El sitio perfecto: Un menonita de Kenia en la Oficina del CCM en la ONU

Nueva York, EE.UU. – Justo afuera de la ventana al lado de mi escritorio, en la oficina del CCM en la ONU ubicada en el 10º piso de Church Center para las Naciones Unidas, puedo ver la entrada de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la bandera de Kenia, la cual de forma inesperada despierta un sentimiento de patriotismo; estoy aprendiendo a apreciar a mi país, más cuando no estoy en él.

En mi país de origen, asistía a Eastleigh Fellowship Center, una iglesia menonita dentro de la capital, Nairobi. Mis padres son líderes en la comunidad menonita de Kenia. Tuve la noción de paz fuertemente arraigada durante mi crecimiento y esto influyó en la decisión de seguir mis estudios en relaciones internacionales como campo académico en la universidad.

En 2015, completé mis estudios de pregrado en relaciones internacionales en la Universidad de Nairobi, donde descubrí mi interés sobre asuntos relacionados con la diplomacia internacional y cómo ésta puede ser influenciada por la teología; es decir, cómo puedo aplicar los valores bíblicos y los principios anabautistas a las estrategias diplomáticas en un entorno cargado de asuntos políticos. Así que cuando me crucé con la oportunidad de la pasantía en la Oficina del CCM en la ONU y con la convocatoria del CCM para nuevos participantes del Programa Internacional de Intercambio de Voluntarios (IVEP, por su sigla en inglés), saqué como conclusión que sería el sitio perfecto para un menonita del Sur del mundo buscando marcar la diferencia en temas internacionales.

Había pasado cuatro años aprendiendo sobre la ONU en detalle, pero hay una gran diferencia entre aprender sobre una institución a nivel teórico o en términos prácticos. En la Oficina del CCM descubrí que la labor de la incidencia política no es tan bonita como había pensado, requiere mucha investigación y coordinación entre nuestro equipo conformado por: Doug Hostetter, director y mi supervisor, Kati Garrison, asociada del programa y en la labor de incidencia, y Emma Cabana, pasante del Servicio Voluntario Menonita. En nuestra reunión de personal de una hora de duración cada martes, tenemos un tiempo de adoración para el cual nos rotamos la dirección del espacio y todos damos nuestros informes actualizados sobre lo que estamos trabajando en el momento. Como nuevo pasante, elegí las prioridades específicas para algunos países, incluyendo RPDC (Corea del Norte), Israel y Palestina.

Desafíos

Soy nuevo en el trabajo de incidencia, por lo tanto, asistir a reuniones de los grupos de trabajo de ONG`s (organizaciones no gubernamentales) sobre Israel/Palestina y al Consejo de Seguridad fue algo desconocido, cargado de desafíos.

1. Experiencia limitada

Las Relaciones Internacionales como campo de estudio, solo permiten tener un panorama de cómo funciona el sistema internacional. Profundizando más en ello, tuve que conciliar la información que había obtenido en mis estudios con la información en el campo de trabajo.

2. El sentimiento de desubicación sobre los temas

En los grupos de trabajo formados por representantes bien informados de las ONG`s, a menudo me he sentido incapaz de hacer buenos aportes, no por elección, sino porque todavía estoy

aprendiendo sobre este tipo de contenidos. Pero, cuanto más he asistido a las reuniones, más he entendido.

3. Integración en las relaciones existentes

Trabajar en Church Centre para las Naciones Unidas tenía un mayor sentido de relación comunitaria que de trabajo profesional. El integrarme a las estrechas redes entre organizaciones y su personal fue desafiante; pero aprendí a formar mis propias relaciones y a fusionarlas en la comunidad en general.

La experiencia de trabajar en la Oficina del CCM en la ONU y en general dentro de la comunidad de las Naciones Unidas ha sido a la vez frustrante, esclarecedor, satisfactorio, y gratificante, tanto profesional como espiritualmente.

A nivel profesional, he aprendido mucho sobre cómo la labor de incidencia política impregna la agenda internacional. Equipado de esta forma, ahora podré buscar maneras de aplicar el conocimiento adquirido a nivel local para ayudar a mi iglesia, comunidad y país a promover la paz y la labor humanitaria.

Como menonita, sé que la paz es intrínseca y que se debe buscar por medio de la no violencia. El mayor desafío ha sido tratar de incorporar estas creencias en una organización motivada por la política. Cuando ciertos países quieren usar la violencia para frenar el conflicto, el CCM y otras ONG`s basadas en la fe, han trabajado de forma ardua para ofrecer alternativas éticas no violentas en busca de la consolidación de la paz. Aunque difícil, trabajar dentro de la Oficina del CMM de la ONU me ha enseñado que conciliar mis creencias como menonita con los desafíos de la política internacional es posible.

—Moses Osiro de Kenia es el pasante de IVEP/CMM en la Oficina del CCM en la ONU (2016–2017).

En busca de solicitantes latinoamericanos para la pasantía 2018-2019 del CMM/IVEP en la oficina del CCM en la ONU

Los solicitantes deben ser miembros de una iglesia afiliada al CMM, ser solteros y estar entre los 25–30 años de edad. Deben dominar bien el inglés, estar comprometidos con la paz y la justicia en temas internacionales y haber cursado estudios universitarios en relaciones internacionales, ciencias políticas, sociología, historia, teología o disciplinas relacionadas. Deben tener experiencia práctica personal en trabajo humanitario, interreligioso o de justicia/paz a nivel local, nacional o internacional.

El candidato debe llenar un formulario de solicitud IVEP de una oficina del CCM en el país origen. La fecha límite de entrega de la solicitud para la pasantía para el año 2018-2019 es octubre de 2017.