Reconciliando la reforma radical

Reporte sobre “Llevando Fruto”, El grupo de trabajo de la Federación Luterana Mundial para dar seguimiento a la “Acción Menonita” en la décima asamblea de la FLM en 2010.

Bogotá, Colombia – El proceso de reconciliación entre la Federación Luterana Mundial y el Congreso Mundial Menonita ha creado un terreno fértil para la colaboración. Un reporte que resume la acción de la FLM y el CMM para reconciliarse con los menonitas sobre temas referentes a las enmiendas o demandas de la confesión de Augsburgo, pretende ayudar a las iglesias de la FLM, a los pastores, seminarios y congregaciones a “implementar el compromiso de la FLM de enseñar de manera diferente sobre los anabautistas, especialmente en como ellos son descritos en la antes mencionada confesión.”

"Las semillas de reconciliación sembradas hace más de 30 años, que florecieron en el culto de reconciliación en Stuttgart en 2010, ahora están verdaderamente llevando fruto” dice John D. Roth, representante del CMM para el grupo de trabajo de la FLM y participante en la elaboración del documento. “Los pastores y líderes eclesiales Menonitas y Luteranos encontrarán muchas ideas de cómo se podrían comprometer mutuamente en el nivel local.”

El proceso tiene sus raíces en los diálogos iniciados para celebrar el aniversario número 450 de la Confesión de Augsburgo. Reconociendo que “las diferencias teológicas en curso no podrían ser examinadas constructivamente hasta que las heridas del pasado fueran confrontadas directamente”, la FLM comenzó un proceso formal de reconciliación en 2003. El principal trabajo de la comisión de estudio era “escribir una historia común sobre  las dolorosas relaciones durante el siglo XVI.” Este proceso era “en sí mismo un acto ecuménico y de ese modo ya era una contribución a la reconciliación.”

Las dos comuniones reconocieron “la necesidad de las comunidades y de los individuos, de reconocer cuando necesitan arrepentimiento genuino y perdón”.

“El trabajo de este Grupo de Trabajo ha sido responder a los compromisos (sobre enseñar las confesiones luteranas, explorar cuestiones sin resolver, profundizar la relación a través de la oración conjunta y el trabajo por la paz)… en la convicción de que el trabajo del Espíritu no ha terminado en nuestras iglesias” dice el reporte.

Un “fruto” de este trabajo son los diálogos sobre el bautismo; impulsados por  el Consejo Pontificio para la promoción de la unidad de los cristianos, el CMM sugirió que la FLM se uniera también.

Llevando Fruto explora otro punto de diferencia en curso – la autoridad civil y la participación Cristiana en la guerra – a través de un honesto y respetuoso diálogo entre los representantes Menonitas y Luteranos.

“El duro e incluso doloroso, trabajo de reevaluar el pasado ha abierto el camino para nuevas relaciones”, declara el reporte. “Árboles de esperanza han sido plantados. Ahora es tiempo de cuidar que los frutos continúen siendo nutridos y cosechados”.

Hace quinientos años, los anabautistas y los luteranos manejaban de modo diferente la presión de los poderes políticos de gobierno y se levantaron condenas unos contra otros, dice Alfred Neufeld, presidente de la Comisión de Vida y Fe del CMM. “Pero todo eso es historia. Hoy, la iglesia mundial de Cristo (tanto Menonitas como Luteranos) se da cuenta que la iglesia está llamada a hablar la verdad a los poderes. Esa nueva conciencia mundial y transnacional nos libera para mantenernos juntos y cerca.

Refiriéndose al proceso en un evento de la FLM en Indiana, EE.UU, el presidente del CMM Nelson Kraybill dijo: “Ahora recae sobre nosotros – pastores como usted y yo, líderes en todos los niveles de nuestras iglesias y cuerpos regionales – el acordar que nos amaremos y respetaremos mutuamente y encontraremos  modos de colaborar con la construcción de paz y la proclamación del evangelio.”

Haga clic aquí para ver el reporte completo de “Llevando Fruto” en inglés escrito por la FLM.

—Comunicado del Congreso Mundial Menonita

 

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