¡Señor ten misericordia!
¡Cristo, ten misericordia!
¡Señor ten misericordia!
¿Cuándo, oh Señor, aprenderemos que la paz no se consigue por la fuerza?
¿Cuándo, oh Señor, aprenderemos que la paz no se consigue mediante la lucha?
¿Cuándo, oh Señor, aprenderemos que la paz no se consigue conquistando a otros?
¿Cuándo, oh Señor, aprenderemos que la paz no llega a través de mecanismos de muerte?
Observamos con horror la violencia cada vez mayor que se apodera de la gente y sus naciones en el Medio Oriente.
Lamentamos la fe puesta en el poder militar.
Lamentamos la fe depositada en las armas que supuestamente vencen a los enemigos, pero que sólo perpetúan los ciclos de violencia.
Lamentamos la fe puesta en la violencia, como si eso pudiera generar relaciones justas.
Los cristianos estamos llamados a encarnar una fe que busque el bienestar de los demás, no su muerte. Los cristianos estamos llamados a encarnar una fe que baje las armas en lugar de participar en el ciclo de violencia que no cesa de aumentar. Los cristianos estamos llamados a encarnar como nuestro caminar de fe los caminos de la paz, no los de la violencia. Los cristianos estamos llamados a amar a nuestros enemigos –o a negarnos a tener enemigos– y a superar barreras para construir puentes de respeto, reciprocidad y conciliación incluso con aquellos que puedan ser hostiles. Los cristianos estamos llamados a participar en una fe que siga y busque vivir los caminos de Jesucristo, el Príncipe de Paz.
Asimismo, los cristianos estamos llamados a invitar a otros, incluyendo a aquellos de otras religiones, a buscar alternativas a la violencia y vivir en un futuro diferente donde todos podamos encontrar vida y bienestar.
Los cohetes no traerán la paz.
La invasión no traerá la paz.
La violencia no traerá la paz.
Enough! Basta! Ça suffit !
Dios, Padre del cielo, ten misericordia de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten misericordia de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros.
Santísima Trinidad, un solo Dios, ten misericordia de nosotros.
El reverendo Bleise Nzamba, representante legal de la Igreja da Comunidade Menonita em Angola (ICMA), falleció el 30 de marzo del 2024. Él sirvió en el Concilio General del Congreso Mundial Menonita en Indonesia en el 2022 y en Kenia en el 2018.
El Reverendo Bleise Nzamba estudió en el Nyanga College de la República Democrática del Congo, donde también fue bautizado en la iglesia Menonita del Congo. En 2013, se graduó de estudios teológicos en el Instituto Superior no Huambo en Angola, y recibió una maestría en teología de Logos Faculdade Batista en 2024.
Fue ordenado Reverendo Párroco en la Igreja da Comunidade Menonita em Angola. En 2010, fue nombrado Superintendente de la Provincia Eclesiástica de Luanda hasta el final de su mandato en diciembre de 2013.
De 2014 a 2017, Se convirtió en representante legal adjunto del ICMA.
En diciembre de 2017, fue elegido para el cargo de representante legal del ICMA y fue reelegido para el mismo cargo en la VIII Asamblea General Electiva en diciembre de 2023 en la ciudad de Dundo, Provincia de Lunda-Norte.
“El fruto de su labor es evidente en lo que Dios está haciendo en la Comunidad Menonita en Angola”, declara el boletín de la Misión Intermenonita de África.
“Estamos agradecidos por el servicio de los líderes de la iglesia y nos lamentamos junto con aquellos que han perdido a un mentor y amigo. Oramos por sabiduría mientras la iglesia ICMA discierne quien será su nuevo líder para el rol de representante legal. Oramos para que los miembros de ICMA sigan caminando en fidelidad a Jesús, viviendo como constructores de paz y compartiendo el evangelio”, expresa César García.
El Reverenda Mahamba Leontina y sus tres hijos y cinco nietos están de luto por la muerte del reverendo Bleise Nzamba.
EE. UU.
Crecí en Guatemala en iglesias evangélicas y pentecostales. Nuestras canciones, enseñanzas de escuela dominical y sermones contenían teología cristiana sionista, que declara que la voluntad de Dios es el establecimiento de una patria judía en Palestina. El deber de los cristianos es apoyar a Israel. Algunas iglesias incluso exhiben una bandera israelí en su santuario.
Allí, al igual que en congregaciones menonitas evangélicas e hispanas en Calgary, Alberta (Canadá) y luego en Goshen, Indiana (EE. UU.), nuestro culto incluía canciones sobre el Dios de Israel que corta la cabeza de nuestros enemigos. Nuestras lecturas eran principalmente del Antiguo Testamento, que describía la violencia y el genocidio.
En nuestro culto, celebrábamos la muerte de los enemigos de Israel.
No me sorprende
No me sorprende que muchos que provienen de marcos teológicos similares no cuestionen las acciones del Gobierno israelí en el momento actual.
Consideran el Estado de Israel como un David que se enfrenta a un Goliat. Creen que Israel sigue siendo la pequeña nación bíblica que fue alguna vez, y no la superpotencia mundial que es actualmente.
Sostuve esa visión sionista de Israel durante la mayor parte de mi vida. Así fue, hasta que estudié historia y teología en Goshen College, en el programa de Ministerios Hispanos.
Profesores de teología como Juan (John) Driver y Ron Collins tuvieron la suficiente paciencia para ayudarme a deconstruir estos relatos violentos y reconstruir una nueva teología anabautista de la paz, con una visión diferente de Dios, Jesús e Israel.
Aprendí que la Biblia no es plana. Hay una montaña en los Evangelios, donde nos paramos con Jesús, y podemos ver y entender el resto de la Biblia a través de sus enseñanzas, visión y misión.
Por lo tanto, cuando mis hermanas y hermanos hispanos/latinos se opusieron a la resolución, “Buscar la paz en Israel y Palestina” en la Convención de la Iglesia Menonita USA en 2015, sabía exactamente de dónde venía dicha oposición.
Vengan y vean
El objetivo del grupo de trabajo era educar a los líderes sobre Palestina e Israel, y que se sumaran a un viaje de estudio en la Tierra Santa, que incluía una visita tanto a Israel como a los territorios palestinos ocupados.
Más de 110 líderes menonitas se inscribieron, incluyendo muchos de mis hermanas y hermanos hispanos/latinos que se acercaron al micrófono en la Convención en 2015.
Algunos afirmaron: “Soy pro Israel y no cambiaré de opinión”. Pero esa mentalidad fue cuestionada al escuchar historias de personas de ambos lados del muro de separación israelí.
En 2017, participé nuevamente de un viaje de estudio, que incluía líderes de la iglesia Menonita de EE. UU. (Iglesia Menonita Hispana), algunos líderes menonitas anglosajones y una pareja afroamericana.
Además de visitar los típicos «lugares santos» cristianos, fuimos detrás de los muros que cruzan muy pocos visitantes. Atravesamos puestos de control, que nos recordaban los desafíos a los que se enfrentan los miembros indocumentados de nuestras congregaciones de Estados Unidos.
Visitamos campos de refugiados palestinos y asentamientos israelíes.
Disfrutamos de la hospitalidad de hermanas y hermanos palestinos cristianos cerca de Belén, y escuchamos historias de judíos, cristianos y musulmanes por igual. En la Escuela Bíblica de Belén conocimos las complejas perspectivas teológicas cristianas respecto a dicha tierra.
Plantamos árboles de olivo en Cisjordania, cerca de asentamientos israelíes (construidos en contra del derecho internacional; los colonos querían desplazar a los agricultores palestinos cristianos.
Aprendimos que el conflicto no es entre musulmanes y judíos, ni entre judíos y palestinos, sino entre el Estado de Israel y cualquiera que se oponga a la expansión de su ocupación, incluso contra personas judías de conciencia que se oponen a la expansión ilegal y al desplazamiento de palestinos.
Experiencia del apartheid
Empezamos a tener una clara idea de la experiencia del apartheid tan pronto como llegamos, viendo la gran segregación y opresión de los palestinos bajo una brutal ocupación militar.
Pudimos sentir la tensión y la segregación racial. Las personas latinas compartimos algunos rasgos físicos con grupos étnicos de Oriente Medio; a mí me preguntaban constantemente si era libanés.
Al pasar por el control de inmigración y aduana israelíes, retuvieron a una mujer para interrogarla. Cuando aterrizamos ella estaba muy emocionada y contenta. Pero cuando salió de la zona de migración y aduana, estaba al borde de las lágrimas.
Cuando habían transcurrido tres días del viaje de estudio, la mujer afroamericana de nuestro grupo quiso volver a Estados Unidos. Se sentía insegura, haciendo referencia a la época de Jim Crow en Estados Unidos.
Al final de nuestro viaje de estudio “Vengan y vean”, ya no éramos capaces de considerar el relato único de nuestra educación sionista cristiana.
Nuestro sistema de creencias y nuestra teología habían cambiado.
Compromiso con la paz
En la Convención de la Iglesia Menonita de EE. UU. de 2017, los líderes menonitas hispanos y de color fueron algunos de los primeros en acercarse al micrófono para hablar en apoyo a la resolución ‘Buscar la paz’.
Pero nuestros nuevos relatos contenían la complejidad de las historias que escuchamos y de la humanidad compartida de palestinos e israelíes.
Nos comprometimos a leer y estudiar el Documento Kairós, elaborado por nuestras hermanas y hermanos cristianos de Palestina e Israel.
¡Nos comprometimos a alzar nuestras voces!
Al ser testigo de las atrocidades de la reciente violencia en Israel, Gaza y Cisjordania, tengo presente dicho compromiso.
Es hora de utilizar nuestra influencia política cristiana para pedir un alto el fuego permanente y una resolución justa del conflicto.
Es hora de abrazar la complejidad en un mundo en el que los medios de comunicación a menudo simplifican los relatos, promueven historias desinformadas y alimentan el conflicto.
Es el momento de buscar la paz incansablemente.
—Saulo Padilla es coordinador del Programa Nacional de Educación Migratoria, CCM EE. UU. Ministerios Nacionales de Paz y Justicia.
“Debería haber justicia. Deberían pagar por el terrible daño que han cometido.” Estas y otras frases similares se han repetido en las noticias de los últimos meses.
En Colombia, mi país, he escuchado demasiadas veces las mismas frases en boca de cristianos que dicen seguir a Jesús, el Dios que eligió la compasión antes que la represalia, el que nos enseñó a dar a nuestros enemigos e incluso a nuestros opresores, no lo que se merecen sino lo que necesitan.
Mientras reflexiono sobre las imágenes de las atrocidades causadas por la guerra en incontables lugares del mundo, recuerdo las palabras de un sabio rabino judío, Jonathan Sacks, quien sirvió como Gran Rabino de las Congregaciones Hebreas Unidas de la Mancomunidad de Naciones, de 1991 a 2013. … Permítanme citar algunos de sus escritos:
“Nuestra tarea [de la fe abrahámica] es ser una bendición para el mundo… Invocar a Dios para justificar la violencia contra los inocentes no es un acto de santidad sino de sacrilegio. Es una especie de blasfemia. Es tomar el nombre de Dios en vano.”1
“Nada es más desalentador que el ciclo de venganza que acecha a las zonas de conflicto y atrapa a sus poblaciones en un pasado que no afloja nunca su control. Ese ha sido el destino de los Balcanes, Irlanda del Norte, India y Cachemira, el Medio Oriente… Las represalias son la respuesta instintiva a lo que se percibe como injusto… Los agravios históricos rara vez se olvidan. Se convierten en parte de la memoria colectiva de un pueblo…. Esto es lo que hace que la idea del perdón sea tan contradictoria. Es más que una técnica de resolución de conflictos. Es una estrategia increíblemente original. En un mundo sin perdón, el mal engendra mal, el daño genera daño, y no hay manera de romper la secuencia que no sea el agotamiento o el olvido. El perdón rompe la cadena.”2
El rabino Sacks advierte –al igual que cualquiera que haya considerado el conflicto entre Israel y Palestina– que las cuestiones son complejas. Se habría implementado si fuera sencillo encontrar una solución aceptable para los principales involucrados.
Se trata de recuerdos de larga data: los israelíes reflexionan sobre los “dos mil años de sufrimiento judío y la necesidad existencial de los judíos de tener, en algún lugar de la Tierra, un espacio defendible”, escribe el rabino Sacks, y los palestinos recuerdan “el desplazamiento y la pérdida, la impotencia política y las dificultades económicas, la derrota humillante y la ira.”3
A medida que cada grupo intenta proteger su propio espacio, sus intentos de asegurarlo a veces resultan en daños que afectan a los demás y se vuelven contra ellos mismos. “El perdón parece absurdamente inadecuado para los conflictos de intereses sustanciales y la mera dinámica de la sospecha, la desconfianza y el agravio acumulados”, escribe el rabino Sacks.
“Sin embargo, al final la paz se logra ‚Çãsi es que se logra‚Çã por medio de las iniciativas de personas que reconocen la humanidad de sus oponentes. Hasta que israelíes y palestinos sean capaces de escucharse unos a otros, conozcan la angustia y la ira de cada uno, y crean un espacio cognitivo para las esperanzas de los demás, no habrá manera de avanzar [… Como judío] honro el pasado no repitiéndolo sino aprendiendo de él, negándome a sumar dolor al dolor, aflicción a la aflicción. Por eso debemos responder al odio con amor, a la violencia con paz, al resentimiento con generosidad de espíritu y al conflicto con reconciliación.”4
Mientras escribo estas palabras, el ciclo de violencia y represalias continúa profundizándose. Es casi imposible decir algo sobre dicha situación sin hacer enojar a alguien en algún lugar, como fue el caso de la declaración sobre la Respuesta reconciliadora a la guerra en el Medio Oriente que redactamos en octubre del 2023. Y, sin embargo, estamos llamados a responder, como comunión mundial, a este y muchos otros terribles escenarios de guerra que presenciamos actualmente. Por eso le invitamos, en este número de Correo, a reflexionar sobre cómo comprender los mensajes bíblicos en términos de la realidad actual.
Sí, en medio de terribles atrocidades, las personas ‚Çãsean quienes sean‚Çã tienen derecho a exigir que a los perpetradores les toque lo merecido por lo que han hecho. Pero, gracias a Dios, no tiene por qué ser así. Gracias a Dios, Jesús nos muestra otra manera.
—César García, secretario general del Congreso Mundial Menonita, es oriundo de Colombia y reside en Kitchener, Ontario, Canadá.
1. No en nombre de Dios
2. La dignidad de la diferencia
3. Ibid., 189-190.
4.Ibid., 189-190.
Bibliografía
Sacks, Jonathan. La dignidad de la diferencia: Cómo evitar el choque de civilizaciones. España: Nagrela Editores, 2013
———. No en nombre de Dios: Cómo afrontar la violencia religiosa. España: Nagrela Editores, 2019.
Alemania
Después de la escuela secundaria, pasé un año en Cisjordania ocupada por Israel, viviendo y trabajando en Carpa de las Naciones (Tent of Nations), un proyecto ecológico cristiano-palestino de paz. Aprendí muchas cosas durante ese tiempo: desde cocinar sobre un fuego al aire libre y cuidar animales hasta recuperarme de los gases lacrimógenos oliendo cebolla cruda.
Pero los aprendizajes más transformadores y duraderos se referían a cómo interpreto y sigo a Jesús.
Fueron cristianos palestinos quienes me enseñaron a ver que Belén, Nazaret y Jerusalén son lugares reales cuyas historias formaron a Jesús. Su contexto, afectado por la opresión militar, económica y cultural, no era tan diferente a la situación de los palestinos y palestinas que viven actualmente en los campos de refugiados de Cisjordania o Gaza. Hoy como entonces, la injusticia engendra resentimiento y represión, creando espirales de violencia y complejos patrones de trauma que parecen ineludibles.
Solidaridad con los oprimidos
Es en este mundo herido adonde Dios eligió venir y solidarizarse con los oprimidos, y nos ofreció un vivo ejemplo de una manera diferente de luchar por la dignidad y la libertad, una que libere tanto a la víctima como al opresor.
Los Nassar, mis anfitriones luterano-palestinos, me enseñaron a llevar a la práctica la enseñanza de Jesús de amar a nuestros enemigos. En unas rocas colocadas originalmente por soldados israelíes como barricadas, escribieron su manifiesto: “Nos rehusamos a ser enemigos”.
Fui testigo de cómo Daher Nassar invitaba a tomar el té a los colonos armados que irrumpieron en sus tierras, haciéndoles retroceder confundidos. Al mismo tiempo, él se rehusaba a renunciar a su vínculo con la tierra y a su sueño de un futuro compartido para todos.
Los judíos y musulmanes que integraban el Círculo de Padres y Madres Dolientes también me enseñaron un nuevo concepto del perdón. Al reunirse a llorar la muerte de sus hijos e hijas en el conflicto, se daban cuenta de que las represalias no les devolvían la vida. Sólo el perdón tiene el poder de liberar a las personas de la amargura, libres para bregar por la liberación de todos y todas.
Reconciliación antes que recriminación
Presenciar estas piedras vivas me ayudó a enfrentarme honestamente a mi propia implicación en este conflicto. Mis dos abuelos lucharon en el Ejército nazi y contribuyeron al asesinato de seis millones de judíos en Europa. Los judíos se refieren a esta atrocidad como la Shoah, palabra hebrea que significa «catástrofe». Este atroz crimen contra la humanidad representa la culminación de dos mil años de deshumanización y terror hacia los judíos.
Vale la pena repetir que esta violencia fue perpetrada especialmente por cristianos; gentiles que olvidaron que habían sido incluidos en el pueblo de Dios por la gracia.
El antisemitismo es el trauma que creó la necesidad de un Estado judío. Sin embargo, este Estado no se fundó sobre una «tierra vacía», como suele decir el relato colonial, sino desplazando a cientos de miles de palestinos, cuyos hijos e hijas, nietos y nietas siguen viviendo como refugiados apátridas en todo el mundo. Los palestinos se refieren a ello como la Nakba, que en árabe significa “catástrofe”.
Estas catástrofes gemelas son las heridas fundacionales de los dos pueblos y, como ocurre con las heridas, solemos prestar más atención a las propias.
Historias que inquietan
En conversaciones con activistas israelíes y palestinos por la paz, aprendí con humildad que asumir el legado de mi implicación en la violencia no me deshonraba. Por el contrario, abría conversaciones sobre cómo considerar el arrepentimiento y la reconciliación.
Estos activistas compartieron la lenta y dolorosa toma de conciencia de que les habían mentido. Aunque la Shoah era un tema central en la educación israelí, nunca habían oído hablar de la Nakba.
Mientras tanto, las escuelas palestinas describían a los sionistas sólo como colonizadores, omitiendo que huían de la violencia genocida en Europa.
De los activistas por la paz aprendí la importancia de compartir nuestras historias y de permitir que la verdad de los demás nos inquiete. A fin de bregar por una paz justa y duradera entre el Mediterráneo y el río Jordán, debemos arrepentirnos de nuestro antisemitismo tan profundamente arraigado así como de nuestro imaginario colonial, y resistirnos a sus manifestaciones en la sociedad actual.
Hay una imagen que fundamenta mi esperanza. Todos los años, los Nassar invitaban a la gente al viñedo para ayudar en la vendimia y disuadir de forma no violenta la violencia de los colonos. Recuerdo haber cosechado baldes y baldes de las uvas más dulces que jamás he comido junto con docenas de voluntarios de todo el mundo, incluyendo a algunos israelíes.
Los israelíes y mis anfitriones palestinos, los dos por igual, asumieron riesgos considerables en este encuentro, ya que de ambos lados hay personas que se oponen rotundamente a cualquier forma de coexistencia. Sin embargo, asumieron el riesgo conscientemente, porque estaban convencidos de que la paz requiere relaciones de confianza y solidaridad que sólo se fortalecen con el tiempo y con el trabajo compartido.
La alegría por esta cosecha y el banquete de hummus, aceitunas y falafel a la hora del almuerzo, es un anticipo del reino de la familia de Dios que atesoro y anhelo volver a saborear.
—Benjamin Isaak-Krauß, copastor junto con su esposa Rianna, de Mennonitengemeinde Frankfurt’, una congregación de Arbeitsgemeinschaft Mennonitischer Gemeinden (AMG), Alemania. Representa a Deutsche Mennonitische Friedenskomitee (Comité de Paz menonita-alemán) en el Comité de coordinación de los Equipos Comunitarios de Acción por la Paz.
El Congreso Mundial Menonita no tiene iglesias anabautistas miembros asociadas formalmente en el Medio Oriente. Fue una decisión misiológica de no iniciar otra iglesia en una región caracterizada por una gran diversidad.
Sin embargo, los cristianos palestinos dan testimonio de la comunión menonita en todo el mundo. Cuando la teoría se encuentra con la realidad, ellos les han demostrado a quienes estén prestando atención, lo que significa ser fiel al llamado de Jesús a la no violencia.
Desde el 7 de octubre de 2023, los ojos del mundo se han dirigido hacia el Medio Oriente, donde un acto de violencia y vulneración ha desatado una ofensiva de muerte y destrucción.
Como cristianos, podemos recurrir a nuestra Biblia para interpretar la realidad actual a la luz de las promesas de larga data.
La respuesta a esta cuestión es diferente para cada comunidad de fe, afirma Dorothy Jean Weaver. Las respuestas de una comunidad judía surgen de la Biblia hebrea, pero como cristianos estamos llamados a vivir fielmente el nuevo pacto en el que la geografía “ya no es un factor para los discípulos de Jesús”.
Dorothy se sumó a varios académicos menonitas con experiencia en la región a fin de reflexionar sobre la lectura de hoy.
Una trayectoria de inclusión
A partir de Génesis 12, se observa la trayectoria de inclusión presente en toda la Escritura, explica J. Nelson Kraybill. Se refiere a la bendición y a la maldición, pero que llegan a través del pueblo de Israel a los demás.
“En Amós 9:7, Dios libera no solo a los israelitas sino también a otros pueblos, incluso a aquellos que son considerados enemigos de Israel”, añade Paulus Widjaja.
“Uno de los temas que se evidencia en el Antiguo Testamento en pasajes como Levítico 26 o Jeremías 7, es que el pacto con el pueblo de Dios depende de que se actúe con justicia”, afirma J. Nelson Kraybill.
“Jesús luego retoma la visión de Isaías de todas las naciones yendo al monte de la casa del Señor (Isaías 2:2), cuando se refiere a que el monte del Templo es supuestamente una casa de oración para todas las naciones (Mateo 21:13)”, comenta J. Nelson Kraybill.
Mateo (que es un Evangelio muy judío) finaliza con los discípulos saliendo de Jerusalén, saliendo de Galilea y yendo a hacer discípulos a todas las naciones, expresa Dorothy Jean Weaver.
Y lo mismo sucede en el Evangelio de Lucas. La historia inicial de Jesús se centra mucho en Jerusalén, pero al final y aún más en el libro de Hechos, “el evangelio se traslada desde Judea a Samaria hasta los confines de la tierra”, afirma Dorothy Jean Weaver.
Un marco diferente
“Let Gaza Live,” artwork by Leyla Barkman
A veces existe un problema de ignorancia incluso de parte de algunos cristianos, sostiene Paulus Widjaja. “El Israel de la Biblia y el Estado de Israel moderno son dos cosas diferentes. No podemos simplemente integrarlos como si el Israel moderno fuera el Israel bíblico.”
“Lo que me entristece es que lo que se ha creado hoy es odio, no amor. Tanto los israelíes como los palestinos se han convertido en víctimas”, expresa Paulus Widjaja.
“Según Levítico, la tierra es de Dios: las personas somos arrendatarios y extranjeros en la tierra”, señala Alain Epp Weaver. Esto se aplica tanto si se trata de Israel, América del Norte o cualquier otro lugar.
“Recordemos que, como menonitas, hemos rechazado históricamente la idea del Estado nación y la soberanía de los reyes”, asevera Jonathan Brenneman.
“Si leemos la Biblia con atención, vemos que Abraham fue elegido no para sí mismo, sino para bendecir a los demás”, dice Paulus Widjaja.
“Y, en el Nuevo Testamento vemos que estas ideas se toman y amplían para incluir a quienes integran el pueblo de Dios y son seguidores de Jesús (1 Corintios 6:19, 1 Pedro 2:9)”, agrega Dorothy Jean Weaver.
“La puesta a prueba de que seamos administradores fieles de la tierra que habitamos es si allí estamos haciendo justicia. Es necesaria una teología humana para Israel y Palestina, una teología que reconozca la imagen de Dios y de cada persona: israelí, palestina, musulmana, cristiana o judía. Dios llama al ser humano a hacer justicia y a oponerse a la violencia del Estado nación que daña esa imagen de Dios”, declara Alain Epp Weaver.
“Como anabautista, procuro profundamente un sistema que trascienda lo nacional, que sea de base comunitaria y no estatal. No está relacionado con la etnicidad. No hay justificación para la violencia en la vida de ningún cristiano porque seguimos a alguien que –incluso tras ser capturado por el Ejército imperial (la policía)– dijo ‘no será por violencia’ y curó la oreja de Malco (Juan 18:10)”, comenta Sarah Nahar.
“Al leer la Biblia hasta el libro de Apocalipsis, encontramos nuestro llamado a ser grupos de personas igualitarias y transgresoras que vivan con integridad y profundo respeto por la tierra y por los demás”, asevera.
“Es un llamado a la complejidad, no a la simplicidad. Procuramos ser personas que vivan sin necesidad de controlar a los demás”, plantea Sarah Nahar.
“Las iglesias blancas de ascendencia europea, han recibido como legado las teologías antijudías que dicen que Dios ha repudiado al pueblo judío. Es necesario que examinemos y rechacemos las teologías antijudías que han alimentado el antisemitismo”, afirma Alain Epp Weaver.
“Históricamente, el antisemitismo ha sido parte integral del colonialismo y del racismo europeos. Como anabautistas, debemos oponernos firmemente al antisemitismo como una forma de racismo”, afirma Alain Epp Weaver.
Los lectores de las Escrituras en todas partes tenemos el mismo llamado: amar la misericordia, procurar justicia, liberar a los oprimidos, liberar a los cautivos, declarar el Jubileo (Miqueas 6:8)”, dice Jonathan Brenneman.
La respuesta a “quiénes son elegidos” está en las Bienaventuranzas: bienaventurados los pacificadores; bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia; bienaventurados los pobres (Mateo 5:3-10).
“Fundamentalmente, bienaventurados los que sufren opresión”, expresa Jonathan Brenneman.
Algunos comentaristas, y también las organizaciones de derechos humanos, se han referido al Medio Oriente actual como una realidad del apartheid. Los menonitas, ¿de qué manera podemos apoyar un lugar donde todas las personas, palestinas e israelíes, vivan sin temor bajo la vid y la higuera (Miqueas 4:4)?
«Es muy difícil ver qué hoja de ruta podría trazar un camino desde la realidad actual de violencia y discriminación estructural hacia una realidad futura en una tierra en la que tanto el pueblo palestino como el israelí puedan vivir libremente, con seguridad y en paz», opina Alain Epp Weaver.
“Oramos, y apoyamos a los palestinos e israelíes que se esfuerzan por derribar los muros divisorios que impiden que nos veamos unos a otros como hijos de Dios y que dichos muros divisorios se vean. Necesitamos oponernos a los muros divisorios en nuestros corazones –y a los muros físicos construidos por el Estado de Israel– que dañan, degradan y matan a las personas”, afirma.
“Vivimos en un mundo que ha sido dividido, donde hay terrenos en que algún grupo asevera: ‘¡esto es nuestro!’ Pero nuestro llamado a ser fieles desde cualquier lugar de la sociedad en el que estemos es impulsar la justicia de Dios en la tierra, en la medida en que tengamos la energía para avanzar hacia esa meta al ser empoderados por Dios: ‘¡Venga tu Reino, hágase tu voluntad en la tierra!’ (Mateo 6:12)”, manifiesta Dorothy Jean Weaver.
“¿Quién es responsable de que se haga la voluntad de Dios en la tierra?”, pregunta Dorothy. “La respuesta definitiva es que Dios tiene poder sobre todas las cosas. Pero Dios también nos llama a actuar para hacer realidad la voluntad de Dios en la tierra. Es necesario que oremos el padrenuestro con audacia y valentía.”
Para quienes estén en Canadá y Estados Unidos, la Coalición Menonita para Desmantelar la Doctrina del Descubrimiento está ayudando a la gente en la ardua labor de reconocer que el pecado es estructural.
“Las tareas posibles para mí tienen que ver con comprender cómo las dinámicas de poder se manifiestan en todas partes; reconocer los sistemas de desplazamiento y despojo; indagar a qué costo y a costa de quién obtengo privilegios en la sociedad”, explica Sarah Nahar.
“El evangelio brinda una nueva manera de pensar acerca de nuestras vidas y nos anima a superar las barreras sin importar dónde estemos o quiénes seamos”, continúa.
“En cuestiones de ética, si quisiéramos que nuestra acción tenga sentido, dicha acción debería basarse en un relato porque, de lo contrario, la acción no tendrá ningún sentido”, comenta Paulus Widjaja.
Existe la oportunidad para aquellos que procuran relatos significativos de fundamentar la acción y el entendimiento respecto a la Tierra Santa. La Escuela Bíblica de Belén (Bethlehem Bible College), una escuela evangélica en el corazón de Cisjordania, organiza su séptimo congreso, Cristo en el puesto de control, del 21 al 26 de mayo de 2024. “Hacer justicia, amar la misericordia: testimonio cristiano en contextos de opresión”, una invitación a “¡vengan y vean!”, en persona o por transmisión en vivo. (Haga clic aquí para más información.)
Los menonitas, ¿cómo podemos ser pacíficos pero no pasivos? Cuando parece haber dos bandos, ¿es posible ser neutral sin ponerse implícitamente del lado del opresor?
“La neutralidad es una palabra muy peligrosa para nosotros porque nos permite imaginar que las cosas son equitativas y muy a menudo no son equitativas”, dice Dorothy Jean Weaver.
En gran parte del mundo, especialmente en Estados Unidos, se supone que los cristianos están del lado de los militares que están cometiendo el genocidio. Como cristianos, si no alzamos nuestras voces, se supone que estamos del lado del militarismo, de la violencia y del genocidio”, señala Jonathan Brenneman.
“Si consideramos esta cuestión desde una perspectiva teológica, entonces sí, tomamos partido, pero no con respecto al pueblo, y ciertamente no con respecto al Estado, sino que tomamos partido con respecto a los valores: la justicia, la paz, la reconciliación”, afirma Paulus Widjaja.
Los israelitas en la Biblia partían del supuesto de que Dios siempre estaba de su lado, pero en algunas ocasiones Dios dijo: “Estoy de tu lado cuando estás oprimido, pero también estoy con otros cuando ellos están oprimidos”.
Basta con considerar a los profetas bíblicos. Nunca se les podría acusar de ser neutrales frente a las situaciones que vivieron”, añade Dorothy Jean Weaver.
“Por eso me pongo del lado de los principios cristianos de la justicia, el amor y la reconciliación. Quienes estén siendo oprimidos, entonces estaré con ellos independientemente de su nacionalidad”, afirma Paulus Widjaja.
“Ha sido realmente muy valioso hacer teología en las calles, trabajando juntos con judíos, musulmanes, cristianos, bahá’ís y humanistas por un cese al fuego”, expresa Sarah Nahar, quien ve mucho más que dos bandos.
“Tuve la posibilidad de hacer teología junto a judíos antisionistas, que se afligen mucho al ver que, por un lado, su fe hermosa, multifacética y profunda está siendo destrozada por el nacionalismo y, por el otro, está siendo coartada por el militarismo”, comenta.
Los cristianos todavía se están recuperando del año 313 E.C. o d.C (Era Común o después de Cristo), cuando el Imperio se apoderó del cristianismo, por lo que podemos entender a las personas que dicen que no desean que se las asocie con una fuerza estatal.
“La violencia estatal no me protege: las relaciones me protegen. Podemos tener seguridad y espacio en un mundo compartido”, afirma.
“En un sentido escatológico”, dice Alain Epp Weaver, “hay un solo lado, el lado de la humanidad, la humanidad que Dios está reconciliando consigo a través de la obra del Espíritu, el Espíritu que derriba los muros de división y odio”.
“Para la iglesia, dar testimonio en este mundo quebrantado significa oponerse a todas las formas de injusticia, incluidas las estructuras de ocupación militar que levantan muros y profundizan las divisiones. Cuando alzamos nuestras voces a favor de la justicia, a veces la gente nos acusa de crear división. Pero, lo hacemos animados por esta visión de una humanidad reconciliada que Dios reconcilia consigo, llamándonos a volver a nuestra naturaleza creada”, afirma Alain Epp Weaver.
Los cristianos palestinos hicieron un llamado que se publicó a fines de octubre: “Responsabilizamos a los líderes y teólogos de las iglesias occidentales que apoyan las guerras de Israel por su complicidad teológica y política con los crímenes israelíes contra los palestinos”, escribieron. (Haga clic aquí para leer el documento completo).
“Vi y afirmo ese llamado”, manifiesta Alain Epp Weaver. “La Iglesia occidental ha sido cómplice del despojo de los palestinos. Y hace mucho que se debía haber alzado la voz y emprendido acciones.”
“La amplia coalición cristiana palestina que elaboró dicha carta están trabajando en armonía y denunciando el engaño de la Iglesia occidental. Ruego que la Iglesia occidental tenga oídos y corazón para escuchar”, asevera Dorothy Jean Weaver.
“Estoy agradecida por la tradición de pacifismo, que nos permite no solo tomar posturas valiente y humildemente, sino también actuar y orar con el compromiso de no eliminar a los demás”, dice Sarah Nahar.
“Si nos equivocamos, podremos esforzarnos, reparar y aprender. Transmitiré algunas de estas cuestiones en nuestro quincentenario, que algunos creen que debería ser una celebración porque hemos sido fieles, mientras que otros piensan que debería ser un momento para lamentar que nuestro cuerpo cristiano ha sido desgarrado, lo cual es también una cuestión compleja”, agrega.
“Sigamos todos trabajando y orando por la integridad en esa parte quebrantada del mundo y en nuestras propias vidas quebrantadas”, expresa J. Nelson Kraybill.
Autores
Dorothy Jean Weaver, profesora jubilada de Nuevo Testamento del Seminario Menonita del Este en Harrisonburg, Virginia, EE. UU. Además, tiene una larga trayectoria de viajes dentro y fuera de Israel-Palestina, tanto para períodos sabáticos académicos como liderando viajes de estudio y grupos de trabajo.
J. Nelson Kraybill, académico jubilado y expresidente del CMM (2015-2022). También ha tenido una participación de muchos años en Israel-Palestina como académico y líder de visitas guiadas. Recientemente se desempeñó como académico residente de la Escuela Bíblica de Belén (Bethlehem Bible College) en Cisjordania durante ocho meses.
Paulus Widjaja, pastor ordenado de GKMI. Es profesor de la Facultad de Teología de la Universidad Cristiana Duta Wacana en Yogyakarta, Indonesia.
Alain Epp-Weaver dirige la planificación estratégica del Comité Central Menonita. Vive en Lancaster, Pensilvania, EE.UU. Trabajó en la Palestina ocupada durante once años, incluidos dos años en Gaza como coordinador programático, y ha escrito y editado libros relacionados con Palestina.
Jonathan Brenneman, menonita palestino-estadounidense. Ha trabajado con Equipos Comunitarios de Acción por la Paz en Palestina y colaboró con la resolución, “Paz en Israel y Palestina” de la Iglesia Menonita USA, aprobada en 2017.
Sarah Nahar actualmente vive en Syracuse, Nueva York, EE.UU. (tierras no cedidas de la nación Onondaga). Fue la representante de América del Norte en AMIGOS, precursor del Comité YABs del CMM. Antigua directora ejecutiva de Equipos Comunitarios de Acción por la Paz, colaboró con el Comité Central Menonita en Jerusalén en el Centro Sabeel de Teología de la Liberación.
Updated 16 April 2024: date of Christ At The Checkpoint conference corrected
Paraguay
Me llamo Monika. Soy de Paraguay y fui voluntaria en Nazareth Village (Aldea de Nazaret), un museo al aire libre en Nazaret, Israel. Dicho museo recrea la vida del siglo I y su propósito es mostrar a los turistas a Nazaret en la época de Jesús.
Participé en el programa ¡YAMEN!* durante once meses, de 2022 a 2023.
Al recordar y reflexionar sobre dichas experiencias, me doy cuenta de que hubo muchas cosas que me formaron.
La Biblia, y por tanto también nuestra fe, está probada históricamente. Este hecho me quedó claro por primera vez en Israel/Palestina. Y me ayudó a valorar nuevamente mi fe. Para mí, la fe –y especialmente la persona de Jesús– era muy abstracta. Me resultaba difícil entender que Jesús se hiciera humano y viviera aquí en la Tierra.
Durante mi estadía en Nazaret, pasé mucho tiempo explicando la vida del siglo I a turistas. Transmitía la misma información una y otra vez, y de repente dejaba de ser un pensamiento abstracto. Cada vez era más fácil imaginar a Jesús enseñando en la sinagoga de Nazaret o paseando por el mar de Galilea. Me sentía partícipe de los acontecimientos de los Evangelios.
Hasta ese momento tampoco entendía que las escrituras del Antiguo Testamento se referían repetidamente a Jesús. Yo era consciente de que había versículos como el de Isaías 9 que se refieren a Jesús. Pero el hecho de que hubiera tantas promesas que Jesús cumplió era nuevo para mí. Y me entusiasmó descubrir estas conexiones.
No fueron los lugares en sí –las excavaciones o los lugares donde Jesús les habló a sus discípulos– lo que fortaleció mi fe. Fue el hecho de que lo que leo en la Biblia en muchos casos se ve confirmado por la historia. Me impresionó cómo Dios revela su existencia a través de las personas y de la naturaleza.
El museo es una réplica de un pueblo judío del siglo I, y Nazaret es ahora una ciudad árabe. La mayoría del personal son árabes cristianos, quienes representan a la Aldea.
Aunque no sabía nada de la cultura árabe y no hablaba ni una palabra de árabe, el equipo de la Aldea de Nazaret me acogió como parte del grupo desde el primer día. Siempre he admirado al personal por el tiempo y por la energía que le dedican a entablar un vínculo con los voluntarios, a pesar de que la mayoría solo se quedan unos meses.
La gente de la Aldea me enseñó a cultivar los vínculos y a no juzgar a las personas por su desempeño.
Algo muy típico de las personas árabes es preguntar por la familia. Todos los lunes me preguntaban si había hablado con mi madre por teléfono y cómo estaba ella. Llegó un momento en que procuraba llamar a mi madre el fin de semana para no tener que volver a decir que no había hablado con ella.
Aprendí que no siempre tienen que ser las palabras las que transmitan el amor de Jesús. A veces las acciones hablan más fuerte que las palabras. He llegado a querer y a apreciar al personal de la Aldea de Nazaret, y estoy agradecida por el testimonio que han dejado.
—Monika Warkentin es miembro de la iglesia Hermanos Menonitas Concordia, Asunción, Paraguay, integrante de la Convención de los Hermanos Menonitas de Paraguay. Su novio de Paraguay, la fue a visitar en su año de servicio y le propuso matrimonio en el Mar Muerto, y ahora está felizmente casada.
*La Red de Intercambio de Jóvenes Anabautistas Menonitas (¡YAMEN!) es un programa conjunto del Congreso Mundial Menonita y el Comité Central Menonita. Promueve la fraternidad entre las iglesias de tradición anabautista y el desarrollo de líderes jóvenes de todo el mundo. Participan de experiencias interculturales durante un año, desde agosto hasta el mes de julio siguiente.
“Las personas que se dedican a proyectos humanitarios y a la atención pastoral están familiarizadas con la soledad, la anhedonia, la debilidad, el abatimiento, el cinismo… Pero todo esto se lavó con agua y se limpió con toallas”, reflexionó Denis Gorenkov, pastor bautista de Ucrania, con relación al ritual de lavado de los pies con el presidente del CMM, Henk Stenvers.
Del 22 al 25 de febrero del 2024, el presidente del CMM, Henk Stenvers, con un equipo de ‘Dnipro Hope Mission’ (DHM por sus siglas en inglés), visitó Ucrania.
En un lugar de la parte occidental de Ucrania, la DHM reunió a unos 25 pastores y pastoras, bautistas y hermanos menonitas, junto con sus cónyuges, quienes trabajan en proyectos apoyados por la DHM. Muchas de estas personas en el pastorado trabajan cerca de la primera línea o incluso como capellanes.
El equipo de la DHM incluía al fideicomisario y fundador Joshua Searle, a las personas integrantes de la junta directiva estadounidense Rodger y Margaret Murchison, y al profesor de teología bautista Max Zimmermann de la ‘Theologische Hochschule Elstal’ de Alemania. Estas personas le dieron la bienvenida al presidente del CMM para que se uniera a su delegación después de que éste les pidiera ayuda para facilitar una reunión con las personas en el pastorado de los HM.
El propósito de la visita era dar a las personas trabajadoras unos días de descanso, la oportunidad de compartir sus experiencias y mostrar su solidaridad.
“Para orar, escuchar, incluso visitar durante tres breves días parece tan poco”, dice Henk Stenvers, “pero no se puede subestimar la importancia de saber que hay gente que piensa en ellas y ora por ellas”.
Henk Stenvers llevó a Ucrania equipaje extra con 400 tarjetas escritas a mano por las iglesias ‘Doopsgezinde’ de los Países Bajos. La Menno’s Global Village, una iniciativa de la juventud menonita holandesa para conectar a las personas jóvenes de alrededor del mundo inició y dirigió la colecta.
El tiempo que pasamos juntos concluyó con un culto en el que Max Zimmermann dió un inspirador mensaje basado en Efesios 3:14.
Pero el momento más impactante, tal y como relata el pastor bautista anteriormente, fue la noche del lavado de los pies y de la comunión.
El fin de semana incluyó enseñanzas sobre el descanso y el autocuidado. También hubo tiempo para que las personas en el pastorado compartieran sus experiencias.
Hablaron de dar comida y cobijo a la avalancha de personas desplazadas en los primeros días de la invasión.
Hablaron de su servicio como capellanes y del dolor de perder amistades y personas miembro de la iglesia a causa de la violencia de la guerra.
Hablaron de su enojo contra la invasión y la guerra, y de las relaciones rotas con el pueblo ruso.
Hablaron del incesante trabajo de atender las necesidades físicas y emocionales de la gente.
Hablaron de cómo las pequeñas iglesias libres se han hecho “visibles” en la sociedad, ya que ofrecen manos amigas a cualquiera que lo solicite.
“No podemos ponernos en sus zapatos, pero podemos hacer como Jesús y lavarles los pies”, dijo Henk Stenvers. Las cinco personas de la delegación de la DHM lavaron los pies a todas las personas presentes. Para muchas, era la primera vez que experimentaban este ritual íntimo y vulnerable.
“Lo introdujé como un símbolo de servicio”, dice Henk Stenvers. “Después compartimos la comunión, que simboliza nuestro estar juntos en comunidad, y también nuestro testimonio de paz. Fue una velada muy emotiva”.
Tres pastores de los HM que formaban parte de la delegación hablaron con Henk Stenvers sobre la iglesia menonita en Ucrania.
Con la colaboración de las iglesias menonitas europeas y norteamericanas, las iglesias HM han distribuido más de 2,000 toneladas de ayuda humanitaria (alimentos, edredones y otros suministros). Colaboran estrechamente con otras iglesias protestantes, como las de DHM, en las labores de asistencia.
“En tiempos como estos, las diferencias son menos importantes que el ayudar a la gente necesitada”, dice Henk Stenvers.
Acerca de la Asociación de Iglesias Cristianas de los Hermanos Menonitas de Ucrania
Fundada en el 2004, la Iglesia Menonita de Ucrania cuenta actualmente con unas 1,000 personas miembro repartidas en 18 congregaciones.
Seis congregaciones se encuentran en territorio ocupado. Se reúnen sobre todo en casas; la comunicación con el cuerpo principal puede ser difícil y se enfrentan a las sospechas del gobierno.
La iglesia y el Centro Menonita de Molochansk que las personas en el liderazgo del CMM visitaron en el 2019 han sido tomados por el ejército ruso y ahora se utilizan para objetivos militares o para propaganda.
El 29 de mayo de 2025, el Congreso Mundial Menonita (CMM) dará la bienvenida a invitados de todo el mundo a La Valentía de Amar: Anabautismo@500. La celebración que durara un día conmemora el nacimiento del movimiento anabautista en Zurich, Suiza. Después de talleres, conciertos, una mesa redonda y recorridos históricos autoguiados a pie, los participantes se reunirán para un servicio de adoración ecuménico en la catedral de Grossmünster.
Los inicios simbólicos del movimiento anabautista se remontan a enero de 1525, cuando un grupo de jóvenes se reunieron en la casa de Félix Manz para cometer un acto subversivo: el bautismo de adultos. Conrad Grebel bautizó a George Blaurock, quien bautizó a varios otros por confesión de su fe.
Su lectura de la Biblia convenció a estos primeros reformadores de que el bautismo era un símbolo de una decisión consciente de someterse al Señorío de Jesucristo que sólo los adultos pueden tomar. Su acto radical los puso en desacuerdo con la iglesia establecida, que había estado bautizando niños durante un milenio.
Como acto de consolidación de la paz y testimonio de la reconciliación reciente, el CMM está invitando a líderes de comuniones mundiales (por ejemplo, católica, luterana y reformada) que alguna vez estuvieron marcadamente en desacuerdo con el movimiento anabautista. Liesa Unger, directora de eventos internacionales del CMM, expresa que, “ese día, los anabautistas se harán visibles en las calles de Zurich”. Todos los eventos se encuentran a poca distancia y el servicio de adoración se llevará a cabo en inglés y se traducirá al francés, español y alemán.
John D. Roth, historiador y coordinador de Renovación del CMM 2025, enuncia que, “el evento tendrá un fuerte componente histórico que dejará claro por qué nos reunimos en Zurich, pero habrá un énfasis aún mayor centrado en el futuro. El movimiento anabautista continúa siendo dinámico, diverso y creativo al compartir el evangelio en muchos entornos culturales diferentes”.
Hoy en día, alrededor de 2,13 millones de creyentes en más de 80 países se identifican como anabautistas. El CMM se está preparando para recibir a cientos de invitados el 29 de mayo, incluidos los de las cinco regiones a las que presta servicios: América Latina, Europa, África, Asia y América del Norte. Se presentarán conjuntos musicales de cada región, así como un conjunto internacional, al igual que en los eventos de Asamblea Reunida del CMM.
Aquellos que asistan a la celebración del CMM pueden aprovechar al máximo su viaje a Suiza con un recorrido por el patrimonio anabautista.
TourMagination, el principal proveedor de Tours del Patrimonio Anabautista de América del Norte, ha planificado tres recorridos grupales con líderes expertos que visitarán sitios importantes en los Países Bajos, Alemania, Francia, Suiza y Austria.
TourMagination ayudó a Conrad Grebel University College a organizar una gira de exalumnos y amigos que ya está totalmente suscrita. También están ayudando a la Eastern Mennonite University con una gira.
Audrey Voth Petkau, presidenta de TourMagination, manifiesta que, «estamos comprometidos a mantener viva la historia anabautista llevando a los anabautistas a los sitios donde sus antepasados ‚Äã‚Äãvivieron, amaron y murieron por su fe. Colaborar con el CMM en el evento Anabautismo@500: La valentía de Amar es una maravillosa oportunidad para servir a la comunidad anabautista”.
¿Podrían los anabautista-menonitas practicar “recordar nuestro bautismo” como herramienta para un discipulado de por vida?
Aunque a menudo bautizan infantes, tanto católicos como luteranos, hacen un llamado —a veces cada año— al creyente a “recordar su bautismo” en una vida de discipulado.
Larry Miller, cuenta que, “les confesé con cierta vergüenza… que [aunque fui bautizado cuando era un adulto joven] ¡ni siquiera podía recordar exactamente cuándo había sucedido!”.
Estamos invitando a nuestros líderes a recordar su bautismo. ¿Qué pasa contigo? ¿Cuál es tu historia de bautismo?
Cuando me bauticé en una congregación menonita a los 20 años, una mujer también fue bautizada al mismo tiempo.
Durante el servicio, ella dio un poderoso testimonio, contando su historia de tanto sufrimiento, turbulencia espiritual y lucha familiar que condujeron a su drástica conversión. Finalmente encontró al verdadero Señor de su vida.
Su testimonio me abrumó, a un joven estudiante universitario, todavía inocente, exitoso y tranquilo en la vida.
Después llegó mi turno: estaba tan intimidado que sólo podía murmurar que decidí seguir a Jesús sólo porque sentía que de alguna manera era correcto y natural hacerlo.
Al reflexionar sobre mi vergüenza, descubrí más tarde que me convertí en menonita porque abordaba más claramente el inconformismo con el mundo como su valor fundamental.
Aunque no fue tan dramático, estaba luchando con la presión casual pero persistente de adaptarme a la cultura que me rodeaba en la sociedad japonesa de alto contexto. El énfasis anabautista en el bautismo y el discipulado de los creyentes como una forma de vida alternativa me transmitió un mensaje claro de que yo era valorado como individuo y que estaba bien ser diferente de la mayoría.
—Hiro Katano, Concilio General para Nihon Menonaito Kirisuto Kyokai Kyogikai (Japan Mennonite Christian Church Conference), Japón
Mis padres me dijeron: “ahora es tiempo de pensar en el bautismo. Tienes que pedir perdón y aceptar a Jesús como tu Salvador personal”.
Todos íbamos a la iglesia, pero esa vez no entendí mucho sobre un encuentro personal con Jesús. El pastor me enseñó sobre la Biblia en clase durante 10 días.
El día que me bauticé fue el 16 de noviembre de 1986. Tenía 20 años. Me vestí con ropa blanca y fui bautizado en la Iglesia Bethel (miembro de la Iglesia Menonita de la Conferencia General de Bhartiya).
El día anterior toda la familia oró junta. El domingo por la mañana compartí mi testimonio frente a toda la iglesia y luego fui bautizado. Todos vinieron, me besaron y me bendijeron, así que me sentí realmente especial. Luego me hice miembro de la iglesia.
Después de mi bautismo, sentí que había entregado mi vida a alguien, así que debía tener cuidado. Ese entendimiento estaba conmigo, pero cometí errores. Aprendí lentamente.
Muchas veces oré y recibí respuestas. Cuando me gradué, oré por un trabajo en el que también pudiera servir a la iglesia. Dios me guió y mi padre me aconsejó que aceptara un trabajo docente. Muchos años después, tuve la oportunidad de servir en la iglesia.
Poco a poco experimentas una relación creciente con Jesús. Para mí fue así, me tomó un tiempo entender completamente lo que significa entregar tu vida a Cristo. El bautismo fue un día en el que entregué mi vida, pero el fuerte vínculo de relación se desarrolló más tarde.
—Vikal Rao, pastor y secretario ejecutivo, Iglesia Menonita de India
Personalmente, en lo que a mí respecta, fui bautizado a los 13 años.
Mi bautismo fue un bautismo por inmersión.
Recuerdo que me acompañaron varios miembros de la Iglesia y la gente del coro. El ambiente fue realmente festivo el día de mi bautismo. Me sumergieron en el agua de un río de la región llamado río Kwilu.
Y ese día, que era un domingo en la mañana, solo tuvimos bautismos, no hubo otro culto aparte. El único culto fue el servicio bautismal.
Por la mañana fuimos bautizados. Y después, alrededor de las 9:00 de la mañana, hubo un culto para dar gracias a Dios y también para compartir la comunión con el pueblo de Dios y la Santa Cena.
Así que cuatro de nosotros fuimos bautizados, entre ellos dos chicas y dos chicos, después de un período de escuchar las enseñanzas, por casi 4 meses.
Entre los textos de ese día recuerdo Romanos 3:23 y también Romanos 6:23 así como Juan 3:16.
Y entre los cánticos entonados hay un cántico que dice Dios te ha elegido para servirle, y tú debes servirles. Está en un idioma de la región.
Fui criado en un hogar cristiano así que desde niño aprendí a orar. Mi madre me enseñó una oración que repetía todas las noches antes de acostarme. Un día ella me dijo que ya era hora de que orara otro tipo de oración, sin decirme cómo y sin enseñarme otra oración. Al poco tiempo, decidí decir el padrenuestro que había memorizado en la escuela dominical.‚ÄØ
Así que todos los días antes de acostarme, me arrodillaba y oraba el “Vater Unser” (Padrenuestro). Más adelante me di cuenta lo bueno que había sido esa decisión.‚ÄØ
A los 13 años luché con problemas soteriológicos. ¿Cómo llega a ser cristiano un niño o adolescente “cristiano”? Bueno, comencé a orar por eso. La respuesta llegó en una campaña evangelística ese mismo año, donde encontré una manera de tomar una decisión consciente de convertirme en discípulo de Cristo.‚ÄØ
En mi adolescencia, la decisión que había tomado años atrás necesitaba una actualización. Después de experimentar una renovación espiritual personal, decidí solicitar el bautismo.‚ÄØ
Nuestro grupo de bautismo era un grupo grande, éramos más de 20, mayormente jóvenes. Después de un curso de preparación muy útil sobre lo que significa seguir a Cristo, bautizarse y pertenecer a la iglesia, estábamos listos para el evento especial.‚ÄØ
El día anterior, la Iglesia de los Hermanos Menonitas de Filadelfia, Paraguay, se reunió para escuchar nuestros testimonios, que generalmente incluía una especie de diálogo sobre nuestra experiencia de fe.‚ÄØ
El culto de bautismos fue un gran evento y constó de tres partes: un culto de adoración centrado en el significado del bautismo, el ser cristiano y el pertenecer a la iglesia. Luego tuvo lugar el acto del bautismo, fuera del edificio, donde todos se reunieron alrededor de la pila bautismal. Todos los que iban a ser bautizados estaban vestidos de blanco.‚ÄØ
Generalmente, el pastor no era el que bautizaba, sino que podía ser un diácono u otro predicador.
A continuación, siguió la recepción a la comunidad de la iglesia, que incluyó la entrega de un certificado. El culto concluyó con la celebración de la Cena del Señor con especial atención a los nuevos miembros.‚ÄØ
Fue una experiencia con mucho significado. Un testimonio público, entrar al agua y ser sumergido en el agua delante de todos y experimentar por primera vez la cena del Señor. Fue bastante conmovedor para mí.‚ÄØ
Además, fue como una puerta que se me abrió para servir a Cristo, y este ha sido mi privilegio desde entonces.‚ÄØ
—Víctor Wall es miembro de la Comisión de Coordinación y Seguimiento de GAHEN (Red Anabautista Mundial de Educación Superior, y sirve como enlace con la Comisión de Fe y Vida. Es miembro de la Iglesia de los Hermanos Menonitas en Paraguay.‚ÄØ
“Estamos llamados a ser hacedores de shalom dondequiera que vayamos. Esto requiere valentía, disciplina, compromiso y, por supuesto, la guía del Espíritu Santo”, expresa Andi Santoso, presidente de la Comisión de Diáconos.
¿Qué es la Comisión de Diáconos?
La Comisión de Diáconos* es el brazo pastoral del Congreso Mundial Menonita y se centra en el bienestar de las iglesias miembros, especialmente en tiempos de sufrimiento y angustia. La Comisión brinda escucha, oraciones, aliento y apoyo a las iglesias acompañándolas en sus necesidades particulares.
La Comisión promueve la actitud y práctica de servicio entre las iglesias miembros mediante visitas, enseñanza y material didáctico.
¿Qué hace la Comisión de Diáconos?
Fondo de Ayuda de la Iglesia Mundial
La Comisión de Diáconos administra el Fondo de Ayuda de la Iglesia Mundial (GCSF por sus siglas en inglés), al que las iglesias miembros y miembros asociados del CMM de África, Asia y América Latina/Caribe pueden solicitar una subvención de hasta USD 10.000 para ministerios que promueven la vida y la misión de sus iglesias. En 2023, GCSF desembolsó más de USD 100.000 dólares a iglesias de nueve países, para iniciativas que van desde la construcción de edificios de iglesias, traducción de documentos anabautistas a idiomas locales, respuesta a catástrofes, apoyo ministerial a grupos desfavorecidos y el desarrollo de capacidades.
“Es importante para nosotros continuar apoyándonos mutuamente de modo que, ‘ni le sobre al que había recogido mucho, ni le falte al que había recogido poco’, (2 Corintios 8:13-15); sin embargo, es igualmente importante que quienes la reciben tengan el poder de determinar cómo dicha donación promoverá la misión de Dios en sus circunstancias”, concluyó Andi.
La Comisión de Diáconos publica un boletín mensual de la red de oración, que contiene peticiones de oración de las iglesias miembros del CMM a nivel mundial. Junto con los representantes regionales, la Comisión de Diáconos también organiza bimensualmente la Hora de la Oración en Línea, una reunión virtual de una hora para que miembros de todo el mundo oren entre sí y unos por otros.
Durante sus reuniones presenciales, la Comisión de Diáconos acordó ampliar la definición de las visitas de delegaciones a iglesias que enfrentan alguna situación prolongada o sumamente difícil.
a. Reuniones virtuales con líderes de iglesias y otras redes del CMM. En 2023, la Comisión de Diáconos se reunió de manera virtual con el Comité de YABs (Jóvenes Anabautistas) para conocer sus prioridades y ver dónde pueden colaborar los dos equipos. Los planes futuros podrían incluir sesiones de capacitación.
b. Visitas no oficiales. Cuando se les invita a los miembros de la Comisión de Diáconos a hablar en una iglesia o país diferente, pueden visitar iglesias anabautista-menonitas locales, organizar un taller o entrar en diálogo sobre el papel del CMM en el empoderamiento de las iglesias locales. Por ejemplo, en 2023, Tigist Tesfaye, secretaria de la Comisión de Diáconos, fue invitada como oradora en la Conferencia anual de mujeres menonitas de la India. Además, visitó quince iglesias anabautista-menonitas locales y sostuvo conversaciones sobre cómo las mujeres participaban en la labor de la iglesia.
c. Visitas oficiales: un equipo de delegados continentales, especialistas y miembros de la Comisión de Diáconos realizan visitas formales para alentar a iglesias miembros que atraviesan situaciones apremiantes, desafíos o conflictos. La última visita oficial fue a Burkina Faso, en 2020.
Planes para 2024
Después de una suspensión de los viajes en tiempos de COVID, los nuevos miembros de la Comisión de Diáconos celebraron reuniones presenciales en paralelo con el Festival Mundial de Construcción de la Paz en Harrisonburg, Virginia, EE. UU., en junio de 2023. Evaluaron las tareas de la Comisión de Diáconos (Fondo de Ayuda de la Iglesia Mundial, Red de oración, delegaciones) e hicieron planes para el futuro.
“Quisiéramos relanzar la visita de la delegación de Diáconos a las congregaciones que reciben menos apoyo o aquellas que sufren catástrofes naturales o conflictos horizontales”, afirma Andi Santoso.
También hay planes en marcha para capacitar a los miembros de la Comisión de Diáconos sobre el ministerio de atención especializada en traumas y cómo ser solidarios con las iglesias que están enfrentando el trauma colectivo.
Como las cámaras del corazón, las cuatro comisiones del CMM sirven a la comunidad mundial de iglesias afines al anabautismo, en relación a Diáconos, Fe y Vida, Paz y Misiones. Las Comisiones elaboran material para someter a la consideración del Concilio General, orientan y proponen recursos a las iglesias miembros, y propician redes y fraternidades afines al CMM colaborando en cuestiones de interés común. A continuación, una de las Comisiones comparte un mensaje desde la perspectiva de su ministerio.
Sushant Nand, líder de la Iglesia Menonita de India, expresa, “qué buena manera de terminar nuestro día orando juntos como iglesia global”. El dirigió una sala de grupos en la Hora de Oración en Línea, un evento bimestral a las 14:00 UTC que reúne a anabautista-menonitas de todo el mundo.
Después de una breve oración centrada en la Acción Menonita (un movimiento que llama a canadienses y estadounidenses a pedir a sus representantes electos que apoyen un alto el fuego en Gaza), los más de 50 participantes de la Hora de Oración en Línea se dividen en pequeños grupos en Zoom para orar.
Las fuertes tormentas en la India y un corte de cable en Burkina Faso, África Occidental, dificultaron que los participantes de esas regiones se mantuvieran conectados.
Las salas de grupo en hindi hablan de ser un testimonio vivo de paz en medio de la persecución en la India. En varias regiones, los cristianos han sido golpeados y sus iglesias demolidas; otras veces la persecución es más sutil, por ejemplo, la “no cooperación del gobierno respecto a la fe cristiana”.
Los participantes de la República Democrática del Congo dicen que el miedo impulsa el conflicto, creando ciclos de violencia y desplazamiento. Bruce Campbell-Janz, director de desarrollo del CMM y líder de la sala de grupos en francés, manifiesta que, “en la República Democrática del Congo, orar por la paz en el mundo es muy real”.
Muchos piden oración por elecciones justas y para que las iglesias vivan amando a sus vecinos. La retórica política de intolerancia y división está ganando popularidad. En 2024 se celebrarán elecciones nacionales en más de 60 países, incluida la India, en abril y mayo.
Los participantes oran por Haití, de donde miles de personas están tratando de irse a medida que crece la violencia y la inestabilidad política.
También se elevan oraciones por el crecimiento: nuevos líderes, más jóvenes involucrados y nuevas iglesias plantadas en iglesias nacionales anabautistas-menonitas en todo el mundo.
J. Ron Byler, coordinador de secretarios de las comisiones, dice que, “mientras nos preparamos para conmemorar el 500 aniversario del anabautismo, oramos para que nuestro tiempo juntos no sea sólo un momento para mirar hacia atrás sino también para mirar hacia adelante”.
La Comisión de Fe y Vida del CMM también está en diálogo con miembros de la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas. Para el evento conmemorativo del Día de la Ascensión en Suiza, piden oración para que los miembros del Consejo General de África y Asia reciban exitosamente visas para participar, de modo que el evento pueda ser verdaderamente una reunión global. También se elevan oraciones por las próximas reuniones del Comité Ejecutivo y el evento Renovación 2024 en Brasil.
Cynthia Peacock, representante regional del CMM para el sur de Asia, pide “que podamos encontrar una voz para hablar con valentía y amor”.