Juntos superando las barreras

“Nuestro deber es brindar paz y amor.” Estas palabras, transmitidas del indonesio por un intérprete en el culto de clausura de la Asamblea 17 del Congreso Mundial Menonita en Indonesia, no provinieron de uno de los oradores destacados sino del gobernador de Java Central. “Nuestros fundadores nos encomendaron esta misión de paz”, dijo Ganjar Pranowo. “La veracidad [de la paz] se ha arraigado en cada alma…. La elección depende de nosotros.”

Su mensaje concuerda perfectamente con el tema del evento: “Seguir a Jesús juntos superando las barreras”.

Casi mil participantes asistieron a la ceremonia de clausura, sentados a una silla de distancia unos de otros, cumpliendo cuidadosamente con el protocolo de salud local de la pandemia. Unas seiscientas personas participaron en todo el evento y unos cuatrocientos residentes locales asistieron uno o más días.

Cuatro grupos de líderes del CMM, incluido un delegado de la Cumbre Mundial de la Juventud, pasaron cuatro días con una congregación local. Cada comunidad (GITJ Jepara, GKMI Solo, GITJ Margokerto y JKI Ungaran) recibió a un orador plenario, junto con una docena de visitantes del CMM. Las congregaciones anfitrionas compartieron su vida y ministerio con ellos. El culto plenario vespertino se transmitió desde dichas cuatro congregaciones, mientras que el resto de los participantes se reunió en STT Sangkakala, en Salatiga, y un número incalculable de personas lo vieron en línea, en vivo o más tarde.

“Solo por la gracia de Dios”

Había muchas barreras por superar.

Sistemáticamente, la conexión a wifi de internet era poco confiable; los participantes presenciales que hablaban francés y español tuvieron dificultad para utilizar la aplicación web de traducción.

Las interrupciones y distorsiones en la transmisión de video, especialmente la primera noche, desanimaron a algunos participantes virtuales a volver a sintonizar\

Los desafíos logísticos frustraron a los visitantes, al igual que la pérdida de equipaje y los vuelos retrasados o cancelados.

Los casos de COVID-19 obligaron a algunos participantes a aislarse. “Mostrar respeto por la salud de los demás es un acto de amor al prójimo, como nos encomendó Jesús”, afirmó Cynthia Dück, representante regional del CMM y enfermera capacitada, que supervisó la atención médica. “Estamos agradecidos por nuestros participantes que se cuidaron sacrificadamente unos a otros, ya sea a través del servicio o de la cuarentena”.

Las reuniones del Concilio General se suspendieron para evitar una mayor propagación, y el proceso de inscripción incluyó una prueba de COVID.

Los miembros del coro y el equipo de intérpretes se vieron afectados, exigiendo flexibilidad y amabilidad de los voluntarios restantes.

“Solo por la gracia de Dios pudimos terminar un culto y pasar al otro mientras nos tomábamos de las manos”, comentó Debra Prabu, directora del conjunto internacional. Fue una clase magistral de confianza. “Aprendí a ser más humilde, a respetar a mis compañeros de grupo de adoración, a dedicar parte de mi tiempo a orar por ellos y a perdonar más.”

Los visitantes que ingresaban eran testeados a su llegada. Algunos, para su sorpresa, dieron positivo y tuvieron que ser puestos en cuarentena, perdiéndose la mayor parte del evento.

“Aprendimos a tener que cambiar los planes, a tener esperanza y a orar para que de esto saliera algo bueno”, expresó Henk Stenvers en el culto de clausura, quien fuera investido como nuevo presidente (2022-2028). “Trabajaremos arduamente para hacer del CMM una comunión fortalecida…que trabaje en conjunto en pos del shalom.”

Barreras derribadas

Afortunadamente –juntos– se superaron muchas barreras: los menonitas anabautistas llegaron de 58 países de todo el mundo para adorar y fraternizar. A pesar de las constantes repercusiones de la pandemia de COVID-19, fue posible que viejos y nuevos amigos y amigas se encontraran en persona en Indonesia, mientras que muchos más se unieran en línea.

Los participantes se cuidaron unos a otros. Cumplieron alegremente con el uso obligatorio de mascarillas, aunque para las fotos se las quitaran.

Algunos voluntarios se familiarizaron con los pasillos de los hoteles, caminando de un lado a otro para entregar alimentos a los visitantes en cuarentena. “Este servicio me permitió compartir el amor de Cristo con personas de diferentes culturas, diferentes idiomas y diferentes edades”, señaló Gracia Felo, de la República Democrática del Congo.

La identidad misma de la iglesia

Para muchos, lo más destacado de los plenarios fue la danza contemplativa de los derviches sufíes, de ocho minutos de duración, al compás de la música de miembros de la iglesia local de GITJ Jepara. La congregación trabaja arduamente para construir relaciones interreligiosas que cultiven la paz. Relacionarse con otra fe o religión no es solo un método de la iglesia para promover la paz; es parte de la identidad misma de la iglesia, sin la cual la iglesia no cumpliría su propia misión”, expresó el pastor Danang Kristiawan.

Los oradores plenarios mencionaron valientemente los desafíos que se le presentan a la iglesia al llevar a cabo su misión.

Salome Haldemann repitió el llamado de Ron Sider a capacitarse en pos del trabajo activo por la paz y la no violencia, y a ponerlo en práctica (página 7).

Tigist Tesfaye Gelagle hizo mención al dolor del racismo y la desigualdad (página 17).

Nindyo Sasongko instó a los anabautistas a abordar las injusticias en el mundo como el colonialismo, el racismo, la misoginia, el cambio climático y el abuso sexual (página 20).

Conozca Indonesia

En este país de mayoría musulmana, tanto los anfitriones como los visitantes compartieron historias y enseñanzas en las sesiones plenarias, los talleres y en las conversaciones sobre amistades interreligiosas.

La hospitalidad de los anfitriones indonesios tapó los problemas logísticos con sonrisas, buena comida y muchas danzas. Numerosas presentaciones de música y danza de Indonesia, de estilos tradicionales y colectivos, demostraron que los menonitas anabautistas no solo saben cantar sino también saben cómo moverse.

“Estoy sorprendida de cómo las cosas se acomodaron a pesar de todo y cómo nuestros hermanos y hermanas indonesios se encargaron de todo, incluso haciendo un esfuerzo adicional para asegurarse de que todo saliera como debería”, agregó Jessica Mondal, coordinadora de la Aldea de la Iglesia Mundial (páginas 32 y 33).

En las excursiones de media jornada, los participantes se encontraron con la historia y la cultura de Indonesia (páginas 28 y 29). El aprendizaje continuó en los talleres de estudio bíblico, el cuidado de la creación y el diálogo interreligioso (páginas 26 y 27).

Encuentros de participantes virtuales

Por primera vez, una Asamblea del CMM fue totalmente híbrida. Los participantes podían inscribirse para una experiencia en línea que incluía no solo acceso exclusivo a las sesiones plenarias completas, sino también la oportunidad de sumarse a talleres por Zoom, ver blogs de la Aldea de la Iglesia Mundial, y además sitios satélite y espacios de chat para interactuar con otros participantes.

“Creo que este tipo de conexión “híbrida” tiene un gran potencial para fortalecer la comunión de las iglesias afines a los menonitas a nivel mundial”, dijo Ray Brubacher. Ray, anterior planificador de eventos del CMM, organizó diariamente encuentros intermenonitas de participantes virtuales en Kitchener, Ontario, Canadá, para ver juntos el evento. Cada evento era organizado por una iglesia diferente, compartiendo los cantos de adoración de su propia comunidad y transmitiendo las sesiones plenarias en una pantalla grande.

Regresar a Jesús

El culto de clausura destacó todos los aspectos del programa de la Asamblea, incluidos los programas para niños y jóvenes (páginas 30 y 31). La maestra de ceremonias de la mañana, la pastora Lydia Adi, convocó a “las personas más importantes del CMM” para que compartieran canciones que habían aprendido en el programa para niños.

John D. Roth, de la Comisión de Fe y Vida y Christen Kong, delegada de la Iglesia Menonita de Canadá para la Cumbre Mundial de la Juventud (GYS), hablaron sobre Renovación 2022 (que conmemora los quinientos años del anabautismo).

“Invito incesantemente a las personas al Espíritu de Dios. Jesús nos llama a sufrir juntos, a llevar las cargas, a caminar juntos en un regreso a Jesús”, afirmó Christen Kong.

Y todo llegó a su fin demasiado pronto. En su oración de clausura, Tina Agung, pastora anfitriona de Holy Stadium, expresó el desafío permanente que presentaba que el CMM “sea un mensajero de la verdad para todas las naciones”.

—Karla Braun, editora ejecutiva de Correo y escritora para el Congreso Mundial Menonita. Reside en Winnipeg, Canadá.


Este artículo apareció por primera vez en Correo/Courier/Courrier en Octubre de 2022.

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