Aprendiendo con refugiados iraquíes en el departamento de Ain – Francia

Movidos por la situación causada por el avance del Daesh (Estado Islámico) a finales de 2014, 20 miembros de tres comunidades cristianas en el pequeño pueblo de Bellegarde decidieron hospedar a una familia de refugiados de Irak. Después de nueve meses de espera, la familia Mikho con dos abuelas, dos padres y tres hijos, fue anunciada en la estación del tren un sábado en la noche.
 
Los medios de comunicación estaban ansiosos por mostrar una historia más positiva que la de la decadencia de una Europa temerosa, así que un fotógrafo y periodista cubrió la llegada. Un desfile de medios continuó en los días y meses siguientes e hizo que la respuesta dada en nuestras modestas casas pareciera desproporcionada.
 
Dentro del mes siguiente, la familia recibió unos ingresos mínimos y un subsidio de vivienda. Nueve meses después, la familia estaba tan bien integrada que los traductores de árabe al francés ya no se necesitaban más, y tanto el esposo como la esposa tenían un empleo. Nuestras comunidades cristianas se han vuelto como una nueva familia para ellos, interviniendo para reemplazar a los de su tierra natal.
 
La riqueza de habilidades que otros traen a nuestro grupo ha sido valiosa para dar ideas y hacerle saber a la familia que están en casa. Nuestro grupo acompañó a la familia en el proceso de obtener su condición de refugiados, las cartas de residencia, papeles médicos, etc. También apoyamos a los padres en educación, actividades para los niños y acceso a un empleo.
 
Católicos, Protestantes, Adventistas y Menonitas aprendimos a conocernos mejor y a apreciarnos unos a otros en tanto trabajábamos juntos. A menudo nos encontramos en la situación del aprendiz. Cuando yo intento utilizar frases árabes, me doy cuenta del camino que ellos tienen que recorrer en la dirección opuesta para llegar a nosotros. Nosotros intentamos mostrar, en la medida de lo posible, nuestras canciones y lecturas, tanto en francés como en árabe. Estamos felices de compartir con ellos nuestra visión de la fe cristiana.
 
Ambas abuelas pasan mucho tiempo bordando imágenes coloridas que evocan escenas bíblicas o religiosas. De ese modo descubrimos una cultura ancestral: nuestros amigos iraquíes son de la provincia de Nínive.
 
Su historia cristiana es impresionante. Desde la época de los romanos, ellos han resistido influencias del Oriente (la enigmática religión Persa) y del occidente (Roma, ortodoxia bizantina, islam, e incluso misioneros protestantes y católicos). La intervención de la armada de los Estados Unidos en el siglo XX ha acabado con su modo de vida, motivando otras reacciones regionales, con las consecuencias catastróficas que vemos ahora.
 
Estamos en un caminar con nuestros amigos, un caminar de idioma, historia y cultura. Esto no es solamente sobre ser acogedores y hospitalarios. Sino sobre ser hermanos y hermanas en humanidad que se encuentran a través de las fronteras.
 
Escrito por Daniel Goldschmidt, un miembro de Eglise Evangélique Mennonite (Iglesia Evangélica Menonita) en Saint-Genis-Pouilly, Francia.
 
Este testimonio hace parte de los recursos para la adoración del Domingo de la Fraternidad Mundial 2017. Haga clic aquí para ver más: www.mwc-cmm.org/domingofraternidadmundial