Testimonios de América Latina
La Biblia incluye muchos libros que fueron escritos antes, durante y después de la venida de Jesús, pero su historia no termina ahí; Dios todavía sigue obrando y continúa impactando la vida de las personas.
Las formas en que Dios obra son misteriosas y en muchas ocasiones debemos tener paciencia para vislumbrar una pequeña parte del gran propósito que tiene Dios. En este sentido, y aunque todavía no comprendo la magnitud del pensamiento del Señor, puedo dar testimonio de la gracia y la bondad de Dios en medio de circunstancias que parecen negativas, como la pandemia del COVID-19, que ha sido una de los acontecimientos que han marcado la historia de la humanidad en los últimos años.
Durante la época de cuarentena y distanciamiento social obligatorio, las plataformas digitales fueron el medio para fortalecer las relaciones entre las comunidades de fe. Este fue el caso de la relación entre IMCOL (Iglesia Menonita de Colombia) y AMG (Asociación de Congregaciones Menonitas de Alemania), donde a través de estudios bíblicos mensuales reflexionamos juntos sobre cómo los textos bíblicos nos hablaban a cada uno de nosotros como seguidores de Cristo. A partir de estas conversaciones virtuales, la AMG me invitó a postularme para participar como delegada de la juventud Menonita en la 11.ª Asamblea del Consejo Mundial de Iglesias en Karlsruhe, Alemania.
Francamente, al principio no estaba segura sobre cómo podía aportar a dicha Asamblea, considerando que la representación de los colombianos era pequeña y la de los menonitas aún más pequeña. Sin embargo, conforme fueron pasando los días, a medida que fui conociendo a más participantes, pude ver que los menonitas representaban un hito en la historia de la iglesia, ya que somos reconocidos por el trabajo que realizamos en materia de justicia, paz y reconciliación.
En ese sentido, me sentí aceptada y animada a seguir participando como menonita, entendiendo que pertenezco a una iglesia local y global que busca construir puentes para la paz, en medio de un contexto marcado por la violencia. También tuve la posibilidad de participar activamente en un encuentro ecuménico, donde a pesar de ser una joven latina no ordenada, pude dialogar con obispos, reverendos y teólogos de diferentes países.
Esta experiencia abrió mi perspectiva, permitiéndome comprender la gran riqueza de oportunidades que existe en el diálogo interdenominacional e internacional, el panorama general de Dios obrando en el mundo. Cada persona individual hace una contribución esencial a la edificación del cuerpo de Cristo, que sale del contexto social, cultural y político en el que cada persona está inmersa. Como joven latina menonita de Colombia, yo también tenía algo que aportar.
—Catalina Bonilla, Iglesia Cristiana Menonita de Teusaquillo, Bogotá, Colombia. |