Oraciones de gratitud e intercesión

  • “Vayan, pues, a las gentes de todas las naciones, y háganlas mis discípulos; bautícenlas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.”

    En Renovación 2027, Transformados por la Palabra: leer las Escrituras desde una perspectiva anabautista, en Augsburgo, Alemania, 12 de febrero de 2017, el Comité de YABs (Jóvenes Anabautistas) reflexionó sobre Mateo 28,19–20 desde sus perspectivas locales. Las columnas de esta sección se adaptaron en base a sus presentaciones.


    Al acercarnos al quincentenario del anabautismo, parece oportuno que abordemos el Gran Mandato renovando nuestra visión y fervor. Después de todo, este Mandato fue central a la vida y misión de los primeros anabautistas durante la Reforma. Desde el principio, la predicación evangelizadora fue una fortaleza del anabautismo junto con el discipulado práctico y eficaz, y destacando la vida en comunidad.

    En Estados Unidos, el cristianismo se ha adormecido respecto al llamado de Cristo a “formar discípulos de todas las naciones”. Los cristianos del Sur global vienen a evangelizar a Occidente. Los cristianos blancos ya no son mayoría; las personas que nunca escucharon el evangelio están yendo a lugares que se consideran “cristianos”, en vez de que los misioneros estén acercándose a los que aún estén excluidos.

    Actualmente, sin abandonar sus propias ciudades, todos los creyentes pueden amar y servir a inmigrantes y a estudiantes internacionales que quizá nunca hayan escuchado el evangelio.

    Amenazas a la fe

    En mi opinión, las dos amenazas más grandes al cristianismo norteamericano son el pluralismo y el materialismo. ¿Jesús es el único camino? ¿Jesus es lo más valioso de este mundo? Al vivir en una sociedad individualista y materialista comparativamente rica y cómoda, he luchado para hallar mis respuestas. Pero, creo que mientras más nos responda nuestro corazón que “sí”, tanto más nos sentiremos atraídos con alegría a la misión.

    En una sociedad pluralista, multicultural y secular, nos hemos vuelto más sensibles al proselitismo, y tendemos a considerar la fe como algo personal y privado. La gente piensa que las creencias individuales pueden ser correctas y a la vez diferentes, en la medida en que no menoscaben el bienestar de los demás. Las “misiones” se han convertido en un tabú para mi generación, casi sinónimo de imperialismo y colonización occidental.

    Todos nosotros tenemos creencias limitadas acerca de Dios y de cómo vivir una vida santa. A lo largo de los años mi crianza menonita ha sido cuestionada y puesta a prueba al interactuar con cristianos de otros trasfondos, y también con musulmanes, hindúes y ateos. Personas de otras culturas entienden mejor que nosotros ciertas cosas sobre Dios. Sin embargo, pese a nuestras diferencias, el mensaje de Jesús sigue siendo el mismo: “Yo soy el camino, y la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí” (Juan 14,6).

    ¿Cómo podemos pretender saber la verdad absoluta? La respuesta a esta pregunta yace en nuestra relación con una persona, y no en conceptos o valores morales. Debemos presentar a Jesús humildemente sin limitar su mensaje a nuestras propias tradiciones y bagaje culturales.

    Juntos en el camino

    Lo que más me ha animado es la promesa de Jesús de acompañarnos en este camino. No podemos cumplir su llamado por nuestra cuenta. “Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre que me envió”, dijo Jesús (Juan 6,44). Compartir el evangelio con los demás por medio de palabras y acciones tiene que ver con si creemos que Jesús sea quien dice ser. ¿Creemos que sea el Hijo de Dios, la plenitud de la vida en la tierra y para la eternidad? ¿Creemos que el don de conocerle sea más grandioso que todo lo demás?

    Es obra del Espíritu Santo conmover el corazón de la gente y condenarla, atrayéndola al Padre. Nuestra labor, como embajadores de Cristo, es que seamos fieles a su llamado. Es posible que nos hayamos vuelto demasiado complacientes en nuestra fe, pero nuestro Dios soberano sigue atrayendo a la gente hacia él. ¿Prestaremos atención a la siguiente advertencia de Pablo?: “…Ahora bien, ¿cómo invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? (Romanos 10,13–15)

    Dios sigue revelándose a quienes le busquen de todo corazón (Jeremías 29,13). Dios no nos necesita, pero si estamos dispuestos, obra a través de nosotros. Nuestra elección es permitir que se valga de nosotros para encaminar a la gente a su glorioso reino.

    —Larissa Swartz, miembro del Comité de YABs (Jóvenes Anabautistas), pertenece a Christian Fellowship, una iglesia de la Conferencia Menonita Conservadora de Ohio, EE.UU.

    Este artículo apareció por primera vez en Correo/Courier/Courrier en octubre de 2017.

  • “Vayan, pues, a las gentes de todas las naciones, y háganlas mis discípulos; bautícenlas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Por mi parte, yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.”

    En Renovación 2027, Transformados por la Palabra: la lectura de las Escrituras desde una perspectiva anabautista, en Augsburgo, Alemania, el 12 de febrero de 2017, el Comité de YABs Jóvenes Anabautistas) reflexionó sobre Mateo 28,19–20 según las perspectivas locales. Las columnas de esta sección se adaptaron de acuerdo a sus presentaciones.


    Me crié en Zimbabwe, en el sur de África, donde el cristianismo se introdujo a mis antepasados junto con la civilización y el comercio. En este contexto, nunca sentí la obligación de transmitir el mensaje de Cristo a persona alguna.

    El Gran Mandato era para la élite, aquellos que habían sido “llamados” para ello. Como miembro del cuerpo de Cristo, sencillamente tenía que acabar con el pecado, leer la Biblia, orar y esperar para entrar al cielo. Difundir el mensaje era la obligación de quienes habían llevado el cristianismo a nuestras iglesias en Zimbabwe. El misionero era una persona cuya piel era más clara que la mía; que hablaba un idioma que se consideraba superior al mío porque no tenía chasquidos; y que había llegado desde muy lejos. Nunca se me ocurrió que fuera necesario que un hombre negro o una mujer negra tuvieran siquiera que pensar en ser misioneros.

    Un mandato a seguir

    Hoy día, me doy cuenta de que una vez que te arrepientes, tienes que cumplir una obligación y adherirte a un mandato, es decir, hablar a los demás de Jesús.

    Como cristianos, una vez que empezamos a seguir los pasos de Jesucristo, deseamos también amar como él, vivir como él, y sobre todo, compartir acerca del reino de Dios precisamente como lo hacía él cuando anduvo en esta tierra. Nuestro deber es ayudar a los que están perdidos, presentándoles a Jesús para que él los pueda salvar.

    A mi entender, Mateo 28:19 se centra en el hecho de que el Gran Mandato es para todos los que siguen a Jesucristo. Y este mandato es decisivo para la extensión del reino de Dios.

    Formar discípulos

    Formar discípulos tiene que ver con una serie de acciones que nos convoca a salir de nuestra rutina. Implica ir más allá de lo que estamos acostumbrados. A veces tendremos que acercarnos a extraños y contarles de Jesucristo. En mi país, la recepción varía. Si intentas compartir individualmente el mensaje de Cristo, te podrían confundir con un ladrón o alguien que no tiene nada importante que hacer. En mi contexto, podrías compartir el mensaje de Cristo en campañas de evangelización o programas de divulgación en las que la respuesta es generalmente positiva.

    Formar discípulos significa también que los seguidores de Cristo no sean selectivos respecto a aquellos con quienes comparten. El evangelio es para todos. No existe la segregación cuando se trata del mensaje de Cristo, ni para quienes lo compartan ni para quienes lo reciban: Jesucristo nos instruyó que fuéramos y formáramos discípulos de todas las naciones. Independientemente de su raza, tribu, idioma, género o edad, nunca se es demasiado joven ni demasiado anciano para hablarle a alguien de Cristo.

    Nuestra percepción de los demás y nuestra visión de su mundo jamás debería afectar nuestra decisión en cuanto a si merecen recibir el mensaje de Cristo. No puedes ser nunca suficientemente bueno ni demasiado malo para recibir la gracia de Dios: es un don. El Espíritu Santo transformará a cada persona en tanto transite el camino personal de la fe.

    En tanto andas por la faz de la Tierra, ¿adhieres al mandato de Cristo? Una vez que todos reconozcamos que se trata de una cuestión de vida eterna y castigo eterno, seremos firmes en nuestro empeño por formar discípulos, a fin de contarles de Jesucristo a tantas personas como podamos. Si estás siendo selectivo respecto a quién o dónde predicarás el mensaje de Cristo, piensa detenidamente y ora, dado que el reino de Dios está abierto a todos.

    —Makadunyiswe Ngulube, miembro del Comité de YABs (Jóvenes Anabautistas), pertenece a la Iglesia de los Hermanos en Cristo Mount Pleasant, una congregación de Ibandla Labazalwane kuKristu eZimbabwe en Harare, Zimbabwe.

    Este artículo apareció por primera vez en Correo/Courier/Courrier en octubre de 2017.

  • En el siglo XVI, algunas de las mentes teológicas más brillantes de dicha época, empezaron a hacer una lectura diferente de la Biblia. El texto en sí no había cambiado, pero dada su experiencia en la Iglesia Católica Romana, el estudio que realizaron de las Escrituras y la obra del Espíritu Santo en sus vidas, comenzaron a desarrollar un nuevo entendimiento de la gracia de Dios y su libre oferta de salvación.

    Entre quienes se habían comprometido a reformar la iglesia estaban los que querían una reforma más radical de la teología y la práctica, y anhelaban restaurar la clase de comunidades descriptas en el Nuevo Testamento. Eran hombres y mujeres que eran conocidos como anabautistas. Muchos de ellos perdieron la vida por dar testimonio de un camino nuevo.

    Discípulos de Jesús

    Los primeros anabautistas hacían una lectura radical de la Biblia. Consideraban que el reino de Dios se centraba en la iglesia en vez del Estado; y creían que el cuerpo de Cristo debía dar testimonio visible a su propia ciudadanía. Se consideraban discípulos de Jesús del presente y, debido a ello, le daban una importancia especial a las enseñanzas de Jesús: a la exhortación a vivir generosamente, al llamado a amar a sus enemigos, a su incentivo a participar en la labor de sanación, justicia y esperanza de Dios. Establecieron iglesias voluntarias basadas en la confesión de fe de los adultos. Practicaban la ayuda mutua. Practicaban la disciplina de la iglesia.

    Como descendientes espirituales de dichos primeros radicales, esas ideas han influenciado nuestra tradición teológica y las prácticas de nuestra iglesia. Pero, casi quinientos años después, vivimos en un contexto muy diferente. La separación de la Iglesia y el Estado, como concepto teológico de las lealtades apropiadas, en mi contexto norteamericano, ha mutado en un concepto político, incorporado a la Constitución.

    Antiguos enemigos, organismos eclesiales que perseguían a los primeros anabautistas, ahora son hermanas y hermanos en emprendimientos comunes, tales como las iniciativas relacionadas a la misión, proyectos de desarrollo comunitario, ministerios de salud y servicios humanos, y programas educativos.

    Seguimos siendo testigos de la declinación de la cristiandad, una realidad política y cultural que privilegiaba al cristianismo, pero que también instaba –por cierto, valoraba positivamente– el consenso. Ha sido reemplazado por una sociedad cada vez más secularizada y una iglesia cada vez más secularizada.

    De nuevo una lectura radical de la Biblia

    No obstante, nuestro presente también nos exige una lectura radical de la Biblia con el espíritu de los primeros anabautistas. El texto no ha cambiado, pero los tiempos en que vivimos sí. Éstos nos llaman a comprometernos de nuevo con la Palabra de Dios y con nuestra propia tradición teológica para descubrir cómo podría brindarnos sabiduría para vivir como cristianos en el mundo, a fin de participar en la misión que invita a todas las personas a convertirse en seguidores de Jesús e hijos de Dios.

    Imaginación activa y valentía para liderar

    El anabautismo es tan necesario en el siglo XXI como lo fuera en el siglo XVI. La cuestión de la lealtad –a Dios o al Estado– no ha desaparecido. Para quienes vivimos en Estados Unidos, con su poderío militar, la tentación de depender del Estado para nuestra protección es especialmente grande.

    Nos hemos acostumbrado a nuestros privilegios. En mi contexto, enfrentamos una sociedad cada vez más secularizada, y cómo ésta impacta en la iglesia. Nos fuimos acomodando al mundo. A veces es difícil resistirnos al atractivo de la sociedad de consumo, y vivir nuestra vida con sencillez y generosidad. Lamentablemente, aun en nuestra propia tradición nos encontramos peleándonos por diferencias teológicas, en vez de unirnos para proclamar el mensaje de que Jesús salva verdaderamente, y que por medio de él, las personas y comunidades pueden transformarse.

    Hace falta una imaginación activa para poder vislumbrar las maneras en que nuestras congregaciones puedan llevar a la práctica su llamado a ser el cuerpo de Cristo, y necesitamos la valentía para liderar. La Biblia aún nos habla de estos temas.

    Descentralizar el anabautismo

    Algo más ha cambiado. Durante siglos, el anabautismo como movimiento teológico se incluía principalmente dentro de las tradiciones históricas de las iglesias menonitas y anabautistas. Sin embargo, actualmente el anabautismo está siendo adoptado por un grupo diverso de cristianos que se vinculan a través de redes en vez de denominaciones, y se están descubriendo a través de publicaciones y sitios web. Cristianos de todo el planeta han descubierto los conceptos bíblicos que dieron origen al primer movimiento anabautista, y procuran llevarlos a la práctica en sus propias comunidades de fe.

    Estos neoanabautistas, o anabautistas “al desnudo” (según el término de Stuart Murray), permanecen integrados habitualmente en sus propias tradiciones eclesiales, pero se ven atraídos a la orientación y prácticas teológicas que hace mucho caracterizan a las comunidades anabautistas. Es emocionante vivir en una época en que los anabautistas “antiguos” y “nuevos” se reúnan para indagar, estudiar, aprender unos de otros, e impulsarse a amar y realizar buenas obras. Ello me da esperanzas para la iglesia y para el mundo.

    Creo que es importante la lectura de la Biblia según la perspectiva del pensamiento y la práctica anabautistas, no para simplemente recuperar el pasado u honrar a nuestros antepasados espirituales; sino para que podamos vivir fielmente como seguidores de Jesús del siglo XXI. Que Dios nos conceda la valentía de dichos primeros reformadores radicales.

    —Valerie G. Rempel, profesora del Seminario Bíblico Pacífico, de Fresno, California, EE.UU., y miembro de la Iglesia College Community y miembro de la Comisión de Fe y Vida del CMM.

    Este artículo apareció por primera vez en Correo/Courier/Courrier en octubre de 2017.

  • Nosotros, los miembros de la Iglesia Evangélica Menonita de Argentina, celebramos los cien años de la llegada de los primeros misioneros [de Estados Unidos], José Shank y su esposa Emma E. Shank; y Tobías Hershey y su esposa Mae E. Hershey, cuya obra cambiaría para siempre la vida de muchas personas. Prueba de ello hoy día es el testimonio de cincuenta congregaciones, con unos 3600 miembros en diferentes provincias del país.

    Llegaron la mañana del 11 de septiembre de 1917, al puerto de Buenos Aires, después de un viaje en barco de unas cuatro semanas. Fueron recibidos por representantes metodistas, bautistas; de la Alianza Cristiana y Misionera, y la Sociedad Bíblica Argentina, quienes fueron instrumentos de Dios para aconsejarles y guiarles en los primeros pasos y, finalmente en la radicación definitiva que dio lugar al inicio de la obra en la ciudad de Pehuajó, Provincia de Buenos Aires.

    Iglesia Evangélica Menonita Argentina (1917–2019)

    Dedicaron el primer año y medio a conocer el país, su gente, sus costumbres, a aprender el idioma español, a hacer visitas o giras para ver dónde se radicarían; además, a obtener las fuerzas y la confianza que Dios les había dado a José y Emma Shank, que según Apocalipsis 3:8, promete que, “Deja abierta una puerta, que nadie puede cerrar”. También, Tobías y Mae Hershey expresaban tal entusiasmo y fe, demostrando así la misma disposición que el apóstol Pablo manifestara en Romanos 1,15, “Así que en cuanto a mí estoy dispuesto a anunciarles el evangelio también a ustedes”. Esta frase caracterizó a estos primeros misioneros en su labor en aquellos comienzos, porque fueron siervos incansables que recorrieron con inagotable firmeza la tierra a conquistar. Todo ello marcó a los otros misioneros que iban llegando, para luego trabajar junto a los pastores argentinos. Los primeros fueron don Albano y doña Querubina Luayza, fieles exponentes del “evangélico” proveniente de la Alianza Cristiana, quienes valientemente salían a las plazas y calles para anunciar que en Cristo había esperanza de una nueva y verdadera vida.

    Damos gracias primero a Dios, y a los miembros de la Iglesia [Menonita] de Estados Unidos, y más tarde de Canadá, por haberse interesado en continuar la obra misionera hacia América del Sur.

    El festejo de los cien años

    Es así que el sábado, 16 de septiembre de 2017, se hizo un acto conmemorativo al aire libre en el mismo lugar donde había arribado el barco, hoy el hermoso barrio de Puerto Madero de la ciudad capital. Allí participaron J. Nelson Kraybill, presidente del CMM, John Lapp, Madeline Maldonado y Linda Shelly, de la Red Menonita de Misiones, junto con otros representantes de la Iglesia Evangélica [Menonita] local; además, asistieron varios funcionarios del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, delegados menonitas de países vecinos, representantes de dieciocho congregaciones, miembros menonitas, y los pastores que habían organizado este acto especial. Agradecemos al Señor

    Esa noche también se compartió una cena conmemorativa con un buen grupo de pastores nacionales, visitantes y dignatarios. El domingo 17 de septiembre, valorando la presencia de los representantes de la iglesia madre, se realizó un Congreso Misionero, en las modernas dependencias cedidas por el señor Nardini, intendente de la Municipalidad de Malvinas Argentinas. Agradecemos al Señor y a aquellos hermanos todas sus bondades. Ellos nos inspiran a seguir sirviendo al Señor con el amor, sacrificio y valentía de los primeros cristianos y nuestros antepasados anabautistas del siglo XVI. Proclamamos el Evangelio de esperanza en Cristo y Su Reino, hasta la segunda venida del Señor a la tierra.

    Una reunión de la iglesia de Morón en 1996. Foto: Gentileza de la comisión para la celebración del Centenario de la Iglesia Evangélica Menonita Argentina (IEMA)

    Inicio de la obra en Pehuajó (1919)

    Se decidió iniciar la obra en la ciudad de Pehuajó por recomendación de la Sociedad Bíblica, cuyos colportores recorrían todo el país para hacer conocer la Palabra de Dios, y sabían que en la zona oeste de la Provincia de Buenos Aires no había obra evangélica. Los primeros misioneros se trasladaron a dicha ciudad, llegando el 21 de enero de 1919. Fue así que en el primer culto del domingo 26 de enero de 1919, cantaron con alegría y gratitud, “Cerca más cerca, oh, Dios de Ti”, como relata Ernesto Suárez en su libro del 50º Aniversario de la Iglesia Menonita Argentina. Destacamos con gratitud haber conocido personalmente a los primeros convertidos; entre ellos, algunos miembros de la familia Cavadore, especialmente Carlos, Anita, [María y Santina], y la abuela [Nicolasa] Fattone (pariente nuestra), gente que creyó y permaneció fiel toda su vida, sirviendo al Señor con todas sus fuerzas.

    Avance de los Pueblos por el Oeste

    Después llevaron el Evangelio a Trenque Lauquen, Carlos Casares, Tres Lomas, Bragado, y muchos pueblitos intermedios, donde establecieron iglesias, pequeños grupos de discípulos de Cristo. Fundaron también jardines de infantes, salas de primeros auxilios, un hogar de niños, y años después, una imprenta.

    Además, se estableció un Colegio Bíblico en Pehuajó. Éste después se trasladó a Bragado donde permaneció hasta que se trasladó a Montevideo, Uruguay, para establecerse como Seminario Evangélico Menonita de Teología, al que se unieron los hermanos de las colonias [y convenciones] menonitas de Uruguay, Brasil y Paraguay.

    Este importante esfuerzo se realizó bajo la dirección del misionero Nelson Litwiller. Dicho hermano líder visionario, tuvo también mucho que ver con el asentamiento de los colonos que escapaban de la [Segunda Guerra Mundial en Europa]. Desembarcaron en Montevideo, Uruguay, para fundar tres colonias en nuestro país vecino, con las cuales hemos tenido una relación bendecida y fraterna hasta hoy.

    En un estudio muy provechoso, el profesor Delbert Erb, preparó una síntesis de las cuatro etapas de la historia de la Iglesia Menonita de Argentina, que explica el desarrollo de la misma de la siguiente manera:

    1. Primera etapa: La misión y sus misioneros (1919–1954)

    Líderes de la IEMA en 1990 (izq. a der.): Mario Snyder, Sara Buhlman, David Dutra y Delfín Soto.Fotos: Gentileza de la comisión para la celebración del Centenario de la Iglesia Evangélica Menonita Argentina (IEMA)

    2. Segunda etapa: La transición (1954–1989), llevó a su fin la conducción de la Misión [de Estados Unidos], durante la cual extranjeros y argentinos trabajaron juntos. La Misión introdujo nuevos principios a seguir:

    (a) autogobiernob) autofinanciamiento; y c) propagación.

    Surgieron entonces, los siguientes Proyectos Misioneros:

    (i) Proyecto Patagónico (ii); Proyecto del norte argentino (PROMINOA); (iii) Proyecto de la Región Central (VEMZO); (iv) Proyecto de la iglesia de Córdoba (EMIDOCOR).

    3. Tercera etapa: La organización nacional.

    4. Cuarta etapa: La reorganización de la iema, en cuatro regiones (1989-2019), cada una con su propia organización, liderazgo, encuentros y actividades (véase mapa).

    Misioneros Frank y Anna Byler y familia.

    Durante este último año hemos estado evaluando todos estos cambios y avances, viendo y orando cómo podríamos mejorar y seguir para alcanzar lo que falta, “y hasta lo último de la tierra”.

    Quiénes somos y qué creemos

    Debemos confesar con sinceridad y humildad que el énfasis de los misioneros y la Iglesia, siempre ha sido esencialmente “evangélico”: es decir, que hombres y mujeres son hijos de Dios, hermanos, somos miembros los unos de los otros. En los papeles [documentos oficiales] figuraba como Iglesia Menonita, pero sin las características anabautistas, aunque éstas estuvieran impregnadas en el andar de los hermanos y hermanas fieles que nos precedieron. Más que transmitir y establecer otra denominación, nos hemos definido como cristianos.

    Pero, sí tenemos una confesión de fe desde una perspectiva anabautista que nos dirige, y que debemos profundizar en nuestro conocimiento y práctica. Tenemos además, los problemas comunes a todas las convenciones, y algunas situaciones de conflictos muy serios a resolver con nuestros hermanos. Por tales motivos, pedimos las oraciones de la hermandad mundial.

    ‚ÄîMario O. Snyder, Pablo Snyder, Billy Nuesch y Heriberto Bueno conforman la comisión para la celebración del Centenario de la Iglesia Evangélica Menonita Argentina (IEMA), la convención menonita afiliada más numerosa de Argentina, y la única iglesia nacional miembro del Congreso Mundial Menonita. Véase cuadro (pág. 16).

    Este artículo apareció por primera vez en Correo/Courier/Courrier en octubre de 2017.

    Argentina

    Nombre Alianza Evangélica Menonita
    Miembros bautizados 33
    Congregaciones 1
    Presidente Esteban Alejandro Memetow
    Nombre Alkolonier Mennonitengemeinde (Colonia Las Delicias, Pampa de los Guanacos, El Algarrobal, Nueva Esperanza)
    Miembros bautizados 292 + 376+ 14 + 67= 1354
    Presidente Omar Onischuk
    Nombre Eastern Pennsylvania Mennonite Church (Argentina)
    Miembros bautizados 7
    Congregaciones 1
    Presidente David Weaver
    Nombre Iglesia Hermanos en Cristo, Argentina
    Miembros bautizados 75
    Congregaciones 2
    Persona de contacto María Caridad Perdomo
    Nombre *Iglesia Evangélica Menonita Argentina
    Miembros bautizados 3650
    Congregaciones 79
    Persona de contacto Juan Sieber
    *Indica membresía en el CMM

    Fuente: Estadisticas mundiales – Guía 2015

  • Dice un dicho que nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde, y yo añadiría, o hasta cuando vea la amenaza real de llegar a perderlo.

    Algo parecido nos pasó con nuestros recursos naturales. Por mucho tiempo tuvimos agua limpia a nuestro alcance, aire saludable para respirar, y un entorno limpio y agradable. Pero cuando nuestra ciudad empezó a crecer, comenzamos a ver basura a nuestro alrededor y nuestro aire se volvió de mala calidad. De pronto, nos dicen que están en peligro los ríos y quebradas de donde proviene el agua cada vez menos disponible, -porque el país concesionó los lugares donde nacen estas aguas para la explotación minera, en especial del oro-, entonces empezamos a preocuparnos.

    Nuestra responsabilidad con el medio ambiente

    Ello nos llevó a tomar en serio el cuidado de la naturaleza y unirnos a esta causa con muchas personas no necesariamente cristianas, pero con un profundo amor por la naturaleza. En concreto, pensamos que era nuestro deber involucrar a nuestra iglesia en la lucha contra la explotación minera de oro en la región de Cajamarca, con graves implicaciones ambientales para la región.

    Es así que empezamos a participar de multitudinarias “Marchas Carnaval” por la vida, el agua y la soberanía de nuestro territorio. Además de implicaciones ecológicas y sociales, también tuvo repercusiones de tipo político, pues llevó a que las regiones promovieran consultas populares sobre si querían explotaciones mineras que afectaran el medio ambiente en su territorio. Esto contradecía las leyes que facultaban a nuestro gobierno con el argumento que la Nación era la dueña del subsuelo, al concesionar estas tierras sin consultar con sus habitantes.

    Las grandes movilizaciones y la negativa de las comunidades expresadas en las consultas llevaron, por ahora, a la suspensión y el retiro de la compañía minera de Cajamarca, que esperamos sea definitivo.

    Conciencia ambiental en la iglesia

    Paralelamente, nos dimos cuenta de que en nuestras comunidades eclesiales no se tenía un conocimiento o, mejor aún, una conciencia ambiental. Por tal motivo, en la escuela dominical empezamos una serie de enseñanzas para adolescentes, jóvenes y adultos sobre el tema medioambiental, que llamamos Eco-teología. Varios de nosotros compartimos sobre el tema, entendiendo las razones por las cuales Dios, nuestro Padre Creador de todo cuanto existe, nos llama a ser cuidadores de su creación.

    El tema suscitó mucho interés en nuestra comunidad y comenzamos a ver claros compromisos e iniciativas de nuestros hermanos y hermanas. Algunas de las iniciativas vistas individualmente parecerían esfuerzos inútiles, pero miradas en conjunto, cuando se suman a las de los demás, comienzan a tener repercusión.

    Por ejemplo, nos dimos cuenta que teníamos que reciclar y empezar a hacerlo desde el origen de los desechos, lo cual nos llevó a adquirir e instalar en nuestra iglesia un punto ecológico donde clasificamos nuestras basura para facilitar su reciclaje. La gente empezó a traer las tapas plásticas de sus envases de refrescos y agua y donarlas a una entidad “tapas para sanar”, que las recicla y usa las utilidades para el cuidado de niños con cáncer. Cuando hablamos sobre el daño que hacen las pilas y baterías de celulares al medio ambiente, algunos hermanos comenzaron a llevar sus pilas en desuso a la iglesia; ahora tenemos que conseguir un contenedor adecuado para recibirlas y después llevarlas a un lugar apropiado. Otra hermana entendió que si gastábamos menos papel en nuestra iglesia y usábamos el proyector para mostrar el orden del culto en lugar de entregar una copia impresa a cada persona, íbamos a contribuir a salvar algunos árboles.

    Y así, pequeñas acciones como recoger la basura, caminar, andar en bicicleta, no usar desechables y otras cositas, empezaron a ser importantes para todos.

    Durante casi un año enfatizamos la enseñanza sobre el cuidado del medio ambiente. Creemos que ahora somos una comunidad con un alto grado de compromiso y conciencia medioambiental.

    —José Antonio Vaca Bello, miembro de la Iglesia Cristiana Menonita de Ibagué, de Tolima, Colombia.

    Este artículo apareció por primera vez en Correo/Courier/Courrier en abril de 2018.

  • Mi nombre es Eileen, tengo 22 años y vivo en Suiza. Cuando me pidieron que compartiera un pequeño testimonio acerca del “llamado a ser libres – una fe que sobrepasa fronteras”, inmediatamente recordé una experiencia relacionada con este tema.

    Hace dos años y medio tuve el privilegio de viajar a Ciudad de Cabo, Sudáfrica, y con el apoyo de la Misión Menonita de Suiza (SMM) pude realizar un servicio voluntario de 8 meses en un hogar de niños. Durante esos meses tuve que vivir en Mitchels Plain, el barrio marginal más grande de la ciudad. Tuve muchas nuevas, valiosas y preciosas experiencias, algunas divertidas como también otras muy tristes. Uno de estos desafíos tuvo que ver con el tema “seguridad”.

    En Suiza es común para mí pasearme sola por las calles a cualquier hora del día. Eso no fue posible en Mitchels Plain debido al alto nivel de delincuencia, mucho menos siendo una mujer jóven. En un comienzo me costó bastante adaptarme a no poder moverme independientemente por las calles, a siempre tener que caminar en grupo y a no poder estar afuera después del atardecer. También se me prohibió hablar con gente extraña y siempre tuve que mantener todas mis cosas de valor escondidas.

    Eileen Hofer (Suiza)

    El hogar de niños se dividía en varias residencias y nosotros los voluntarios fuimos asignados para abarcar cada una de ellas. Dado que estas casas estaban a cierta distancia la una de la otra, no podíamos siempre movernos en grupo. Fue por eso que tenía que caminar sola cada mañana desde mi casa hasta la residencia a la cual fui asignada como voluntaria. Cada mañana pasaba cerca a una casa, en frente de ella solía haber dos mujeres conversando y mirándome como si me estuvieran criticando. Siempre tenía una sensación desagradable al pasar por ese lugar, pero cada mañana trataba de saludar a las damas de manera cordial.

    Un día al caminar al trabajo, estas mujeres me llamaron para preguntarme algo. No supe qué hacer ni cómo reaccionar, ya que no debíamos hablar con extraños en la calle por motivos de seguridad. Me armé de valor y me acerqué a ellas. Las mujeres me miraban con preocupación y me preguntaban: “¿mag ons vir u bid?” – ¿podemos orar por ti?

    ¡Me hubiera imaginado cualquier cosa pero nunca que ellas quisieran orar por mí! Luego, las mujeres me contaron que eran buenas amigas, una cristiana y la otra musulmana, y cada mañana se reunían para orar por el vecindario y el barrio en general. Me compartieron que hace rato me habían estado observando y que se preocupaban por el hecho de que yo tuviera que caminar sola por esta zona, debido a que es muy peligrosa.

    Es por eso que desde el primer día que me vieron habían pedido a Dios que me protegiera en mi camino al trabajo.

    Desde ese entonces me encontraba con estas mujeres cada mañana, y siempre me detenía para orar junto a ellas además de conocerlas un poco mejor.

    Me impacto profundamente tener esta experiencia y encontrar que la fe y la oración pueden traspasar las barreras del idioma, nacionalidad, cultura y religión.

    –Eileen Hofer (Suiza), Comunicado del Congreso Mundial Menonita

    Este testimonio hace parte de los recursos para el culto de la Semana de la Fraternidad YABs 2018. Haga clic aquí para ver más: mwc-cmm.org/semanafraternidadyabs
  • Un testimonio para Renovación 2027: perfil histórico

    Renovación 2027 es una serie de eventos que se llevarán a cabo durante 10 años, con la finalidad de conmemorar el aniversario 500 de los inicios del movimiento anabautista. Esta serie destaca a los líderes del movimiento desde épocas históricas hasta el presente.


    Más de la mitad de las congregaciones rurales en la Conferencia de la Iglesia de los Hermanos en Cristo (BICC por su sigla en inglés) en Zimbabue son dirigidas por pastoras. Muchas de las mujeres que plantan iglesias de los Hermanos en Cristo lo hacen porque llegan a lugares donde no hay congregaciones similares a las que acostumbran a asistir, además, estas mujeres tienen ansias de fraternizar con otros creyentes. Al comienzo, comparten comunitariamente en reuniones en las casas; algunas veces una mujer es identificada como la líder por su madurez espiritual y conocimiento de la Palabra. Muchas de las mujeres predicadoras de la BICC son altamente respetadas en sus áreas de influencia.

    Una de las primeras mujeres de los Hermanos en Christo que estuvo involucrada con el trabajo de sembrar iglesias y predicar el evangelio en los años iniciales de la misión, fue Sitshokuphi Sibanda, quien ya era una adolescente cuando los primeros misioneros se establecieron en Matopo en Zimbabue en 1898.

    Ella hizo parte del grupo de los primeros conversos quienes en ese entonces recibieron educación literaria de la misión. Allí Sitshokuphi le entregó su vida a Dios y nunca volvió su mirada atrás.

    En el frente doméstico, Sitshokuphi enfrentó inmensos desafíos de aldeanos hostiles que apreciaban mucho las creencias tradicionales y estaban inmersos en el culto ancestral.

    Esta mujer también enfrentó oposición y ridiculización incluso por parte de su familia, vecinos y pares. ¿Qué pensaba ella que estaba haciendo al tratar de tomar las manos que ayudaban en los campos?

    Hubo un tiempo en que ella provocó la ira de todo su pueblo al acompañar a algunos misioneros a un santuario en donde se hacían ceremonias para hacer llover. Esta fue una empresa arriesgada ya que no se le permitía a cualquiera visitar el sitio sagrado. Cuando las lluvias dejaron de caer durante años, la culpa recayó sobre ella; no obstante, eso no la disuadió de evangelizar. Posteriormente, ella vivió en el hospital de Mtshabezi por un largo periodo de tiempo.

    Ser anciana y no tener la capacidad de viajar no la hizo desistir de su llamado. El hospital se volvió un nuevo campo de misiones para ella.

    El 4 de noviembre de 1971 Sitshokuphi falleció. Ella había corrido adecuadamente su carrera, dejando una maravillosa herencia de fe en Dios.

    Una declaración conmovedora sobre el trabajo de Sitshokuphi consiste en que, “es bueno trabajar de tiempo completo para el Señor, pero no es bueno trabajar de tiempo completo para la iglesia”.

    Sitshokuphi fue sepultada en la misión Matopo, en un lugar reservado para algunos de los más honorables siervos de Dios.

    —Un comunicado del Congreso Mundial Menonita escrito por Barbara Nkala, obtenido de la obra “Silent Labourers” de Doris DubeBárbara es la Representante Regional del CMM para África del Sur e hizo una presentación sobre las mujeres predicadoras contemporáneas de las Iglesias de los Hermanos en Cristo (1960s–2010s) en Crossing the Line: Women of Anabaptist Traditions Encounter Borders and Boundaries, una conferencia en la Universidad Eastern Mennonite University, Harrisburg, Virginia, EE.UU.

     

  • “El trabajo del Señor es de gran responsabilidad y debemos ser cuidadosos con las bendiciones que llegan”, afirma uno de los líderes eclesiales perteneciente a una de las regiones inundadas en Perú.

    Con 11 iglesias en una de las regiones afectadas por lluvias extremas e inundaciones, la Conferencia Peruana Hermanos Menonitas (CPHM) dio respuesta a la emergencia con ayuda del Comité Central Menonita, MB Mission, el Congreso Mundial Menonita (CMM) y la Comunidad Internacional de los Hermanos Menonitas (ICOMB).

    “Más allá de proporcionar ayuda material, lo que las hermanas y hermanos del extranjero han hecho es comunicar que a ellos les importa la situación”, explica el representante regional del CMM Pablo Stucky. Una delegación de diáconos del Congreso Mundial Menonita visitó la provincia de Piura del 8 al 15 de octubre del 2017 para hablar con la iglesia, escuchar historias, orar y mostrar la preocupación de la familia de la iglesia mundial.

    Faustina Valencia (con camiseta azul), miembro de la Iglesia Hermanos Menonitas Nuevo Paraíso, quien estaba sufriendo de cáncer de seno, fue afectada ya que su casa fue arrastrada por las inundaciones. Aun así, el día en que la delegación se reunió en su pueblo con la congregación local, ella les ofreció comida en su hogar. Foto: Henk Stenvers

    “Vimos reparaciones que estaban siendo llevadas a cabo además de campos que habían sido plantados nuevamente. Asimismo, vimos la gran importancia simbólica de compartir», afirma Stucky. “Mientras los hombres expresaban su gratitud, sus ojos se llenaron de lágrimas y se les hizo un nudo en la garganta”.

    Faustina Valencia (con camiseta azul), miembro de la Iglesia Hermanos Menonitas Nuevo Paraíso, quien estaba sufriendo de cáncer de seno, fue afectada ya que su casa fue arrastrada por las inundaciones. Aun así, el día en que la delegación se reunió en su pueblo con la congregación local, ella les ofreció comida en su hogar.

    “Me preguntaba cómo, encontrándose en tal condición de pobreza, ella se las estaba arreglando para cubrir los gastos de su tratamiento y para reconstruir su casa”, explica Elisabeth Kunjam, miembro de la comisión de diáconos del CMM. “En medio de tal escasez ella se ofreció a cocinar para nosotros. Recuerdo que luché para esconder mi cara y poder secar mis ojos aguados. Para mí, ese acto fue verdadera hospitalidad porque la hospitalidad involucra sacrificio”.

    “[El trabajo en la obra del Señor] nos llama a vivir una vida que de buen testimonio además de compartir de lo que tenemos con aquellos que no lo tienen” afirma un líder eclesial. En la iglesia Jesucristo es el camino. La miembro Karina Falla de Chunga no tenía recursos para reconstruir su hogar; la iglesia está trabajando para ayudar a esta viuda y madre para poder reconstruir su casa.

    La delegación facilitó talleres sobre habilidades prácticas, reflexiones bíblicas y tiempos de oración. Foto: Henk Stenvers

    La delegación facilitó talleres sobre habilidades prácticas, reflexiones bíblicas y tiempos de oración.

    Reflexionando en el Salmo 13, Fanny García García de la Iglesia Jesús es el Camino la Verdad y la Vida, en Sullana, escribió este salmo personal acerca de encontrar fuerza en Dios:

    Señor, escucha mi clamor
    No te escondas de mi

    Mi alma esta afligida
    Te necesito.

    Mi Dios, ten Misericordia de mi.
    Lléname de tu luz.

    En ti he puesto toda mi esperanza.
    Tu eres el Dios de mi salvación.

    Te alabare,
    te bendeciré tu santo bendito nombre.

    —Comunicado del Congreso Mundial Menonita

    Delegación:

    Elisabeth Kunjam (Comisión de Diáconos, India)

    Pablo Stucky (Representante Regional, Colombia)

    Anthony Sánchez (Coordinador del proyecto de respuesta del CCM, Colombia)

    Henk Stenvers (Secretario de la Comisión de Diáconos, Países Bajos)

    Joanna Chapa (MB Mission, EEUU)

    Rosalí Atarama (Iglesia Cristiana Hermanos Menonitas de Miraflores, Perú)

  • “Es mi deseo que [durante nuestra reunión], nos reunamos con Dios en la plenitud de su Espíritu, en la comunión de su pueblo, y el don de la unidad en medio de la diversidad teológica y cultural de nuestra iglesia mundial”, expresó César García, secretario general. Las reuniones trienales del Concilio General del Congreso Mundial Menonita (compuesto por delegados enviados desde cada iglesia miembro nacional), se llevarán a cabo del 23–26 de abril de 2018 en Nairobi, Kenia, precedidas por las reuniones de los comités y las redes del CMM. Además, los delegados y menonitas locales celebrarán Renovación 2027, “El Espíritu Santo nos transforma”, el 21 de abril de 2018, en Kisumu, Kenia.

    Los miembros del Comité Ejecutivo del CMM, los Representantes regionales, las Comisiones (Fe y Vida, Paz, Misiones, Diáconos), el Comité de Jóvenes Anabautistas (YABs), la Red Mundial de Servicio Anabautista, la Fraternidad Mundial Misionera, y la Comisión de Coordinación y Seguimiento de la incipiente Red Mundial Anabautista de Paz, disfrutarán en dicha ocasión de reuniones en persona.

    El personal, las comisiones y las redes presentarán los informes de su labor. El Concilio General determina el plan programático y las metas estratégicas del CMM (vivir de acuerdo a la identidad anabautista, las relaciones interdependientes, la reconciliación y la esperanza) para el período 2018–2021 y revisa las finanzas, incluyendo las contribuciones del Aporte Proporcional Justo para el período 2018–2021. Se nombrarán nuevos miembros del Comité Ejecutivo y de las comisiones, y para ocupar los cargos de presidente y vicepresidente electos.

    Las comisiones presentarán tres documentos para la resolución del Concilio General: pautas en respuesta a cuestiones controversiales, una declaración de solidaridad con los pueblos originarios, y un recurso didáctico, “Identidad y ecumenicidad: una teología de la hospitalidad entre iglesias y la identidad denominacional”.

    “Disfruto de las reuniones del Concilio General debido a la manera en que permitimos los puntos de vista divergentes”, expresó Thuma Hamukang’andu, representante de África en el Comité Ejecutivo. A través del proceso de toma de decisiones, “consolidamos la fe mutua”.

    Al igual que en las reuniones del Concilio General en 2015, los delegados tendrán también la oportunidad de asistir a talleres de capacitación, que brindan recursos a los líderes de las iglesias en temas tales como el crecimiento de la iglesia, liderar en medio de conflictos, liderazgo espiritual y planificación estratégica.

    “Esta reunión es indispensable, no solo debido a las decisiones económicas, sino también por las experiencias de aprendizaje en común,…de todo el cuerpo”, decía Rainer Burkart, representante de Europa en el Comité Ejecutivo.

    “El Concilio General es la forma más potente de hacer visible la iglesia mundial”.

    —Comunicado del Congreso Mundial Menonita

  • Los padres cristianos siempre han alentado a sus hijos e hijas a encontrar su compañero(a) de vida en las actividades de la iglesia. También han alentado a los jóvenes adultos a conocer la iglesia mundial a través de experiencias internacionales. A veces estas situaciones se presentan simultáneamente.

    Los estudiantes de teología Benni y Rianna Isaak-Krauss celebrarán el siguiente verano un año de casados, tres años después de la Cumbre Mundial de la Juventud (GYS) y de la Asamblea del Congreso Mundial Menonita, donde se conocieron por primera vez.

    Movimiento tangible de Dios

    “Tenía la intuición de que sería una experiencia realmente genial”, explica Rianna Isaak, canadiense – estadounidense (con doble nacionalidad). Como directora de un ministerio de campamentos de verano, asistir a una conferencia a mediados de julio parecía imposible.

    De forma providencial, recibió permiso para irse con apenas un mes para preparar el viaje. Pudo hacer la representación como delegada de los Hermanos Menonitas de Canadá, luego de recopilar una encuesta de los jóvenes de su iglesia nacional lo más rápido que pudo.

    “Conseguir dos semanas libres en el trabajo fue una prueba tangible de Dios moviendo las cosas”, dice Rianna.

    Experiencia transformadora de la iglesia

    El alemán Benni Krauss, seleccionado dos años antes para representar a su iglesia nacional, fue parte de la organización para la participación de más de 12 personas de Alemania y Suiza para asistir a la cumbre GYS.

    Era su segunda vez en la cumbre GYS. Pasó medio año en Paraguay, estudiando, aprendiendo español, conociendo el contexto, para entender los aspectos locales y globales de la Asamblea Mundial en Asunción en 2009.

    “Mi tiempo en Paraguay fue una experiencia transformadora”, dijo.

    Junto con un compañero, liderando el proceso para 2015, planificó un programa extenso para su grupo que apuntaría a “contextualizar la experiencia” para los jóvenes de habla alemana. Antes del evento del CMM se tomaron un tiempo extra en los Estados Unidos para aprender sobre los desafíos que amenazan con dividir la Iglesia Menonita de Estados Unidos fracturando la cercanía con los jóvenes. Visitaron iglesias liberales y conservadoras.

    Benni recomienda que los participantes comiencen a planificar sus asistencia mucho antes del evento. “Tener tiempo para formar amistades”.

    Los delegados toman responsabilidades

    El papel del delegado a la cumbre GYS no está bien definido, explica Benni, pero la mayoría se hizo cargo de la responsabilidad a su manera. “Hace que las personas avancen en el liderazgo y tomen conciencia del alcance de la iglesia”, señaló.

    Como joven, Rianna dice que ser elegida como delegada envía un mensaje de parte de la iglesia: “Te necesitamos; eres importante”.

    “Me sentí valorado como líder y colaborador, no solo como receptor”, afirmó Benni.

    En el intermedio entre Asambleas, se evaluó que: 2015 delegados norteamericanos de la cumbre GYS están cursando estudios de posgrado en teología (incluyendo a Rianna en el seminario Anabaptist Mennonite Biblical Seminary, Elkhart, Indiana, EE.UU), o sirviendo a la iglesia como pastores y uno de ellos como presidente del comité YAB`s.

    En la cumbre GYS hay una sensación de estar en un campamento juvenil, afirma Benni. “Es divertido, es participativo… [pero] los delegados también están conscientes de la importancia de considerar los problemas”

    Por ejemplo, un delegado de América Latina se acercó a Rianna para discutir acerca de las perspectivas sobre la sexualidad. La conversación respetuosa que intercambiaron formó “un espacio interesante lleno de curiosidad y respeto”, dijo Rianna. “También pudimos transmitir los temas tratados en la conversación en nuestros grupos continentales. Fue una experiencia de humildad y de formación para mí”.

    La cumbre GYS y la Asamblea son, por supuesto, reuniones de la iglesia mundial. “Hay un profundo amor por la iglesia, no solo por proyectos particulares, esto funciona realmente bien”, explica Benni. Los participantes se dan cuenta de que “la iglesia mundial no es solo un sueño”.

    Benni se fue con algunas experiencias y más preguntas. “¿Cómo, siendo conscientes de nuestra diversidad, podemos construir relaciones?”

    Impacto personal

    A nivel personal, Benni y Rianna formaron su propia relación a pesar de lo diverso de sus trasfondos. La chispa de interés que se encendió entre estos dos inquietos anabautistas en la Asamblea, durante el año siguiente se transformó en el fuego del amor. Después de la Asamblea Benni visitó el hogar y la comunidad de Rianna en Canadá; Rianna, a su vez, se trasladó a la comunidad de los padres de Benni en Alemania por varios meses. Esto les permitió poner en acción otra lección aprendida en la Asamblea: aprender un nuevo idioma.

    “Saber solo un idioma puede dejarte al margen” afirma Rianna, reconociendo que no entender otro idioma aparte del inglés la excluyó de algunas conversaciones. Aunque también representa algunas dinámicas complejas en cuanto al manejo del poder

    Así, se puede mencionar que, todos en la cumbre GYS tienen dos cosas en común, afirma Benni: identidades personales únicas de acuerdo al contexto, y una identidad anabautista compartida. A partir de eso, puede crecer una amistad, una colaboración, una tutoría (quizás aún, un poco de romance).

    “Eso es lo que puedes hacer y luego tienes que depender del Espíritu Santo,” argumenta Benni.

    un comunicado del Congreso Mundial Menonita escrito por Karla Braun

  • Este año celebraremos nuestra 3ª Semana de la Fraternidad YABs anual del 17 al 24 de junio. El tema es, “Llamados a ser libres”, centrado en Gálatas 5,13–15. Animamos a todos a elegir y adaptar dentro de estos materiales aquellos que sean útiles para su contexto, traducirlos si es necesario, copiarlos, y distribuirlos a todas las congregaciones locales.

    ¡Esperamos compartir momentos de compañerismo virtual mundial y compañerismo físico local al reunirnos para recordar y celebrar nuestra familia internacional!

    Recursos para celebrar el Semana de la Fraternidad YABs estarán disponibles en www.mwc-cmm.org/semanafraternidadyabs.

    —Comunicado del Congreso Mundial Menonita escrito por el comité de YABs (Jóvenes Anabautistas)

  • ¡Justicia climática ya!” “¡El pueblo al poder!” “¡Mantengan los recursos donde pertenecen!”, resonó a través de los pasillos mientras caminaba por la Zona Azul, el lugar donde 197 Estados miembros de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC por sus siglas en inglés), se reunieron en diciembre de 2015 para decidir sobre el futuro de nuestro clima. Era la primera vez que asistía a estas negociaciones sobre el clima y resultó ser una reunión histórica en la que se aprobó el Acuerdo de París (un acuerdo mundial para salvar/proteger el clima y las personas que viven en este planeta).

    Era también la primera vez que entraba en contacto con un gran número de comunidades basadas en la fe que abogaban por entornos sostenibles y resiliencia climática, luchando junto a las comunidades y personas más vulnerables. Admitidos como observadores oficiales, las comunidades basadas en la fe tuvieron la oportunidad no solo de hacer un arduo trabajo preliminar de incidencia política acercándose a los negociadores uno a uno, sino que incluso se les dio un espacio para hacer oír su voz ante una audiencia de ministros y Jefes de Estado en el Diálogo de alto nivel.

    El cambio climático no es una “noticia falsa”, sino una dura realidad en todo el mundo, que se hace sentir más intensamente en nuestros hermanos y hermanas del Sur global. La destrucción del medio ambiente y el cambio climático, intensificados a través del estilo de vida que se lleva en el hemisferio norte, son factores clave que contribuyen a la pobreza. La presión continua sobre nuestros recursos compartidos priva a los más pobres y más vulnerables de tener vidas sostenibles y dignas; y esto no es rara vez motivo de conflicto.

    La crisis climática actual y las injusticias climáticas muestran claramente que un entorno sostenible, la dignidad humana y una mayor resiliencia de las comunidades más vulnerables, están estrechamente relacionados y son mutuamente dependientes. Por lo tanto, como menonitas y cristianos en Alemania, procuramos un mayor grado de sostenibilidad en nuestras acciones a fin de proteger la creación de Dios para las generaciones futuras y para el sustento de millones de personas en la actualidad.

    A menor escala, esto comienza con algunas de nuestras congregaciones que tienen paneles solares en sus techos para reducir el consumo de energía de combustibles fósiles.

    Continúa con algunos de nuestros miembros que se niegan a poseer un automóvil, porque simplemente no es necesario en las zonas urbanas.

    Muchas de nuestras congregaciones participan en actividades de los barrios para fortalecer las comunidades locales y apoyar a los menos privilegiados.

    Todas estas iniciativas derivan del compromiso de cuidar la maravillosa creación que se nos ha encomendado.

    Sin embargo, es necesario que incluyamos más de estos temas en la agenda de nuestras iglesias: el 100 por ciento de energía renovable, consumo responsable, educación teológica para el desarrollo sostenible y trabajo de incidencia local. Además, participar activamente en la familia de fe ecuménica podría ampliar este compromiso local y llevarlo a un nivel mundial. A través del trabajo de incidencia en la escena política e influyendo en las políticas y decisiones, podemos cuidar a quienes son parte del pueblo de Dios y no son exactamente nuestros vecinos, sino miembros de la familia de Dios a nivel mundial.

    Volviendo a las negociaciones sobre el clima: como comunidad ecuménica mundial de iglesias, el Consejo Mundial de Iglesias (CMI) tiene un rol prominente entre las comunidades basadas en la fe y las negociaciones sobre el clima. La AMG (nuestra convención) y otras convenciones menonitas que son miembros del CMI, se unieron al “Peregrinaje por la justicia y la paz”, en 2013, en resonancia con los valores anabautistas. En el contexto del clima, esto se ha traducido en el “Peregrinaje por la justicia climática y la paz”: creando conciencia de que no se debe olvidar la justicia climática y que se debe dar voz a los más débiles y vulnerables de nuestra comunidad mundial.

    “Necesitamos la sabiduría de la creación”, dijo Olav Fykse Tveit, secretario general del CMI, durante el culto por la justicia climática en recientes negociaciones sobre el clima: “Una sabiduría que vea la realidad, entienda y reconozca los tiempos en que vivimos. Una sabiduría que […] tenga el valor de actuar y de abrir un nuevo camino para que podamos prepararnos juntos para el futuro”.

    Nuestro amor por Dios y por el pueblo de Dios nos impulsa a alzar nuestras voces, a acompañar a los vulnerables, a participar activamente en política y a luchar por la justicia climática en el mundo. Por lo tanto, unamos nuestras fuerzas ecuménicas y oremos mientras seguimos caminando en este peregrinaje: “Dios de la vida, guíanos a la justicia y la paz”.

    –Rebecca Froese, miembro de AMG (Arbeitsgemeinschaft Mennonitischer Gemeinden en Deutschland), una iglesia menonita miembro de Alemania. 


    Este artículo apareció por primera vez en Correo/Courier/Courrier en abril de 2018.


    El Grupo de Trabajo de Cuidado de la Creación trabajará con las iglesias miembro del CMM para:

    •     Incrementar la conciencia sobre la crisis climática.
    •     Presentar maneras prácticas de alentar un estilo de vida fiel desde un punto de vista ecológico.
    •     Explorar las formas en la que los países representados están siendo afectados por la crisis climática.
    •     Alentar el desarrollo de capacidades bíblicas y teológicas relevantes para la crisis climática.
    •     Desarrollar un plan estratégico para el CMM que incluya proyectos prácticos a corto plazo y compromisos a mediano y largo plazo.

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