La comunidad se reúne en Enkenbach-Alsenborn – Alemania

Robert Beutler sabe muy bien lo que significa ser persistente. Después de escuchar de la llegada de una familia refugiada Siria a su pueblo de Enkenbach-Alsenborn él se encargó de contactarla para darle la bienvenida. Sin embargo, fue solamente hasta el tercer intento que el Señor Beutler finalmente encontró a toda la familia en casa.

“Estos refugiados vienen aquí a un mundo completamente extraño, pero esperamos que se integren” dice el Sr. Beutler. “Es necesario que ellos obtengan respaldo, y eso significa ayudarnos mutuamente y apoyarnos mutuamente”

Algunas veces ese apoyo es tan simple como asegurarse de que el buzón del correo este marcado adecuadamente con el nombre de la nueva familia o ayudarles a que saquen la basura en el día que corresponde. Llenar documentos complicados y asistir a compromisos también se encuentran en la agenda.

El Sr. Beutler es un miembro de la iglesia Menonita en Enkenbach-Alsenborn. Cuando la junta de la iglesia escuchó sobre la ola de refugiados llegando a Alemania, organizaron una reunión de iglesias locales, clubes y personajes políticos, de la cual salió una iniciativa ciudadana.

“Cuando el número de refugiados y de personas en busca de asilo aumentó justo en la puerta de nuestra casa, las autoridades públicas se vieron enfrentadas con una enorme y casi abrumadora tarea. Eso hace aún más importante que nosotros como comunidad eclesial demos un paso adelante y ayudemos en donde podemos” dice Rainer Burkart, pastor de la iglesia Menonita en Enkenbach-Alsenborn. “Justo desde el comienzo, trabajamos cercanamente con las iglesias católicas y protestantes y con las autoridades de la ciudad.”

Este grupo se llama a sí mismo “Begegnungen in Enkenbach-Alseborn: Menschen helfen Menschen.” Este título pone claro el propósito: Encuentro – gente ayudando a la gente. Visitas regulares para asegurar que se satisfagan ciertas necesidades básicas como comida y ropa, una carrera de 10km semanales y clases de alemán gratuitas son algunos ejemplos de sus actividades.

Una oportunidad particular para construir relaciones es el Begegnungscafé, una reunión para jóvenes, viejos y todos los que se encuentran en el medio. Cada martes por la tarde, un salón de una comunidad eclesial del barrio resuena con árabe, persa, urdu o albanes mezclado con inglés y alemán. Todo el mundo está invitado –independientemente de su estado de residencia, nacionalidad, idioma o religión – a comer pastel y tomar té o café mientras reímos juntos de los intentos de idioma compartido y escuchamos sobre nuevas e interesantes culturas.

En el café, el señor Beutler se pone de Nuevo en contacto con los individuos o familias que él ha visitado en sus nuevos hogares. Ellos usualmente son reservados al principio, inseguros de las intenciones de Beutler. “Pero sus ojos siempre se iluminan cuando los veo de nuevo. Eventualmente ellos adquieren la suficiente confianza para abrirse un poco” dice Beutler.

Como en cualquier trabajo que involucre gente, ayudar a los refugiados puede ser muy exigente y decepcionante, especialmente cuando las diferencias culturales parecen infranqueables. Uno se puede sentir explotado o frustrado por las percepciones inexactas de cómo será la vida en Alemania. Las conversaciones con otros en la comunidad y en la familia de la iglesia pueden ser un modo positivo de tratar con estas dificultades.

Esta área de desarrollo comunitario le da al señor Beutler el mayor gozo. “El trabajo con los refugiados tiene algo satisfactorio y consolador en sí mismo, pero es la tendencia general la que me hace más feliz. Muchos de nuestra familia eclesial y comunidad están realmente dedicados al trabajo. Hay algo cálido y familiar en nuestras interacciones mutuas. Eso es genial.”

Escrito por Dora Schmidt, miembro de Mennonitengemeinde Enkenbach (Iglesia Menonita) en Enkenbach-Alsenborn, Alemania.

Este testimonio hace parte de los recursos para la adoración del Domingo de la Fraternidad Mundial 2017. Haga clic aquí para ver más: www.mwc-cmm.org/domingofraternidadmundial