Vivir la unidad con botas y palas 

El Servicio Menonita para Catástrofes ha respondido a una nueva catástrofe por inundaciones en Barre, Vermont y sus alrededores, donde voluntarios han limpiado o reparado más de cincuenta viviendas. Las mujeres en la foto limpiaron el barro del sótano de una casa inundada por el agua del río. Fotógrafo: Brent Trumbo 

América del Norte: EE. UU.

El Servicio Menonita para Catástrofes (MDS, por sus siglas en inglés) hace frente a catástrofes, reconstruye viviendas y restaura la esperanza organizando y empoderando a voluntarios a fin de responder a las personas afectadas por los catástrofes en EE. UU. y Canadá. Creado en la década de 1950, como una expresión organizada de las prácticas anabautistas de ayuda mutua, actualmente el MDS es respetado por las agencias nacionales de gestión de catástrofes de ambos países. En 2022-2023, el MDS contó con más de siete mil voluntarios (algunos capacitados en construcción, otros sin ninguna experiencia) provenientes de iglesias menonitas que lo apoyan, de otras iglesias o de ninguna, y de todos aquellos sectores que comparten la identidad anabautista en América del Norte, desde los Amish de la Antigua Orden a la gran variedad de menonitas urbanos y expertos en tecnología. El MDS pertenece a la Red de Servicio Anabautista Mundial.  

El 29 de julio de 2024, Brent Trumbo ₋voluntario veterano del MDS que asiste a la Iglesia Menonita de Harrisonburg, Virginia₋ se desempeñaba como líder de equipo en Barre, Vermont, EE. UU., junto con voluntarios menonitas de la Antigua Orden de Dayton, Virginia y de la zona del condado de Lancaster, Pensilvania.  

“Me quedé atónito cuando vi lo que estaban haciendo”, expresó. Las mujeres, la mayoría veinteañeras, usaban palas para llenar baldes de veinte litros con barro y luego los llevaban, un balde en cada mano, del sótano de una casa de doscientos años que se había inundado con lodo del río. 

“Cargaban unos 18 kilos en cada mano”, dijo. “Lo hicieron durante horas y horas sin parar ni reducir su ritmo.” 

Y cantaban mientras trabajaban. “Su armonía era fenomenal”, comentó Brent Trumbo. “Se podría haber hecho una grabación en ese sótano.” 

Brent Trumbo quedó maravillado por el hermoso canto que se alzaba desde el barro en el sótano. “Era un ambiente desagradable”, explicó. “Pusimos algunas luces provisorias allí abajo, pero estaba oscuro. No olía bien.” 

Sin embargo, las condiciones no parecieron perturbar a las mujeres en absoluto, así que se sumó al trabajo. 

“Trataba de seguirles el ritmo”, comentó Brent Trumbo, de 65 años de edad. “Tuve que tomar un par de analgésicos (Ibuprofeno).” 

Recuerda haberse emocionado en su último día de trabajo, que fue el 2 de agosto de 2024. 

“Eran jóvenes muy trabajadoras, humildes, muy amigables, se acercaban a conversar conmigo durante veinte minutos con total naturalidad”, expresó.  Me devolvieron la esperanza en la próxima generación. Eso es lo que realmente siento. Me emociono mucho cuando hablo de ello.” 

No tenía idea de que la foto que sacó de las mujeres con vestidos embarrados sería vista por miles de personas en Facebook e Instagram. 

“¡La gente pensó que era alguien que usaba su imaginación mediante la inteligencia artificial!”, señaló Brent Trumbo. Él quisiera asegurarle a la gente que es un ser humano real. 

¿Quién no aparece en la fotografía? El dueño de casa, un hombre que, cuando bajaba bocadillos y bebidas al sótano para los voluntarios, quedaba atónito al ver el trabajo que se estaba realizando. 

“Cuando nos íbamos y yo salía con mi auto, me di cuenta de que él se había sentado en una reposera en el jardín y parecía que estaba llorando”, dijo Trumbo. “Estoy seguro de que simplemente estaba en shock. Fue un momento muy conmovedor.” 

—Esta historia se publicó por primera vez en el sitio web del MDS, después de que la foto se compartiera en las redes sociales. 


Reflexiones de Kevin King, director ejecutivo del Servicio Menonita para Catástrofes (MDS, por sus siglas en inglés): 

A fines de agosto, pasé varios días en Barre, Vermont, visitando el proyecto del MDS y las comunidades vecinas. Me sumé a voluntarios de Arizona, Nueva York, Illinois, Ohio, Virginia, Minnesota e Indiana, a fin de escuchar a los sobrevivientes de las inundaciones y a los líderes de la comunidad local. Tres grandes inundaciones han afectado el norte y centro de Vermont en los últimos doce meses. Escuché historias de muchos residentes que reviven el trauma cuando aparecen las tormentas eléctricas y se preguntan si serán víctimas de una cuarta inundación. 

Una mañana, durante el desayuno con Dan Molind, pastor de la iglesia bautista local, él  comentó: “Qué bendición es ver la gran variedad de menonitas que han venido a limpiar y reconstruir a través del MDS, desde Amish a estadounidenses. ¿Cómo es posible?” 

Le respondí que era debido a nuestra compasión, obediencia a las Escrituras y agradecimiento a Dios. 

Nosotros, como comunidad de fe anabautista, podremos tener nuestras diferencias, pero en última instancia lo que uno siempre ve es que los voluntarios del MDS viven su unidad en Cristo poniendo en práctica su fe. 

Y esto me sigue alentando.  

Sitio web: mds.org