El Espíritu Santo transforma a mujeres en el retiro de MTAL

“Ha sido el medio, con la ayuda del Espíritu de Dios, para abrir y liberar nuestros corazones de ataduras o situaciones que nos limitan a ser mujeres plenas en todos los sentidos,” explica Gladis Velásquez Maldonado.

Velásquez Maldonado es parte de una red mundial emergente de teólogas anabautistas inspirada en la Asamblea del Congreso Mundial Menonita en 2003 en Bulawayo, Zimbabue. Líderes en América Latina organizaron MTAL, Movimiento de Mujeres Anabautistas haciendo teología desde América Latina, un grupo continental de mujeres teólogas.

Velásquez Maldonado experimentó esta solidaridad de hermanas en la reunión de MTAL de América Central, la cual se llevó a cabo del 13 al 15 de agosto de 2018 en Lake Yojoa, Honduras. En ella se reunieron 36 mujeres de iglesias menonitas de América Central en Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Guatemala, Belice, México, Puerto Rico, Colombia y los Estados Unidos.

El evento estuvo marcado por devocionales, talleres, presentaciones en plenarias y lugar para la participación interactiva.

“Pude ser testigo de los avances que el Señor ha permitido a quince años de haber iniciado el movimiento”, afirma la participante y presentadora Ofelia García de Pedroza. “De los planes originales, se han reorientado cambios, pero es de bastante aprendizaje ver que el Espíritu de Dios se mueve como quiere y nos lleva a cumplir sus propósitos”.

Debido a la violencia cultural y estructural que prevalece en muchos de sus países de origen, las mujeres experimentan problemas de salud física, emocional y espiritual que les impiden desarrollar sus dones y construir comunidades saludables.

Las reuniones permitieron a las mujeres procesar parte de este trauma en un ambiente seguro.

“Pude compartir cosas que nunca las había compartido antes con nadie…. Fue liberador el sentirme escuchada y poder escuchar de las hermanas las sugerencias e ideas de cómo enfrentar tales situaciones”, puntualiza Velásquez Maldonado.

Al reunirnos con otras mujeres de diferentes países, pero en la misma situación ministerial, “entendíamos muy bien las palabras que salían de nuestro corazón, nos expresamos en un ambiente de confiabilidad”, explica García de Pedroza. “Estar allí era justo para experimentar las misericordias de Dios, su amor desbordante, su compasión sin límites y su paz integral”.

MTAL ofrece oportunidad, para mujeres en el liderazgo, “de hablar lo que mi corazón sentía como una carga pesada, de dejarme querer y permitir que otras se preocuparan por mí, de ser animada a través de un abrazo, en fin… de vulnerarme y disfrutar de la compañía, de la naturaleza, de la comida, de las risas, del lago, del café, de las tardes lluviosas”, afirma García de Pedroza.

—Comunicado del Congreso Mundial Menonita