“Hemos aprendido…”

Los problemas que afectan a Venezuela son la situación económica, las relaciones, los servicios de salud, el crimen, la inseguridad, los servicios públicos, la corrupción, la política, la desnutrición y la inflación. Decidimos venir a Colombia para mejorar las condiciones de nuestras familias, para buscar nuevas oportunidades y para tener un cambio en nuestras vidas. Al llegar, sufrimos un fuerte golpe emocional cuando vimos a otros venezolanos viviendo en un estado de mendicidad. Fue difícil comparar la economía de Colombia con la de Venezuela: sufrimos mucho cuando vimos la cantidad de comida en los supermercados, las tiendas, las plazas de mercado y las bodegas, comida que no está disponible en nuestro propio país justo después de cruzar la frontera.

Gracias a Dios, estamos muy agradecidos por las personas que nos acogieron en su país. No hemos recibido ayuda del Estado. No decidimos venir a la iglesia intencionalmente, en vez de eso, pensamos que fue Dios quien nos trajo aquí, ya que no sabíamos que la Iglesia Menonita existía. Ahora Carlos se ha bautizado y es miembro de la iglesia; hemos conocido a Dios aquí en esta iglesia. Cada día, recibimos una palabra a través de la pastora y del ministerio de niños. Hemos recibido apoyo incondicional, mucho amor, y acompañamiento cada día por parte de la Iglesia Menonita de Riohacha.

La iglesia Menonita en Isla Margarita, Venezuela distribuyendo arepas (tortitas de maíz) para las personas en un asentamiento de viviendas improvisadas. Foto: Red de Misiones Menonita de Venezuela.En esta iglesia, hemos aprendido a escuchar la Palabra de Dios a través de los devocionales, la escuela dominical y las vigilias de oración, además, hemos aprendido a vivir en comunidad y a ayudarnos mutuamente; hemos aprendido a aceptar nuestro cambio de vida y también a valorar a la gente, a nuestra familia, nuestros amigos y aquellos que nos ayudan a diario. Le agradecemos primero a Dios por todo el apoyo recibido en este lugar, a la pastora por enseñar la palabra, a la maestra de escuela dominical por permitirnos ayudar en el trabajo con los niños. Hemos aprendido mucho sobre cuidar a los ancianos, que es el ministerio de la Iglesia Menonita en Riohacha. Hemos aprendido sobre la hermandad y la unidad. Hemos aprendido a amar a Dios. Por este motivo, agradecemos a la Iglesia Menonita por recibirnos y por darnos la oportunidad de continuar creciendo espiritualmente.

—Migrantes venezolanos acogidos por la Iglesia Menonita de Riohacha, Colombia

De ser extranjeros a ser familia

Algunas veces las personas son excluidas y marginadas, “extraños o extranjeros”, en su propia tierra. La sociedad tiene sus “extranjeros”, la gente los hace a un lado, viéndolos como extraños que no se ajustan a las normas sociales. El evangelio busca un acercamiento a este tipo de personas y les invita a participar. El evangelio invita a la iglesia a tratarles con dignidad, con hospitalidad y con atención dado que la marginación los anula. La iglesia les da un trato dignificante que afirma su identidad como seres amados y les invita a entrar a la comunidad del Reino de Dios; asimismo los lleva de ser extranjeros a estar en casa.

—Comunidad Cristiana Menonita El Paraíso, Caracas, Venezuela

Este testimonio hace parte de los recursos para el culto del Domingo de la Fraternidad Mundial 2019. Haga clic aquí para ver más: www.mwc-cmm.org/domingofraternidadmundial

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