Bogotá, Colombia – Parece una convergencia providencial que el representante regional para la Región Andina del Congreso Mundial Menonita Pablo Stucky haya planeado visitar el Perú a principios de abril. Sus reuniones previamente programadas con líderes eclesiales tuvieron lugar poco después de que las lluvias inundaran la región desierta ocupada por las iglesias de los Hermanos Menonitas, matando cerca de 100 personas y dejando al menos 100.000 casas totalmente destruidas y 900.000 damnificados por daño de la propiedad. A la vez que informaba a los líderes de 13 iglesias de los Hermanos Menonitas sobre el Congreso Mundial Menonita (CMM), Stucky también ofreció cuidado pastoral.
“La fecha de esta visita hizo también posible acompañarlos en este momento de dolor y carga como resultado de la perdida y el daño que sufrieron y continúan sufriendo, lo cual hace parte del llamado de CEAS,” dijo Stucky. Se reporta que 370 familias de 13 congregaciones de los Hermanos Menonitas fueron afectadas. El representante regional voluntario del CMM también es coordinador de CEAS (Coordinación Eclesial para la Acción Psicosocial) un proyecto de las iglesias Anabautistas de Colombia, especializados en respuesta al trauma.
El primero de abril de 2017, Stucky se reunió con 21 pastores y lideres de la Conferencia Peruana Hermanos Menonitas, algunos que habían viajado hasta tres horas. Stucky presentó y recibió preguntas sobre el CMM, y facilitó el compartir sobre las secuelas que dejaron las inundaciones, y ellos oraron unos por otros.
La región ha experimentado inundaciones catastróficas antes (el trabajo de los Hermanos Menonitas en Perú comenzó con la respuesta de socorro a las inundaciones de 1983), pero los lideres informaron que esta vez el agua devastó áreas que previamente no habían sido afectadas. “Ha sido una experiencia intensa,” dijo un líder que vio gente arrastrada por la corriente. “Fue un tiempo de llanto por nuestros vecinos. Hemos rescatado personas, tratando de ayudar al máximo”.
“No estoy asustada,” les dijo una lider de la iglesia a sus amigos quienes estaban preocupados por su salida durante la tormenta. “Elías oró y la lluvia se detuvo. Fui a través del agua que me llegaba a las rodillas para ayudar en el nacimiento de un bebé. La niña nació sana y salva.”
“Vi que el agua estaba a punto de llegar a mi casa,” la misma líder relató el momento en que ella necesitaba conseguir medicina para sus nietecitos. “Señor, tu eres el ángel que acampa alrededor nuestro,” ella oró y salió sin preocuparse. “Tengo que enseñarles a mis nietos el valor que el Señor nos da”.
“Hemos aprendido que desde nuestras debilidades, podemos ayudar a otros”, dijo un pastor. Todos los miembros de su pequeña iglesia han perdido sus fincas “y sin embargo están llevando comida a la gente en necesidad. Estamos felices porque podemos ayudar.”
Aunque ellos mismos están sufriendo perdidas, los miembros de la iglesia están ayudando a sus vecinos, protegiendo a la gente en las edificaciones de las iglesias y en las casas de misioneros.
“Una semana después, el impacto del agua era [todavía] evidente y dramático: inmensas cantidades de barro; paredes hechas de adobe fueron disueltas por el rio, muebles, colchones y animales se perdieron,” dice Stucky. “Había hambre y desesperanza.”
Se necesitan alimentos de emergencia, así como suministros a largo plazo para cultivos destruidos que no pueden ser rápidamente reemplazados. Mosquitos portadores de enfermedades proliferan en el barro y el agua estancada. La gente también necesita cuidado emocional para superar el trauma experimentado; Stucky planea regresar en mayo para facilitar capacitación sobre auto cuidado y acompañamiento en tiempos de crisis.
“Gracias por venir y estar con nosotros,” los lideres le dijeron a Stucky. “No estamos solos; Dios está con nosotros. Hoy [el desastre] nos ha afectado. También podemos unirnos en favor de otras iglesias que pueden sufrir en otros lados.”
Haga clic aquí para apoyar el trabajo de los representantes regionales del CMM para hacer conexiones con nuestras Iglesias en tiempos de necesidad. Los representantes regionales del CMM son voluntarios de tiempo parcial. El CMM cubre los gastos de viaje para que se reúnan con líderes de iglesia en sus regiones.
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—Comunicado del Congreso Mundial Menonita