• Esta historia fue escrita en febrero de 2020, antes de que la pandemia del COVID-19 se volviera una amenaza mundial. Como hasta el mes de abril de 2020, Minear Mak todavía está sirviendo en su trabajo de YAMEN, manteniéndose en contacto constante con los administradores del CCM y el CMM en tanto  que las directrices sanitarias y gubernamentales continúan cambiando. Algunos participantes de YAMEN han regresado a casa de manera anticipada desde sus lugares de trabajo, pero muchos permanecen en servicio. A medida que se planifican los tiempos de servicio para el próximo año, el CCM y el CMM aplicarán las pautas gubernamentales y de salud según cada caso.


    Una noche, unos meses después de estar viviendo en la ciudad de Cali, Colombia, la familia anfitriona de Minear Mak preparó espagueti para la cena. Y con total incredulidad observó que se lo iban a comer con un tenedor.

    Minear Mak, nacida y criada en Camboya, no podía imaginar usar otra cosa que no fueran palillos chinos para comer una comida compuesta principalmente de fideos. Ella decidió que era esencial tener una lección sobre el uso de los palillos chinos. Lo que siguió, fue una tarde llena de risas nerviosas, de fideos caídos y, en algún punto, dominio de los palillos mientras Minear Mak compartía sobre su cultura y  su vida con su familia colombiana.

    Este es precisamente el tipo de experiencia intercultural que Minear Mak tenía en mente cuando una de sus amigas que asiste a la Iglesia Menonita de Phnom Penh le sugirió que considerara inscribirse en un programa de un año llamado Red de Intercambio de Jóvenes Anabautistas Menonitas (YAMEN!).

    YAMEN ofrece a los jóvenes adultos de todo el mundo la oportunidad de dejar lo que les es familiar durante un año para servir, crecer y aprender en un trabajo de servicio internacional. YAMEN es un programa conjunto entre el Comité Central Menonita (CCM) y el Congreso Mundial Menonita (CMM).

    Minear Mak sirve en el Colegio Américas Unidas en Cali, una escuela fundada por misioneros de los Hermanos Menonitas en 1966. Ella expresa que trabajar como asistente, ayudando a preparar las lecciones y trabajando con los estudiantes, ha sido una experiencia satisfactoria y gratificante.

    “Me encanta dar de mi tiempo a un estudiante que no está motivado para aprender y tenderle la mano a los niños que por lo general son silenciosos y demorados para completar sus ejercicios”, afirma ella. “Me encanta chocar las manos con los niños y verlos sentirse realizados”.

    “También he dirigido juegos y actividades para que los niños mayores mejoren su expresión oral y su comprensión. Es divertido para mí y también valioso, dado que todavía soy principiante en español y eso nos ayuda a construir relaciones”.

    Palillos versus Tenedores es apenas una de las diferencias culturales entre Camboya y Colombia. Estar aquí con su familia anfitriona y asistir a una iglesia de los Hermanos Menonitas, la Iglesia Filadelfia, señala Minear Mak, le ha ayudado a aprender más sobre en qué quiere que su identidad este basada: es decir, en su fe.

    “No se trata de ser asiática o latina, sino de ser una mujer que adorna la belleza de Cristo, que no va a cumplir con el mundo sino a ser sal y luz. Esto generará una transformación mutua: cambios en mí y cambios en aquellos con quienes me encuentro”, explica.

    Y dicha transformación ya ha comenzado, afirma Minear Mak.

    “Es un privilegio entender el llamado de Dios para mí a través de las personas con las que estoy trabajando, viviendo y pasando el tiempo. No importa si son estudiantes de secundaria, una mujer soltera, una madre trabajadora, un misionero, una maestra, un ama de casa, un peatón o un pasajero en un autobús. He aprendido mucho a ser más paciente y a regocijarme en el día que hizo el Señor. Me estoy transformando en la mujer que Dios me ha llamado a ser”.

    —Un comunicado conjunto del Congreso Mundial Menonita y del Comité Central Menonita. Escrito por Jason Dueck, un escritor del Comité Central Menonita que vive en Winnipeg.

  • “Este año me ha enseñado a ser más curioso, mas aventurero y espero cuando llego a mi país pueda ser un mejor siervo a Cristo y a la Iglesia, y ser más atrevido al momento de asumir responsabilidades”, afirma Gerhard Peters, un participante de YAMEN 2018–2019.

    El joven, quien pertenece a una colonia menonita en el estado de Chihuahua, en el norte de México, sirvió en el Centro Meno, un centro de recursos en Santa Cruz, Bolivia. El centro ofrece programas de salud, agricultura y literatura en alemán, para los aproximadamente 100.000 menonitas quienes hablan el dialecto alemán en Bolivia. Esta población innovadora pero tradicional vive en unas 90 colonias en la Bolivia rural.

    “Me siento satisfecho cada vez que puedo ayudar a una persona encontrar un libro que le interesa o apoyarle con alguna duda o pregunta”.

    Gerhard Peters trabaja en la biblioteca del centro ayudando a las personas a encontrar libros, el periódico Die Mennonitische Post, o simplemente hablando con los visitantes.

    En su trabajo habla hasta cuatro idiomas: el dialecto alemán/Plautdietsch con los menonitas de la colonia, inglés con los miembros internacionales del equipo del CCM en el Centro Meno, alemán – mayormente para leer libros o periódicos en la biblioteca – y español con la familia anfitriona y la iglesia.

    Todo es un poco diferente de lo que solía hacer – incluso la forma en la que se hablan los idiomas – pero Gerhard Peters aprende rápidamente.

    “Adoramos al mismo Dios y la Iglesia me hizo sentir en casa”, señala.

    “Estoy muy contento de que ellos me hayan incluído en su grupo de alabanza, a pesar de que la mayoría de las alabanzas eran nuevas para mí”, dice Gerhard Peters, quien canta con el grupo de música en la Iglesia Evangélica Menonita Boliviana Sinaí. “Tienen paciencia conmigo al momento de aprenderlas”.

     Gerhard Peters

    “Los jóvenes de la iglesia y la gente en general me hicieron sentirme en casa”, comenta enumerando campeonatos de fútbol, campamentos los días feriados nacionales y muchas veces tiempos de adoración y juegos en los que participan juntos con los jóvenes.

    Un momento inolvidable fue el culto de Pascuas ALBA, celebrado este año en Santa Cruz. A partir de la medianoche se comenzó con alabanza, oraciones, drama y predicación durante seis horas con una asistencia de 40.000 personas de 600 iglesias. “Era sorprendente ver la gran multitud de Iglesias que se juntan y la unión entre ellas, para festejar un acontecimiento tan importante en el calendario cristiano”.

    Gerhard Peters valora las relaciones que desarrolló con los obreros del CCM de Bolivia y con otros jóvenes en programas de intercambio. “Una y uno trabaja para un mundo mejor y con la colaboración de cada uno de ellos, mi año de servicio se fue muy rápido. Voy a regresar con muchas experiencias buenas, momentos inolvidables y gozos”.

    “He aprendido mucho durante este año y estoy muy agradecido con todas las personas que fueron parte de mi año voluntario”, señala Gerhard Peters. “No todo fue fácil y como yo esperaba, pero en esas, como en todas las situaciones Dios estaba y está a mi lado y puedo confiar plenamente en él. ¡A Dios sea todo el honor y gloria!»

     

    YAMEN es un programa conjunto entre el Comité Central Menonita (CCM) y el Congreso Mundial Menonita (CMM)

     

    Un comunicado conjunto del Congreso Mundial Menonita y del Comité Central Menonita.

  • “Un capítulo de mi historia se escribió mientras estaba con YAMEN,” dice Diana Martínez. La joven líder de iglesia de Colombia quien sirvió como asistente educativa en Casa Hogar Belén, un hogar de niños en Managua, Nicaragua, a través de YAMEN 2017–2018

    YAMEN (Red de Intercambio de Jóvenes Anabautistas Menonitas) es un programa conjunto del Comité Central Menonita (CCM) y el Congreso Mundial Menonita (CMM). Los participantes, de 18 a 30 años de edad, de fuera de Canadá y los Estados Unidos, prestan servicio durante un año en ministerios o empresas en una cultura diferente a la suya.

    Durante este año de desafíos y falta de familiaridad, los participantes de YAMEN experimentan a Dios como protector, proveedor y padre.

    “Durante este tiempo he logrado desarrollar una cercanía más profunda y una dependencia que me hace sentir tan bien, tan relajada y llena de paz”, afirma Gloria Blanco, miembro del Centro de Discipulado Cristiano (iglesia menonita) en Nicaragua, quien se encuentra sirviendo en la Comisión de Acción Social Menonita (CASM) en Honduras.

    Chaambwa Siachiwena en Mount Hallasan, Jeju Island, Corea del Sur.

    Confiar en los dones

    “Tuve que confiar en los dones que Dios me ha dado”, expresa Diana Martínez, quien aprendió de memoria Salmos 32:8 en preparación para su año de servicio. “Cuando pones a disposición tu tiempo y tu corazón al servicio de los demás, el Señor te usa de maneras que nunca podrías imaginar”.

    La participante de YAMEN de Cambodia, Malin Yem, llevó a la obra en Haití 2018–2019 la cita “El hecho de que en la vida pueda suceder cualquier cosa bajo la dirección de Dios me recuerda que debo estar preparada para cosas nuevas”. “Me recuerda que cada segundo, Dios está aquí conmigo: ayudándome, protegiéndome, enseñándome y otras mil cosas más que ni siquiera puedo nombrar”, comenta ella.

    En el río de la vida

    Las palabras de Romanos 12:14–18 le hablaron a Diana Martínez en tiempos de incertidumbre. “El estar en paz con el mundo es algo que solo puede convertirse en realidad en mi vida al grado que pueda tener una relación sincera con Dios”.

    Diana Martínez quedó impresionada con la hospitalidad y la sencillez de corazón de la cultura anfitriona.

    Ella dice, “Cuando podemos dar y valorar lo que otros pueden aportar, sin preocuparnos por los trasfondos culturales, las nacionalidades, la raza o el idioma, entonces estamos haciendo realidad la idea de ser un cuerpo con Cristo como la cabeza”.

    Comunicado conjunto del Congreso Mundial Menonita y el Comité Central Menonita

    NombrePaís de origenSirviendo en
    Danika SaucedoBoliviaColombia
    Diana HurtadoBoliviaHonduras
    Guy Hermann OulonBurkina FasoUganda
    Malin YemCamboyaHaití
    Phalyn SanCamboya
    Mozambique/Zimbabue
    Sammady KeangCamboyaZambia
    Juanjuan JiangChinaCamboya
    Ana GuazaColombiaBolivia
    Cris LucumiColombiaHonduras
    Kendri MastakiRepública Democrática del CongoBurkina Faso
    Sandi NatarenoGuatemalaBolivia
    Nancy Cecile ValleHondurasEcuador
    Sarvada TuduIndiaNepal
    Trizah KashyapIndiaZimbabue
    Alexandro MarthinIndonesiaColombia
    Grace RatihIndonesiaLaos
    Chansamai XongLaosCamboya
    Khammoun XayalathLaosIndonesia
    Molula MatobaLesotoCamboya
    Gerhard Neufeld PetersMéxicoBolivia
    Jessica MayaMéxicoGuatemala
    Cicilia MarioMozambiqueMéxico
    Salina BhandariNepalMozambique/Zimbabue
    Gloria Elieth BlancoNicaraguaHonduras
    Jackson OkohNigeriaChad
    Melusi MananaSwazilandiaColombia
    Chaambwa SiachiwenaZambiaCorea del Sur
  • Laos e Indonesia están ubicados en el sudeste asiático, por lo tanto algunas comidas son similares. Pero, en ocaciones como laosiana viviendo y enseñando inglés en YAMEN, Indonesia, extraño la comida de Laos.

    Cuando preparo la comida de casa me ayuda a no sentir tanta nostalgia. Cocinar comida de Laos, para compartir con otros, me ayuda a compartir el amor de Dios con las personas que me rodean. Disfruto cuando comentan que la comida de Laos es deliciosa.

    Ensalada de pepinos (para 3 personas)

    Ingredientes

    • 2 pepinos medianos
    • 4 tomates pequeños
    • 4 chiles frescos
    • 1 diente de ajo
    • 2 cucharadas de lima
    • 1 cucharada de azúcar
    • 2 cucharadas de salsa de pescado
    • 1 cucharadita de pasta de camarón (la traje de Laos) Windhi Ratna Asari

    Instrucciones

    • Cortar los pepinos y los tomates en pedacitos.
    • Mezclar los chiles frescos, el ajo, el azúcar y la pasta de camarón.
    • Añadir los pepinos y los tomates picados.
    • Añadir la lima y la salsa de pescado, luego mezclar todos los ingredientes.
    • Probar el sabor; añadir más ingredientes según sea necesario.

    Combina bien con pescado o pollo a la parrilla.

    —Khammoun Xayalath (Moon), de la Iglesia Lao Evangelical Church, sirve cono profesora de inglés y trabajadora comunitaria. Durante su año con YAMEN, Indonesia, ella asiste a los cultos de adoración en la Iglesia Dorang Javanese Evangelical Church, una iglesia menonita de Java GITJ (Gereja Injili di Tanah Jawa

     

    YAMEN es un programa conjunto entre el Comité Central Menonita (CCM) y el Congreso Mundial Menonita (CMM)

  • Damaris Guaza Sandoval afirma que su año de servicio en La Ceiba, Honduras, consistió en equipar a los jóvenes para que sean embajadores de la paz de Dios en lugares donde la violencia es comun.

    Damaris Guaza Sandoval de Colombia, facilita un taller sobre autoestima para una clase de cuarto grado en la escuela Francisco Morazán en La Ceiba, Honduras. Foto - CCM/Ilona Paganoni

    Esta joven de 26 años de edad proveniente de Cali, Colombia, se desempeñó como trabajadora social con el Proyecto Paz y Justicia (PPyJ), un ministerio de la Iglesia Evangélica Menonita Hondureña, una iglesia miembro del CMM y socia del Comité Central Menonita (CCM).

    En su trabajo, llevado a cabo entre el 2017 y el 2018, Guaza preparó materiales para talleres infantiles sobre la construcción de paz y la prevención de la violencia, además, equipó a los estudiantes mayores para que enseñaran a sus compañeros más jóvenes lo que habían aprendido. Al final, algunos de los estudiantes mayores se convertirían en mediadores de paz en entornos escolares.

    Guaza dice que las habilidades para la construcción de paz son especialmente importantes. “Muchos de los niños con quienes trabajamos vienen de vecindarios con altos índices de violencia y es necesario proporcionar maneras alternativas de resolver los conflictos sin utilizar expresiones violentas”, explicó.

    Guaza, miembro de la Iglesia Hermanos Menonitas de Colombia, una iglesia miembro del CMM, sirvió con la Red de Intercambio de Jóvenes Anabautistas Menonitas (YAMEN por su sigla en inglés), un programa impulsado conjuntamente entre el CCM y el Congreso Mundial Menonita. YAMEN es una oportunidad de servicio durante un periodo de un año, enfocada en jóvenes adultos cristianos provenientes de fuera de Canadá y los Estados Unidos, para vivir en una nueva cultura mientras que sirven con la iglesia.

    Guaza dice que cree que es importante equipar a los jóvenes con herramientas para resolver conflictos pacíficamente.

    “En muchas de nuestras comunidades, hemos sido enseñados a resolver los conflictos a través de la agresión. Por lo anterior, parece esencial que como embajadores de Dios, podamos proporcionar herramientas alternativas a las comunidades” explicó.

    El caso de un niño vinculado al programa tiene especial recordación en la memoria de Guaza. Ella cuenta que era un niño conflictivo cuyos problemas de autoestima se traducían en violencia – eso fue hasta que este menor participó en PPyJ.

    “Ahora este niño es un buen líder en la escuela, ayudando a sus compañeros y multiplicando todo lo que aprendió”, explica ella al referirse al niño, quien ahora es un mediador en su escuela.

    Damaris Guaza Sandoval de Colombia, facilita un taller sobre autoestima para una clase de cuarto grado en la escuela Francisco Morazán en La Ceiba, Honduras. Foto - CCM/Ilona Paganoni

    Matthieu Dobler Paganoni, un representante del CCM en Honduras, junto con su esposa, Ilona Paganoni, ambos de la iglesia miembro del CMM Konferenz der Mennoniten der Schweiz/Conférence mennonite Suisse en Suiza, dice que esta iniciativa es importante en la región porque Honduras tiene una de las tasas más altas de homicidios en el mundo.

    “Es importante apoyar este tipo de proyectos que contribuyen a visionar un tipo diferente de sociedad, además,tienen el potencial de crear semillas de esperanza para el cambio”, afirma Dobler.

    Al final de su tiempo de servicio en YAMEN, Guaza decidió quedarse en Honduras por un año más y desarrollar con mayor profundidad su trabajo con PPyJ, esto, como parte del personal del CCM. Ella señala que sus experiencias de este último año le han dado una sabiduría que le ayudará a acompañar mejor a las personas y los procesos en la comunidad.

    “Verdaderamente es un regalo de Dios continuar viviendo y sirviendo en este hermoso país”, afirma. “He aprendido mucho de las personas con quienes me he relacionado. Estoy llena de esperanza y amor para continuar el camino”.

    –Rachel Bergen es escritora para el CCM.

    Un comunicado conjunto del Congreso Mundial Menonita y del Comité Central Menonita.

  • En muchas partes del área cercana a Kibwezi, Kenia, veo maíz que se ha secado. Al conducir en esta zona, es difícil encontrar maíz que la gente pueda cosechar durante esta temporada.

    En febrero de 2018 uno de los socios del CCM, la organización de desarrollo Utooni (UDO por su sigla en inglés), en la cual soy voluntaria, empezó un proyecto de apoyo alimentario en una de las zonas afectadas por la sequía en la parte oriental de Kenia, cerca de la ciudad de Kibwezi. La distribución se realiza en dos pueblos, Kathyaka y Ngulu, con financiamiento a través de la cuenta en el Canadian Foodgrains Bank (Banco Canadiense de Alimentos de Grano) perteneciente al CCM.

    Participé en la distribución de alimentos como fotógrafa, lo cual me hizo pensar en lo fácil que es acceder al agua potable en mi país de origen, Corea del Sur, donde hay un sistema de suministro de agua confiable.

    Sin embargo, tener fácil acceso al agua no es común en la zona rural de Kenia. En el pueblo en donde vivo con mi familia anfitriona, la gente la necesita para cosechar y no es fácil encontrar fuentes limpias. En Kibwezi la gente cultiva, no obstante, el clima seco significa que la tierra es improductiva. Trabajan duro para tener una vida mejor, y aunque no es su culpa están sufriendo.

    UDO ha hecho distribución de alimentos en tres ocasiones en estos pueblos debido a que la sequía ha persistido. Aquí la gente usa las técnicas de agricultura de conservación impartidas por UDO, pero la sequía ha impedido poder cosechar este año.

    UDO también trabaja para mejorar la seguridad alimentaria y mejorar las oportunidades en cuanto a medios de vida sostenibles, con enfoque en los pequeños agricultores de las poblaciones de Machakos, Mukueni y Kajiado a través de la agricultura de conservación.

    Cuando llegamos a los lugares de distribución, muchas personas ya estaban reunidas esperándonos. Después de una breve presentación, comenzamos a distribuir la asistencia alimentaria.

    Cada grupo tenía un supervisor designado entre las personas del pueblo, asimismo, otra persona les ayudaba a confirmar que todos tenían suficiente y podían llevarlo a casa. Como el sol estaba muy fuerte, las personas trabajaron lentamente para ayudarse de manera colectiva en la distribución de alimentos. Cada beneficiario recibió treinta kilogramos de maíz, cuatro kilogramos de frijoles y un litro y medio de aceite. La gente del pueblo se ayudaba mutuamente a llevar sus raciones a casa.

    La mayoría de las personas se veían felices de recibir la comida y muchas nos agradecieron por la ayuda. Cuando regrese a Corea del Sur, quiero hablar con mis amigos sobre la pobreza que vi en Kenia y sobre lo que debemos hacer al respecto.

    —Minyoung “Blee” Jung es participante de la Red de Intercambio de Jóvenes Anabautistas Menonitas (YAMEN) de Corea del Sur sirviendo en Kenia. Está trabajando como coordinadora de relaciones públicas para el socio de CCM llamado Organización de Desarrollo Utooni (UDO) durante el periodo 2017 – 2018. YAMEN es un programa conjunto entre el Comité Central Menonita (CCM) y el Congreso Mundial Menonita (CMM). Un comunicado conjunto del Congreso Mundial Menonita y del Comité Central Menonita. 

    Un comunicado conjunto del Congreso Mundial Menonita y del Comité Central Menonita.

  • “El evangelio nos conecta con todos, no importa en donde estemos,” afirma Laurey Segura, quien vivió esta premisa en su tiempo como profesora y joven trabajadora, con la ayuda de la Red de Intercambio de Jóvenes Anabautistas Menonitas (YAMEN por su sigla en inglés), un programa conjunto entre el Comité Central Menonita (CCM) y el Congreso Mundial Menonita (CMM), el cual le permitió a esta mujer menonita costarricense, servir en Camboya por un año entre el 2016 y el 2017.

    “Tenía la expectativa de ayudar mucho, pero en lugar de eso, siento que me ayudaron más a mí”, argumenta con seguridad. En lugar de ser como unas vacaciones prolongadas con momentos de satisfactorio servicio, YAMEN “durante la mayor parte del tiempo, fue un proceso de cambios, por los cuales estoy agradecida,” explica. “No fue fácil, pero aprendí mucho de mí misma, además mi forma de ver la vida cambió – en un buen sentido”.

     “Aprendí a amar al prójimo, a servir al señor Jesús y a la comunidad sin pensar en la compensación monetaria,” afirma Felizarda Atanásia Filimone de Mozambique, quien sirvió como joven trabajadora con el proyecto “Creciendo Juntos”, en la Iglesia Menonita Monte Horeb, en el municipio de Soacha, Colombia.

    Las dificultades de la vida pueden llevar a la desesperación, pero servir en el programa YAMEN produciendo Podcasts sobre temas de paz en Managua, Nicaragua, le dio al colombiano de los Hermanos Menonitas Jhon Alex Martínez Lozano, la esperanza de que “hay una iglesia que está al servicio de la gente, no importando la raza, el color, ni el estrato”. Este joven aprendió sobre la hospitalidad en un sentido más profundo, además, que “no hay distinción de personas; todos debemos recibir buen trato”

    Antes de ingresar al programa, Filimone sentía como si hubiera perdido la fe.  A través de YAMEN “tenía la expectativa de un cambio en mi vida, tuve una mirada hacia la paz interior y el crecimiento espiritual”.

    En el caso de Segura, los momentos desafiantes en el año de servicio inter cultural le enseñaron a “aferrarse a Dios y  a tenerlo como su esperanza en los momentos difíciles, además, que a pesar de las cosas buenas o malas estamos siendo formados, asimismo, aprendió que esas experiencias llegarán a ser buenos recuerdos, futuras historias y buenas lecciones”.

    Segura afirma que a lo largo de su servicio con Youth Equipped with Skill of Internship Center, desarrollando la economía del pueblo en Phnom Penh, “aprendí cuán importante es hacer discípulos y mantenerse a su lado antes, durante y después, como mentora y hermana en la fe”.

    ¿Consejos para aquellos considerando el servicio con YAMEN?

     “Sonríe siempre, habla del amor de Dios… y habla sobre tu país”, dice Filimone, quien anima a las personas a que no se avergüencen de lo que no saben, sino que respeten y aprendan de otros, especialmente de aquellos que son de otras culturas. Los futuros YAMENers deberían “compartir con la familia, los amigos y participar en las reuniones de jóvenes en la iglesia, buscar a Dios siempre que se sientan angustiados y buscar un amigo en quien confiar y con quien hablar de sus preocupaciones para que no se sientan solos”.

    “Confiar en la dirección del Espíritu de Dios de una manera que refleje la vida y la enseñanza de Jesús, la unión, la paz  y la reconciliación”, afirma Filimone.

    —Artículo de Danielle Gonzales y Karla Braun

    Un comunicado conjunto del Congreso Mundial Menonita y del Comité Central Menonita.

    Oremos por los participantes que están empezando su tiempo de servicio en YAMEN durante 2017-2018:

     

    Nombre (país de origen):

    Sirviendo en:

    Jesika Gomez (Bangladesh)

    Zimbabwe

    Saray Reuk (Cambodia)

    Zimbabwe

    Sina Long (Cambodia)

    Bolivia

    Sokuntheary Samreth (Cambodia)

    India

    Soleab Loun (Cambodia)

    Mexico

    Cyriaque Djenaissem (Chad)

    Burkina Faso

    Damaris Guaza (Colombia)

    Honduras

    Diana Martinez (Colombia)

    Nicaragua

    Jhon Fredy Chocue Parra (Colombia)

    Bolivia

    Diksha Masih (India)

    Honduras

    Easter Masih (India)

    Colombia

    Victor Manova (India)

    Zambia

    Blasius (Bobby) Himawan (Indonesia)

    Cambodia

    Daniel (Dante) Tobing (Indonesia)

    South Korea 

    LohChu (Julian) Peng (Indonesia)

    Colombia

    Bill Odeny (Kenya)

    Cambodia

    Diana Onyango (Kenya)

    Ukraine

    Phoebe Omuhinda (Kenya)

    Cambodia

    MinYeong Jung (South Korea)

    Kenya

    Duangmala Chonealoun (Laos)

    Cambodia

    Bohlokoa Lesesa (Lesotho)

    Indonesia

    Joyce Beaton (Malawi)

    Indonesia

    Salome Sawatzky (Mexico)

    El Salvador

    Sarahi Gonzales (Mexico)

    Ecuador

    Santos Martins (Mozambique)

    Colombia

    Keila Morales (Nicaragua)

    Bolivia

    Benard Eriau (Uganda)

    Nigeria

    Mainza Hanzukule (Zambia)

    India

     

  • Servir en una zona del mundo relativamente cercana al propio país de origen, donde el idioma predominante es el mismo que uno habla, puede ser relativamente fácil, pero los participantes de la Red de Intercambio Anabautista-Menonita para Jóvenes (YAMEN, por su sigla en inglés) que provienen de países de América Latina, y sirven en otros países de la misma región, pueden notar las diferencias de primera mano.

    YAMEN es un programa conjunto entre el CCM y el Congreso Mundial Menonita, una comunidad mundial de fe de la tradición anabautista. Una parte importante del programa es entablar conexiones entre las iglesias anabautistas en diferentes partes del mundo.

    Los obreros de YAMEN provienen de regiones diferentes a Canadá y los Estados Unidos y realizan su labor de servicio fuera de estos dos países.

    He aquí las historias de algunos de los participantes de América Latina:

     Erica VanEssendelft)

    Juan Torrico Soliz – boliviano sirviendo en México

    Juan Torrico Soliz, de 21 años de edad, proviene de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, y está sirviendo en la Ciudad de México como asistente de recibimiento en la “Casa de los Amigos”, donde también

    reside. Antes de mudarse a México, Soliz estudió Turismo y Administración Hotelera, además trabajó en una guardería.

    Uno de los mayores choques para él fue mudarse a una ciudad de 21,2 millones de habitantes. La Gran Ciudad de México empequeñece a su ciudad natal que alberga a un poco más de un millón de personas. El adaptarse a una rutina diaria más estructurada también fue un desafío para él.

    “Aquí [en la Ciudad de México], el almuerzo, dependiendo del lugar donde uno trabaje, dura una o dos horas, pero en Bolivia a la hora del almuerzo todo está cerrado. Aquí acostumbro almorzar entre las 3 y las 4 de la tarde, pero en casa, comía a eso de las 12 o 12:30. El horario durante el día es tan diferente que fue difícil acostumbrarme”, dijo Soliz.

    Al igual que los otros participantes, tuvo situaciones extrañas con respecto a la manera como se habla su idioma materno.

    “En México, una pajita para beber de un vaso es un popote, pero en Bolivia la llaman bombilla, en México bombilla significa foco de luz, lo cual se presta para algunas interacciones cómicas”, comentó Soliz en medio de sonrisas.

    Él es uno de los pocos participantes de YAMEN que no está viviendo con una familia anfitriona. Sin embargo, dice que es importante tratar de estar en contacto con las personas a nivel local para entablar relaciones.

    “A pesar de no estar viviendo con una familia anfitriona, pienso que es importante mantener un equilibrio entre encontrar apoyo en el país anfitrión e interactuar con la familia propia”, expresó.

     Rebecca Smucker)

    Juliana Arboleda Rivas – colombiana sirviendo en Bolivia

    Proveniente de Quibdo, Chocó, Colombia, Juliana Arboleda Rivas está sirviendo en Santa Cruz, Bolivia, en el Hogar para Niños Stansberry.

    Rivas dijo que los pastores en su comunidad local notaron la pasión que tiene por servir y la animaron a participar de YAMEN.

    “Ha sido una experiencia muy enriquecedora. No tengo palabras para expresar la felicidad que siento. Feliz, feliz, feliz, feliz», dijo expresivamente. “Sabía que iba a ser diferente, pero estaba lista para cualquier cosa. Me llamo Juliana, la mujer valiente lista para los desafíos”. Rivas dice que ha aprendido lecciones claves a lo largo del camino. “He aprendido sobre el trabajo en equipo, el valor del servicio asó como el amor y la dedicación que uno da sin esperar nada a cambio. Estoy contenta de conocer a personas que enriquecen mi vida”, manifestó Rivas.

     Andrew Claassen)

    Jhon Alex Martínez Lozano – colombiano sirviendo en Nicaragua

    Jhon Alex Martínez Lozano procede de la localidad de Basurú en el Chocó, Colombia, donde trabajó en una mina de oro además de servir como voluntario en la iglesia de los Hermanos Menonitas de la ciudad; adicionalmente, estudió periodismo radial. A través de YAMEN, sirve como asistente comunitario con una organización llamada “Podcasts por la Paz” en la capital de Nicaragua, Managua.

    A Lozano le preocupaba que su etnia colombiana fuese una barrera para integrarse en la comunidad.

    “Antes de venir aquí me preocupaba el racismo, que tal vez habría discriminación porque soy colombiano y porque Colombia ha sido vulnerable a la drogadicción y el tráfico”, explicó. “Ha habido algunas veces en las que las personas me han hablado sobre eso o han tocado el tema, pero no ha sido tan frecuente”.

    De hecho, a Lozano se le advirtió acerca del trabajo en “Podcasts por la Paz” debido a la reputación de la zona en temas relacionados con el crimen.

    “No ando por ahí con temor preocupándome de quién va a hacerme daño o a robarme porque siento que estoy con mi familia”, expresó.

    “Un día estaba hablando con una familia en Acahualinca y les estaba contando al respecto (la percepción pública sobre el riesgo en la zona) y la familia me dijo que ellos no dejarían que me pasara nada, así que eso me ayudó a sentirme mucho más seguro”.

    Lozano comentó que YAMEN le permitió explorar más su fe en diferentes maneras, además, le enseñó a interactuar con personas con las que nunca antes se había relacionado.

    “Mi tiempo aquí en Nicaragua ha sido un tiempo para Dios. He aprendido mucho y voy a seguir aprendiendo”, dijo Lozano.

    Para conocer más sobre YAMEN, visite mwc-cmm.org/es/yamen

    Artículo de Rachel Bergen

    Un comunicado conjunto del Congreso Mundial Menonita y del Comité Central Menonita.

     

  • Bogotá, Colombia – Tomar riesgos y confiar en Dios son claramente maneras de crecer en la fe. Para Marisela Dyck y Xavier Chen, servir con el programa de la Red de Intercambio de Jóvenes Anabautistas Menonitas (YAMEN por su sigla en inglés) en 2015-2016 fue un año de lecciones sobre confiar en Dios.

    “Durante mi servicio aprendí que buscar a Dios todos los días es lo mejor que puedo hacer para sentirme bien emocional y espiritualmente”, dijo Dyck, de la Iglesia Anabautista Menonita Unida de México.

    YAMEN, un programa conjunto entre el Comité Central Menonita (CCM) y el Congreso Mundial Menonita, es un programa para adultos jóvenes, entre los 18 y los 30 años de edad, que no son ciudadanos canadienses o estadounidenses. Los participantes deben asistir a una iglesia anabautista en su propio país o servir en una organización anabautista.

    “Cuando busco a Dios, él me dice que está conmigo en cada situación, sea fácil o difícil, y que debo esperar y confiar en que él me mostrará su voluntad y que debo poner todo en sus manos.” Dyck sirvió en América del Sur, trabajando en una guardería de una organización que ministra a mujeres en riesgo.

    En su casa en México, al enseñar a niños entre 10 y 12 años, Dyck aplica las lecciones que aprendió en América del Sur. “Con lo que Dios me mostró este año, me quitó el miedo a fallar cuando sirvo.”

    Chen también trabajó con niños – en Perú y Colombia – a través de lo cual experimentó la fidelidad de Dios. “Durante cada momento de mi tiempo en YAMEN, me mantuve confiando en Dios. Oraba y le pedía que me guiara hacia su camino. Ahora, mi fe y pensamientos por Dios son más fuertes que antes. Confiar y depender de él es la única forma para tener una vida fructífera y bendecida.”

    Ahora, cuando sirve en su congregación local de la Comunidad de Iglesias Menonitas en Taiwán, Chen intenta “ver desde diferentes perspectivas, porque hay muchas maneras posibles de aproximarse a la situación con empatía y entendimiento de los sentimientos de los demás.”

    Los objetivos del programa YAMEN consisten en que los participantes desarrollen habilidades de liderazgo, que crezcan espiritual y personalmente, y que obtengan conocimientos y experiencias transculturales.

    “Algo importante que Dios me mostró es que lo principal no debe ser el servicio en sí, sino la relación que tienes con él y que deberías dejarlo trabajar a través de ti para bendecir a otras personas. Dios te dará la fuerza y la sabiduría que necesitas,” escribe Dyck.

    La experiencia de Chen le enseñó sobre la humildad. “Tenía expectativas muy altas sobre mi año de servicio: serviría a la gente que tiene necesidad y creía que lo haría perfectamente.” En vez de eso, al pararse fuera de su zona de confort, Chen sintió frecuentemente que no tenía nada que ofrecer. “No es viable actuar del modo en que antes lo hacía; enfrentar cualquier cosa nueva con humildad es la opción correcta.”

    El programa YAMEN continua fortaleciendo líderes jóvenes para el beneficio de iglesias alrededor del mundo.

    2016-2017 participantes de YAMEN:

    Nombre (país de origen): Sirviendo en:
    Tirzah Hea Halder (Bangladesh) Nigeria
    Juan “Beto” Alberto Torrico Soliz (América del Sur) México
    Ariane Ribeiro de Souza (Brasil) Ucrania
    Cecile Sanou (Burkina Faso) Uganda
    Kimleng Chung (Camboya) Nicaragua
    Sokea Im (Camboya) Sudáfrica
    ChunLei Xun (China) Colombia
    Jhon Alex Martinez Lozano (Colombia) Nicaragua
    Juliana Arboleda Rivas (Colombia) América del Sur
    Laurey Segura (Costa Rica) Camboya
    Johanna Sommer (Francia) Laos
    Dina Molina (Honduras) América del Sur
    Marlly Aceituno (Honduras) América del Sur
    Nathanial Hembram (India) Colombia
    Marsellina “Selly” Marliona Wamebu (Indonesia) India
    Primadinar Sekar Ratri “Dinar” (Indonesia) Sudáfrica
    Tamarscha Pradhini Putri “Dhini” (Indonesia) Colombia
    Jason Were (Kenia) Camboya
    Sonephan Lakongseng (Laos) Honduras
    Felizarda Atanásia Filimone (Mozambique) Colombia
    Susma Rasaili (Nepal) Camboya
    José David Dávila Godinez (Nicaragua) El Salvador
    Gabriel Goddard (Sudáfrica) Colombia
    Rastone Hamapande (Zambia) Camboya

    Un comunicado conjunto del Congreso Mundial Menonita y del Comité Central Menonita. Artículo de Kristina Toews.

  • Sindy Novoa Caro reside en Bogotá, Colombia, donde pertenece a la Iglesia Casa de Oración, una congregación de los Hermanos Menonitas. En 2010-2011 Sindy participó en ¡YAMEN! como asistente de la maestra en una escuela para niños que viven cerca de un basurero en Tegucigalpa, Honduras. Desde que regresó a Colombia, Sindy ayuda a coordinar una red de apoyo local para anteriores, actuales y nuevos participantes de ¡YAMEN!, y otras personas que han participado en el Programa Internacional de Intercambio Voluntario del MCC. Sindy trabaja para la Corporación Belcorp como líder zonal para vendedoras por catálogo. A principios de año conversó sobre su experiencia con Jana Meyer, voluntaria del MCC en Colombia.

    ¿Cómo influyó tu experiencia en YAMEN en tu visión del mundo y de la iglesia?

    Haber conocido a personas que viven de desperdicios de la calle y aún sonríen ante la vida, me hizo tomar conciencia de lo privilegiada que era al tener agua, tres comidas diarias, una vivienda, el abrazo de una madre o padre y tiempo para compartir con mi familia el fin de semana. Llegué a valorar a alguien que no hubiera podido bañarse, pero que necesitaba que lo abrazaran y le dijeran que existe un Ser supremo que lo ama y lo cuida. Trabajo de otra manera con la gente alrededor de mí. Antes, quizá sólo me preocupaba su situación económica. Ahora interactúo con mucha gente, y estoy más interesada en quiénes son como personas, en cómo les va.

    ¿Cómo podría haber sido tu vida si no hubieras participado en YAMEN?

    Estaría haciendo mi vida con la misma falta de conciencia como la de tantos en el mundo. Muchos creen que el mundo les debe algo, que el mundo debería agradecer su existencia, que las bendiciones diarias son respuesta a sus esfuerzos, y no a la misericordia de Dios.

    ¿Cómo se profundizó tu relación con Dios?                                                                                                                       

    Aunque estaba lejos de mi país y no conocía a nadie, nunca me sentí sola. Siempre sentí el apoyo y la guía de Dios. Cada día fue una oportunidad para aprender de Dios, y comprender lo que él esperaba de mí en ese momento.

    ¿Cómo se profundizó tu visión de la iglesia de Colombia?

    Aprendí que la tarea de llevar el mensaje del evangelio a otros debe hacerse de manera integral. No es posible que las personas sepan que Dios los ama y los busca, si han pasado días sin comer, si no tienen acceso a la educación, o si toda la sociedad los rechaza. ¿Cómo puedo pretender hablar  con ellos quince minutos y después irme? Dios quiere que actuemos como Jesús: que renunciemos a nuestras bendiciones, ofreciéndolas al mundo, que enseñemos con el ejemplo y respondamos a las necesidades físicas, emocionales y espirituales.

    ¿Cuál es tu visión de YAMEN?

    Me gustaría que jóvenes de Colombia participaran en este programa, motivándose a hacer algo por sus hermanos y hermanas, sin preocuparse por el sacrificio, dejándose guiar por Dios. Me gustaría ver cómo construimos vínculos con nuestros hermanos y hermanas latinoamericanos, y con personas de países adonde por lo general no estaríamos dispuestos a ir.

    Participantes de YAMEN en 2012-2013

    Patricia Calvimontes Arevalo, de Bolivia, sirve en Guatemala;
    Vichara Chum, de Cambodia, sirve en Sudáfrica;
    Fang Deng, de China, sirve en Indonesia;
    Glenda Aracely, de Guatemala, sirve en Bolivia;
    Humberto Lagos Martínez,
    de Honduras, sirve en Cambodia;
    Mei Ling Dueñas, de Honduras, sirve en Nicaragua;
    Prashant Nand, de la India, sirve en Indonesia;
    Cindy Tristiantari, de Indonesia, sirve en Corea del Sur;
    Galuh Florentina, de Indonesia, sirve en Cambodia;
    Heri Purwanto, de Indonesia, sirve en Bolivia;
    Youa Xiong, de Laos, sirve en Bolivia;
    María Aranda, de Nicaragua, sirve en Honduras;
    Paola Duarte, de Paraguay, sirve en México;
    Shammah NakawesI, de Uganda, sirve en Indonesia;
    Festus Musamba, de Zambia, sirve en Sudáfrica;
    Olivia Muzyamba, de Zambia, sirve en Indonesia.


    La Red de Intercambio de Jóvenes Anabautistas Menonitas (Young Anabaptist Mennonite Exchange Network, ¡YAMEN!) es un programa conjunto del Comité Central Menonita (MCC) y el Congreso Mundial Menonita (CMM), cuyo objetivo es fomentar el servicio y aprendizaje intercultural de jóvenes adultos del Sur del mundo.

     
     
  • Bogotá, Colombia – Para Keila Viana, observar cómo el arte puede sanar heridas le dió un entendimiento más profundo de Dios y su amor durante su servicio internacional en Phnom Penh, Cambodia.

    “Creo que durante este tiempo Dios trabajó mucho en mi vida”, contó Viana, un adulto joven de 22 años de la Iglesia Evangélica Menonita Camino de Santidad en Honduras.

    Veintidós jóvenes, incluyendo a Viana, participaron en el programa de la Red de Intercambio de Jóvenes Anabautistas Menonitas (YAMEN, por sus siglas en inglés) desde agosto de 2014 hasta julio de 2015.

    YAMEN, un programa conjunto entre el Comité Central Menonita (CCM) y el Congreso Mundial Menonita, es un programa para adultos jóvenes, entre los 18 y los 30 años de edad, que no son ciudadanos canadienses o estadounidenses. Los participantes deben asistir a una iglesia anabautista en su propio país o servir en una organización anabautista.

    Viana trabajó en ‘Let us create’ (Vamos a crear) una organización que usa el arte para invitar a niños en riesgo a sanar las heridas que han marcado sus pequeños corazones.

    Ella se enfocó en enseñar arte y dar clases de violín, aunque algunas veces también enseñó inglés y ayudó a preparar un festival. Un pincel y un instrumento musical sirvieron como método para poder dibujar sonrisas de esperanza en grandes y chicos y juntos entonar una melodía para un mejor mañana.

    “Dios me enseñó a confiar solamente en Él y su amor es más que suficiente”, dice Viana. “Ahora no tengo miedo de lo que el futuro pueda deparar, porque sé que es Dios quien dirige mis pasos y me da las fuerzas para seguir adelante aun en medio de las pruebas”.

    No sólo su vida cambió, sino también su forma de pensar; Viana ha aprendido a ver a Dios como un ser lleno de amor y misericordia. Ahora Viana se prepara para continuar con sus estudios y para cumplir con la gran comisión en su país.

    Viana ha decidido utilizar las herramientas que adquirió a través de ¡YAMEN! en su iglesia. Usará su tiempo libre para ayudar a los niños en su país, enseñándoles inglés y música. “He aprendido a amar con el amor que Jesucristo ha puesto en mí”.

    Así como la vida de Viana cambió, muchos jóvenes que se han atrevido a marcar la diferencia en este programa tienen muchas historias que contar sobre la satisfacción que se siente al servir a Dios y a los demás.

    Oremos por las vidas de los 20 jóvenes que están llevando el mensaje de paz a 13 países diferentes en 2015-2106. Como iglesia, les enviamos nuestro cariño y apoyo. Dios necesita obreros dispuestos a servir en el nombre de Cristo y ser un reflejo de su perfecto amor.

    Un comunicado conjunto del Congreso Mundial Menonita y del Comité Central Menonita. Artículo de Aharón González

    Una de las piezas creadas en las clases de arte que Viana enseñó para su asignación en YAMEN en Cambodia.

    Haga clic en la foto para ver la version de alta resolución.

  • Winnipeg, Manitoba, Canadá – Las oportunidades para cubrir ciertas responsabilidades de liderazgo en una iglesia local enriquecen el año de servicio transcultural de Yoweri Murungi en Lusaka, Zambia.

    Sus nuevas y numerosas experiencias incluyen liderar la alabanza y la adoración durante los servicios, clases de estudio bíblico y ministerio entre los jóvenes en la iglesia Chilenje Brethren in Christ en Lusaka.

    “Estas experiencias me ayudaron a desarrollar habilidades en el liderazgo y crecer en mi fe en Cristo,” dice Murungi, de 28 años de edad, de Kagadi, un pueblo en el distrito de Kibaale en Uganda.

    Murungi y otros 20 participantes en el programa de la Red de Intercambio de Jóvenes Anabautistas Menonitas (¡YAMEN!) estarán completando su año de servicio en el mes de julio.

    YAMEN, un programa conjunto entre el Comité Central Menonita (CCM) y el Congreso Mundial Menonita, es un programa para adultos jóvenes, entre los 18 y los 30 años, que no sean ciudadanos canadienses o estadounidenses. Los participantes deben asistir a una iglesia anabautista en su propio país o servir en una organización anabautista.

    Murungi está sirviendo como coordinador adjunto de los Clubes de Paz que apoya el CCM quien capacita a los jóvenes en la construcción de paz a través de la no violencia, la transformación de conflictos y la reconciliación. Los Clubes de Paz que comenzaron en el 2006 se han extendido a 32 escuelas en Lusaka.

    Dado que los países de Zambia y Uganda comparten muchas similitudes culturales, no pasó mucho tiempo para que Murungi se convirtiera en un miembro efectivo del equipo de liderazgo de los Clubes de Paz.

    Murungi dice que los Clubes de Paz juntan las ideas de diferentes personas para resolver un problema. Citó el ejemplo de un miembro del club de paz cuando compartió que era castigada en la escuela por llegar tarde. Le contó al grupo que llega tarde a la escuela porque lleva a su hermano menor a otra escuela antes de venir a la escuela.

    A través de las discusiones de grupo recibió la fortaleza para resolver este problema pidiéndoles a sus padres que hicieran otros arreglos para su hermano menor.

    En Uganda, Murungi también trabaja con programas en pos de la consolidación de la paz. Él prevé que las habilidades de liderazgo que está adquiriendo a través de su participación en la iglesia local y en los Clubes de Paz le serán de ayuda en Uganda.

    “Estoy adquiriendo nuevas experiencias y habilidades,” afirma él. “Estoy desarrollando y mejorando las habilidades para la administración y el manejo de una oficina.”

    Además de servir junto a otros líderes en los Clubes de Paz y en la iglesia, también disfruta el formar parte del equipo de Zambia del CCM.

    “Estamos encantados de tener participantes de YAMEN en el equipo – añade diversidad al equipo del CCM,” dice Miriam Mitchell, representante del CCM de Zambia, “Aprendemos unos de otros. Hay diferencias culturales pero lo que todos tienen en común es que vienen a Zambia para servir.”

    Los participantes de YAMEN adquieren nuevas habilidades y experiencias a través del servicio con organizaciones asociadas al CCM en varios países.

    Desde el primer participante en 2004, más de 100 participantes de YAMEN han estado aprendiendo y compartiendo con la iglesia mundial, dice Andrea Geiser, coordinadora de YAMEN.

    “Esta experiencia de vivir en otra cultura es un enorme período de crecimiento para los participantes, tanto a nivel personal como espiritual,” dice Geiser. “Cada año los participantes mencionan cómo han crecido más en su fe en Dios, confiando en Él en medio de las tensiones y los desafíos de un nuevo país y una nueva cultura.”

    Un informe reciente de Elisa Domínguez (México a Honduras) dice: «El mundo, mi punto de vista, mi visión, cambiaron. El concepto de servir me enseñó que debemos dejar nuestra propia cruz, para llevar las cruces de muchos otros que no pueden hacerlo por sí mismos. «

    Reflexionando en su nueva perspectiva mundial Jennifer Moreno (Colombia a Bolivia) dice: «Dejar mi país me ha proporcionado una nueva forma de ver las cosas, entender que hay un montón de opiniones y oportunidades en otras partes y que es grandioso y emocionante servir sin esperar nada a cambio. Es interesante saber que uno tiene gente que lo apoya y que comparte su misma fe en otros países.»

    Los siguientes participantes están completando su período de servicio con YAMEN en julio: Sirviendo en Bolivia: Jennifer Moreno (Colombia), Oscar Galo (Honduras); sirviendo en Cambodia: Keila Medina (Honduras); sirviendo en Colombia: Phealy Hut (Cambodia), Sam Joshua (India), Sanjib Sahu (India), Elizabeth Hartono (Indonesia), Victoria Muchanga (Mozambique); sirviendo en Ecuador: Jirenny García (República Dominicana); sirviendo en Honduras: Gina Albornoz (Colombia), Elisa Domínguez (México); sirviendo en India: Ditrich Rumboirusi (Indonesia); sirviendo en Indonesia: Suzy Filly (Egipto), Hemanta Pradhan (India), Subhechchha Koirala (Subu) (Nepal), Freddy Satalaya (Perú); sirviendo en Laos: Gloria Kristianti (Indonesia); sirviendo en México: Alexander Gutiérrez (Colombia); sirviendo en Nicaragua: Chia-Ming Chen (Taiwán); sirviendo en Uganda: Reviana Gamaputra (Indonesia); y sirviendo en Zambia: Yoweri Murungi (Uganda).

    Un comunicado conjunto del Congreso Mundial Menonita y del Comité Central Menonita. Artículo de Gladys Terichow, una escritora independiente de Winnipeg, Manitoba.