Seguir a Jesús en una casa muy grande

Correo : Perspectivas

África: Benín

La Casa Grande, en Benín, fue fundada por obreros misioneros de la Iglesia Menonita de Burgos en España (Iglesia Evangélica Comunidades Unidas Anabautistas, que forma parte de la iglesia miembro del CMM, Anabautistas, Menonitas y Hermanos en Cristo, España), quienes participaban en el Instituto Bíblico de Benín. Hoy en día, entre sus asociados se incluyen la Red Menonita de Misión, Mennonitiches Hilfswerk y Mennonite Men. La Casa Grande es miembro de la Red de Servicio Anabautista Mundial (GASN). 

Es muy grato ver a este Dios maravilloso cuyos hijos e hijas están por todas partes y cuyo amor se derrama sobre todos ellos, dondequiera que estén. 

La Casa Grande comenzó como un hogar para niños y niñas que habían quedado huérfanos o necesitaban más apoyo del que sus familias podían darles. En la actualidad, hemos ampliado nuestras actividades para incluir educación (desde primaria hasta secundaria) y capacitación vocacional, además de compartir la Palabra de Dios a través de estas iniciativas de desarrollo en las comunidades. Los proyectos de agricultura, fuentes de combustible limpio y gestión de desechos incluyen una unidad de cría de cerdos, la creación de carbón ecológico y la construcción de letrinas. 

Nuestro ministerio de educación presta especial atención a las niñas, que a menudo se ven presionadas a abandonar la escuela. Además, se ofrece apoyo a los niños y niñas con discapacidades y otros factores de vulnerabilidad. El centro ha contratado a profesionales (fisioterapeuta y fonoaudiólogo) para trabajar con ellos. 

Nuestro tratamiento y recuperación de desechos y cuidado de la creación capacitan a mujeres y niñas de la comunidad sobre cómo mantener y utilizar letrinas, producir combustible de la basura para cocinar y hacer mejor abono. 

Cuando en la comunidad de Allada se ven calles bordeadas por árboles, significa que la Casa Grande está cerca. Nuestro barrio se diferencia de los demás porque las calles están bordeadas de árboles. Es una muestra de nuestros esfuerzos por proteger el medio ambiente y un símbolo de nuestra lucha contra la deforestación. 

Cuando apoyamos la educación de un niño o niña en nuestra escuela “Líderes de África”, los miembros de la familia se involucran. Son 86 niños y niñas de nuestro ministerio que se vieron directamente beneficiados por nuestra labor en 2023, pero calculamos que el número de los que se beneficiaron indirectamente es alrededor de 800. Para calcular las personas beneficiadas, multiplicamos el número porque suponemos que este niño o niña tiene un padre, una madre y un hermano o hermana. Apoyar al niño o niña ya es en sí una ayuda para los miembros de la familia. 

La hija perdida 

Cuando su familia pasaba por momentos difíciles, una niña de seis o siete años a quien llamaremos “F”, fue enviada a vivir con una mujer rica para ganar dinero para la tía de F. Al poco tiempo, F se escapó. La policía la encontró y la internó en un centro. Después de cinco años, F vino a vivir con nosotros a Casa Grande. 

Nos propusimos encontrar a la familia de la niña. Pasamos muchas noches, viajamos muchos kilómetros, atravesamos pueblos de un lado a otro. 

A casi 200 km de Casa Grande, encontramos a una familia que afirmaba haber perdido a una hija, muy parecida a la de la niña de nuestra casa. Escuchamos la historia de la separación de la niña de su familia. 

De repente, de la casa salió una mujer joven que se parecía mucho a F, como si fuera la hermana mayor. “¡Esta es nuestra niña!”, dijimos. Unos momentos después, apareció otra mujer que también se parecía mucho a F, después de que nos habían contado su historia. La mujer mayor nos mostró una foto de la hija que había perdido y nosotros le mostramos una foto de la niña que habíamos encontrado. 

Cuando le mostramos la foto a la madre, ella corrió por todo el pueblo. Se tiró al suelo, lloró, gritó y saltó de alegría. “¡Gloria a Dios! ¡Oh, Dios ha encontrado a mi hija de nuevo!” Fue un día de celebración y todo el pueblo se acercó a nosotros. 

Esta historia ha conmovido a toda la comunidad y todavía mantenemos una relación con F, a quien devolvimos a su madre. Toda la familia estaba muy feliz porque habían encontrado a su hija perdida. 

Todos pertenecemos 

A la gente no le gustaba que los niños discapacitados estudiaran junto a los niños sanos. Sin embargo, a través del proyecto de apoyo a niñas y niños discapacitados hemos creado inclusión, donde niños sanos y niños discapacitados crecen juntos y estudian en la misma aula. 

Dos niños pequeños, hijos de madres solteras, llegaron a nuestro cuidado con grandes necesidades médicas. 

Uno de ellos, al que llamaremos “T”, quedó bajo responsabilidad de su tía, que lo descuidó. Sufría de desnutrición grave. Cuando uno lo miraba, lo único que se veía eran sus huesos. Un vecino llamó a la policía que lo llevó al hospital, pero la tía no quiso pagar por su atención. Entonces, un juez emitió una orden de internación para asignar el niño a nuestro hogar. 

Incluso cuando nos confiaron al niño teníamos un poco de miedo, pero estamos muy contentos de que Dios se haya valido de nosotros para salvar la vida de este niño. Hoy, cuando la gente viene a ver al niño, no pueden creer que sea el mismo niño. 

Pero nosotros les respondemos: ¡Sí, es el niño! 

El otro varón, al que llamaremos “P”, tiene una madre que está en prisión y que está luchando con problemas de salud mental. Ella lo descartó como si fuera un paquete, por lo que el juez de menores ordenó que el niño quedara bajo nuestro cuidado. 

Cuando lo trajimos a casa hace diez meses, descubrimos que padece un caso grave de anemia falciforme, una enfermedad que es muy difícil de tratar. Durante meses solíamos pasar días enteros en el hospital con P, pero ya hace casi cuatro meses que no lo hemos tenido que llevar. 

Comenzamos a orar y P está muy bien ahora. 

Su mamá todavía está en prisión, por eso oramos con P, juntos meditamos en la Palabra y ayudamos a este niño a descubrir su futuro y sentir la calidez del amor de Dios. 

Koissivi Bienvenu KADJA, coordinador nacional de La Casa Grande en Allada, Benín desde 2019. Se sumó al equipo en 2011 y desde entonces ha desempeñado diferentes funciones. 

Sito web : casagrandebenin.org