Una historia del anabautismo en francia

Francia 

Asociación de Iglesias Evangélicas Menonitas de Francia (AEEMF en francés) 

La historia de los menonitas de Francia se remonta a los inicios de la historia anabautista. Existen anabautistas en Estrasburgo ya en 1526. Pronto se vieron obligados a reunirse en secreto, pero se evidencia una presencia anabautista en Alsacia durante todo el siglo XVI. 

En el siglo XVII, especialmente durante la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), los anabautistas de Zúrich y Berna se asentaron en la región y contribuyeron a restablecer la capacidad agrícola de las tierras. Se ubicaron principalmente en las montañas de los Vosgos, alrededor de Sainte-Marie-aux-Mines y posteriormente en la región de Pays-de-Montbéliard (que aún no era territorio francés). Debido al rechazo de la sociedad circundante, dichos anabautistas se mantuvieron al margen, conservando sus dialectos alemanes y estableciendo comunidades “étnicas”. Sin embargo, existieron vínculos con otros menonitas europeos, de Suiza, Alemania y los Países Bajos.

En 1693, tuvo lugar el “cisma Amish” entre los anabautistas de Francia, Suiza y el Palatinado. ¿Era necesario mantener una separación estricta del mundo y que la iglesia ejerza una disciplina rigurosa? ¿O había llegado la hora de abrirse un poco más al mundo exterior? La mayoría de los anabautistas de Francia siguieron la tendencia Amish más estricta y no adoptarían la etiqueta menonita hasta muchas generaciones después. 

Guerras y fronteras cambiantes 

Habiendo sido exentos del servicio militar y de la ceremonia de juramento por parte de los nobles que los acogieron en sus tierras, dichos anabautistas atravesaron dificultades a partir de la Revolución Francesa (1789). Siendo entonces ciudadanos franceses, los anabautistas serían llamados a participar en las guerras de Napoleón. Después de una tregua de varios años, Francia finalmente los obligó a prestar el servicio militar.   

Hacia el año 1850, había unos cinco mil anabautistas en Francia y solo tres mil a fines del mismo siglo, siendo la mayoría todavía alsacianos. Esta mayoría volvió a ser alemana en 1870, quedando pocos anabautistas estrictamente francófonos. Como resultado, el número de menonitas que quedaba en Francia se redujo considerablemente y, hacia 1900, algunos líderes espirituales comenzaron a prever la posibilidad de su extinción. 

A principios del siglo XX, la situación de los menonitas en Francia no era fácil. Dieciséis congregaciones habían desaparecido durante el siglo anterior. Las familias restantes se dispersaron y varias comunidades solo podían celebrar el culto una vez al mes. Además, las congregaciones no tenían vínculos entre ellas. 

Luego vino la Primera Guerra Mundial (1914-1918), en la que algunos campos de batalla atravesaban las regiones habitadas por menonitas. Después de la guerra, Alsace-Moselle volvió a ser francesa, con un aumento en el número de menonitas. A pesar de la guerra, el historiador Jean Séguy considera los años 1901-1939 como un período de restablecimiento y renacimiento a raíz de un retorno a la historia anabautista y nuevos contactos con las iglesias evangélicas (protestantes) francesas. 

Este renacimiento fue interrumpido por la Segunda Guerra Mundial (19391945). Alsace-Moselle fue anexada por la Alemania de Hitler y los hombres menonitas reclutados forzosamente en el ejército alemán. Es importante señalar hasta qué punto la historia de los menonitas franceses ha estado marcada por las guerras europeas, desde Napoleón hasta Hitler.  

Reconstrucción y reconciliación 

En 1945, Alsace-Moselle volvió a ser francesa y dos grupos de menonitas (de habla francesa y alemana) comenzaron a colaborar. La presencia del Comité Central Menonita (MCC en inglés) para la reconstrucción posguerra tendría un impacto real en la vida de los menonitas europeos, incluso en Francia.  

Surgió una forma de vida nueva, al iniciar una reflexión colectiva sobre la cuestión de la no violencia y la objeción de conciencia, el establecimiento de instituciones sociales, un nuevo compromiso con la misión y la fundación de la Escuela Bíblica de Bienenberg. Dicha escuela bilingüe (francés y alemán) y trinacional, ubicada cerca de Basilea, Suiza (próxima a las fronteras francesa y alemana), tuvo su origen en la reconciliación de los menonitas que habían sido separados por las guerras que aún estaban muy presentes en sus mentes. 

Hasta este período, las iglesias menonitas de Francia (que ahora incluía AlsaceMoselle) se encontraban principalmente en comunidades rurales, a menudo conformadas por agricultores (que tenían muy buena reputación). Dirigidas colectivamente por ancianos, predicadores y diáconos, las congregaciones tenían vínculos entre sí y, a menudo, se tomaban decisiones importantes en reuniones de ancianos donde, en principio, todas las congregaciones estaban representadas. En Francia, los cultos se realizaban en francés desde el siglo XIX, mientras que en Alsace-Moselle prevalecía el idioma alemán y su dialecto alsaciano. Desde mediados del siglo XIX en adelante, el francés se convirtió en el idioma dominante del culto y de las reuniones. Además, desde hace más de veinte años, los menonitas franceses participan en la Red Menonita de habla francesa (Réseau Mennonite Francophone), que procura crear vínculos entre las iglesias menonitas de habla francesa de Europa, África y Quebec. 

La Convención alsaciana y la Convención francófona se fusionaron en 1979 para convertirse en la Asociación de Iglesias Evangélicas Menonitas de Francia (AEEMF en francés). Desde entonces, hay una sola estructura nacional. Dos veces al año, los delegados de las congregaciones se reúnen para tomar decisiones concernientes a todas las iglesias. La reunión anual de ancianos, predicadores y diáconos contribuye a la toma de decisiones respecto a cuestiones teológicas. Esta estructura se define de alguna manera entre una estructura congregacional (en que cada congregación mantiene su “autonomía”) y una estructura sinodal (en que las iglesias toman juntas las decisiones que les conciernen a todas). Dentro de esta estructura hay también centros de actividad y reflexión dedicados a cuestiones específicas: juventud, ministerios, teología y ética de la paz, misión en Francia, ayuda mutua, asistencia al desarrollo y servicio. Otras estructuras asociadas, independientes de la AEEMF, se ocupan de la misión en el exterior, la publicación de una revista mensual (Christ Seul – Solo Cristo) y de informes temáticos (tres veces por año), la capellanía en hospitales, la organización de campamentos, colonias de vacaciones y viajes para adultos. 

Seguir a Jesús a través del estudio y del servicio 

Hasta hace poco tiempo en esta larga historia, había cierta desconfianza respecto a la formación en las escuelas de teología. Dirigidas por cuerpos de ancianos, las congregaciones menonitas no tenían pastor remunerado. Algunos ancianos habían estudiado en institutos bíblicos evangélicos de Francia o Suiza. A partir de los años 1970-1980, algunos menonitas franceses comenzaron a inscribirse en facultades de teología de Francia o, más raramente, de América del Norte.  

La conformación de las congregaciones también ha sufrido cambios significativos. Hay cada vez menos menonitas agricultores, y muchos tienen empleos en la mayoría de las profesiones del mundo contemporáneo. El porcentaje de menonitas “étnicos” también se está reduciendo gradualmente, con personas de origen no menonita cada vez más presentes en las congregaciones, incluso en puestos de responsabilidad. Las congregaciones son cada vez menos rurales, pasando a ser cada vez más urbanas. La primera congregación urbana se fundó en la zona de París en 1958. Actualmente, hay iglesias en Estrasburgo, Mulhouse, Colmar y cerca de Ginebra, en la frontera franco-suiza. 

Estos cambios también dan lugar a una creciente aceptación de pastores capacitados y remunerados. Una “comisión de ministerios” ayuda a las iglesias a reflexionar sobre la búsqueda y contratación de pastores y la importancia de mantener el funcionamiento colegiado. 

Las congregaciones menonitas participan en la labor misionera tanto fuera como dentro de Francia, donde se están iniciando varias nuevas iglesias. El fondo de ayuda lleva a cabo tareas humanitarias con regularidad y, a menudo, en conjunto con otros menonitas europeos y el MCC. La presencia de la oficina del Congreso Mundial Menonita en Estrasburgo (1984-2011), y también durante varios años la oficina de Europa Occidental del MCC, ha ayudado a mostrarles a los menonitas en Francia la importancia de pertenecer a un organismo mundial, más allá de Francia y Europa. 

Los menonitas de Francia han decidido recientemente iniciar un período de prueba con la Federación Protestante de Francia y el Consejo Nacional de Evangélicos de Francia, con la esperanza de ser un puente entre estas dos familias protestantes.  

Neal Blough, director retirado del Centro Menonita de París en 2020, es profesor emérito del Seminario de Vaux sur Seine (FLTE) y continúa enseñando en muchas escuelas teológicas. Didier Bellefleur, anciano de la Iglesia Evangélica Menonita de Strasbourg-Illkirch y presidente de la Asociación de Iglesias Evangélicas Menonitas de Francia (AEEMF).  


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