Hong Kong teme por libertad religiosa

Durante el año pasado, Hong Kong ha experimentado enormes cambios políticos. Las represiones policiales se han repetido una tras otra. ¿Cómo debería afrontar la iglesia estos tiempos? ¿Cómo deberían lidiar las personas creyentes con este tipo de situaciones?

Mientras crecía, solía pensar que mi generación vivía en los mejores tiempos, porque teníamos aparatos electrónicos, computadoras, microondas, televisores, fibra óptica y espacio: cosas que no existían para la generación anterior a nosotros.

Ahora, en Hong Kong, estamos entrando en una generación de lo “incierto”. No sabemos qué pasará mañana con respecto a nuestra relación con China. ¿Cómo afectará a la iglesia en Hong Kong un mayor control de China sobre Hong Kong? El sistema religioso en China continental es muy diferente al de Hong Kong. Se desconoce el impacto de la nueva Ley de Seguridad Nacional, y algunas personas piensan que hará que Hong Kong y sus iglesias sean más seguras, mientras que otras personas están muy inquietas. Algunos temen que este sea el final de Hong Kong.

Pase lo que pase, la iglesia en Hong Kong enfrenta condiciones inestables y disturbios civiles, con recesiones económicas, despidos, fallas corporativas, etc., y eso ni siquiera incluye el impacto de la pandemia.

Frente a la incertidumbre de lo desconocido que nos aguarda, podemos aprender de la iglesia china durante la Revolución Cultural en China. El número de cristianos y cristianas en la iglesia china era de aproximadamente 90 000 en 1900, aumentó a un millón en 1949, y luego, durante los años muy duros de la Revolución Cultural, aumentó a 10 millones en 1996, y a 17 millones en 2006. Aunque la religión fue severamente restringida en China durante todo el siglo, el cristianismo todavía tiene vitalidad e influencia en China, en muchas iglesias pequeñas no registradas. Cifras no oficiales estiman que hay más de 40 millones de cristianos en China hoy en día.

Hay esperanza para las iglesias de Hong Kong, aunque en el futuro se pudiera vivir con mucha más incertidumbre y restricciones en nuestras iglesias y perdiendo nuestras cómodas libertades. La iglesia puede prosperar y crecer a pesar de muchas restricciones, como lo hemos visto en China.

—Jeremiah Choi, Iglesia Menonita de Hong Kong