Un tapiz de fe, aventura y amor

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La trayectoria de servicio de Kathryn Good perdura tras su muerte gracias al legado que ella misma dispuso. Un legado es una oportunidad para hacer una donación al final de la vida como parte de la planificación de sucesiones y testamentos. Permite al donante apoyar a una organización en la que cree incluso después de su fallecimiento. Kathryn Good eligió al CMM para beneficiarlo de esta manera.

Kathryn Good (algunos la conocían como Kathy) falleció en Stratford, Ontario, Canadá, el 1 de octubre de 2025 a los 85 años, tras una batalla contra el cáncer. Se desempeñó como Directora de Servicios Administrativos del CMM durante 17 años (1988-2005). En su funeral, se la describió como “un verdadero regalo para el CMM”, algo que se mantuvo fiel tanto en vida como en muerte.

La vida plena de Kathryn Good comenzó en una granja de Ontario, Canadá, en 1940, como la primogénita de la familia. Vivió casi tres décadas de servicio global en Estados Unidos, India, Bangladesh y Canadá.

La atención al detalle de Kathryn Good y su enfoque preciso y cuidadoso en su trabajo administrativo fueron esenciales para el progreso del CMM a lo largo de los años, marcado por las Asambleas de Winnipeg, Canadá, en 1990, Calcuta, India, en 1997, y Bulawayo, Zimbabue, en 2003.

Fue su deseo de estar cerca de su familia lo que motivó el traslado de la oficina de Norteamérica de Carol Stream, Illinois, EE. UU., a Kitchener, Ontario, Canadá.

Dondequiera que viviera, Kathryn Good se distinguió por su hospitalidad y su capacidad para conectar con sus seres queridos.

Larry Miller, secretario general emérito (1990-2011), expresó, “para Eleanor y para mí, la fiel amistad con Kathryn siempre fue una fuente de consuelo y esperanza”.

Peter Rempel, quien trabajó con ella en el CMM, comenta que Kathryn Good equilibró con maestría el trabajo y la aventura. “Gestionó las complicaciones y los trámites de viaje y visado para los delegados con firmeza, compasión y competencia”. Por otro lado, Elina Ciptadi, entonces líder de jóvenes adultos y ahora coordinadora de proyectos, dijo que Kathryn demostró “una gran tolerancia a los malentendidos lingüísticos y culturales”.

Su familia recuerda que Kathryn Good siempre buscaba la alegría. Amaba a las personas, como a sus sobrinas, quienes dijeron que los entrelazo con la fe, la aventura y el amor de su vida.

El entramado de la vida de Kathryn Good también se entrelazó con el CMM.

“La entrega y dedicación de Kathryn, durante su jubilación y después de ella, continúa bendiciendo a la familia anabautista mundial de fe reunida en el CMM. Estamos agradecidos”, dice Bruce Campbell-Janz, director de desarrollo.