• “Puedo ver a una familia con muchos miembros, adorando al mismo Padre”, dice Natacha Kyendrebeogo de Burkina Faso. 

    Ella es una de los cuatro jóvenes que sirven por medio de YAMEN en el equipo de la Asamblea del Congreso Mundial Menonita (CMM) en Indonesia. YAMEN (Red de Intercambio de Jóvenes Anabautistas) es un programa que enfatiza la expansión del compañerismo entre las iglesias de la tradición anabautista y el desarrollo de los jóvenes líderes alrededor del mundo. 

    Los cuatro miembros del equipo de la Asamblea están trabajando en la reunión mundial de cinco días del CMM. La asamblea se lleva a cabo cada seis años y los miembros de YAMEN del equipo de planificación esperan ser parte de la reunión comunitaria de anabautistas-menonitas de todo el mundo en Indonesia.  

    “La Aldea de la Iglesia Mundial, los programas, los talleres: tengo una imagen completa de una multitud que está sumamente alegre, haciendo cosas juntos”, comenta Loyce Twongirwe de Uganda, cineasta, que forma parte del equipo de comunicaciones para la Asamblea.  

    “Siento ansias de crear amistades duraderas: conocer cada país. Cómo vive la gente, como son como congregación”, expresa Sunil Kadmaset de la India. 

    Mientras esperaban visas para Indonesia, Sunil Kadmaset y Ananda Mohan Murmu comenzaron a conocer a la familia anabautista más amplia al estar sirviendo en Mennonite Christian Service Fellowship de la India (MCSFI).  

    Sunil Kadmaset (de los Hermanos en Cristo en Cuttack, Odisha) y Ananda Mohan Murmu (de una congregación Bharatiya Jukta Christa Prachar Mandali (BJCPM) en Balarampur, Bengala Occidental) vivieron entre los miembros de la Iglesia Menonita de la India en Chhattisgarh. Colaboraron con organizaciones anabautistas-menonitas de ocho iglesias nacionales en India y Nepal. 

    Ananda Mohan Murmu se sintió atraído por YAMEN después de escuchar a sus amigas que participaron en el Programa de Intercambio de Voluntarios Internacionales (IVEP) del CCM y cómo el programa impactó sus perspectivas. Junto con el director de MCSFI, Benjamin Nand, instó a llevar a cabo proyectos de jardinería y paz y visitó iglesias con la representante regional del CMM, Cynthia Peacock “La alegría de la gente produce mi mayor alegría”, afirma él. 

    “Somos estados diferentes, castas diferentes, [sin embargo] seguimos siendo hermanos y hermanas”, afirma Sunil Kadmaset. Con MCSFI, conoció a personas que sufrían de COVID-19, pero, con la ayuda de la familia menonita y el aliento del Espíritu, perseveraron. “estoy contento por el hecho de que nos conocemos unos a otros de ocho congregaciones”. 

    Natacha Kyendrebeogo también probó el compañerismo de la familia mundial incluso antes de irse de casa. Después de un golpe militar en Burkina Faso, ella comenta: “Recibí muchos correos electrónicos de aliento de personas que no me conocen. Oran por mi país; oran por esta situación. No me imaginaba el compañerismo. Disfruto el amor, el aliento”. 

    A medida que atienden sus tareas, los participantes de YAMEN reciben aliento por la esperanza de participar de la Asamblea. 

    Loyce Twongirwe, comenzó su trabajo desde una oficina en Uganda y ahora está con el equipo en Indonesia, “Estamos preparando videos por adelantado: cómo registrarse, cómo reservar hoteles, para que cuando lleguen al evento no se sientan perdidos, confundidos, excluidos”, explica ella. “Es una gran responsabilidad para nosotros asegurarnos de que salga perfecto como lo imaginamos”. 

    “Cuando cierro los ojos, veo mucha gente a mi alrededor, … con gente de África, EE.UU., Canadá, estamos juntos, estamos orando a Dios. Estoy entre ellos en ese momento, en ese lugar, eso me produce una gran alegría”, señala Ananda Mohan Murmu. 

    Participantes de YAMEN  

    Equipo de la Asamblea

    Nombre

    País de origen

    Natacha Kyendrebeogo Burkina Faso
    Sunil Kadmaset India
    Ananda Mohan Murmu India
    Loyce Twongirwe Uganda

    Otros participantes de YAMEN 

    Nombre

    País de origen

    País de asignación

    Iglesia a la que pertenece

    * Indica que la Iglesia es miembro del CMM

    (Yolanda) Abigail Arevalo Tabora Honduras Santa Cruz, Bolivia Iglesia Evangélica Menonita* 
    Ananda Murmu India Semarang, Central Java,Indonesia United Missionary Church Balarampur (Bharatiya Jukta Christa Prachar Mandali)*
    Anupama Mandi India Olepolos, Kenya United Missionary Church Balarampur (Bharatiya Jukta Christa Prachar Mandali)*
    Beatriz Guaza Sandoval Colombia San Pedro Sula, Honduras Iglesia Cristiana Filipos (Asociación de Iglesias Hermanos Menonitas de Colombia)* 
    Charity Dralega Uganda Beit Sahour, Palestine and Israel  St Joseph‚Äôs Church of Uganda
    Disha Masih India Prey Veng, Cambodia Nazareth Mennonite Church
    Elda Antonio Garcia Mexico San Pedro Sula, Honduras

    Centro Internacional Monte de Sión (Iglesia Cristiana de Paz en México) * 

    Finna Kristanto Indonesia Rajnandgaon, India GKMI Kudus, Mennonite
    Jacksha Jackson Malawi Phnom Penh, Cambodia Malovu MB Church in Malawi* 
    Jenny Keang Cambodia Barrackpore, West Bengal, India New Life Fellowship 
    Jinah Yu South Korea Prey Veng, Cambodia Jusarang Holiness Church 
    Josue Damaio Mozambique Champa, Chhattisgarh, India Union Baptist Church of Mozambique 
    Juyeong Lee South Korea Bethlehem, Palestine and Israel  Peace and Grace Mennonite Church 
    Loyce Twongirwe Uganda Semarang, Central Java,Indonesia Victory City Church Ntinda 
    Mario Hernandez Honduras Montero, Santa Cruz, Bolivia Iglesia Evangelica Menonita Central* 
    Mudimka Kassam Nigeria La Mesa, Colombia Church of Christ in Nations
    Natacha Kyendrebeogo Burkina Faso Semarang, Central Java, Indonesia Eglise Apostolique 
    Neema Atieno Kenya Phnom Penh, Cambodia Eastleigh Mennonite Church, Obwolo Menonite Church* 
    Sunil Kadsamet  India  Semarang, Central Java, Indonesia  Bethel Brethren in Christ* 
    Tiara Asrilita Indonesia Juju, Kiambu, Kenya Kingdom of Glory JKI Immanuel* 

    ‚ÄîUn comunicado conjunto del Congreso Mundial Menonita y del Comité Central Menonita. Escrito por Karla Braun, un escritor del Congreso Mundial Menonita que vive en Winnipeg.

    La Red de Intercambio anabautista‚Äì menonita para Jóvenes (¬°YAMEN!) es un programa conjunto entre el Congreso Mundial Menonita y el Comité Central Menonita. Enfatiza la expansión del compañerismo entre las iglesias de la tradición anabautista y el desarrollo de los jóvenes líderes alrededor del mundo. Los participantes pasan un año en una asignación intercultural que empieza en agosto y termina el siguiente julio.  
  • Elda Antonio García, una YAMENer de México, cuenta: “Cuando me inscribí por primera vez al programa nunca pensé que iba pasar una pandemia. Ahora que estoy viviendo en la mitad de esto, en vez de verlo como un reto, lo veo como una bendición… Es increíble como las personas abren sus corazones para ayudar a otros”. 

    Muchos de los jóvenes que se embarcaron en la experiencia transcultural en agosto del 2021 a través de ¡YAMEN! (Red de Intercambio anabautista– menonita para Jóvenes- un programa conjunto entre el Congreso Mundial Menonita y el Comité Central Menonita), que habían aplicado al inicio del 2020 les fue imposible llegar a sus posiciones asignadas, por lo cual, se les pospuso el viaje por un año, esto a causa de las restricciones de viaje. 

    Elda Antonio García y Beatriz Guaza Sandoval de Colombia son dos de los 20 jóvenes que están sirviendo alrededor del mundo en un país e iglesia diferentes al de ellas. Ambas están sirviendo con la Comisión de Acción Social Menonita en Honduras durante 2021/2022. 

    Por la pandemia, Beatriz Guaza Sandoval escogió esperar un año en vez de tomar la oportunidad de servir en Colombia. Ella esta agradecida por el tiempo extra que tuvo con su familia, especialmente durante las vacaciones, antes de irse por un año. 

    Beatriz expresa: “Dios me estaba preparando, el tiempo de Dios fue perfecto”. 

    Beatriz Guaza Sandoval

    WhatsApp una Línea de Vida  

    Elda Antonio García manifiesta, “antes de venir aquí, le pregunté a Dios como podía continuar la relación con mi iglesia. La respuesta de Dios fue simple: mantener el interés en ellos y estar conectada con todos a través de la oración”. Desde Honduras, ella está conectada con su congregación local en México a través de mensajes por WhatsApp. 

    Beatriz Guaza Sandoval se propuso a ella misma un desafío: “Cada día, escribo un mensaje en WhatsApp a diferentes miembros de la iglesia”, su número cambió, así que los destinarios algunas veces se confundieron, “otros dijeron, “Oh, yo sabía que eras tú, porque uno que otro amigo tiene un número de teléfono de otro país”. Ella les pregunta sobre cómo están, y si tienen una petición de oración. Finalmente dijo: “He disfrutado este ejercicio. Pues una mujer me dijo, ‘Betty, me hiciste el día’”. 

    Tiara Asrilita, una YAMENer de Indonesia está sirviendo en Kenia y se conecta con la iglesia El Reino de Gloria JKI Emmanuel, ubicada en Indonesia, esto a través de un grupo de WhatsApp. Así, ella recibe un devocional de su pastora cada día e intercambia saludos con los miembros de su iglesia. 

    Estas tres mujeres han visto a sus seres queridos conmovidos por la muerte durante esta pandemia. Además, se preocupan porque algo les pase a los miembros de sus familias antes de que ellas regresen a casa. Tiara Asrilita expresa “tengo un poco de miedo, pero Jesús me protege, estoy muy agradecida”. 

    Elda Antonio Garcia

    Como hermanos y hermanas  

    Tiara Asrilita trabaja en una escuela primaria católica y vive con monjas. Ella menciona que, “tal vez pueda aprender sobre la esencia de cómo alaban a Dios”. 

    Ella, se sorprendió de ver que los celulares están prohibidos en la iglesia, y que el estilo de culto es más enérgico que de lo que ella está acostumbrada. Tiara reflexiona que, “cuando queremos estar más cerca de Dios, tenemos que orar a Dios más y más”. 

    Beatriz Guaza Sandoval, estaba encantada de descubrir que la iglesia en Honduras celebra el Domingo de Paz, muy similar a su iglesia en Colombia, ella expresa: “tenemos la misma raíz, somos como hermanos y hermanas”. 

    Elda Antonio García expresa que “siendo el mismo creador de todos, Dios nos une con la palabra para convertirnos en un solo cuerpo. En una comunidad, van a existir diferentes perspectivas, pero cuando alguien es parte de algo, los cuidamos y los valoramos”. Ella también explica: “cada día tenemos la oportunidad de servir, de amar”. Ella escoge “ser humilde y decirle a Dios, ‘aquí estoy’”. 


    La Red de Intercambio anabautista– menonita para Jóvenes (¡YAMEN!) es un programa conjunto entre el Congreso Mundial Menonita y el Comité Central Menonita. Enfatiza la expansión del compañerismo entre las iglesias de la tradición anabautista y el desarrollo de los jóvenes líderes alrededor del mundo. Los participantes pasan un año en una asignación intercultural que empieza en agosto y termina el siguiente julio.  

    —Un comunicado conjunto del Congreso Mundial Menonita y del Comité Central Menonita. Escrito por Karla Braun, un escritor del Congreso Mundial Menonita que vive en Winnipeg.

     

    Participantes ¡YAMEN! 2021 – 2022 

    Nombre

    País de Origen

    País de asignación

    Iglesia a la que pertenece* 

    *Indica que la iglesia es miembro del CMM 

    Abigail Arevalo Tabora Honduras Bolivia Iglesia Evangélica Menonita* 
    Ananda Murmu India Indonesia United Missionary Church Balarampur 
    Anupama Mandi India Kenya United Missionary Church Balarampur 
    Beatriz Guaza Sandoval Colombia Honduras Iglesia Cristiana Filipos (Asociación de Iglesias Hermanos Menonitas de Colombia)* 
    Cecilia António Mozambique Mexico Union Baptist Church of Mozambique 
    Charity Dralega Uganda Palestine St Joseph’s Church of Uganda
    Disha Masih India Cambodia Nazareth Mennonite Church
    Elda Antonio Garcia Mexico Honduras

    Centro Internacional Monte de Sión (Iglesia Cristiana de Paz en México) * 

    Finna Kristanto Indonesia India GKMI Kudus* 
    Jacksha Jackson Malawi Cambodia Malovu MB Church in Malawi* 
    Jenny Keang Cambodia India New Life Fellowship 
    Jinah Yu Korea Cambodia Youngahm Church
    Josue Damaio Mozambique India Union Baptist Church of Mozambique 
    Juyeong Lee Korea Palestine Jubilee 
    Loyce Twongirwe Uganda Indonesia Victory City Church Ntinda 
    Mario Hernandez Honduras Bolivia Iglesia Evangelica Menonita Central* 
    Mudimka Kassam Nigeria Colombia Church of Christ in Nations
    Natacha Kyendrebeogo Burkina Faso Indonesia Eglise Apostolique 
    Neema Atieno Kenya Cambodia Obwolo Menonite Church* 
    Tiara Asrilita Indonesia Kenya Kingdom of Glory JKI Immanuel* 
  • Cómo YAMEN puso a esta doctora en el camino que siempre había deseado

    La Dra. Ela Castro siempre supo que quería pasar su vida sirviendo a las personas necesitadas. Según todas las apariencias externas, esto es lo que ella estaba haciendo. Había estudiado durante años para obtener su título de medicina. Trabajaba en una clínica de salud. Ella estaba ayudando a la gente – pero faltaba algo. Sintió que su corazón la llamaba a servir, no solo a trabajar por un salario fijo. 

    Pero no fue hasta que dio un paso de fe que realmente sintió que había encontrado su propósito.

    A través de una conexión en su iglesia local, la Iglesia Menonita Central en San Pedro Sula, Honduras, Ela Castro se enteró del programa y decidió probar un período de servicio de un año con YAMEN (Red de Intercambio Anabautista-Menonita para Jóvenes). YAMEN ofrece a adultos/as jóvenes de fuera de Canadá y de los EE.UU., la oportunidad de dejar lo que saben durante el periodo un año para servir, crecer y aprender en una ubicación internacional. YAMEN es un programa conjunto entre el Comité Central Menonita (CCM) y el Congreso Mundial Menonita (CMM).

    La educación y la experiencia de Ela Castro la convirtieron en una candidata perfecta para un puesto que brinda atención médica a personas migrantes que reciben el apoyo de una organización socia del CCM en la Ciudad de Guatemala, Guatemala. Y ella dice que la experiencia fue la confirmación de que se estaba moviendo en la dirección del llamado de Dios en su vida.

    “YAMEN es un gran lugar para que la gente confirme su don y su llamado, y para mí, fue una prueba de que puedo hacer algo diferente a lo que otros médicos/as están llamados a hacer”, dice Ela Castro, de 30 años.

    La Casa del Migrante brinda refugio, alimento y atención médica a miles de personas migrantes que pasan por Guatemala, así como a personas guatemaltecas deportadas. Brindar atención a las personas desplazadas es un desafío y es increíblemente gratificante, dice Ela Castro. Pero, hay una historia sobre una niña que ella la lleva en lo profundo de su corazón.

    “Había una niña de nueve años que era migrante y estaba vomitando – no se encontraba bien. En el refugio no teníamos todos los medicamentos que necesitábamos para tratarla bien”, dijo ella.

    Ela Castro quería llevar a la niña a un hospital, pero la madre y el padre de la niña le suplicaron que no lo hiciera porque otros médicos les habían tratado muy mal en el pasado. Después de unas horas bajo el cuidado de Ela Castro, la niña se recuperó.

    “Estas personas realmente me agradecieron más de lo que esperaba y necesitaba porque no era yo, era Dios obrando. Ese mismo día hubo una celebración en la Casa del Migrante y la niña estuvo conmigo hasta que estuvo lista para irse a la cama. Le dije que la mantendría en mis oraciones toda mi vida y a lo largo de su vida; he seguido orando por ella, incluso después de que me fui de ese lugar”.

    Ela Castro recuerda su tiempo con YAMEN como un momento crucial en su vida, y uno que la preparó para uno de los años más desafiantes que jamás haya enfrentado.

    Cuando terminó su periodo en YAMEN, en junio del 2020, ella regresó a casa y encontró a su madre y padre enfermos con COVID-19. Su padre falleció a causa de la enfermedad pocas semanas después de su regreso.

    Mientras cuidaba a su madre en la casa y antes de decidir cuál era su próximo paso, Ela Castro, su novio y su hermana también contrajeron COVID-19. Todos se recuperaron, pero fue solo meses después que los huracanes Iota y Eta azotaron Centroamérica. Ela Castro y su madre se unieron a un grupo dirigido por una iglesia menonita local para ofrecer atención médica y asistencia a quienes sufrían el impacto de las tormentas.

    Su tiempo en YAMEN brindando atención médica en entornos desafiantes la preparó perfectamente para un momento como este.

    Además, ella dijo que su tiempo en YAMEN también jugó un papel fundamental en su formación en la fe y en la planificación de lo siguiente en su vida.

     “Fue mi Getsemaní”, dice Ela Castro. “Fue una oportunidad para mí de experimentar mi fe por mí misma sin el apoyo de mi mamá, de mi papá y de mi familia más cercana. Yo no sabía que después de regresar de Guatemala no iba a tener a mi papá conmigo”.

    distributing supplies
    En diciembre del 2020, la Dra. Ela Castro y su madre, Domicila Castro, se preparan para distribuir medicamentos a las personas que resultaron heridas o enfermas después de los Huracanes Iota y Eta. La Dra. Castro y su madre fueron parte de un grupo que a través de la Iglesia Vida en Abundancia, una Iglesia Menonita en San Pedro Sula, Honduras, distribuía medicamentos proporcionados por el CCM y administraba atención médica a las personas afectadas por los huracanes. Foto cortesía de Adalina Castro

    Castro se casó recientemente y está brindando atención médica a nivel local a través de visitas domiciliarias o llamadas telefónicas mientras determina el siguiente paso en su camino para ayudar a las personas que más lo necesitan. 

    —Un comunicado conjunto del Congreso Mundial Menonita y del Comité Central Menonita. Escrito por Jason Dueck, un escritor del Comité Central Menonita que vive en Winnipeg. 

     


     

    La Red de Intercambio anabautista– menonita para Jóvenes (YAMEN) es un programa conjunto entre el Congreso Mundial Menonita y el Comité Central Menonita. Enfatiza la expansión del compañerismo entre las iglesias de la tradición anabautistay el desarrollo de los jóvenes líderes alrededor del mundo. Los participantes pasan un año en una asignación intercultural que empieza en agosto y termina el siguiente julio.
  • “EL amor de Indonesia”: para los YAMENers Enosh Rupamajhi, Jeu Song and Olicky Muchindu la calidez de la relación, tanto de sus anfitriones como entre ellos, es la marca distintiva de su año.

    YAMEN ofrece a los jóvenes adultos de todo el mundo la oportunidad de dejar lo que les es familiar para servir, crecer y aprender en un trabajo de servicio internacional durante un año. YAMEN es un programa conjunto entre el Comité Central Menonita (CCM) y el Congreso Mundial Menonita (CMM). En Indonesia, YAMEN es un programa conjunto con Indomenno, una asociación de los tres sínodos Menonitas de Indonesia y del Congreso Mundial Menonita.

    intercambio] para las personas, la iglesia, las familias anfitrionas, la comunidad anfitriona y el lugar de trabajo son enormes”.

    En Indonesia, Jeu Song (YAMENer de Laos) junto con el pastor visitó a feligreses y trabajó en el equipo de multimedia en la iglesia JKI Kasih Allah (Iglesia Cristiana de Indonesia) en Semarang.

    Olicky Muchindu (Zambia) sirvió en la clase de jardín de infantes en ‘GITJ’ (Gereja Injili di Tana Jawa) Tompomulyi Juwana. Él frecuentemente practicaba, con las personas del pueblo, el indonesio, idioma nuevo que estaba aprendiendo. “Soy una persona muy social”, dice Olicky. 

    Enosh Rupamajhi (India) fue profesor asistente de inglés en ‘GITJ’ (por sus siglas en inglés) Ketanggan Pati. Disfrutó aprendiendo sobre el negocio de la apicultura de su padre anfitrión.

    A partir de Marzo del 2020, estas personas participantes de YAMEN, que sirven en las iglesias Menonitas en Indonesia, no pudieron seguir con sus asignaciones de trabajo de servicio debido al cierre por emergencia por el COVID-19 y tampoco pudieron regresar a sus hogares debido a restricciones de viaje. Los hombres jóvenes soportaron el cierre por emergencia juntos en una oficina en Salatiga hasta Julio cuando pudieron regresar a sus casas de a uno.

    YAMEN
    YAMENs de Zambia, Laos e India escribieron juntos una canción de adoración en indonesio mientras estaban experimentando juntos un encierro por emergencia.

    ‘Los muchachos’ se convirtió en una familia.

    A veces, ellos “solo necesitaban respirar”, dice Olicky Muchindu. Confinados en la oficina extrañaban a sus anfitriones, estaban tristes por los eventos y por las oportunidades que perdieron. Además estaban preocupados por sus familias.

    Para pasar el tiempo cantaban juntos canciones, escribían historias sobre sus asignaciones de trabajo y expresaban sus sentimientos en relación a los contratiempos del idioma, se enseñaron mutuamente a cocinar su comida tradicional casera y oraban juntos todas las noches. “Ahora ya puedo cocinar pollo al curry”, dice Jeu Song.

    “Regresarlos a casa fue complicado”, dice Anielle Santoso, enlace del Indomenno. “Pero, ‘los muchachos’ se ayudaron unos a otros”. Dos de ellos trabajaron con sus gobiernos para conseguir asientos en vuelos de repatriación.

    “Si trabajamos en unidad [a través de las diferencias]”, dice Jeu Song, “nos conoceremos y podremos ayudarnos mutuamente cuando atravesamos algo difícil” – tanto en entornos ecuménicos como en las relaciones personales.

    “Cuando quedó claro que el COVID-19 era una pandemia mundial, el CCM tuvo que tomar decisiones con respecto a las personas que estaban haciendo sus trabajos de servicio”, dice Andrea Geiser. Las/os directores de área, las personas coordinadoras de programas y las personas participantes discernieron las opciones disponibles a medida que los programas fueron reduciendo sus actividades. Debido a las restricciones de viaje, muchas personas de YAMENs, como ‘los muchachos’, permanecieron en sus países anfitriones durante meses. Tres personas de YAMEN del 2019/2020 continúan sus períodos de servicio (los cuales han sido afectados por la pandemia) hasta el mes de diciembre.

    A medida que el COVID-19 continúa afectando los lineamientos de viaje, de salud y de seguridad, las oportunidades de servicio han sido limitadas a solo dos personas de YAMEN a partir de octubre del 2020.

    Bajo el cierre de emergencia, “los Muchachos” en Salatiga continuaron su experiencia intercultural, utilizando tanto el indonesio como el inglés como idiomas en común. [Haga clic aquí para ver una canción de adoración que escribieron juntos en Indonesio]

    “Todas las mañanas, cantábamos canciones de adoración en Bahasa Indonesio”, dice Enosh Rupamajhi. “Siento que aquí está la presencia del Señor; terima kasih, Tuhan! [‘gracias, Dios’ en indonesio]”.

    —Un comunicado conjunto del Congreso Mundial Menonita y del Comité Central Menonita. Escrito por Karla Braun, una escritora del Congreso Mundial Menonita que vive en Winnipeg.

  • Esta historia fue escrita en febrero de 2020, antes de que la pandemia del COVID-19 se volviera una amenaza mundial. Como hasta el mes de abril de 2020, Minear Mak todavía está sirviendo en su trabajo de YAMEN, manteniéndose en contacto constante con los administradores del CCM y el CMM en tanto  que las directrices sanitarias y gubernamentales continúan cambiando. Algunos participantes de YAMEN han regresado a casa de manera anticipada desde sus lugares de trabajo, pero muchos permanecen en servicio. A medida que se planifican los tiempos de servicio para el próximo año, el CCM y el CMM aplicarán las pautas gubernamentales y de salud según cada caso.


    Una noche, unos meses después de estar viviendo en la ciudad de Cali, Colombia, la familia anfitriona de Minear Mak preparó espagueti para la cena. Y con total incredulidad observó que se lo iban a comer con un tenedor.

    Minear Mak, nacida y criada en Camboya, no podía imaginar usar otra cosa que no fueran palillos chinos para comer una comida compuesta principalmente de fideos. Ella decidió que era esencial tener una lección sobre el uso de los palillos chinos. Lo que siguió, fue una tarde llena de risas nerviosas, de fideos caídos y, en algún punto, dominio de los palillos mientras Minear Mak compartía sobre su cultura y  su vida con su familia colombiana.

    Este es precisamente el tipo de experiencia intercultural que Minear Mak tenía en mente cuando una de sus amigas que asiste a la Iglesia Menonita de Phnom Penh le sugirió que considerara inscribirse en un programa de un año llamado Red de Intercambio de Jóvenes Anabautistas Menonitas (YAMEN!).

    YAMEN ofrece a los jóvenes adultos de todo el mundo la oportunidad de dejar lo que les es familiar durante un año para servir, crecer y aprender en un trabajo de servicio internacional. YAMEN es un programa conjunto entre el Comité Central Menonita (CCM) y el Congreso Mundial Menonita (CMM).

    Minear Mak sirve en el Colegio Américas Unidas en Cali, una escuela fundada por misioneros de los Hermanos Menonitas en 1966. Ella expresa que trabajar como asistente, ayudando a preparar las lecciones y trabajando con los estudiantes, ha sido una experiencia satisfactoria y gratificante.

    “Me encanta dar de mi tiempo a un estudiante que no está motivado para aprender y tenderle la mano a los niños que por lo general son silenciosos y demorados para completar sus ejercicios”, afirma ella. “Me encanta chocar las manos con los niños y verlos sentirse realizados”.

    “También he dirigido juegos y actividades para que los niños mayores mejoren su expresión oral y su comprensión. Es divertido para mí y también valioso, dado que todavía soy principiante en español y eso nos ayuda a construir relaciones”.

    Palillos versus Tenedores es apenas una de las diferencias culturales entre Camboya y Colombia. Estar aquí con su familia anfitriona y asistir a una iglesia de los Hermanos Menonitas, la Iglesia Filadelfia, señala Minear Mak, le ha ayudado a aprender más sobre en qué quiere que su identidad este basada: es decir, en su fe.

    “No se trata de ser asiática o latina, sino de ser una mujer que adorna la belleza de Cristo, que no va a cumplir con el mundo sino a ser sal y luz. Esto generará una transformación mutua: cambios en mí y cambios en aquellos con quienes me encuentro”, explica.

    Y dicha transformación ya ha comenzado, afirma Minear Mak.

    “Es un privilegio entender el llamado de Dios para mí a través de las personas con las que estoy trabajando, viviendo y pasando el tiempo. No importa si son estudiantes de secundaria, una mujer soltera, una madre trabajadora, un misionero, una maestra, un ama de casa, un peatón o un pasajero en un autobús. He aprendido mucho a ser más paciente y a regocijarme en el día que hizo el Señor. Me estoy transformando en la mujer que Dios me ha llamado a ser”.

    —Un comunicado conjunto del Congreso Mundial Menonita y del Comité Central Menonita. Escrito por Jason Dueck, un escritor del Comité Central Menonita que vive en Winnipeg.

  • “Este año me ha enseñado a ser más curioso, mas aventurero y espero cuando llego a mi país pueda ser un mejor siervo a Cristo y a la Iglesia, y ser más atrevido al momento de asumir responsabilidades”, afirma Gerhard Peters, un participante de YAMEN 2018–2019.

    El joven, quien pertenece a una colonia menonita en el estado de Chihuahua, en el norte de México, sirvió en el Centro Meno, un centro de recursos en Santa Cruz, Bolivia. El centro ofrece programas de salud, agricultura y literatura en alemán, para los aproximadamente 100.000 menonitas quienes hablan el dialecto alemán en Bolivia. Esta población innovadora pero tradicional vive en unas 90 colonias en la Bolivia rural.

    “Me siento satisfecho cada vez que puedo ayudar a una persona encontrar un libro que le interesa o apoyarle con alguna duda o pregunta”.

    Gerhard Peters trabaja en la biblioteca del centro ayudando a las personas a encontrar libros, el periódico Die Mennonitische Post, o simplemente hablando con los visitantes.

    En su trabajo habla hasta cuatro idiomas: el dialecto alemán/Plautdietsch con los menonitas de la colonia, inglés con los miembros internacionales del equipo del CCM en el Centro Meno, alemán – mayormente para leer libros o periódicos en la biblioteca – y español con la familia anfitriona y la iglesia.

    Todo es un poco diferente de lo que solía hacer – incluso la forma en la que se hablan los idiomas – pero Gerhard Peters aprende rápidamente.

    “Adoramos al mismo Dios y la Iglesia me hizo sentir en casa”, señala.

    “Estoy muy contento de que ellos me hayan incluído en su grupo de alabanza, a pesar de que la mayoría de las alabanzas eran nuevas para mí”, dice Gerhard Peters, quien canta con el grupo de música en la Iglesia Evangélica Menonita Boliviana Sinaí. “Tienen paciencia conmigo al momento de aprenderlas”.

     Gerhard Peters

    “Los jóvenes de la iglesia y la gente en general me hicieron sentirme en casa”, comenta enumerando campeonatos de fútbol, campamentos los días feriados nacionales y muchas veces tiempos de adoración y juegos en los que participan juntos con los jóvenes.

    Un momento inolvidable fue el culto de Pascuas ALBA, celebrado este año en Santa Cruz. A partir de la medianoche se comenzó con alabanza, oraciones, drama y predicación durante seis horas con una asistencia de 40.000 personas de 600 iglesias. “Era sorprendente ver la gran multitud de Iglesias que se juntan y la unión entre ellas, para festejar un acontecimiento tan importante en el calendario cristiano”.

    Gerhard Peters valora las relaciones que desarrolló con los obreros del CCM de Bolivia y con otros jóvenes en programas de intercambio. “Una y uno trabaja para un mundo mejor y con la colaboración de cada uno de ellos, mi año de servicio se fue muy rápido. Voy a regresar con muchas experiencias buenas, momentos inolvidables y gozos”.

    “He aprendido mucho durante este año y estoy muy agradecido con todas las personas que fueron parte de mi año voluntario”, señala Gerhard Peters. “No todo fue fácil y como yo esperaba, pero en esas, como en todas las situaciones Dios estaba y está a mi lado y puedo confiar plenamente en él. ¡A Dios sea todo el honor y gloria!»

     

    YAMEN es un programa conjunto entre el Comité Central Menonita (CCM) y el Congreso Mundial Menonita (CMM)

     

    Un comunicado conjunto del Congreso Mundial Menonita y del Comité Central Menonita.

  • “Un capítulo de mi historia se escribió mientras estaba con YAMEN,” dice Diana Martínez. La joven líder de iglesia de Colombia quien sirvió como asistente educativa en Casa Hogar Belén, un hogar de niños en Managua, Nicaragua, a través de YAMEN 2017–2018

    YAMEN (Red de Intercambio de Jóvenes Anabautistas Menonitas) es un programa conjunto del Comité Central Menonita (CCM) y el Congreso Mundial Menonita (CMM). Los participantes, de 18 a 30 años de edad, de fuera de Canadá y los Estados Unidos, prestan servicio durante un año en ministerios o empresas en una cultura diferente a la suya.

    Durante este año de desafíos y falta de familiaridad, los participantes de YAMEN experimentan a Dios como protector, proveedor y padre.

    “Durante este tiempo he logrado desarrollar una cercanía más profunda y una dependencia que me hace sentir tan bien, tan relajada y llena de paz”, afirma Gloria Blanco, miembro del Centro de Discipulado Cristiano (iglesia menonita) en Nicaragua, quien se encuentra sirviendo en la Comisión de Acción Social Menonita (CASM) en Honduras.

    Chaambwa Siachiwena en Mount Hallasan, Jeju Island, Corea del Sur.

    Confiar en los dones

    “Tuve que confiar en los dones que Dios me ha dado”, expresa Diana Martínez, quien aprendió de memoria Salmos 32:8 en preparación para su año de servicio. “Cuando pones a disposición tu tiempo y tu corazón al servicio de los demás, el Señor te usa de maneras que nunca podrías imaginar”.

    La participante de YAMEN de Cambodia, Malin Yem, llevó a la obra en Haití 2018–2019 la cita “El hecho de que en la vida pueda suceder cualquier cosa bajo la dirección de Dios me recuerda que debo estar preparada para cosas nuevas”. “Me recuerda que cada segundo, Dios está aquí conmigo: ayudándome, protegiéndome, enseñándome y otras mil cosas más que ni siquiera puedo nombrar”, comenta ella.

    En el río de la vida

    Las palabras de Romanos 12:14–18 le hablaron a Diana Martínez en tiempos de incertidumbre. “El estar en paz con el mundo es algo que solo puede convertirse en realidad en mi vida al grado que pueda tener una relación sincera con Dios”.

    Diana Martínez quedó impresionada con la hospitalidad y la sencillez de corazón de la cultura anfitriona.

    Ella dice, “Cuando podemos dar y valorar lo que otros pueden aportar, sin preocuparnos por los trasfondos culturales, las nacionalidades, la raza o el idioma, entonces estamos haciendo realidad la idea de ser un cuerpo con Cristo como la cabeza”.

    Comunicado conjunto del Congreso Mundial Menonita y el Comité Central Menonita

    NombrePaís de origenSirviendo en
    Danika SaucedoBoliviaColombia
    Diana HurtadoBoliviaHonduras
    Guy Hermann OulonBurkina FasoUganda
    Malin YemCamboyaHaití
    Phalyn SanCamboya
    Mozambique/Zimbabue
    Sammady KeangCamboyaZambia
    Juanjuan JiangChinaCamboya
    Ana GuazaColombiaBolivia
    Cris LucumiColombiaHonduras
    Kendri MastakiRepública Democrática del CongoBurkina Faso
    Sandi NatarenoGuatemalaBolivia
    Nancy Cecile ValleHondurasEcuador
    Sarvada TuduIndiaNepal
    Trizah KashyapIndiaZimbabue
    Alexandro MarthinIndonesiaColombia
    Grace RatihIndonesiaLaos
    Chansamai XongLaosCamboya
    Khammoun XayalathLaosIndonesia
    Molula MatobaLesotoCamboya
    Gerhard Neufeld PetersMéxicoBolivia
    Jessica MayaMéxicoGuatemala
    Cicilia MarioMozambiqueMéxico
    Salina BhandariNepalMozambique/Zimbabue
    Gloria Elieth BlancoNicaraguaHonduras
    Jackson OkohNigeriaChad
    Melusi MananaSwazilandiaColombia
    Chaambwa SiachiwenaZambiaCorea del Sur
  • Laos e Indonesia están ubicados en el sudeste asiático, por lo tanto algunas comidas son similares. Pero, en ocaciones como laosiana viviendo y enseñando inglés en YAMEN, Indonesia, extraño la comida de Laos.

    Cuando preparo la comida de casa me ayuda a no sentir tanta nostalgia. Cocinar comida de Laos, para compartir con otros, me ayuda a compartir el amor de Dios con las personas que me rodean. Disfruto cuando comentan que la comida de Laos es deliciosa.

    Ensalada de pepinos (para 3 personas)

    Ingredientes

    • 2 pepinos medianos
    • 4 tomates pequeños
    • 4 chiles frescos
    • 1 diente de ajo
    • 2 cucharadas de lima
    • 1 cucharada de azúcar
    • 2 cucharadas de salsa de pescado
    • 1 cucharadita de pasta de camarón (la traje de Laos) Windhi Ratna Asari

    Instrucciones

    • Cortar los pepinos y los tomates en pedacitos.
    • Mezclar los chiles frescos, el ajo, el azúcar y la pasta de camarón.
    • Añadir los pepinos y los tomates picados.
    • Añadir la lima y la salsa de pescado, luego mezclar todos los ingredientes.
    • Probar el sabor; añadir más ingredientes según sea necesario.

    Combina bien con pescado o pollo a la parrilla.

    —Khammoun Xayalath (Moon), de la Iglesia Lao Evangelical Church, sirve cono profesora de inglés y trabajadora comunitaria. Durante su año con YAMEN, Indonesia, ella asiste a los cultos de adoración en la Iglesia Dorang Javanese Evangelical Church, una iglesia menonita de Java GITJ (Gereja Injili di Tanah Jawa

     

    YAMEN es un programa conjunto entre el Comité Central Menonita (CCM) y el Congreso Mundial Menonita (CMM)

  • Damaris Guaza Sandoval afirma que su año de servicio en La Ceiba, Honduras, consistió en equipar a los jóvenes para que sean embajadores de la paz de Dios en lugares donde la violencia es comun.

    Damaris Guaza Sandoval de Colombia, facilita un taller sobre autoestima para una clase de cuarto grado en la escuela Francisco Morazán en La Ceiba, Honduras. Foto - CCM/Ilona Paganoni

    Esta joven de 26 años de edad proveniente de Cali, Colombia, se desempeñó como trabajadora social con el Proyecto Paz y Justicia (PPyJ), un ministerio de la Iglesia Evangélica Menonita Hondureña, una iglesia miembro del CMM y socia del Comité Central Menonita (CCM).

    En su trabajo, llevado a cabo entre el 2017 y el 2018, Guaza preparó materiales para talleres infantiles sobre la construcción de paz y la prevención de la violencia, además, equipó a los estudiantes mayores para que enseñaran a sus compañeros más jóvenes lo que habían aprendido. Al final, algunos de los estudiantes mayores se convertirían en mediadores de paz en entornos escolares.

    Guaza dice que las habilidades para la construcción de paz son especialmente importantes. “Muchos de los niños con quienes trabajamos vienen de vecindarios con altos índices de violencia y es necesario proporcionar maneras alternativas de resolver los conflictos sin utilizar expresiones violentas”, explicó.

    Guaza, miembro de la Iglesia Hermanos Menonitas de Colombia, una iglesia miembro del CMM, sirvió con la Red de Intercambio de Jóvenes Anabautistas Menonitas (YAMEN por su sigla en inglés), un programa impulsado conjuntamente entre el CCM y el Congreso Mundial Menonita. YAMEN es una oportunidad de servicio durante un periodo de un año, enfocada en jóvenes adultos cristianos provenientes de fuera de Canadá y los Estados Unidos, para vivir en una nueva cultura mientras que sirven con la iglesia.

    Guaza dice que cree que es importante equipar a los jóvenes con herramientas para resolver conflictos pacíficamente.

    “En muchas de nuestras comunidades, hemos sido enseñados a resolver los conflictos a través de la agresión. Por lo anterior, parece esencial que como embajadores de Dios, podamos proporcionar herramientas alternativas a las comunidades” explicó.

    El caso de un niño vinculado al programa tiene especial recordación en la memoria de Guaza. Ella cuenta que era un niño conflictivo cuyos problemas de autoestima se traducían en violencia – eso fue hasta que este menor participó en PPyJ.

    “Ahora este niño es un buen líder en la escuela, ayudando a sus compañeros y multiplicando todo lo que aprendió”, explica ella al referirse al niño, quien ahora es un mediador en su escuela.

    Damaris Guaza Sandoval de Colombia, facilita un taller sobre autoestima para una clase de cuarto grado en la escuela Francisco Morazán en La Ceiba, Honduras. Foto - CCM/Ilona Paganoni

    Matthieu Dobler Paganoni, un representante del CCM en Honduras, junto con su esposa, Ilona Paganoni, ambos de la iglesia miembro del CMM Konferenz der Mennoniten der Schweiz/Conférence mennonite Suisse en Suiza, dice que esta iniciativa es importante en la región porque Honduras tiene una de las tasas más altas de homicidios en el mundo.

    “Es importante apoyar este tipo de proyectos que contribuyen a visionar un tipo diferente de sociedad, además,tienen el potencial de crear semillas de esperanza para el cambio”, afirma Dobler.

    Al final de su tiempo de servicio en YAMEN, Guaza decidió quedarse en Honduras por un año más y desarrollar con mayor profundidad su trabajo con PPyJ, esto, como parte del personal del CCM. Ella señala que sus experiencias de este último año le han dado una sabiduría que le ayudará a acompañar mejor a las personas y los procesos en la comunidad.

    “Verdaderamente es un regalo de Dios continuar viviendo y sirviendo en este hermoso país”, afirma. “He aprendido mucho de las personas con quienes me he relacionado. Estoy llena de esperanza y amor para continuar el camino”.

    –Rachel Bergen es escritora para el CCM.

    Un comunicado conjunto del Congreso Mundial Menonita y del Comité Central Menonita.

  • En muchas partes del área cercana a Kibwezi, Kenia, veo maíz que se ha secado. Al conducir en esta zona, es difícil encontrar maíz que la gente pueda cosechar durante esta temporada.

    En febrero de 2018 uno de los socios del CCM, la organización de desarrollo Utooni (UDO por su sigla en inglés), en la cual soy voluntaria, empezó un proyecto de apoyo alimentario en una de las zonas afectadas por la sequía en la parte oriental de Kenia, cerca de la ciudad de Kibwezi. La distribución se realiza en dos pueblos, Kathyaka y Ngulu, con financiamiento a través de la cuenta en el Canadian Foodgrains Bank (Banco Canadiense de Alimentos de Grano) perteneciente al CCM.

    Participé en la distribución de alimentos como fotógrafa, lo cual me hizo pensar en lo fácil que es acceder al agua potable en mi país de origen, Corea del Sur, donde hay un sistema de suministro de agua confiable.

    Sin embargo, tener fácil acceso al agua no es común en la zona rural de Kenia. En el pueblo en donde vivo con mi familia anfitriona, la gente la necesita para cosechar y no es fácil encontrar fuentes limpias. En Kibwezi la gente cultiva, no obstante, el clima seco significa que la tierra es improductiva. Trabajan duro para tener una vida mejor, y aunque no es su culpa están sufriendo.

    UDO ha hecho distribución de alimentos en tres ocasiones en estos pueblos debido a que la sequía ha persistido. Aquí la gente usa las técnicas de agricultura de conservación impartidas por UDO, pero la sequía ha impedido poder cosechar este año.

    UDO también trabaja para mejorar la seguridad alimentaria y mejorar las oportunidades en cuanto a medios de vida sostenibles, con enfoque en los pequeños agricultores de las poblaciones de Machakos, Mukueni y Kajiado a través de la agricultura de conservación.

    Cuando llegamos a los lugares de distribución, muchas personas ya estaban reunidas esperándonos. Después de una breve presentación, comenzamos a distribuir la asistencia alimentaria.

    Cada grupo tenía un supervisor designado entre las personas del pueblo, asimismo, otra persona les ayudaba a confirmar que todos tenían suficiente y podían llevarlo a casa. Como el sol estaba muy fuerte, las personas trabajaron lentamente para ayudarse de manera colectiva en la distribución de alimentos. Cada beneficiario recibió treinta kilogramos de maíz, cuatro kilogramos de frijoles y un litro y medio de aceite. La gente del pueblo se ayudaba mutuamente a llevar sus raciones a casa.

    La mayoría de las personas se veían felices de recibir la comida y muchas nos agradecieron por la ayuda. Cuando regrese a Corea del Sur, quiero hablar con mis amigos sobre la pobreza que vi en Kenia y sobre lo que debemos hacer al respecto.

    —Minyoung “Blee” Jung es participante de la Red de Intercambio de Jóvenes Anabautistas Menonitas (YAMEN) de Corea del Sur sirviendo en Kenia. Está trabajando como coordinadora de relaciones públicas para el socio de CCM llamado Organización de Desarrollo Utooni (UDO) durante el periodo 2017 – 2018. YAMEN es un programa conjunto entre el Comité Central Menonita (CCM) y el Congreso Mundial Menonita (CMM). Un comunicado conjunto del Congreso Mundial Menonita y del Comité Central Menonita. 

    Un comunicado conjunto del Congreso Mundial Menonita y del Comité Central Menonita.

  • “El evangelio nos conecta con todos, no importa en donde estemos,” afirma Laurey Segura, quien vivió esta premisa en su tiempo como profesora y joven trabajadora, con la ayuda de la Red de Intercambio de Jóvenes Anabautistas Menonitas (YAMEN por su sigla en inglés), un programa conjunto entre el Comité Central Menonita (CCM) y el Congreso Mundial Menonita (CMM), el cual le permitió a esta mujer menonita costarricense, servir en Camboya por un año entre el 2016 y el 2017.

    “Tenía la expectativa de ayudar mucho, pero en lugar de eso, siento que me ayudaron más a mí”, argumenta con seguridad. En lugar de ser como unas vacaciones prolongadas con momentos de satisfactorio servicio, YAMEN “durante la mayor parte del tiempo, fue un proceso de cambios, por los cuales estoy agradecida,” explica. “No fue fácil, pero aprendí mucho de mí misma, además mi forma de ver la vida cambió – en un buen sentido”.

     “Aprendí a amar al prójimo, a servir al señor Jesús y a la comunidad sin pensar en la compensación monetaria,” afirma Felizarda Atanásia Filimone de Mozambique, quien sirvió como joven trabajadora con el proyecto “Creciendo Juntos”, en la Iglesia Menonita Monte Horeb, en el municipio de Soacha, Colombia.

    Las dificultades de la vida pueden llevar a la desesperación, pero servir en el programa YAMEN produciendo Podcasts sobre temas de paz en Managua, Nicaragua, le dio al colombiano de los Hermanos Menonitas Jhon Alex Martínez Lozano, la esperanza de que “hay una iglesia que está al servicio de la gente, no importando la raza, el color, ni el estrato”. Este joven aprendió sobre la hospitalidad en un sentido más profundo, además, que “no hay distinción de personas; todos debemos recibir buen trato”

    Antes de ingresar al programa, Filimone sentía como si hubiera perdido la fe.  A través de YAMEN “tenía la expectativa de un cambio en mi vida, tuve una mirada hacia la paz interior y el crecimiento espiritual”.

    En el caso de Segura, los momentos desafiantes en el año de servicio inter cultural le enseñaron a “aferrarse a Dios y  a tenerlo como su esperanza en los momentos difíciles, además, que a pesar de las cosas buenas o malas estamos siendo formados, asimismo, aprendió que esas experiencias llegarán a ser buenos recuerdos, futuras historias y buenas lecciones”.

    Segura afirma que a lo largo de su servicio con Youth Equipped with Skill of Internship Center, desarrollando la economía del pueblo en Phnom Penh, “aprendí cuán importante es hacer discípulos y mantenerse a su lado antes, durante y después, como mentora y hermana en la fe”.

    ¿Consejos para aquellos considerando el servicio con YAMEN?

     “Sonríe siempre, habla del amor de Dios… y habla sobre tu país”, dice Filimone, quien anima a las personas a que no se avergüencen de lo que no saben, sino que respeten y aprendan de otros, especialmente de aquellos que son de otras culturas. Los futuros YAMENers deberían “compartir con la familia, los amigos y participar en las reuniones de jóvenes en la iglesia, buscar a Dios siempre que se sientan angustiados y buscar un amigo en quien confiar y con quien hablar de sus preocupaciones para que no se sientan solos”.

    “Confiar en la dirección del Espíritu de Dios de una manera que refleje la vida y la enseñanza de Jesús, la unión, la paz  y la reconciliación”, afirma Filimone.

    —Artículo de Danielle Gonzales y Karla Braun

    Un comunicado conjunto del Congreso Mundial Menonita y del Comité Central Menonita.

    Oremos por los participantes que están empezando su tiempo de servicio en YAMEN durante 2017-2018:

     

    Nombre (país de origen):

    Sirviendo en:

    Jesika Gomez (Bangladesh)

    Zimbabwe

    Saray Reuk (Cambodia)

    Zimbabwe

    Sina Long (Cambodia)

    Bolivia

    Sokuntheary Samreth (Cambodia)

    India

    Soleab Loun (Cambodia)

    Mexico

    Cyriaque Djenaissem (Chad)

    Burkina Faso

    Damaris Guaza (Colombia)

    Honduras

    Diana Martinez (Colombia)

    Nicaragua

    Jhon Fredy Chocue Parra (Colombia)

    Bolivia

    Diksha Masih (India)

    Honduras

    Easter Masih (India)

    Colombia

    Victor Manova (India)

    Zambia

    Blasius (Bobby) Himawan (Indonesia)

    Cambodia

    Daniel (Dante) Tobing (Indonesia)

    South Korea 

    LohChu (Julian) Peng (Indonesia)

    Colombia

    Bill Odeny (Kenya)

    Cambodia

    Diana Onyango (Kenya)

    Ukraine

    Phoebe Omuhinda (Kenya)

    Cambodia

    MinYeong Jung (South Korea)

    Kenya

    Duangmala Chonealoun (Laos)

    Cambodia

    Bohlokoa Lesesa (Lesotho)

    Indonesia

    Joyce Beaton (Malawi)

    Indonesia

    Salome Sawatzky (Mexico)

    El Salvador

    Sarahi Gonzales (Mexico)

    Ecuador

    Santos Martins (Mozambique)

    Colombia

    Keila Morales (Nicaragua)

    Bolivia

    Benard Eriau (Uganda)

    Nigeria

    Mainza Hanzukule (Zambia)

    India

     

  • Servir en una zona del mundo relativamente cercana al propio país de origen, donde el idioma predominante es el mismo que uno habla, puede ser relativamente fácil, pero los participantes de la Red de Intercambio Anabautista-Menonita para Jóvenes (YAMEN, por su sigla en inglés) que provienen de países de América Latina, y sirven en otros países de la misma región, pueden notar las diferencias de primera mano.

    YAMEN es un programa conjunto entre el CCM y el Congreso Mundial Menonita, una comunidad mundial de fe de la tradición anabautista. Una parte importante del programa es entablar conexiones entre las iglesias anabautistas en diferentes partes del mundo.

    Los obreros de YAMEN provienen de regiones diferentes a Canadá y los Estados Unidos y realizan su labor de servicio fuera de estos dos países.

    He aquí las historias de algunos de los participantes de América Latina:

     Erica VanEssendelft)

    Juan Torrico Soliz – boliviano sirviendo en México

    Juan Torrico Soliz, de 21 años de edad, proviene de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, y está sirviendo en la Ciudad de México como asistente de recibimiento en la “Casa de los Amigos”, donde también

    reside. Antes de mudarse a México, Soliz estudió Turismo y Administración Hotelera, además trabajó en una guardería.

    Uno de los mayores choques para él fue mudarse a una ciudad de 21,2 millones de habitantes. La Gran Ciudad de México empequeñece a su ciudad natal que alberga a un poco más de un millón de personas. El adaptarse a una rutina diaria más estructurada también fue un desafío para él.

    “Aquí [en la Ciudad de México], el almuerzo, dependiendo del lugar donde uno trabaje, dura una o dos horas, pero en Bolivia a la hora del almuerzo todo está cerrado. Aquí acostumbro almorzar entre las 3 y las 4 de la tarde, pero en casa, comía a eso de las 12 o 12:30. El horario durante el día es tan diferente que fue difícil acostumbrarme”, dijo Soliz.

    Al igual que los otros participantes, tuvo situaciones extrañas con respecto a la manera como se habla su idioma materno.

    “En México, una pajita para beber de un vaso es un popote, pero en Bolivia la llaman bombilla, en México bombilla significa foco de luz, lo cual se presta para algunas interacciones cómicas”, comentó Soliz en medio de sonrisas.

    Él es uno de los pocos participantes de YAMEN que no está viviendo con una familia anfitriona. Sin embargo, dice que es importante tratar de estar en contacto con las personas a nivel local para entablar relaciones.

    “A pesar de no estar viviendo con una familia anfitriona, pienso que es importante mantener un equilibrio entre encontrar apoyo en el país anfitrión e interactuar con la familia propia”, expresó.

     Rebecca Smucker)

    Juliana Arboleda Rivas – colombiana sirviendo en Bolivia

    Proveniente de Quibdo, Chocó, Colombia, Juliana Arboleda Rivas está sirviendo en Santa Cruz, Bolivia, en el Hogar para Niños Stansberry.

    Rivas dijo que los pastores en su comunidad local notaron la pasión que tiene por servir y la animaron a participar de YAMEN.

    “Ha sido una experiencia muy enriquecedora. No tengo palabras para expresar la felicidad que siento. Feliz, feliz, feliz, feliz», dijo expresivamente. “Sabía que iba a ser diferente, pero estaba lista para cualquier cosa. Me llamo Juliana, la mujer valiente lista para los desafíos”. Rivas dice que ha aprendido lecciones claves a lo largo del camino. “He aprendido sobre el trabajo en equipo, el valor del servicio asó como el amor y la dedicación que uno da sin esperar nada a cambio. Estoy contenta de conocer a personas que enriquecen mi vida”, manifestó Rivas.

     Andrew Claassen)

    Jhon Alex Martínez Lozano – colombiano sirviendo en Nicaragua

    Jhon Alex Martínez Lozano procede de la localidad de Basurú en el Chocó, Colombia, donde trabajó en una mina de oro además de servir como voluntario en la iglesia de los Hermanos Menonitas de la ciudad; adicionalmente, estudió periodismo radial. A través de YAMEN, sirve como asistente comunitario con una organización llamada “Podcasts por la Paz” en la capital de Nicaragua, Managua.

    A Lozano le preocupaba que su etnia colombiana fuese una barrera para integrarse en la comunidad.

    “Antes de venir aquí me preocupaba el racismo, que tal vez habría discriminación porque soy colombiano y porque Colombia ha sido vulnerable a la drogadicción y el tráfico”, explicó. “Ha habido algunas veces en las que las personas me han hablado sobre eso o han tocado el tema, pero no ha sido tan frecuente”.

    De hecho, a Lozano se le advirtió acerca del trabajo en “Podcasts por la Paz” debido a la reputación de la zona en temas relacionados con el crimen.

    “No ando por ahí con temor preocupándome de quién va a hacerme daño o a robarme porque siento que estoy con mi familia”, expresó.

    “Un día estaba hablando con una familia en Acahualinca y les estaba contando al respecto (la percepción pública sobre el riesgo en la zona) y la familia me dijo que ellos no dejarían que me pasara nada, así que eso me ayudó a sentirme mucho más seguro”.

    Lozano comentó que YAMEN le permitió explorar más su fe en diferentes maneras, además, le enseñó a interactuar con personas con las que nunca antes se había relacionado.

    “Mi tiempo aquí en Nicaragua ha sido un tiempo para Dios. He aprendido mucho y voy a seguir aprendiendo”, dijo Lozano.

    Para conocer más sobre YAMEN, visite mwc-cmm.org/es/yamen

    Artículo de Rachel Bergen

    Un comunicado conjunto del Congreso Mundial Menonita y del Comité Central Menonita.