• Con celo y devoción, las primeras personas anabautistas vivieron su fe de manera audaz y arriesgada, rompiendo con la iglesia establecida. Este año, cuando el Congreso Mundial Menonita conmemoró los 500 años del movimiento anabautista, nosotros vivimos nuestra fe a través de la reconciliación con iglesias que en el pasado se habían opuesto a nosotros. 

    Hospitalidad

    Al final de una larga caminata en un día caluroso, una mesa con fruta, postres y jugo es una bendición.

    La bendición se multiplica cuando el destino de la caminata es una Täuferhöhle (literalmente, “cueva bautista”) y el refrigerio lo proporcionan feligreses de iglesias católicas y reformadas. Mientras que los primeros anabautistas de las zonas rurales de Suiza celebraban sus cultos lejos de las miradas amenazantes de la Iglesia establecida, hoy en día las personas peregrinas anabautistas son bienvenidas por los miembros de las iglesias católica y reformada.  

    “Su hospitalidad y conversación hicieron que la reconciliación de las personas en el liderazgo se hiciera realidad desde la base”, dijo Andrew Dyck, un menonita que viajó desde Canadá a Zúrich para el día conmemorativo “La Valentía de Amar” y más tarde visitó la cueva. 

    Dorothy Jean Weaver, una menonita que viajó desde Estados Unidos a Zúrich, fue invitada con más de un año de antelación por unas antiguas amistades que viven en Zúrich. “Consideré que era la mejor invitación posible para este evento del 500 aniversario, ya que provenía de mis antiguas amistades suizas reformadas”, ella afirmó. 

    Reconciliación

    “Pero para mí, los momentos más conmovedores del servicio fueron los gestos  de reconciliación (lavado de pies, unción, mensaje del Papa) extendidos/realizados entre las personas en el liderazgo eclesial que representaban a los principales grupos de la Reforma que se opusieron y persiguieron a las primeras personas anabautistas hace 500 años – personas católicas, luteranas y reformadas, y descendientes actuales de aquellos anabautistas», dijo Dorothy Jean Weaver. “Fue un momento muy emotivo y una forma muy adecuada de celebrar el 500 aniversario del movimiento anabautista”.

    Su anfitrión reformado, Peter Detwiller, quien ha trabajado en espacios ecuménicos durante décadas, reflexiona que esta conmemoración “¡fue básicamente un milagro!”. 

    Los reformadores Zwinglio y Bullinger, Lutero y Calvino no solo estaban decididos a erradicar de raíz la secta anabautista, sino que la persecución de las familias y comunidades anabautistas continuó durante unos 130 años en el Cantón de Zúrich y más de 200 años en el Cantón de Berna, dijo. “Desde esta perspectiva, fue un milagro que el movimiento anabautista sobreviviera hasta nuestros días y esté floreciendo, como lo ha demostrado de manera impresionante la conmemoración en Zúrich”.

    Mientras que la solicitud de colocar una placa conmemorativa a Félix Manz en la Asamblea del CMM de 1952 en Suiza fue rechazada, en el 2025 la Iglesia Reformada dio una cálida bienvenida a las personas anabautistas a su iglesia insignia, la Grossmünster, y a su escuela teológica para que utilizaran sus espacios para talleres.

    Peter Detwiller se inspira en el compromiso del movimiento anabautista con la paz y la identidad como “una comunidad libre de personas creyentes comprometidas”. “En mi opinión, la tarea de aprender seriamente del movimiento anabautista aún está por delante de nosotros”, afirmó.

    Lavamiento de pies

    WCRC 150th anniversary, in Chiang Mai. Photo: William Gibson/WCRC

    Tras los profundos momentos vividos en Zúrich, la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas invitó al secretario general del CMM, César García, a participar en la celebración de su 150 aniversario como organización en octubre del 2025.

    Durante la celebración en Tailandia, el Reverendo Dr. Setri Nyomi, secretario general interino de la CMIR, y César García se lavaron los pies mutuamente una vez más en medio de un servicio de adoración.

    “No permitiremos que el miedo o la desconfianza nos alejen de esta vocación”, afirmó el Reverendo Dr. Setri Nyomi. 

    “Nos comprometemos a aprender unos de otros compartiendo la riqueza y la diversidad de nuestras tradiciones”, afirmó César García.

    La inspiración del lavamiento de pies en Zúrich se trasladó a las iglesias regionales de Kenia a través del Obispo George Ochieng, cuyo coro de la ‘Eastleigh Fellowship Centre Mennonite Church Choir’ (Coro de la Iglesia Menonita del Centro de Hermandad de Eastleigh) cantó alegremente en ZúrichÉl supervisa 16 congregacionesincluidas seis en Narok, una importante ciudad de la comunidad indígena masái.  

    Sin quererlo, el Obispo George Ochieng había violado las normas culturales al nombrar a una persona miembro para desempeñar responsabilidades diocesanas sin pedir la bendición de los ancianos masái. Las tensiones resultantes dividieron a la iglesia mientras el obispo estaba fuera. 

    “Cuando regresé, compartí el video de esta sesión de lavado de pies, enseñé los fundamentos de la paz y el acto radical de amar a los enemigos, tal como lo enseñó nuestro Señor Jesucristo (Mateo 5:44-45), como el principio fundamental de la paz”. Después de varios meses repitiendo estas ideas de paz, justicia y reconciliación, “el Señor nos concedió un gran avance: todos se reunieron llorando y arrepentidos ante el Señor e hicieron las paces entre ellos”, él dijo.

    Una sola fe

    A finales de año, César García fue una de las 27 personas representantes de más de una docena de comuniones cristianas mundiales que se reunieron en Iznik, Turquía, para conmemorar el 1,700 aniversario del Primer Concilio Ecuménico en la historia de la Iglesia.

    Los anfitriones, el Patriarca Bartolomé I, patriarca ecuménico de Constantinopla, y el Papa León XIV, hablaron de “dar testimonio vivo de la misma fe” y de estar “unidos por un vínculo tan profundo podemos continuar nuestro camino de adhesión cada vez más profunda a la Palabra de Dios revelada en Jesucristo, bajo la guía del Espíritu Santo, en el amor mutuo y el diálogo”. 

    “Jesús, crucificado y resucitado, a quien el Padre ha hecho Señor y Mesías, Kyrie eleison”, oró César García en español, cuando le tocó hablar en la ceremonia.

    El Credo Niceno, producto de ese concilio (ampliado en Constantinopla décadas más tarde), sigue siendo una confesión de fe común en todo el espectro confesional, desde el catolicismo hasta la ortodoxia, pasando por el protestantismo y el anabautismo.


  • César García (right) interviewed church leaders from other traditions who were present throughout General Council meetings in May 2025. (l-r) Paul Tché, Tim Gee, Neil Vigers, Hanns Lessing (with microphone), Samuel van der Maas,  Anne-Cathy Graber (MWC secretary for ecumenical relations).

    César García, secretario general del Congreso Mundial Menonita (CMM), dijo “la reconciliación es fundamental para nuestra fe como anabautistas. Sabíamos que, al conmemorar la división y fragmentación que ocurrió en el cuerpo de Cristo hace 500 años, necesitábamos unir a nuestras iglesias madre —la católica, la luterana y la reformada— para dar testimonio de la sanación que Dios está trayendo entre nosotros y que continuará trayendo en el proceso de reconciliación de todo bajo el reino de Jesús”.

    Acompañamiento al Concilio General

    Líderes de iglesias de otras tradiciones cristianas acompañaron a los miembros del Concilio General (CG) del CMM en sus reuniones. Cada invitado ecuménico trajo saludos al inicio de las sesiones del CG.

    El reverendo Paul Tché, secretario general de la Comunión Mundial de los Discípulos de Cristo, expresó, “me siento como en una reunión familiar”.

    Para la sesión final del Concilio General, César García entrevistó a los invitados ecuménicos sobre sus vínculos con el anabautismo y sus esperanzas para la iglesia.

    El reverendo Neil Vigers, ejecutivo del Programa de Unidad, Fe y Constitución de la Comunión Anglicana, manifestó que “la mejor manera de descubrir quién eres es intentar desarrollarlo con un compañero ecuménico. Es un viaje de profundo descubrimiento hacia el misterio de la gracia de Dios”.

    César García pidió a cada invitado que compartiera sus experiencias con los menonitas. El Prof. Dr. Otniel Bunaciu, vicepresidente de la Alianza Bautista Mundial, comentó que oyó hablar de los menonitas por primera vez cuando era niño y recibía paquetes de ayuda cristiana en Europa del Este. «Uno de los paquetes contenía colchas. Supe que eran de menonitas. Durante los fríos inviernos rumanos de los años 80 y 90, tuve una colcha menonita que me cubría».

    El Rev. Dr. Hanns Lessing, de la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas (CMIR), afirmó que las conversaciones con los menonitas son muy significativas, ya que la CMIR debate cómo ser la iglesia de Dios en un mundo marcado por la violencia. «En este contexto, la historia menonita es muy importante para nosotros… Espero que recuperemos esta historia conjunta para convertirla en algo que sirva al reino».

    Compañerismo juntos

    Como parte de la conmemoración de Anabautismo@500 en Zúrich, el CMM ofreció una recepción para representantes de 13 comuniones globales y 3 organizaciones ecuménicas multilaterales. El CMM obsequió a los representantes de las comuniones globales un ejemplar de la Biblia Comunitaria Anabautista, que «refleja la hermenéutica distintiva de la tradición anabautista», según César García.

    Los líderes de las diversas comuniones compartieron saludos y agradecimientos por el ministerio del CMM. César García, explicó que, “aunque no pudieron enviar representantes, el Patriarcado Ecuménico (Iglesia Ortodoxa) y la Conferencia General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día también enviaron un emotivo saludo por escrito para la conmemoración”.

    Los líderes de las diversas comuniones compartieron saludos y agradecimientos por el ministerio del CMM. César García, explicó que, “aunque no pudieron enviar representantes, el Patriarcado Ecuménico (Iglesia Ortodoxa) y la Conferencia General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día también enviaron un emotivo saludo por escrito para la conmemoración”. 

    El Rev. Dr. Casely Essamuah, secretario del Foro Cristiano Global, expresó que “el compromiso anabautista con la paz, la fidelidad, la justicia y la reconciliación va mucho más allá de su propia tradición y es un don más allá de toda medida para la oikoumene. Nos alegra su testimonio a lo largo de los siglos y miramos hacia su futuro con valiente amor”.

    la Rev. Dra. Anne Burghardt, secretaria general de la Federación Luterana Mundial, manifestó: “El mundo luterano agradece hoy el testimonio de la comunión anabautista-menonita, por su compromiso radical e inquebrantable con el amor y la búsqueda de la paz. Todos podemos aprender de su valentía para amar, un amor que continuamente abre puertas hacia una comunión más profunda entre nosotros”.

    Celebrando el culto en confesión y esperanza

    La reconciliación guió la planificación del servicio religioso del 29 de mayo de 2025. Oficiales, exoficiales y representantes ecuménicos del CMM ingresaron juntos al servicio como parte de la procesión.

    El servicio incluyó una liturgia de reconciliación que incorporó partes de la reciente declaración “Restaurando la plenitud de nuestra familia: En busca de un testimonio común”, aprobada tanto por el CMM como por la CMIR.

    el Rev. Dr. Setri Nyomi, secretario general de la CMIR, dijo que, “como cristianos reformados, estamos profundamente agradecidos con el Congreso Mundial Menonita por invitarnos a caminar juntos hacia el entendimiento mutuo y la reconciliación. En Cristo somos miembros los unos de los otros, hermanos y hermanas de la misma carne y del mismo Espíritu”.

    En representación del recién nombrado Papa León XIV, el cardenal Kurt Koch, del Dicasterio para la Promoción de la Unidad Cristiana (Iglesia Católica Romana), presentó un mensaje durante el servicio: “El lema elegido para su celebración, ‘La valentía de amar’, nos recuerda, sobre todo, la necesidad de que los católicos y los menonitas hagan todo lo posible por vivir el mandamiento del amor, el llamado a la unidad cristiana y el mandato de servir a los demás”.

    Henk Stenvers, presidente de MWC, manifestó, “vivimos en una nueva era: las iglesias que antes se consideraban enemigas han encontrado maneras de disculparse y perdonarse, de trabajar por la sanación de los recuerdos y de dar pasos hacia la reconciliación, incluso en medio de nuestras diferencias persistentes”.


    ecumenical guests photo group

    Comuniones Cristianas Globales y organizaciones ecuménicas multilaterales representadas:

    ecumenical guest sharing
  • El Congreso Mundial Menonita cumple cien años 

    Algunos tenemos la tendencia a pensar que deberíamos definir la doctrina correcta y, a partir de ahí, pasar a la práctica. Primero la Escritura; después, la experiencia. Pero, en muchos sentidos, tanto en nuestra historia como en nuestra realidad actual, la experiencia nos impulsa a pensar teológicamente para comprender lo que sucede. 

    Consideremos el Concilio de Jerusalén. Ellos se preguntaban: ¿Podemos incluir a los gentiles o no? 

    Aquello no quedaba claro en la Biblia de la época. 

    El hecho de que los gentiles estuvieran recibiendo el Espíritu Santo impulsó a la iglesia a pensar de una manera nueva, sin contradecir el fundamento que tenían. 

    Su experiencia los llevó a plantear la cuestión a partir de la Escritura y a desarrollar nuevas interpretaciones. 

    Como anabautistas, históricamente hemos enfatizado la congregación local y la centralidad de la congregación local como anticipo del reino de Dios. 

    Pero eso no nos ayuda a responder por qué existe la necesidad de una iglesia regional o mundial. 

    En los inicios del CMM, la experiencia impulsó a las iglesias menonitas a pensar en un organismo mundial. 

    ¿Podría señalar alguna similitud entre la actualidad y algunas de las tendencias de hace cien años cuando se inició el CMM? 

    En ese momento, había una pandemia mundial. Muchos países acababan de atravesar la Primera Guerra Mundial. Por supuesto, un impacto financiero lleva a los gobiernos a buscar un chivo expiatorio: ¿a quién vamos a culpar por ello? Esto fue un factor importante en el auge del nacionalismo en Europa. 

    Y luego nuestras iglesias también se vieron afectadas por la Revolución rusa y la subsiguiente persecución violenta en la zona de Ucrania, donde había una gran concentración de nuestras iglesias en esa época. 

    Por consiguiente, con la mezcla de nacionalismo, diferencias culturales, idiomas y el pasado reciente como también más lejano de violencia entre sus países, era complicado para los líderes de la iglesia menonita en 1925 pensar en ser un solo cuerpo. 

    Algunas personas espiritualizan la idea de la unidad y dicen: Vamos a estar unidos en el cielo

    O dicen: Sí, luchamos violentamente unos contra otros, pero somos uno en espíritu

    Tanto entonces como ahora, algunas iglesias ven a otros cristianos con recelo, incluso en una misma familia denominacional. 

    Pero la Biblia no habla de esa manera. 

    La Biblia se refiere a la unidad de una manera muy práctica, visible aun para el mundo. Hay un nivel de unidad que parece una especie de milagro. 

    El fundador del CMM, Christian Neff y otras personas hablaban y escribían sobre la necesidad de un organismo mundial desde algún tiempo antes de 1925, pero no era fácil superar la falta de confianza. 

    Finalmente, Christian Neff encontró una buena excusa para reunir a la gente: celebrar los cuatrocientos años del movimiento anabautista. 

    Y fue en ese contexto que la iglesia de Ucrania envió una carta a la gente en esta primera reunión anabautista mundial, solicitando la conformación de un organismo mundial que coordinara la labor de educación, misión y apoyo a las iglesias que padecen persecución y sufrimiento, entre otras cosas. 

    Cuando los líderes de la iglesia se reunieron, la experiencia de estar juntos les abrió los ojos a la necesidad de una comunión a fin de enfatizar que el centro no es la política ni un Estado nacional, ni siquiera una cultura. La fuente de nuestra identidad es Jesús. 

    El contexto entonces era muy similar al actual después de la pandemia, en medio de un creciente nacionalismo y experiencias de sufrimiento debido a la violencia y la persecución. 

    Es interesante y triste a la vez ver cómo la historia se repite. 

    Lo que ha cambiado es que dicha experiencia nos invita a pensar teológicamente. ¿Quisiéramos ser un solo cuerpo por cuestiones pragmáticas? ¿O porque nuestra interpretación del evangelio lo exige? 

    ¿Cuáles fueron algunos momentos claves en que optamos por ser verdaderamente mundiales? 

    Para ser una familia mundial, necesitamos ciertos niveles de reconciliación y perdón por nuestra historia de divisiones. 

    No estábamos preparados para pensar de esa manera hace ochenta años. 

    Al principio, los líderes querían que solo se celebrara una Asamblea. Y así fue durante los primeros cuarenta o cincuenta años. 

    Pero cada vez más iglesias del Sur global se fueron haciendo miembros. Y las iglesias que están padeciendo sufrimiento ven con mayor claridad la necesidad de una iglesia mundial. No se puede enfrentar la persecución violenta ni las catástrofes naturales si se está solo. 

    Hacia la década de 1970, se empezaron a nombrar presidentes desde el Sur global. Desde el ejecutivo, C. J. Dyck afirmó: Si deseamos que el CMM continue, debería ser más que una reunión mundial. Debería formar parte de la misión a la que los menonitas están llamados en este mundo, un espacio donde clarificar el significado de la fe en sus diversos contextos culturales. 

    Esa visión fue el resultado, entre otras cosas, del aporte de las iglesias del Sur global que pedían más interdependencia. 

    Impulsados por dichas experiencias, hemos avanzado en el pensamiento teológico al entender la iglesia como algo que va más allá de las puertas de mi congregación local. 

    ¿Estamos donde deberíamos estar? 

    Creo que estamos yendo en la dirección correcta, pero se nos plantean desafíos teológicos cuando abordamos el tema de la iglesia mundial. 

    Para muchos de los líderes y pastores de nuestra iglesia mundial, apenas estamos comenzando a construir una comprensión clara de la unidad. 

    Demasiadas veces, nuestra interpretación de la pureza en nuestra tradición anabautista nos ha impulsado a fragmentarnos porque pensamos que para ser santos o puros, es necesario que nos separemos de aquellos que consideramos que no lo son. 

    Nuestra historia de divisiones exige una verdadera reconciliación. Hay heridas históricas que no han sido sanadas y seguimos observando divisiones que ocurren en tiempo real. 

    Los desafíos del racismo y el colonialismo están presentes. Existe la tendencia a que algunos sectores de la iglesia tomen decisiones sin consultar a otros e impongan sus puntos de vista. 

    Se nos presentan desafíos cuando privilegiamos nuestros propios intereses sobre los intereses de los demás; cuando afirmamos que primero debemos proteger nuestro presupuesto antes de considerar a otras iglesias. 

    Además, tenemos ambición y el deseo de controlar, dominar y conquistar a los demás. 

    Los reinos de este mundo nos resultan muy atractivos. Nos encanta la sensación de ser superiores a otros grupos. 

    Pero Dios nos invita a vivir en contraste con los reinos de este mundo. El reino de Dios es una alternativa real. Debemos reconocer que necesitamos el poder del Espíritu Santo. 

    500@Anabaptism at South Korea
    500th Anabaptist Anniversary

    ¿A qué nos referimos con unidad? 

    Debemos comprender que la unidad no implica necesariamente la ausencia de conflicto. La verdadera unidad implica la unión de diferentes fragmentos y formas. 

    Por definición, la unidad implica diversidad, pues si no hay diversidad de opiniones, cultura, teología o experiencias, entonces no hay necesidad de hablar de unidad porque todos creen lo mismo. Lo opuesto a la unidad no es la diversidad, sino la uniformidad. 

    Y como iglesia de paz, sabemos que el problema no es tener conflictos. El problema es cómo manejamos dichos conflictos. 

    Es imposible tener una relación sana sin conflictos. 

    Hoy en día, muchas iglesias del CMM son el resultado de la división de otras iglesias. El paso del tiempo no cambia la realidad de que fue una división interna. 

    En el CMM, procuramos alentar a las iglesias a mantenerse unidas tanto como sea posible y a no dividirse. 

    Sin embargo, a veces la separación es necesaria porque existe un nivel de desacuerdo que ya no es posible resolver debido a la naturaleza de nuestro corazón. Dios nos permite cierto nivel de distancia, y aun así podemos ser parte de la familia mundial si respetamos nuestras diferencias, aunque no compartamos una postura sobre un tema dado. 

    Eso implica la voluntad de sanar las heridas. Debe haber un esfuerzo intencional de ambas partes para sanar el resentimiento y evitar el odio mutuo. 

    Una vez más, es nuestra experiencia la que nos impulsa a pensar teológicamente sobre la unidad. 

    ¿De qué manera el tema La valentía de amar nos guía y determina la manera de pensar sobre este aniversario? 

    Creo que es un tema crucial y relevante en el mundo político actual, en que tanta gente sufre acoso y acosa a los demás. 

    Hay muchas causas, proyectos y demandas justas. Mucha gente dice: “Tenemos derecho a defender nuestra tierra. Tenemos derecho a exigir que estos abusadores dejen de cometer abusos”. 

    Pero, ¿existe la posibilidad de hacer algo de manera distinta a revindicar tus derechos? 

    Creo que Jesús nos invita a andar otro camino. 

    Decir, “quiero dejar de lado mis derechos y amar” requiere una gran valentía. 

    No es pasivo. Implica una respuesta muy intencional, incluso asertiva, que busca el beneficio del otro, incluso el bienestar del agresor. 

    La valentía de amar que nuestros extranjeros descubrieron hace quinientos años no era nueva. Vemos esta invitación proveniente de Dios desde el comienzo de la historia humana. 

    La valentía de amar implica también desmantelar el miedo (1 Juan 4:18). 

    Percibo que muchos líderes actúan por miedo: miedo a ser contaminados, miedo a ser influenciados, miedo al cambio. 

    Cuando hay un amor perfecto, puedes hablar de cualquier tema difícil sin el miedo de que vayas a perder algo. 

    No hay fragmentación, excomunión ni condenación mutua, pero sí respeto por las convicciones firmes. 

    Como dijo Agustín de Hipona, la definición de pecado es ser egocéntrico, por ende el amor es lo opuesto a ello. 

    Cuando amas, te abres a los demás y no hay lugar para el miedo. 

    Parte de la misión del CMM es vincularse con otras comuniones. ¿Cómo le ha formado esta experiencia? 

    Si no te relacionas con otros cristianos, podrías terminar teniendo una idea muy limitada de lo que es la iglesia cristiana. 

    Al ser un organismo mundial como el CMM, tenemos la capacidad de contar con representación propia como una entidad ante otras iglesias. 

    Cuando tienes una identidad clara y encarnas tus valores, las experiencias con otras iglesias podrán ser inmensamente enriquecedoras y transformadoras. Entonces podrás aprender de los demás y también compartir tus valores. 

    Lo cual no significa que sea fácil. Por ejemplo, en la Conferencia de Secretarios de Comuniones Cristianas Mundiales, están representadas un total de 21 entidades mundiales. Y, como se pueden imaginar, la diversidad es enorme. Algunos tienen un pasado complejo de persecución y condenación mutua. Y con otros grupos, ni siquiera existe una relación. 

    Y por supuesto, es muy diferente la interpretación de estas iglesias sobre muchas cosas, tales como el liderazgo y la jerarquía. 

    Así que fue un desafío pensar en cómo representar al CMM. ¿Cómo debería reaccionar ante los desafíos? Hay reuniones en las que los temas son tan controvertidos que las discusiones se vuelven muy fuertes. 

    Pero con el paso del tiempo, comencé a ver cómo los desafíos de una comunión son muy similares a los desafíos de otra comunión. 

    Y luego las relaciones empezaron a profundizarse, lo que me ayudó a valorar a las personas más allá de las doctrinas o las diferencias doctrinales. 

    Recuerdo una reunión en la que había varios secretarios generales compartiendo una comida. 

    Y uno de ellos le dijo a otro: Al conocerte, me di cuenta de que pensaba de manera tan similar a ti que sentí que estaría bien ser parte de tu iglesia, y el otro respondió: Yo también podría ser miembro de tu iglesia. 

    De manera que esas experiencias determinan tu manera de interpretar las Escrituras y te transforman en el camino. 

    Prayer group in Peru
    500 years of Anabaptism celebration in Peru

    ¿Cómo podrá el CMM evolucionar fielmente hasta llegar a ser una comunión fuerte y renovada, que sea resiliente a los desafíos de un futuro quizá muy diferente? 

    Yo diría que si seguimos por ese camino, seremos resilientes: 

    • construir una comunión mundial, 
    • procurar la interdependencia, 
    • tomar decisiones por consenso, 
    • consultarnos mutuamente, 
    • tener un buen liderazgo, 
    • mantener una buena relación entre los miembros de la familia anabautista, 
    • construir buenas relaciones con otras comuniones mundiales,
    • sanar los recuerdos interna y externamente. 

    Pero, por supuesto, también necesitamos la valentía de reconocer nuestras propias debilidades. 

    A veces tenemos un enfoque triunfalista respecto a la misión y la fundación de iglesias, el servicio y desarrollo social, nuestro impacto en los negocios y la construcción de la paz. 

    Sin duda, es bueno reconocer el trabajo que hemos realizado. Pero también es bueno reconocer todas las debilidades que tenemos. 

    Darnos cuenta de cuánto trabajo duplicamos en la fundación de iglesias, cuánto colonialismo ha permeado nuestra labor, cuánto paternalismo todavía hay en nuestras organizaciones misioneras. 

    Cuánto bien hemos hecho con nuestro servicio y, al mismo tiempo, cuántas personas hemos herido en dicho proceso. 

    También es fundamental mirarnos con humildad y ver lo pequeños que somos en comparación con otras comuniones mundiales. 

    Por lo tanto, para ser una iglesia resiliente y llena de esperanza en el futuro, debemos reconocer las áreas en las que necesitamos trabajar. 

    Una comunión fuerte es aquella capaz de hablar de nuestras diferencias con amor. 

    “La valentía de amar”: el amor nos da la apertura de corazón y la valentía para hacer cosas difíciles. 

    César García, menonita colombo-canadiense, Secretario General del Congreso Mundial Menonita desde 2012, conversó con Karla Braun, Editora ejecutiva de Correo, sobre el CMM a sus cien años y La valentía de amar. Esta entrevista ha sido editada para mayor brevedad y claridad. 

    AWFS group photo Netherlands
  • ¡Un centenario sólo se celebra cada 100 años! 

    El Congreso Mundial Menonita celebra su centenario con un culto de adoración y una recepción en Schwäbish Gmünd, Alemania, el 25 de mayo del 2025. 

    “Esperamos que las personas anabautistas puedan viajar a Schönblick desde cientos de kilómetros en cada dirección de Europa para celebrar este trascendental aniversario con personas en el liderazgo de todo el mundo. Menonitas viviendo la unidad intereclesial durante 100 años – realmente algo para celebrar”, dice Liesa Unger. 

    Las personas integrantes del Concilio General participarán en la celebración de recaudación de fondos antes de vivir la unidad en las reuniones que comenzarán al día siguiente. Estas más de 100 personas delegadas representan a cada iglesia nacional miembro del Congreso Mundial Menonita, desde Argentina hasta Zimbabue. 

    Participarán no sólo personas en el liderazgo eclesial, sino también aquellas constructoras de la paz mundial, trabajadoras de misión y de servicio y educadores. Personas integrantes de las cuatro comisiones (Diáconos, Fe y Vida, Misión, Paz), de las Redes (GMF – Misión, GASN – Servicio, GAPN – Paz y GAEN – Educación) y del Grupo de Trabajo de Cuidado de la Creación.  

    El culto de adoración incluirá canciones favoritas del cancionero de la Asamblea, una presentación sobre la historia del CMM, reflexiones de líderes anteriores del CMM, oraciones de bendición de líderes y lideresas que representan a cada una de las cinco regiones del CMM y una muestra de fotos históricas de iglesias miembros de alrededor del mundo. Esta última también podrá verse en Zurich el 29 de mayo. 

    “Les invitamos a formar parte de esta celebración histórica: asistiendo, contribuyendo con un donativo o uniéndose a nosotros en oración. Juntos, podemos hacer que este centenario sea inolvidable y asegurar que la unidad que hemos fomentado continúe por generaciones”, dice Pilar Aguirre, asociada de desarrollo del CMM. 

    Las personas participantes podrán relacionarse, conocerse y comer en una recepción que tendrá lugar tras el servicio. 

    Por favor envíe un correo electrónico a MWC100@mwc-cmm.org para inscribirse en esta celebración del centenario. 


    Worship, Renewal Brazil 2024

    ¡Done hoy mismo! Su donación ayudará a que este evento del 100º aniversario sea un éxito. Usted está levantando nuestra familia mundial para los próximos 100 años mediante el apoyo a la labor del CMM de seguir a Jesús, viviendo la unidad, construyendo paz. 

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