Jesucristo: nuestra esperanza

Así como las partes del corazón, las cuatro comisiones del CMM sirven a la comunidad mundial de iglesias afines al anabautismo, en las áreas de diaconado, fe y vida, paz y misiones. Las comisiones preparan materiales para la consideración del Concilio General, brindan guía y proponen recursos a las iglesias miembros, además, propician redes y compañerismo en relación al CMM trabajando juntos en temas de interés y enfoque común. A continuación, una de las comisiones comparte un mensaje de la perspectiva de su ministerio.


“Por mi parte, yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28,20).

Aquí en Burkina Faso, durante más de cuatro años hemos enfrentado ataques terroristas. Una situación inexplicable, porque aunque los ataques son recurrentes, no son claramente atribuidos.

El gobierno, ante esta situación, ha recurrido a todos los componentes de la sociedad, incluyendo a las iglesias, para darles explicaciones, pedir consejos, y solicitarles que oren por la nación.

En repetidas ocasiones en Bobo-Dioulasso, donde resido y ejerzo mi ministerio pastoral, a nivel de la Federación de Iglesias y Misiones Evangélicas, hemos recibido varias misiones ministeriales del gobierno.

Derechos humanos

En 2019, recibimos la visita del Ministerio de Derechos Humanos y del Ministerio de Integración, Solidaridad y Cohesión Social.

Durante dichas visitas, tuve la oportunidad de hablar en representación de las iglesias y de decirles a la Ministra de Derechos Humanos y al representante del Ministerio de Integración, Solidaridad y Cohesión social que los cimientos sobre los cuales se basan sus ministerios para hacer su trabajo son principios que se encuentran en la Biblia.

La Biblia es el documento fundamental que defiende los derechos humanos. Dios fija su atención en lo que respecta a los derechos de los más débiles. ¿Acaso no dice la biblia “No opriman a las viudas, ni a los huérfanos, ni a los extranjeros, ni a los pobres. No piensen en cómo hacerse daño unos a otros” (Zacarías 7,10)? Dios es sobretodo el defensor de los derechos humanos.

Según un análisis personal, que predico en la iglesia y que comparto con nuestras autoridades, la crisis que atraviesa mi país es resultado de las injusticias:

  • Una distribución deficiente de los recursos del país, lo que favorece la falta de empleo, la cual a su vez que facilita el reclutamiento de jóvenes en los movimientos terroristas y yihadistas.

  • Según organizaciones de derechos humanos, también hay ejecuciones extrajudiciales. Leí un testimonio de un joven Peulh que decía “Muchos de nosotros estamos enlistados en los movimientos terroristas yihadistas porque miembros de nuestras familias han sido secuestrados y acusados por las fuerzas de defensa y seguridad y han desaparecido, para vengarlos, estamos luchando contra el sistema de gobierno”.

No hay paz sin justicia.

La paz y la justicia

Las autoridades de nuestro país confían en nosotros, piden nuestra contribución en la búsqueda de la paz. Cada vez que ellos se acercan a nosotros, les damos esperanza confiando en las promesas de Dios: “Feliz el pueblo cuyo Dios es el Señor, el pueblo que Él ha escogido como suyo” (Salmos 33,12).

Apoyados en estas palabras, colocamos a Burkina Faso bajo el control de Dios. Tenemos la convicción de que el aporte de las iglesias con sus oraciones tiene un impacto en el país. No cesamos de decir: “Si el Señor no protege la ciudad, de nada sirve que vigilen los centinelas” Salmos 127,1b).

Del mismo modo organizamos reuniones de oración por la nación, en estas ocasiones invitamos a las autoridades administrativas y políticas.

Con motivo de una de estas reuniones de oración que estábamos preparando para el año pasado, el Presidente del Parlamento nos visitó. Nos pidió que oráramos por la nación y que evitáramos las luchas y las divisiones políticas.

Cuando se enteró de que estábamos organizando una reunión de oración en la Casa de la Cultura, se hizo cargo del costo de alquilar la sala de reuniones, así como de los gastos de refrigerio de todos los participantes, a pesar de que era musulmán.

El Señor sigue siendo nuestra esperanza en esta lucha. Una visita de una delegación del Congreso Mundial Menonita en los próximos días fortalecerá nuestra esperanza de que los hermanos y hermanas piensen en nosotros y oren por nosotros.

“Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza; nuestra ayuda en momentos de angustia… ha puesto fin a las guerras hasta el último rincón del mundo…” (Salmos 46,2-9).

—Comunicado del Congreso Mundial Menonita escrito por Siaka Traoré, presidente de la Comisión de Diáconos. Él vive en Burkina Faso.

 

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