La credibilidad de Jesús

Un día estaba cruzando un puente y vi a un hombre parado en el borde a punto de saltar. Entonces, corrí y le grité: “¡Alto! ¡No lo haga!”

“¿Por qué no debería hacerlo?”, preguntó el hombre.

“Bueno, porque hay muchas razones para vivir.

“¿Cómo qué razones?”

“Veamos, ¿es usted religioso?”, pregunté, a lo que él asintió. Entonces le dije, “¡Yo también! ¿Es usted cristiano o budista?”

“Cristiano.”

“¡También yo! ¿Es usted católico o protestante?”

“Protestante.”

“¡Yo también! ¿Es usted episcopal o bautista?”

“Bautista.”

“Increíble, ¡Yo también! ¿Es usted de la Iglesia Bautista de Dios o de la Iglesia Bautista del Señor?”

“¡De la iglesia Bautista de Dios!”

“¡Yo también! ¿Es usted de la Iglesia Bautista de Dios original o de la Iglesia Bautista de Dios Reformada?

“¡Iglesia Bautista de Dios Reformada!”

“¡Yo también! ¿Es usted de la Iglesia Bautista de Dios Reformada, de la Reforma de 1879, o de la Iglesia Bautista de Dios Reformada, de la Reforma de 1915?”

El hombre respondió, “Iglesia Bautista de Dios Reformada, Reforma de 1915.”

Entonces le dije, “Muere, hereje”, y lo empujé del puente...”

Divisiones en el cuerpo de Cristo

La historia anterior es una broma, escrita por el comediante Emo Phillips, nombrada la 44ª broma más divertida de todos los tiempos por la revista GQ en 1999.

De manera graciosa, Phillips ilustra muy bien cómo el mundo percibe las divisiones en el Cuerpo de Cristo. Simplemente, no tienen sentido en una entidad que habla acerca del amor, del perdón y de la reconciliación. Es más, la fragmentación de la iglesia pone en duda la validez de todo su mensaje.

De hecho, Jesús mismo relacionó la credibilidad de su vida con la calidad de las relaciones entre sus seguidores: “que lleguen a ser perfectamente uno, y que así el mundo pueda darse cuenta de que tú me enviaste”. (Juan 17,23).

La manera en que nos relacionamos con otras iglesias tiene un impacto directo en nuestro testimonio misional. Es una de las razones, entre muchas otras, por las cuales el Congreso Mundial Menonita dialoga con iglesias de otras tradiciones cristianas. La credibilidad de Jesús es más importante para nosotros que nuestro orgullo doctrinal, ético o de martirio.

Demasiado valioso para guardárnoslo solo para nosotros

Esto no significa que negociemos lo que nos identifica como anabautistas. Valoramos nuestras convicciones, nuestra ética y nuestro pasado de una manera que nos permita compartirlos con los demás sin ningún temor. Lo que hemos recibido en nuestra experiencia al seguir a Cristo es demasiado valioso como para guardárnoslo solo para nosotros.

Otros cristianos de diferentes tradiciones aprenden de nosotros a través de nuestros diálogos, como nosotros también aprendemos de ellos y de la riqueza de dones de sus tradiciones.

Este intercambio nos hace fuertes en nuestra identidad y humildes en nuestra experiencia de seguir a Cristo.

En este número de Correo, hemos elegido resaltar nuestra experiencia de diálogo con otras iglesias cristianas porque es al conversar que forjamos identidad y valoramos nuestra propia tradición.

Mi oración es que como iglesia mundial siempre podamos recordar que el Espíritu de Dios ha estado obrando a través de su iglesia desde antes de la Reforma del siglo XVI, y más allá de los límites geográficos de nuestra iglesia.

—César García, secretario general del CMM, oriundo de Colombia, reside en Kitchener, Ontario, Canadá.

 

Este artículo apareció por primera vez en Correo/Courier/Courrier en abril de 2020. Haga clic aquí para leer otros artículos de este número

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