Amados hermanos y hermanas:
Durante el fin de semana, el mundo se vio sacudido por el ataque sin precedentes de Hamas contra vidas israelíes. Esta crisis se agravó rápidamente con ataques aéreos, batallas terrestres, asesinatos aleatorios, secuestros y propaganda de guerra en ambos bandos.
Nadie resulta más perjudicado por esta escalada de la situación que los civiles, que sólo desean vivir una vida normal sin temer por sus vidas y medios de subsistencia. Esta vida en paz y tranquilidad es una realidad que muchos de nosotros damos por sentado, pero sigue siendo un sueño lejano para ellos.
Si bien la comunidad anabautista-menonita no tiene presencia eclesial en los territorios israelíes y palestinos, esta es una tierra que rinde homenaje a múltiples religiones: el judaísmo, el cristianismo y el islam. Como seguidores del Príncipe de paz, como personas que no ponemos nuestra confianza en los gobernantes terrenales, nos lamentamos con aquellos que sufren y se niegan a tomar partido por intereses políticos.
En un conflicto aparentemente interminable que ocurre en un lugar con conexión con muchas personas de fe, quiero llamar a la comunión anabautista-menonita mundial a recordar:
“Guarda tu espada —le dijo Jesús (A Pedro)—, porque los que a hierro matan, a hierro mueren”. (Mateo 26:52 NVI)
“Dios mismo juzgará entre las naciones y administrará justicia a muchos pueblos. Convertirán sus espadas en arados y en hoces sus lanzas. Ya no levantará su espada nación contra nación y nunca más se adiestrarán para la guerra”. (Isaías 2:4)
Pedimos a las iglesias y a las personas que oren para que la violencia termine y pueda comenzar la conciliación.
- Oremos para que los rehenes regresen sanos y salvos a sus hogares y familias.
- Oremos para que aquellos que están de luto estén rodeados de sus seres queridos mientras lloran.
- Y oremos para que los trabajadores por la paz, los negociadores y el personal gubernamental pongan la vida y la humanidad de las personas por encima de las ganancias políticas o militares.
Si bien este conflicto ha estado en marcha por décadas, unámonos para pedirle a nuestro Dios que tenga misericordia de Israel y Palestina y que ponga fin a esta crisis de manera justa, pacífica y sostenible.
Señor, en tu misericordia, escucha nuestra oración.
En el nombre de Jesús, amen.
Henk Stenvers, presidente, CMM