Peregrinación de Justicia y Paz – Reflexionando sobre las contribuciones de los menonitas al Movimiento Ecuménico Mundial

Para muchos jóvenes en el mundo actual la movilidad y la flexibilidad son necesarias: asistir a la universidad en otra ciudad, encuentros interculturales durantes los viajes, ampliar horizontes personales. Y en alguna parte, entre todo esto, está esa “característica menonita” que moldea parte de lo que eres.

Estas experiencias describen perfectamente mi realidad. Proveniente de una pequeña localidad y de una iglesia menonita aún más pequeña, he aprovechado todas las oportunidades posibles para ver algo del mundo. Esto me ha llevado a varios países en Europa, Israel/Palestina, Siria, Jordania y los EE.UU. Cuando me pidieron que viajara a Corea del Sur estaba sumamente emocionada, pero ¿cuál era la razón del viaje? Era para asistir a la 10ª Asamblea General del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) del 30 de octubre al 8 de noviembre de 2013.

Después de investigar un poco, me enteré de que iba a ser delegada de la iglesia menonita de Alemania en una reunión mundial cristiana, que se lleva a cabo cada siete años, para discutir asuntos teológicos y seculares. ¡Acepté el desafío!

En el proceso de preparación me di cuenta de que, para mí personalmente, era más difícil de lo esperado descubrir qué era exactamente lo que yo, como joven menonita de Alemania, podría contribuir al movimiento ecuménico mundial. Descubrí que lo que había moldeado mi fe era un colorido conjunto de influencias, provenientes de una gama de tradiciones de fe e iglesias. En la Asamblea del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) pude apreciar la sensibilidad que había hacia las diferentes confesiones y denominaciones, sus especialidades y tradiciones, lo que fue toda una experiencia nueva para mí. En este contexto y junto a otros menonitas, se me hizo más claro que el compromiso teológico a la no violencia y las consecuencias reales que se derivan de ella es lo que nos define como iglesia de paz.

Los menonitas fueron factor desencadenante del último gran enfoque programático del CMI, que fue la década para superar la violencia del 2001 hasta 2010. Algunos menonitas, que han participado en el movimiento ecuménico por más tiempo, compartieron conmigo su experiencia de recibir consultas de varios colegas por sus puntos de vistas sobre varios asuntos. Tuve la impresión de que a pesar de contar con una membresía muy pequeña, la tradición menonita es de mucho aprecio para el CMI y para las personas en general. El hecho de que la paz y la justicia ahora son asuntos centrales en el CMI demuestra de que lo que históricamente siempre han sido temas de los menonitas, son ahora (¡y que también lo han sido antes!) temas centrales del cristianismo mundial. Esto también se puso en muestra cuando se juntaron y oraron la oración lema de la Asamblea: “Dios de vida, condúcenos hacia la justicia y la paz.”

Uno de los momentos más impresionantes y conmovedores para mí, fue cuando un joven surcoreano se unió a una de nuestras reuniones de paz de nuestras iglesias (junto a participantes cuáqueros y de la Iglesia de los Hermanos). Pronto se convertiría en una persona que por motivos de conciencia objetaría el servicio militar en Corea del Sur debido a sus creencias en la no violencia. Lo que se ha convertido en algo normal en Alemania, objetar por motivos de conciencia, en Corea del Sur todavía sigue siendo castigado con prisión por 18 meses y discriminación de por vida. A pesar de estas consecuencias, este joven coreano se puso de pie y compartió sobre su vida y su compromiso a vivir de acuerdo a sus convicciones, pidiendo nuestro apoyo y nuestras oraciones. Desafortunadamente, este joven no fue escuchado por toda la asamblea y por ciertas iglesias, incluyendo las de Corea, que no ven la necesidad de cambiar el status-quo. Aún así, podemos orar por aquellos que sufren por sus creencias y de este modo luchar por la paz y la justicia.

Ahora bien, este mega-evento parece estar muy lejos todavía y los que leen esto podrían preguntarse qué implicación tiene esto para ustedes. El resultado de la Asamblea del CMI servirá de guía para el trabajo de programación del CMI para los próximos 8 años: ¡Nosotros, los creyentes, estamos en una peregrinación en pos de la justicia y la paz! Esto incluye a los creyentes de todo el mundo, los que son parte del CMI, y los que no lo son. Cualquiera sea la razón que lo llevó a leer este blog, anímese a conocer a otras personas en su contexto y a hablar con ellos sobre cuál es su papel en la hermandad mundial cristiana y cómo se puede contribuir a un mundo más justo y pacífico.

Cuando asistí por primera vez a la Asamblea del CMI vine con una pregunta en mente, “¿Qué puede hacer este CMI por mí?” En su lugar, me di cuenta de que el CMI no sólo está haciendo algo por mí sino que también por cada uno de nosotros, los miembros de la familia de Dios, que forman la iglesia mundial y que en conjunto son un impacto. Espero con ansias viajar con ustedes en este peregrinaje.

Por Lydia Funck

 

* Los puntos de vistas expresados en la sección de Testimonios expresan las convicciones de fe y las experiencias de los autores y no reflejan necesariamente las opiniones del Congreso Mundial Menonita. 

 

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