Oraciones de gratitud e intercesión

  • Campañas de evangelización, música animada y danzas todo el día, testimonios, llamados al altar y una docena de personas pasando al frente. La oración se hace en voz alta, con lágrimas o alegría. Se siente el entusiasmo. 

    La Iglesia de los Hermanos Menonitas de la República Democrática del Congo me recibió efusivamente para celebrar su centenario en agosto de 2024. 

    El evento de varios días se llevó a cabo en el gran edificio nuevo de la iglesia que se construyó frente a la sede de la iglesia miembro del CMM en Kikwit, provincia de Kwilu, a ocho horas en auto y a más de 500 kilómetros de Kinshasa. 

    Pero las distancias no fueron un impedimento: la gente se reunió. 

    Unas 2.500 personas llenaron el gran edificio de la iglesia para celebrar el aniversario de la CEFMC (Comunidad de Iglesias de los Hermanos Menonitas del Congo), durante las cinco horas que duró el culto. 

    Daniel Onashuyaka Lunge, obispo de la ecuménica Iglesia de Cristo del Congo (ECC), predicó un sermón sobre la unidad, un desafío siempre presente para las comuniones eclesiales de todo el mundo. 

    CEFMC, una iglesia miembro del CMM, tiene sus desafíos, pero también muchos dones. 

    Los líderes de CEFMC quisieran que la iglesia sea autosuficiente, pero también que establezca asociaciones saludables. Oran para que los pastores y evangelistas difundan el mensaje. 

    Están lidiando con el trauma del colonialismo y una cultura de desconfianza que es resultado de la corrupción sistémica en los sistemas gubernamentales. 

    La necesidad de un liderazgo calificado en la iglesia se hace sentir; no sólo respecto a temas de educación sino también en cuanto a practicar un liderazgo de servicio contracultural que no esté tentado por la corrupción, las divisiones tribales y las demostraciones de poder impulsadas por el ego. 

    La vasta geografía de este país rico en recursos genera a la vez riqueza y adversidad. La violencia prolongada, especialmente de los rebeldes armados en el este, desplaza a personas a todos los rincones del país y más allá. 

    Le entregué a Antoine Kimbila y a la CEFMC una placa conmemorativa en nombre de la familia mundial, para recordarles que son parte de esta gran familia mundial, que comparte sus alegrías y sus luchas. 

    Y ellos tienen muchos dones para compartir con nuestra familia. 

    La vitalidad emocional de su vínculo con Jesús es un don. Aun durante un culto de varias horas, su fe es palpable. 

    Su práctica comunitaria es un don. Los miembros de la iglesia reciben a las personas desplazadas del este con los brazos abiertos. Escuchan y comparten estrategias para sanar los traumas. Ofrecen comida e incluso acogen a los refugiados en sus propios hogares. 

    Su fe es un don. En Occidente, cuando tenemos dinero, construimos. En la República Democrática del Congo, cuando hay una visión, comienzan a construir, orando con paciencia y confiando en que llegará lo que se necesita para continuar. 

    Sus bautismos son un don. Para algunos, la conversión implica apartarse totalmente de otra forma de vivir. En su bautismo y después, encarnan un fuerte sentimiento de ser salvos. 

    Cuando visito iglesias, siempre les digo: “Les puedo saludar en nombre de César García (nuestro secretario general), pero no en nombre del CMM porque entonces estarían saludándose ustedes mismos. Ustedes son el CMM”. 

    Entonces saco una foto con la gente reunida y saludando a la cámara mientras saludan a los otros 1,5 millones de creyentes que también son el CMM. 

    Mi presencia allí es una muestra de que forman parte de esta gran familia mundial. Por eso, estas visitas en persona siguen siendo importantes en tiempos de reuniones por Zoom. 

    Mientras siento el polvo y el calor, y el espíritu alegre de la fe y la esperanza en Jesús, junto a dichos creyentes del otro lado del mundo, ambos recordamos que somos uno. Para ambas partes, estos encuentros valen la pena. Estamos unidos en esta familia mundial de fe. 

    —Henk Stenvers, de los Países Bajos, presidente del CMM (2022-2028) 

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    Communauté des Églises des Frères Mennonites au Congo celebrated the 100th anniversary. Photos: Henk Stenvers
    MWC president Henk Stenvers addresses a session at the two-day pastor’s conference with Nzuzi Mukawa
  • Está invitado a participar en una maratón de lecturas bíblicas. 

    Para conmemorar el 500 aniversario del anabautismo, MennoMedia ha encargado una nueva Biblia de estudio en inglés. Para celebrar su lanzamiento, MennoMedia y el Congreso Mundial Menonita están colaborando en una transmisión de video de tres días para la lectura de la Biblia en YouTube. 

    A partir del 18 de enero de 2025, la Maratón Mundial de Lectura Bíblica Anabautista se transmitirá en YouTube: un viaje ininterrumpido de 72 horas a través de toda la Biblia, con las voces de anabautistas de todo el mundo. 

    John D Roth, director del proyecto, comenta que, “la maratón de lectura concluirá el 21 de enero de 2025 con un servicio de adoración y celebración transmitido en vivo en Goshen, Indiana (EE. UU.), mientras leemos juntos el pasaje final del Apocalipsis y celebramos el lanzamiento de la Biblia de la Comunidad Anabautista”. 

    César García, comparte que, “leer la Biblia por sí mismos fue una parte importante de la renovación de la fe de los primeros anabautistas. No sólo leer, sino hacerlo juntos, bajo la guía y el discernimiento del Espíritu Santo fue su acción revolucionaria, que conmemoramos cada año con el Domingo de la Fraternidad Anabautista Mundial (21 de enero). 

    “La lectura conjunta de la Biblia sigue siendo clave para nuestra práctica anabautista. Invitamos a nuestros miembros de todo el mundo a participar en este proyecto tanto como lectores como espectadores”. 

    Haga clic aquí para obtener instrucciones sobre cómo enviar un video. 

    Como año de aniversario, el 2025 contendrá múltiples eventos: locales, nacionales e internacionales. El Congreso Mundial Menonita organizará un evento de un día de conmemoración, reflexión y reconciliación en Zurich, el cual será el 29 de mayo de 2025. Haga clic aquí para obtener más información

    Apoye a la comunidad global de fe en la tradición anabautista a través del CMM
  • Doug Klassen, ministro ejecutivo de la Iglesia Menonita de Canadá y representante de América del Norte en el Comité Ejecutivo del CMM, dijo que “invertir en los adultos jóvenes es una forma clave de avanzar. El Congreso Mundial Menonita es la mejor manera que puedo imaginar de hacer eso”. 

    La iglesia miembro del Congreso Mundial Menonita pone su dinero en lo que dice. La iglesia está organizada en cinco regiones, cada una de las cuales envía un delegado a la Cumbre Mundial de la Juventud. Juntos, los líderes seleccionan a un jóven para que participe como representante oficial. 

    Esta práctica comenzó con la Cumbre Mundial de la Juventud (GYS) de 2022 en Indonesia. La reestructuración de la iglesia en 2017 había colocado el desarrollo del liderazgo a nivel regional, por lo que era natural que cada región seleccionará a un adulto joven para que participara como delegado. 

    La iglesia nacional da a cada región $1 000 dólares canadienses para el costo de su delegado. Y depende de la región cómo recaudar el resto. 

    La inversión se ha reintegrado: el sistema de delegados múltiples demostró su fortaleza en sus idas y venidas. 

    Los delegados de GYS tienen la tarea de encuestar a los jóvenes de su país y redactar un informe sobre los resultados. 

    Ellos preguntan a sus compañeros sobre el compromiso con la iglesia (¿por qué algunos jóvenes eligen invertir tiempo y energía en el trabajo de la iglesia? ¿por qué algunos jóvenes la abandonan?); sobre liderazgo (¿cuáles son las barreras?); y sobre temas delicados (¿qué temas son difíciles? ¿Cómo se manejan las ideas conflictivas en la iglesia?). 

    Con un delegado para cada región recopilando respuestas según sus diversas fortalezas, el informe GYS del CM Canadá fue más representativo acerca de la diversidad del país. 

    Después de participar en GYS, los cinco delegados informaron sobre sus ideas, sobre los desafíos de la iglesia que ni Doug Klassen ni otros líderes habían mencionado todavía. 

    Ellos recuperaron energía para involucrar a su iglesia local. 

    Doug Klassen, compartió que, “a veces, todo lo que se necesita es un evento o una experiencia cautivadora para mejorar el vacío en la trayectoria y que un adulto joven vea que ‘tal vez hay espacio para la iglesia’”. 

    Doug Klassen desea que la mayor cantidad posible de jóvenes encuentren la fe profunda que se encuentra en la iglesia global y amplíen su comprensión “más allá de las historias eurocéntricas familiares”. 

    “Exponer a los adultos jóvenes a la iglesia global es una de mis principales prioridades en este cargo”, dijo. 

    Lea más sobre los delegados GYS del CM Canadá.
    Conozca a otros delegados de GYS : LMC.
    Lea más sobre el GYS.
  • ¿Qué tienen en común la estrella de la música Shakira y la profeta bíblica Débora? En un servicio especial el 6 de septiembre de 2024, Riki Neufeld exploró las canciones de venganza a través de un lente de paz con la congregación menonita en Hamburgo-Altona, Alemania. El Centro para la Teología de la Paz de la Universidad de Hamburgo, Alemania, y la congregación otorgaron el Premio Menno Simons Sermon a Riki Neufeld, pastor de la congregación menonita Schänzli en Muttenz, Suiza. 

    Riki Neufeld estaba estudiando la canción de Débora en Jueces 5 casi al mismo tiempo cuando las canciones ‘Puedo comprarme flores’ de Miley Cyrus y ‘Última’ de Shakira se convirtieron en éxitos. En estas canciones, las mujeres procesan su angustia no quejándose de su sufrimiento, sino ajustando cuentas a través de letras pegadizas como “Puedo amarme mejor que tú” o “Cambiaste un Rolex por un Casio”. 

    Otra melodía pegadiza 

    Riki Neufeld, explica que, Jueces 5 no es una canción de desamor, sino más bien sobre un ajuste de cuentas de una manera más sangrienta. Si alguien quisiera encontrar un texto bíblico para legitimar el apoyo militar para luchar contra la tiranía, sería Jueces 5. 

    Sin embargo, no es el armamento superior el que gana, sino Dios y las fuerzas de la creación que se oponen a los atacantes. En los versículos 19-21 Débora canta sobre el agua, las estrellas y el arroyo de Cisón que barren a los enemigos. 

    Y luego, en los versículos 24-27, Débora canta sobre Jael, quien mató al enemigo Sísara. Ella no se detiene, ella canta sobre cómo Jael “golpeó…, aplastó…, destrozó… y traspasó” a Sísara. El poderoso tirano «se hundió…, cayó… quedó inmóvil entre sus pies,… muerto».  

    Riki Neufeld, expresa, «me imagino que habría sido una canción pegadiza, eso sí, algo difícil de digerir para nosotros, como iglesia de paz”. 

    Una segunda mirada 

    Riki Neufeld, dice que, «hay algo satisfactorio en la historia, nos solidarizamos con el pueblo que estaba siendo atacado injustificadamente, nos alegramos cuando el tirano fue asesinado y el pueblo liberado”. Pero la canción de Débora no termina ahí. 

    En el versículo 28 de su cántico de victoria, canta el dolor de la madre de Sísara por el asesinato de su hijo. 

    Riki Neufeld, menciona que, Deborah echa una segunda mirada y ve una humanidad común: “Cada soldado, ya sea israelita o cananeo, ucraniano o ruso, israelí o combatiente de Hamas, tiene una madre que teme por él. Es una tarea de la iglesia agudizar continuamente esta segunda mirada en medio de los conflictos de este mundo” –militares, geopolíticos o interpersonales. 

    Riki Neufeldm, comenta, “esta misión que Jesús nos llama a realizar tiene un elemento de imposibilidad… Buscar la humanidad en el enemigo una y otra vez –dar esa segunda mirada– no se puede lograr con pura fuerza de voluntad”. 

    Además èl añadió, sólo podemos vivir esta misión a través del poder del Espíritu Santo dentro de nosotros, que nos da el propósito y la resiliencia para hacerlo cada día de nuestras vidas. 

    La versión completa de este sermón se pronunció por primera vez el 26 de febrero de 2023, a la congregación menonita de Schänzli, Suiza, un año después de la invasión rusa de Ucrania. 

    El miembro del jurado Fernando Enns calificó de valiente que un miembro de la iglesia por la paz se enfrentará a un texto tan violento. “Se necesita valor para predicar cuando no se huye de las ambivalencias del texto así como de nuestra propia experiencia…. No te calma, sino que te invita a una discusión honesta y de esta manera proporciona una nueva perspectiva sobre el llamado de Dios”. 

    Riki Neufeld, expresa, “nuestro punto de vista como menonitas es claro: somos una iglesia de paz que ama a nuestros enemigos, pero también odiamos las injusticias, algunas personas todavía luchan por reconciliar ambas cosas y vivir esta enseñanza en el día a día. Esto me motivó a enviar el texto a Fernando Enns para que fuera considerado para el premio”. 

    Lea más sobre el Premio Internacional de Predicación Menno Simons aquí.

    Riki Neufeld receives the Menno Simons Sermon Prize from a representative of the award committee.

     

    Riki Neufeld (third from left) with his mother Wilma Neufeld Kaethler (second from left).

     

  • El Tiempo de la Creación, iniciativa ecuménica que se realiza cada año en el mes de septiembre, finaliza con la fiesta de San Francisco de Asís, el 4 de octubre. Inspirados en su Canto de las Criaturas y en Romanos 8:19-25, esta oración nos invita a la alabanza, al arrepentimiento y al lamento, para luego “esperar y actuar junto con la Creación”: 

    Dios creador de la tierra y de los cielos,
    Te alabamos por el don de la vida,
    Por la complejidad, la belleza, la generosidad de este mundo,
    Que sostiene nuestra existencia y la de todas tus criaturas.

    Al mismo tiempo reconocemos la magnitud de lo que hemos hecho:
    El cambio climático, el colapso de la biodiversidad, la contaminación,
    Todas las consecuencias sobre cada una de tus criaturas.
    Nos arrepentimos de la injusticia, la opresión, la destrucción.

    Te alabamos por el Sol, que calienta a todo ser viviente,
    Y nos lamentamos por las sequías que perduran y empeoran.
    Te alabamos por la Luna, que participa en el equilibrio de los sistemas terrestres,
    Y nos lamentamos por el aumento del nivel del agua que amenaza a muchas poblaciones.
    Te alabamos por el Viento, que mantiene el ciclo del agua, vital para tus criaturas,
    Y nos lamentamos por las tormentas cada vez más devastadoras.
    Te alabamos por el Agua, sin la cual no habría vida en la tierra,
    Y nos lamentamos por las terribles inundaciones que matan y destruyen.
    Te alabamos por el Fuego, fuente de purificación y símbolo de tu presencia para tu pueblo,
    Y nos lamentamos por los incendios cada vez más violentos que devoran y asfixian.
    Te alabamos por la Tierra, cuya extravagante diversidad de frutos nos nutre,
    Y lamentamos el empobrecimiento y la contaminación del suelo.

    Dios de los pueblos oprimidos, Dios de las especies en peligro de extinción,
    Tú ves que a menudo somos a la vez víctimas y culpables.
    Gracias por tu gracia que nos perdona una y otra vez,
    Gracias por tu promesa de que el mal no triunfará en la tierra ni en nuestras vidas.

    Espíritu Santo, tú intercedes por la creación que gime con dolores de parto,
    Tú escuchas nuestros suspiros y nuestro sufrimiento con y por todas tus criaturas.
    Llénanos de esperanza por el día glorioso en que todos tus hijos serán revelados,
    Y en que todo lo que hay en la tierra y en el cielo será liberado.

    Jesucristo, tú nos das el ministerio de la reconciliación,
    Nos muestras el camino de la humildad, de la paz y de la entrega.
    Enséñanos a actuar con amor por nuestros hermanos y hermanas, y por todas tus criaturas,
    Mantennos en marcha para anunciar tu reino de justicia, de amor y de alegría.

    Amén

    —David Nussbaumer, Grupo de Trabajo de Cuidado de la Creación

  • Carta pastoral del 7 de octubre de 2024 

    Amados hermanos y hermanas de la comunión anabautista-menonita mundial: 

    Con gran pesar en el corazón, recordamos el primer aniversario de los terribles acontecimientos que marcaron el inicio de un nuevo ciclo de violencia en el Medio Oriente. Nos parte el corazón ver la cantidad de vidas que se han perdido hace un año y desde entonces. Lamentamos la represión, el desprecio por los derechos humanos y el despojo sufrido durante décadas que condujeron a la crisis actual. 

    Hace un año, los combatientes de Hamas traspasaron las fronteras militarizadas de la Franja de Gaza y cometieron actos atroces en Israel. Este ataque dejó 1.200 israelíes muertos, incluidos casi 400 soldados. Unos 250 civiles y miembros del personal de seguridad israelíes fueron llevados a Gaza como rehenes. Israel respondió con una horrible campaña de castigo colectivo contra Gaza que ha durado un año, atacando hospitales, escuelas, lugares de culto y periodistas. El número de muertos en Gaza es de más de 40.000 y sigue aumentando, y hay miles de desaparecidos o cuyo paradero se desconoce. Israel ha impedido la entrada de alimentos y ayuda médica a la Franja. Más recientemente, Israel ha desatado un feroz ataque militar contra Líbano, el país vecino. 

    Como cristianos dedicados al camino de paz de Cristo, rechazamos la guerra como forma de resolver las diferencias. Estamos con todos los que sufren hoy, ya sean judíos, musulmanes o cristianos. A veces, nos sentimos impotentes, incluso cómplices, mientras el trauma y el prejuicio acumulados a lo largo de generaciones se desatan en oleadas de odio y destrucción. 

    Jesús, el Príncipe de Paz, nos enseña que la guerra no conduce al florecimiento humano. El amor valiente a los enemigos y la búsqueda no violenta de la justicia para todos es la manera en que aspiramos seguir a Jesús. El amor entrena nuestros corazones para ver a Dios en los “otros” seres humanos. El amor nos da la valentía de buscar la justicia y vivir correctamente unos con otros. Como seguidores de Jesús, oramos por esa valentía de amar con poder transformador. Porque es el amor el que ofrece una realidad y un futuro fundamentalmente diferentes a los ciclos de violencia que oprimen, suprimen y matan alimentados por la sed de poder y los mecanismos de muerte. 

    Como comunión anabautista-menonita mundial reiteramos nuestro llamado de octubre del 2023 para que todas las partes en este conflicto depongan las armas y comiencen el arduo trabajo de la construcción de paz. Pedimos la liberación de los cautivos, tanto los rehenes israelíes retenidos por Hamas como los prisioneros palestinos retenidos ilegalmente en “detención administrativa” por el Estado israelí. En la medida de lo posible, estamos resueltos a hablar con nuestros propios gobiernos y conciudadanos que puedan estar brindando un apoyo acrítico que perpetúa el conflicto en curso. 

    La justicia debe acompañar a la paz, y todas las partes en este conflicto han sufrido agravios. Confesamos que no hemos sabido escuchar bien ni buscar la justicia, ni reconocer la insuficiencia de nuestra sabiduría. Por eso, invocamos al Espíritu Santo para que nos enseñe y nos capacite para actuar con humildad y valentía al hablar y actuar. 

    Oramos no sólo para que cese la violencia, sino para que las tierras de la Biblia se conviertan en un lugar de armonía y diversidad humana, donde los vecinos “descansen a la sombra de su vid y de su higuera” sin que nadie los atemorice (Miqueas 4:4). Reafirmamos nuestra convicción de que “El Espíritu de Jesús nos llena de poder para confiar en Dios en todos los aspectos de la vida, de manera que lleguemos a ser hacedores de paz que renunciamos a la violencia, amamos a nuestros enemigos, procuramos justicia, y compartimos nuestras posesiones con los necesitados”. (Congreso Mundial Menonita “Convicciones compartidas” #5). 

  • En el 2025, el movimiento anabautista mundial conmemorará 500 años de existencia. El Congreso Mundial Menonita invita a todos a un importante evento que tendrá lugar el Día de la Ascensión, el 29 de mayo del 2025, en Zúrich, Suiza.

    Incluso a medida que recordamos un pasado lejano, el enfoque de la conmemoración está en la realidad actual del movimiento anabautista.

    • ¿Quiénes somos hoy como comunión mundial?
    • ¿Qué es importante para nosotros?
    • ¿A qué estamos comprometidos en este mundo?

    Cuando miramos atrás, a los 500 años de historia de nuestro movimiento, queremos compartir lo que somos y lo que tenemos, no sólo con otras iglesias. El compromiso –en este mundo– con la paz, la reconciliación, la unidad, por medio de las cuales podemos vislumbrar el reino de paz de Cristo que está por venir: estos son elementos clave de cómo los anabautistas entendemos el discipulado hoy en día.

    Hemos reunido estos compromisos bajo el lema “La valentía de amar”.

    Hace falta valentía para defender la reconciliación en una sociedad desgarrada por la polarización.

    Hace falta valentía para situarse entre las líneas divisorias, para escuchar y tratar de comprender lo que motiva a los demás.

    Hace falta valentía para centrarse en el amor en lugar de en la influencia, el poder y el control.

    En un mundo en el que las personas exigen a viva voz tomar una postura y diferenciarse de aquellos con quienes no quieren ser identificados, hace falta valentía para apostar por el amor. Un amor que esté dispuesto a dar la vida por los enemigos, tal como Cristo dio la suya por los enemigos.

    El amor va más allá de la no violencia: es un compromiso valiente de encarnar el amor de Dios en este mundo.

    Por ejemplo, los hermanos y hermanas de Etiopía que, en medio de la violencia de una guerra civil, hacen público el hecho de que no portan armas.

    Las personas que buscan seguir a Cristo en medio de los conflictos en Myanmar o Ucrania, a menudo entran en los espacios entre líneas mientras buscan caminos más allá de la confrontación violenta.

    • ¿Qué pasa con nosotros hoy aquí?
    • ¿En dónde se necesita nuestra valiente acción en amor hoy?
    • ¿Cómo podemos interponernos de manera útil en la vanguardia? ¿Cómo podemos dar testimonio de un Dios que se entrega para reconciliar al mundo?

    —Jürg Bräker es secretario general de la Conferencia Menonita Suiza, representante del Comité Ejecutivo del CMM para Europa y miembro del comité organizador del evento. 


    Una versión de este artículo se publicó por primera vez en el boletín electrónico mensual de Konferenz der Mennoniten der Schweiz / Conférence Mennonite Suisse.
  • “Ser presidente de la Conferencia de Secretarios de Comuniones Cristianas Mundiales es un rol de servicio. Es un rol en el que se sirve a otros secretarios y secretarias, al preparar el orden del día, la logística y los materiales para nuestra reunión, y dirigiendo y facilitando discusiones sólidas sobre asuntos críticos para la iglesia cristiana mundial de la actualidad”, dice César García, secretario general del CMM. En noviembre del 2023, él fue reelegido como presidente para los próximos dos años. 

    La Conferencia de Secretarios, que se reúne todos los años desde 1957 con algunas excepciones, no tiene objetivos programáticos ni adopta resoluciones. Sin embargo, la diversidad del liderazgo de las comuniones cristianas que participan en ella facilita el intercambio de información, el aprendizaje mutuo y el fomento de las relaciones fraternas entre las iglesias de todo el mundo.  

    “En el proceso de trabajar con otros secretarios y escucharnos unos a otros, empezamos a establecer relaciones de confianza con otras comuniones cristianas”, dice César García. “Y al conocernos, podemos empezar a perseguir un área de interés particular para la mayoría de las personas participantes en la reunión”. 

    “En algunos casos, traigo al CMM las discusiones que comenzaron en esta reunión anual. Se convierte en una semilla de trabajar juntos con algunas de estas iglesias en un esfuerzo específico. En un caso, el secretario general de la Federación Luterana Mundial vino a nuestra reunión del Concilio General para hablar de su camino personal y del camino de los luteranos en el proceso de ser una comunión mundial, una iglesia global”. 

    “Otras veces, he sido invitado por otras comuniones mundiales a hablar en sus reuniones, específicamente para ofrecer perspectivas anabautistas sobre los temas que están debatiendo”, dice César García. 

    “Una de las cosas que he hecho en mi función de presidente es aumentar los momentos en los que oramos juntos por una situación concreta. Una práctica frecuente en nuestras conversaciones es explorar cómo podemos responder conjuntamente a una crisis a la que se enfrentan nuestras iglesias o una región geográfica”. 

    Además de compartir perspectivas y aprendizajes, las discusiones en estas reuniones siembran semillas de reconciliación.  

    Por ejemplo, el diálogo oficial y el proceso de reconciliación entre luteranos y menonitas fue visualizado hace varios años por los secretarios generales de ambas comuniones. 

    Más recientemente, debido a las reuniones en el encuentro anual de la Conferencia de Secretarios, el CMM y la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas (CMIR) han discutido iniciar un proceso similar de reconciliación entre las iglesias reformadas y las anabautistas. 

    “Vivir nuestro ministerio de reconciliación es una de las cosas que queremos hacer, especialmente de cara a la conmemoración de los 500 años del movimiento anabautista”, dice César García. “La idea es recordar nuestra historia en el marco de nuestros diálogos con las iglesias católica, luterana y reformada y avanzar con una memoria sanada hacia el llamado que hemos recibido a seguir a Jesús en nuestra tradición anabautista.” 

  • «Los aniversarios son un momento para detenernos y reflexionar: en ellos recordamos de dónde venimos, consideramos quiénes somos hoy y anticipamos dónde Dios nos está llamando a estar», declara César García, secretario general del CMM.

    “La valentía de amar” es el tema del aniversario del Congreso Mundial Menonita en 2025.

    Para obtener más información sobre el evento de conmemoración del CMM que tendrá un día de duración en Suiza o información sobre otros eventos de conmemoración a lo largo del año, visite mwc-cmm.org/anabaptism500.

    Las actividades del día incluirán presentaciones corales, un panel de discusión, recorridos históricos a pie por el centro histórico de Zúrich, talleres y un juego interactivo para “encontrar la iglesia secreta”. La jornada se cerrará con un culto con invitados internacionales y ecuménicos en la iglesia de Grossmünster.

    Puede viajar a Zúrich para participar durante el día como parte de un tour o por su propia cuenta. El culto de clausura se transmitirá en vivo en inglés, francés, español y alemán.

    A lo largo del año, se realizarán eventos alrededor del mundo para celebrar y reflexionar sobre el movimiento anabautista y en lo que se ha convertido en la actualidad.

    “Nos inspira la manera en que La valentía de amar nos mueve a actuar como Cristo hoy, tanto como hace 500 años. Las iglesias nacionales o las congregaciones locales podrían utilizar este tema para sus propios eventos en el 2025”, expresa Liesa Unger, directora de eventos internacionales del CMM.

    Anabaptism at 500 website - select 'Español'

    Una colección de encuentros

    Antes del evento, el Concilio General del Congreso Mundial Menonita (conformado por líderes de cada iglesia miembro nacional de todo el mundo) se reunirá para tomar decisiones y aprender. Después del evento, los jóvenes se reunirán para una Cumbre Mundial de la Juventud, la primera vez que dicho evento se lleva a cabo fuera de un año de Asamblea.

    Dos aniversarios

    El 2025 marca dos aniversarios para el CMM. Se cumplen 500 años desde que Conrad Grebel, Georg Blaurock y Felix Manz realizaron el valiente acto de «rebautizarse» unos a otros en Zúrich, Suiza, como expresión de su forma de entender la fe. Este acto se toma como el inicio simbólico del movimiento anabautista, que ha crecido hasta contar con unos 2.13 millones de creyentes en más de 80 países de alrededor del mundo.

    También se cumplen 100 años desde que comenzó el Congreso Mundial Menonita. Su primer evento fue una conferencia: una reunión de líderes de iglesias Menonitas de Alemania, Francia, Países Bajos, Suiza y Estados Unidos. Estos líderes se preguntaron: “¿Cómo podemos mejorar la vida espiritual de nuestras congregaciones?”

    Descargar recursos

    Haga clic aquí para ver los afiches del evento 

  • La crisis ambiental y nuestro mandato de cuidar de la creación 


    Una palabra de aliento de la Comisión de Fe y Vida del CMM y del Grupo de Trabajo de Cuidado de la Creación

    Parte 2 de 2 

    “El cuidado de la creación” está adquiriendo una urgencia cada vez mayor. 

    Las noticias nos recuerdan a diario sobre los alarmantes cambios en nuestro clima. Estamos siendo testigos de una violencia terrible contra la amada creación de Dios, y cada vez somos más conscientes de que tanto compartimos el daño, tanto en el rol de pecadores como el de víctimas.  

    ¿Cómo respondemos? 

    Nuestras respuestas seguramente variarán según el lugar donde vivamos, nuestros recursos, la profundidad de nuestra fe, nuestra teología y nuestra voluntad de responder al llamado del momento.  

    La pecaminosidad humana ha roto nuestra relación con Dios, con los demás y con la creación en toda su diversidad. Pero el Espíritu misericordioso y liberador de Dios está produciendo una “nueva creación” en y a través de Cristo (2 Corintios 5:17). 

    ¿Qué nos está diciendo ese Espíritu en este momento? 

    El eslogan del CMM y el Cuidado de la Creación 

    No es de extrañar que el lema del CMM “Seguir a Jesús, vivir la unidad, construir la paz” haga eco de las Convicciones Compartidas. El Espíritu puede usarlo para ayudarnos en nuestra fidelidad ambiental. 

    Seguir a Jesús 

    El lema otorga el primer lugar a “seguir a Jesús”. El Jesús a quien hemos prometido seguir no es solo el sanador y maestro de los Evangelios, sino también el Cristo que crea y mantiene unida a toda la creación en su abrazo transformador y re-creador (Colosenses 1:17). No podemos seguir a Jesús sin participar del amor redentor del Creador por este mundo, ¡cada parte del mismo! No podemos seguirlo sin cuidado amoroso, sencillez y generosidad. 

    Vivir la unidad 

    El segundo punto es “vivir la unidad”. El centro de la oración de Jesús por nosotros como sus seguidores en Juan 17 es que seamos uno. ¿Con quién debemos ser uno? ¿Con quién debemos vivir la unidad? 

    La primera inquietud de Jesús es que seamos uno con él, como él es uno con su Padre (¡y el nuestro!) (Juan 17:21-23). ‚Äã‚ÄãLa unidad con Dios significa que compartimos el amor del Creador por todo el cosmos (Juan 3:16, 17). Nosotros también debemos ser la “luz del cosmos”, como afirma Jesús en el Sermón del Monte (Mateo 5:14, Juan 3:21). 

    Como cuerpo de ese Cristo creador y redentor, debemos participar como cuidadores, protectores y guardianes de la creación. Así como el Sabbath fue el gran acto de Dios de cuidado de la creación (Levítico 25), honramos el Sabbath cuando permitimos que la creación descanse de nuestra explotación incesante y descuidada de la riqueza de la tierra. 

    En segundo lugar, debemos ser uno con los demás, sin escatimar esfuerzos para mantener la unidad que crea el Espíritu (Efesios 2:18; 4:3). Encarnamos esta unidad en solidaridad activa con aquellos en el cuerpo de Cristo que están sufriendo los efectos de la crisis ambiental (1 Corintios 12:26). Esta solidaridad se extiende a toda la humanidad y se pondrá cada vez más a prueba a medida que aumente el impacto en las poblaciones vulnerables. 

    Vivimos esta unidad también al orar unos por otros para que tengamos el valor de dejar de dañar la creación y, por lo tanto, a los demás. Tenemos mucho que confesar, mucho que perdonar y mucho que cambiar a medida que caminamos en unidad como el cuerpo de Cristo. 

    En tercer lugar, el hecho de que Dios haya “reunido en Cristo todas las cosas, tanto las del cielo como las de la tierra” (Ef. 1:10) nos recuerda nuestra profunda unidad con toda la creación, una unidad de todas las cosas en Cristo. Nos regocijamos en la belleza y la abundancia de la creación, pero también compartimos el dolor de Dios cuando la creación sufre, especialmente cuando está en nuestras manos. 

    Entonces, confesamos y nos arrepentimos de nuestra negativa a escuchar el sufrimiento de la creación y de nuestro fracaso en vivir de acuerdo con el mandato que Jesús nos dio como discípulos, es decir, proclamar el evangelio de salvación a toda la creación (Marcos 16:15). 

    En cuarto lugar, no sólo estamos en unidad con Dios, sino que Dios está en unidad con nosotros. No estamos solos. El Espíritu, el aliento de vida que el Creador da a toda la creación, mora en nosotros, guiándonos, sosteniéndonos y fortaleciéndonos en nuestra determinación de ser fieles (Romanos 8:9-27; 1 Corintios 12; Gálatas 5:22-25; Efesios 4:4; Filipenses 2:12-13). No nos atrevamos a apagar o contristar a este Espíritu (1 Tesalonicenses 5:19) al dejar de participar del amor y el cuidado del Creador por nuestro hogar terrenal. 

    Construir la paz  

    El tercer elemento del lema es “construir la paz”. La palabra hebrea para paz es shalom, que significa sobre todo “plenitud” y “bienestar”. Shalom es la mejor descripción de ese primer Sabbath en el que Dios contempló la creación en toda su realidad material y la llamó “muy buena” (Génesis 1:25; 2:2-3). 

    Comprometernos a “construir la paz” es hacer todo lo que podamos para abandonar nuestros caminos ruinosos y participar como cocreadores con Dios en el “ministerio de la reconciliación” (2 Corintios 5:16-21, Colosenses 1:20), que incluye el cuidado de la creación en toda su diversidad. Construir la paz es trabajar para restaurar la creación a su plenitud, donde la paz y la justicia volverán a abrazarse y besarse (Salmo 85:10). 

    El fundamento de nuestra esperanza 

    Luchamos con preguntas inquietantes: ¿Hay esperanza para este mundo? ¿Podemos realmente marcar una diferencia con nuestros limitados conocimientos, energía y recursos? ¿O este mundo desaparecerá pronto, independientemente de nuestros esfuerzos? ¿En que deberíamos tener esperanza? 

    Las Convicciones Compartidas concluyen con estas palabras: 

    “Procuramos caminar en su nombre [de Jesús] por el poder del Espíritu Santo, esperando confiadamente el regreso de Cristo y el establecimiento definitivo del reino de Dios”. 

    “Esperar confiadamente” es una manera de hablar de esperanza. Sin embargo, esta esperanza en el futuro de Dios nunca debe ser una evasión de nuestra responsabilidad aquí y ahora. La esperanza nos impulsa a actuar ahora, donde estamos. Esta esperanza no es optimismo ni se basa en nuestra resiliencia o inventiva. Se basa plenamente en la fidelidad de Dios. 

    El amor que el Creador derrama en nuestros corazones a través del Espíritu (Romanos 5:1-5) nos empodera para actuar con esperanza como el cuerpo de Cristo que dio su vida para salvar este cosmos. Trabajamos con esperanza incluso mientras esperamos con fe. Toda la creación gime ansiosamente esperando que pongamos en práctica nuestra fe llena de esperanza (Romanos 8:22; Hebreos 11:1; 12:12-15). 

    Hoy podríamos, por tanto, reformular la frase final de las Convicciones Compartidas de la siguiente manera: “Procuramos caminar por el poder del vivificante Espíritu en el nombre de Jesucristo por medio de quien todas las cosas son creadas, redimidas y sustentadas, mientras esperamos ansiosamente y activamente el shalom que traerá el establecimiento definitivo del reino de Dios”. 

    Pidamos al Espíritu claridad y visión para ayudarnos a responder fielmente al desafío de nuestros días. 

    Comprometámonos a practicar el cuidado amoroso y la paciencia mutua mientras recorremos juntos este desafiante camino. 

    Apoyemos con oración al Grupo de Trabajo de Cuidado de la Creación y todos los esfuerzos para responder a la crisis que enfrentamos juntos. 

    √âsta es nuestra oración por la familia de fe del CMM. 

    Del Señor es el mundo entero, con todo lo que en él hay, con todo lo que en él vive. Salmos 24:1 


    De los líderes de la Comisión de Fe y Vida y del Grupo de Trabajo de Cuidado de la Creación. 

    • Thomas R Yoder Neufeld, presidente de la Comisión de Fe y Vida, miembro de la Primera Iglesia Menonita, Kitchener, Ontario, Canadá. 
    • Anicka Fast, secretaria de la Comisión de Fe y Vida, miembro de Doopsgezind Gemeente Bussum-Naarden, Países Bajos. 
    • Doug Graber Neufeld, presidente del Grupo de Trabajo de Cuidado de la Creación, miembro de la Iglesia Menonita Community, Harrisonburg, Virginia, EE.UU.  

    ¿Te perdiste la primera parte el mes pasado? Lee “Tanto amó Dios al cosmos‚Ķ” 

  • África 

    Uno de los acontecimientos que congregan a la gente de nuestro pueblo son los velatorios y funerales. 

    El año pasado, la esposa de uno de los líderes de nuestra iglesia fue llevada a la presencia del Señor. Fue un momento difícil no sólo para el hombre, su familia y la iglesia, sino también para la comunidad. La comunidad se reunió todas las noches durante cuatro días antes del funeral. 

    El hombre que perdió a su esposa era pastor y un líder respetado. La muerte de esta querida mujer reunió a líderes de la iglesia y a personas que, de otro modo, no se reunirían ni celebrarían el culto juntas. 

    Hubo oradores y predicadores durante cada uno de los días, que procedían de diferentes iglesias y denominaciones. La unidad del cuerpo de Cristo se hizo realidad para muchas personas. Cristo fue enaltecido, y el velatorio se convirtió literalmente en una especie de avivamiento. La presencia de Cristo se hizo sentir cuando el Espíritu de Dios tocó a muchas personas que participaron en dichos servicios. 

    Los funerales suelen ir acompañados de duelo y dolor. En este caso, había señales de pérdida pero mayormente se celebraba la vida de alguien que anduvo con Jesús de manera ejemplar. 

    Un andar ejemplar 

    Testimonio tras testimonio fueron compartidos por personas que no formaban parte de la iglesia, expresando cómo esta hermana fallecida y este hermano (el esposo) habían influido significativamente en sus vidas. 

    En el funeral, una de sus compañeras de trabajo (la fallecida era maestra) dio un testimonio conmovedor. Cuando otras maestras se declararon en huelga para reivindicar lo que consideraban sus derechos, la fallecida nunca había participado, pues creía que para ella la enseñanza era un llamado. El bienestar de los niños y niñas era su prioridad. 

    Las personas que representaban a las madres y a los padres de familia también dieron testimonio de lo mismo, y de que a lo largo de los años, los niños y niñas a quienes enseñaba, casi siempre obtenían los mejores resultados. 

    Asistieron a su funeral muchas personas que no tenían absolutamente nada que ver con la iglesia, dando testimonio del amor y bondad de Dios y del valor de seguir a Jesús. 

    Permítanme señalar que los encuentros en velatorios son en cierto modo culturales y esperados. Sin embargo, fue la manifestación del Espíritu de la unidad de la iglesia y la realidad del poder transformador de Jesús lo que se experimentó en ese momento. 

    La gente sigue dando testimonio de aquel velatorio hasta el día de hoy. El poder transformador de Jesús hizo que este funeral fuera diferente a los demás. 

    Para nosotros los cristianos, y para muchas otras personas, el velatorio y el propio funeral hicieron revivir las palabras de Pablo en Romanos 14:7-9. Estas palabras nos siguen animando: 

    “Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí. Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos. Porque Cristo para esto murió y resucitó, y volvió a vivir, para ser Señor así de los muertos como de los que viven.” 

    Amén. 

    —Danisa Ndlovu, representante regional del CMM para África de Sur y obispo de la Iglesia de los Hermanos en Cristo de Zimbabwe. 

    Este artículo es una adaptación del discurso que presentó en Renovación 2024, “Siendo transformados, vivimos a Jesús”, el 6 de abril de 2024, en Brasil. 


    Correo 39.2&3

  • Indonesia

    Hace veinticinco años que mi esposa y yo somos una pareja pastoral en una iglesia céntrica de Yakarta, que cuenta con una congregación de unas 250 personas. Disfrutamos mucho del llamado de nuestro ministerio a crecer junto con la congregación que guiamos. 

    Tenemos una hija que cursa actualmente el sexto semestre de medicina y se prepara para ser médica. 

    Desde nuestra época en el seminario, mi esposa y yo hemos sido mentores de más de 120 adolescentes. Les enseñamos a ser discípulos, de modo tal que muchos de los miembros activos de la iglesia hoy en día son aquellos adolescentes de quienes fuimos mentores. 

    Si me preguntaran qué cargo o función es el más significativo, sería ser padre de los muchos hijos e hijas adoptivos que hemos integrado a nuestro hogar y formado parte de nuestra familia. Atesoro esto más que todas las demás funciones que he desempeñado en nuestro sínodo o iglesia nacional, o incluso a nivel mundial. 

    Un hogar de puertas abiertas 

    Esta historia comenzó cuando mi esposa y yo aún éramos novios en un seminario de Salatiga. 

    Sentíamos el mismo amor por los niños y niñas y jóvenes, guiándoles para que conocieran al Señor Jesús y crecieran en todos los aspectos de la vida. Ambos nos dimos cuenta de que nuestra existencia se debía únicamente a la gracia de Dios; queríamos que otras personas también experimentaran la gracia de Dios. 

    Cuando nos casamos y nuestra hija tenía diez meses, Dios nos envió a un joven. Él no tenía madre ni padre y había sido rechazado por su familia. Tenía el cuerpo escuálido y un tímpano reventado debido a la violencia de su tío. 

    Un miembro de la congregación lo llevó a nuestra casa y esa noche aceptamos hacernos cargo de él. Se quedó con nosotros muchos años. Pudimos guiarle para que conociera al Señor Jesús. 

    Aquel joven cursó estudios de teología y de misiones, y hace diez años que sirve como misionero en el interior. 

    Desde entonces, Dios ha enviado a nuestra casa a muchos niños y niñas de diversas regiones y orígenes étnicos. 

    Aproximadamente 43 niños y niñas han pasado a formar parte de nuestra familia. En general, proceden de familias de escasos recursos de aldeas y zonas remotas que no tienen padre ni madre. Varios de ellos tienen necesidades especiales o padecen enfermedades como epilepsia que deben ser controladas por un médico. 

    Traer a tantos niños y niñas a nuestra casa no es cosa fácil. Desde el primer momento, nos comprometimos a utilizar nuestro propio dinero que al principio era muy limitado, incluso para las comidas diarias. Como pareja pastoral, no tenemos grandes ingresos. Se hizo difícil cuando el número de nuestros hijos e hijas adoptivos aumentó de cuatro a diez, luego a trece y después a diecisiete. Sin embargo, consideramos que es nuestra vocación sufragar todos sus gastos: comida, ropa y matrícula escolar. 

    Durante dos años comimos pescado salado casi todos los días (lo que hizo que mi mujer sufriera hipertensión). Pero nunca nos arrepentimos de haberlo hecho porque Dios nos brinda alegría. 

    A la manera de Dios 

    Lo más difícil no es cómo proveer alimentos, sino cómo educar a nuestros hijos e hijas a la manera de Dios, teniendo en cuenta sus diferentes contextos familiares y culturales. 

    No estamos creando un orfanato, ni siquiera una residencia para niños y niñas, sino que estamos integrándolos a nuestra familia. A menudo les decimos a nuestros niños y niñas que esta es su casa y esta es una familia, para que redescubran la calidez y la seguridad de una familia que nunca tuvieron. 

    Nuestro objetivo no es sólo permitirles perseguir sus sueños, sino educarles para que sean transformados por Cristo y que encuentren su vocación como discípulos suyos. 

    Cuando nuestra hija estaba en la escuela primaria, una vez preguntó: “Mamá y papá, ¿por qué traen tantos niños a nuestra casa? Nuestra casa está tan llena. Sería bueno que viviéramos los tres solos y que todo fuera mío”. 

    Sin embargo, cuando estaba en el último año de la escuela secundaria, escribió un ensayo para un concurso organizado por el periódico más importante de nuestro país. 

    “Fui hija única y debería poder disfrutar de esa bendición sin necesidad de compartirla con los demás. Pero mi padre y mi madre trajeron a muchos niños y niñas para que se criaran en nuestra casa, lo que significaba que tenía que compartirlo todo, incluso a mi padre y a mi madre. Al principio, me entristecí y me costó aceptarlo. Pero mi padre y madre eran personas muy amorosas que anhelaban que otros niños y niñas sintieran el amor de Dios y tuvieran un futuro. Permitieron que su vida se viera alterada para que pudieran ser árboles que dieran cobijo a muchas personas vulnerables. Hoy, mi casa está llena de familiares de toda Indonesia. Ahora entiendo que la vida debe compartirse. ¿Dónde está la belleza de la vida si sólo se vive para uno mismo?” 

    Lloramos al leer su reflexión, agradecidos de que ella también haya descubierto que el verdadero sentido de la vida sólo se encuentra cuando compartimos. 

    Resultó que ganó el concurso. 

    Actualmente, muchos de nuestros hijos e hijas se han graduado y siguen su vocación desempeñándose en el pastorado, en la misión, en el ámbito de la docencia y de la salud, y trabajando en los mercados. Si nos preguntan: “¿Cómo podremos retribuirles toda la bondad que nos han demostrado como padre, madre y hermana?”, siempre respondemos: «Retribúyanlo compartiendo el amor de Dios con los demás, para que no se quede sólo con ustedes. Esperamos visitarles y ver a muchos niños y niñas en sus familias.” 

    Por supuesto, hay una gran dinámica en todo este proceso, muchas alegrías y tristezas. Pero Dios ha permitido que nuestro sueño se cumpla. 

    Oremos para que nuestros hijos e hijas sigan siendo creyentes y discípulos fieles, sirviendo a Dios según sus dones y llamados. 

    ¡Bendito sea el nombre del Señor! 

    —Agus W. Mayanto es Representante Regional del Congreso Mundial Menonita para el Sudeste Asiático. Él y su esposa Rosmaida han sido copastores de GKMI Cempaka Putih Jakarta en Indonesia desde 1999.

    Este artículo es una adaptación del discurso que presentó en Renovación 2024, “Siendo transformados, vivimos a Jesús”, el 6 de abril de 2024, en Brasil.


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