Correo 2025 / 40.2-3

En este número

  • Una celebración de reconciliación

Perspectivas (Actividades del anabautismo a los 500)

  • Coros Internacionales
  • Talleres
  • Mesa redonda
  • Recorridos a pie y senderos con historia


Este número de Correo es una muestra de lo que sucedió en el quincentenario.

Inspirado por el famoso llamado de Zuinglio a, “¡hacer algo valiente!”, el CMM eligió el tema, “La valentía de amar” para el año de nuestro quincentenario. Lo celebramos con un evento gratuito en las calles de Zúrich, Suiza, el 29 de mayo de 2025, Día de la Ascensión. 

También es el centenario del CMM, ya que la celebración de los cuatrocientos años del anabautismo sirvió de pretexto para la reunión de los primeros líderes anabautistas (véase página 25). 

Después de una jornada completa de presentaciones de coros (véase página 15), talleres (véase página 21), una mesa redonda (véase página 22), proyecciones de videos y exhibiciones de arte, el repique de campanas sirvió para llamar al culto a las multitudes cansadas (véase página 8). 

Si bien el movimiento que comenzó hace quinientos años resultó en un cisma dentro de la iglesia universal, lo que caracterizó al evento del aniversario fue el acto de reunirse. La jornada en Zúrich no solo contó con la asistencia de más de 3500 anabautistas de todo el mundo, sino que también hubo fraternidad y adoración con representantes de trece comuniones mundiales y tres organizaciones ecuménicas multilaterales. 

Cabe destacar que la Iglesia Reformada de Zúrich (percibida como enemiga de los primeros mártires anabautistas) fue una generosa colaboradora. El uso de la catedral de Grossmünster–cuya escasa visibilidad y aforo limitado impidió el ingreso de muchos asistentes entusiastas cuando se alcanzó la capacidad máxima– fue un regalo de la Iglesia Reformada. Los líderes de dicha comunión mundial también participaron de manera significativa en el culto de reconciliación que clausuró el evento (véase página 10). 

La “perturbación” (véase página 6) del culto captó la atención del público tras un largo día recorriendo el centro bajo el sol abrasador o apiñándose en salas de seminarios abarrotadas. Pero también fue un recordatorio de cómo los primeros anabautistas dieron lugar a que el Espíritu de Dios sorprendiera e incomodara, impulsándolos a elaborar una nueva perspectiva sobre lo que significa ser iglesia en el mundo. Asimismo, fue un modelo de cómo la escucha, la confesión y la apertura a formas de acción alternativas pueden transformar los movimientos de renovación en participantes dispuestos en la misión de Dios, juntos unos con otros y con los demás miembros de la comunión mundial. Y estas invitaciones llegan hasta nosotros hoy en día. 

Entre los colaboradores de las liturgias escritas para el culto en Zúrich que leerán aquí, se incluye a Jürg Bräker, Rainer Burkart, César García, Anne-Cathy Graber, Jakob Fehr, J. Nelson Kraybill, Larry Miller, Thomas R. Yoder Neufeld, John D. Roth y John Rempel. 

El evento tuvo lugar tras la reunión trienal del Concilio General y fue seguido por la Cumbre Mundial de la Juventud (GYS), que se realizó por primera vez con carácter trienal. Esto permitió que representantes de unos sesenta países estuvieran presentes en Zúrich, junto con miles de personas que sintonizaron la transmisión del culto en vivo y en directo o las que lo vieron en los días, semanas y meses posteriores. 

Les invitamos a acompañarnos en un viaje a ese día en Zúrich. Que al mirar hacia atrás, también podamos mirar hacia adelante. Que la valentía de amar determine nuestro movimiento por otros quinientos años, con el compromiso de seguir a Jesús juntos. 

Karla Braun, redactora jefa de Correo y escritora para el Congreso Mundial Menonita, reside en Winnipeg, Canadá.