ‘ACC’ (por sus siglas en inglés) se reimprime con autorización. 

    Haga clic aquí para ver las grabaciones de seminarios anteriores: 

    ¡Estás invitado! Únete a nosotros en Polinizadores Climáticos, una serie de seminarios web sobre el cuidado de la creación.

    Los miembros del Grupo de Trabajo sobre el Cuidado de la Creación del CMM de cada región organizarán una hora de narraciones, preguntas y respuestas. Los miembros de la iglesia de todo el mundo compartirán cómo les afecta el cambio climático y cómo responderán con acción resiliente y esperanza evangélica.  

    Otros artículos para el seminario web sobre Europa (en inglés)

    Cada seminario web se llevará a cabo el martes a las 14:00 UTC (haz clic aquí para encontrar la hora en tu región). Haga clic aquí para inscribirse: