Una iglesia de paz renovada llama a un compromiso renovado de unos con otros; incluso aquellos que pueden ser nuestros enemigos. Construir puentes resuelve la desconexión; sin relación y conexión la paz no puede florecer. Esto es esencial si queremos relacionarnos con aquellos que son de una cultura o fe diferente; un reto significativo en las relaciones interreligiosas e interculturales es la percepción que creamos de los otros basados en las suposiciones y prejuicios, esto causa que no veamos y valoremos al otro como un hijo de Dios. Así, para superar este reto, es importante conocernos.
La hospitalidad juega un papel clave en la construcción de entendimiento desde diferentes puntos de vista religiosos y culturales. Las iglesias tienen la responsabilidad de crear espacios donde el compromiso autentico pueda ocurrir, sin embargo, las iglesias también deben encarnar la espiritualidad de un extraño, un invitado, asumiendo la posición de vulnerabilidad. La iglesia ya no tiene que esperar para hospedar a otros, sino que puede iniciar nuevas formas de relacionarse con esos otros.
La Iglesia Menonita de Java en Jepara hace esto al visitar a sus vecinos musulmanes. Los Menonitas en Jepara representan cerca del 1% del total de la población, que es ampliamente musulmana. No hay discrepancias entre las diferentes religiones en Jepara, pero aunque nuestra iglesia esta solamente a 300 metros de un edificio de una organización islámica, ¡casi no ha habido una relación establecida entre los cristianos y los musulmanes!
Cuando nuestra congregación decidió tomar seriamente su llamado a ser una iglesia de paz, priorizamos la construcción de relaciones con personas de otras religiones en nuestra ciudad. Nuestro primer paso fue visitar a uno de los jóvenes líderes islámicos y compartir nuestro sueño de construir relaciones entre menonitas y musulmanes en Jepara. Juntos organizamos una presentación de arte y cultura en la que nuestras comunidades, no solo nuestros líderes, pudieron participar y conocerse mutuamente, asimismo, iniciamos reuniones para reducir las percepciones equivocadas que teníamos los unos acerca de los otros.
Esto requirió un proceso largo, fue difícil ver más allá de nuestra sospecha (o nociones preconcebidas) del otro. Después de siete años, tenemos una buena relación con nuestros vecinos musulmanes, celebramos el día Internacional de la Paz juntos; la iglesia participa en sus celebraciones de aniversario; ellos participan en nuestras celebraciones de navidad, incluso cuando hay un edicto religioso (fatwa) que impide a los musulmanes dar saludos navideños a los cristianos en Indonesia.
Asumir la posición de un visitante requiere humildad, nos acercamos a otros sin tener una idea completa de quienes son. Esto requiere que nos acerquemos a los demás con respeto y confianza, creyendo que tenemos algo que aprender de aquellos que pueden ser diferentes. La vulnerabilidad que se genera por el hecho de ser un visitante o un extraño, requiere que uno necesite al otro. Eso significa que no venimos con arrogancia y poder sino con apertura y sinceridad, vulnerables, con la posibilidad de ser rechazados.
Tal acercamiento, sin embargo, trae esperanza. Al ser huéspedes vulnerables, atraemos oración y bendición del otro, incluso si ese otro es nuestro enemigo. Esta es la postura que Jesús demuestra a través de su encarnación; la reconciliación que Jesús genera entre la humanidad y Dios es hecha posible a través de su ejemplo de ser un huésped en el mundo. Él se entregó a sí mismo y se volvió un siervo, mostrando así humildad. Él acogió el sufrimiento, demostrando así su vulnerabilidad (Filipenses 2,6–8). Su postura generó significado para que la paz de Dios se realizara (Efesios 2,14), lo que nos da esperanza y valentía.
–Danang Kristiawan (Indonesia), Comunicado del Congreso Mundial Menonita
Este testimonio hace parte de los recursos para la adoración del Domingo de la Paz 2017. Haga clic aquí para ver más: www.mwc-cmm.org/domingodelapaz