• ¡Justicia climática ya!” “¡El pueblo al poder!” “¡Mantengan los recursos donde pertenecen!”, resonó a través de los pasillos mientras caminaba por la Zona Azul, el lugar donde 197 Estados miembros de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC por sus siglas en inglés), se reunieron en diciembre de 2015 para decidir sobre el futuro de nuestro clima. Era la primera vez que asistía a estas negociaciones sobre el clima y resultó ser una reunión histórica en la que se aprobó el Acuerdo de París (un acuerdo mundial para salvar/proteger el clima y las personas que viven en este planeta).

    Era también la primera vez que entraba en contacto con un gran número de comunidades basadas en la fe que abogaban por entornos sostenibles y resiliencia climática, luchando junto a las comunidades y personas más vulnerables. Admitidos como observadores oficiales, las comunidades basadas en la fe tuvieron la oportunidad no solo de hacer un arduo trabajo preliminar de incidencia política acercándose a los negociadores uno a uno, sino que incluso se les dio un espacio para hacer oír su voz ante una audiencia de ministros y Jefes de Estado en el Diálogo de alto nivel.

    El cambio climático no es una “noticia falsa”, sino una dura realidad en todo el mundo, que se hace sentir más intensamente en nuestros hermanos y hermanas del Sur global. La destrucción del medio ambiente y el cambio climático, intensificados a través del estilo de vida que se lleva en el hemisferio norte, son factores clave que contribuyen a la pobreza. La presión continua sobre nuestros recursos compartidos priva a los más pobres y más vulnerables de tener vidas sostenibles y dignas; y esto no es rara vez motivo de conflicto.

    La crisis climática actual y las injusticias climáticas muestran claramente que un entorno sostenible, la dignidad humana y una mayor resiliencia de las comunidades más vulnerables, están estrechamente relacionados y son mutuamente dependientes. Por lo tanto, como menonitas y cristianos en Alemania, procuramos un mayor grado de sostenibilidad en nuestras acciones a fin de proteger la creación de Dios para las generaciones futuras y para el sustento de millones de personas en la actualidad.

    A menor escala, esto comienza con algunas de nuestras congregaciones que tienen paneles solares en sus techos para reducir el consumo de energía de combustibles fósiles.

    Continúa con algunos de nuestros miembros que se niegan a poseer un automóvil, porque simplemente no es necesario en las zonas urbanas.

    Muchas de nuestras congregaciones participan en actividades de los barrios para fortalecer las comunidades locales y apoyar a los menos privilegiados.

    Todas estas iniciativas derivan del compromiso de cuidar la maravillosa creación que se nos ha encomendado.

    Sin embargo, es necesario que incluyamos más de estos temas en la agenda de nuestras iglesias: el 100 por ciento de energía renovable, consumo responsable, educación teológica para el desarrollo sostenible y trabajo de incidencia local. Además, participar activamente en la familia de fe ecuménica podría ampliar este compromiso local y llevarlo a un nivel mundial. A través del trabajo de incidencia en la escena política e influyendo en las políticas y decisiones, podemos cuidar a quienes son parte del pueblo de Dios y no son exactamente nuestros vecinos, sino miembros de la familia de Dios a nivel mundial.

    Volviendo a las negociaciones sobre el clima: como comunidad ecuménica mundial de iglesias, el Consejo Mundial de Iglesias (CMI) tiene un rol prominente entre las comunidades basadas en la fe y las negociaciones sobre el clima. La AMG (nuestra convención) y otras convenciones menonitas que son miembros del CMI, se unieron al “Peregrinaje por la justicia y la paz”, en 2013, en resonancia con los valores anabautistas. En el contexto del clima, esto se ha traducido en el “Peregrinaje por la justicia climática y la paz”: creando conciencia de que no se debe olvidar la justicia climática y que se debe dar voz a los más débiles y vulnerables de nuestra comunidad mundial.

    “Necesitamos la sabiduría de la creación”, dijo Olav Fykse Tveit, secretario general del CMI, durante el culto por la justicia climática en recientes negociaciones sobre el clima: “Una sabiduría que vea la realidad, entienda y reconozca los tiempos en que vivimos. Una sabiduría que […] tenga el valor de actuar y de abrir un nuevo camino para que podamos prepararnos juntos para el futuro”.

    Nuestro amor por Dios y por el pueblo de Dios nos impulsa a alzar nuestras voces, a acompañar a los vulnerables, a participar activamente en política y a luchar por la justicia climática en el mundo. Por lo tanto, unamos nuestras fuerzas ecuménicas y oremos mientras seguimos caminando en este peregrinaje: “Dios de la vida, guíanos a la justicia y la paz”.

    –Rebecca Froese, miembro de AMG (Arbeitsgemeinschaft Mennonitischer Gemeinden en Deutschland), una iglesia menonita miembro de Alemania. 


    Este artículo apareció por primera vez en Correo/Courier/Courrier en abril de 2018.


    El Grupo de Trabajo de Cuidado de la Creación trabajará con las iglesias miembro del CMM para:

    •     Incrementar la conciencia sobre la crisis climática.
    •     Presentar maneras prácticas de alentar un estilo de vida fiel desde un punto de vista ecológico.
    •     Explorar las formas en la que los países representados están siendo afectados por la crisis climática.
    •     Alentar el desarrollo de capacidades bíblicas y teológicas relevantes para la crisis climática.
    •     Desarrollar un plan estratégico para el CMM que incluya proyectos prácticos a corto plazo y compromisos a mediano y largo plazo.

    Más información

  • Las iglesias miembros del Congreso Mundial Menonita (CMM) alrededor del mundo, expresan que el Espíritu de Jesús nos da poder para…convertirnos en pacificadores que renuncian a la violencia, aman a sus enemigos, buscan la justicia y comparten sus posesiones con los necesitados (Convicción Compartida #5 del CMM) por medio de las iglesias locales, iglesias nacionales y los ministerios relacionados.

    “Las 105 iglesias miembros que conforman el CMM han dado muchos ‘frutos’, entre ellos, los organismos y programas relacionados con la paz”, afirma el secretario de la Comisión de Paz Andrew Suderman. “Buscar maneras de conectar, animar, y lograr que estas organizaciones anabautistas de paz sean solidarias entre sí en nuestra labor común hacia la paz, ha dado lugar al surgimiento de una Red Mundial Anabautista de Paz (GAPN, por su sigla en inglés)”.

    Dos subvenciones multi anuales están proporcionando el dinero inicial para esta red emergente. El fondo Kindred Charitable Fund de Kindred Credit Union, Kitchener, Ontario, Canadá, otorgó $7.500 en 2017, $5.000 en 2018 y $2.500 en 2019 [fondos canadienses] para la GAPN del CMM. La fundación United Service Foundation de raíces anabautistas también otorgó un importante desembolso de tres años para apoyar el establecimiento de esta red de paz.

    Estas subvenciones financiaron los primeros pasos de la red: nombrar en octubre de 2017 a Andrés Pacheco-Lozano, un promotor de paz colombiano quien está estudiando en los Países Bajos, como coordinador de la red, además de facilitar la primera reunión presencial del recientemente constituido comité directivo de GAPN, durante las reuniones del Concilio General del CMM las cuales se realizarán en Kenia en abril de 2018.

    La Comisión de Paz espera lanzar formalmente la red durante la Conferencia – Festival Mundial Menonita para la Construcción de Paz en Amsterdam en 2019.

    Una propuesta en el 2016 identificó cuatro potenciales tareas para GAPN: compartir las solicitudes de oración e incidencia, compartir noticias/información/historias sobre la labor relacionada al trabajo en temas de paz, elaborar un directorio de miembros, asimismo, crear un espacio – electrónico y físico – “donde aquellos que son parte de la red”, explica Suderman, “puedan encontrarse, conectarse, y desarrollar relaciones de transformación mutua”.

    “Ver que GAPN se convierta en algo que tenga verdaderamente un alcance mundial requiere paciencia e inversión”, dice Arli Klassen, Directora de Desarrollo del CMM. “Estamos agradecidos por los donantes – los particulares, las organizaciones como Kindred, y la fundación familiar la cual dio una subvención multianual – que comparten esta visión”.

    Esta red se relacionará con la estructura del CMM a través de la Comisión de Paz. “Si bien la Comisión de Paz se centra en apoyar a las iglesias miembros del CMM”, expone Suderman, “GAPN buscará conectar a las organizaciones, programas y a los obreros relacionados con la paz de esas iglesias. De esta manera, continuamos caminando y apoyándonos unos a otros en la búsqueda del reino pacífico de Dios”.

    —Comunicado del Congreso Mundial Menonita

  • Así como las partes del corazón, las cuatro comisiones del CMM sirven a la comunidad mundial de iglesias afines al anabautismo, en las áreas de diaconado, fe y vida, paz y misiones. Las comisiones preparan materiales para la consideración del Concilio General, brindan guía y proponen recursos a las iglesias miembros, además, propician redes y compañerismo en relación al CMM trabajando juntos en temas de interés y enfoque común. A continuación, una de las comisiones comparte un mensaje de la perspectiva de su ministerio.


    “Pero cuando el Espíritu Santo venga sobre ustedes, recibirán poder y saldrán a dar testimonio de mí, en Jerusalén, en toda la región de Judea y de Samaria, y hasta en las partes más lejanas de la tierra” (Hechos 1,8).

    A mediados de los años 60’s, hubo un movimiento en toda Etiopía entre los jóvenes, en escuelas secundarias y en campus. Los creyentes que estaban comprometidos con la oración, fundamentados en las escrituras, comenzaron a dar testimonio en estas escuelas, en oficinas y en los caminos.

    La principal petición de oración consistió en tener sed por la llenura del Espíritu Santo – la promesa dada por Dios el Padre, como fue escrito en la Biblia. Estos jóvenes también tenían una fuerte pasión por las almas perdidas. Nuestro Dios fiel contestó estas oraciones y derramó su Espíritu sobre muchos de los creyentes.

    La iglesia Meserete Christos Church (MKC por su sigla en inglés), una de las iglesias menonitas más grandes, tenía una membresía de un poco más de 5.000 personas cuando pasó a la clandestinidad durante el tiempo de la persecución por parte del gobierno militar marxista. Y fue durante ese tiempo de persecución que la iglesia floreció y comenzó a experimentar un crecimiento dramático.

    Los creyentes transformados por el poder del Espíritu Santo fueron lo suficientemente valientes para testificar de Jesucristo, compartir su fe y vivir una vida de santidad que condena el pecado y llama a los pecadores al arrepentimiento.

    Aunque el gobierno marxista puso muchas restricciones para los cristianos, el evangelio de Jesucristo no pudo ser detenido. Muchos creyentes, incluyendo los líderes eclesiales de MKC, fueron encarcelados. Las estadísticas de MKC, después de 17 años de persecución, mostraron un crecimiento diez veces mayor.

    Como en la época de los israelitas subyugados por el Faraón, entre más cristianos eran oprimidos, más se multiplicaban y esparcían. Las iglesias locales fueron plantadas por jóvenes creyentes quienes estaban comprometidos y encendidos por el poder transformador del Espíritu Santo. Muchas células familiares fueron formadas para hacer reuniones de estudio bíblico y oración. El crecimiento ha continuado. Hoy en día, por la gracia de Dios, MKC está creciendo con más de 20.000 creyentes añadidos a la iglesia por medio del bautismo cada año.

    Los discípulos de Jesucristo, en el libro de Hechos, llenos con el poder del Espíritu Santo, “pusieron al mundo al revés con sus enseñanzas”. Siendo transformados por el Espíritu, esparcieron el evangelio valientemente y muchas personas se convirtieron al cristianismo. El Espíritu Santo transformó estas personas y también las volvió testigos.

    La palabra testigo en griego es “martyrs” – la misma raíz de la palabra mártir en inglés. Aunque es usada hoy en día como una forma de designar a aquellos que han sufrido la muerte como consecuencia de confesar a Cristo, “martyr” significaba originalmente ser un testigo.

    Cuando pensamos en ser transformados por el Espíritu Santo, nos referimos a una vida transformada por causa del evangelio – para ser un instrumento en la obra del Reino de Dios. Un mártir vive para el maestro, no para sí mismo o para sí misma, ni siquiera para un interés grupal.

    Somos transformados por el Espíritu Santo para servir a Dios por medio de la proclamación de la obra del Señor, las buenas nuevas de Jesucristo para su gloria.

    “Pero ustedes son una familia escogida, un sacerdocio al servicio del rey, una nación santa, un pueblo adquirido por Dios. Y esto es así para que anuncien las obras maravillosas de Dios, el cual los llamó a salir de la oscuridad para entrar en su luz maravillosa” (1 Pedro 2,9).

    Un Comunicado del Congreso Mundial Menonita escrito por Tewodros Beyene (Etiopia), miembro de la Comisión de Fe y Vida.

  • Amar a las personas generosas de la República Democrática del Congo (RDC) no es difícil, pero la maldad que tiene lugar en las zonas rurales de Kasaï en ese exuberante país es difícil de comprender.

    En diciembre del 2017, los sobrevivientes de la guerra civil, contaron a una delegación de la Comisión de Diáconos del Congreso Mundial Menonita sobre ataques sorpresa en contra de sus pueblos por parte de milicias perpetradoras de actos de saqueo. Con armas de fuego o cuchillos, dichos grupos masacran hombres, niños y a todos aquellos que son asociados de alguna manera con el gobierno.

    Las victimas mueren frente a sus propias familias, en frente de mujeres y niños quienes también podrían ser asaltados o asesinados. Las aldeas yacen en ruinas; miles han huido a pie. Los sobrevivientes traumatizados lo han perdido todo: propiedades, familia, comunidad. Algunos llevan cicatrices de tortura. La mayoría nunca regresará a sus lugares de origen.

    Yo fui parte de la delegación haciendo esa visita pastoral, y regresé a casa con gratitud por los menonitas en la RDC que nos recibieron con generosidad y amor a pesar de su sufrimiento.

    En un país con desafíos económicos y políticos abrumadores, los menonitas llenan las casas de adoración con cantos maravillosos y mensajes de reconciliación llenos de esperanza. Vimos a los menonitas en las ciudades de Kikwit y Kinshasa cuidando de las personas desplazadas de cualquier tribu, en una nación en donde es común solo cuidar de aquellos que pertenecen a la misma familia.

    Un grupo de sobrevivientes traumatizados se encontró con nuestra delegación en Église Frères Mennonites Nouvelle Jerusalem (Iglesia de los Hermanos Menonitas Nouvelle Jerusalem) en Kikwit. La agonía de las historias que contaron me hizo anhelar el cumplimiento de la visión de Juan: “Secará todas las lágrimas de ellos, y ya no habrá muerte, ni llanto, ni lamento, ni dolor…” (Apocalipsis 21:4).

    Las causas del caos en partes de la República Democrática del Congo incluyen la lucha por controlar las minas de diamantes o de oro, la rivalidad tribal, la rebelión política, la intervención extranjera y la actividad criminal. Las personas que huyen de la agitación con frecuencia soportan semanas o meses de peligro al viajar cientos de kilómetros hasta Kikwit u otras ciudades. Las mujeres dan a luz durante este difícil viaje hacia la seguridad.

    Durante nuestra visita, a menudo pensé en Michael J. Sharp, un joven adulto menonita de mi comunidad local en los Estados Unidos, quien fue asesinado en la región de Kasaï el año pasado mientras estaba en una misión de paz con la Organización de las Naciones Unidas. La muerte de Michael me conmovió profundamente a mí y a muchas personas en el CMM. ¿Qué están soportando las hermanas y hermanos de la RDC quienes enfrentan innumerables pérdidas?

    El Comité Central Menonita y otras organizaciones anabautistas están respondiendo a la crisis en la RDC; por su parte, el CMM ayudó a coordinar la conversación entre varias agencias. En un proyecto llamado la operación “Buen Samaritano”, los menonitas en Kikwit que tienen poco dinero para proporcionar socorro han abierto sus hogares para recibir sobrevivientes que, en ocasiones, ni siquiera conocen.

    Conocimos a un agotado médico menonita congoleño que se ocupaba de personas desplazadas en Kikwit, quien nos relató lo difícil o imposible que es adquirir suministros médicos esenciales.

    Hay más de 400 tribus en la RDC y esto crea tensión incluso para algunos anabautistas. Pero el amor incluyente que vimos en Kikwit es un ejemplo para la iglesia mundial. Francisca Ibanda de Kinshasa, representante regional del CMM para el occidente de África, dijo, “No es un problema tener tribus, porque en Cristo, las tribus pueden trabajar unidas. Podemos amar incluso a aquellos pertenecientes a tribus que se supone que son nuestros enemigos”.

    un comunicado del Congreso Mundial Menonita escrito por J. Nelson Kraybill

  • El Congreso Mundial Menonita construye una red de conexiones dentro de la familia anabautista menonita alrededor del mundo, a través de su sitio web, correos electrónicos, redes sociales, publicaciones frecuentes y el establecimiento y consolidación de relaciones con otras organizaciones. He aquí algunos nuevos puntos de conexión:

    Gerald Hildebrand

      • Los Representantes Regionales son los primeros puntos de contacto de las iglesias nacionales con el CMM. Gerald Hildebrand, un experimentado pastor y ex director de área de MB Mission, además de miembro de la Iglesia de los Hermanos Menonitas River East Mennonite, en Winnipeg, Manitoba, Canadá, comienza como representante regional para Norteamérica en abril del 2018, cuando Lynn Roth culmina su trabajo en ese rol. “Estamos agradecidos por el servicio de Lynn, el cual consistió en conectar al CMM con iglesias a nivel local y nacional en Norteamérica desde el 2013”, afirma la coordinadora de representantes regionales Arli Klassen. “Su red de conexiones y habilidades fueron una gran ventaja, particularmente en el período previo a la Asamblea de Pensilvania 2015”.
      • Un nuevo libro escrito por la Comisión de Misiones, El Pueblo de Dios en Misión: Una perspectiva anabautista, reúne diversas voces y experiencias de los diferentes contextos de nuestra familia mundial del CMM. Varios de los fragmentos que hacen parte del libro fueron escritos en diferentes idiomas hablados por algunos miembros del CMM. El Pueblo de Dios en Misión es lanzado en Kenia en las reuniones del Concilio General.
      • Las reuniones trienales del Concilio General del Congreso Mundial Menonita (compuesto por delegados enviados desde cada iglesia nacional miembro), tienen lugar del 23 al 26 de abril de 2018 en Nairobi, Kenia, precedidas por las reuniones de los comités y las redes del CMM. Además, los delegados y menonitas locales celebraron Renovación 2027, “El Espíritu Santo nos transforma”, el 21 de abril de 2018, en Kisumu, Kenia. Esté atento a más noticias sobre estas reuniones el próximo mes.

      —Comunicado del Congreso Mundial Menonita

    • En este comienzo del tercer milenio, la humanidad enfrenta serios problemas ecológicos que amenazan la vida humana y la de toda la creación. Las consecuencias del calentamiento global son perceptibles en todos los países del mundo: contaminación del aire y del agua, fuertes inundaciones y calor extremo, etc.

      En África, principalmente en los países al sur del Sahara, las personas están expuestas a múltiples enfermedades debido al  deterioro creciente de la creación y de las condiciones de vida. Las otras criaturas, como los peces, los animales (tanto domésticos como salvajes), las aves, los árboles y los ríos, no se salvan. Son víctimas de la avaricia y la locura humanas. Pero, de la misma manera que el Señor nos guarda, nosotros debemos guardar la creación de Dios, cuidando de la tierra y sus habitantes. Esta es la voluntad del Creador.

      1. La Biblia y la preservación de la creación

      La Biblia no guarda silencio respecto a la responsabilidad del ser humano por la creación.  Nos brinda valiosas enseñanzas sobre este tema, a tal punto que muchos han llegado a considerar la Palabra de Dios como una especie de texto de ecología, un manual que ayuda a los cristianos a vivir correctamente en la tierra, un libro que nos dice, “cómo vivir en la tierra para no quedar desorientados al llegar al cielo” (Dewitt).

      1. Fundamento del Antiguo Testamento

      El Antiguo Testamento contiene muchos pasajes bíblicos que nos instruyen sobre nuestra responsabilidad por la creación. Sin embargo, el pasaje más elocuente es el de Génesis 2.15, “Dios el Señor tomó al hombre y lo puso en el jardín del Edén para que lo cultivara y lo cuidara”. Este versículo establece el fundamento bíblico para la protección de la creación. Enfatiza el mandato cultural de la misión de Dios confiada a los humanos en el jardín del Edén. Este doble mandato misionero consiste en cultivar y cuidar.

      Cultivar (àvàd)

       Esther Martens

      Etimológicamente, esta palabra se origina de la raíz àvàd que significa cultivar, servir, trabajar. En todo el Antiguo Testamento àvàd solo tiene estos dos significados, que vienen a ser lo mismo: honrar y glorificar a Dios.

      En el primer caso, se trata de rendir culto a Dios, de realizar ciertos servicios en la adoración. El segundo se refiere al trabajo manual del ser humano para suplir sus propias necesidades, o las de su amo en el caso de los esclavos. También es un servicio prestado a los reyes (Ex 20.9, 30.16; Lv 25.39; Dt 28.23; Sal 128.2, 24.1–2; Hch 20.35; 1 Co 16.58; 2 Ts 3.8–9,11).

      En esta perspectiva, el ser humano no fue creado para no hacer nada. El trabajo es una necesidad de su naturaleza, que solo puede desarrollarse mediante la actividad. El trabajo es lo que desarrolla la inteligencia, todas las fuerzas de la energía y la voluntad, así como las del cuerpo (Rochedieu). El ser humano ha sido llamado primero a trabajar, ya que es la condición sine qua non de todo desarrollo. El ser humano continúa la obra de Dios a través del trabajo, porque Dios quiere que sea próspero. El apóstol Pablo incluso dice, “si alguno no quiere trabajar, que tampoco coma” (2 Ts 3.10).

      Debe enfatizarse que, al principio, el trabajo manual no es una maldición ni una consecuencia del pecado. Es una institución divina. El trabajo proviene de Dios porque él mismo trabajó y aún trabaja.

      El término àvàd, entendido como un servicio a rendir, también se refiere a la adoración que el ser humano debe rendirle a Dios. Pero el verdadero culto consiste en servir a los demás para su bien (Is 58.6–7; Stg 1.27); cultivar significa obedecer la voluntad y las órdenes de Dios. Rochedieu considera a este respecto, “que existe en este caso una estrecha analogía entre cultivar, culto y cultura. El buen uso de la misión lleva necesariamente al servicio que se rinde a Dios para su gloria y honor, y para el bienestar y la integridad de todas las criaturas; le pide a Dios su pan mientras se pone a trabajar para obtenerlo”.

       Yanto Bengadi.

      Cuidar (shamar)

      Este verbo significa cuidar, vigilar, velar por, proteger, preservar, guardar, conservar la memoria, observar, notar, sostener. Este verbo se usa 126 veces en el Pentateuco, 128 veces en los Profetas y 165 veces en el resto de las Escrituras. En el pasaje de Génesis 2.15, shamar tiene el sentido de vigilar, preservar, cuidar.

      Desde esta óptica, la tarea del ser humano consiste en proteger el jardín de las aspiraciones de dominio de un “enemigo” de una naturaleza totalmente diferente, que pronto aparecerá. Esta tarea de Adán, que se refiere solo al jardín, deja entrever la tarea de la humanidad con respecto a la tierra.

      La palabra cuidar (shamar) se refiere tanto a los pastores que vigilan el rebaño (1 S 17.20) como al agricultor que cuida el huerto, como en Génesis 1.28 y 2.15; “se responsabiliza a la humanidad ” (Roop).

      “La misión encomendada por Dios no se cumple mediante la explotación y destrucción de la flora y la fauna”, escribió Jochem Douma, profesor de Ética. Por el contrario, los seres humanos no solo se ocupan de las ‘cosas’ que pueden manipular y deformar según les parezca para enriquecerse, sino que han recibido la administración de una función determinada por Dios. Por consiguiente, deben comportarse con las demás criaturas teniendo en cuenta las características que Dios ha otorgado a cada una”.

      Como administrador de grandes bienes, el ser humano no debe pretender ser el “dueño”. El mundo es una creación de Dios, y no de los humanos. Ellos son apenas administradores de una creación que sigue siendo propiedad de Dios. Debe ser administrada según las normas de la justicia divina y no según aquellas que el ser humano forja en sus deseos de poder.

      Hoy en día, la creación sufre una degradación a gran escala que no debe dejar indiferentes a quienes se llaman discípulos de Jesucristo, porque de ello depende la supervivencia de la humanidad, tanto de hoy día como de las generaciones futuras.

      Fundamento del Nuevo Testamento AnnaMarjan Bosma.

      Varios pasajes del Nuevo Testamento hablan de la dimensión cósmica del Evangelio. No obstante, analizaremos el texto de las epístolas de Pablo a los Colosenses (1.15–23) y a los Romanos (8.18–22). Colosenses 1.15–23 afirma claramente que en Cristo subsiste todo (panta en griego), porque “todo fue creado por medio de él y para él”. Describe el vínculo que existe entre el Cristo de la creación y el Cristo de la cruz. Él es aquel en quien todas las cosas se reconcilian y reencuentran la armonía. Pablo declara audazmente que los beneficiarios de esta nueva armonía no son solo los seres humanos, sino todas las cosas. Es un derecho adquirido en el presente y el futuro.

      En Romanos 8:18–22, Pablo escribe que toda la creación sufre (los seres humanos y las demás criaturas), y está esperando el día de la redención de los hijos de Dios. Este sufrimiento proviene de la rebelión del ser humano contra la ley de Dios. Porque Dios creó un jardín exuberante, productivo y libre de malezas, un lugar lleno de salud y vida, pero el pecado trajo enfermedad, muerte, espinas y cardos. El ser humano debe trabajar duro para ganarse el pan porque la tierra productora de alimentos ha sido maldecida. En el espacio de dos siglos (desde el comienzo de la era industrial), la especie humana ha hecho tambalear los cimientos de la vida.

       Bryan Diaz, Iglesia Cruising for Jesus, Cali, Colombia.

      La creación sufre y suspira dolores del parto debido a la actividad humana: la destrucción de los espacios naturales y la urbanización, la extinción de especies, el deterioro de los suelos, la transformación de los recursos naturales, los residuos y productos peligrosos, la contaminación a gran escala, la alteración del equilibrio planetario, la degradación humana y cultural, el calentamiento global, las condiciones insalubres en las grandes urbes de los países en vías de desarrollo, etc. Estos son los graves males que sufre la creación.

      El mandato que Dios le dio al ser humano es cultivar y cuidar el jardín. Pero en realidad los humanos solo cultivan y explotan la tierra sin preocuparse por la segunda parte del mandato cultural de cuidar el don de Dios, sabiendo que el verdadero dueño del cosmos es Dios mismo, que creó todas las cosas para su gloria. Y si él nos ha dado los beneficios de la creación para que la disfrutemos de manera responsable, debemos tener cuidado de no socavar su fertilidad.

      Por otro lado, si actuamos de acuerdo con la enseñanza bíblica sobre este tema, viviremos felices y ofreceremos a las generaciones venideras un futuro radiante.

      Los beneficios de seguir las enseñanzas de la Biblia sobre preservar la creación

      La enseñanza bíblica sobre la protección de la creación tiene varias ventajas. Nos permite:

      • Desterrar la ignorancia sobre nuestra responsabilidad de proteger la creación. Cuanto más estemos informados sobre la degradación y la destrucción infligidas a la tierra de nuestro Señor, más nos vemos obligados a rever nuestra responsabilidad como gestores y administradores de nuestro planeta y de sus habitantes. Entendemos que Dios es el creador de todo el universo (Gn 1.1), el cual le rinde elocuente testimonio (Sal 19). Toda la creación le pertenece a Dios (Dt 10.14; Sal 24.1; 1 Cor 10.26) que la ama y se preocupa por ella, proveyendo alimento y agua para todas las criaturas (Sal 104; Hch 14.17), como también proveyó a Jesucristo   (Jn 3.16). Se nos asegura que el Señor nos bendice y nos guarda (Sal 104; Nm 6.24–26).
      • Debemos darnos a nosotros mismos y al suelo un descanso sabático, es decir, tiempo para la recuperación y para disfrutar de los frutos de la creación de Dios (Ex 20.23; Lv 25.26). Así como Dios provee para las necesidades de sus criaturas, nosotros también debemos permitirles que sean fructíferos y que se multipliquen (Gn 1.22, 28.17, 9.1–7), y no añadir “casa a casa” (Is 5.8).
      • Participar en los esfuerzos de unos y otros para detener la rápida degradación de la creación que amenaza al mundo. Las consecuencias de esta degradación son dramáticas para la especie humana así como para las otras especies.
      • Desde la perspectiva del desarrollo sostenible, trabajar para nuestro desarrollo, sin comprometer el de las generaciones futuras.

       Sandra Campos.

      Los costos de preservar la creación

      A escala global, los gobiernos mundiales están divididos en cuestiones relacionadas con la protección del medio ambiente. Los países capitalistas y los países más industrializados del mundo son los que más contaminan. No hablan el mismo idioma sobre el tema del calentamiento global, que es una amenaza real para el futuro del mundo. El año pasado (2017), Estados Unidos, uno de los países más industrializados de la tierra, se retiró de los acuerdos de París sobre el calentamiento global.

      Los Estados más industrializados deben dejar de lado su ego y modificar su cosmovisión si esperan cambiar la faz del mundo. Es a este precio que se pueden movilizar los medios financieros para detener la degradación de la creación, cuyas consecuencias son globales.

      Cada Estado debe ser consciente de los serios problemas ecológicos que amenazan la existencia de la creación.

      En la República Democrática del Congo (RDC), la situación ecológica es dramática. De hecho, desde el genocidio de Ruanda en 1994, el este del país ha acogido a miles de refugiados armados que han devastado la fauna y la flora locales. Las guerras sucesivas en el país han contribuido a la degradación del medio ambiente. Los parques nacionales de Virunga y Garamba se han convertido en guaridas de grupos armados locales y extranjeros que siguen matando los gorilas de montaña, okapis, hipopótamos, etc.

      En ciudades como Kinsasa, la situación ambiental es alarmante: antiguamente llamada Kin la belle [“Kin la bella”], sus propios ciudadanos la denominan como Kin la poubelle [“Kin la basurrero”] (Nzuzi). La insalubridad reina en todas partes. Botellas de plástico son arrojadas en canales, arroyos y ríos. La erosión ya ha arrasado algunas partes de los barrios de la ciudad.

      Esta insalubridad es la causante de enfermedades mortales como el tifus, la malaria, el cólera, etc. En el momento de redactar este informe, una epidemia de cólera afecta actualmente una de las zonas más desfavorecidas y pobladas de Kinsasa: el barrio de Camp- Luka.

      Frente a esta situación, el Estado congoleño en general y el gobierno provincial de Kinsasa en particular, son impotentes. Según el gobernador de la ciudad, el gobierno provincial no cuenta con los medios financieros y materiales para garantizar el saneamiento diario de la ciudad. Los esfuerzos del gobierno y de las personas de buena voluntad son apenas una gota en el océano.

      La protección de la creación exige tanto medios financieros considerables como un cambio de mentalidad en la población. J. Nelson Kraybill.

      La contribución de las iglesias menonitas a la protección de la creación en la República Democrática del Congo

      La degradación de la creación en la República Democrática del Congo está estrechamente relacionada con las culturas y las necesidades alimenticias y económicas de las poblaciones de cada provincia. Por ejemplo, en las regiones de Kasai y el suroeste de Kwango, la extracción artesanal de diamantes ha alterado completamente la flora y la hidrografía, y algunas especies de animales silvestres han desaparecido por completo.

      En semejante ambiente, los esfuerzos de los líderes menonitas se centran en concientizar a sus miembros y a la población local sobre un cambio de mentalidad y percepción del mundo en cuanto a la creación, a la luz de la enseñanza bíblica.

      Gracias al programa “Evangelización y Salud Comunitaria”, los pastores y los miembros de las iglesias locales se sensibilizaron respecto a trabajar por su propio desarrollo, pero también por la protección de la creación y la lucha contra la insalubridad. Por ejemplo, hemos pedido a todos los pastores de Kinsasa que limpien regularmente el patio y el entorno cercano a sus sus templos, que construyan instalaciones higiénicas dignas de tal nombre y que planten árboles en el patio, si el espacio lo permite. Después de algunas visitas a diferentes congregaciones, este trabajo resultó eficaz.

      Además, los jóvenes menonitas unen fuerzas con otros jóvenes para combatir la insalubridad y la erosión en Kinsasa. Este trabajo se hace como se puede: usando bolsas, palas, etc. En los últimos años, gracias a los esfuerzos de nuestros jóvenes, las iglesias de Lonzo en el barrio de Camp-Luka, la comuna de Ngaliema y la congregación de Mfila, ubicadas en el barrio de Delvaux de la misma comuna, se han salvado de gigantescas erosiones que amenazaban con hacerlas desaparecer.

      Conclusiones

       Shena Yoder.

      En el contexto de la RDC, las iglesias cristianas en general y los menonitas en particular, tienen una gran responsabilidad en la protección de la creación. Los líderes cristianos y los miembros de las iglesias locales deben aprender más sobre el tema de la preservación de la creación. También deben llevar a cabo acciones concretas que promuevan su protección. Los líderes eclesiásticos deben desempeñar un papel profético interpelando a los líderes políticos en cuanto a la degradación ambiental.

      El contexto de nuestros hermanos y hermanas del Norte es diferente al del Sur. Sin embargo, la lucha contra la degradación de la creación es un asunto común porque sus consecuencias no son solo locales, sino mundiales. Es por eso que las experiencias de los hermanos del Norte pueden servir a los hermanos del Sur que están más expuestos a los daños del deterioro de la creación de Dios.

      Históricamente, los menonitas se han dedicado al trabajo de la tierra (cultivar y cuidar); las experiencias de unos y otros en este campo pueden fortalecer nuestros lazos de fraternidad y solidaridad. Espero que se cree una comisión llamada “Desarrollo y Preservación de la Creación” dentro del CMM para dejar por siempre nuestra huella como comunidad de fe dedicada a las enseñanzas de Cristo.

      ‚ÄîKukedikila Ndunzi Muller, representante provincial de la Comunidad de Iglesias de los Hermanos Menonitas en Kinsasa, maestro del Centro Universitario de Misionología (Kinsasa) y estudiante de doctorado en Desarrollo Holístico.

      Este artículo apareció por primera vez en Correo/Courier/Courrier en abril de 2018.

      Bibliografía seleccionada

      Dewitt, C.B., L’environnement et le chrétien [“El medio ambiente y el cristiano”] (Quebec: Ed. la Clairi√®re, 1995)

      Douma, J., Bible et écologie [“Biblia y ecología”] (Francia: Kerygma, 1991)

      RocheDieu, C., Les trésors de la Gen√®se [“Los tesoros de Génesis”] (Ginebra: Emma√ºs)

      Roop, E.F, Genesis, Believers Church Bible Commentary [“Génesis, Comentario Bíblico de la Iglesia de Creyentes”] (Scottdale: Herald Press, 1987)

      Nzuzi, Lelo, Kinshasa, ville et environnement [“Kinshasa, ciudad y medio ambiente”] (Paris: Harmattan, 2009)

      Katalamu, Mobi, “Protection durable de l’environnement” [“Protección sostenible del medio ambiente”] (Kinsasa: CUM, 2016)

      Harimenshi, P.B., “Mission et écologie” [“Misión y ecología”] (Kinsasa: CUM, 2002)

    • Un testimonio de la representante regional Cynthia Peacock

      Los límites, las barreras, los bloqueos, los puentes y el empoderamiento han sido muy reales para mí. A través de los años, he aprendido a enfrentar los desafíos y a fortalecer mi mente y mis creencias.

      La comunidad cristiana en India ha jugado un rol importante al traer oportunidades para que las mujeres se eduquen y se liberen de la esclavitud que genera la creencia de que las mujeres carecen de identidad propia.

      Especialmente, las iglesias anabautistas tienen mucho trabajo por hacer para ayudar tanto a los hombres como a las mujeres a trabajar conjuntamente, para extender el Reino de Dios entre todas las personas, usando todo su potencial para así contribuir con la sociedad, la familia y la iglesia.

      Durante los últimos nueve años he estado involucrada con el CMM, primero con la Comisión de Diáconos y ahora como representante regional. Promuevo al CMM para que todas nuestras iglesias, especialmente aquellas que están en áreas remotas las cuales a menudo se sienten abandonadas y solitarias, sepan que son parte de un cuerpo mundial a quien le importan, el cual ora por ellas y las ama.

      Este rol involucra trabajar con el liderazgo masculino. Ha sido un largo viaje para poder lograr un entendimiento en cuanto a que no soy una amenaza sino una hermana en Cristo.

      Construir una relación de confianza toma tiempo, esfuerzo y paciencia para poder cruzar las fronteras. En algunos casos, siento que he fracasado, pero continúo buscando oportunidades para acercarme a la gente. Mantengo la fe y espero ver el cambio.

      Durante mi servicio con el CCM por 38 años, me involucré con nuestras iglesias anabautistas y pude interactuar con mujeres que estaban luchando para usar sus dones y talentos en la iglesia.

      Unas pocas valientes mujeres establecieron la Conferencia de Mujeres Menonitas de toda la India a principios de los 70`s. También estamos trabajando para establecer las Mujeres Anabautistas Capacitadas Teológicamente de la India, para preparar damas que no están participando lo suficiente en sus iglesias.

      Perseveramos – a pesar de las barreras para la consecución de apoyo moral y financiero – confiando en que nuestro trabajo dará fruto algún día.

      He visto las mujeres de Tollygunge Christian Fellowship (Comunidad Cristiana Tollygunge), generar cambio. Las mujeres en esta iglesia han generado impacto espiritual y social al crecer en su entendimiento del servicio como mujeres. Fue una mujer la que empezó la escuela dominical con un puñado de niños a nivel local y ahora hay más de 100 asistentes. Las mujeres empezaron a predicar la palabra en una cultura que estaba aún muy dominada por hombres; las mujeres lideran la alabanza y todas las decisiones importantes de la iglesia son tomadas junto con ellas.

      Finalmente, comparto mi propia historia: Mi matrimonio comenzó a fallar tan solo 10 días después de que me casé. Con la enseñanza de mi piadosa madre de que los votos hechos en la iglesia entre el esposo y la esposa debían ser honrados, humildemente me sometí por cinco largos años de abuso.

      Una noche, cuando me enfrenté a la muerte junto con mis hijos, olvidé toda la condenación y me fui con tan solo una muda de ropa además de leche para mi hijo; mi hija estaba aún por nacer.

      Después de muchas luchas, gracias al apoyo de la familia cercana y de gente del CCM quienes estuvieron conmigo sin juzgarme, empecé a ganar fuerza para entender lo que significa ser una cristiana y seguir adelante. Ellos me enseñaron a superar las barreras y a construir puentes de amor y entendimiento. Llegué a ser fuerte y terca, pero también paciente para usar mis dones.

      Pude superar el temor, la timidez y la baja autoestima. Con valentía contaba mi historia cuando me la preguntaban, pero con mucho cuidado, ya que no quería poner en peligro mi trabajo con las iglesias. “Sin mí no pueden ustedes hacer nada” (Juan 15:5b) y “A todo puedo hacerle frente, gracias a Cristo que me fortalece”. (Filipenses 4:13) se han vuelto parte de mi al enfrentarme a las barreras.

      Doy gracias a Dios y todos los que me han dado valor, apoyo, consejo, inspiración y estuvieron conmigo en los momentos más oscuros. Ahora tengo la responsabilidad de ser y hacer lo mismo por otros en cualquier modo que me sea posible.

      —Comunicado del Congreso Mundial Menonita escrito por Cynthia Peacock


      En la 16ª Asamblea en Harrisonburg, Pensilvania, representantes de EEUU del Anne Zernike Fund,(Fondo Anne Zernike) honraron a Cynthia Peacock por su servicio pionero. Peacock ha sido “una fuente de inspiración para muchos,” declara el Comité en su sitio web. Haga clic aquí para ver esta historia.

    • “En muchas partes del mundo el nacionalismo está en aumento,” afirma Juerg Braeker, secretario general de la Conferencia Konferenz der Mennoniten der Schweiz/Conférence mennonite suisse (la Iglesia Menonita de Suiza). “Los menonitas, debido a su visión sobre la relación entre la iglesia y el estado, deberían estar mejor equipados para advertir los peligros del nacionalismo.”

      El 18 de noviembre de 2017 la Iglesia Menonita de Suiza realizó un foro público con el fin de equipar a los asistentes para poder comprender mejor el complejo tema del cambio legislativo que se aproxima. Existe una propuesta para cancelar la referencia obligatoria a la Declaración Europea de los Derechos Humanos en la constitución suiza. Los opositores temen que el cambio debilite el compromiso con los Derechos Humanos.

      El organizador del evento Anabaptist Forum for Justice and Peace (Foro Anabautista por la Justicia y la Paz), un grupo de trabajo de la Conferencia Menonita de Suiza, invitó a oradores de las iglesias menonitas de Suiza, de la iglesia Reformada y de la Iglesia Católica Romana, además de movimientos políticos que luchan en contra de esta iniciativa de autodeterminación. Los seis oradores cubrieron los aspectos históricos, éticos, teológicos y políticos de los Derechos Humanos.

      Los oradores examinaron “la relación entre la fe cristiana y los Derechos Humanos como una base común para la orientación ética de toda la humanidad,” argumenta Braeker.

      Asistieron unas 50 personas, la mitad de ellas por parte de las iglesias menonitas, el resto de asistentes eran de otras organizaciones cristianas o políticas relevantes.

      La teóloga y mediadora Dorothea Loosli dijo que los menonitas han sido cruciales en el desarrollo de los procesos de los Derechos Humanos. Su defensa de la libertad religiosa se remonta a un tratado sobre los Derechos Humanos redactado en 1647 por Richard Overton quien tenía conexiones con los menonitas Waterlander en los Países Bajos.

      El profesor de ética de la Universidad de Zúrich, Pierre Buehler, dijo que la importancia ética de los derechos es que no son escogidos o definidos sino inherentes al ser humano. La teología cristiana expresa esto considerando a los seres humanos como seres creados, definidos por Dios; entonces ninguna ideología de un grupo dado puede limitar estos derechos de una manera absoluta.

      Los cristianos en Suiza que resisten el movimiento de autodeterminación nacional están preocupados de que no se reconoce “una trascendencia final [Dios] para la cual la vida está determinada – en sus dimensiones políticas, legales y sociales, – y que por lo tanto se establecen límites al rango de la auto determinación humana.”

      —Comunicado del Congreso Mundial Menonita

    • Receta Ugali

      “Ugali es una comida a base de maíz similar al pan, mayormente consumida acompañándola de guisado de pollo o de res, col rizada de Kenia y repollo, algunas veces se acompaña con huevos fritos que incluyen cebolla y tomate. Todo lo que se necesita para preparar Ugali es agua y harina, aunque algunas personas utilizan sal para darle sabor. Es consumido por casi todos los habitantes de Kenia: lo llamamos comida que da energía.”

      Wyclif Ochieng de Kenia, participó en el Programa Internacional de Intercambio de Voluntarios (IVEP por su sigla en inglés) del Comité Central Menonita en Telford, Pensilvania, EEUU, 2016-2017. Cuando él hizo esta “comida de consolación” para su familia anfitriona, descubrió que es similar a la “sémola” con la que su madre anfitriona creció en el estado sureño de Georgia.

      “El Ugali es suave, pero – a diferencia de la sémola – lo puedes tomar con tus manos, moldearlo y hacer algo como una bola para el guisado o la salsa que estés comiendo. A mi familia anfitriona le gustó mucho. Después de comer Ugali para cenar, te sientes muy lleno y te vas a la cama al instante; esa será la mejor noche”.

      Para prepararlo:

      Vierta la misma cantidad de tazas de agua en una olla como el número de gente a la que se le servirá

      Caliente hasta que el agua alcance el punto de ebullición

      Agregue harina poco a poco en el agua hirviendo y mézclela hasta hacer una solución similar a una avena.

      Asegúrese de que el fuego sea moderado para tener un buen resultado.

      Dependiendo de qué tan suave o duro quiera que sea, se determinará la cantidad de harina que usted debe agregar.

      Déjelo cocinar por 10 minutos aproximadamente.

      Ahora su Ugali está listo para comer. Use su pulgar para hacer un hueco (nosotros lo llamamos othonje) para servirlo.

      —Comunicado del Congreso Mundial Menonita. Wyclif Ochieng es miembro de la diócesis oriental Songhor Kisumu de la iglesia Menonita de Kenia. Fue el delegado de la Iglesia Menonita de Kenia para la Cumbre Mundial de la Juventud 2015 y continúa apoyando el trabajo del Comité de YABs del CMM.

    • “Tenemos que ir a la escuela con Jesús”, afirma Erwin Cornelsen. Este pastor ya jubilado y con casi 100 años de edad lee la Biblia todos los días: “Todavía estoy aprendiendo lo que Jesús tiene para enseñarme”.

      El Congreso Mundial Menonita (CMM) siempre le ha ofrecido a Cornelsen un panorama general del mundo. Ahora como persona de la tercera edad viviendo en Abbotsford, Columbia Británica, Canadá, los boletines del CMM son un portal al mundo más allá de su hogar.

      Recuerda cuando era niño en una aldea de Prusia Occidental (ahora Polonia), la emoción durante los inicios del CCM y del CMM en los años 20’s y 30’s, cuando estas organizaciones contribuyeron en dar respuesta a las dificultades en Ucrania: “¡Venían menonitas del otro lado del planeta [Estados Unidos]!”

      Comenta que, “ese fue el momento en el que me di cuenta de la existencia de la Iglesia Menonita a nivel mundial”.

      Mientras crecía, “Dios, la congregación y los menonitas estaban en el centro de mi vida”, explica Cornelsen, sin embargo, fue voluntario de la fuerza aérea alemana. La enseñanza en las iglesias sobre la posición en cuanto a la paz era ambivalente; para un niño campesino pobre, la promesa de una educación gratuita después de 12 años de servicio disipaba las inquietudes sobre la participación militar.

      Durante mi servicio en la Segunda Guerra Mundial, “Nunca tuve que dispararle a nadie”, argumenta Cornelsen. Mi trabajo con la Cruz Roja consistía en la recuperación: “Rescatábamos a cualquier persona, sin importar quién fuera. Como cristiano me sentí bien realizando este tipo de servicio”.

      Su madre había expresado su deseo de que él fuera misionero. El hombre que se convirtió en su suegro, un ministro en la iglesia de confesión, justo después de la guerra permitió que Cornelsen enseñara clases bíblicas y pronto lo hizo predicar en los bares.

      Después de mudarse a Canadá, tuvo la oportunidad de tomar algunos cursos en las universidades bíblicas menonitas en Winnipeg y Vancouver, mientras realizaba su labor como pastor de la Iglesia Menonita Sherbrook, en Vancouver, Columbia Británica, “Traté de aprender todo lo que pude”, mientras cuidaba del rebaño, comenta Cornelsen.

      Por medio de su asistencia a cuatro Asambleas del CMM así como la suscripción a los comunicados escritos de la organización, “Estoy muy contento de enterarme de hermanos y hermanas en diferentes países que están de acuerdo con la visión anabautista”, explica. “No deberíamos tener timidez para decir quiénes somos”.

      Un recuerdo conmovedor de la Asamblea en Estrasburgo es el de su madre abrazando a dos mujeres japonesas; compartiendo una fe y un amor en común a pesar de la falta de palabras.

      Zimbabue fue su último viaje importante para el CMM. “Quería convivir con la gente”, así que aprovechó la opción de alojarse con una familia. “Todavía mantengo correspondencia con ellos”.

      A su edad, a su edad ya no considera realizar viajes largos, pero “me resultó difícil perderme la última [Asamblea No 16]”.

      “Me encanta pensar en los menonitas alrededor del mundo teniendo un solo sentir. Tomará mucho trabajo, mucha paciencia, entender mucho sobre otras culturas,” explica este anciano pastor. “Tenemos que aprender a llevarnos bien con personas que piensan diferente”.

      Todos los días ora. “No pienso solamente en mi congregación, sino en el desafío a nivel mundial. Jesús no esperaba que sus discípulos fueran prácticos, sino que fueran fieles testigos y dejaran el resto a Dios”.

      “Donde sea que esté, quiero ser como Jesús”.

      —Karla Braun, Comunicado del Congreso Mundial Menonita

    • Cuando tenía 12 años de edad, estaba encargado de la tarea de ser el secretario de la oficina de jóvenes de la parroquia. Desde ese momento, serví con la iglesia a nivel local, nacional e internacional.

      Mi compromiso con el Congreso Mundial Menonita (CMM) me ha moldeado como líder eclesial, esposo y padre, así que comparto mi historia para desafiar a los jóvenes de hoy en día.

      “Después de estas cosas derramaré mi espíritu sobre toda la humanidad: los hijos e hijas de ustedes profetizarán… y los jóvenes verán visiones” (Joel 2:28).

      El profeta presenta el tema del trabajo en equipo para el desarrollo espiritual y físico en las congregaciones. Yo desafío a los jóvenes a aportar su fortaleza para ayudar a edificar la iglesia. A su vez, las iglesias pueden incorporar actividades interactivas para mantener a los jóvenes motivados a involucrarse con la congregación.

      Mi participación como secretario nacional de jóvenes de la Conferencia Menonita de Kenia (KMC por su sigla en inglés) me llevó a mi primer viaje con el CMM, a Paraguay en el 2009, para la segunda Cumbre Mundial de la Juventud (GYS), en donde representé a los jóvenes adultos de la KMC.

      A partir de estos compromisos, adquirí habilidades para escuchar. Aprendí a ofrecer orientación, una habilidad que me permitió mediar en varios procesos de noviazgo juvenil.

      En GYS, fui nominado para ser el representante de África en el equipo de trabajo que el CMM creó con la finalidad de estructurar el trabajo de la red de los Jóvenes Anabautistas (YABs). Trabajamos juntos creando un proyecto para este movimiento mundial de jóvenes anabautistas. Esto implicó viajar a diferentes reuniones, lo cual realmente mejoró mis habilidades para las relaciones públicas y mi capacidad de trabajar con personas de diferentes contextos.

      Directora de Eventos Internacionales Liesa Unger y Ayub Omondi. Foto: Liesa Unger.

      Aprendí mucho como producto de escuchar las ideas de otras personas – una lección que ha sido muy útil en mi actual iglesia y en las actividades de mi comunidad.

      El siguiente desafío fue mi nombramiento como pionero en la consejería del primer comité de YABs (Jóvenes anabautistas). En esta posición estaba a cargo de conectar los YABs con toda la familia del CMM. En algunos momentos fue desafiante, ya que tuve que aprender a articular las opiniones de todos para asegurar que las sesiones de reunión fueran fluidas y productivas. Sin embargo, las reuniones del CMM tienen un ambiente armónico y saludable: es más como un encuentro familiar que cierra la brecha entre jóvenes y personas mayores.

      Durante mi tiempo de compromiso con los YABs y la amplia familia del CMM, aprendí que los jóvenes enfrentan casi los mismos desafíos en todos los continentes; necesitamos un tiempo de encuentro para compartir y para tener un aprendizaje horizontal. El CMM crea este espacio para la interacción; esto ha sido una ventaja para mi trabajo en la iglesia con los jóvenes.

      Otra útil habilidad que obtuve al servir fue la planificación de eventos. Actualmente, dirijo mi diócesis en la planeación de varios eventos. Con las habilidades que gané, pude tomar el liderazgo de la logística para el evento de Renovación 2027 del CMM en Kenia, el 21 de abril del 2018.

      Jóvenes, les exhorto a que compartan sus dones, esto les ayudará a construir sus talentos en la casa del Señor. Necesitamos ayudarnos mutuamente a soportar las cargas, y de esa manera cumplir la ley de Cristo (Gálatas 6:2).

      —Ayub Omondi Awich es miembro de la iglesia Boya en Ahero Parish, Conferencia Menonita de Kenia. Ha estado casado con Dorothy Achieng Omondi por 10 años. Esta pareja ha sido bendecida con dos hijos (Moses Adongo, John Terry) y tienen un tercer hijo que está en camino.