Es una peregrinación, no sólo una visita guiada

Indonesia

Era el 7 de octubre de 2023. Los cónyuges Simon Setiawan y Sarah Yetty, miembros de la iglesia Jemaat Kristen Indonesia (JKI) de Indonesia, se encontraban en Egipto, al frente de un grupo de viaje de más de cuarenta personas provenientes de Indonesia y de Estados Unidos, que pretendían ingresar a Israel-Palestina. Se enteraron de los ataques de Hamás contra Israel a primera hora de la mañana. Estaban preocupados por la seguridad de los participantes del grupo de viaje. Las embajadas de Indonesia en Egipto y Jordania se comunicaron telefónicamente con ellos para decirles que no ingresaran a Israel. 

“Tras hablar con funcionarios de la Embajada y recibir información actualizada de nuestros colaboradores locales, explicamos la situación al grupo. Dijimos que haríamos lo que los participantes consideraran mejor”, señala Simon. “La gran mayoría quiso continuar, tras recibir garantías de nuestros colaboradores locales de que nuestras rutas se habían modificado hacia zonas seguras.” 

Así que ese día ingresaron a Israel por el Cruce fronterizo de Taba, cruzando a la ciudad balnearia de Eilat. La espera para cruzar la frontera fue larga. Había más soldados de lo habitual en el puesto de control fronterizo. Los oficiales se mostraron amables, aunque tensos. Un oficial preguntó: “¿Saben lo que está pasando en Israel, verdad?” y se sorprendió cuando el grupo dijo que igualmente quería ingresar. Las calles estaban tranquilas; sólo se veía otros dos grupos de turistas. 

Desde allí se dirigieron al norte, modificando sus planes según las últimas actualizaciones de seguridad. En una ocasión, se quedaron en su hotel porque oyeron que había disturbios en la zona. En otra ocasión, su plan de pasar la noche en Belén se cambió a Jerusalén por motivos de seguridad. Pero consiguieron visitar Jericó, Belén y Jerusalén, encontrándose con otros grupos de turistas. 

Están planeando volver este año, dependiendo de las condiciones de seguridad sobre el terreno. “Porque amamos la Tierra Santa”, dice Simon. 

El anhelo de visitar la Tierra Santa 

En 2009, por primera vez, Simon Setiawan y Sarah Yetty se anotaron para ir a la Tierra Santa con su iglesia. 

“Hacía mucho tiempo que deseábamos ir a la Tierra Santa, pero sabíamos que estaba fuera de nuestro alcance”, dice Yetty. “Yo era maestra de un jardín de infantes y Simon ayudaba en el programa misionero de la iglesia. No teníamos mucho.” 

Renovaron sus pasaportes vencidos y oraban a diario por un milagro. 

“Tres meses antes de que partiera el grupo de viaje, una mujer de una iglesia presbiteriana que no conocíamos, pagó íntegramente nuestro viaje. Dijo que un mes antes había tenido un sueño en el que veía a alguien con una túnica blanca y brillante que se le acercaba y le decía que bendijera a una pareja para que visitara la Tierra Santa”, cuenta Sarah. 

“Y luego Simón dijo que porque alguien pagó nuestro viaje, teníamos que servir.” 

Dios estará con ustedes 

Cuando se lo contaron a su pastor, les dijo que podían ser quienes lideraran el grupo de viaje. “Aunque dijimos que no teníamos absolutamente ninguna experiencia, nos dijo que estaremos bien y que Dios estaría con nosotros.” 

“Esa fue nuestra primera vez y nos encantó”, expresa Simon. 

En ese primer viaje, dirigieron la visita guiada con once autobuses, unas quinientas personas. Tuvieron que dividir el grupo e ir en distintas direcciones, con Sarah Yetty al frente de un equipo y Simon Setiawan acompañando al resto. 

“Partimos con sólo USD$20 en el bolsillo. Pero Dios siguió bendiciéndonos, como el maná de cada día”, dice Sarah Yetty. 

“Después de aquel primer viaje, el pastor principal nos pidió que calculáramos los gastos para visitar la Tierra Santa y creáramos una empresa especializada en viajes a la Tierra Santa. También nos dijo que estudiáramos más sobre la Tierra Santa, así que nos capacitamos sobre cómo dirigir visitas guiadas a la Tierra Santa. Desde entonces, nos comprometimos a ofrecer viajes asequibles a la Tierra Santa, para que pastores y obreros fraternales de las iglesias, especialmente de ciudades y pueblos pequeños, pudieran tener la oportunidad de viajar allá”, comenta Simon. 

“Me encanta acompañar los grupos, estar en la tierra donde estuvo Jesús y ver cómo la Biblia cobra vida. Pero lo más importante es que me encanta estar en el autobús turístico escuchando los testimonios de la gente: de un matrimonio que casi se divorcia hasta que llegaron a Caná y decidieron reconciliarse; de un médico que subió conmigo al monte Sinaí, y sólo después de llegar a la cima confesó que le habían colocado su decimotercera endoprótesis vascular justo una semana antes”, relata Simon. 

“Siempre digo que es una peregrinación, no sólo una visita guiada. Oremos que, sea cual sea el plan de Dios para ustedes en este viaje, sus ojos se abran para verlo”, manifiesta Simon. 

Anhelamos la paz 

“Nuestra oración es por la paz para el pueblo de Israel y de Palestina”, expresa Simon. 

“Todos tienen un apego emocional con la Tierra Santa. Cuando hay un poco de inestabilidad, todo el mundo se entera y se asusta. Cuando tienen miedo, no vienen, y la industria turística local se resiente, sobre todo los trabajadores que viven dentro de las zonas de la Autoridad Palestina (Jericó, Belén, Ramala)”, señala Simon Setiawan. 

“Quisiéramos que las industrias locales prosperen y que la gente común pueda vivir su vida sin temor. La gente, de ambas partes, quiere estabilidad y seguridad. Y esto es lo que también deseamos”, afirman Simon Setiawan y Sarah Yetty. 

—Interim Chief Communications Officer Elina Ciptadi spoke with Simon Setiawan and Sarah Yetty about their experience.


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