Corea del Sur
Para hablar de la esperanza, tengo que empezar hablando de la desesperación.
Hay algo que me preguntan a menudo cuando digo que soy de Corea: “¿Cuál de las dos Coreas?”
Así es, han pasado setenta y siete años desde que Corea se dividió en Corea del Norte y Corea del Sur. El miedo tan arraigado que proviene de una historia de guerras y la inseguridad que proviene de ese temor han generado diferentes tipos de desesperación.
Los surcoreanos tienen cuatro obligaciones principales. Una de las obligaciones es el deber de la defensa nacional. Y uno de los deberes de la defensa nacional es el deber de prestar el servicio militar. Esta obligación se aplica a hombres entre 18 y 40 años en Corea del Sur. Son reclutados para servir como soldados durante un año y medio. Después deben entrenarse regularmente como reservistas.
La gente dice que las cosas han mejorado, pero la cultura militar sigue siendo muy violenta. No son difíciles de encontrar historias de intimidación, suicidios y tiroteos en las noticias.
Cuando uno piensa en los objetores de conciencia de Corea del Sur, el grupo más común que viene a la mente es el de los Testigos de Jehová. También hay varias organizaciones, tales como Un Mundo sin Guerras. Y están las luchas de aquellos que sobrevivieron al encarcelamiento y defendieron sus convicciones.
A partir de 2020, los objetores de conciencia ya no irán a la cárcel, por lo cual sentí esperanza en este último año, pero todavía queda un largo camino por recorrer. El actual sistema de servicio alternativo tiene un carácter punitivo, en el que hay que cumplir el doble de la duración del servicio militar y solo se permite trabajar en las prisiones.
También existen servicios alternativos que no tienen carácter de objeción de conciencia. Mi hermano menor se graduó de una universidad agrícola administrada por el gobierno y comenzó a cultivar papas. En Corea, el número de agricultores está disminuyendo y no hay agricultores jóvenes, por lo que se elige un grupo selecto de jóvenes para cultivar en lugar de prestar servicio militar. También hay casos similares en determinadas industrias. El proceso de solicitud es muy difícil y la duración también es de tres años.
El gobierno le informó recientemente a mi hermano menor que se le permitiría reemplazar el servicio militar con la agricultura. Todos en la iglesia habían estado orando y no tengo palabras para expresarles lo afortunado que es. Pero no, no es un sentimiento de alivio, porque mis amigos y mis vecinos todavía tienen que ingresar al ejército.
Las iglesias menonitas coreanas procuran constantemente solidarizarse con los objetores de conciencia. Los invitamos a dar conferencias y tratamos de escuchar sus voces a través de reuniones presenciales. Nuestra motivación y esperanza en medio de la lucha por el reconocimiento del estatus legal de los objetores de conciencia radican en Jesús, quien es nuestro maestro y ejemplo del compromiso de largo aliento de la comunidad anabautista-menonita con el principio de la no violencia.
La mayoría de la gente podrá pensar que el actual sistema de reclutamiento no tiene nada de malo. Pero yo veo desesperación. Estoy agradecida de que haya una comunidad que también ve desesperación y toma medidas. Dicha comunidad es mi congregación local y la Iglesia Menonita de Corea del Sur (MCSK). También contamos con el CMM que nos acompaña como discípulos de Jesús.
Recientemente, el CMM emitió una declaración de apoyo a los objetores de conciencia, en gran parte en respuesta a los desafíos que enfrenta MCSK. La declaración del CMM procura solidarizarse con nosotros, lo cual significa esperanza para mí y para mis hermanos y hermanas menonitas de Corea.
Gracias.
—Kkot-ip Bae (Î∞∞ÍΩÉÏûé) es miembro de la Iglesia Menonita Nonsan Peace and Joy de Corea del Sur. Estudió sociología y contenido de medios digitales; trabaja como especialista en planificación de programas de economía social con responsabilidades de diseño para la propagación del valor social. Es la representante para Asia en el Comité de YABs (Jóvenes Anabautistas) del CMM. Kkot-ip Bae fue una de las oradoras de Renovación 2023 –Jesucristo, nuestra esperanza–, en Abbotsford, British Columbia, Canadá, el 25 de marzo 2023. Este artículo fue adaptado de su presentación.