Conocemos mejor a Dios a través de la familia mundial

“A través del Congreso Mundial Menonita (CMM), aprendo lo que significa ser una persona ciudadana del mundo y que la iglesia es mucho más grande que mi propia congregación local, afirma Agus Mayanto (Sudeste Asiático). “Todas las personas somos hermanos y hermanas y ya no somos extraños”. 

Agus Mayanto, pastor menonita de Indonesia, es uno de los representantes regionales del CMM. 

Este equipo de 13 líderes eclesiales experimentados interpreta lo que es el Congreso Mundial Menonita ante los líderes de iglesias nacionales y las congregaciones en sus regiones. También abogan por las preocupaciones y perspectivas de su región ante la familia del CMM. 

Hasta finales de junio del 2024, los representantes regionales fueron liderados por la coordinadora Arli Klassen. 

“Siempre me ha encantado la iglesia y me he sentido fascinada por la iglesia en diferentes lugares del mundo”, expresa. 

 Su interés se despertó al asistir a las reuniones del CMM mientras desempeñaba otra función: “¿Cómo funciona la iglesia anabautista a nivel global y qué hace?” 

“Con cada reunión a la que asistía me entusiasmaba más el CMM”, comenta Arli Klassen. Ella no dejó escapar la oportunidad de servir y trabajar con la iglesia mundial. 

Jumanne Magiri Mafwiri, representante regional para África Oriental, se sintió igualmente atraída por la forma en que el CMM proporciona una exposición a un mundo más grande. “Cuando era niño, pensaba que mi tribu era la mejor del mundo”, dice. “Ahora, sé que hay muchos pueblos diferentes con diferentes culturas y Dios nos ha creado a todos”. 

Para Siaka Traoré (África Central Occidental), esta diversidad abre su mente para ser más misional. “Me inspira ver la Palabra de Dios ampliamente: la diversidad pertenece a Dios; todos somos diferentes pero tenemos necesidades similares”. 

Para Cynthia Peacock (Asia del Sur), el CMM es crucial para “conectar fuera de mi propio país, ser parte de una comunión mundial”; para Danisa Ndlovu (África del Sur), es “construir una familia”, y para Agus Mayanto (Sudeste de Asia), convertir a extraños en hermanos y hermanas. 

“He aprendido lo que significa ser un ciudadano del mundo y que la iglesia es mucho más grande que mi propia congregación local”, afirma. 

“A veces me siento solo”, expresa Freddy Barrón (América Latina – Cono Sur), “pero tenemos hermanas y hermanos por todo el mundo.” 

“De muchos somos un pueblo, uno en el Señor.” declara George Broughton (del Caribe). 

“Estamos aquí como representantes de la diversidad en todo el mundo”, explica José Arrais (Europa). “En nuestro mundo polarizado tenemos el llamado a estar juntos e incluirnos unos a otros”. 

“Sólo ‘con todos los santos’ podemos conocer y experimentar el amor de Dios más profunda y ricamente”, afirma Arli Klassen. “A través de nuestras diferencias, conocemos mejor a Dios (Efesios 3)”. 

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