“Del Señor es el mundo entero, con todo lo que en él hay, con todo lo que en él vive. Porque el Señor puso las bases de la tierra y la afirmó sobre los mares y los ríos” (Salmo 24,1–2).
“Cambio Climático”: estas dos palabras frecuentemente generan ansiedad con respecto al futuro, no solo de la humanidad, sino también de todo el planeta.
Estudios científicos realizados en los últimos 100 años muestran que si las temperaturas globales aumentan más allá de 1.5 º centígrados, habrá impactos negativos en los ecosistemas de todo el mundo. Este pequeño cambio conlleva que los patrones de lluvia se alteren, que las temperaturas cambien y genera un mayor riesgo de olas de calor, inundaciones, derretimientos de las capas de hielo y los glaciares, lo que ocasiona un aumento del nivel del mar.
El cambio climático plantea un riesgo para las sociedades humanas y los ecosistemas naturales. Una interrupción en el equilibrio del ecosistema ya se mide en especies de plantas y animales los cuales están cambiando fisiológicamente. Debido a efectos tales como la disminución del rendimiento de los cultivos; el cambio climático causará mayores tasas de pobreza.
Si bien la evidencia científica presenta muchos aspectos negativos, la iglesia puede resaltar los aspectos positivos. Como cristiana, que actualmente estudia ciencias ambientales, creo que podemos buscar soluciones en la ciencia y al mismo tiempo exaltar a Dios por su grandeza, porque Él creó el mundo y nos otorgó el deseo de entenderlo.
El compromiso de la iglesia es vital. A continuación, ofrezco 6 puntos de acción.
Cambiar
Muchos necesitamos cambiar nuestra mentalidad, perspectiva y actitud frente al cambio climático. Este no es un problema que solo corresponde a los políticos, científicos y expertos. Es un problema de todos, incluida la iglesia mundial.
Aunque esperamos la vida eterna a través de Jesucristo, a medida que caminamos en la tierra somos los guardianes de la misma. Génesis 2:15 dice “Cuando Dios el Señor puso al hombre en el jardín de Edén para que lo cultivara y lo cuidara”. Dios le ordenó a la humanidad que cuidara de su creación.
Como hacerlo…
El asunto no se trata de si el cambio climático es un fenómeno verdadero o no, sino de cómo nosotros, como miembros de la iglesia global, participamos en la adaptación de nuestras comunidades a los cambios. Es una cuestión mundial que debe abordarse mediante un esfuerzo conjunto en lugar de hacerlo individualmente.
La iglesia global, al fomentar un espíritu de unidad y compromiso comunitario, puede ayudar a acercar a las personas a Cristo y dirigir a sus comunidades hacia una dirección positiva.
Acción y Conciencia
Como iglesia, podemos ser un lugar en donde las personas buscan información precisa sobre qué es el cambio climático, a quién afecta, cómo adaptarse y cómo mitigar sus efectos.
La iglesia mundial podría ayudar no solo financieramente sino también espiritualmente, a comprender la dinámica entre los países desarrollados y los países en desarrollo. Los habitantes de los países en desarrollo sufrirán más los impactos del cambio climático en relación con las naciones desarrolladas. Como organismo global, podríamos ser un conducto para la información específica por regiones.
Las congregaciones locales podrían promover estrategias de conservación que comiencen a nivel comunitario. La iglesia podría ofrecer recursos para mejorar la eficiencia en los sistemas de energía y alimentación, construir infraestructura verde y fomentar espacios verdes en áreas urbanas y rurales.
La naturaleza
Tome tiempo para apreciar la naturaleza y ver la grandeza de Dios en ella. Recuerde que a medida que cambie el clima, también lo harán ciertos aspectos de la misma.
Dios
Debemos mantener a Dios como el centro. Entonces, donde la evidencia científica nos decepciona, la Palabra de Dios sigue siendo una verdadera guía. La oración es una herramienta poderosa que nos conecta con Dios y con los demás.
Espere cualquier cosa
Vivimos en un mundo lleno de confusión. Los científicos confían en la evidencia y las proyecciones para predecir escenarios futuros, pero eso nunca puede ser 100% exacto. Sin embargo, como creyentes, nuestro consuelo reside en Dios como nuestra paz en los momentos de caos e incertidumbre.
Nuestras vidas están fundamentadas en Cristo. Pase lo que pase, Dios está siempre con nosotros. Esta no es una excusa para sentarse y ver cómo se desarrolla el caos, más bien, es un momento para CAMBIAR. Como iglesia mundial, podemos aprovechar esta oportunidad para llegar a aquellos que están perdidos.
—Makadunyiswe Ngulube es la representante de YABs para África. Ella es miembro de la iglesia Mount Pleasant de los Hermanos en Cristo en Zimbabue. Ella está estudiando Ciencias Ambientales en la Universidad de Saint Mary, Nueva Escocia, Canadá.
Fuentes utilizadas (en inglés):
Global warming of 1.5ºC. An IPCC Special Report, https://www.ipcc.ch/sr15/
D. Lobell, M. Burke, C. Tebaldi, M. Mastrandrea, W. Falcon, and R. Naylor. “Prioritizing climate change adaptation needs for food security in 2030” in Science (2008).
Terry L. Root, Jeff T. Price, Kimberly R. Hall, Stephen H. Schneider, Cynthia Rosenzweig, & J. Alan Pounds. “Fingerprints of global warming on wild animals and plants” in Nature (2003).