Los antiguos mártires inspiran el sufrimiento de hoy

“Su compromiso de transmitir el mensaje de paz y el evangelio me inspira a vivir una vida de sacrificio por la paz”. Las historias de los primeros mártires anabautistas han moldeado e inspirado a los menonitas de todo el mundo durante 500 años. Aún siguen haciéndolo para los pastores que sufren en Myanmar, como el que se cita anteriormente. 

Del 25 al 29 de noviembre del 2024, cinco líderes del CMM, un miembro del personal de MC Canadá y 17 pastores de la Iglesia Bíblica Misionera Menonita de Myanmar se reunieron en Chiang Mai, Tailandia, para una visita de solidaridad. 

La guerra civil que ha durado años en Myanmar ha significado miedo, violencia, desplazamiento y pérdida de seres queridos. 

“El propósito de la visita fue aprender cómo la iglesia mundial puede apoyar a la iglesia en Myanmar durante este tiempo de sufrimiento y opresión”, explica la secretaria de la Comisión de Diáconos, Tigist Tesfaye. 

Los visitantes internacionales querían conocer la situación que enfrenta la iglesia en Myanmar. Los desafíos de vivir bajo una dictadura militar se han intensificado para la iglesia con el reciente aumento del cumplimiento del servicio militar obligatorio. 

Los pastores compartieron sobre la carga que supone la posibilidad de ser reclutados o de que sus hijos jóvenes sean obligados, incluso secuestrados, para prestar servicio militar. Narraron como ayunan su única comida diaria. Dijeron que a veces las fuerzas gubernamentales y los líderes religiosos locales (budistas) los miran con sospecha por seguir lo que se percibe como una religión occidental. 

Andrew Suderman, Andrés Pacheco Lozano, Agus Mayanto, César García, Tigist Tesfaye.

La visita también fue una respuesta a una invitación para aprender más sobre el movimiento anabautista. El programa incluyó sesiones sobre Lo que juntos creemos (Convicciones compartidas) dirigidas por César García, secretario general del CMM. El secretario y el presidente de la Comisión de Paz, Andrew Suderman, y Andrés Pacheco Lozano dirigieron sesiones que exploraban lo que significa ser una iglesia dedicada a los caminos de la paz de Jesucristo. 

Se realizaron sesiones de enseñanza y sesiones pastorales con momentos de oración, tiempo para el debate y el aprendizaje mutuo. Y los pastores de Myanmar compartieron sus experiencias y lo que tenían en el corazón.  

Agus Mayanto, representante regional del CMM para el sudeste asiático, y Norm Dyck de MC Canada Witness dirigieron las oraciones al anochecer. 

Muchos de los pastores comentaron que las lecciones sobre la historia del anabautismo y el ser una iglesia de paz eran completamente nuevas y abrían un camino al cambio personal y social. 

“Me animaron a ver la vida y la fe a través de una nueva perspectiva”, afirmó un pastor. 

“Fui inspirado a aprender más sobre la paz, especialmente la paz activa como forma de vivir y responder a los desafíos”, expresó otro. 

“Entender la historia del movimiento anabautista fue un punto destacado”, comentó otro. “Estoy comprometido a compartir sobre el anabautismo y su historia con otras personas”. 

“Cuando nos enfrentamos a un conflicto, a menudo nos sentimos limitados a dos opciones: buscar venganza o permanecer en silencio. Sin embargo, el estudio de las Bienaventuranzas me enseñó una tercera vía: responder con acciones pacíficas”, declaró otro pastor. “Esta revelación fue transformadora para mí”. 

La visita de solidaridad concluyó con los pastores de Myanmar destacando las formas particulares en que pueden avanzar y cómo responder a su contexto. El grupo identificó varias maneras de crecer en el conocimiento y la práctica de la construcción de la paz como seguidores de Jesús. Grupos de debate, grupos de trabajo y conferencias, especialmente para los jóvenes, fueron algunas de las sugerencias. 


¿Cómo podemos orar por Myanmar? 

Los pastores solicitaron oración 

  • Por valor y habilidad para predicar el evangelio de la paz. 
  • Por los pastores para que sean servidores fieles a pesar de la persecución. 
  • Por los soldados que también están sufriendo.