Oraciones de gratitud e intercesión

  • Laos e Indonesia están ubicados en el sudeste asiático, por lo tanto algunas comidas son similares. Pero, en ocaciones como laosiana viviendo y enseñando inglés en YAMEN, Indonesia, extraño la comida de Laos.

    Cuando preparo la comida de casa me ayuda a no sentir tanta nostalgia. Cocinar comida de Laos, para compartir con otros, me ayuda a compartir el amor de Dios con las personas que me rodean. Disfruto cuando comentan que la comida de Laos es deliciosa.

    Ensalada de pepinos (para 3 personas)

    Ingredientes

    • 2 pepinos medianos
    • 4 tomates pequeños
    • 4 chiles frescos
    • 1 diente de ajo
    • 2 cucharadas de lima
    • 1 cucharada de azúcar
    • 2 cucharadas de salsa de pescado
    • 1 cucharadita de pasta de camarón (la traje de Laos) Windhi Ratna Asari

    Instrucciones

    • Cortar los pepinos y los tomates en pedacitos.
    • Mezclar los chiles frescos, el ajo, el azúcar y la pasta de camarón.
    • Añadir los pepinos y los tomates picados.
    • Añadir la lima y la salsa de pescado, luego mezclar todos los ingredientes.
    • Probar el sabor; añadir más ingredientes según sea necesario.

    Combina bien con pescado o pollo a la parrilla.

    —Khammoun Xayalath (Moon), de la Iglesia Lao Evangelical Church, sirve cono profesora de inglés y trabajadora comunitaria. Durante su año con YAMEN, Indonesia, ella asiste a los cultos de adoración en la Iglesia Dorang Javanese Evangelical Church, una iglesia menonita de Java GITJ (Gereja Injili di Tanah Jawa

     

    YAMEN es un programa conjunto entre el Comité Central Menonita (CCM) y el Congreso Mundial Menonita (CMM)

  • Durante su conferencia anual de 2018, la Iglesia Menonita de África Occidental (MCWA, por sus siglas en inglés) celebró a sus primeros líderes con credenciales: Adriano MBackeh, Sangpierre Mendy, Daniel Djin-ale y Gibby Mane.

    Más de 200 asistentes alegres – la mayor asistencia para este tipo de evento – colmaron el nuevo centro de reuniones de la Iglesia Menonita de Catel durante la conferencia anual de MCWA que se llevó a cabo del 26 al 31 de diciembre de 2018.

    El 27 de enero de 2019, Dijn-ale y Mane fueron ordenados en la congregación de Catel para servir a la iglesia en Guinea-Bissau. MBackeh y Mendy serán ordenados en Gambia el 10 de febrero de 2019.

    Daniel Djin-ale (a la derecha) es instalado como pastor con credencial, el 27 de enero en la Iglesia Menonita de Catel en Guinea-Bissau. El padre de Dijn-ale (a la izquierda), jefe de la aldea y partidario del Islam, se une a él para el evento. Foto: Beryl Forrester

    MBackeh también se dirigió a la conferencia anual como orador principal, el tema fue “Jesús: Nuestro modelo de líder siervo”.

    “El liderazgo cristiano está destinado a ser un servicio, no una forma de señorío”, señaló MBackeh. “Así como Jesús se entregó voluntariamente, los líderes de la iglesia también deben seguir hoy ese ejemplo, en lugar de buscar el honor y el prestigio de su rebaño”.

    El obrero voluntario de Misiones Menonitas del Este, Beryl Forrester, indicó que el proceso de otorgar credenciales es completamente supervisado bajo la vigilancia de la MCWA. La iglesia recibió la contribución e información por parte de la iglesia miembro de la LMC — A Fellowship of Anabaptist Churches (Conferencia Menonita de Lancaster: Una fraternidad de iglesias anabautistas) del CMM; sin embargo, este movimiento afirma que el liderazgo de estos líderes locales, ya no está bajo la supervisión de los misioneros.

    La congregación de Catel – la cual “se encargó completamente de la organización y dirección del programa” según Forrester – completó la construcción de su edificio, lo que les llevó años, antes de servir como anfitriona de la conferencia anual.

    MCWA, socia de Misiones Menonitas del Este, ha sido parte de una presencia menonita en la gran región de África Occidental desde el año 2000.

    — Un comunicado del CMM por Micah Brickner de Misiones Menonitas del Este.

  • El secretario general César García y la asistente ejecutiva Sandra Báez Rojas del Congreso Mundial Menonita (CMM) se trasladaron a Canadá en Febrero de 2019, con el fin de trabajar desde la oficina de Kitchener, Ontario.

    El CMM es una comunión internacional de iglesias afines al anabautismo, con miembros alrededor del mundo. Los representantes regionales generan comunicación bidireccional entre las iglesias locales y el cuerpo anabautista mundial a través de la oración, el compartir de historias, el intercambio de noticias y la construcción de relaciones. Las cuatro Comisiones y el número creciente de redes están compuestas por expertos y líderes eclesiales de nuestras iglesias miembros en todos los continentes. Las reuniones presenciales se complementan regularmente con la comunicación virtual.

    César García es el primer secretario general del Sur Global. Tras la designación de García en 2012, la segunda oficina de la secretaría se mudó desde Estrasburgo, Francia (abierta en 1990) a Bogotá, Colombia. El primer secretario asalariado del CMM, Paul N. Kraybill, fue nombrado en 1973. La oficina de Kitchener fue establecida en 1992.

    Debido a la constante necesidad de que el secretario general se conecte con las iglesias anabautistas de alrededor del mundo y que represente a los anabautistas a nivel global, frente a otras comuniones cristianas mundiales, los miembros directivos del CMM, después de un proceso de discernimiento que comenzaron los líderes del CMM en 2014, determinaron que sería más práctico tener una ubicación más cercana a las rutas de vuelo frecuentes y a una mayor parte de la membrecía.

    “Reconocemos que dondequiera que se encuentre el secretario general, habrá ventajas y desventajas”, afirma el presidente del CMM, J. Nelson Kraybill. “Con este traslado, hay una pérdida de lo que simboliza que nuestro secretario general venga del y viva en el Sur Global. Sin embargo, mirándolo bien, el hecho de que haya mayor facilidad para realizar viajes internacionales desde un centro de operaciones ubicado en Norteamérica hace que el trabajo sea más sostenible”.

    La oficina de Bogotá, en colaboración con el Comité Central Menonita, permanecerá en su lugar para la directora administrativa Anna Sorgius, así como para el asistente administrativo Nelson Martínez y el representante regional para la región andina Pablo Stucky. La directora de comunicaciones, Kristina Toews, también se mudó a Canadá en febrero con el fin de trabajar desde una oficina en casa en Abbotsford, B.C.

    Vivir cerca del centro metropolitano de Toronto con su concurrido aeropuerto internacional mejorará la disponibilidad de comunicación del secretario general.

    —Comunicado del Congreso Mundial Menonita

  • La Comunidad Internacional de los Hermanos Menonitas (ICOMB, por su sigla en inglés) está compuesta por 21 iglesias nacionales en 19 países con aproximadamente 450.000 miembros. ICOMB existe para fomentar las relaciones y los ministerios, para resaltar el testimonio y el discipulado de sus iglesias nacionales miembros – conectando, fortaleciendo y ampliando.

    La Iglesia en Oriente Medio

    Recientemente un grupo de hermanos y hermanas en un país del Medio Oriente se reunieron con Heinrich Rempel (líder de BTG; co-líder de MB Mission Europa) para aprender sobre el liderazgo de la iglesia. Al menos siete localidades estuvieron representadas, incluyendo aquellas que vinieron de Moldavia y Ucrania. Fueron alentados y equipados. Este grupo (AHT) está pidiendo oración y acompañamiento, y es considerada una conferencia emergente de ICOMB

  • Así como las partes del corazón, las cuatro comisiones del CMM sirven a la comunidad mundial de iglesias afines al anabautismo, en las áreas de diaconado, fe y vida, paz y misiones. Las comisiones preparan materiales para la consideración del Concilio General, brindan guía y proponen recursos a las iglesias miembros, además, propician redes y compañerismo en relación al CMM trabajando juntos en temas de interés y enfoque común. A continuación, una de las comisiones comparte un mensaje de la perspectiva de su ministerio.


    Ya había oscurecido cuando nos salimos de la carretera principal hacia un sendero lleno de baches a través del bosque.

    Una delegación de la Comisión de Diáconos del CMM estaba visitando a hermanos y hermanas en Gana, en el año 2010. Nuestro plan era visitar una pequeña congregación en Pimpimsu por la mañana. Sin embargo, debido a circunstancias imprevistas, solo pudimos llegar al lugar ya entrada la tarde.

    Después de avanzar por 10 minutos, llegamos a la iglesia. Un pequeño grupo de personas nos estaba esperando en el humilde edificio. Escuchamos que habían estado esperando todo el día. Muchos se habían ido a casa. Aun así, nos recibieron con cantos, tocando los tambores y con oraciones.

    No había electricidad. La única luz provenía de unas pocas linternas.

    Desde el lugar donde estaba sentado al lado de la pared, podía ver el bosque oscuro. Para mi sorpresa, vi luces danzantes que se aproximaban. Al principio, no tenía ni idea de qué era eso, pero cuando se fueron acercando, lo entendí. Eran los otros miembros de la iglesia quienes volvieron cuando escucharon que habíamos llegado.

    Lentamente, ingresaron al edificio, uno por uno cada uno, cada cual con su propia linternita. Con la llegada de cada miembro había un poco más de luz. Al final, la iglesia estaba llena y había suficiente luz para celebrar.

    Para mí, esta experiencia es una imagen maravillosa de lo que significa ser una iglesia anabautista en la cual la congregación de creyentes es un punto focal. Las personas que se han comprometido con Jesús a través de su bautismo, se reúnen en la congregación para aprender, adorar, servir, dar testimonio y tener un vistazo del reino de Dios al estar juntos en paz.

    Cada miembro trae un poquito más de luz a la iglesia cuando él o ella se encuentra allí, pero cuando alguien falta, la iglesia es un poquito más oscura. Por lo tanto, en su totalidad y en forma individual, cada miembro es necesario para que la iglesia esté completamente iluminada. Cada persona es igualmente importante porque cada una lleva consigo una luz.

    Puede ocurrir que en ciertas ocasiones su propia luz no sea muy fuerte. Usted puede pasar por dificultades en la vida y comenzar a dudar o incluso sentir que está perdiendo su fe. En dichas circunstancias, la luz de otros puede ayudarle a continuar y encontrar más combustible para su luz.

    En caso contrario, cuando todo va bien y usted cree que no necesita de los demás, su luz sigue siendo necesaria para irradiar a los otros. Compartimos con aquellos quienes están en necesidad.

    En eso radica la importancia de ser una congregación a nivel local y la importancia del Congreso Mundial Menonita a nivel mundial.

    Tanto en los tiempos de persecución y migración en la historia anabautista, como en la actualidad, nos necesitamos unos a otros para mantener nuestra luz brillando.

    En cierto sentido, la Comisión de Diáconos trae luz a las iglesias que se encuentran en necesidad. En momentos de celebración, los diáconos también pueden recibir la luz para compartirla con la familia mundial de fe.

    De esta manera, la comisión de Diáconos comparte las historias de las diferentes iglesias anabautistas, de modo que, a pesar de estar esparcidos alrededor del mundo por causa de la migración y la misión, y a pesar de nuestras expresiones de fe que a veces pueden ser muy diferentes, podamos ser uno en el Espíritu como el cuerpo de Cristo.

    —Henk Stenvers es secretario de la Comisión de Diáconos del CMM.

    *La Red de Oración enviará un correo electrónico cada dos meses, este correo contendrá de cuatro a cinco oraciones. Es posible que también haya correos adicionales cuando surja un llamado de oración urgente. Los correos electrónicos están disponibles en inglés, español o francés. Si desea compartir un motivo de oración con nosotros, por favor escriba a oraciones@mwc-cmm.org

  • En Renovación 2027, El Espíritu Santo Transformándonos en Kisumu, Kenia, el 21 de abril de 2018, varias personas compartieron el testimonio de una experiencia acerca de la obra del Espíritu cambiando a las personas dentro la iglesia. Varias de los artículos en esta sección han sido adaptadas a partir de esas presentaciones. Algunos testimonios adicionales también cuentan sobre la obra del Espíritu Santo transformando las vidas.


    ¿Cómo podría hablar en forma adecuada sobre el Espíritu Santo? A menudo la obra del Espíritu Santo en mi vida ha sido convincentemente real, pero también ha desafiado mi capacidad para entenderla, y mucho más para expresarla.

    He visto al Espíritu Santo obrar en la vida de la iglesia guiando a grupos desconcertados a llegar a una decisión. He visto al Espíritu Santo obrar en el mundo incrédulo sorprendiendo la incredulidad con la presencia de Dios. Ciertamente, he visto al Espíritu Santo obrar en mi propia vida de maneras predecibles tratando de hacer que sea una persona menos egoísta y destructiva.

    La obra del Espíritu Santo puede ser la dimensión más subjetiva e inefable de nuestra experiencia espiritual. Siempre me ha fascinado Romanos 8,26: “Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras”.

    He experimentado esto como una persona que planta iglesias.

    Una temporada desalentadora

    Fui pastor en un entorno urbano. Esta fue una historia mixta: la mitad de la congregación había sido fruto del trabajo de plantación de iglesias, la otra mitad estaba parcialmente establecida, pero era una congregación pequeña y a menudo inestable. Allí también se encontraban algunas personas sobresalientes.

    Trabajando en ese entorno me volví relativamente pobre, y no se trataba de la pobreza romántica, estaba tratando de trabajar con personas que sufrían problemas aparentemente sin salida. Las cosas no iban bien, sentí que tenían poco respeto hacia el papel pastoral, pero luego sentí que para un pastor que planta iglesias el ser sensible a esto sería una excusa muy débil.

    ¿Por qué no podría estar más confiado y creer que Dios estaba aquí y que yo estaba haciendo lo que realmente importaba?

    En todo caso, la vida no parecía encauzarse hacia un camino que llevaría al éxito, al bienestar, al amor y la calidez de una comunidad feliz. Era más bien como imaginarse lo que sería un matrimonio difícil. Ciertamente no era lo que yo había esperado cuando dejé mi vida de aspirante a músico para convertirme en una persona que planta iglesias.

    Sentí como que estaba desperdiciando años (no meses, semanas o días), talento (en la forma en que estaba) y energía. Más aún, se sentía como que simplemente me estaba agotando y que no tenía nada apreciable para mostrar. Tenía poco poder o confort material para ofrecer a mi familia la cual experimentaba todo esto junto conmigo.

    Dolió, y lo digo sin titubeos, ¡todavía duele!

    Una visión de abundancia

    En una cálida noche de verano sureña, mirando hacia la entrada de mi cochera llena de aceite medité, y mayormente me quejé al respecto. Mitad en oración y mitad en introspección, vi una imagen de agua siendo vertida en un balde con agujero en el fondo y esta agua corría por la entrada de mi cochera (en todas las direcciones).

    Había llegado al punto de sentir cierta apatía hacia la apatía misma. Todo parecía triste e inútil, pero ese parecía ser mi destino. ¿Dónde estaba Dios? ¿Por qué desperdiciaría “nuestro” tiempo y recursos de esa manera?

    En ese momento, creo que el Espíritu Santo me habló. No escuché palabras, pero las impresiones parecían ser auténticas y no solo una creación conveniente de mi propia imaginación dando vueltas.

    Mis fuerzas y recursos son ciertamente limitados e imperfectos, pero el agua viva de la Palabra de Dios que yo estaba tratando de derramar sobre el mundo no es un recurso finito; no se puede agotar y de todos modos no me pertenece. La fuente de esta agua no se iba a agotar. ¿Quién sabe dónde va a parar toda esta agua derramada en el piso? Era parte de una historia más amplia que puedo o no entender.

    Mi situación no cambió y de alguna manera, sin embargo, descubrí que aunque era frustrante podía experimentar la paz de Dios. Esa paz todavía puede ser esquiva o vaga, sin embargo, era real y podría afirmarse cuando fuere necesario.

    Desde entonces, en varias ocasiones he tenido que recordarme a mí mismo y volver a aprender esta verdad sobre la presencia de Dios, pero al hacerlo, generalmente vuelvo a pensar en el agua que salía del balde esa noche en la que meditaba.

    Sobrepasó todo entendimiento, y todavía lo hace.

    —Reuben Sairs es instructor y bibliotecario en Rosedale Bible College y pastor asociado en London Christian Fellowship en London, Ohio, una iglesia CMC (Conferencia Menonita Conservadora).

    Este artículo apareció por primera vez en Correo/Courier/Courrier en octubre de 2018.

  • En Renovación 2027, El Espíritu Santo Transformándonos en Kisumu, Kenia, el 21 de abril de 2018, varias personas compartieron el testimonio de una experiencia acerca de la obra del Espíritu cambiando a las personas dentro la iglesia. Varias de los artículos en esta sección han sido adaptadas a partir de esas presentaciones. Algunos testimonios adicionales también cuentan sobre la obra del Espíritu Santo transformando las vidas.


    ¿Podemos hablar de una misión sin el Espíritu Santo, o hablar sobre el Espíritu Santo pero ignorar la misión?

    Recuerdo la primera vez que aprendí sobre misiones en la Comunidad Cristiana InterVarsity en Jakarta. Estaba en mi segundo año de universidad cuando escuché hablar al Rev. Dr. Mangapul Sagala, quien dijo: “El Espíritu Santo es para la misión”.

    Esta corta oración se quedó grabada en mi corazón y en mi mente.

    Inseparable de la misión

    “Pero cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra” (Hechos 1,8).

    Jesús también dijo, “Vayan, pues, a la gente de todas las naciones, y háganlas mis discípulos; bautícenlas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Por mi parte, yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo. (Mateo 28,19–20). La Gran Comisión comienza en forma local hacia lo global.

    Este es el significado de ser un testigo de Jesús. ,No es un mandato fácil pero, el poder del Espíritu Santo nos es dado para estar con nosotros en la realización de esta tarea.

    Cuando el espíritu Santo es derramado, los apóstoles reciben el poder de testificar, con autoridad y señales milagrosas (Hechos 2,32).

    La existencia del Espíritu Santo no puede ser separada del poder dinámico de Dios el cual posibilita los apóstoles (y ahora a nosotros) ser testigos de Jesús.

    Espíritu Santo: Poder para testificar

    Si leemos el libro de Hechos como una unidad, veremos cómo el rol particular del Espíritu Santo, el Dios olvidado, es la temática a lo largo de los Hechos de los Apóstoles. Esto quiere decir, que Hechos es la historia del Espíritu Santo trabajando a través de y en los creyentes, la iglesia primitiva y la iglesia a lo largo de los siglos. Después del evento de pentecostés, el mensaje del evangelio se extendió a Judea, Samaria y hasta los confines de la tierra.

    Pedro, Juan y los apóstoles eran gente común y corriente sin educación (Hechos 4,13). Todos los personajes registrados en los Hechos de los Apóstoles son personas comunes y corrientes dando testimonio de la muerte y resurrección de Jesús. Dios está utilizando gente ordinaria para su labor extraordinaria, equipados con el poder del Espíritu Santo.

    Un testigo valiente

    Recuerdo cuando estaba camino a mi primer viaje misionero, en 1997, a Lampung, South Sumatra. Fui movido en gran manera por el deseo de ser testigo, ya que recién había terminado mi clase de Evangelismo Explosivo ese día.

    Uno de mis amigos y yo decidimos hacer un viaje de 10 días para visitar las iglesias en Lampung para aprender y explorar todo lo relacionado con el ministerio. Estábamos muy apasionados por Dios.

    Viajamos en bus por varias horas, luego continuamos nuestro viaje en barco. Durante las dos horas en las que estábamos en el barco, yo estaba estuve, “Señor, por favor dame una oportunidad para poder conocer a una persona con quien poder compartir acerca de ti”.

    Mientras caminaba y oraba vi a un hombre sentado y cenando solo. Era cerca de la media noche, pero le pedí permiso para sentarme a su lado, él sonrió y me dijo que estaba bien, así que, comencé una conversación.

    Le pregunte, “señor, sé que usted es policía, y solamente quería preguntarle, ¿alguna vez le ha disparado a alguna persona?

    Él se quedó en silencio y me respondió que sí.

    Sin detenerme, le pregunte de nuevo, “¿alguna vez ha matado personas durante su trabajo?”

    De repente bajó la cabeza y respondió que sí.

    ¿Qué fue lo que me permitió a mí (un estudiante en la universidad que estaba emocionado por compartir sobre Jesús) el tener esa valentía de hacerle aquellas preguntas a un oficial de policía? Fue el Espíritu Santo.

    Esa noche, por la gracia y el poder del Espíritu Santo, compartí del evangelio de paz con este oficial de policía. En medio de la noche, en ese barco, guíe al hombre a aceptar a Jesús.

    Después de que nuestro barco llegó al puerto y teníamos que decirnos adiós, le pedí un último permiso, “¿trae un arma con usted?” él dijo que sí. “¿La puedo tocar con mis propias manos?” él dijo: por supuesto…

    Toqué la pistola que estaba debajo de su ropa confirmando que lo que había dicho era verdad. Dije: “Dios, eres increíble, todo se trata de Ti y no de mi”.

    ¿Caminaremos hoy con el Espíritu Santo, y le dejaremos hacer obras poderosas en nosotros?

    —Andi O. Santoso es secretario general de GKMI (Gereja Kristen Muria Indonesia – una de las tres iglesias Menonitas de Indonesia). Este testimonio fue adaptado de El Espíritu Santo y la Misión por Andi O. Santoso, publicado en Berita GKMI (GKMI noticias), Mayo de 2016.

    Este artículo apareció por primera vez en Correo/Courier/Courrier en octubre de 2018.

  • Para el Reverendo Albert Ndlovu, pastor principal de la iglesia Lobengula Brethren in Christ Church, en Zimbabue, el mentoreo es una estrategia clave. Formados en este entorno, los líderes ahora están sirviendo en el Reino Unido y en Sudáfrica – todavía están en contacto con sus consejeros en su hogar en Zimbabue. El Reverendo Albert Nlodvu explica el papel de la consejería o mentoreo en el discipulado.

    ¿Cuál es su filosofía sobre el mentoreo?

    Albert Ndlovu: El estilo de vida de cada creyente debería ser un ejemplo de Jesús, quien tenía 12 discípulos los cuales estaban muy cerca de él; de hecho, tenía más discípulos (70).

    “Sigan ustedes mi ejemplo, como yo sigo el ejemplo de Cristo” (1 Corintios 11,1). Esta es la filosofía del discipulado.

    Un creyente debe vivir una vida de tal modo que alguien observando desde la distancia desee copiarla. Esto no debe ser hecho solamente por los pastores.

    ¿Existe alguna estrategia para encontrar a alguien que pueda mentorear?

    Albert Ndlovu: Cuando encuentro a una persona disponible y ésta muestra interés, comienzo a desarrollar ese potencial. Acerco a la gente a mi y les doy tareas para hacer. Cuando voy al ministerio las llevo conmigo.

    Como consejero, uno debe apreciar el hecho de que tu discípulo/a es diferente a ti. Quien mentorea debe ser capaz de nutrir el potencial dentro de las diferencias de enfoque.

    No debemos tener miedo de que las personas a las que aconsejamos no vayan a estar a la altura de las expectativas. En el mentoreo, tampoco debemos tener miedo de cometer errores. Después de todo, todos estamos aprendiendo y creciendo a diario.

    ¿Qué herramientas y métodos utiliza para discipular?

    Albert Ndlovu: Sobre todo el discipulado grupal. Organizamos seminarios de capacitación en liderazgo, los cuales contribuyen mucho a la formación de los líderes que actualmente tenemos a nuestro alrededor.

    A veces uno puede guiar a algunas personas de forma indirecta. Nuestro obispo actual, ha hecho varias referencias a instancias en las que su vida ha sido espiritualmente impactada por lo que dije.

    Al comienzo de su ministerio, ¿quién lo guió a usted?

    Albert Ndlovu: El Dr. Nicholas Benson Mnkandla, un pastor de la iglesia BICC de Mpopoma, desempeñó un papel importante en mi crecimiento antes de irse a los Estados Unidos para recibir formación teológica.

    Solía ir con él a los lugares donde predicaba a personas de diferentes denominaciones; a veces, yo daba mi testimonio. Me llevaba a la montaña a orar temprano en la mañana. En otras ocasiones, incluso nos llevaba a las cervecerías para predicar. Pero a veces no me llevaba a pesar de que realmente quería ir con él.

    Todo esto era parte del proceso de mi entrenamiento para el liderazgo y el ministerio.

    En los Estados Unidos, mi mentor le pidió al obispo Philemon Khumalo, quien estaba completando sus estudios, que me siguiera discipulando. De vuelta en Zimbabue, el obispo Khumalo me alentó y me convenció para que tomara una capacitación formal en liderazgo. Podría decir que verdaderamente me consintió, me enseñó mucho, me motivó a tener confianza en mi ministerio y me inculcó algunos principios claves.

    ¿Cuáles han sido los beneficios de servir de mentor que ha notado a lo largo de los años?

    Albert Ndlovu: Es tan satisfactorio en la vida ver a alguien que uno ha visto crecer y desarrollarse con pasión para convertirse en lo que has visto en ellos.

    ¿Qué palabras de aliento podría darles a los líderes?

    Albert Ndlovu: Necesitamos entender que nunca podemos hacer este trabajo por nosotros mismos. Necesitamos abrirnos, compartir lo que tenemos con los que vienen después de nosotros.

    La iglesia no pertenece al pastor, sino a todos nosotros: el terreno está nivelado.

    —Maqhawenkosi Mhlanga es miembro de la Iglesia Brethren in Christ Church de Lobengula. Él entrevistó al Reverendo Albert Ndlovu como parte de una tarea para sus estudios en un colegio teológico en Zimbabue.

  • “Uganda está madura para el evangelismo y la iglesia está creciendo”, dice el obispo Okoth Simon Onyango, coordinador nacional de la iglesia Menonita de Uganda. La nueva iglesia miembro del Congreso Mundial Menonita reporta actualmente 553 miembros en 18 congregaciones. Aceptados por el Comité Ejecutivo en 2017, la Iglesia Menonita de Uganda tiene más del doble del número de congregaciones reportadas en el directorio del CMM del 2015 (7).

    Algunos miembros se sientan en el piso en una congregación de la iglesia Menonita de Uganda la cual carece de finanzas para la compra de sillas. Foto: Okoth Simon Onyango

    Las congregaciones en esta iglesia están germinando tanto en la capital Kampala, como en las áreas periurbanas (las zonas periféricas a las afueras de las ciudades).
    El obispo Moses Otiento, de la Iglesia Menonita de Kenia, fue inspirado a plantar iglesias en Uganda, él apoyó los esfuerzos de la misión en Uganda, y John Otiento trabajó con líderes locales ese país durante en 2004 para plantar 4 iglesias las cuales se registraron oficialmente en 2006.
    Creciendo considerablemente en número, las congregaciones de esta iglesia se enfrentan muchos desafíos: edificios apenas cubiertos por un techo, falta de sillas para que los miembros de la iglesia se sienten durante los cultos, pastores que no tienen capacitación formal y que a veces no tienen sueldo.
    El Comité Central Menonita ha servido en Uganda desde 1979, inicialmente con esfuerzos de reconstrucción después de la guerra, ahora con trabajo de paz y reconciliación.

    Jóvenes de Uganda han servido en el programa de intercambio YAMEN del Congreso Mundial Menonita y del CCM, aprendiendo sobre la iglesia mundial por medio del servicio en diferentes partes del mundo.

    Alabanza en una congregación de la iglesia Menonita de Uganda. Foto: Okoth Simon OnyangoEsta país de habla inglesa de África oriental limita en el extremo norte del lago Victoria con Kenia, Sudán del Sur, República Democrática del Congo, Ruanda y con Tanzania. Casi 45 por ciento de los cerca de 40.000.000 de ugandeses se identifica como protestante, 40 por ciento como católico romano, y más del 10 por ciento como musulmán. Uganda lucha con un gran número de muertes por VIH / SIDA y con un gran número de refugiados que huyen de los países vecinos.
    “La iglesia Menonita de Uganda está muy feliz y honrada de ser miembro de la familia mundial del CMM”, dice Okoth. “Nuestra oración es que Dios nos muestre iglesias o individuos asociados para que nos acompañen en algunos de nuestros voluminosos desafíos. Que Dios nos mantenga unidos”.

    —un comunicado del Congreso Mundial Menonita escrito por Karla Braun

    Este artículo apareció por primera vez en Correo/Courier/Courrier en octubre de 2018.

  • El Congreso Mundial Menonita perdió dos líderes, quienes actualmente desempeñaban cargos directivos. Pascal Kulungu, miembro del comité directivo de la recientemente formada Red Mundial Anabautista de Paz, falleció el 16 de enero de 2019 después de una breve enfermedad. Manjula Roul, miembro de la Comisión de Fe y Vida desde 2015 y miembro del Concilio General, murió el 27 de enero de 2019 de un ataque al corazón.

    Pascal Kulungu (66 años), fue líder por largo tiempo en la iglesia de los Hermanos Menonitas en la Republica Democrática del Congo (Conférence des Églises Frères Mennonites en Congo). Kulungu estableció un instituto para la paz y facilitó talleres de capacitación para la paz luego de recibir una maestría en liderazgo, administración y construcción de la paz de la Universidad Fresno Pacific, en California, EE. UU. Comprometido políticamente en su propio país, Pascal Kulungu fue elegido como representante de la Asamblea Nacional para el distrito de Kasongo-Lunda en las elecciones nacionales de diciembre de 2018. Falleció después de una corta enfermedad.

    Manjula Roul (61años), era miembro de la iglesia de los Hermanos en Cristo, Odisha. Sirvió en la iglesia junto a su esposo, el obispo Bijoy Roul, era conocida por su amable hospitalidad y liderazgo en las reuniones del Caucus (reunión de grupos regionales) de Asia. Fue presidenta de la Conferencia de Mujeres Menonitas de toda la India por un período y sirvió como miembro de la junta directiva por varios años. Manjula Roul apoyó activamente la formación de las Mujeres Anabautistas Formadas Teológicamente de la India.

    “Estamos con las familias y congregaciones de estos amados colegas en este tiempo de tristeza”, expresó Nelson Kraybill, presidente del CMM. “Esta es una pérdida para las iglesias con las cuales estos líderes sirvieron y para la familia de fe anabautista a nivel mundial. Agradecemos a Dios por el fiel testimonio de estas dos personas y honramos sus contribuciones a la misión y la reconciliación en el nombre de Jesús”.

    —Comunicado del Congreso Mundial Menonita

    *Fecha y causa de la muerte de Manjula Roul corregida el 4 de marzo del 2019

  • El secretario de la Comisión de Diáconos y presidente electo del Congreso Mundial Menonita (CMM) Henk Stenvers, junto con una delegación del Congreso Mundial Menonita conformada por Hanna Soren y Vikal Rao (Comisión de Diáconos); Paul Phinehas (Comité Ejecutivo, representante para Asia) y Cynthia Peacock (representante regional, Sur de Asia) realizaron visitas a las iglesias en India, en Diciembre de 2018.

    En Raipur, India, ellos participaron de la dedicación de un nuevo edificio para la iglesia Menonita Kodopali en Antakiya, una iglesia Menonita de la Conferencia General de la iglesia Menonita de Bhartiya (BGCMC por su sigla en inglés), el 14 de diciembre de 2018. Este edificio recibió apoyo financiero del Fondo de Ayuda de la Iglesia Mundial. Alrededor de 500 personas vinieron de los alrededores a la celebración que incluyó presentaciones, almuerzo, baile y canto.
    Hanna Soren recibe la bienvenida en la iglesia Dangniya de BGCMC mientras Paul Phinehas observa.
    Con música y marcha, la congregación de BGCMC en Gehrapali dio la bienvenida a la delegación del CMM.

    El presidente de BGCMC y antiguo miembro del comité ejecutivo del CMM Prem Prakash Bagh y su hija Palak recibieron a los delegados del CMM para un desayuno en su casa en Jhilmila.
    La delegación del CMM participó del culto de la congregación de la iglesia Menonita de India en Dondi en su edificio propio, el cual tiene cuatro años de haberse construido.
    La congregación de la Iglesia Menonita de India en Dhamtari exhibe las Convicciones Compartidas del Congreso Mundial Menonita en hindi.

    Compartir comunitario de los alimentos en la congregación de Gehrapali.
    Henk Stenvers, secretario de la comisión de Diáconos, saluda a los Menonitas locales en Gehrapali.
    Un coro de jóvenes dirige la adoración en la congregación de Dondi de la Iglesia Menonita de India.

    Fotos: Henk Stenvers

    —Comunicado del Congreso Mundial Menonita

  • Nací en un templo budista zen en 1934; fui la tercera hija. Mi padre fue entrenado en el Templo Eiheiji, la sede del Sotoshu, una secta del zen. Él siempre instruyó a sus hijos a procurar la virtud y el ser un ejemplo para otros.

    Mi padre me enseñó que un templo es un lugar de consuelo para la gente de la aldea, pero las personas que son del templo no tienen hogar, por lo tanto yo juguaba en la naturaleza hasta que oscurecía y la luna sobre el lago me perseguía como si me dijera, “ven a casa”.

    Con esta crianza estricta, me convertí en una niña modelo, llevando puesta una gruesa armadura moral.

    Trabajé en servicios sociales donde mi éxito en la frontera de la innovación me hizo sentir bien todos los días.

    Entonces, ocurrió lo más triste de mi vida: mi único hijo falleció en 1983.

    Es cuando el Señor se me acercó por primera vez.

    Sin embargo, no cambió mi actitud egoísta. Traté lo más que pude de no mostrar mi debilidad.

    El Señor se me acercó por segunda vez en 1989. En una calurosa noche de verano después de discutir con mi jefe, me fui conduciendo enojada. A medianoche, me detuve frente a una iglesia; estaba tan furiosa que exigí ver al pastor.

    A las 2 de la mañana de repente escuché un trueno y el terror me dejó en silencio. El pastor habló conmigo suavemente. “¿Estás bien? ¿Puedo leer la Biblia?”

    De forma asombrosa la Biblia hablaba de defender mi rectitud. Era Romanos 12:10–20, y 13:1–13. Entendí que el Señor se acercó nuevamente a mí.

    Me fui a casa con una sensación fresca y buena viendo el amanecer en el este. Ya que esa mañana era domingo, fui a la iglesia. El lunes en el trabajo todo había cambiado.

    Tres meses más tarde, en 1990, dutante la pascua, fui bautizada.

    Dos meses después de mi bautismo, el Señor se me acercó una tercera vez. Mientras oraba en una reunión de oración a las 5 a.m., sentí como si alguien me hubiese tocado el hombro. Me di vuelta y vi un afiche. “La mies a la verdad es mucha, mas los obreros son pocos; por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies” (Lucas 10:2).

    Cuando pregunté qué significaba, el pastor contestó que el Señor esperaba mi servicio. A pesar de mi experiencia, me pregunté si podría hacerlo. Entonces el pastor me preguntó si podría dejar mi trabajo y le contesté que renunciaría a mi trabajo con confianza.

    Tres años después, me jubilé, ingresé en el Seminario Bíblico Evangélico de la Conferencia de los Hermanos Menonitas de Japón y comencé el ministerio a tiempo completo.

    No había notado el llamado del Señor con su presencia, pero Él me preparó un nuevo camino 10 años después de la muerte de mi hijo.

    El Señor se acercó a mí nuevamente cuando sufrí de una enfermedad que amenazaba mi vida, una hepatitis fulminante. Después de que el médico me dijera que me quedaban tres días de vida, tuve una visión en la que el Señor quitaba la sangre coagulada en mi hígado dañado.

    El amor y la misericordia de Dios me sobrecogió, y Él salvó mi vida. Me di cuenta de que muchos pecados como la arrogancia, el egoísmo y la hipocresía aún estaban presentes.

    En términos concretos, me llevó cinco años curarme. Sin embargo, a través de este sufrimiento, vi la imagen de Dios y escuché Su voz, las cuales fortalecieron mi fe.

    ¡Qué hermoso es el trato de Dios! Tal vez me hubiera sido imposible tener cierta fe sin el sufrimiento.

    Al final, recuerdo el llamado a “volver a casa”.

    Mi familia está comenzando a acercarse a Dios. Cuando mi hermano mayor (que es monje en un templo budista) fue operado en un hospital cristiano, hablé con él sobre cómo Jesús lo cuidaba. Mi sobrina se hizo cristiana, mi padre y otro hermano también tuvieron fe en la iglesia.

    Mi sueño es abrir mi hogar para dar la bienvenida a los invitados así como el templo de mi niñez (Salmos 133).

    —Mineko Nishimura es miembro de la Iglesia Mukogawa Christ, una iglesia Nihon Menonaito Kirisuto Kyokai Kaigi (de los Hermanos Menonitas) en Japón.