¡Señor, ten piedad!
Como comunidad mundial de fe y vida trascendemos fronteras de nacionalidad, raza, clase social, género e idioma.
Permítenos vivir en el mundo sin conformarnos a los poderes del mal, dando testimonio de la gracia de Dios por medio del servicio a los dem·s, cuidando de la creación, e invitando a toda la humanidad a conocer a Jesucristo como Salvador y Señor.
Procuramos caminar en su nombre por el poder del Espíritu Santo, esperando confiadamente el regreso de Cristo y el establecimiento definitivo del reino de Dios.
Amén