Oraciones de gratitud e intercesión

  • La Comunidad Internacional de los Hermanos Menonitas (ICOMB, por su sigla en inglés) está compuesta por 21 iglesias nacionales en 19 países con aproximadamente 450.000 miembros. ICOMB existe para fomentar las relaciones y los ministerios, para resaltar el testimonio y el discipulado de sus iglesias nacionales miembros – conectando, fortaleciendo y ampliando.

    Retiro de mujeres en Colombia, del 30 de junio al 2 de julio de 2018

    La asamblea nacional de mujeres cristianas de los Hermanos Menonitas, celebrada cada dos años, se realizó esta vez en Pradera Valle (cerca de Cali, Colombia). 240 mujeres se reunieron en diferentes partes de Colombia, Panamá y Paraguay. Los temas incluyeron “Una mujer resiliente”, “La iglesia como una transformación social”, “Reconciliación como el centro de nuestra tarea” y “Mujer de paz”.

    Este es un testimonio de una participante, Stella Villareal, después del retiro: “—A veces Dios nos da sueños para que podamos despertarlos en otras personas—, esta frase ahora es clave para mi vida… Pude quitarle peso a mi vida… tuve frustración por no haber logrado algunos de mis sueños, pero ahora entiendo muchas cosas y sé lo que Dios está haciendo conmigo”.

    Luz Estella Mosquera, líder de retiro, dijo: “Hemos visto que las mujeres están tan dispuestas a estar en las manos de Dios, por lo que han sido llamadas. Sus capacidades les permiten llevar el evangelio de Dios desde sus diferentes contextos. Las mujeres están llamadas a liderar con fe, esperanza, amor y justicia. Están llamadas a hacer frente a los desafíos actuales y actuar bajo la guía del Espíritu Santo…”

    Reunión de Líderes Hermanos Menonitas Latinoamericanos, del 26 al 28 de julio de 2018

    “Crecer hacia una iglesia missional.”

    Con este lema desarrollamos la primera reunión de líderes HM en América Latina y con eso inauguramos un movimiento regional muy intencional. 68 Líderes de 10 países estuvieron presentes escuchando y discutiendo, “qué es una iglesia misionera madura, y cómo podemos trabajar juntos para que todos podamos crecer hacia ella”. Necesitamos trabajar juntos, para que los obsequios de una conferencia puedan apoyar la necesidad de otros. Las principales áreas en las que reflexionamos fueron el discipulado y la educación, la misión y el liderazgo de la conferencia. La intención no era tener solo sesiones de información, sino construir relaciones y comprometerse con una visión conjunta más sólida. En las reuniones planificadas y también en las conversaciones espontáneas, ha habido compromisos alentadores hacia este resultado, algunos incluso han establecido fechas. Alabamos a Dios por hacer que esto suceda y agradecemos a MB Mission/Multiply y a ambas Conferencias de MB en Paraguay por todo el apoyo que permitió esta reunión.

    —Rudi Plett, director ejecutivo

  • Así como las partes del corazón, las cuatro comisiones del CMM sirven a la comunidad mundial de iglesias afines al anabautismo, en las áreas de diaconado, fe y vida, paz y misiones. Las comisiones preparan materiales para la consideración del Concilio General, brindan guía y proponen recursos a las iglesias miembros, además, propician redes y compañerismo en relación al CMM trabajando juntos en temas de interés y enfoque común. A continuación, una de las comisiones comparte un mensaje de la perspectiva de su ministerio.


    Las personas que participan en el servicio generalmente son prácticas, afectuosas, gente de acción. Por supuesto, la motivación para servir es seguir a Jesús y sus enseñanzas, alcanzar a los débiles, a los huérfanos, a las viudas y así sucesivamente (Jeremías 22:3, Santiago 1:27).

    Quienes tienen un corazón para el evangelismo pueden ser llamados personas de proclamación; se preocupan por señalar el camino hacia Jesús. Siguen el mandato de ir al mundo, enseñar y hacer discípulos.

    Cuando se les reclama por no preocuparse por las almas de las personas, el primer grupo podría argumentar que primero se debe alimentar el estómago vacío antes de brindar alimento espiritual.

    Asimismo, los demás podrían responder, ¿de qué sirve alimentar a las personas y no hacer nada por sus almas perdidas?

    Sé que esta descripción es demasiado simplista y polarizada, pero basada en mi experiencia contiene algo de verdad.

    Una tensión

    En el pasado, sentí cierta tensión entre estos dos grupos: las personas de proclamación y las personas más enfocadas en la acción. Los dos grupos afirmaban que su misión es integral; a veces se presentan conflictos dado que a menudo se emiten muchos juicios.

    Cuando establecimos la Red de Servicio Anabautista Mundial (GASN por su sigla en inglés) dentro del Congreso Mundial Menonita (CMM), hubo una amplia discusión con respecto a la comisión que debería albergarla: la de Misiones o la de Diáconos. Los argumentos por una o por otra reflejaron esta tensión.

    Finalmente, se decidió que estuviera bajo la Comisión de Misiones. La decisión fue respaldada por el deseo de superar la brecha entre la proclamación y el servicio, la palabra y el hecho.

    No me sentí muy cómoda. Como parte del comité de coordinación de GASN, fui nombrada especialista en la Comisión de Misiones. No me siento misionera, soy una sierva. Ahora me tenía que identificar con las misiones.

    Una transformación

    Al principio me sentí un poco confundida, pero con el transcurso del tiempo, me di cuenta de que se estaba produciendo un cambio en mí. Comencé a ver que mis dones como sierva son de tanto valor como los dones de otros que plantan iglesias, son evangelistas y maestros.

    Dios nos quiere a todos en su misión; solo juntos estamos completos.

    Desde entonces, GASN se ha reunido dos veces. Hemos tenido reuniones conjuntas con la Fraternidad Mundial Misionera (GMF por su sigla en inglés) donde compartimos historias y enseñanzas con los dos grupos reunidos, asimismo, hemos tenido sesiones por separado.

    Particularmente cuando los dos grupos se reunieron por separado, pude sentir que todavía necesitamos que el Espíritu nos enseñe: somos llamados a trabajar juntos en la misión de Dios de acuerdo a nuestros dones, convicciones y puntos de vista.

    Empoderados por el aliento de Dios (tanto “espíritu” como “aliento” son traducciones de la palabra hebrea ruach), veremos cambios y veremos al Señor obrando.

    Durante las reuniones en Kenia en el mes de abril de 2018, una señal de esa unidad para mí fue el mapa de oración (ver foto). Todos los miembros de GMF y de GASN fueron invitados a escoger un país, poner una vela en ese lugar y orar por esa nación, por la gente o por algún conocido allí.

    Durante este tiempo de oración en silencio alrededor de ese gran mapa era obvio: somos uno en el Espíritu.

    —Un Comunicado del Congreso Mundial Menonita por Barbara Hege-Galle, miembro de la Comisión de Misiones. Sirvió por 32 años con Christliche Dienste y vive en Bammental, Alemania. También sirve en la iglesia local de ese lugar.

  • El Tribunal Constitucional de Corea del Sur puso fin a 70 años de penas de cárcel para los objetores de conciencia, al decretar el pasado 28 de junio que es inconstitucional que ese país no ofrezca opciones de servicio alternativo para estos ciudadanos.

    Aunque existe una alternativa, esta requiere de cuatro a seis semanas de entrenamiento militar, además, los participantes que la finalizan son considerados como reserva en el ejército. A los hombres que van a la cárcel en lugar del ejército se les prohíbe ejercer muchas profesiones, como por ejemplo, trabajar en el campo de la educación.

    Los menonitas coreanos celebraron el fallo. El representante regional del Congreso Mundial Menonita para el noreste de Asia, KyongJung Kim, dijo que había estado anhelando este momento desde que comenzó a tomar en serio las implicaciones del evangelio de la paz.

    “He prestado atención al reciente proceso de paz entre Corea del Norte y Corea del Sur. Siento que las cosas están empezando a tomar su lugar una tras otra”, explicó. “Puede que aún tengamos un largo camino por recorrer… [pero] ya hemos visto muchas señales de luz”.

    Kim comenzó a trabajar por un cambio social en 2001 en el Korea Anabaptist Center (Centro Anabautista Corea) en Corea del Sur.

    El Korea Anabaptist Center proporciona recursos anabautistas, traduce materiales y organiza conferencias para promover el evangelio de la paz desde una perspectiva teológica. Los representantes visitan a los objetores de conciencia en la cárcel, compartiendo sus historias para que otros también puedan orar por ellos.

    El periódico surcoreano Hankyoreh informó que seis de los nueve jueces que conforman el tribunal acordaron que la Ley de servicio militar debería enunciar las opciones alternativas para los objetores de conciencia. El fallo requiere una revisión de la ley de servicio militar listando esas opciones, la cual debe ser presentada para el 31 de diciembre de 2019.

    KyongJung Kim cree que a medida que en la esfera pública se abra un espacio para una discusión más amplia sobre los asuntos de los objetores de conciencia, las iglesias menonitas tendrán más oportunidades para abordar los asuntos de paz y justicia en la sociedad.

    “En cierta medida, el sufrimiento de los objetores de conciencia puede haber terminado, pero habrán otros desafíos” comenta. “Se supone que la vida de la iglesia no es cómoda sino desafiante”.

    La sentencia de cárcel más común por rehusarse al reclutamiento al servicio militar en Corea del Sur es de 18 meses. Aquellos que citan objeciones religiosas tienden a ser Testigos de Jehová o Budistas.

    El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos estimó en 2013, que el 93% de los objetores de conciencia encarcelados en el mundo son de Corea del Sur. Alrededor de 660 son encarcelados cada año.

    Se cree que SangMin Lee es el único menonita coreano que escogió la cárcel en lugar del servicio militar. Este miembro de la Iglesia “Grace and Peace Mennonite Church” de Seúl, fue puesto en libertad el 30 de julio de 2015.

    —Una reimpresión del Congreso Mundial Menonita hecha por Tim Huber de Mennonite World Review. Utilizada con autorización.

  • En los últimos años Kenia ha sido uno de los puntos álgidos del conflicto entre cristianos y musulmanes en el este de África, dados los ataques letales del grupo militante al-Shabab en Nairobi, Garissa, así como en otros lugares; con cada incidente de terror la tensión aumenta.

    No obstante, los menonitas de Kenia están encontrando esperanza en pequeños actos de transformación. Gran parte del desafío consiste en que en el último cuarto de siglo, Kenia ha recibido oleadas de refugiados provenientes de Somalia. Muchas de estas personas aterrizan en el campo de refugiados más grande del mundo (Dadaab) – o en el vecindario Eastleigh de Nairobi. Allí, en el sitio conocido como Eastleigh Fellowship Center, iniciado por menonitas, los cristianos y los musulmanes interactúan de diferentes maneras.

    Yusuf, un menonita de Kenia quien enseña inglés en Eastleigh, sostiene conversaciones en torno a la fe, de forma regular, con jóvenes somalíes en el vecindario. Un día, uno de sus compañeros de conversación tuvo gran enojó y le dio una fuerte bofetada en la cara. “Oré a Dios para que no me enojara”, señala Yusuf, “y simplemente continué con la conversación”.

    “Más tarde, los otros muchachos que estaban presentes se me acercaron para pedirme disculpas, además de argumentar que estaban sorprendidos de que yo no hubiera peleado; entonces les dije: “Ustedes no saben cuánto me ha perdonado Dios, así que también nos ha llamado a perdonar”.

    “En ese momento me di cuenta que la paz es el mejor testimonio”, explica Yusuf. “A partir de ese momento mi relación con esos jóvenes cambió”.

    Una mujer que pastorea una iglesia menonita en Eastleigh confiesa cuán difícil es permanecer, teniendo en cuenta que muchas iglesias se han ido de la zona. En 2014 hubo una serie de bombardeos y la tensión a veces puede ser muy alta. No obstante, trabajó por muchos años en Eastleigh, enseñando en el centro de confraternidad y ayudando a los jóvenes somalíes con asuntos de inmigración. Ahora estos somalíes tienen sus propios hijos y los traen al centro, y todavía se refieren a ella como “Mamá Rebecca”.

    Existe esperanza de que este tipo de relaciones transformadoras se extiendan, pese a que los incidentes de violencia están siempre presentes en las noticias.

    De vez en cuando, el fruto de estas amistades cariñosas florece de maneras sorprendentes. Uno de estos casos ocurrió cuando los militantes de al-Shabaab detuvieron un autobús en el norte de Kenia y ordenaron a los musulmanes y cristianos que se separaran; los pasajeros se rehusaron. Los viajeros musulmanes protegieron a sus vecinos cristianos, un musulmán incluso perdió la vida en el ataque.

    Este nuevo paradigma de proximidad refleja lo mejor de las dos tradiciones de fe – amar y obedecer a Dios, amar y proteger al prójimo.

    Profetas inmigrantes

    Este nuevo paradigma de proximidad, que en última instancia es una práctica de acogida a los extranjeros – a los refugiados, a las personas desplazadas, a los inmigrantes – podría ser uno de los asuntos interreligiosos más importantes en nuestro mundo. Dar la bienvenida a los extranjeros vulnerables es uno de los elementos comunes que compartimos como musulmanes y cristianos.

    El centro de nuestra fe lo constituyen dos profetas – Jesús y Mahoma – habiendo sido los dos personas desplazadas. A estos también podríamos agregar a Moisés, quien fue una persona rechazada como resultado de un genocidio.

    Podemos entonces notar tres cosas sobre Jesús relacionadas con el hecho de dar la bienvenida a los extranjeros:

    En primer lugar, Jesús nació dentro de un pacto que se reveló en el contexto de la migración, comenzando con el profeta Abraham y culminando el evento central del Antiguo Testamento, el éxodo de la esclavitud.

    Según la Biblia, la migración es un pacto entre Dios y los seres humanos. Este pacto fue un regalo y una responsabilidad; reflejaba la bondad de Dios hacia ellos pero también los llamó a acoger al extranjero de la misma manera en que Dios les acogió durante su esclavitud: “Amaréis, pues, al extranjero, porque extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto” (Deuteronomio 10:19).

    En segundo lugar, Jesús mismo fue un refugiado, huyendo de un rey asesino hacia la tierra de Egipto. ¡Qué sorprendente cambio de la historia del éxodo! La tierra que mantuvo esclavos a los hijos de Israel por 400 años pasó a ser la tierra que recibió al vulnerable refugiado Jesús, el Mesías.

    En tercer lugar, la experiencia de Jesús como refugiado seguramente impactó su visión del mundo. Como alguien que había sido forastero y extranjero, pasó su vida desafiando las divisiones que mantenían a la gente excluida.

    Durante su vida y ministerio, Jesús fue más allá de cualquier tipo de frontera, – limpio/impuro, santo y pecador, rico y pobre. La vida de Jesús consistía en hacer un llamado a una vida de comunidad, de generosidad, que reflejaría el amor ilimitado de Dios hacia todas las personas.

    Esta enseñanza central de Jesús está perfectamente plasmada en Mateo 25: “Porque tuve hambre, y me disteis de comer, tuve sed, y me disteis de beber, fui forastero y me recogisteis, estuve desnudo y me cubristeis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel, y vinisteis a mí” (vs. 35–36). Jesús cumple el llamado original al pueblo de Dios, consistente en seguir el ejemplo de Dios como libertador y proveedor de nuestros semejantes.

    El profeta Mahoma, un huérfano, se unió a una larga línea de profetas cuya obediencia a Dios resultó en hijra, el término coránico para referirse a la inmigración. Se identificó como un inmigrante, expresando que es como un viajero que se queda por un breve período para descansar bajo la sombre de un árbol para luego continuar con su viaje.

    El Corán habla en nombre de los oprimidos y los débiles en la tierra, diciendo: “¿No era la tierra de Dios lo suficientemente espaciosa como para que pudieras huir en busca de refugio?” (4:97). En otras palabras, la tierra le pertenece a Dios, y aquellos que tienen autoridad deben cuidar de los refugiados.

    En el sexto año de la profecía de Mahoma, envió 83 miembros de su comunidad para buscar refugio de los mecanos en el reino cristiano de Abisinia (la actual Etiopía). Cuando los mecanos le pidieron al rey Negus que les entregara a los inmigrantes, el rey protegió a los inmigrantes musulmanes; varios versos del Corán alaban su bondad. Este evento es un ejemplo importante de amor mutuo entre musulmanes y cristianos.

    Nuestros profetas principales – Moisés, Jesús y Mahoma – fueron personas desplazadas. Nuestras Escrituras nos cuentan de la especial preocupación de Dios por las personas que han sido marginadas. Debemos reconocer que el cuidado de los inmigrantes es fundamental para vivir nuestra fe.

    —Peter Sensenig, junto a su esposa Christy y dos hijos, trabaja con la Junta Menonita en África Oriental en una zona mayormente musulmana de Tanzania, enseñando sobre la paz en un centro interreligioso en una universidad. También cuenta con la oportunidad de tomar parte en los diálogos entre musulmanes y cristianos en diferentes partes del este de África. Las reflexiones anteriores surgen de dichos diálogos.

    Este testimonio hace parte de los recursos para la adoración del Domingo de la Paz 2018. Haga clic aquí para ver más: www.mwc-cmm.org/domingodelapaz

  • Un saludo de parte de la Iglesia Menonita de Vietnam para el mundo.

    A lo largo de su historia, los integrantes de la Iglesia Menonita de Vietnam (VMC por su sigla en inglés) nunca han dejado de demostrar su capacidad de recuperación y su compromiso de vivir en el camino pacífico de Cristo.

    Establecida inicialmente en 1964 en Saigón (actual ciudad de Ho Chi Minh), VMC tuvo diversos períodos de esperanza, sufrimiento y posteriormente restauración. Así, tenemos un secreto para lograr esta capacidad de resiliencia; la VMC siempre enfatiza el rol de los jóvenes en el desarrollo de la iglesia. Los jóvenes son firmes en sus creencias, tienen la energía, las capacidades, y con la visión y la orientación adecuadas, pueden contribuir de una mejor manera.

    Comprendiendo esto, alentamos a los jóvenes a tomar la iniciativa, a asumir la responsabilidad y a liderar el camino. Así es como tomamos muy en cuenta el versículo de la Biblia que dice: Evita que te desprecien por ser joven; más bien debes ser un ejemplo para los creyentes en tu modo de hablar y de portarte, y en amor, fe y pureza de vida.  (1 Timoteo 4:12).

    Nosotros empezamos a hacer esto desde que la Iglesia fue establecida hace 50 años, y aun hoy en día continuamos haciéndolo.

    Cuando en 1975 la guerra entre EE.UU y Vietnam finalizó, la comunicación entre la iglesia vietnamita y la comunidad mundial menonita fue en su mayoría suspendida. Durante cuatro décadas, fuimos considerados una iglesia clandestina.

    No obstante, en 2009, la VMC recibió el estatus legal por parte del gobierno vietnamita para operar. Un poco más tarde durante ese mismo año, la Iglesia se convirtió en miembro del Congreso Mundial Menonita (CMM) en la Asamblea en Paraguay. Sabíamos que era el momento para que la Iglesia se reconectara con la comunidad menonita mundial.

    Y precisamente, una de las maneras de lograr este propósito, es través de los programas de intercambio de voluntarios para jóvenes, tales como los programas del Comité Central Menonita IVEP y YAMEN (este último tiene una de sus posiciones en conjunto con el CMM). Seleccionamos a los mejores candidatos entre los jóvenes de la Iglesia para participar durante un año de servicio voluntario en el exterior.

    Durante este año de servicio, estos jóvenes son embajadores de la Iglesia, y a su regreso, juegan un papel fundamental en la generación de amistad y colaboración entre VMC y otras congregaciones miembros del CMM.

    Estos jóvenes líderes harán buen uso de las experiencias aprendidas en su tiempo de servicio con el CMM para ayudar a fortalecer la Iglesia cuando regresen. He llegado a apreciar verdaderamente el lema del CCM: alivio, desarrollo y paz en el nombre de Cristo.

    Con esta expectativa además de dedicación, fui la tercera persona joven de Vietnam en servir con el CCM. Todos terminamos nuestros periodos de intercambio listos para compartir las grandes historias de amistad y hospitalidad vivenciadas, asimismo, listos para compartir sobre cómo la experiencia amplía las perspectivas con respecto a la comunidad anabautista a nivel mundial.

    Durante la guerra en Indochina, el CCM vino a Vietnam para hacer trabajo de ayuda en emergencia y para incidir en favor de la paz entre los EE.UU. y los vietnamitas. Después de la guerra, otras ONG`s se marcharon al mismo tiempo que las tropas estadounidenses, no obstante, el CCM permaneció para continuar el trabajo de desarrollo, ayudando de esta manera al pueblo de Vietnam. Este modelo continúa siendo aplicado en Corea del Norte, Iraq, Siria, RD del Congo así como en otras zonas en conflicto. Independientemente de las tendencias políticas o religiosas de las personas, el CCM trabaja con aquellos que están dispuestos a asociarse.

    El futuro está lleno de esperanza y expectativas, ya que los jóvenes voluntarios ayudan a la Iglesia a mantenerse conectada con la comunidad mundial menonita, además de traer nuevas oportunidades para hacer el trabajo al que Dios nos envía, tanto en Vietnam como en otros lugares.

    Un comunicado conjunto del Congreso Mundial Menonita y el Comité Central Menonita escrito por Thien Phuoc Quang Tran, hijo de un pastor de la Iglesia Menonita de Vietnam (VMC) en la ciudad de Ho Chi Minh, sur de Vietnam. Él sirvió como pasante IVEP – CMM en Naciones Unidas en la ciudad de Nueva York, EE.UU, 2017 – 2018.

    Jóvenes adultos candidatos de una iglesia miembro del Congreso Mundial Menonita (CMM) en el hemisferio sur, con conocimientos en relaciones internacionales y un compromiso fuerte con la resolución de conflictos y la construcción de paz, están invitados a aplicar para una pasantía de un año en la oficina de las Naciones Unidas del Comité Central Menonita en la ciudad de Nueva York, EE. UU. Animamos especialmente las aplicaciones de América Latina y el Caribe.

    Haga clic aquí para más información.

  • “No podemos callar nuestra historia, debemos compartirla”. Este fue el mensaje que Danang Kristiawan llevó a casa después de asistir al MERK, Congreso Menonita Europeo (CME por su sigla en español) llevado a cabo del 10 al 13 de mayo de 2018.

    La reunión de los menonitas europeos la cual se realiza cada seis años, fue más grande que nunca, con un total de 2300 personas asistentes a alguno de los segmentos del programa.

    Hubo cantos multilingües, un recuento multimedia de la historia anabautista, testimonios de numerosos países, sermones, exposiciones de arte además de actividades de sanidad.

    Representantes de diferentes generaciones, de nueve conferencias, contribuyeron con la planificación del evento. Dentro de los asistentes se incluyeron menonitas rusos-alemanes y grupos anabautistas emergentes de Italia, Reino Unido, Polonia, Lituania, Ucrania, Serbia y Albania, además de las iglesias anabautistas nacionales de Francia, Países Bajos, Suiza, Alemania, Austria, Portugal y España.

    El CME es una de las pocas posibilidades para conocer una cantidad tan significativa de anabautistas a través de las fronteras, expresó Vicky van der Linden, estudiante de Doopsgezinde Gemeente Groningen, quien se está volviendo a capacitar pasando de ser historiadora a teóloga. “Me hace sentir que soy parte de una familia más grande, que entiende y respeta las perspectivas de los demás sobre la vida así como la vida en el espíritu de Cristo”.

    Los menonitas holandeses también trajeron con ellos a cuatro jóvenes líderes de la iglesia de Indonesia, como invitados especiales al congreso.

    “Fue bueno ver que habían participantes del exterior de Europa”, dijo van der Linden. “Eso es valioso, porque ellos pueden compartir lo que han visto y escuchado en su regreso a casa”.

    El pastor de Indonesia Danang Kristiawan quien participó en el CME (Congreso Menonita Europeo) como invitado de los menonitas de Holanda conoce al teólogo Menonita Fernando Enns. Foto: Danang Kristiawan.

    Kristiawan hizo justamente eso; el primer domingo que estuvo de vuelta, dio un sermón relacionando el tema del congreso, “la trasmisión”, con el trabajo esencial del Espíritu Santo que comenzó en el Pentecostés.

    “La transmisión se necesita en dos niveles: hacia las próximas generaciones y hacia otras comunidades”, expresó Kristiawan. Este mensaje fue particularmente oportuno en Indonesia, donde un reciente bombardeo a la iglesia fue llevado a cabo por una familia. “Si los terroristas trasmiten odio y violencia, como comunidad menonita, debemos ser más serios para compartir el amor y la paz, comenzando por la familia”, argumentó el antes mencionado participante.

    A través de las discusiones de la conferencia, el CME transmitió amor y unidad en medio de la diversidad y el aprendizaje.

    “La mejor parte del CME fue ver que muy tranquilamente, los hermanos y hermanas de la familia menonita, pueden interactuar entre ellos y sentirse como una gran comunidad”, puntualizó van der Linden. “Esto ocurrió especialmente durante las comidas y durante el proyecto de los kits escolares del CCM”.

    Basado en sus experiencias en Indonesia, en donde los cristianos son minoría, Kristiawan pudo transmitir otra perspectiva en la discusión con respecto a la demostración de hospitalidad hacia los extranjeros. “La iglesia también necesita percibir nuestra identidad como invitados, invitados que ofrecen e involucran en la paz a sus anfitriones”. “La trasmisión del evangelio desde la iglesia para el mundo, a veces es obstruida por nuestra falta de sensibilidad frente al contexto en el que vivimos”, dijo este participante. “Como la iglesia, necesitamos encarnar el evangelio en nuestro cambiante contexto”.

    Van der Linden también fue inspirada por el tema de la transmisión; ella regresa a casa ansiosa, en sus palabras, “de ver si podría darle a mi fe personal un avivamiento mientras la comparto con otros”.

    —Comunicado del Congreso Mundial Menonita

  • Provengo de un lugar donde la gente es conocida como Banyamulenge. Pastoreamos ganado y vivimos en las altas montañas del Este del Congo, desde las cuales se puede ver el Lago Tanganyika.

    A lo largo de los años, mi gente se ha visto obligada a trasladarse de un área a otra en busca de praderas verdes para el ganado. Cuando los belgas gobernaban esta parte de África, vivíamos en lo que hoy se conoce como Ruanda, sin embargo, una hambruna severa nos forzó a dejar nuestras tierras y finalmente terminamos en las faldas de las montañas de Mulenge en la RD Congo.

    Después de años de vivir en paz allí, mi pueblo empezó a sentir los efectos del conflicto político y racial de la región; fuimos maltratados por nuestro trasfondo étnico. En los últimos 20 años, varios de los Banyamulenge han sido blanco de muchos asesinatos. Mi pueblo es despreciado, no deseado.

    En mi propia casa, mi padre era pastor y yo, era líder del coro de la iglesia. Me encantaba entrenar gente joven para cantar, pero un día tuve un sueño en el que Dios me habló: “Tu tiempo en esta iglesia ha llegado a su fin”. Le conté a mi padre sobre mi sueño y él me dejó ir, así que caminé hacia el pueblo más cercano y me dirigí a una iglesia menonita; de inmediato supe que este sería mi nuevo hogar. Finalmente, comencé a liderar el coro y a entrenar a los jóvenes. Fue en este contexto y entre menonitas donde aprendí la importancia del perdón y del trabajo por la paz y la reconciliación. Supe que esto sería parte de mi futuro ministerio.

    Como Banyamulege, este tiempo no fue fácil para mi, dado que mi propia gente seguía siendo maltratada; incluso mi propia vida se vió amenazada un buen número de veces.

    Aunado a lo anterior, en el 2003, mis padres fueron asesinados mientras huían dejando sus lugares de origen. Decidí que también era hora de irme, así que viajé a Burundi, lugar en el que viví por tres años en un campo de refugiados.

    Después de esto regresé al Congo por seis meses para verificar si el entorno de mi pueblo había cambiado, pero todo seguía siendo demasiado difícil, así que esta vez hui a Malawi donde otra vez tuve un espacio en un campo de refugiados.

    En Malawi, el campo de refugiados estaba lleno de conflicto y desesperanza. Incluso entre los cristianos existía mucha división y contienda. La gente de los diferentes grupos étnicos se aislaba, asimismo, la brujería era predominante.

    Entre los refugiados, empecé a ejercitar mi don como evangelista y obtuve una respuesta positiva por parte de la gente. Durante mi primer año en el campamento inicié una iglesia con un grupo pequeño de discípulos, íbamos de puerta en puerta invitando a todos a seguir a Jesús.

    A menudo compartí sobre Ezequiel, en donde el profeta habla acerca de la forma en que Dios dispersó a su pueblo entre las naciones porque lo habían abandonado, pero también les ofreció su perdón: “Les daré un nuevo corazón, y les infundiré un espíritu nuevo; les quitaré ese corazón de piedra que ahora tienen, y les pondré un corazón de carne” (36:26).

    Así que la nueva iglesia llegó a ser una reunión de corazones apacibles enfocados en las enseñanzas de Jesús acerca del perdón y el amor hacia nuestros enemigos. Nuestro mensaje era sencillo: así como Dios nos ama, debemos amarnos los unos a los otros.

    Durante ese tiempo un hombre se unió a nuestra iglesia. Él también era un refugiado proveniente del Congo, así que lo recibí en mi hogar. Después de un tiempo, me di cuenta de que él era quien había asesinado a mis padres en Congo.

    En ese momento noté que mis enseñanzas – las enseñanzas de Jesús- estaban siendo puestas a prueba. Mi deseo era ser parte de una iglesia que se tomara las escrituras en serio, y que estuviera basada en la paz y la reconciliación. Si Dios me perdonó, yo tenía que perdonar a los demás. Entonces, perdoné a este hombre por lo que le hizo a mi familia.

    Hoy, nuestra iglesia está construida sobre las bases de la paz y el amor de Cristo.

    Estamos predicando este evangelio y Dios nos está bendiciendo. Ahora hay 11 iglesias más en esta área. Me encanta lo que Dios está haciendo en este lugar; ver crecer a estas iglesias llena mi corazón de alegría.

    ¡A Dios sea la gloria!

    —Originalmente publicado por MB Mission en Witness (Invierno 2017). (Publicación utilizada con autorización).

    Este testimonio hace parte de los recursos para la adoración del Domingo de la Paz 2018. Haga clic aquí para ver más: www.mwc-cmm.org/domingodelapaz

  • La Biblia nos cuenta historias sobre transiciones en el liderazgo: Moisés caminó con Josué y lo preparó para guiar a los israelitas; historias en el libro de Reyes, cuentan sobre aproximaciones menos sabias para la finalización de un ministerio.

    Hoy en día una transición de liderazgo saludable es más necesaria que nunca. Hay varios elementos a tener en cuenta: el llamado de Dios además de disposición y humildad para servir y ser servidos – tanto por parte del futuro líder como por parte de quienes están dejando el liderazgo.

    En su encuentro anual de líderes llevado a cabo del 24 al 26 de febrero de 2018, la Iglesia Anabautista en España (AmyHCE – Anabautistas, Menonitas y Hermanos en Cristo de España) discernió estos 10 principios de un liderazgo a la imagen de Cristo pensando en cómo desarrollarlo en la próxima generación.

    1. Tenemos que luchar con nosotros mismos para superar nuestra historia y nuestras tendencias, asimismo, volver a la vida de los primeros discípulos y de la iglesia primitiva.
    2. Es importante que conozcamos nuestros propios dones (tanto naturales como espirituales) y que estos sean reconocidos por otros, permitiendo así que los mismos se desarrollen.
    3. Es importante que seamos modelos los unos de los otros y que transmitamos el deseo y entusiasmo de servir a Dios, no como si esto fuera una carga.
    4. Es fundamental despertar la sed de Dios en los jóvenes.
    5. En el Nuevo Testamento no había pastores: no necesitamos grandes pastores sino un montón de pequeños siervos deseosos de servir a Dios.
    6. Los jóvenes necesitan recursos al desarrollar sus dones, así como escuchar a Dios y lanzarse al servicio.
    7. Los jóvenes nunca deberían caminar solos; debe haber alguien a su lado para darles seguridad, instrucción y confianza, además de ayudarles a levantar si se caen.
    8. Es mejor empezar ahora a cambiar conjuntamente, comenzando con el empoderamiento de los jóvenes que ya están involucrados en algún ministerio.
    9. El discipulado es un proceso que consiste en caminar juntos los unos con los otros así como con Jesús. Esto requiere dedicación, compromiso y comprensión de la relación (reconocimiento de la posición de cada uno así como de la sujeción).
    10. Orientación y guía es un regalo que puede ser proporcionado por gente experimentada.

    “Dialogar siempre es bueno, y más aún cuando hay un objetivo común”, indica Judit Menéndez Olalla, una joven líder que participó en el evento.

    “Los líderes con experiencia tienen aún mayor anhelo que los propios jóvenes, de que la rueda avance y el relevo de liderazgo sea una realidad. Que distintos jóvenes fuéramos invitados a participar de este retiro fue una muestra práctica de que su deseo por trabajar y servir con nosotros es real.

    “El mayor desafío no está tanto en el relevo generacional, sino en aprender a trabajar juntos”.

    —Karla Braun, Comunicado del Congreso Mundial Menonita

  • “Los miembros de mi congregación son violadores, secuestradores, asesinos y estafadores –todos lavados por la sangre de Jesús nuestro Señor”, expone el pastor Ignacio Chamorro Ramírez.

    Chamorro es el director de un programa de transformación integral y uno de los pastores de la Iglesia La Libertad en la hacinada penitenciaria nacional de Tacumbú en Paraguay –él fue alguna vez prisionero como aquellos hombres a quienes ahora sirve. La vida de Chamorro es un testimonio de la transformación por causa del Espíritu Santo.

    El hecho de pasar su juventud en las calles sin supervisión lo llevó a tomar malas decisiones. A la edad de 19 años, Chamorro fue a la cárcel durante 20 días por robo; “fue una experiencia traumática, pero no generó cambio alguno en mi vida”, comenta. Unos años más tarde, Chamorro fue encarcelado, según él mismo explica, “por un crimen que no cometí; no me cobraron por el crimen que sí había cometido”. El resentimiento y la amargura crecían en su corazón, no obstante, rechazaba cualquier invitación a la iglesia.

    Un día, fue con un amigo a estudiar matemáticas; “la persona que lideraba estaba hablando de Dios, y como yo no tenía nada más que hacer, me quedé”, resalta. “Allí, Dios tocó mi corazón; algo nuevo comenzó en mi vida”.

    Así conoció La Libertad: una iglesia dentro de una prisión. “Aprendí sobre el beneficio del discipulado… fui bautizado, y comencé a hacer por otros lo que ellos habían hecho por mí”. Cuando fue liberado, terminó la secundaria, estudió teología en el Instituto Bíblico Asunción, y ha trabajado con La Libertad desde el año 2012.

    Los reclusos en la inicua prisión de Tacumbú en Asunción participan en la Iglesia La Libertad, un ministerio de la Iglesia de los Hermanos Menonitas en Paraguay. Foto: Ignacio Chamorro Ramirez.

    Miembros de Mennoniten Brüder Gemeinde Concordia (Iglesia Concordia de los Hermanos Menonitas) comenzaron un ministerio en la cárcel en 1984. Por más de una década, el ministerio de justicia ha tenido un acuerdo con la congregación para administrar esta área con 535 de los 3290 presos de esa cárcel. Aproximadamente 130 de ellos son miembros comprometidos con la iglesia.

    El programa administrado por la iglesia al interior de la cárcel, hace énfasis en la espiritualidad y la educación. Ofrece alfabetización y programas vocacionales: “provee oportunidades para restablecer la dignidad y la libertad económica”, argumenta Chamorro, “y, lo más importante, oportunidades para crecer y desarrollar la vida de la persona en Cristo, además de continuar en el camino en paz”.

    “Dios tiene poder. Dios cambia a las personas,” afirma.

    Chamorro compartió su historia en la reunión trienal de la Fraternidad Mundial Misionera (GMF por su sigla en inglés) y de la Red de Servicio Anabautista Mundial, en Kenia en abril del 2018. El ministerio carcelario es parte del trabajo realizado por Vereinigung der Mennoniten Brüder Gemeinden Paraguays, miembro de la GMF. “Les animo a tener una iglesia dentro de una penitenciaria”, finalizó Chamorro, “es un gran honor”.

    —Karla Braun, Comunicado del Congreso Mundial Menonita

  • La Asociación Internacional de los Hermanos en Cristo (IBICA, por su sigla en inglés) es la red que articula a todas las conferencias nacionales de la Iglesia de los Hermanos en Cristo y tiene el objetivo de facilitar la comunicación, fomentar la confianza y la cooperación dentro de nuestra comunidad mundial, además, establecer una comprensión conjunta y mutua a través de nuestros valores fundamentales. IBICA, uno de los miembros asociados del CMM, tiene un número estimado de 190.000 asistentes distribuidos en 30 países alrededor del mundo, quienes representan decenas de iglesias nacionales.

    Nepal y Canadá Se Asocian Para la Paz

    El Proyecto Nepal PEACE (Proporcionando Asistencia Esencial para la Educación de los Niños) fue creado por los líderes en la Iglesia Hermanos en Cristo (HEC) de Nepal y está diseñado para funcionar dentro del sistema educativo local preexistente y las comunidades dentro de las iglesias. Las iglesias locales del HEC Nepal brindan tutoría y apoyo de mentores, y con el apoyo de las iglesias canadienses “Be In Christ” (Hermanos en Cristo), brindan útiles escolares para los estudiantes de las aldeas rurales. Los niños inscriptos en el proyecto pueden seguir formando parte de sus comunidades locales y, al mismo tiempo, acceden a apoyo con materiales escolares, aranceles escolares, uniformes escolares, tutorías, atención médica, inscripción en organizaciones religiosas locales y tutoría espiritual. Esta es una oportunidad maravillosa para que dos iglesias nacionales se conecten, se relacionen y se apoyen mutuamente.

    —Doug Sider, director ejecutivo, “Be In Christ” (Hermanos en Cristo), Canada

  • La Comunidad Internacional de los Hermanos Menonitas (ICOMB, por su sigla en inglés) está compuesta por 21 iglesias nacionales en 19 países con aproximadamente 450.000 miembros. ICOMB existe para fomentar las relaciones y los ministerios, para resaltar el testimonio y el discipulado de sus iglesias nacionales miembros – conectando, fortaleciendo y ampliando.

    Cumbre, del 3 al 5 de junio, 2018

    La posta del liderazgo pasó de David Wiebe a Rudi Plett. David le entregó a Rudi un plato dado a ICOMB del líder de la Conferencia Mundial Menonita (CMM), Larry Miller, como símbolo de la relación de ICOMB con el CMM. Rudi compartió su visión para el futuro y los delegados se reunieron para orar por él y encomendarlo.

    Resumen de lo acontecido

    Discutimos la fusión entre MB Mission y C2C. Esta nueva entidad se llamará “Multiply” (Multiplicar). ICOMB se convertirá en «la madre» (dando identidad y una familia) para las conferencias nacionales de la iglesia, mientras que Multiply será como una «partera» que ayudará a dar nacimiento a nuevas redes y conferencias.

    Hay más de 30 redes de iglesias locales en diferentes etapas de madurez y desarrollo.

    Vic Wiens recibió un nuevo mandato de MB Mission para trabajar con ICOMB. Se convertirá en Entrenador de Conferencia Emergente y apoyará a conferencias en su camino hacia la membresía de ICOMB, y ayudará a construir la red de educación / capacitación en todas las regiones.

    Elección de nuevos miembros ejecutivos de ICOMB
    Emerson Cardoso (Brasil), ex secretario de ICOMB, fue elegido presidente. Andreas Isaak (Alemania VMBB), fue elegido como secretario.

    —Rudi Plett, director ejecutivo

  • Las praderas canadienses podrían parecer un lugar difícil para vivir. Hace mucho frío en invierno. La temporada de crecimiento es corta, y las opciones de cultivo son limitadas.

    Es posible que los habitantes de las praderas de Canadá piensen que el cambio en los patrones climáticos sea algo positivo ya que, año tras año, los inviernos son más suaves de lo que recordamos. ¿Quién quiere andar en bicicleta sobre la nieve y el hielo cuando podría conducir un automóvil con calefacción? ¿Por qué deberíamos incomodarnos y preocuparnos por la Tierra?

    Los científicos están haciendo sonar las alarmas sobre el estado de la Tierra. Como quieras llamarlo, lo que sea que creas que lo causó, los científicos coinciden en que el cambio climático está ocurriendo.

    Para los cristianos anabautistas centrados en Jesús, en la comunidad y en la reconciliación, cuidar de la creación de Dios no es una acción política, sino un llamado divino.

    En nuestra adoración a Dios, prestamos atención al entorno físico donde vivimos. Le agradecemos a Dios por su trabajo creativo, y asumimos nuestra responsabilidad como mayordomos. Nuestra tarea de atender y cuidar está escrita en todo el Antiguo y Nuevo Testamento, señala Muller Nzundzi en el artículo principal (págs. 3–10).

    De igual manera, amamos a la gente, hecha a imagen de Dios, ya sea que esté cerca o lejos.

    El cambio climático hace que las personas sufran: a menudo, los más afectados son los que tienen menos recursos para adaptarse o recuperarse. El aumento de la frecuencia y la gravedad de los patrones climáticos extremos significan que las tormentas son más destructivas, las sequías duran más y las inundaciones son más severas. El resultado son casas y medios de subsistencia destruidos, hambre, desplazamiento e incluso muertes.

    Como cristianos, debemos ser conscientes de cómo nuestras acciones han afectado a nuestro prójimo -ya sea un vecino o quien esté del otro lado del mundo-, y emprender diversas acciones, grandes o pequeñas, para ayudar en vez de dañar el medio ambiente.

    En las zonas rurales de Filipinas, una organización de raíces anabautistas llamada Café por la Paz, enseña que la Tierra no necesita sufrir para que los humanos puedan ganarse la vida (12). Capacitan a campesinos para que trabajen en paz con la tierra, y en paz con sus vecinos y con Dios.

    Rebecca Froese de Alemania tiene la oportunidad de actuar a gran escala (11). Participa en el Consejo Mundial de Iglesias, y asistió a los Acuerdos de París sobre el clima para hacer un llamado a la justicia. También emprende acciones en su congregación local, tales como iniciativas solares y de reciclaje.

    De manera similar, José Antonio Vaca Bello actúa de ambas maneras en Colombia (13). Trabaja con diversos aliados para instar a la moderación y a mejores prácticas, a fin de detener la degradación ambiental a causa de la explotación de recursos en su ciudad. Pero también participa en su iglesia local, enseñando que las medidas sencillas pueden marcar una diferencia.

    Con sede en EE. UU., la Red Menonita para el Cuidado de la Creación (www.mennocreationcare.org/) proporciona recursos didácticos y litúrgicos que se pueden descargar desde su sitio web. Katharine Hayhoe, cristiana evangélica y científica climática, publica videos en YouTube y Facebook para enseñar sobre estas problemáticas. A nivel comunitario, Carole Suderman escribe consejos sobre la vida sencilla para su congregación menonita local, en Boulder, Colorado. A lo largo de más de veinte años, ha escrito unas mil sugerencias sobre prácticas domésticas, y actividades estacionales o de incidencia política. Todos estos pequeños pasos están arraigados en sus convicciones menonitas de sencillez, responsabilidad en la tarea que Dios nos encomendó y el amor por la gente.

    Es fácil sentirse desesperanzados o fatalistas cuando consideramos la complexidad de la creación de Dios, y los cambios que está sufriendo debido a las acciones humanas. Nuestro llamado a participar en el reino al revés que Jesús anunció, no nos permite no hacer nada. El Dios que nos salva nos invita también a hacer su trabajo en la Tierra.

    Karla Braun, redactora jefa de Correo y escritora para el Congreso Mundial Menonita, reside en Winnipeg, Canadá.

    Este artículo apareció por primera vez en Correo/Courier/Courrier en abril de 2018.