Al conmemorar los 500 años del anabautismo, podamos recordar correctamente nuestro pasado compartido. Que renovemos nuestros compromisos de seguir a Jes˙s, vivir la unidad en comunidad con los dem·s y construir la paz. Que también podamos invertir en nuestro testimonio com˙n con otros miembros del cuerpo mundial de Cristo.
Oremos por el cultivo de una identidad anabautista arraigada en seguir a Jes˙s juntos como comunidades eclesiales, convirtiéndonos en constructores de paz. Oremos para que podamos traspasar las barreras que nos dividen, escuchando pacientemente a aquellos con quienes no estamos de acuerdo, y reduciendo la intensidad de la violencia. Oremos para que tengamos el valor de enfrentarnos a la injusticia.
Foto: Irma Sulistyorini
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