La iglesia de Dios y su vocación por la paz


Así como las partes del corazón, las cuatro comisiones del CMM sirven a la comunidad mundial de iglesias afines al anabautismo, en las áreas de diaconado, fe y vida, paz y misiones. Las comisiones preparan materiales para la consideración del Concilio General, brindan guía y proponen recursos a las iglesias miembros, además, propician redes y compañerismo en relación al CMM trabajando juntos en temas de interés y enfoque común. A continuación, una de las comisiones comparte un mensaje de la perspectiva de su ministerio.


Una de las palabras más breves pero poderosas de las Escrituras guía a la iglesia en su vocación de paz, justicia y reconciliación.

Él vino y proclamó paz a ustedes que estaban lejos y paz a los que estaban cerca (Efesios 2:17).

Porque Cristo es nuestra paz (Efesios 2:14).

y nos dio el ministerio de la reconciliación (2 Corintios 5:18).

Vivan en paz unos con otros (1 Tesalonicenses 5:13).

Que el Señor de paz les conceda su paz siempre yen todas las circunstancias (2 Tesalonicenses 3:16).

Busquen la paz con todos, (Hebreos 12:14)

Busque la paz, y sígala (1 Pedro 3:11).

En fin, el fruto de la justicia se siembra en paz para los que hacen la paz (Santiago 3:18).

“La paz sea con ustedes, repitió Jesús. Como el Padre me envió a mí, así los envío yo a ustedes.” (Juan 20:21).

Es claro que Dios quiere reconciliar al mundo con su propósito original; también es claro que Jesús entendió su ministerio con una clara vocación de paz y asimismo la iglesia está llamada a tener vocación de paz, justicia y reconciliación.

Dann y Joji Pantoja, obreros menonitas en las Filipinas, resumen esta intención de Dios de la siguiente manera:

Paz con Dios (manos y brazos elevados);

Paz con nosotros mismos (manos y brazos cruzados sobre el pecho);

Paz con los demás (extendiendo las manos hacia las personas a nuestro lado);

Paz con la creación (un movimiento horizontal de manos y brazos como barriendo).

Este pequeño ejercicio captura el propósito integral del plan de Dios hacia la paz. Señala los ingredientes esenciales de la paz de Dios para el mundo: la dependencia de Dios, la conversión y la transformación interna, la justicia social y la solidaridad comunitaria, además de la preocupación por toda la creación.; esto refleja el plan integral de Dios como se indica en Efesios:

para llevarlo a cabo cuando se cumpliera el tiempo, reunir en él todas las cosas, tanto las del cielo como las de la tierra (Efesios 1:10).

Las iglesias anabautistas de todo el mundo han tomado en serio esta vocación de “reunir todas las cosas”. La Comisión de Paz estima que hay más de 70 programas, escuelas, organizaciones e iniciativas relacionadas con las iglesias miembros del CMM que están dedicadas a la formación, investigación, enseñanza, consulta y acción en pro de la paz. Además, hay unas 10.000 “agencias” principales de paz del CMM, esto es, las congregaciones locales de nuestras iglesias miembros. Dios llama a cada uno a mantener la vocación de representar la presencia de la paz en su contexto.

Esta vocación no es simple. En respuesta a una encuesta que la Comisión de Paz del CMM realizó hace unos años, las congregaciones refirieron los desafíos que cada contexto presenta: En el sur de la India, identificaron el sistema de castas como un gran desafío para la paz; en Estados Unidos, identificaron el materialismo, el nacionalismo y el militarismo; en Canadá, se nombró la riqueza; en Colombia, hablaron de los esfuerzos para poner fin a la guerra civil; en Europa, mencionaron el trabajo con los refugiados; en algunos lugares se hizo referencia a la hambruna, los desastres naturales y las inundaciones; en otros lugares mencionaron que ser testigos de la paz es arriesgado y genera persecución contra la iglesia.

La búsqueda con respecto a ser una “iglesia de paz” y encarnar la elevada visión de Dios ha llevado a las organizaciones, agencias, escuelas y programas de nuestras iglesias en todo el mundo a explorar la posibilidad para la conformación de una Red Mundial Anabautista de Paz. Esto permitirá a estos “frutos”, los cuales guardan relación con la iglesia, a compartir información, generar asociaciones, testimoniar las mejores prácticas, y ofrecer solidaridad unos a otros en la búsqueda continua de encarnar el shalom de Dios en nuestro mundo.

Este esfuerzo, el cual se encuentra en desarrollo, es una manera más de ratificar que el poder de la Palabra de Dios está dando forma al trabajo del Congreso Mundial Menonita y a su Comisión de Paz junto a nuestras iglesias miembros y sus frutos.

Que Dios continúe concediéndonos la sabiduría y el valor para ser agentes de su revolucionaria paz, justicia y reconciliación en nuestro mundo.

Comunicado del Congreso Mundial Menonita por Robert J. (Jack) Suderman, miembro de la Comisión de Paz quien actualmente vive en Canadá.