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Panamá – Pedidos de oración en el marco de su lucha por la tierra fue la solicitud principal que le presentaron los líderes de la iglesia y de las comunidades indígenas a la delegación del Congreso Mundial Menonita, en su visita a Panamá en febrero de 2015.
Líderes de la Iglesia Evangélica Unida Hermanos Menonitas de Panamá, iglesia miembro del CMM, invitaron a la delegación del CMM para informarle sobre su larga lucha para lograr el reconocimiento y respeto de los títulos legales de sus tierras ancestrales.
Pese a las garantías constitucionales que existen respecto a la propiedad de la tierra, el gobierno está haciendo poco y nada para impedir la ocupación ilegal de las tierras por colonos, la tala y venta de los árboles –especialmente del cocobolo– y el uso de las tierras para el pastoreo.
La delegación estaba integrada por cuatro personas, auspiciadas conjuntamente por las Comisiones de Paz y Diáconos del CMM: Joji Pantoja de las Filipinas, Jack Suderman de Canadá, Gladys Siemens de Brasil y Henk Stenvers de los Países Bajos.
Se reunieron durante un día en la Ciudad de Panamá con líderes de la iglesia, que también brindan liderazgo al Congreso Nacional del pueblo wounaan. Y luego visitaron tres aldeas adonde llegaron en bote, sincronizando el horario de salidas y llegadas según la marea alta de los ríos del interior.
En cada aldea realizaron un culto nocturno y pernoctaron. A la mañana, la delegación escuchó informes sobre cómo la usurpación de tierras indígenas llevó a que muchos perdieran la esperanza y la paciencia porque sentían que sus pedidos pasaban inadvertidos.
La delegación fue testigo de la firme convicción del poder de la oración y del apoyo de la comunidad mundial de fe. La oración adjunta refleja los pedidos específicos de oración que se hicieron en muchas de las conversaciones que entablaron los integrantes de la delegación.
“Ellos comprenden –al menos en cierta medida– los límites de nuestras posibilidades”, señaló Suderman en la versión preliminar del informe de la delegación. “Comprenden también la presencia del poder de Dios en el pueblo de Dios que ora. Que la realidad se conozca es, en sí mismo, la esperanza más preciada del liderazgo. Hay una sensación profunda de que la verdad finalmente saldrá victoriosa, aunque es necesario que sea revelada y difundida.”
Los líderes de la iglesia solicitaron también ayuda para la capacitación de líderes en temas tales como resolución de conflictos, identidad, justicia restauradora y estrategias no violentas. Además, pidieron que se promueva su causa en foros internacionales como las Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos, y también el Gobierno de Panamá.
Comunicado del CMM
Oración
La Comisión de Diaconía y Paz de la Iglesia Evangélica Unida Hermanos Menonitas de Panamá solicita al pueblo de Dios, que ore la siguiente oración en su favor.
Dios, creador de la Justicia, la Paz, el Amor y la Misericordia:Tú conoces las luchas de tu pueblo.
Tú conoces las luchas del pueblo wounaan de Panamá por la justicia en defensa de sus tierras ancestrales, en medio de la continua usurpación de dichas tierras.Te suplicamos…
Lamentamos la pérdida constante de los valiosos recursos del pueblo wounaan.
Oremos para que el Gobierno de Panamá pueda garantizarle el título de propiedad colectiva de las tierras.Te pedimos que se haga justicia en la causa de los tres hombres que han sido acusados falsamente ??y condenados a veinte años de prisión por encabezar la lucha por sus tierras.
Oremos para que haya justicia en las gestiones legales a cargo del abogado Leónidas Quiroz, que aún no han tenido una respuesta compasiva para que se pueda poner fin a estas luchas.
Oremos para que los pastores locales y líderes de la Convención de la Iglesia Evangélica Unida Hermanos Menonitas de Panamá tengan sabiduría y paciencia.
Demos gracias por su firme compromiso de mantener esta lucha libre de violencia.
Demos gracias por su preocupación por la flora y fauna que han sido creadas para asegurar que haya vida para las generaciones venideras.
Demos gracias por su sabiduría y paciencia.
Demos gracias que ellos son tu pueblo y tú su Dios.Gracias, Dios por escuchar nuestro lamento y nuestra oración. Gracias porque conoces la integridad de nuestros corazones. Gracias porque tu voluntad es el bienestar de toda tu creación.
Que se haga tu voluntad.
Amén.
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Con ataques aéreos y suministro de armas responden los estados occidentales actualmente al terror de las milicias del ISIS en Irak y Siria. Una reacción que, teniendo en cuenta estas atrocidades, ha sido ampliamente aceptada. Incluso cada vez más dentro de las iglesias. Mientras que en el año 2003 estas iglesias protestaban de manera mayormente unánime en contra de la invasión estadounidense a Irak, actualmente han tomado fuerzas las voces que ven en las intervenciones militares una manera de asumir responsabilidad conforme con la fe cristiana.
Como Seminario Teológico Bienenberg somos parte de la tradición de la iglesia de paz, cuyo compromiso con el pacifismo se remite a la vida, muerte y resurrección de Jesucristo. Una postura que, a la luz de los acontecimientos terribles y amenazantes en el Medio Oriente, se ve una vez más puesta fundamentalmente en tela de juicio. Antes que nada, también nosotros nos vemos – en la medida que esto fuera posible en un país tan resguardado como Suiza – profundamente conmocionados, al oír de la persecución y ejecución de cristianos y de otras minorías. También nosotros sentimos impotencia, rabia y el deseo de que sea puesto fin a este brutal proceder lo antes posible. No obstante, creemos que esta situación no invalida las convicciones pacifistas. Es justamente por ser cristianos que nos vemos desafiados a entablar desde el Evangelio un trato libre de violencia con el enemigo. Por lo expuesto, nuestras reflexiones están dirigidas particularmente a todos los que reconocen a Jesucristo como “Príncipe de Paz” y buscan seguir en sus pasos. Entendemos su mandamiento de amar al enemigo como un llamado a las iglesias a testificar del reino venidero de Dios en este mundo.
En estas líneas compartimos pensamientos inconclusos acerca de acontecimientos que por momentos nos dejan sin palabras. Expresar estos pensamientos conlleva el riesgo de sonar torpes y cínicos. Somos plenamente conscientes de no tener una respuesta satisfactoria para todo. Sin embargo es nuestro deseo compartir nuestra disputa con aquellas preguntas apremiantes que semejantes brotes de violencia plantean una y otra vez. Sabemos que resulta fácil decir ciertas cosas, estando lejos de los enfrentamientos violentos. Además formamos parte de una sociedad, que por demasiado tiempo se mantuvo pasiva en cuanto a la prevención y de ninguna manera ha agotado todas las posibilidades. Sin embargo, en vez de permitir que la impotencia y la resignación crecientes nos paralicen, queremos continuar involucrándonos con humildad y con la ayuda del Espíritu de Dios en «buscar la paz» (Heb 12:14) utilizando nuestros recursos y nuestras posibilidades. Hacemos esto unidos en solidaridad con las víctimas de estos actos despiadados. ¡Dios, ten piedad!
Objeción 1:
¿El pacifismo (cristiano) es ingenuo y poco realista?
Considerar hoy en día que el pacifismo (cristiano) es ingenuo (1) no es novedad, ya que se trata de un reproche conocido y recurrente. A lo largo de toda la historia se ha ridiculizado a las personas y a los movimientos que se resistían a la lógica reinante de responder a la violencia con violencia. No obstante estos eran considerados más que meros locos inofensivos, por los actores del poder. Intuyendo lo que estaba en juego, estos se preguntaban llenos de temor: «¿Qué pasaría si logran seducir a más personas a la no violencia?» Frecuentemente ellos mismos reaccionaban a esa pregunta con persecución y ejecuciones. Los Anabaptistas pertenecen a aquellos que lo vivieron en carne propia. Esto hizo que la pregunta: «¿qué pasaría?» quedara en muchas ocasiones sin responder. Una verdadera pena, ya que en retrospectiva tenemos el legado de historias acerca de “ingenuos” pacificadores que lograron evitar o dar fin al derramamiento de sangre (2). Son historias con giros inesperados, que fueron posibles justamente gracias a acciones “foráneas” al mundo. Personas que cultivaban una «cultura de paz» (3), lo que les permitía ejercer un dominio alternativo de la violencia. Por lo tanto resulta no ser cierto que el pacifismo cristiano está intrínsecamente condenado al fracaso, aunque evidentemente no está garantizado que lleve siempre al resultado deseado. Pero como es sabido, lo mismo podría afirmarse de las intervenciones militares.
A todo esto, no debe olvidarse que el pacifismo cristiano es un camino costoso (4). Esto también lo asocia con las intervenciones militares. La esperanza de una guerra “limpia”, en la que usando armas inteligentes “solamente” los terroristas son blancos de los ataques sin producir otras víctimas, desde hace tiempo ha resultado ser una ilusión. ¿Es acaso tan grande la diferencia entre la abnegación del – aún – inevitable sacrificio de los soldados armados por un lado y los cristianos pacifistas por el otro; como para concluir que únicamente la opción pacifista es ingenua y poco realista?
Objeción 2:
La violencia sólo puede ser detenida con violencia
Once años atrás, los norteamericanos se pusieron en marcha para derrocar como integrante del «eje del mal» al por entonces dictador iraquí Saddam Hussein. Esto fue logrado y celebrado como éxito expeditivo de la formidable maquinaria militar. Sin embargo poco tiempo después, quedó claro el corto alcance de dicha estrategia miope. En lugar de una pronta retirada como estaba planeado, las tropas de Estados Unidos se vieron envueltas durante años en un combate de guerrilla, que no solo cobró muchas vidas, sino que también ocasionó horrendos costos. Al partir las últimas tropas en diciembre de 2011, dejaron atrás una región políticamente inestable, con un vacío de poder que desde entonces fueron ocupando cada vez más los grupos radicalizados. Si bien la acción militar en Irak permitió eliminar a un dictador, también ha hecho posible nuevos excesos de violencia. Un fenómeno que ha podido verificarse también en otros casos. Es por eso que Benjamin L. Corey pregunta con justa razón: «si el empleo de la violencia fuera lo que nos trajo hasta aquí, ¿por qué habríamos de pensar que más violencia volvería a tornar las cosas para bien?» (5)
Bajo la consigna R2P «Responsibility To Protect» (Responsabilidad de proteger), círculos políticos y eclesiásticos se han pronunciado a favor de un programa de tres pasos para resolver o de ser posible evitar conflictos violentos: Prevención – Reacción – Reconstrucción (6). Precisamente el ejemplo de Irak recuerda dolorosamente como durante un conflicto las reacciones violentas son puestas a consideración de manera precipitada y unilateral; pero en definitiva no resuelven el conflicto, sino que en ocasiones agudizan la situación. Las intervenciones militares de esta índole, con frecuencia prometen mucho más de lo que pueden cumplir. ¿Qué sucedería, si en situaciones cargadas de tensión se invirtiera cuando menos la misma cantidad de fondos en la prevención o reconstrucción (incluyendo la atención del trauma) que la gastada en el arsenal de armas que supuestamente deben asegurar o restablecer la paz? (7)
Objeción 3:
¿Debemos ser simplemente espectadores de tales hechos crueles?
No. Una postura teológica de la paz no es sinónimo de pasividad apática. La situación actual exige una reacción. La pregunta es: ¿Por cuales medios? Una intervención militar pareciera justificarse desde hace mucho tiempo. Una mirada a la historia sin embargo, demuestra que se ha llevado a cabo mas de una «guerra justa» con motivaciones dudosas en contraposición con su intención original u oficial. ¿Cuáles son los objetivos de la «coalición multinacional en Irak «? ¿Respetan en sus propias acciones militares las reglas cuyo cumplimiento exigen a sus enemigos? ¿Porqué en tantos otros casos de injusticia y desprecio por el ser humano no se oyen voces que llamen a la responsabilidad de proteger?
Estamos convencidos de que el mal debe ser enfrentado. Pero consideramos a la violencia militar como un medio inapropiado. En los siguientes puntos, vemos algunas alternativas:
Orar. Muchos cristianos oran pidiendo a Dios cosas asombrosas. Quienes a pesar de un pronóstico de lluvia oran por un día soleado, esperan nada menos que la anulación de las leyes meteorológicas por intervención de Dios. ¿Pero porqué se pierde tan rápidamente la confianza en las posibilidades de Dios, cuando de guerra y paz se trata? Al orar en estos días tanto por las víctimas como por los victimarios, lo hacemos confiando en la promesa divina: «No es con ejército, ni con la fuerza, sino que con mi Espíritu» (Zac 4, 6).
Operativos de paz. Existen personas que sin figurar en informes oficiales, se atreven a ubicarse sin armas entre los frentes, en distintas zonas de conflicto del mundo (8). En vez de cerrar los ojos ante el mal, lo afrontan con valentía y desarmada presencia. En su vulnerabilidad, rompen con el clásico esquema de amigo-enemigo, lo cual abre inesperados espacios de acción. Existen informes conmovedores de tales operativos de paz que demuestran la existencia de una «tercera vía», y de esta manera cuestionan los modelos vigentes con preguntas desafiantes (9). A la vez nos recuerdan la importancia de estar en contacto con personas y comunidades (eclesiásticas) en el lugar de lo hechos, a fin de no ser influenciados por la cobertura mediática y caer en una categorización desprovista de matices en la que solo hay «buenos» y «malos». Por lo tanto, en la búsqueda de un curso apropiado de acción contra el terror de la organización ISIS, queremos escuchar con especial atención a los cristianos directamente afectados por la situación.
Asistencia a los refugiados. Nuestra historia anabaptista trae a la memoria que muchas personas huyeron como respuesta a represión y persecuciones. Muchos de ellos experimentaron gran solidaridad y hospitalidad. Con una generosidad similar podemos hoy asumir nuestra responsabilidad. Ya sea en tareas de socorro en el lugar de los hechos o con la acogida -libre de burocracia- de refugiados aquí en Europa, la cual a menudo es obstaculizada por las autoridades políticas (10).
Operativos policiales. Bajo el enunciado «just policing» se delibera en algunos círculos de la iglesia sobre el uso de fuerzas policiales internacionales (!). Con instrucción en la resolución no violenta de conflictos y sujetas al derecho internacional y a los derechos humanos, podría ser una alternativa empleada para la protección de personas. Las opiniones difieren sobre la viabilidad de prescindir por completo de el empleo de armas. Restringiendo sensiblemente el uso de armas -como por ejemplo, para asegurar un corredor de refugiados – ya se trataría de una estrategia completamente distinta a la de una invasión militar a gran escala, cuya finalidad es la de destruir al enemigo. Grupos de la Iglesia de Paz que consideran aceptable este tipo de operativos, abogan fuertemente por un «empleo no letal de fuerzas». (11)
Objeción 4:
¿Acaso la Biblia no habla de la necesidad del empleo de violencia?
La Biblia contiene, sin duda, algunos pasajes desconcertantes, en los cuales se describe a la violencia como algo que Dios quiere o al menos algo legitimado por Dios. Pero deducir de ahí una afirmación general de que la violencia a veces sea necesaria, no nos parece acertado. Las líneas mayores que componen el mensaje integral de la biblia nos indican claramente que el corazón de Dios late por el “Shalom” – la paz justa. Este deseo de paz integral encuentra su máxima expresión en Jesús. Intransigentemente lucha contra cualquier pseudoreligión, contra la injusticia y contra la hipocresía y todo esto amando a sus enemigos, en vez de matarlos. Aún cuando a manos de los gobernantes políticos y líderes religiosos terminara sentenciado a la muerte en una cruz. Protestando contra esta lógica de la violencia, Dios resucita a Jesús en la mañana de Pascua exaltándolo y destacando su camino. Reflexionando en la historia de Jesús, la iglesia primitiva concluye: En Jesús, Dios responde a la enemistad humana con amor reconciliador (Rom 5:10). En lugar de devolver el golpe, Dios abraza al mundo creando “Shalom”. Con igual claridad, Jesús ejemplificó la manera en que puede nacer “Shalom” en nuestras relaciones interpersonales (Fil 2:5-11). Como cristianos reconocemos nuestro llamado de seguir las pisadas de Jesús (1 Pe 2:21; Lc 22:49-51) y de vencer el mal con el bien (Rom 12:21). Sabemos de que no existe garantía alguna, de que este camino conduzca siempre al éxito deseado (sin sufrimiento). A través de los siglos hubo quienes pagaron un precio muy alto para dar “Shalom”. Pero el mensaje de la resurrección despierta en nosotros la fe de que ni la hostilidad, ni la muerte tienen la última palabra, sino el amor restaurador de Dios. Oramos por ende, que nuestro temor ceda ante aquel amor, que incluso hacia el enemigo se destina (12).
Cuerpo docente del Seminario Teológico Bienenberg (Lukas Amstutz, Frieder Boller, Heike Geist, Hanspeter Jecker, Denis Kennel, Bernhard Ott, Michel Sommer, Marcus Weiand, Marie-No√´lle Yoder)
16 de setiembre de 2014
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1 En el reciente articulo “Allerletzte M√∂glichkeit ist Waffengewalt“, Reinold Scharnowski critica la falta de realismo del pacifismo cristiano en: http://www.livenet.ch/themen/glaube/glaube/261886-allerletzte_moeglichkeit_ist_waffengewalt.html.
2 Una colección de historias sobre la búsqueda de paz ofrece Cornelia Lehn, Friede sei mit euch!, Weisenheim am Berg 1987.
3 Véase en Alan & Eleanor Kreider, Paulus Widjaja, Eine Kultur des Friedens: Gottes Vision f√ºr Gemeinde und Welt, Schwarzenfeld 2008.
4 Ron Sider describe este costoso camino en: “God’s People Reconciling“ http://www.cpt.org/resources/writings/sider.
6 El concepto se explica en detalle en: http://www.schutzverantwortung.de. Jakob Fehr proporciona un análisis en profundidad desde la perspectiva de la iglesia de la paz en: http://www.dmfk.de/fileadmin/downloads/Fehr_-_R2P_die_Konfrontation_mit_dem_Boesen.pdf
7 A favor de una estrategia a largo plazo en Irak, véase también: http://www.huffingtonpost.com/derek-flood/is-there-a-nonviolent- isis_b_5670512.html
8 Por ejemplo “Christian Peacemaker Team“ en: http://cpt.org/
9 Dos de estos informes se encuentran en: http://mennoworld.org/2014/09/01/cpt-aids-refugees-seeking-safety-in-iraqi-kurdistan/ y en: http://mennoworld.org/2014/08/29/jim-foley-is-and-what-i-learned-from-being-kidnapped/
10 El estadounidense Benjamin L. Corey se pregunta en relación a esto: “¿Porque no organizamos el rescate aéreo mas grande desde el puente aéreo de Berlín y rescatamos de su miseria a todas las minorías religiosas y étnicas afectadas, ofreciéndoles asilo en los Estados Unidos?“
11 Véase el articulo de Fernando Enns ‚ÄûGerechter Frieden zwischen Interventionsverbot und Schutzgebot“ en: http://friedensbildung- schule.de/sites/friedensbildung-schule.de/files/anhang/medien/fbs-responsibility-protect-449.pdf
12 Alice Su describe esta impresionante transformación en: http://gospelworldview.wordpress.com/2014/09/03/1-john-isis-and-the-gospel- versus-terror. Una traducción al alemán se encuentra en: www.bienenberg-blog.ch.
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Bogotá, Colombia – En respuesta al llamado urgente del Consejo Supremo de la Comunidad Evangélica de Siria y el Líbano y del Concilio de Iglesias del Medio Oriente, el Congreso Mundial Menonita hizo un llamado a sus iglesias miembros a “una lluvia de oración, solidaridad y bendición”.
En un comunicado a “todas las iglesias y organizaciones evangélicas y protestantes en todo el mundo,” el Consejo Supremo declaró estado de emergencia “para preservar lo que queda de la presencia cristiana y no cristiana moderada en el Este, y para evitar su completa desaparición.”
El Consejo también señaló “la posibilidad de la aniquilación de la presencia cristiana en el Medio Oriente” y expresó su preocupación sobre “el sufrimiento humano y las dificultades políticas” que afrontan dichos países.
El CMM también recibió una declaración del Consejo de Iglesias del Medio Oriente basada en el llamado a la comunidad internacional realizado por el Líbano “a tomar iniciativas firmes para oponerse al feroz ataque contra los cristianos pasivos de Irak que permanecen firmes en la tierra de sus padres y sus antepasados donde comenzó el cristianismo.”
“Somos movidos a la oración,” escribieron los líderes del CMM en respuesta al Consejo Supremo. “Queremos asegurarles que cuentan con las oraciones del CMM. Hemos distribuido su llamado urgente a cada una de las 102 iglesias nacionales en 57 países que conforman la membresía del CMM.” El CMM respondió de forma similar al Concilio de Iglesias del Medio Oriente.
Luego, en una carta a sus iglesias miembros, César García, Secretario General del CMM y Roberto J Suderman, Secretario de la Comisión de Paz, instaron a cada una de las iglesias a escribir su propia carta dirigida directamente al Consejo Supremo y al Concilio de Iglesias del Medio Oriente, “asegurándoles que cuentan con sus oraciones y dándoles a conocer las acciones específicas que están tomando en respuesta a su llamado.”
“Creemos que ellos apreciarán mucho dicha ‘lluvia de oración, solidaridad y bendición,’” escribieron García y Suderman. “Serán fortalecidos con el hecho de saber que hay iglesias alrededor del mundo orando por ellos y actuando en su nombre.”
La carta a las iglesias miembros del CMM fue emitida el domingo 21 de septiembre, Día Internacional de la Paz de las Naciones Unidas, y el Domingo de la Paz del CMM.
Comunicado del CMM
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Bogotá, Colombia – Para Jenny Neme, directora de la organización menonita Justapaz, el apoyo reciente de Justapaz para el objetor de conciencia de Corea de Sur, San-Ming Lee, fue una respuesta natural de “una lógica de buscar la solidaridad, de buscar la ayuda mutua… del papel profético de las iglesias de hacer incidencia política desde los escenarios en donde nos encontramos…para animar a que las iglesias encuentran esta posibilidad de incidencia pública.”
Justapaz ha trabajado en temas de la objeción de conciencia (OC) por casi veinticinco años. La organización brinda apoyo a jóvenes en todo el país que escogen objetar al servicio militar obligatorio colombiano, desde su fe menonita. Justapaz también hace incidencia política para que el derecho de objeción de conciencia sea respectado. La organización usa talleres, capacitaciones teológicas, y la creación de alianzas para promover la construcción de paz desde la noviolencia como una alternativa al servicio militar.
Fue durante las reuniónes en marzo de la Comisión de Paz del Congreso Mundial Menonita en Holanda donde Neme se enteró del caso de Lee, un joven de 27 años y miembro de la Iglesias de Gracia y Paz en Seúl, Corea del Sur. Él es el primer menonita coreano a declararse (OC) y por esto ha estado preso por 18 meses. Más que el 92% de los OCs encarcelados a nivel mundial se encuentran en Corea del Sur.
Justapaz ha compartido el testimonio de Lee con menonitas en Colombia. Tanto individuos como iglesias se han comprometido mandarle cartas de apoyo y estar en oración. Según Neme, parte de esta respuesta viene de experiencias compartidas. “Eso nos puede pasar aquí también en Colombia, que se lleven a cualquiera de los muchachos a la cárcel…nosotros hemos sido testigos de cuando necesitemos respuestas, acciones urgentes de los hermanos y las hermanas, eso sí funciona.”
Como resultado de las conversaciones en Holanda y la respuesta Colombiana a Lee, Justapaz está trabajando con organizaciones en los Estados Unidos, Alemania y Corea del Sur en la elaboración de una serie de talleres sobre la objeción de conciencia para la Asamblea en 2015, que se llevará a cabo en Harrisburg, Pennsylvania, EEUU. El taller incluirá una perspectiva teológica e histórica, y una mirada de hoy en día sobre las realidades de la objeción, con la meta de buscar solidaridad sobre un asunto que impacta las vidas diarias de los anabaptistas a nivel global.
Para Neme, la objeción de conciencia representa: “un desafío nuevamente para el interior de la iglesia menonita a nivel mundial a volverle a dar un valor al tema de la objeción de conciencia, un tema muy importante para nuestra tradición de fe.”
Por Anna Vogt, Justapaz
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Statement from a peace church perspective – Bienenberg
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This Peace Sunday worship material is provided by the Peace Commission of Mennonite World Conference. We encourage its use by all MWC-related congregations on the Sunday closest to the International Day of Peace, September 21, 2013.
INTRODUCTION
Psalm 23 is a strong image of peace. There we celebrate sitting at the table in the presence of our enemies, and the cup is filled to overflowing. Using this image we respond to God’s call to peace with a ritual of anointing. These peace-worship resources use movement, image, art, and ritual to explore the theme of peace. They begin with the idea that art (construction) is the opposite of war (destruction).
While it is difficult to do art together in a time of worship, there are ways of making art to interact together.
Please use these ideas as guidelines to adapt to your congregation’s context. The children’s worship connects with the prayers of the people through a prayer movement. Please feel free to change, adapt, or print material as needed.
FOCUS STATEMENT
God fills our cup to overflowing with what is needed to work for peace.
MAIN SCRIPTURE
Psalm 23
Supporting Scriptures: Genesis 1; Matthew 6:9-13; 2 Corinthians 5:18