(Perspectivas) Actividades del anabautismo a los 500
Recorridos a pie y senderos con historia
Mi visita a Zúrich se centra primero en mis sensaciones inmediatas al acercarnos a la parada de autobús y, en la última esquina, al señalarse el río en el que ahogaron a Felix Manz.
De repente y de la nada, sentí cómo se suscitaban mis emociones y mi cuerpo se cubrió de un ligero sudor durante unos minutos. Al darme cuenta de que estaba presenciando con impotencia la “ceremonia” del ahogamiento, me eché a llorar en silencio.
Este evento multitudinario contó con la asistencia de personas de diversos orígenes, de todos los continentes del mundo, siendo la mayoría anabautistas. Otras personas, como los invitados ecuménicos, católicos, luteranos y creyentes de la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas, y también transeúntes, participaron en la sesión.
Los escenarios posibles de los anabautistas despertaron en mí nuevas reflexiones sobre lo que podría haber hecho. Conocer las inquietudes divergentes de los anabautistas –hasta el punto de repudiar a otros grupos por considerar que estaban equivocados– me hace ver el mundo actual, en el que todos tenemos diferentes analogías, pero coexistimos en la misma comunidad con libertad religiosa.
A menudo participamos en discusiones religiosas o debates teológicos difíciles. En tales temas, mientras lidiamos con todas las diferencias que surgen entre nosotros, que quede claro para todos que la misión a la que estamos llamados no es nuestra, sino de Dios.
Los orígenes del anabautismo me llaman a comprometerme plenamente con Cristo en cualquier circunstancia. El bautismo de sangre que recibió Manz es muy doloroso. Sin embargo, su última oración pidiendo perdón es tan conmovedor, que deseo que todos los creyentes lleguen a aceptar a Jesús pase lo que pase.
El quincentenario del anabautismo nos llama a apreciar a los demás miembros en Cristo; nuestro objetivo es aceptarlos pese a las diferencias y que Dios les hable por medio de la oración. Debemos recibirlos, expresarles nuestro amor, reconociendo nuestras diferencias pero valorando su misión ya que es fiel a Cristo.
–Nyangore Christopher, miembro de la Iglesia Menonita de Kenia, representó a su iglesia como delegado de YABs en las reuniones de 2025.
(Perspectivas) Actividades del anabautismo a los 500
Mesa redonda
Con el título, De pie en medio de un mundo en llamas, voces de los cinco continentes se reunieron el 29 de mayo en la Friedenskirche. Con motivo del quincentenario, debatieron un tema candente: ¿cómo permanecer fieles al legado anabautista de paz y no violencia en un mundo desgarrado por el conflicto, la injusticia y el trauma?
Ante numeroso público, el debate se desarrolló en dos partes: cada ponente compartió su testimonio, seguido de una discusión grupal. La moderadora Judith Wipfler, periodista suiza, presentó a cada ponente, creando un hilo conductor de vulnerabilidad, valentía y compromiso.
La ciencia del trauma al servicio de la paz
Carolyn Yoder (autora de El Pequeño Libro de Sanación del Trauma y creadora del programa STAR, Estrategias para la concientización y resiliencia frente al trauma) abrió la sesión.
Oriunda de Estados Unidos, comenzó contando la historia de un padre que, frente a la violencia, optó por una respuesta pacífica, rompiendo así un ciclo destructivo.
Basándose en los recientes avances en neurociencia, continuó explicando que cuando se enfrenta una amenaza, el cerebro humano cambia al modo de supervivencia –huida, lucha o bloqueo–, lo que dificulta nuestra capacidad de regular nuestras emociones, nuestra capacidad de razonar y nuestra conexión con los demás.
Sin embargo, existen “antídotos comunitarios”: el canto, la adoración y la solidaridad. Estas prácticas, arraigadas en la historia anabautista, permiten a las personas volver a participar en un proceso de resiliencia y sanación.
“Debemos proteger nuestros espíritus para no transmitir la violencia que hemos sufrido”, afirmó emocionada, haciendo referencia a un padre en Gaza, una imagen conmovedora de la humanidad herida. “Cuando tomamos conciencia de nuestras heridas, podemos optar por no repetir el sufrimiento.”
Migrantes y dignidad: acompañar a quienes sufren
Basándose en el Salmo 137, Rebeca González Torres habló de la pérdida, el exilio y la nostalgia de tiempos de paz en su trabajo con migrantes en México. En este lamento bíblico, reconoció los sentimientos de aquellos a quienes acompaña: desarraigados, vulnerables, a menudo invisibles.
Junto con su esposo, estableció una “casa de paz” cerca de un centro de detención de migrantes, próximo a la frontera con Estados Unidos. “Recibimos a las personas cuando son liberadas, a veces descalzas, sin nada.” Además de brindar apoyo material, enfatizó la importancia de escuchar: “A veces preparaba comida, pero no la comían. Primero, teníamos que comprender sus necesidades”.
Actualmente, reside en el estado de Morelos (cerca de la Ciudad de México) y sigue apoyando a las familias que buscan a sus seres queridos desaparecidos. Su mensaje es claro: la Iglesia tiene una vocación de acompañamiento, de compasión activa y debe ser un espacio de escucha para los que sufren.
“Incluso sin dinero, podemos acompañar a quienes buscan a un familiar.”
Servir con humildad en África Occidental
Siaka Traoré, de Burkina Faso, hizo una profunda reflexión sobre lo que significa ser un “consejero” o “animador” en su contexto.
Como representante regional del Congreso Mundial Menonita, está vinculado con diez comunidades que se extienden por varios países de África Occidental y Central, y reúnen a más de 240.000 creyentes.
En una región marcada por la inestabilidad política, las tensiones comunitarias y los desafíos lingüísticos (idiomas oficiales: francés, inglés y portugués, además de las lenguas tribales), trabaja para fortalecer las iglesias mediante la transparencia, la humildad y la fraternidad. “Un líder no está para ser servido, sino para servir”, recordó a la audiencia, citando Marcos 10:45.
Más allá de los conflictos internos en las iglesias, advierte: “Muchos ven el Congreso Mundial Menonita como una ONG. Debemos recordar que es, ante todo, una comunión de iglesias.”
A través de su labor en el terreno, encarna la mediación, la unidad y la paz, enfatizando cómo el aliento mutuo constituye una poderosa motivación en situaciones de crisis.
Carolyn Yoder (EE. UU.) habló sobre la sanación del trauma/CMM
Rebeca González Torres (México) habló sobre el trabajo con migrantes/Irma Sulistyorini
Siaka Traoré (Burkina Faso) habló sobre ser consejero/Irma Sulistyorini
Amos Chin (Myanmar) habló sobre la vida bajo el régimen militar/CMM
Hans Ueli (John) Gerber (Suiza) habló sobre el conflicto y la paz/Irma Sulistyorini
Donde ser pacifista es un acto de fe
La mera presencia de Amos Chin en Zúrich fue prácticamente un milagro. El pastor de Myanmar tuvo que superar obstáculos administrativos y políticos para salir de un país en guerra. “Myanmar está bajo un régimen militar. Hay que tener valor para ir a la iglesia”, declaró.
Proveniente de una familia budista, enfrentó el rechazo por seguir a Cristo: “Cuando me bauticé, me excluyeron de mi familia”.
Hoy en día, acompaña a una joven generación menonita amenazada por el reclutamiento. Algunos son arrestados, otros viven escondidos. A pesar de ello, su mensaje permanece arraigado en la no violencia. “Enseñamos el pacifismo aun en este contexto extremo.”
Su sentido clamor resonó en la audiencia: “¿Por qué el mundo olvida a Myanmar cuando está tan movilizado por Ucrania? Nuestro sufrimiento es igual de real.”
Fe activa en un mundo en llamas
Hans Ueli (John) Gerber, menonita de Suiza, presentó un resumen sereno pero lúcido. Nos recordó que los conflictos son parte de la vida humana y no son problemáticos en sí mismos. Lo que importa es lo que hacemos con ellos.
“El conflicto es neutral. La violencia, en cambio, siempre es destructiva”, afirmó.
Citando la obra de Aleksandr Solzhenitsyn y Friedrich Hacker, instó a tener cautela respecto a las soluciones violentas: “La violencia sostiene que resolverá el mal, pero es en sí misma el mal que pretende resolver”.
También se refirió a la confusión frecuente entre la paz como ausencia de conflicto y la paz como dinámica de justicia. La paz, en la tradición anabautista, es exigente: requiere verdad, valentía y comunidad.
“Lo que nos sostiene es el amor. Pero lo que nos guía es la humildad.”
Debate
El debate final brindó la oportunidad de intercambiar puntos de vista.
Amos Chin reiteró la importancia de la solidaridad mundial y equitativa.
Carolyn Yoder abogó por una cultura de no violencia activa basada en investigaciones sólidas. Señaló que los conflictos no violentos se resuelven, en promedio, tres veces más rápido que los que conllevan violencia.
Rebeca González Torres instó a las iglesias a ir más allá de una postura puramente espiritual y a comprometerse concretamente con las personas que sufren. “A menudo, simplemente decimos ‘Dios te bendiga’, pero eso no es suficiente.”
Esta mesa redonda será recordada por demostrar poderosamente cómo la tradición anabautista puede seguir brindando una voz profética en un mundo turbulento.
—Maude Burkhalter, editora de Alliance Presse (editorial suiza de material cristiano) y miembro de la Église Évangélique Mennonite Tavannes, Suiza.
Este artículo apareció por primera vez en el boletín de Konferenz Der Mennoniten Der Schweiz/Conférence Mennonite Suisse.
(Perspectivas) Actividades del anabautismo a los 500
El 29 de mayo del 2025, las actividades para la conmemoración del quincentenario del movimiento anabautista en Zúrich incluyeron dieciocho talleres, en el transcurso de dos períodos. En varios lugares del centro de la ciudad, las salas –generosamente cedidas por la Iglesia Reformada– estaban repletas de participantes, deseosos de conocer las historias y los análisis de los anabautistas que tuvieron “la valentia de amar” en la historia y en la actualidad.
Los talleres abarcaron desde un canto participativo basado en himnos menonitas hasta una mesa redonda sobre los diálogos trilaterales respecto al bautismo con asociados católicos y luteranos; desde una encuesta sobre la participación menonita en el trabajo por la paz y la justicia en Oriente Medio a compartir testimonios de vida comunitaria y amor a los enemigos.
A continuación un vistazo a uno de los talleres:
Cultura de la memoria en las minorías religiosas
Al igual que muchos movimientos religiosos minoritarios, el movimiento anabautista tiene un relato, una historia que lo ha definido. Esta historia incluye recuerdos de persecución, discriminación y migración. Si no se les presta atención, estas historias pueden fácilmente provocar una erupción volcánica en un mundo que ya es volátil.
Los ponentes de este taller fueron Andrea Strübind, Astrid von Schlachta y Danang Kristiawan.
Andrea Strübind, de tradición bautista, es profesora de historia de la Iglesia y teología histórica de la Universidad de Oldenburg, en Alemania. Astrid von Schlachta es delegada ante el Concilio General de la Asociación de Congregaciones Menonitas de Alemania (Arbeitsgemeinschaft Mennonitischer Gemeinden in Deutschland). También es asistente de investigación en el Centro de Estudios Teológicos de Iglesias de Paz (Arbeitsstelle Theologie der Friedenskirchen) en Alemania. Danang Kristiawan es pastor de GITJ Jepara y profesor de la Escuela Bíblica SSTAKW de Java, Indonesia.
Andrea Strübind y Astrid von Schlachta informaron al público sobre la historia anabautista desde sus inicios en 1525 y repasaron diversos acontecimientos sociopolíticos mundiales que han tenido lugar desde entonces.
Danang Kristiawan compartió su experiencia con cristianos minoritarios en Indonesia, su país natal, donde los musulmanes son mayoría.
Puntos principales
Una vida de persecución y expulsión se centra más en encontrar lugares donde esconderse que en dejar monumentos visibles.
La Confesión de Augsburgo (Confessio Augustana) de 1530 condena a los anabautistas.
En Indonesia, el cristianismo está vinculado al colonialismo.
Iniciativas para prevenir la erupción de lava
En geografía, una erupción volcánica es la expulsión de gases y lava fundida desde el interior de la Tierra a través de un conducto hacia la superficie terrestre o hacia la atmósfera. Del mismo modo, en la vida real, cualquier problema que pueda provocar adversidad entre los seres humanos podría producir una erupción metafórica; las percepciones religiosas son uno de ellos. Esto podría causar daños irreparables no solo a las personas en conflicto, sino al mundo en general.
Aunque los primeros anabautistas consideraban a la ciudad de Zúrich y a la Iglesia Reformada como villanos, hoy en día existen diálogos entre líderes reformados y anabautistas a varios niveles. (Véase “En busca de un testimonio común”).
Para los luteranos, el deseo de dialogar con los anabautistas se remonta a la conmemoración de los 450 años de la Confesión de Augsburgo, en 1980. La Federación Luterana Mundial concluyó reconociendo que las declaraciones del documento de 1530 eran provocadoras para los anabautistas y que las confesiones no reflejaban la realidad de los creyentes actuales de ambas confesiones.
Por la gracia de Dios, durante la Asamblea de la Federación Luterana Mundial celebrada en Stuttgart en 2010, se les ofreció disculpas a los anabautistas por las persecuciones del pasado.
En Indonesia, los menonitas de Jepara han puesto en marcha una iniciativa de amistad entre menonitas e islámicos. Se trata de un esfuerzo firmemente arraigado en Colosenses 1:20, la encarnación de Cristo, así como en la contextualización creativa del amor. La base teológica de la amistad entre menonitas e islámicos, especialmente la actualización creativa del amor, incluye el compromiso con la identidad, la apertura a la vulnerabilidad y la imaginación creativa.
Además de los conocimientos y la experiencia que los ponentes compartieron sobre el tema, los participantes del taller formularon preguntas e intercambiaron puntos de vista.
Un participante que se identificó como de origen pakistaní y residente en Canadá, opinó que en la mayoría de los casos, las persecuciones y discriminaciones eran resultado de las maniobras de los líderes.
Otras personas preguntaron sobre las experiencias de persecución de anabautistas indonesios. La iglesia de los jóvenes, en crecimiento, tiene poca experiencia directa, dijo Danang Kristiawan.
En respuesta a la pregunta: “¿Cómo podemos responder a las políticas exteriores gubernamentales que defienden el nacionalismo?”, los ponentes de los talleres hicieron hincapié en que debemos tender puentes con ahínco y continuar el diálogo.
Conclusiones
El tema requería más tiempo. Cada país tiene situaciones propias de persecución y discriminación. La valentía es un proceso en que las partes en conflicto maximizan su potencial mental y moral para controlar el peligro inminente. Por lo tanto, las deliberaciones permanentes y francas sobre estas cuestiones serán beneficiosas, no solo para las confesiones en conflicto, sino también para una Tierra más habitable. Y por consiguiente, que sea posible implementar el tema del evento: La valentía de amar.
—Jumanne Magiri Mafwiri, miembro de Kanisa Mennonite Tanzania, es representante regional del CMM para África Oriental. Su motivación para asistir al taller surgió debido a la persecución de cristianos en Uganda entre 1885 y 1887; posteriormente el Gobierno de Uganda declaró el 3 de junio de cada año como Día de los mártires, lo que atrae a peregrinos de diversos lugares.
(Perspectivas) Actividades del anabautismo a los 500
Entre los muchos momentos destacados del día conmemorativo en Zúrich se encuentra el canto. Los coros de adoración tuvieron el privilegio de desempeñar un papel central al reunir voces de diferentes procedencias para celebrar la fe, la reconciliación y la unidad.
Entre los coros participantes se encontraban:
Coro de la Iglesia Menonita del Centro de Hermandad Eastleigh (Eastleigh Fellowship Centre Mennonite Church Choir, EFC) de Nairobi, Kenia
Banda Ágape (Ágape Band) de Asunción, Paraguay
Coro de Cámara de la Universidad Menonita del Este (Eastern Mennonite University Chamber Singers, EMU) de Harrisonburg, Virginia, EE. UU.
Canciones de Paz (Songs of Peace) de Liestal, Suiza
El Arte Escénico Anabautista Indonesio (The Indonesian Anabaptist peRforming Art TIARA – Iglesia Anugerah GKMI) de Yakarta, Indonesia
El coro del Centro de Hermandad Eastleigh hizo su presentación de “Anawuok adhi e dala wa ka Nyasaye” (“Ya estoy de camino a nuestro hogar celestial”) en la Predigerkirche, Zúrich, Suiza, con solista Sheila Omondi.
The Indonesian Anabaptist peRforming Art (TIARA) – Iglesia Anugerah GKMI, Yakarta, Indonesia
Entre dichos coros, me pareció especialmente fascinante el Coro de la Iglesia Menonita del Centro de Hermandad Eastleigh, EFC, por sus siglas en inglés).
Coro EFC
El Coro EFC, que representa a una iglesia menonita de Nairobi, fue uno de los cinco conjuntos musicales seleccionados para presentar música anabautista de todo el mundo, en el evento del quincentenario celebrado en Zúrich. Aceptaron con entusiasmo la oportunidad de compartir el amor de Cristo a través de una amplia fusión de tradiciones musicales africanas y armonías góspel.
El coro se presentó dos veces: en el interior de Predigerkirche y al aire libre en Zwingli Platz, frente a la Iglesia Grossmünster, sin amplificadores. Participaron también en el culto final, que se transmitió en directo a todo el mundo.
El coro describe su estilo musical como afrofusión. “Nuestra música reúne influencias de diferentes países de África”, señaló George Ochieng, integrante del coro.
Además, el coro refleja la diversidad cultural de Kenia, ya que sus integrantes tienen diversos orígenes étnicos.
Ministerio de la música
Para el Coro EFC, la música es más que una simple presentación: es un ministerio. Su profundo compromiso con la fe cristiana les impulsa a compartir el mensaje de Cristo a través del canto. Para ellos, la música es una manera de fortalecer la fe, elevar el espíritu y alentar a los demás.
El coro cree que sus voces sirven como instrumentos de sanación y unidad, capaces de romper barreras culturales y de cambiar la vida de personas de diferentes orígenes. Sus presentaciones representan la esperanza, la perseverancia y la gracia divina, recordándoles a los oyentes la presencia duradera de Dios.
Canción preferida
El Coro EFC compone y hace los arreglos musicales que reflejan su camino de fe y su herencia cultural. Su estilo combina ritmos africanos tradicionales con temas gospel, creando una experiencia de adoración singular y espiritualmente enriquecedora.
Mientras que algunas de sus canciones provienen de himnarios, otras son de compositores anónimos o fueron escritas por los propios integrantes del coro.
Una de sus canciones más preciadas es Yesu Vamuvamba, que en tiriki —lengua hablada por el pueblo tiriki del oeste de Kenia— significa Jesús fue crucificado. La canción reflexiona sobre la crucifixión de Cristo y la libertad que trajo a la humanidad, resonando profundamente con temas como el sacrificio, la redención y el perdón.
Esta canción, que se interpreta a menudo durante los cultos de Pascua y las reuniones de avivamiento, tiene una melodía edificante y una letra profunda que inspira adoración y reflexión. Los integrantes del coro expresan que la canción fortalece su fe personal, y sirve como recordatorio del sacrificio de Dios y del poder de la redención.
Una vocación divina
El Coro EFC considera que la adoración a través de la música es una forma de fortalecer la fe, fomentar el crecimiento espiritual y promover la unidad de la comunidad. Sus presentaciones van más allá de su iglesia local, ya que viajan con frecuencia por toda Kenia para cantar en cultos, reuniones de avivamiento, congresos y festivales de música.
Aunque los integrantes del coro están profundamente comprometidos con su ministerio musical, sigue siendo una actividad a tiempo parcial. Muchos de ellos se dedican a la educación, a los negocios, a la salud y a otras áreas para mantenerse, ya que el coro carece de los recursos financieros necesarios para prestarles apoyo a tiempo completo.
Pese a dichos desafíos, los integrantes del coro dedican mucho tiempo a los ensayos, cultos y eventos especiales, y consideran que su talento musical es una vocación divina y no solo un pasatiempo.
Además, el coro brinda activamente mentoría a jóvenes músico/as y fomenta la participación de jóvenes en el culto, contribuyendo a formar a la próxima generación de artistas y líderes cristianos.
El quincentenario del anabautismo
La invitación para presentarse en esta histórica celebración del quincentenario es un honor y un hito espiritual para el Coro EFC. Su presencia en Zúrich le permite compartir su música en un escenario mundial y vincularse con comunidades anabautistas de todo el mundo.
Esta celebración es un poderoso testimonio de la fortaleza de la fe, que pone de relieve cómo el anabautismo ha prosperado a lo largo de siglos de persecución, cambio y crecimiento. Al participar, el coro se ve a sí mismo contribuyendo a la historia, mostrando su herencia musical menonita africana en un entorno cristiano internacional.
El coro considera este aniversario como un recordatorio de la unidad, la perseverancia y el renacimiento espiritual. Espera que el evento fortalezca los lazos entre las congregaciones anabautistas, brindando oportunidades para el aprendizaje, la reconciliación y la renovación.
Representar a los anabautistas kenianos en esta celebración de un hito fue un privilegio. Los integrantes del Coro EFC esperan que su música haya animado e inspirado a los asistentes, recordándoles que la fe trasciende las fronteras y que la música es un lenguaje universal de adoración.
Lo que me emociona de estos coros
Presenciar estos coros fue una experiencia realmente emocionante. Era profundamente conmovedor escuchar las voces de diferentes rincones del mundo combinarse en armonía, cada una con su propia cultura, historia y fe.
Cada coro aportó algo totalmente singular a la celebración, ya fueran ritmos afrofusión, góspel latino o música sacra a capela. Ser testigo de dicha expresión musical de la fe tan diversa profundizó mi comprensión de cómo el culto, a través del canto, une a los creyentes de todas las tradiciones y naciones.
—Melvin Banda, miembro de la Iglesia de los Hermanos Menonitas de Malawi, fue delegado de YABs en representación de su iglesia en las reuniones de2025.
Las campanas resonaron por toda la ciudad llena de anabautistas. Se estima que más de 3.500 personas colmaron las calles del casco antiguo de Zúrich el 29 de mayo del 2025, Día de la Ascensión, para conmemorar el quincentenario del anabautismo.
“Hoy en día, como menonitas de Suiza, somos una comunidad pequeña”, afirmaron Gladys Geiser y Lukas Amstutz, copresidentes de la Konferenz der Mennoniten der Schweiz, en la apertura del culto. En la ciudad anfitriona tuvieron lugar los primeros bautismos de adultos conocidos del movimiento anabautista. “Pero como podemos ver en este culto, somos parte de un movimiento que se ha hecho más diverso e internacional.”
Desde sus inicios con unos pocos creyentes valientes en Europa, actualmente el Congreso Mundial Menonita tiene 111 iglesias miembros (tras la reunión del Comité Ejecutivo realizada unos días antes en Alemania) en 61 países de todo el mundo.
“Hoy todos podemos reunirnos aquí, todas las naciones, como dice la Palabra: todas las naciones, todas las tribus, todos los idiomas. Esto es especial porque únicamente el Señor puede hacer tales cosas”, expresó Jean-Claude Ambeke, de los Hermanos Menonitas de Angola, que actualmente vive en Francia.
Una mañana algo nublada se convirtió en un día soleado para caminar por las calles históricas, abarrotar las salas de conferencias o escuchar los coros. Incluso había un vendedor ambulante que repartía helados, cortesía de la Iglesia Reformada.
Los participantes podían estirar las piernas mientras seguían un recorrido histórico a pie o se hacían dramatizaciones en escenarios denominados “senderos con historia”, mientras que más de una docena de talleres brindaban perspectivas sobre el anabautismo: testimonios, estudios históricos y asuntos actuales. Además, la teóloga y periodista suiza Judith Wipfler presidió una mesa redonda en que se reflexionó sobre “un mundo en llamas”, junto con líderes anabautistas que actualmente viven en zonas de conflicto que conllevan grandes desafíos.
Cinco coros de todo del mundo dieron conciertos en un espacio cubierto y al aire libre, y se sumaron a un coro masivo para el culto. Dirigieron temas favoritos de las Asambleas como EweThina y Kirisuto no heiwa ga. El grupo musical suizo Songs of Peace presentó una nueva canción con un coro que exclamaba, “¡Queremos justicia, queremos paz!”
Una iglesia importante
Las filas para el culto de clausura comenzaron a media tarde. La iglesia Grossmünster, con capacidad para 1.200 personas, estaba al tope de su capacidad, al igual que los sitios adicionales para presenciar el culto (Predigerkirche 350, Friedenskiche 250, FEG 100 y el agregado ad hoc Helferei 130). Y aun así quedaron cientos de personas afuera, sentados en la plaza o dispersos en los cafés, mirando desde la pantalla de sus teléfonos celulares.
Mientras tanto, en todo el mundo, miles de personas se conectaron en línea a través de sus pantallas personales o junto con otros en iglesias, oficinas o museos.
Con representantes de trece comuniones mundiales y tres organizaciones ecuménicas multilaterales como invitados de honor, el culto no sólo trató sobre el anabautismo sino que también constituyó otro paso en la senda de la reconciliación.
Un camino hacia la reconciliación
“Todos heredamos un legado de dolor debido a las divisiones de la Reforma. Sabemos que persisten las diferencias teológicas y prácticas, pero nos alegramos por el camino hacia la reconciliación que hemos compartido”, declaró Janet Plenert en la liturgia del culto.
El culto contó con la presencia de líderes de la Federación Luterana Mundial y de la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas, e incluyó un mensaje del Papa León XIV transmitido por el cardenal Kurt Koch, prefecto del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos: “Les aseguro mis oraciones para que nuestras relaciones fraternales se profundicen y crezcan”.
Mientras que John D. Roth, del CMM y Hanns Lessing, del CMIR confesaron el “testimonio común de su comunión respecto a la unidad de la iglesia”, los secretarios generales César García y Setri Nyomi se lavaron mutuamente los pies, “como expresión tangible de nuestro compromiso con la reconciliación”, señaló J. Nelson Kraybill.
Otra expresión concreta de apoyo fue la posibilidad de usar gratuitamente las instalaciones de las iglesias reformadas, incluyendo la emblemática iglesia Grossmünster.
“Reencontrarnos en la Grossmünster quinientos años después de la división, ahora como una “familia reconciliada”, creó una instancia nueva y poderosa en nuestra memoria colectiva que espero cambie la manera en que la próxima generación cuente nuestra historia”, expresó John D. Roth.
El evento, en el marco estratégico de una conmemoración, concluyó con un tono de celebración. Los coros de cinco regiones formaron un túnel de canciones desde la iglesia hasta la plaza, mientras los invitados salían al son de Siyahamba (Caminamos en la luz de Dios).
Dios misericordioso, en un mundo dividido por el nacionalismo, los conflictos religiosos, la xenofobia y la guerra, nos has reunido hoy como personas de muchas naciones, lenguas y organismos eclesiales.
Tu gracia, oh Dios, hace que esta reunión en amor sea posible. Gracias por la inmensa hospitalidad que la ciudad de Zúrich y las iglesias reformadas de Suiza han brindado a los anabautistas. ¡Bendice esta generosa muestra de bondad!
Gracias por el testimonio de todos los presentes que conocen y expresan tu amor reconciliador. Aun cuando la iglesia mundial a veces esté dividida, tú nos llamas a vivir como hermanos y hermanas en Cristo. Danos la valentía para amarnos mutuamente, y para amar a los “otros”, quienesquiera que sean.
Derrama hoy tu Espíritu Santo sobre nosotros para que tu sanación y tu amor puedan fluir a través de nosotros hacia el mundo. Haz de nosotros —y de las iglesias que representamos— “una nueva humanidad” unida en amor, “para que el mundo sepa” que nuestra esperanza está en Cristo, en cuyo nombre oramos.
Amén.
Sunoko Lin, tesorero del CMM, guía la oración de apertura en la catedral de Grossmünster durante el culto de clausura en el día del aniversario en Zúrich, Suiza.Unos 1.200 fieles de todo el mundo colmaron la catedral de Grossmünster para asistir al culto de clausura, mientras que miles más lo siguieron por Internet/Dale Gehman
Una perturbación en la Iglesia por algunas personas de Dios.
Liturgista: Pueblo de Dios, nos reunimos en esta histórica ciudad de Zúrich, lugar de origen de un movimiento de renovación del siglo XVI liderado por Ulrico Zuinglio, y cuna del movimiento que conocemos actualmente como anabautismo.
[Cientos de pequeños volantes con mensajes escritos caen desde el balcón hacia los que están sentados en los bancos y en el podio. Tres manifestantes con trajes de época se ponen de pie y exclaman:]
Primer manifestante: ¿Qué clase de iglesia es esta? ¿Quién pertenece realmente al cuerpo de Cristo? ¡La Escritura llama a los seguidores de Jesús a separarse de aquellos que no viven una vida pura!
Segundo manifestante: ¡Excluyan a aquellos que no bautizan sólo mediante la confesión de fe! Tercer manifestante: ¡Excluyan a aquellos que tienen autoridad y no permiten que nuestras congregaciones vivan tranquilas y en paz!
Liturgista: ¡Están interrumpiendo un culto de adoración! ¿Quién son ustedes? ¿Por qué hacen esto?
Primer manifestante: Somos sus antepasados anabautistas. Cristo es nuestra autoridad. ¡Incluso él perturbó la paz!
Segundo manifestante: Hemos estudiado las Escrituras. ¡Dios nos ha dado una visión!
Primer manifestante: ¡Escúchennos!
Tercer manifestante: ¡El reino de Dios está cerca!
Primer manifestante: ¡Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia!
Tercer manifestante: A los ricos les decimos: “Donde esté su tesoro, allí también estará su corazón”.
Segunda manifestante: A los poderosos les decimos: “La guerra es contraria a la voluntad de Dios”. ¡Obedeceremos a Dios antes que a la autoridad humana!
Tercer manifestante: Cristo se pone del lado de aquellos que no tienen quién los ayude: de los refugiados, de las víctimas de la violencia, de los que están encarcelados por su fe y su identidad.
Liturgista: ¡Esperen… por favor! Escuchen la Palabra del Señor dicha por el apóstol Pablo:
No tengan un concepto más alto de sí mismos del que deben tener. Dios ha medido una porción de fe para cada uno de ustedes. Tenemos muchas partes en un solo cuerpo, pero no todas tienen la misma función. Ámense unos a otros como a los miembros de su familia. Sean los mejores en honrarse unos a otros.
Confesión y lamento
Liturgista: La congregación ha estado escuchando. Agradecemos este recordatorio de nuestro pasado.
Compartimos su esperanza y sus agravios. Todos los que estamos reunidos aquí hoy deseamos ser más como Jesús. Todos hemos pecado y estamos destituidos de la gloria de Dios. Oremos por la gracia para confesar nuestros pecados y vayamos a vivir vidas santas.
Primer manifestante: Gracias por escucharnos.
Liturgista: Las aguas del bautismo nos han dividido.
[se vierte agua]
Pero quienes beben del agua sanadora de Jesús, nunca volverán a tener sed. Purifícanos, Espíritu Santo, refréscanos con el agua de la vida eterna.
No creemos que Jesús haya muerto en vano. No creemos que quienes sufrieron por su fe a lo largo de los siglos lo hayan hecho en vano.
Segundo manifestante: ¡Sí! Necesitábamos escuchar esto de ustedes. Las palabras que pronunciamos deben impulsarnos a la acción. Por este motivo hemos regresado para esta conmemoración.
Liturgista: Oremos. Dios Todopoderoso, venimos ante ti no por nuestra rectitud, sino por tu gran misericordia.
Primer manifestante: Perdónanos por la arrogancia de pensar que podríamos ser perfectos y sin pecado.
Segundo manifestante: Ya sea que vivamos en comunidades apartadas del mundo o en medio del mundo, perdónanos por ser ciegos a las necesidades de nuestro prójimo.
Tercer manifestante: Perdónanos por aquellas ocasiones en las que no hemos sabido “hacer justicia y amar la misericordia”.
Primer manifestante: Perdónanos por nuestro silencio… por no dar “razón de la esperanza que hay en nosotros”.
Segundo manifestante: Perdónanos cuando nos hemos negado a trabajar con personas diferentes a nosotros, incluso cuando la necesidad era grande.
Tercer manifestante: Perdónanos cuando hemos menospreciado a otras iglesias y hemos perdido oportunidades de aprender de ellas y de asociarnos con ellas.
Gracias por aquellas comunidades de fe que nos han abierto sus corazones y nos acompañan en el camino de Jesús.
Liturgista: Recibe nuestras peticiones, oh Padre, en el nombre de Jesucristo, por medio del poder del Espíritu Santo.
Juntos nos unimos a la oración de Cristo, cada uno en su propio idioma.
“Padre Nuestro…”
Afirmación del perdón
Liturgista: Cristo mismo dijo: “Tus pecados son perdonados. Vete y no peques más”. Somos perdonados, amados y libres. Amén.
Lisa Carr-Pries (Canadá), vicepresidenta del CMM, y Danisa Ndlovu (Zimbabue), expresidente del CMM, dirigieron esta liturgia. Ebenezer Mondez (Filipinas), James Jakob Fehr (Alemania) y Ulrike Schmutz (Suiza) hicieron el papel de perturbadores.
Aman Ganjboir, delegado de YABs de la India, se prepara para lanzar volantes desde el entrepiso para “perturbar” el culto./Irma Sulistyorini
James Jakob Fehr (Alemania) con traje de época, primer manifestante/MWC
Ulrike Schmutz (Suiza), segunda manifestante/MWC
Ebenezer Mondez (Filipinas) con traje regional, tercer manifestante/MWC
Liturgia de reconciliación: Nuestro camino a la reconciliación
Los líderes de las comuniones respectivas pronunciaron estas palabras. Cuando los representantes luteranos y menonitas hablaban, se hacían las señal de la cruz en la frente uno al otro. Cuando los representantes reformados y menonitas hablaban, los secretarios generales se lavaban los pies mutuamente
Representantes
Representantes del Congreso Mundial Menonita
Anne-Cathy Graber, secretaria de Relaciones ecuménicas
J. Nelson Kraybill, ex presidente
Janet Plenert, ex vicepresidenta, actual coordinadora de Representantes regionales
John Roth, presidente, Comité de planificación de la renovación
Larry Miller, ex secretario general
Representante de la Iglesia Católica
Cardenal Kurt Koch, Prefecto del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos
Representante de la Federación Luterana Mundial
Rev. Anne Burghardt, secretaria general
Representantes de la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas
Rev. Dr. Hanns Lessing, secretario ejecutivo de Comunión y teología
Rev. Dr. Setri Nyomi, secretario general interino
Menonitas
En nuestro culto de hoy, el Congreso Mundial Menonita, junto con representantes de otras tradiciones anabautistas y de la Iglesia Libre, se reúne con representantes de la Iglesia Católica Romana, la Federación Luterana Mundial y la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas para dar un testimonio común.
Todos heredamos un legado de dolor debido a las divisiones de la Reforma. Sabemos que persisten las diferencias teológicas y prácticas, pero nos alegramos del camino a la reconciliación que hemos compartido.
En 2003, católicos y menonitas concluyeron un diálogo de cinco años titulado, “Llamados a ser pacificadores”, cuyo punto de partida fue el reconocimiento compartido de que “la lealtad a Cristo como Señor prevalece sobre las exigencias del Estado”.
Más recientemente, la participación católica y luterana en el Diálogo Trilateral sobre el Bautismo, ha ayudado a aclarar los puntos de convergencia así como las diferencias persistentes en torno a nuestra interpretación y práctica del bautismo. Consideramos que estos diálogos constituyen un don para la iglesia.
Católicos
Mensaje del Santo Padre León XIV A los participantes en la conmemoración del quincentenario del movimiento anabautista
Queridos amigos, mientras se reúnen para conmemorar los 500 años del movimiento anabautista, los saludo cordialmente con las primeras palabras pronunciadas por Jesús resucitado: “La paz sea con ustedes” (Juan 20:19).
En la alegría de nuestra celebración pascual, ¿cómo no reflexionar sobre la aparición de Cristo en la tarde de aquel “primer día de la semana” (ibíd.), cuando Jesús no solo atravesó los muros y las puertas cerradas, sino también los corazones temerosos de sus discípulos? Además, al impartir su gran don de la paz, Cristo fue sensible a la experiencia de los discípulos, sus amigos, y no ocultó los signos de su Pasión aún visibles en su cuerpo glorioso.
Al acoger la paz del Señor y aceptar su llamado, que implica estar abiertos a los dones del Espíritu Santo, todos los seguidores de Jesús pueden sumergirse en la radical novedad de la fe y de la vida cristiana. De hecho, ese deseo de renovación caracteriza al mismo movimiento anabautista.
El lema elegido para su celebración, “La valentía de amar”, nos recuerda, sobre todo, la necesidad de que católicos y menonitas hagan todo esfuerzo por vivir el mandamiento del amor, la llamada a la unidad cristiana y el mandato del servicio al prójimo. Del mismo modo, subraya la necesidad de honestidad y la amabilidad al reflexionar sobre nuestra historia común, que incluye heridas dolorosas y narrativas que influyen en las relaciones y percepciones católico- menonitas hasta nuestros días. Cuán importante es, entonces, esa purificación de los recuerdos y esa relectura común de la historia que nos permita sanar las heridas del pasado y construir un nuevo futuro a través de la “valentía de amar”. De hecho, solo así el diálogo teológico y pastoral puede dar fruto, un fruto duradero (véase Juan 15:16).
¡Ciertamente no es una tarea fácil! Sin embargo, fue precisamente en momentos de prueba cuando Cristo reveló la voluntad del Padre: fue cuando, desafiado por los fariseos, nos enseñó que los dos mandamientos más importantes son amar a Dios y al prójimo (véase Mateo 22:34-40); fue en la víspera de su Pasión, cuando habló de la necesidad de la unidad: “para que todos sean uno… para que el mundo crea” (Juan 17:21). Mi deseo para cada uno de ustedes, por tanto, es que puedan decir, citando a san Agustín: “Toda mi esperanza está puesta en la inmensa grandeza de tu misericordia. Da lo que mandas y manda lo que quieras” (Confesiones, X: 29, 40).
Por último, en el contexto de nuestro mundo desgarrado por la guerra, nuestro continuo camino de sanación y fortalecimiento de la fraternidad desempeña un papel fundamental, porque cuanto más unidos estén los cristianos, más eficaz será nuestro testimonio de Cristo, Príncipe de la Paz, en la construcción de una civilización del encuentro del amor.
Con estos sentimientos, les aseguro mi oración para que nuestras relaciones fraternas se fortalezcan y crezcan. Invoco sobre cada uno de ustedes la alegría y la serenidad que provienen del Señor resucitado.
En 2010, la Asamblea Luterana Mundial, reunida en Stuttgart, Alemania, afirmó formalmente una “Acción Menonita”, basada en el informe de un diálogo de cinco años titulado, “La sanación de las memorias: Reconciliación por medio de Cristo”. Un culto de reconciliación incluyó expresiones mutuas de perdón y un compromiso de interpretar las confesiones luteranas y las narrativas menonitas de su pasado a la luz de la historia común descrita en dicho informe. Dicho proceso marcó un momento clave en las relaciones entre nuestras dos comuniones y sentó las bases para un mayor aprendizaje mutuo sobre los temas del bautismo y la relación cristiana con el Estado.
En el culto de reconciliación en 2010, todos los presentes compartieron la señal de la cruz como una manera de hacer presente la vida, muerte y resurrección de Jesucristo. La cruz toca las heridas del pecado, sana nuestro quebrantamiento y restaura nuestras vidas. Promete sanación por medio de la gracia de Dios y señala el don de un corazón y un espíritu nuevos.
Hoy día, el Congreso Mundial Menonita y la Federación Luterana Mundial recordamos y renovamos nuestro compromiso con la señal de la cruz.
Luteranos
En el diálogo, “La sanación de las memorias”, nos comprometimos a escuchar atentamente la historia de unos y otros, y a relatar la historia de nuestros comienzos compartidos de tal modo que ambas partes pudieran afirmarla. La convicción luterana de que la iniciativa de Dios hace posible nuestra respuesta de fe fue recibida calurosamente por los menonitas. El pedido luterano de perdón por haber perseguido a los anabautistas fue generosamente concedido. Un análisis conjunto y franco del bautismo contribuyó a posibilitar un fructífero Diálogo Trilateral sobre el Bautismo del Congreso Mundial Menonita y la Iglesia Católica.
Damos gracias a Dios porque cada vez más luteranos y menonitas valoran el testimonio mutuo del evangelio.
Menonitas
Hoy en Zúrich celebramos los pasos hacia la reconciliación que hemos dado con representantes de la tradición reformada.
En 2004, la ciudad de Zúrich y la Iglesia Reformada de Suiza ayudaron a erigir una placa conmemorativa junto al río Limmat, reconociendo la ejecución de Felix Manz y otros seis anabautistas en Zúrich.
Tres años después, la Conferencia Menonita Suiza y la Iglesia Reformada del Cantón de Zúrich concluyeron un diálogo significativo, comprometiéndose en un proceso permanente de reconciliación. En dicho documento, los menonitas afirmaron: “No nos pertenecemos. Pertenecemos a Jesucristo que nos llama a seguirlo, y ha derribado el muro de la enemistad y unido a personas de cerca y de lejos en un solo cuerpo”.
La semana pasada, el Concilio General del Congreso Mundial Menonita recibió formalmente una declaración redactada con representantes de la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas titulada, “Restaurando la plenitud de nuestra familia: en busca de un testimonio común”.
Al escuchar una letanía de confesión, gratitud y compromiso extraída de esta declaración, César García, secretario general del Congreso Mundial Menonita, y Setri Nyomi, secretario general interino de la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas, se lavarán los pies mutuamente como expresión tangible de nuestro compromiso con la reconciliación. Los invitamos a todos a dar testimonio de esta señal de arrepentimiento y perdón.
Reformados
Hemos confesado el origen común de nuestras iglesias y el dolor de su fractura. Pedimos a Dios que bendiga el redescubrimiento de un entendimiento común del evangelio, a fin de que inspiren la evangelización y la construcción de la paz.
Menonitas
En presencia de representantes de toda la Iglesia, el Congreso Mundial Menonita y la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas dan testimonio común de la unidad de la iglesia.
Reformados
Hoy, conmemoramos los orígenes comunes de nuestras comuniones mundiales, reconocemos nuestra relación fracturada, y nos alegramos de que, basándonos en los esfuerzos de muchos años en pos del entendimiento mutuo y la reconciliación, podemos responder a Cristo nuestra Paz viviendo en la unidad del Espíritu. Unidos, nos comprometemos a ser humildes, pacientes, sinceros y, sobre todo, bondadosos, al andar juntos como un solo cuerpo de Cristo.
Menonitas
Reunidos bajo la mirada bondadosa de Dios, celebramos que nuestra identidad se encuentra en nuestra confesión común de Jesús como Señor, nuestros comunes antepasados en la fe y nuestro llamado común al discipulado y al testimonio del evangelio en un mundo fragmentado.
Reformados
Nuestras tradiciones nos han bendecido con una pasión por la justicia y la paz. Que el Dios de la cruz y la resurrección nos dé el corazón y la mente para procurar la paz y practicar la justicia que resiste la violencia, la opresión y la devastación ecológica, una justicia que encuentra su máxima expresión en el perdón, la misericordia y la reconciliación.
Menonitas
Hoy, como miembros anabautistas y reformados del cuerpo de Cristo, afirmamos que nuestro testimonio al mundo se nutre y se sostiene por la gracia de Dios, que nos permite amar a Dios, a los demás y a toda la creación.
Reformados
Nos comprometemos con la sagrada misión de proclamar el evangelio del amor en todos nuestros contextos, cada uno con sus propios desafíos y exigencias. No permitiremos que el miedo, la desconfianza o los obstáculos al diálogo nos impidan responder a este llamado.
Menonitas
Prometemos recorrer juntos el camino para sanar las heridas del pasado y volver a unir el cuerpo de Cristo. Nos comprometemos a aprender unos de otros, compartiendo la riqueza y diversidad de nuestras tradiciones. Nos comprometemos a una cooperación intencional que afirme la misericordia de Dios y facilite la justicia que lleva a la paz.
Reformados
Juntos, oramos por el cuerpo de Cristo. En Cristo, somos miembros unos de otros, hermanos y hermanas de la misma carne y del mismo Espíritu.
Menonitas
Juntos, acogemos el don de la unidad, convencidos de que tú, oh Dios, estás restaurando la plenitud de tu familia. Amén.
Juntos confesamos nuestra fe
En reconocimiento de nuestra identidad común en el cuerpo de Cristo, los participantes se pusieron de pie y recitaron juntos el Credo de Nicea, cada uno en su propio idioma.
Esta antigua declaración de fe cristiana surgió del Concilio Ecuménico de Nicea, y este año se conmemora su 1700 aniversario.
Larry Miller, secretario general emérito del CMM, hace la señal de la cruz en la frente de Rev. Dra. Anne Burghardt, secretaria general de la Federación Luterana Mundial/Dale Gehman
Anne-Cathy Graber, secretaria de relaciones ecuménicas del CMM/MWC
Rev. Dr. Hanns Lessing, secretario ejecutivo de Comunión y teología, Comunión Mundial de Iglesias Reformadas/MWC
Cardenal Kurt Koch, prefecto del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, transmite los saludos del Papa León XIV/MWC
Rev. Dr. Setri Nyomi, secretario general interino de la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas, lava los pies a César García, secretario general del CMM/MWC
Breves piezas musicales de órgano sirvieron para remarcar la letanía, como así también agua vertida de un cuenco como recordatorio del bautismo.
Hoy nos hemos reunido para participar del culto, en la ciudad donde los primeros anabautistas se inspiraron en las enseñanzas de Ulrico Zuinglio… y junto a las aguas del río Limmat, donde fue ejecutado Félix Manz, el primer mártir anabautista.
[Se vierte agua]
Dios de amor, recordamos a Félix Manz y a los seguidores del Cordero, que en todas las épocas y lugares han sufrido un discipulado fiel.
Una voz potente clama desde el trono de Dios: “Yo hago nuevas todas las cosas… Al que tenga sed, le daré a beber del manantial del agua de vida”. (Apocalipsis 21:5-6)
[Se vierte agua]
Dios bondadoso, en un mundo desgarrado por la guerra y una iglesia mundial a menudo dividida, ¡cuánto anhelamos que hagas nuevas todas las cosas! ¡Ven, Señor Jesús!
[interludio de órgano]
“El ángel me mostró un río limpio, de agua de vida. Era claro como el cristal, y salía del trono de Dios y del Cordero. En medio de la calle principal de la ciudad y a cada lado del río, crecía el árbol de la vida, que da fruto cada mes, es decir, doce veces al año; y las hojas del árbol sirven para sanar a las naciones.” (Apocalipsis 22:1–2)
“Con la dolorosa conciencia de que nuestras diferencias se convirtieron en fuente de conflicto y división, oramos ahora por la valentía y la creatividad para transformarlas, de modo tal que enriquezcan nuestra unidad en el cuerpo de Cristo.”
[Se vierte agua]
¡Por la sanación de las naciones! ¡Por la sanación de la iglesia! “En Cristo somos miembros los unos de los otros, hermanos y hermanas de la misma carne y del mismo Espíritu…”
Dios sanador, el río de agua de vida ha llegado a nosotros. Las hojas del árbol de la vida han traído sanación entre las comuniones de las iglesias representadas hoy aquí.
[interludio de órgano]
“Soy yo, Jesús, quien les envió a mi ángel con este testimonio para las iglesias. Soy la raíz y el retoño que desciende de David, la estrella brillante de la mañana.
El Espíritu y la Esposa del Cordero dicen: “Ven”.
Y el que escuche, diga: “Ven”.
Y el que tenga sed, y quiera, venga y tome del agua de la vida sin que le cueste nada. (Apocalipsis 22:16-17)
Oh Dios, nuestra ayuda en épocas pasadas, nuestra esperanza en los años venideros:
Gracias a la obra del Espíritu Santo en nosotros, tenemos una esperanza renovada al ver señales de sanación y unidad en la iglesia mundial.
Tenemos esperanza al ver la vitalidad de las iglesias representadas hoy aquí, que están geográficamente alejadas de sus raíces denominacionales en Europa.
Tenemos esperanza al ver que la evangelización y la construcción de la paz van de la mano en muchos lugares del mundo.
Sobre todo, tenemos esperanza porque en Cristo has prometido que estarás con nosotros “siempre, hasta el fin del mundo”.
Ven, Espíritu Santo, inspíranos con la fidelidad de los santos a lo largo de los siglos. Como ellos, que nunca nos avergoncemos del evangelio. Señor Jesucristo, bendícenos con la valentía de arriesgarnos a amarnos unos a otros, a nuestro prójimo e incluso a nuestros enemigos como tú nos has amado.
Recientemente, el número de jóvenes en las iglesias de Asia ha disminuido significativamente; es probable que se trate de un fenómeno mundial. ¿Por qué creer en Dios se ha convertido en un acto de tontería? Porque en este mundo riguroso, lo que más necesitan los jóvenes es dinero, y para ganar dinero hay que convertirse en un ser “eficiente”.
La generación más joven vive con una abrumadora sensación de ansiedad: el miedo a quedarse atrás, el miedo a no sobrevivir.
Dividen todo en categorías de eficiencia e ineficiencia.
En esa cosmovisión, creer en Dios se considera la máxima ineficiencia. Los métodos para ganar dinero, las estrategias para maximizar la riqueza, se han convertido en las nuevas escrituras sagradas, que se propagan como un reguero de pólvora a través de YouTube y los libros. Como resultado, les preocupan poco las desgracias de sus vecinos, los desastres, la guerra. Incluso el duelo y el dolor, en cierto modo, parecen funcionar bajo las reglas de la eficiencia.
Sin embargo, curiosamente, incluso mientras acumulan riqueza, los jóvenes no encuentran alivio a la ansiedad. En cambio, sufren una depresión aún más severa y algunos se suicidan. Luchan por descubrir el verdadero significado de la vida y su propia identidad. Las redes sociales nos permiten estar constantemente conectados con todos con tan solo el toque de un dedo. Sin embargo, ha hecho que la soledad se sienta insoportablemente vacía. En un entorno así, conectarse con Dios parece casi imposible.
Si soñamos con un mundo donde vivamos por la fe en lugar del dinero, debemos convertirnos en prueba viviente de que el dinero no lo es todo, sino que el amor lo es. Incluso si este camino trae inmensas dificultades, debemos creer verdaderamente que esta es la alegría que Dios nos da. De esta manera, nos conectaremos a través de Él y, a través de Él, también aprenderemos a estar solos sin sentirnos perdidos.
Los desposeídos, los pobres, los afligidos, los que luchan y los que se solidarizan, todos son hijos del Señor.
Como pueblo anabautista de todas las edades, que podamos encontrar la valentía para abrazar la ineficiencia del amor: el amor hacia nuestros semejantes, el amor hacia todas las demás cosas creadas y el amor hacia Dios.
Comité de YABs 2023: Valentina Kunze, Kkotip Bae, Felix Perez Diener, Gaëlle Oesch, Ebenezer Mondez
Kkot-Ip Bae es la representante de Asia ante el Comité de Jóvenes Anabautistas (YABs). Es miembro de la Iglesia Menonita de Corea.
En un frío Día de Acción de Gracias de noviembre de 1910, un grupo de cinco pastores ordenados se reunió con otros invitados en el centro de reuniones Menonita Amish Conservador de River Pigeon, en el condado de Huron, Michigan, EE. UU., a fin de trabajar juntos para promover la misión de la iglesia. De esa reunión nació la Red de Iglesias Rosedale, en aquel entonces llamada Conferencia Menonita Amish Conservadora.
Los pastores anfitriones fueron el obispo Solomon J. Swartzentruber y el pastor Michael S. Zehr. Asistieron el obispo Joshua King, del condado de Stark (Ohio), y el obispo John L. Mast y el pastor Jonas D. Yoder, del condado de Mifflin (Pensilvania, EE. UU.). Aunque no asistieron a esta reunión, otras iglesias del Valle de Casselman de Pensilvania y Maryland, del condado de Lewis en Nueva York y del condado de Johnson en Iowa, se identificaron con este grupo incipiente.
La Iglesia Menonita de River Pigeon, donde se realizó la primera reunión, sigue siendo una iglesia miembro de la Red de Iglesias Rosedale hasta el día de hoy.
Prioridades
En aquella primera reunión se abordaron cinco prioridades principales: mantener la unidad, la inconformidad, conservar la lengua alemana, el deber de difundir el evangelio y brindar respuestas a las divisiones.
Las primeras actividades de este nuevo grupo surgieron de su convicción de difundir el Evangelio y de su preocupación por los pobres y huérfanos.
En su segunda reunión, realizada en 1912, se proyectó la creación de un hogar para niños huérfanos. Las congregaciones del Valle de Casselman, en Pensilvania y en Maryland, fueron las que más apoyaron el proyecto, por lo que en 1914 se fundó el Hogar Infantil en Grantsville (Maryland, EE. UU.).
En la actualidad
En la actualidad, la Red de Iglesias Rosedale está conformada por 119 congregaciones distribuidas en Estados Unidos, que trabajan juntas para desarrollar y multiplicar las iglesias local y mundialmente.
Hasta el día de hoy, continúa el mismo compromiso con la Escritura como autoridad para la vida y con la misión de Dios en el mundo que existió cuando se fundó.
La Red Rosedale no sería lo que es sin su brazo educativo (Rosedale Bible College) y su brazo misionero (Rosedale International). Estas organizaciones ayudan enormemente a la iglesia a cumplir su misión.
Otra fortaleza de la Red Rosedale es el apoyo que brinda a sus pastores a través de grupos de pares, cohortes, clases y reuniones anuales, que ofrecen oportunidades para fraternizar, animarse, inspirarse y capacitarse.
Como pueden atestiguar otros grupos eclesiales de Norteamérica, entre los desafíos importantes que enfrenta la Red Rosedale figuran la influencia siempre presente del materialismo y la creciente influencia del nacionalismo.
La Red Rosedale se unió al CMM como miembro asociado en 2000.
En 2025, tenía 119 iglesias con 13,403 miembros bautizados
Brian Hershberger, Director Ejecutivo, Red de Iglesias de Rosedale
En ningún momento escuchamos la palabra “líderes”, más bien se hablaba de los misioneros. Los primeros líderes de la iglesia fueron los hermanos menonitas Jakob Franz en la década de 1930 y, posteriormente, Gerhard Hein.
La gente se fue, pero sembró la Palabra en la comunidad. Primero se estableció una iglesia en Filadelfia, luego en Cayin ô Clim (actualmente Neuland).
Al principio, la prioridad de los líderes era proclamar la Palabra a otras comunidades. Lo hacían por medio de cultos, estudios bíblicos y la traducción de canciones al idioma del pueblo.
En 1960, un grupo fue bautizado por los misioneros.
La organización Luz a los Indígenas nos brindó la oportunidad, como indígenas, de formar parte de la iglesia, de ser personas de fe en Dios. Desde el 2006, se llama ACoMeM (Asociación Civil Obra Misionera Evangélica Menonita).
La iglesia se unió a la iglesia menonita a medida que nos relacionábamos más con los menonitas.
En la actualidad, las fortalezas de la iglesia son la Biblia y la escuela para estudiar la Palabra. Lo importante es tener fe, y que esa fe no se pierda.
Nuestro desafío es ayudar a más personas a confiar en Dios.
Alrededor de 2018, la iglesia tenía 2.600 miembros bautizados, en doce congregaciones.
Elsa Pérez, de la tribu indígena nivaclé, es miembro de la Iglesia Evangélica Hermanos Menonitas Malaquías, ubicada en la Comunidad Campo Alegre, Paraguay.
Las campanas resonaron por toda la ciudad, la cual estaba llena de anabautistas. Se estima que unas 3500 personas o más llenaron las calles del casco antiguo de Zúrich el Día de la Ascensión, el 29 de mayo del 2025, para conmemorar el aniversario 500 del anabautismo.
“Hoy en día, como menonitas en Suiza somos una comunidad pequeña”, afirmaron Gladys Geiser y Lukas Amstutz, copresidentes de la Konferenz der Mennoniten der Schweiz, en la apertura del culto. La ciudad anfitriona es el lugar de los primeros bautismos de adultos conocidos del movimiento anabautista. Pero como podemos ver en este culto, somos parte de un movimiento que se ha vuelto diverso e internacional”.
Todas las naciones juntas
Ágape Band, Paraguay
TIARA (The Indonesian Anabaptist peRforming Art), Indonesia
Eastern Mennonite University (EMU) Chamber Singers, USA
Eastleigh Fellowship Centre (EFC) Mennonite Church Choir, Kenya
Songs of Peace, Switzerland
Desde sus inicios con unos pocos creyentes valientes en Europa, ahora el Congreso Mundial Menonita tiene 111 iglesias miembros después de la reunión del Comité Ejecutivo celebrada unos días antes en Alemania, en 61 países alrededor del mundo.
“Hoy podemos reunirnos aquí todos: todas las naciones, como dice la Palabra: todas las naciones, todas las tribus, todos los idiomas. Esto es especial porque únicamente el Señor puede hacer cosas así” expresó Jean-Claude Ambeke, de los hermanos menonitas de Angola, que actualmente vive en Francia.
Una mañana ligeramente nublada se convirtió en un día soleado para caminar por las calles históricas, abarrotar las salas de conferencias o escuchar coros. Incluso hubo un vendedor ambulante que repartía helados, cortesía de la Iglesia Reformada.
Los participantes pudieron estirar las piernas mientras seguían un recorrido histórico a pie representaban escenarios de un juego de roles llamado “senderos con historia”, mientras que más de una docena de talleres ofrecieron perspectivas sobre el anabautismo: testimonios, estudios históricos y asuntos actuales. Además, la teóloga y periodista suiza Judith Wipfler reflexionó sobre “un mundo en llamas”. Los líderes anabautistas de hoy que viven en zonas de conflicto y desafío.
Cinco coros de alrededor del mundo dieron un concierto en espacios cerrados y al aire libre y se unieron a un coro masivo para el culto. Lideraron temas favoritos de las Asambleas como “Ewe Thina” y “Kirisuto no heiwa ga”. Songs of Peace presentó una nueva canción con un coro que decía “¡Queremos justicia, queremos paz!”.
Una iglesia importante
Las filas para el culto de clausura comenzaron a media tarde. La iglesia Grossmünster, con capacidad para 1.200 personas, estaba a tope de capacidad, al igual que los lugares adicionales para ver el culto. (Predigerkirche 350, Friedenskiche 250, FEG 100 y ampliación ad hoc Helferei 130) Y aun así quedaron cientos de personas afuera, sentados en la plaza o dispersos en los cafés, mirando desde las pantallas de sus teléfonos celulares.
Mientras tanto, alrededor del mundo, miles de personas se conectaron en línea en sus pantallas personales o junto con otros en iglesias, oficinas (como Everance y CCM) o museos (como Mennonite Life y el Museo de la Aldea del Patrimonio Menonita).
Con representantes de 13 comuniones globales y 3 organizaciones ecuménicas multilaterales** como invitados de honor, el culto no sólo trató sobre el anabautismo sino también sobre otro paso en el camino de la reconciliación.
Un caminar de reconciliación
“Todos heredamos un legado de dolor de las divisiones de la Reforma. Sabemos que las diferencias teológicas y prácticas persisten, pero nos gozamos en el camino de reconciliación que hemos compartido juntos”, declaró Janet Plenert en la liturgia del culto.
El culto contó con la presencia de líderes de la Federación Luterana Mundial y de la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas y un mensaje del Papa León XIV traído por el cardenal Kurt Koch, prefecto del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos. “les aseguro que oro para que nuestras relaciones fraternales se profundicen y crezcan” leyó el cardenal.
Mientras John D. Roth, del CMM, y Hanns Lessing, del CMIR, confesaron el “testimonio común de su comunión sobre la unidad de la iglesia”, los secretarios generales César García y Setri Nyomi se lavaron los pies mutuamente “en una expresión tangible de nuestro compromiso con la reconciliación”, explicó J. Nelson Krabyill.
Otra expresión concreta de apoyo fue el uso gratuito de las instalaciones de las iglesias reformadas, incluyendo la emblemática iglesia Grossmünster.
“Reencontrarnos en la Grossmünster 500 años después de la división, ahora como una “familia reconciliada”, creó un momento nuevo y poderoso en nuestra memoria colectiva que espero cambie la forma en que la próxima generación cuente nuestra historia”, expresó John D. Roth.
El evento, estratégicamente enmarcado como una conmemoración, concluyó con un tono de celebración. Coros de cinco regiones formaron un túnel de canciones desde la iglesia hasta la plaza mientras los invitados salían cantando “Siyahamba” (Caminamos en la luz de Dios).
**Anglican Communion Baptist World Alliance DECC – Disciples of Christ World Communion Dicastery for Promoting Christian Unity (Roman Catholic Church) Friends World Committee for Consultation (Quakers) International Old Catholic Bishops’ Conference / Union of Utrecht Lutheran World Federation Moravian Church Worldwide Unity Board Organization of African Instituted Churches
Pentecostal World Fellowship The Salvation Army World Communion of Reformed Churches World Methodist Council Global Christian Forum World Council of Churches World Evangelical Alliance
Correo : Perspectivas
Europa: Portugal
Los inicios de la iglesia anabautista: un vistazo
Varias parejas misioneras norteamericanas fueron y vinieron de la misión de los Hermanos Menonitas durante las décadas de 1980 y 1990, pero las semillas plantadas en una iglesia que se reunía en una casa en Lourés, suburbio de Lisboa, perduran en una iglesia de los Hermanos Menonitas.
Los primeros misioneros de Canadá llegaron en 1985 y comenzaron a participar en una escuela bíblica local para integrarse a la cultura. Se colocaron avisos en el vecindario para difundir clases de inglés y procurar que la gente visite la pequeña hermandad que se reunía en una casa.
Algunos de los primeros miembros de la iglesia fueron dos parejas católicas que se convirtieron en pilares de la iglesia. Solían asistir a misa por la mañana y acudían a la iglesia de los Hermanos Menonitas por la tarde.
El apartamento le quedó pequeño a la comunidad y entonces compraron un edificio. Diez, veinte y hasta cuarenta personas se reunían para celebrar el culto por la tarde, como lo hacen hasta el día de hoy.
En 1989, se estableció oficialmente la Igreja dos Irmãos Menonitas de Portugal, y se compró un edificio para las reuniones cada vez más numerosas en Lourés.
La asociación se amplió al vincularse con una comunidad de creyentes de Angola y la República Democrática del Congo. Cuando los menonitas suizos, que habían estado guiando dicha comunidad, regresaron a su país, la comunidad africana se unió a los Hermanos Menonitas.
También hubo un grupo organizado por el Bund TaufGesinnter de Alemania, que había fundado una iglesia entre los pueblos de habla eslava. Este grupo también se unió a la iglesia portuguesa de los Hermanos Menonitas.
Por un tiempo, Portugal fue visto como un caso de estudio de una iglesia diversa en un país pequeño.
La predicación acerca de Jesús tenía una base sólida, la música góspel para la adoración era emocionante, se enseñaba cómo orar, y había actividades dominicales y los fines de semana para niños/as.
Durante varios años, se desarrolló un ministerio dirigido a niños/as y jóvenes vulnerables. Los jóvenes recibían capacitación laboral básica, además de mentoría en discipulado.
Dos congregaciones tenían una tienda de segunda mano que proporcionaba algunos ingresos y un punto de encuentro en la comunidad.
Había comidas comunitarias donde todos se sentían bienvenidos y podían socializar. Personas que habían sido rechazadas en otros ámbitos, encontraron un hogar en el conjunto de iglesias de los Hermanos Menonitas.
En 2017, la asociación se unió al CMM después de ser presentada a la familia menonita mundial a través de ICOMB (Comunidad Internacional de los Hermanos Menonitas).
Una serie de cambios en la relación y el apoyo financiero del organismo misionero norteamericano, además de algunos desafíos del liderazgo local, redujeron la iglesia a una sola congregación en 2025.
Sin embargo, el espíritu de acogida e inclusión de aquellas dos primeras parejas católicas perdura y la iglesia cree que volverá a crecer.
¿Cómo pueden orar por la Igreja dos Irmãos Menonitas de Portugal?
Oremos por nuevas oportunidades para nuevos proyectos para poder acercarnos a la comunidad con las buenas nuevas.
Oremos por los líderes bivocacionales que guían a la iglesia y también desempeñan otros trabajos.
Oremos por la fortaleza y la unidad de Cristo en la congregación.
José Arrais, líder laico de la IIMP desde hace mucho tiempo y representante regional del CMM para Europa.
El 20° Distrito Hmong de la Iglesia de Cristo de Tailandia comenzó con tres congregaciones: Iglesia Khek Noi, Iglesia Khun Klang e Iglesia Pa Kluai.
Más tarde, el evangelio se anunció y difundió en la población de la tribu de las colinas Hmong a partir de 1987. Había un lugar de evangelización y se establecieron varias iglesias.
No fueron los misioneros, sino la influencia de los cristianos hmong que se habían radicado en Estados Unidos, quienes fundaron estas comunidades de fe.
En 1989, la red de iglesias hmong resolvió establecer un comité para la coordinación del distrito, que fuera el centro de la misión de las diversas iglesias hmong en el marco de la Iglesia del Séptimo Distrito de la Iglesia de Cristo de Tailandia, y coordinar con otras iglesias, personas u organizaciones (incluida la Red Menonita de Misiones).
Los miembros de las iglesias hmong tienen experiencias de vida marcadas por su condición de doble minoría: como grupo étnico distinto dentro de la sociedad tailandesa, y como cristianos en una sociedad mayoritariamente budista.
Es importante llevar a la práctica la evangelización a través de los servicios sociales en nuestras comunidades. Ayudamos a la gente de la comunidad al arreglar motocicletas, cortar el cabello, tratar enfermedades, educar sobre tecnología, repartir comida, etc.
Todos los años, animamos a las congregaciones locales a que participen en el desarrollo comunitario y en los servicios, limpiando la basura y desbrozando los bordes de los caminos.
Todas estas cosas nos brindan un foro para compartir el evangelio de Jesucristo.
La popularidad de las celebraciones navideñas en Tailandia también es una oportunidad para evangelizar. Las congregaciones hmong realizan un culto conjunto. Antes del culto, distribuimos folletos en las casas, dando testimonio de Jesucristo e invitando a la comunidad a participar.
Estamos comprometidos con el camino de paz de Jesús al llevar a cabo la evangelización, el cuidado pastoral, la fundación de iglesias, la capacitación de líderes y la vivencia de unidad.
Además, nos cuidamos mutuamente: aproximadamente la mitad de nuestras iglesias pueden pagar a sus pastores de forma independiente, mientras que la otra mitad complementan con donaciones del HD20 o donativos de alimentos.
En 2016, la 34ª Asamblea General de la Iglesia de Cristo en Tailandia resolvió ser el 20° Distrito Hmong (HD20) de la Iglesia de Cristo de Tailandia.
En 2017, fuimos aceptados como miembro del Congreso Mundial Menonita.
En 2021, el HD20 tenía 2.534 miembros bautizados en 38 congregaciones, de las cuales todas menos dos son rurales, en el norte de Tailandia.
La Iglesia de los Hermanos en Cristo (BICC, por sus siglas en inglés) de Sudáfrica, fue fundada en 1988, en Soshanguve, al norte de Pretoria, por el fallecido reverendo Hamilton Madlabane. Aunque la BICC de Sudáfrica fuera fundada por un sudafricano, en aquel momento era prácticamente desconocida para la mayoría de los sudafricanos. (Sin embargo, en el país vecino de Zimbabue, la BICC ya existía desde hacía casi un siglo.)
Durante la década de 1980, Hamilton Madlabane conoció a Anna Engle, de los Hermanos en Cristo de los EE. UU., que requería los servicios de interpretación del inglés al zulú. Después de finalizar su programa en Sudáfrica, ella le extendió una invitación para visitar América del Norte. Hamilton Madlabane quedó impresionado por la manera en la que la BICC organizaba y realizaba sus cultos.
A su regreso a Sudáfrica, trató de persuadir a los ancianos de su iglesia, la Iglesia del Cuerpo de Cristo de Soshanguve, para que consideraran adoptar el nombre de BICC. Sin embargo, cuando sus esfuerzos por lograrlo no tuvieron éxito, tomó la decisión de establecer una sede de la BICC de forma independiente.
Al principio, la iglesia celebró sus cultos bajo una carpa.
Con el tiempo, Hamilton Madlabane recibió apoyo de la junta de los Hermanos en Cristo de América del Norte para actividades relacionadas con la misión. Lamentablemente, esta financiación fue insuficiente para completar el proyecto. Para generar recursos adicionales, vendió su camioneta. Al final, llegó la ayuda de un abogado que facilitó la participación de una empresa constructora, lo que permitió terminar la estructura del edificio de la iglesia.
En 1990, miembros de la diáspora de Zimbabue ₋muchos de los cuales habían sido miembros de la Iglesia de los Hermanos en Cristo de Zimbabue₋ decidieron fundar una iglesia en Hillbrow, Johannesburgo, alentados por un feligrés de la BICC de Zimbabue. Posteriormente, la BICC de Zimbabue promovió y apoyó la unión de la Iglesia de Soshanguve y la Iglesia de Hillbrow, en especial gracias a los esfuerzos del reverendo Albert Gegana y del obispo Jack Shenk.
La iglesia celebró su primera Convención General Anual como iglesia unificada durante las Pascuas de 2007 en Blue Hills, tras los exitosos esfuerzos por unificar la BICC de Soshanguve y la BICC de Hillbrow.
Con el tiempo, la iglesia creció y llevó a cabo su primera conferencia nacional años más tarde, en 2011, y la Asociación Internacional de los Hermanos en Cristo (IBICA) le confirió el estatus de Conferencia.
En 2014, la Iglesia de los Hermanos en Cristo de Sudáfrica (BICC SA) se convirtió en una iglesia miembro del CMM.
En 2024, la BICC SA informó que tenían 1.988 miembros bautizados en 24 congregaciones.
Sakhile Mashiri, administradora, Iglesia de los Hermanos en Cristo de Sudáfrica (BICCSA) Brian Maphosa, supervisor nacional, Iglesia de los Hermanos en Cristo de Sudáfrica (BICCSA)