‘Glory Michael Sunday’ es del estado de Akwa Ibom en Nigeria, donde ella asiste a la Asamblea Ikot Ekang Itam, una congregación de la Iglesia Menonita de Nigeria, iglesia miembro del CMM. Actualmente ella está a punto de terminar su servicio con YAMEN (Red de Intercambio de Jóvenes Anabautistas Menonitas) sirviendo como maestra en ‘P4T Nursery and Primary School in Kyangwali Refugee Camp settlement’ (Guardería P4T y la Escuela Primaria en el Asentamiento del Campo de Refugiados de Kyangwali), Uganda.
Ahora que se acerca el final de su servicio en YAMEN, le hemos planteado a Glory algunas preguntas para que reflexione sobre su experiencia. Sus respuestas han sido editadas para mayor extensión y claridad.
¿Por qué te interesó prestar servicio durante un año en YAMEN?
Soy un producto de los servicios comunitarios. Mientras crecía, en algunas etapas, yo no podía pagar la matrícula escolar y entonces tenía un profesor en clase que velaba por mí.
Así que, cuando tuve la oportunidad de devolver algo a la sociedad y ser un modelo para los niños y niña, pensé: “Esta bien, ¿por qué no intentarlo? ¿Por qué no hacerlo y ser un cambio que la gente necesita ver?”.
¿Por qué has elegido a YAMEN en lugar de algo similar?
Concretamente, quería servir en África. Era la primera vez que viajaba fuera de mi país y me dije: “Esta bien, África es grande, exploremos África”.
Es una forma de conocer la cultura, adentrarse en diferentes tipos de comida y simplemente ver cómo la vida existe por sí misma de forma diferente. Cómo la gente valora la vida desde otra perspectiva. No todo tiene que estar del mismo lado que el tuyo. ¿Por qué no ver cómo la gente ve las cosas desde otro lado? Quizá porque uno no está aquí, no piensa de esta manera.
¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar en un campo de personas refugiadas?
No fue fácil, pero con el tiempo me integré con mis compañeros de trabajo. Me integré en la comunidad. Tenía más amistades. Y, eventualmente, pensé que quizá el año no debería acabar nunca porque no sé si podré aburrirme aquí.
Viniendo de otra parte del mundo, yo nunca había visto un campo de personas refugiadas ni había visto a la gente vivir en lo más bajo, pero siguen viviendo muy felices. Siempre deberíamos tener un motivo para dar gracias a Dios porque la gente ve la vida en sus partes más duras, y aún siguen viviendo con mucho agradecimiento.
¿Hay alguien con quien hayas conectado durante tu estadía en la escuela y que haya sido memorable?
Cuando llegué aquí, vi a una chica en clase que era una niña testaruda a la que todos los profesores habían dado por perdida. Empezamos a hablar y nos hicimos amigas. Tuve que pasar mucho tiempo con ella después de clases dando clases extra para que ella alcanzara el nivel de los otros alumnos de su clase. Nosotras llevamos el proceso paso a paso.
Un día me llamó y me dijo que quería hablar conmigo. Me miró a los ojos y me dijo: “Maestra, no quiero decepcionarla”.
Me quedé sin palabras. Recuerdo que no quería decepcionar a mi madre y a mi padre, y ahora alguien me mira a los ojos y me dice que no quiere decepcionarme – Me derrumbé, e incluso cuando llegué a casa, me retumbaba en el oído.
Nunca pensé que llegaría a este punto de mi vida en el cual motivaría a alguien lo suficiente como para que piense que soy su modelo para seguir y no quiera decepcionarme. Esta es la cumbre de mi vida.
¿Hubo momentos o experiencias que hayan desafiado o hecho crecer tu fe?
Este es un campo de personas refugiadas, con gente del Congo, Ruanda, Sudán del Sur y otros lugares, así que hay mezcla de idiomas, pero el swahili es la lengua que más se habla en el campo.
Pero conecté con esas personas porque era como mi iglesia local. Cuando llegó el momento de la alabanza y la adoración, todas salieron a danzar y me uní a ellas, sin esperar adorar a Dios en un idioma que no entendía en absoluto.
¿Has encontrado algún versículo bíblico o pasaje de la Biblia especialmente útil o significativo durante tu servicio?
Proverbios 3:5-6 ha sido mi versículo de cabecera. Cada vez que me siento estresada o deprimida, sólo recuerdo “confía en Jehová con todo tu corazón”. Poner toda la carga sobre Él, y Él la soportará. Lo escribí en un papel y lo cuelgo en mi habitación, así que cuando parece que es demasiado, sólo recuerdo “… y él enderezará tus veredas”.
¿Qué le dirías a alguien que está considerando hacer un año con YAMEN, pero siente inseguridad al respecto?
Todo en la vida es arriesgado, no hay lado seguro en la vida. Siempre hay que probar lo que se quiere probar.
Es divertido, motivador e inspirador ser una luz para alguien que ha perdido la esperanza. Tome la decisión y no se arrepentirá.
La Red de Intercambio de Jóvenes Anabautistas Menonitas (YAMEN, por sus siglas en inglés) es un programa conjunto del Congreso Mundial Menonita y del Comité Central Menonita (CCM). Hace hincapié en la expansión de la fraternidad entre las iglesias de tradición anabautista y en el desarrollo de líderes y lideresas jóvenes en todo el mundo.
Las personas participantes pasan un año en una misión intercultural que comienza en agosto y termina en julio del año siguiente.