Oraciones de gratitud e intercesión

  • Para el Reverendo Albert Ndlovu, pastor principal de la iglesia Lobengula Brethren in Christ Church, en Zimbabue, el mentoreo es una estrategia clave. Formados en este entorno, los líderes ahora están sirviendo en el Reino Unido y en Sudáfrica – todavía están en contacto con sus consejeros en su hogar en Zimbabue. El Reverendo Albert Nlodvu explica el papel de la consejería o mentoreo en el discipulado.

    ¿Cuál es su filosofía sobre el mentoreo?

    Albert Ndlovu: El estilo de vida de cada creyente debería ser un ejemplo de Jesús, quien tenía 12 discípulos los cuales estaban muy cerca de él; de hecho, tenía más discípulos (70).

    “Sigan ustedes mi ejemplo, como yo sigo el ejemplo de Cristo” (1 Corintios 11,1). Esta es la filosofía del discipulado.

    Un creyente debe vivir una vida de tal modo que alguien observando desde la distancia desee copiarla. Esto no debe ser hecho solamente por los pastores.

    ¿Existe alguna estrategia para encontrar a alguien que pueda mentorear?

    Albert Ndlovu: Cuando encuentro a una persona disponible y ésta muestra interés, comienzo a desarrollar ese potencial. Acerco a la gente a mi y les doy tareas para hacer. Cuando voy al ministerio las llevo conmigo.

    Como consejero, uno debe apreciar el hecho de que tu discípulo/a es diferente a ti. Quien mentorea debe ser capaz de nutrir el potencial dentro de las diferencias de enfoque.

    No debemos tener miedo de que las personas a las que aconsejamos no vayan a estar a la altura de las expectativas. En el mentoreo, tampoco debemos tener miedo de cometer errores. Después de todo, todos estamos aprendiendo y creciendo a diario.

    ¿Qué herramientas y métodos utiliza para discipular?

    Albert Ndlovu: Sobre todo el discipulado grupal. Organizamos seminarios de capacitación en liderazgo, los cuales contribuyen mucho a la formación de los líderes que actualmente tenemos a nuestro alrededor.

    A veces uno puede guiar a algunas personas de forma indirecta. Nuestro obispo actual, ha hecho varias referencias a instancias en las que su vida ha sido espiritualmente impactada por lo que dije.

    Al comienzo de su ministerio, ¿quién lo guió a usted?

    Albert Ndlovu: El Dr. Nicholas Benson Mnkandla, un pastor de la iglesia BICC de Mpopoma, desempeñó un papel importante en mi crecimiento antes de irse a los Estados Unidos para recibir formación teológica.

    Solía ir con él a los lugares donde predicaba a personas de diferentes denominaciones; a veces, yo daba mi testimonio. Me llevaba a la montaña a orar temprano en la mañana. En otras ocasiones, incluso nos llevaba a las cervecerías para predicar. Pero a veces no me llevaba a pesar de que realmente quería ir con él.

    Todo esto era parte del proceso de mi entrenamiento para el liderazgo y el ministerio.

    En los Estados Unidos, mi mentor le pidió al obispo Philemon Khumalo, quien estaba completando sus estudios, que me siguiera discipulando. De vuelta en Zimbabue, el obispo Khumalo me alentó y me convenció para que tomara una capacitación formal en liderazgo. Podría decir que verdaderamente me consintió, me enseñó mucho, me motivó a tener confianza en mi ministerio y me inculcó algunos principios claves.

    ¿Cuáles han sido los beneficios de servir de mentor que ha notado a lo largo de los años?

    Albert Ndlovu: Es tan satisfactorio en la vida ver a alguien que uno ha visto crecer y desarrollarse con pasión para convertirse en lo que has visto en ellos.

    ¿Qué palabras de aliento podría darles a los líderes?

    Albert Ndlovu: Necesitamos entender que nunca podemos hacer este trabajo por nosotros mismos. Necesitamos abrirnos, compartir lo que tenemos con los que vienen después de nosotros.

    La iglesia no pertenece al pastor, sino a todos nosotros: el terreno está nivelado.

    —Maqhawenkosi Mhlanga es miembro de la Iglesia Brethren in Christ Church de Lobengula. Él entrevistó al Reverendo Albert Ndlovu como parte de una tarea para sus estudios en un colegio teológico en Zimbabue.

  • “Uganda está madura para el evangelismo y la iglesia está creciendo”, dice el obispo Okoth Simon Onyango, coordinador nacional de la iglesia Menonita de Uganda. La nueva iglesia miembro del Congreso Mundial Menonita reporta actualmente 553 miembros en 18 congregaciones. Aceptados por el Comité Ejecutivo en 2017, la Iglesia Menonita de Uganda tiene más del doble del número de congregaciones reportadas en el directorio del CMM del 2015 (7).

    Algunos miembros se sientan en el piso en una congregación de la iglesia Menonita de Uganda la cual carece de finanzas para la compra de sillas. Foto: Okoth Simon Onyango

    Las congregaciones en esta iglesia están germinando tanto en la capital Kampala, como en las áreas periurbanas (las zonas periféricas a las afueras de las ciudades).
    El obispo Moses Otiento, de la Iglesia Menonita de Kenia, fue inspirado a plantar iglesias en Uganda, él apoyó los esfuerzos de la misión en Uganda, y John Otiento trabajó con líderes locales ese país durante en 2004 para plantar 4 iglesias las cuales se registraron oficialmente en 2006.
    Creciendo considerablemente en número, las congregaciones de esta iglesia se enfrentan muchos desafíos: edificios apenas cubiertos por un techo, falta de sillas para que los miembros de la iglesia se sienten durante los cultos, pastores que no tienen capacitación formal y que a veces no tienen sueldo.
    El Comité Central Menonita ha servido en Uganda desde 1979, inicialmente con esfuerzos de reconstrucción después de la guerra, ahora con trabajo de paz y reconciliación.

    Jóvenes de Uganda han servido en el programa de intercambio YAMEN del Congreso Mundial Menonita y del CCM, aprendiendo sobre la iglesia mundial por medio del servicio en diferentes partes del mundo.

    Alabanza en una congregación de la iglesia Menonita de Uganda. Foto: Okoth Simon OnyangoEsta país de habla inglesa de África oriental limita en el extremo norte del lago Victoria con Kenia, Sudán del Sur, República Democrática del Congo, Ruanda y con Tanzania. Casi 45 por ciento de los cerca de 40.000.000 de ugandeses se identifica como protestante, 40 por ciento como católico romano, y más del 10 por ciento como musulmán. Uganda lucha con un gran número de muertes por VIH / SIDA y con un gran número de refugiados que huyen de los países vecinos.
    “La iglesia Menonita de Uganda está muy feliz y honrada de ser miembro de la familia mundial del CMM”, dice Okoth. “Nuestra oración es que Dios nos muestre iglesias o individuos asociados para que nos acompañen en algunos de nuestros voluminosos desafíos. Que Dios nos mantenga unidos”.

    —un comunicado del Congreso Mundial Menonita escrito por Karla Braun

    Este artículo apareció por primera vez en Correo/Courier/Courrier en octubre de 2018.

  • El Congreso Mundial Menonita perdió dos líderes, quienes actualmente desempeñaban cargos directivos. Pascal Kulungu, miembro del comité directivo de la recientemente formada Red Mundial Anabautista de Paz, falleció el 16 de enero de 2019 después de una breve enfermedad. Manjula Roul, miembro de la Comisión de Fe y Vida desde 2015 y miembro del Concilio General, murió el 27 de enero de 2019 de un ataque al corazón.

    Pascal Kulungu (66 años), fue líder por largo tiempo en la iglesia de los Hermanos Menonitas en la Republica Democrática del Congo (Conférence des Églises Frères Mennonites en Congo). Kulungu estableció un instituto para la paz y facilitó talleres de capacitación para la paz luego de recibir una maestría en liderazgo, administración y construcción de la paz de la Universidad Fresno Pacific, en California, EE. UU. Comprometido políticamente en su propio país, Pascal Kulungu fue elegido como representante de la Asamblea Nacional para el distrito de Kasongo-Lunda en las elecciones nacionales de diciembre de 2018. Falleció después de una corta enfermedad.

    Manjula Roul (61años), era miembro de la iglesia de los Hermanos en Cristo, Odisha. Sirvió en la iglesia junto a su esposo, el obispo Bijoy Roul, era conocida por su amable hospitalidad y liderazgo en las reuniones del Caucus (reunión de grupos regionales) de Asia. Fue presidenta de la Conferencia de Mujeres Menonitas de toda la India por un período y sirvió como miembro de la junta directiva por varios años. Manjula Roul apoyó activamente la formación de las Mujeres Anabautistas Formadas Teológicamente de la India.

    “Estamos con las familias y congregaciones de estos amados colegas en este tiempo de tristeza”, expresó Nelson Kraybill, presidente del CMM. “Esta es una pérdida para las iglesias con las cuales estos líderes sirvieron y para la familia de fe anabautista a nivel mundial. Agradecemos a Dios por el fiel testimonio de estas dos personas y honramos sus contribuciones a la misión y la reconciliación en el nombre de Jesús”.

    —Comunicado del Congreso Mundial Menonita

    *Fecha y causa de la muerte de Manjula Roul corregida el 4 de marzo del 2019

  • El secretario de la Comisión de Diáconos y presidente electo del Congreso Mundial Menonita (CMM) Henk Stenvers, junto con una delegación del Congreso Mundial Menonita conformada por Hanna Soren y Vikal Rao (Comisión de Diáconos); Paul Phinehas (Comité Ejecutivo, representante para Asia) y Cynthia Peacock (representante regional, Sur de Asia) realizaron visitas a las iglesias en India, en Diciembre de 2018.

    En Raipur, India, ellos participaron de la dedicación de un nuevo edificio para la iglesia Menonita Kodopali en Antakiya, una iglesia Menonita de la Conferencia General de la iglesia Menonita de Bhartiya (BGCMC por su sigla en inglés), el 14 de diciembre de 2018. Este edificio recibió apoyo financiero del Fondo de Ayuda de la Iglesia Mundial. Alrededor de 500 personas vinieron de los alrededores a la celebración que incluyó presentaciones, almuerzo, baile y canto.
    Hanna Soren recibe la bienvenida en la iglesia Dangniya de BGCMC mientras Paul Phinehas observa.
    Con música y marcha, la congregación de BGCMC en Gehrapali dio la bienvenida a la delegación del CMM.

    El presidente de BGCMC y antiguo miembro del comité ejecutivo del CMM Prem Prakash Bagh y su hija Palak recibieron a los delegados del CMM para un desayuno en su casa en Jhilmila.
    La delegación del CMM participó del culto de la congregación de la iglesia Menonita de India en Dondi en su edificio propio, el cual tiene cuatro años de haberse construido.
    La congregación de la Iglesia Menonita de India en Dhamtari exhibe las Convicciones Compartidas del Congreso Mundial Menonita en hindi.

    Compartir comunitario de los alimentos en la congregación de Gehrapali.
    Henk Stenvers, secretario de la comisión de Diáconos, saluda a los Menonitas locales en Gehrapali.
    Un coro de jóvenes dirige la adoración en la congregación de Dondi de la Iglesia Menonita de India.

    Fotos: Henk Stenvers

    —Comunicado del Congreso Mundial Menonita

  • Nací en un templo budista zen en 1934; fui la tercera hija. Mi padre fue entrenado en el Templo Eiheiji, la sede del Sotoshu, una secta del zen. Él siempre instruyó a sus hijos a procurar la virtud y el ser un ejemplo para otros.

    Mi padre me enseñó que un templo es un lugar de consuelo para la gente de la aldea, pero las personas que son del templo no tienen hogar, por lo tanto yo juguaba en la naturaleza hasta que oscurecía y la luna sobre el lago me perseguía como si me dijera, “ven a casa”.

    Con esta crianza estricta, me convertí en una niña modelo, llevando puesta una gruesa armadura moral.

    Trabajé en servicios sociales donde mi éxito en la frontera de la innovación me hizo sentir bien todos los días.

    Entonces, ocurrió lo más triste de mi vida: mi único hijo falleció en 1983.

    Es cuando el Señor se me acercó por primera vez.

    Sin embargo, no cambió mi actitud egoísta. Traté lo más que pude de no mostrar mi debilidad.

    El Señor se me acercó por segunda vez en 1989. En una calurosa noche de verano después de discutir con mi jefe, me fui conduciendo enojada. A medianoche, me detuve frente a una iglesia; estaba tan furiosa que exigí ver al pastor.

    A las 2 de la mañana de repente escuché un trueno y el terror me dejó en silencio. El pastor habló conmigo suavemente. “¿Estás bien? ¿Puedo leer la Biblia?”

    De forma asombrosa la Biblia hablaba de defender mi rectitud. Era Romanos 12:10–20, y 13:1–13. Entendí que el Señor se acercó nuevamente a mí.

    Me fui a casa con una sensación fresca y buena viendo el amanecer en el este. Ya que esa mañana era domingo, fui a la iglesia. El lunes en el trabajo todo había cambiado.

    Tres meses más tarde, en 1990, dutante la pascua, fui bautizada.

    Dos meses después de mi bautismo, el Señor se me acercó una tercera vez. Mientras oraba en una reunión de oración a las 5 a.m., sentí como si alguien me hubiese tocado el hombro. Me di vuelta y vi un afiche. “La mies a la verdad es mucha, mas los obreros son pocos; por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies” (Lucas 10:2).

    Cuando pregunté qué significaba, el pastor contestó que el Señor esperaba mi servicio. A pesar de mi experiencia, me pregunté si podría hacerlo. Entonces el pastor me preguntó si podría dejar mi trabajo y le contesté que renunciaría a mi trabajo con confianza.

    Tres años después, me jubilé, ingresé en el Seminario Bíblico Evangélico de la Conferencia de los Hermanos Menonitas de Japón y comencé el ministerio a tiempo completo.

    No había notado el llamado del Señor con su presencia, pero Él me preparó un nuevo camino 10 años después de la muerte de mi hijo.

    El Señor se acercó a mí nuevamente cuando sufrí de una enfermedad que amenazaba mi vida, una hepatitis fulminante. Después de que el médico me dijera que me quedaban tres días de vida, tuve una visión en la que el Señor quitaba la sangre coagulada en mi hígado dañado.

    El amor y la misericordia de Dios me sobrecogió, y Él salvó mi vida. Me di cuenta de que muchos pecados como la arrogancia, el egoísmo y la hipocresía aún estaban presentes.

    En términos concretos, me llevó cinco años curarme. Sin embargo, a través de este sufrimiento, vi la imagen de Dios y escuché Su voz, las cuales fortalecieron mi fe.

    ¡Qué hermoso es el trato de Dios! Tal vez me hubiera sido imposible tener cierta fe sin el sufrimiento.

    Al final, recuerdo el llamado a “volver a casa”.

    Mi familia está comenzando a acercarse a Dios. Cuando mi hermano mayor (que es monje en un templo budista) fue operado en un hospital cristiano, hablé con él sobre cómo Jesús lo cuidaba. Mi sobrina se hizo cristiana, mi padre y otro hermano también tuvieron fe en la iglesia.

    Mi sueño es abrir mi hogar para dar la bienvenida a los invitados así como el templo de mi niñez (Salmos 133).

    —Mineko Nishimura es miembro de la Iglesia Mukogawa Christ, una iglesia Nihon Menonaito Kirisuto Kyokai Kaigi (de los Hermanos Menonitas) en Japón.

  • La Comunidad Internacional de los Hermanos Menonitas (ICOMB, por su sigla en inglés) está compuesta por 21 iglesias nacionales en 19 países con aproximadamente 450.000 miembros. ICOMB existe para fomentar las relaciones y los ministerios, para resaltar el testimonio y el discipulado de sus iglesias nacionales miembros – conectando, fortaleciendo y ampliando.

    Conferencia congolesa de duelo

    La familia del ICOMB se une a los hermanos y hermanas de la Conferencia HM Congoleña (CEFMC), a la comunidad anabautista mundial y a los ciudadanos de la República Democrática del Congo, en el duelo por la pérdida de Pascal Tshisola Kulungu, que terminó su misión el 16 de enero, tras una breve enfermedad. Tenía 66 años. Pascal nació en Kajiji, República Democrática del Congo, estudió en la Universidad de Fresno Pacific (una escuela de los Hermanos Menonitas en Fresno, EE.UU.) y regresó a la República Democrática del Congo para una vida de misión y servicio, tanto en la iglesia como en el país. Hizo contribuciones sobresalientes en múltiples ministerios.

    En 2004, Pascal formaba parte del grupo de trabajo del ICOMB sobre la confesión de fe. Él mismo tradujo la Confesión al francés. La Confesión es estudiada y abrazada en todo el mundo y desde entonces ha sido traducida a más de una docena de idiomas.

    Los llamamientos y las pasiones de Pascal eran grandes. En 2005 se convirtió en el fundador/director del CENTRO PARA LA CONSTRUCCIÓN DE LA PAZ, LIDERAZGO Y BUEN GOBIERNO. Este ministerio se extendió mucho más allá de Kinshasa o de la Conferencia de la Junta Directiva. Pascal fue incansable en dar seminarios en todo el país en iglesias locales, conferencias y universidades. Para mayor impacto produjo el ampliamente utilizado Manual del Instructor, sobre Resolución Pacífica, Mediación y Reconciliación de Conflictos (en francés). También al servicio de la construcción de la paz en la conflictiva cultura de la República Democrática del Congo, Pascal dirigió el Centro Kinshasa para la Construcción de la Paz y la emergente Red Mundial Anabautista por la Paz.

    Sus dones y talentos se extendieron a la salud y la educación formal. Durante muchos años Pascal sirvió en la Universidad Cristiana de Kinshasa (UCKIN) como director financiero y profesor. La Conferencia MB fue miembro fundador de esta universidad multi-denominacional y continúa como patrocinador. También se desempeñó como administrador del hospital durante una temporada.

    Pascal ofreció sus servicios a su país en interés del Evangelio de la paz. Para las elecciones de 2006, entrenó a miles de congoleños en la dinámica de las elecciones y la democracia. Se postuló para un cargo político en el Parlamento nacional más de una vez. Finalmente fue elegido a finales de 2018 como representante del distrito de Kasongo-Lunda, que incluye Kajiji, Kahemba y otros pueblos de población menonita. Murió antes de asumir el cargo.

    Pascal Tshisola Kulungu fue un discípulo fiel, un amado hombre de familia, un líder de servicio en la Iglesia y un bendito pacificador en su país. Damos honor a quien se lo merece, dando gracias a Dios por su vida. “Recuerden a sus líderes, que les hablaron la palabra de Dios. Considera el resultado de su modo de vida e imita su fe” (Hebreos 13.7).

  • «La iglesia debe hacer su trabajo ofreciendo a las personas caridad y enseñanza espiritual, de modo que una persona pueda ser transformada», afirma Safari Mutabesha Bahati.

    La Asociación Menonita para la Paz y el Desarrollo (MAPD por su sigla en inglés) en Malawi, miembro de la Red de Servicio Anabautista Mundial, apoya ambas cosas a través de un ministerio de costura, para mujeres, este ministerio incluye la curación del trauma para residentes del campamento de refugiados de Dzaleka, quienes son principalmente originarios de Burundi, Ruanda y la República Democrática del Congo.

    Este ministerio promueve una sociedad pacifica e inclusiva para un desarrollo sostenible, así como instituciones eficaces y responsables que ofrezcan justicia para todos. El objetivo de la MAPD es reducir los delitos violentos y el tráfico sexual, como también mejorar la alfabetización, especialmente entre las mujeres.

    La MAPD también tiene un programa de agricultura a fin de erradicar el hambre, mejorar la nutrición y alcanzar la seguridad alimentaria.

    Hay más de 30.000 personas en el campamento, explica el pastor y director de la MAPD, Safari Mutabesha Bahati. Las mujeres tienen pocos medios para ganar dinero. La MAPD ha construido un centro con capacidad para formar a 25 estudiantes en la confección de bolsos y manoplas, además de la creación de joyas, esto durante seis meses. El centro suministra tanto los materiales como asi también el mercado para estos productos.

    Las mujeres reciben el 60 por ciento de las ganancias; el resto es reinvertido en el centro.

    El director Hareri Mamana, Mauwa Kassanga Safari, esposa de Safari Mutabesha Bahati y dos mujeres de Malawi dirigen el programa para ayudar a las mujeres desplazadas y a sus hijos.

    Las mujeres a menudo tienen traumas severos debido a los desplazamientos, muchas completan un programa de sanidad del trauma antes de comenzar la capacitación en costura.

    La MAPD tiene una visión del impacto colectivo – después de la graduación del programa, las mujeres son alentadas a continuar trabajando juntas.

    Limitada por las herramientas disponibles, esta cooperación es casi definitiva. Sin embargo, Safari Mutabesha Bahati desea que haya más máquinas de coser para poder capacitar a más mujeres.

    “Esto muestra el amor de Dios”, manifiesta él.

    Originalmente de la RD del Congo, el mismo Safari Mutabesha Bahati vive bajo el estatus de refugiado.

    Su mensaje de perdón y transformación a través Espíritu Santo lo ha experimentado él mismo. La congregación, la Iglesia Dzaleka de los Hermanos Menonitas, ofreció hospitalidad al asesino del padre de Safari cuando éste llegó al mismo campamento y buscó fraternidad.

    La iglesia ahora tiene 18 congregaciones y 600 miembros provenientes de Burundi, Ruanda, Etiopia, Somalia, Zimbabue, RD del Congo y Malawi.

    Safari Mutabesha Bahati compartió su historia en la reunión trianual de la Fraternidad Mundial Misionera y de la Red de Servicio Anabautista Mundial en Kenia en abril de 2018.

    —Comunicado del Congreso Mundial Menonita

  • Por primera vez en más de una década, los líderes de la iglesia anabautista de Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela se reunieron del 9 al 12 de noviembre de 2018, en La Cumbre, Valle, Colombia.

    Estudiaron la biblia, cantaron en comunidad, y se escucharon mutuamente con respecto al tema “La Iglesia como Agente de Esperanza en el Contexto Social y Político de América Latina”. José Rutilio Rivas, miembro de la Comisión de Misiones del Congreso Mundial Menonita (CMM), predicó en la sesión de apertura.

    “Aprendimos una vez más que seguir a Jesús tiene que ver con la vida diaria, con nuestras necesidades y también con las necesidades de las otras personas”, afirmó Santiago Espitia de la iglesia Hermandad en Cristo en Colombia.

    A través de sesiones de enseñanza, talleres y discusiones grupales, los participantes analizaron sus realidades actuales las cuales incluyen: refugiados, personas desplazadas, corrupción, desastres naturales, crisis políticas, divisiones, polarización, desafíos económicos y la violencia; explorando el rostro de la esperanza y el papel crucial de la iglesia en un mundo que se siente desesperanzando.

    Ramón Guevara, de la Iglesia Cristiana Menonita de Ecuador, fue impactado por testimonios de las maneras en que las iglesias colombianas trabajan por la paz en una sociedad que todavía se ve afectada por una guerra interna de 60 años. “Este encuentro es un cambio de vida”, declaró.

    La actual crisis humanitaria precipitada por la inestabilidad política y el colapso económico en Venezuela fue mencionada repetidamente. Los líderes compartieron acerca de cómo las iglesias en Colombia y Ecuador están respondiendo a los refugiados venezolanos. Los participantes venezolanos compartieron cómo están apoyando a los que sufren por el desempleo, la escasez de alimentos y la hiperinflación en sus comunidades.

    La pastora María de Melo de la Iglesia Cristiana Menonita de Riohacha muestra una manta en la que los refugiados venezolanos han cosido su historia migratoria, una forma de procesar su trauma. Foto: Linda Shelly.

    En la última noche del encuentro, los líderes de los diferentes países discutieron acerca de una respuesta anabautista, la cual visibiliza la fe, al exigir paz y justicia en medio de la creciente tensión y la posible intervención militar. Todos los asistentes del Encuentro Andino Anabautista, ratificaron un documento que enfatiza “la dignidad otorgada por Dios a todas las personas, incluidos los migrantes venezolanos; la insistencia en una solución no violenta a la crisis; y la responsabilidad del estado venezolano de respetar y garantizar los derechos de sus ciudadanos”, según la representante de CCM para Colombia-Ecuador, Elizabeth Miller.

    A pesar de las realidades hostiles, Jesucristo sigue siendo la fuente de esperanza, expresaron los líderes repetidamente a lo largo de las reuniones. “Cuando ponemos nuestra confianza en sistemas políticos, sean de derecha o de izquierda, nos quedamos sin esperanza”, señaló

    Erwin Mirabel, de Iglesias Evangélicas Menonitas de Oriente en Venezuela.

    Pablo Stucky, representante regional del CMM para los países Andinos, cerró el encuentro contando las señales de esperanza que había observado en su trabajo de conexión con las iglesias. Destacó cómo las diferentes iglesias nacionales de Colombia trabajan juntas en proyectos para niños y por medio del CCM, y que las tres iglesias nacionales en Ecuador se habían reunido por primera vez. En Perú, las iglesias compartieron con aquellos que habían sido afectados por las inundaciones, y en Venezuela, los vecinos que no eran miembros de la iglesia trajeron comida para apoyar el ministerio de las iglesias para alimentar a los niños en el vecindario.

    Las tres iglesias nacionales miembros del CMM en Colombia (Iglesia Hermandad en Cristo, Iglesia Cristiana Menonita de Colombia e Iglesias Hermanos Menonitas de Colombia) fueron organizadoras y anfitrionas del evento.

    Haga clic aquí para leer la declaración sobre Venezuela, desde el Encuentro Andino Anabautista en inglés y en español.

    —un comunicado del Congreso Mundial Menonita escrito por Kristina Toews

  • La Asociación Internacional de los Hermanos en Cristo (IBICA, por su sigla en inglés) es la red que articula a todas las conferencias nacionales de la Iglesia de los Hermanos en Cristo y tiene el objetivo de facilitar la comunicación, fomentar la confianza y la cooperación dentro de nuestra comunidad mundial, además, establecer una comprensión conjunta y mutua a través de nuestros valores fundamentales. IBICA, uno de los miembros asociados del CMM, tiene un número estimado de 190.000 asistentes distribuidos en 30 países alrededor del mundo, quienes representan decenas de iglesias nacionales.

    Por los intereses de otros

    En medio de una situación de hiperinflación, descontento político y social y escasez, miembros de nuestra familia eclesial Anabautista en Venezuela sirven los unos a los otros y a su prójimo sin hacer mucho ruido. En un tiempo cuando la tendencia natural sería acaparar comida y otros recursos, miembros de la iglesia en Venezuela están siguiendo el ejemplo de Jesús, al no velar solo por sus propios intereses sino también por los intereses de otros (Filipenses 2:4).

    La Iglesia Hermanos en Cristo Pueblo de Dios, ha iniciado un ministerio llamado “Gozosa Bendición” el cual se encarga de proveer amor y apoyo a 40 familias necesitadas de su comunidad. El programa incluye talleres prácticos de atención a la familia, discipulado en la palabra y comidas nutritivas, ofreciendo de esta manera una respuesta integral a necesidades espirituales y físicas. Los líderes de la iglesia trabajan arduamente para conseguir alimentos suficientes para los que están necesitados,

    Como familia Anabautista extendida y unida, vamos a levantar nuestras oraciones fervientes por nuestros hermanos y hermanas en Venezuela, pidiéndole a Dios que provea de todo lo que necesitan conforme a las gloriosas riquezas que tienen en Cristo Jesús. También vamos a pedir a Dios para que nos ayude a no velar solo por nuestros propios intereses sino también solidarizarnos por los intereses de otros. De igual manera, orar por los pastores Pablo Ortega y su esposa Lesbia Prieto, quienes están al frente de este ministerio en conjunto con su iglesia.

    —Trevor Main, Global Area Director – Central & South America, “Be In Christ” (Hermanos en Cristo), Canada

  • En Renovación 2027, El Espíritu Santo Transformándonos en Kisumu, Kenia, el 21 de abril de 2018, varias personas compartieron el testimonio de una experiencia acerca de la obra del Espíritu cambiando a las personas dentro la iglesia. Varios de los artículos en esta sección han sido adaptados a partir de esas presentaciones. Algunos testimonios adicionales también cuentan sobre la obra del Espíritu Santo transformando las vidas.


    Recuerdo el momento en que mi familia llegó por primera vez a la Iglesia Menonita de Ibagué, dos hermanos nos recibieron con un gran abrazo como si nos conocieran con anterioridad. Ser saludados como si fuéramos parte de la familia nos hizo sentir cómodos. Así que regresamos el siguiente domingo, y el siguiente.

    Durante los últimos 12 años, mi familia se ha ido involucrando gradualmente con los trabajos en la cocina, como maestros de escuela dominical, así como en otros ministerios e incluso en el liderazgo de la iglesia. Todo esto ocurrió porque Dios envió a una persona muy especial para ayudarnos a conocer el poder transformador del Espíritu Santo.

    Mis padres estaban a punto de separarse. Cada noche, tenían discusiones muy fuertes. Mi madre estaba pensando en dejar su hogar pero después de algunas semanas, mi padre se llenó de valentía y entró en acción para restaurar su matrimonio.

    En este doloroso momento de crisis familiar, esta persona enviada por el Espíritu Santo nos invitó a la iglesia. Recuerdo claramente un sábado por la noche en que mi padre nos envió a la cama temprano porque íbamos a ir a la iglesia al día siguiente. “¡Ustedes irán a la iglesia!” – Me reí.

    Mi padre bajó la cabeza y repitió la orden.

    Un lugar de aceptación.

    En la iglesia, aprendí muchas cosas.

    En la escuela dominical, me enseñaron que todos tenemos el mismo valor. “Tú eres tan importante como los adultos que están predicando”. Esto me llamó mucho la atención. En el colegio, me sentía rechazado, tal vez por mi baja autoestima. Como niño de 11 años, escuchar que tenía el mismo valor que los otros reforzó mi decisión de permanecer en la iglesia.

    Antes de asistir a la iglesia, soñaba con pertenecer a la fuerza aérea del ejército. En Colombia, el servicio militar es obligatorio para todos los jóvenes cuando alcanzan la edad de 18 años. Hablaba con mis amigos en el colegio sobre nuestro “deber” como ciudadanos. Sin embargo, entre más conocía a Jesús, el Espíritu Santo iba transformando aquellos sueños.

    Al escuchar sobre la objeción de conciencia al servicio militar obligatorio por primera vez a la edad de 14 años, me conmovió mucho la posición de la iglesia frente a las problemáticas de la violencia y el conflicto. Gracias al trabajo de “Justapaz”, comencé a pensar más sobre la objeción de conciencia. (Justapaz es una organización de la Iglesia Menonita en Colombia la cual trabaja siguiendo a Jesucristo para construir una sociedad pacifica por medio de acciones no violentas).

    Aunque no es fácil ser un objetor de conciencia, el apoyo de mi congregación fortaleció mi decisión. Este desafío ha unido a mi familia, a mi iglesia y a mi comunidad.

    Un lugar para el liderazgo

    La iglesia también me ha brindado la oportunidad de participar en seminarios sobre liderazgo, objeción de conciencia y anabautismo. El Espíritu Santo transformó mi manera de pensar mientras trabajaba como voluntario en un proyecto en Combeima, un vecindario con muchas necesidades.

    Inicialmente, fui a ayudar con la música antes de los estudios bíblicos. Un año más tarde, tuvimos la idea de crear una escuela de música para que los niños pudieran ocupar su tiempo libre de un modo positivo, como alternativa a su contexto de trabajo sexual, delincuencia y drogadicción.

    Enseñábamos música con dos guitarras en mal estado, un teclado pequeño y una batería hecha en casa. Enseñando música vi una oportunidad para la transformación social, así que gracias a esta experiencia comencé a realizar estudios musicales de modo que pudiera trabajar profesionalmente en proyectos como este.

    En el 2013, mis compañeros y yo creamos un grupo llamado JARIS para hacer música para Dios y enseñar en comunidades vulnerables. Más adelante, ganamos una subvención de parte de la IOM (por su siglas en inglés, Organización Internacional para las Migraciones) y el Ministerio de Salud Colombiano para trabajar en proyectos para la prevención de embarazos en adolescentes.

    Para ese entonces logramos tener cuatro guitarras en buenas condiciones, tres teclados y una batería de verdad; cuando el proyecto finalizó, la iglesia me ofreció otras oportunidades de servicio.

    Siempre estábamos brindando ayuda a personas que vivían en las calles ofreciéndoles una ducha, ropa y comida. Además, un tiempo para cortarles el cabello, un tiempo para escuchar sus historias y para compartirles del amor de Jesús. El Espíritu Santo es el que nos mueve como comunidad para servir a aquellos que lo necesitan.

    Hoy en día, tengo la oportunidad de estar en escenarios internacionales como este, aprendiendo y sirviendo de otras maneras. Es un honor trabajar junto con el Comité de YABs (Jóvenes Anabautistas) para conectar a los jóvenes de todos los continentes y para compartir experiencias de servicio que animan a otras personas.

    De estas experiencias he aprendido que es el Espíritu Santo quien nos mueve a servir. Es el movimiento del Espíritu en nuestra comunidad el que nos anima a ir más allá de los muros de nuestros hogares e iglesias llevando el amor de Dios a aquellos que lo necesitan, no solamente ofreciéndoles palabras de aliento, sino también ejemplos y acciones.

    Como algunos hermanos y hermanas de mi iglesia dicen: esto es “ora-acción”, orar y actuar por las necesidades de nuestras comunidades y contextos.

    —Oscar Suárez es el representante de América Latina para el Comité de YABs. Él es miembro de la Iglesia Cristiana Menonita de Ibagué, Colombia

    Este artículo apareció por primera vez en Correo/Courier/Courrier en octubre de 2018.

  • El pastor menonita Jürg Bräker se detuvo en Messenger Fountain [Läuferbrunnen] en su ciudad natal de Bern, Suiza. Se humedeció las manos en una canaleta de agua, y declaró “esta agua se volvió roja como sangre en 1571, el día en que Hans Haslibacher fue decapitado”.

    En la actualidad, los Amish todavía cantan del Ausbund [himnario] sobre Haslibacher, el último anabautista ejecutado en Bern.

    Haslibacher había predicho que su cabeza cortada se reiría cuando cayera de la espada del verdugo: “Al igual que mi sangre, el sol será de color rojo,… asimismo el pozo del pueblo verterá sangre.”

    Las tres predicciones se cumplieron.

    No estoy seguro de creer todos los detalles de esa historia, pero el simbolismo es verdadero: cuando hay guerra o un gobierno corrupto, los mensajeros de esperanza en ocasiones mueren. La luz de la verdad se oscurece y las aguas que deberían dar vida se vuelven rojas de sangre.

    Estoy agradecido por el valiente testimonio de nuestros antepasados del siglo XVI. Deberíamos honrarlos, luego seguir con la tarea cotidiana de rendir nuestras vidas en sacrificio vivo por otros en el nombre de Jesús.

    Los anabautistas de hoy pueden colaborar con cristianos de otras tradiciones para incluir el pacifismo como parte de la invitación a otros a conocer y a seguir a nuestro Señor.

    Mientras estuve en Suiza, representé al Congreso Mundial Menonita en las reuniones del Consejo Mundial de Iglesias (WCC, siglas en ingles). En ese cuerpo mundial que representa a 500 millones de cristianos, el menonita Fernando Enns ha sido un mensajero de paz como líder en el Peregrinaje de Justicia y Paz del WCC.

    Enns dice: “al final de La Década para Superar la Violencia (2001-2011) iniciado por las iglesias históricas de paz dentro del WCC, habíamos logrado un consenso sobre la comprensión de la Paz Justa dentro del WCC”. “El Peregrinaje de Justicia y Paz está basado en este consenso, añadiendo la dimensión espiritual al compromiso de las iglesias en la paz con justicia. Mientras caminamos juntos dentro de la familia ecuménica, nos damos cuenta cuán importante es que la Paz Justa esté enraizada en nuestra confesión de fe cristiana, en nuestras oraciones y en nuestra vida espiritual. Es mucho más que una estrategia política.

    “La metáfora del peregrinaje nos enseña que a menos que la Paz Justa se convierta en una marca de identidad de nuestro discipulado, nuestro testimonio (como individuos, comunidades locales, y una familia cristiana mundial) difícilmente será creíble”.

    Este proyecto ayuda a los cristianos de muchas tradiciones a seguir a Jesús hacia una “paz justa” en el mundo.

    —J. Nelson Kraybill, presidente del CMM (2015–2021), reside en Indiana, EE.UU.

    Este artículo apareció por primera vez en Correo/Courier/Courrier en octubre de 2018.